CBA Libro de Marcos capítulo 11
2. Ningún hombre ha
montado.
Se consideraba como una cualidad esencial que fueran nuevas las
cosas destinadas al uso sagrado o real (Exo. 13: 2; 23: 19; Lev. 21: 13-14; Núm.
19: 2; 1 Sam. 6: 7).
4. Afuera a la puerta.
Muchas viviendas del Medio Oriente eran construidas en forma
cuadrangular, con un patio abierto en el centro. Desde ese patio, un pasadizo
conducía a la calle. De acuerdo con la costumbre, el asna y el pollino habrían
estado apersogados en el patio y no a la puerta, en la calle pública.
En
el recodo del camino.
"Fuera, en la calle" (BJ). La palabra griega
ámfodon , "calle", consta de dos partes: amfi , "ambos", y hodós , "camino". Por
esto se la ha traducido de diversas e interesantes maneras, sin lograr un
consenso ni una comprensión clara de la clase de calle a la cual se hace
referencia. Ver mapa p. 214.
11. En el
templo.
Este era el mismo centro de la vida nacional y religiosa judía,
el lugar lógico para coronar al Rey- Mesías; el lugar donde primero debiera
haber sido reconocida su autoridad y desde donde debiera haberse proclamado el
pregón oficial para que los hombres reconocieran su soberanía (ver t. IV, pp.
29-32). Los sacerdotes y ancianos de Israel deberían haber sido los primeros en
reconocer la autoridad de Jesús. Sin embargo, "a lo suyo vino, y los suyos no le
recibieron" (ver com. Juan 1: 11).
Mirado alrededor.
Como el
templo era su casa, Jesús anduvo por sus atrios, inspeccionando lo que con toda
justicia era suyo, pero de lo cual se habían apropiado para sus propios fines
egoístas aquellos a quienes había sido confiado para que lo cuidaran (Mat. 21:
33-39).
Se fue a Betania.
Cuando el gentío finalmente llegó a
Jerusalén, ya era demasiado tarde, y en vano buscó a Jesús para coronarlo como
rey (DTG 534). Pero, al igual que en ocasiones previas, cuando, cumpliendo con
su misión afrontaba una crisis, Jesús pasó toda la noche en oración (ver com.
Mar. 3: 13; cf. DTG 534).
12. Al día
siguiente.
[ La higuera estéril, Mar. 11: 12-14, 20-26 = Mat. 21: 18-22
. Comentario principal: Marcos. Ver mapa p. 214; diagrama p. 223; acerca de los
milagros, 629 pp. 198-203.] Este fue el "día siguiente" después de la entrada
triunfal (vers. 1-11), y, por lo tanto, un lunes de mañana. Siguiendo un orden
estrictamente cronológico, Marcos registra la purificación del templo (vers.
15-19) entre la maldición de la higuera (vers. 12-14) y el descubrimiento de que
se había secado (vers. 20-26). Mateo, que frecuentemente sigue un orden de temas
y no cronológico (ver p. 268), presenta en una sola unidad todo el episodio de
la higuera estéril, sin mencionar que pasaron unas 24 horas entre la maldición
que recayó sobre ella y el descubrimiento de que el árbol se había secado.
Tuvo hambre.
Quizá las circunstancias desde la
entrada triunfal (ver com. vers. 11) habían impedido que Jesús comiera bien, por
lo menos una vez. El hecho de que no se mencione que los discípulos tenían
hambre, parece implicar que habían comido.
13. Viendo... una higuera.
Así como lo hizo en ocasión de
la entrada triunfal el día anterior, quizá Jesús siguió una ruta más o menos
directa desde Betania a Jerusalén. Subiendo por la suave falda oriental del
monte de los Olivos, bajando la comparativamente empinada estribación occidental
y cruzando el valle del Cedrón, entró en Jerusalén (ver com. Mat. 21: 1; Luc.
19: 41). La higuera llamaba la atención por ser el único árbol del huerto que
estaba lleno de hojas (cf. DTG 534).
De lejos.
Jesús vio el
árbol antes de llegar a él. Seguramente, este árbol crecía cerca del camino
(Mat. 21: 19).
