CAPÍTULO 46 Pablo en Libertad AUNQUE la obra de Pablo en Roma se veía bendecida por la conversión de muchas almas y el fortalecimiento y estímulo de los fieles, se iban acumulando nubes amenazadoras no sólo sobre su seguridad personal, sino también sobre la prosperidad de la iglesia. Al llegar a Roma, había sido puesto bajo la custodia del capitán de la guardia imperial, hombre justo e íntegro, por cuya benevolencia tenía el apóstol relativa libertad para proseguir la obra del Evangelio. Pero antes de concluir los dos años de encarcelamiento, ese capitán fue reemplazado por otro, de quien el apóstol no podía esperar ningún favor especial. Los judíos se pusieron entonces más activos que nunca en sus esfuerzos contra Pablo, y encontraron valiosa ayuda en la disoluta mujer a quien Nerón había hecho su segunda esposa, la cual, por ser prosélita judía, prestó toda su influencia en favor de los proyectos homicidas contra el campeón del cristianismo. Pablo no p...