CBA Libro de Marcos capítulo 16
1. Cuando pasó.
[ La resurrección, Mar. 16:
1-11 = Mat. 28: 1-15 = Luc. 24: 1-12 = Juan 20: 1-18. Comentario principal:
Mateo y Juan.] O "había transcurrido", es decir, entre los acontecimientos del
cap. 15 y los que están por ser presentados en el cap. 16. De ese modo se
presenta claramente que la resurrección ocurrió en el primer día de la semana, y
no antes como algunos han sostenido (ver com. Mat. 28: 1).
Compraron.
Con toda seguridad, esas especias fueron compradas después de la puesta
del sol, en lo que llamaríamos sábado de noche, y fueron añadidas a las que las
mujeres habían preparado el viernes (Luc. 23: 56) y a las que compró Nicodemo
(Juan 19: 39).
7. Pedro. Sólo Marcos se refiere aquí a Pedro por nombre (cf. p. 551). El hecho de
que Jesús lo mencionara por nombre era una indicación de que, a pesar de sus
errores, Pedro todavía era reconocido e incluido entre los amigos íntimos de
Jesús porque sinceramente se había arrepentido (ver Mat. 26: 75; Mar. 14: 72;
DTG 659).
8. Ni decían nada a nadie. Es decir, no decían nada a aquellos con quienes se encontraban al entrar
en la ciudad. Algunos han interpretado mal esta afirmación diciendo que
significa que las mujeres no dijeron nada a los discípulos, y que por lo tanto
Marcos aquí contradice a los otros autores de los Evangelios. Una conclusión tal
no tiene ningún fundamento.
9. Habiendo,
pues, resucitado Jesús. La evidencia textual (cf. p. 147) tiende a
confirmar que el Evangelio según San Marcos concluía con el vers. 8. Esta
aseveración se hace en base a evidencias externas e internas. La externa es
proporcionada por la ausencia de los vers. 9-20 en los dos manuscritos griegos
más antiguos: el Sinaítico y el Vaticano, ambos del siglo IV, y además en muchos
otros manuscritos antiguos. Como evidencia interna se presenta la problemática
transición entre el vers. 8 -donde se habla del temor que sintieron las mujeres-
y el vers. 9 -donde se relata la aparición de Jesús a María Magdalena-, y el uso
de palabras y frases en esos versículos que no son características de Marcos.
No se sabe por qué el Evangelio concluye con esta terminación abrupta,
que deja el relato inconcluso. Se supone que el original tenía una conclusión
que desapareció, dando lugar a tres diferentes terminaciones compuestas para
llenar el vacío:
A. El "final largo" de Marcos, que se encuentra en la gran mayoría de las versiones modernas, y que en la RVR comprende los vers. 9-20. Este final aparece en varios manuscritos antiguos, muy dignos de confianza, el más antiguo de los cuales es el Alejandrino del siglo V. No se pone en duda su veracidad ni su canonicidad; sí se disputa que haya sido parte del Evangelio original de Marcos. Este Comentario lo explica como histórico.
B. El "final largo" con el añadido del "Lógion Freer" (ver com. vers. 14).
C. El "final corto" que aparece en cuatro manuscritos griegos de
los siglos VII al IX, en manuscritos de la antigua versión latina y en otras
versiones. Su texto es: "Ellas refirieron brevemente a los compañeros de Pedro
lo que se les había anunciado. Luego, el mismo Jesús hizo que ellos llevaran,
desde el oriente hasta el poniente, el mensaje sagrado e incorruptible de la
salvación eterna" (tomado de una nota de la BJ).
11. No lo creyeron. Este registro de la incredulidad de los
discípulos, aun ante el testimonio de testigos oculares que afirmaban que Jesús
había resucitado, constituye una poderosa evidencia de la exactitud y veracidad
del relato de la resurrección, aun en sus detalles más pequeños.
12. Después. [ El camino a Emaús,
Mar. 16: 12= Luc. 24: 13-32. Comentario principal: Lucas.]
Otra forma.
Quizá sea una referencia al cuerpo resucitado de Jesús en contraste con
su cuerpo anterior a la resurrección, o al hecho de que Jesús permaneció sin ser
reconocido por los discípulos en el camino a Emaús.
13. Ni aun a ellos creyeron. [ Primera aparición en el
aposento alto, Mar. 16: 13 = Luc. 24: 33-49 = Juan 20: 19-23. Comentario
principal: Lucas y Juan.] Ver com. Luc. 24: 34-35, 41.
14. Finalmente. [ Segunda aparición en el aposento alto,
Mar. 16: 14 = Juan 20: 24-29 . Comentario principal: Juan.] En cuanto a la
secuencia cronológica de las apariciones posteriores a la resurrección, ver la
Nota Adicional de Mat. 28.
Los once.
Un término literalmente
correcto, pues el grupo de los seguidores especiales de Jesús, desde la
apostasía y suicidio de Judas, se había reducido a once en vez del núcleo
original de doce discípulos. Sin embargo, en otra parte se los llama todavía con
el término familiar, "los doce" (Juan 20: 24).
Sentados a la mesa.
Parece que varios de los discípulos convirtieron en su morada
transitoria el aposento alto en el cual habían participado juntos de la última
cena.
Les reprochó.
Sólo merece condenación la incredulidad
cuando persiste a pesar de que hay pruebas suficientes en contra de ella.
Dureza de corazón.