Tenía hojas.
Una higuera bien frondosa prometía
frutas de buen tamaño, aunque no necesariamente maduras. Por otro lado, los
árboles sin hojas como era el caso del resto de los árboles del huerto no
despertaban falsas esperanzas de que hubiera frutas en ellos y por ende no
podían chasquear a nadie.
En esta dramática parábola (ver com. vers.
14), la frondosa higuera representaba a la nación judía y los otros árboles a
las naciones gentiles. Es cierto que los gentiles no daban frutos, pero nadie
los esperaba de ellos porque no pretendían darlos (ver t. IV, pp. 28-29). Sin
embargo, esta higuera precoz tenía hojas que presagiaban higos.
Nada
halló sino hojas.
Era una promesa incumplida. De todos los defectos, no
había ninguno que resultara más ofensivo para Jesús que la hipocresía (ver com.
Mat. 6: 2; 23: 13). A semejanza de la higuera estéril, la religión Judía estaba
desprovista de frutos. Abundaba en formas y ceremonias, pero le faltaba la
verdadera piedad (ver com. Mar. 7: 2-3; t. IV, pp. 32-34).
Tiempo de
higos.
En el clima de Palestina, la primera cosecha de higos (las
brevas) generalmente madura en Junio y la última en septiembre. El incidente
ocurrió quizá en el mes de abril, y, por lo tanto, faltaban pocas semanas antes
de que madurara la primera cosecha. Aunque era insólito que se esperara hallar
higos tan prematuros, con todo era concebible que un árbol tan frondoso tuviera
frutas a punto de madurar. También debe tenerse en cuenta que en los países del
Cercano Oriente se come con frecuencia la fruta verde o sin madurar (ver com.
Isa. 28: 4).
14. Nunca jamás.
La
doble negación hace que la prohibición sea más enfática. La esterilidad del
árbol representaba la improductividad de Israel, y la maldición, el juicio que
Jesús iba a pronunciar al día siguiente: "Vuestra casa os es dejada desierta"
(ver com. Mat. 23: 38). Fue también al día siguiente cuando Jesús censuró
severamente a los escribas y a los fariseos por sus pretensiones hipócritas
(Mat. 23: 13-33).
El propósito de esta parábola convertida en realidad
era preparar las mentes de los discípulos para las escenas de los días
siguientes, durante los cuales los dirigentes Judíos confirmarían su rechazo de
Jesús. Con frecuencia, este tipo de parábolas induce más eficazmente a la
reflexión que lo que podrían hacerlo las meras palabras. Hay otras parábolas
transformadas en realidad en Isa. 20: 2-6 y Eze. 4: 1 a 5: 17.
15. Vinieron, pues, a Jerusalén.
[
Segunda purificación del templo, Mar. 11: 15-19 = Mat. 21: 12-17 = Luc. 19:
45-48 . Comentario principal: Mateo.]
16. Atravesase el templo.
Es decir, atravesase los atrios
del templo. La palabra aquí usada para templo es hierón , que se refiere a todos
los atrios y edificios dentro del predio del templo, y no el vocablo naós ,
templo o santuario propiamente dicho. Al entrar en el recinto sagrado del
templo, los hombres debían dejar a un lado, como señal de reverencia, cualquier
carga que pudieran estar llevando. Es indudable que los que llevaban cargas
estaban usando los atrios del templo como un atajo para evitar dar un rodeo (ver
Mishnah Berakoth 9. 5).
17. Llamada... para
todas las naciones.
Sin duda Jesús estaba en la parte del templo que
correspondía a los gentiles que creían en el verdadero Dios. Los funcionarios
del templo habían convertido ese recinto en una especie de mercado.
18.
Le tenían
miedo.
Especialmente, debido a su gran influencia sobre el pueblo, lo
que se había demostrado en forma tan impresionante con la entrada triunfal del
día anterior.
20.
Por la mañana.
Es
decir, la mañana del martes, el día después de la purificación del templo. Desde
el lunes de mañana, los discípulos habían tenido más oportunidades de ser
testigos de la obstinada animosidad de los dirigentes Judíos contra Jesús.
