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El Deseado de Todas Las Gentes: Capítulo 73 - No se Turbe Vuestro Corazón

No se Turbe Vuestro Corazón MIRANDO a sus discípulos con amor divino y con la más tierna simpatía, Cristo dijo: "Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él." Judas había abandonado el aposento alto, y Cristo estaba solo con los once. Estaba por hablar de su inminente separación de ellos; pero antes de hacerlo señaló el gran objeto de su misión, que recordaba siempre. Se gozaba en que toda su humillación y sufrimiento iban a glorificar el nombre del Padre. A esto dirigió primero los pensamientos de sus discípulos. Luego dirigiéndose a ellos con el término cariñoso de "hijitos," dijo: "Aun un poco estoy con vosotros. Me buscaréis; mas, como dije a los Judíos: Donde yo voy, vosotros no podéis venir; así digo a vosotros ahora." Los discípulos no podían regocijarse cuando oyeron esto. El temor se apoderó de ellos. Se acercaron aun más al Salvador. Su Maestro y Señor, su amado Instructor y Amigo, les era más caro que la vid...

«Para que todos ellos sean uno» - Libro Complementario - Lección 3

CAPÍTULO 3 «Para que todos ellos sean uno» E1 Evangelio de Juan abre una ventana a las preocupaciones de Jesús, a medida que su ministerio terrenal llegaba a su culminación. Luego de cinco capítulos cruciales (Juan 13 al 17), las últimas palabras de instrucción de Jesús finalizan con su oración sacerdotal (Juan 17: 1-26). Un teólogo luterano del siglo XVI es citado como el primero en describir esta oración de esa forma. «Es una designación apropiada, porque nuestro Señor en esa oración se consagra por el sacrificio en el que simultáneamente es tanto sacerdote como víctima. Al mismo tiempo, es una plegaria de consagración en nombre de aquellos por quienes se ofrece el sacrificio: los discípulos que estaban presentes en el aposento alto y los que posteriormente vendrían a la fe a través de su testimonio».1 Esa oración sumo sacerdotal se divide en tres partes. Primero, Jesús ora por sí mismo (Juan 17: 1-5), luego por sus discípulos (vers. 6-19), y finalmente por aquellos que...