A él Conviene Crecer DURANTE un tiempo la influencia del Bautista sobre la nación había sido mayor que la de sus gobernantes, sacerdotes o príncipes. Si hubiese declarado que era el Mesías y encabezado una rebelión contra Roma, los sacerdotes y el pueblo se habrían agolpado alrededor de su estandarte. Satanás había estado listo para asediar a Juan el Bautista con toda consideración halagadora para la ambición de los conquistadores del mundo. Pero, frente a las evidencias que tenía de su poder, había rechazado constantemente esta magnífica seducción. Había dirigido hacia Otro la atención que se fijaba en él. Ahora veía que el flujo de la popularidad se apartaba de él para dirigirse al Salvador. Día tras día, disminuían las muchedumbres que le rodeaban. Cuando Jesús vino de Jerusalén a la región del Jordán, la gente se agolpó para oírle. El número de sus discípulos aumentaba diariamente. Muchos venían para ser bautizados, y aunque Cristo mismo no bautizaba, sancionaba la admin...