Habrían de ver mucho más antes de que terminara el día. Para Jesús y los doce,
el primer episodio de este día ominoso fue el espectáculo de la higuera seca.
Desde las raíces.
Un detalle que sólo consigna Marcos. Este es
el único milagro de Jesús del que puede decirse que provocó un daño. Los
críticos han sugerido que Jesús pronunció con ira la maldición sobre la higuera
estéril. Sin embargo, en toda la vida de Jesús no hay nada que sugiera que él
alguna vez, con maldad, hubiera provocado daño o sufrimiento a hombres, animales
u otras criaturas, obra de sus manos, o que hubiera procedido movido por motivos
indignos. Las circunstancias dentro de las cuales Jesús realizó el milagro
proporcionan una explicación plenamente satisfactoria de su propósito al llevar
a cabo este acto excepcional. Ese mismo día los dirigentes de la nación
confirmarían su decisión de rechazar a Jesús como el Mesías, y él anunciaría que
el cielo los rechazaba a ellos (ver com. Mat. 23: 38). Los discípulos no
comprendían bien todo esto, e indudablemente Jesús maldijo a la higuera con el
propósito de prepararlos para ese trágico acontecimiento.
21. Pedro.
Sólo Marcos identifica a
Pedro como el portavoz de los otros (ver com. Mat. 14: 28).
Secado.
El proceso del secamiento ocurrió durante las 24 horas anteriores, y fue
tan completo que se advertía que era desde las raíces (vers. 20).
22. Tened fe en Dios.
Como podría
esperarse, la reacción de los discípulos fundamentalmente fue de sorpresa ante
la naturaleza milagrosa de esta parábola hecha realidad. Por supuesto, todavía
no percibían su importancia. De modo que mientras la atención de ellos se
concentraba en el milagro mismo y no en su significado, Jesús aprovechó de su
interés para destacar las alturas hasta las cuales puede ascender la verdadera
fe (vers. 22-24) y añadió una admonición respecto a un importante requisito
previo para que las oraciones sean contestadas (Mar. 11: 25; ver com. Mat. 17:
20).
23.
Este monte.
En ese mismo momento, Jesús y los discípulos
estaban en la falda del monte de los Olivos. Fuera del valle del Cedrón, el
monte de los Olivos ocupaba la mayor parte del área entre Jerusalén y Betania
(ver com. Mat. 21: 1; mapa p. 214; mapa en colores frente a la p. 513).
Quítate.
Ver com. Mat. 17: 20. Jesús mismo nunca movió montañas
literales, ni tenía el propósito de que sus seguidores se vieran frente a la
necesidad de hacer eso. Aquí Jesús habla de montañas simbólicas de dificultades.
Dudare.
Gr. diakrínÇ, en su forma activa, "separar",
"discriminar", o "distinguir". En su forma pasiva, empleada aquí y en Sant. 1:
6, tiene el sentido de "discutir", o "vacilar" (entre dos ideas), o "dudar".
25.
Estéis orando.
"Os pongáis de
pie para orar" (BJ). En cuanto a estar "de pie" como una postura adecuada para
orar, ver com. Luc. 18: 11. Quizá se haga referencia a estar de pie en los
atrios del templo a la hora de la oración matutina o vespertina.
26.
Porque si... no perdonáis.
La evidencia textual tiende
a confirmar (cf. p. 147) la omisión del vers. 26, aunque la mayoría de los
manuscritos tienen el mismo pensamiento en Mat. 18: 35. Nuestra mala voluntad
para perdonar, impide que Dios oiga y responda nuestras oraciones.
27. Volvieron entonces.
[ Los
dirigentes desafían la autoridad de Jesús, Mar. 11: 27-33 = Mat. 21: 23-27 =
Luc. 20: 1-8 . Comentario principal: Mateo.]
29. Respondedme.
Sólo Marcos registra el pedido de una
respuesta en esta forma perentoria. En cuanto a la pregunta de Jesús, ver com.
Mat. 21: 24.
CBA T5
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