Ver com. Exo. 4: 21. Un manuscrito antiguo,
el Códice Freeriano (ver p. 120), también conocido como Washingtonense, añade al
vers. 14 lo que a veces se llamara el "Lógion Freer". Esta añadidura tiene
rasgos inconfundibles que muestran que es una interpolación posterior, y sólo
tiene interés como una curiosidad textual.
Su texto dice: "Y éstos
alegaron en su defensa: 'Este siglo de iniquidad y de incredulidad está bajo el
dominio de Satán, que no deja que lo que está bajo el yugo de los espíritus
impuros reciba la verdad y el poder de Dios; manifiesta, pues, ya desde ahora tu
645 justicia'. Esto es lo que decían a Cristo y Cristo les respondió: 'El
término de los años del poder de Satán se ha cumplido, pero otras cosas
terribles se acercan. Y yo he sido entregado a la muerte por los que pecaron,
para que se conviertan a la verdad, y no pequen más, a fin de que hereden la
gloria espiritual e incorruptible de justicia que está en el cielo...' "
15. Id. [ Aparición en una montaña
de Galilea, Mar. 16: 15-18 = Mat. 28: 16-20. Comentario principal: Mateo.] Aquí
no hay nada en el relato que indique un cambio de tiempo o de lugar diferentes
de los del vers. 14. Sin embargo, estos versículos quizá sean un breve informe
de una parte de las amplias instrucciones que Jesús dio a unos 500 que se habían
reunido en una montaña de Galilea (ver com. Mat. 28: 16, lg; cf. DTG 757, 760).
"Repitió varias veces estas palabras a fin de que los discípulos comprendiesen
su significado" (DTG 757), un hecho que puede explicar las diversas versiones de
la comisión evangélica tal como es dada por los diferentes escritores de los
Evangelios.
16. Será salvo. Aquí se
presentan dos requisitos para los que aceptan las enseñanzas del Evangelio: fe
en Jesús y bautismo. El primero es la aceptación íntima de la salvación tan
bondadosamente proporcionada por la muerte vicaria del Redentor del mundo; el
segundo es la demostración externa de un cambio interior de la vida (ver com.
Rom. 6: 3-6).
No creyere.
Debe notarse que si alguien es
condenado, se debe a su incredulidad. Aquí no se hace referencia al bautismo en
un sentido positivo o negativo, pues la realidad interior de la salvación
trasciende ampliamente en importancia a la señal exterior. La falta del bautismo
simplemente significaría una muestra externa de un descreimiento interior, el
cual, por sí mismo, es suficiente para impedir que un hombre logre las
bendiciones de la salvación. Quizá aquí Jesús previó que -a semejanza del ladrón
en la cruz- habría casos en los cuales hombres y mujeres, verdaderamente
convertidos, no podrían recibir el rito del bautismo.
17. Estas señales. Es decir, demostraciones sobrenaturales
y milagrosas del poder divino (ver p. 198). Sin embargo, aunque sean valiosos
los milagros, no es imposible falsificarlos o hacer circular informes de
supuestos milagros. Esos informes tienden a confundir al incauto y atraen al
crédulo. En realidad, los milagros no constituyen la evidencia más poderosa de
que es genuino el Evangelio (DTG 372, 740). Debiera recordarse que Jesús mismo,
consistentemente, rehusaba realizar milagros a manera de señales.
Nuevas lenguas.
Ver Hech. 2: 4; 10: 46; 19: 6; 1 Cor. 12: 28;
14: 2-5. Durante su ministerio anterior, a los doce no se les había dado el don
de lenguas, pues no era necesario. Ese don les fue conferido ahora que había
necesidad (ver com. 1 Cor. 14).
18. Cosa
mortífera. Jesús aquí usa como ilustraciones casos tales como los que
normalmente resultan en daños graves o en muerte, y promete que los mensajeros
del Evangelio, en muchas ocasiones, recibirán una protección especial, de
acuerdo con la voluntad del Padre.
19. Después que. [ La
ascensión, Mar. 16: 19-20 = Luc. 24: 50-53. Comentario principal: Lucas.] Esta
cláusula conjuntiva da la impresión de que la ascensión siguió inmediatamente al
consejo de los vers. 15- 18. Sin embargo, éste no parece haber sido el caso. Es
más probable que aquí se haga referencia a un intervalo más prolongado (ver com.
vers. 15).
Diestra.
La posición de honor y de autoridad. La
excelsa posición de Cristo en el cielo repetidamente es el tema de varios
escritores del NT (Hech. 7: 55; Rom. 8: 34; Efe. 1: 20; Col. 3: 1; Heb. 1: 3; 8:
1; 10: 12; 1 Ped. 3: 22; Apoc. 3: 21; etc.).
20. Ellos, saliendo. Sólo en Marcos se describe, con una
pincelada audaz, los triunfos del Evangelio realizados por el Espíritu Santo
mediante los apóstoles, durante los primeros años después de la ascensión.
Predicaron en todas partes.
Tal fue, y sigue siendo, la misión
de los seguidores de Cristo (cf. vers. 15).
Ayudándoles el Señor.
En la providencia de Dios, el poder divino siempre se ha de unir con el
esfuerzo humano.
Confirmando la palabra.
Parcialmente, mediante
la evidencia del poder divino manifestado en las "señales" a que se hace
referencia en los vers. 17-18.
Amén.
La evidencia textual
favorece (cf. p.147) la omisión de esta palabra.
CBA T5
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