Comentario de Elena G. de White de 2 Corintios 9: 6-7
El que siembra.
La figura de la siembra y la cosecha es muy familiar en la Biblia. La relación entre ambas es natural y precisa; está en completa armonía con los principios del gobierno de Dios (Pro_11:24-25; Pro_19:17; Pro_22:9; Gal_6:7-10). Un buen agricultor no siembra rezongando o escasamente, sino con alegría y abundancia, pues conoce la relación entre la siembra y la cosecha.Generosamente.
Esta palabra revela la naturaleza elevada y divina de la liberalidad cristiana. las dádivas cristianas no son un sacrificio, sino una preparación para una cosecha. El “don inefable” (2Co_9:15) de Dios trajo bendiciones inconmensurables para la humanidad, y proporcionará gozo a Cristo y lo dejará satisfecho cuando vea el resultado de sus sufrimientos (Isa_53:11). Dios demostró en el plan de salvación la forma de sembrar, y garantiza la cosecha. El hombre debe elegir si cosechará las bendiciones que Dios le tiene reservadas.Propuso en su corazón.
Se denota una decisión bien meditada. La dadivosidad cristiana brota de una decisión deliberada. Mucho de lo que se da obedece al impulso del momento, sin que lo acompañe una cuidadosa preparación hecha con amor, que añade a la dádiva el corazón del dador (ver com. 2Co_8:5). No sucedió así en el caso de la gran dádiva del amor de Dios (Joh_3:16; cf. Eph_3:11). Dios sólo acepta lo que proviene del deseo espontáneo del corazón (Mat_6:2-4).No con tristeza.
Es decir “no de mala gana” (BJ, BC, NC). La dádiva que entristece al dador no es verdadera. El dador no se entrega con una dádiva tal, pues ésta es acompañada por el pesar que se manifiesta por la pérdida de posesiones terrenales. El dar nunca debe entristecer al cristiano. El que da con espíritu triste, no recibe ningún beneficio de lo que da. Pero el dador alegre, por el hecho de dar así, es una mejor persona, más satisfecha y más semejante a Cristo. El que da de mala gana mejor sería que no diera nada, pues su espíritu y carácter son completamente opuestos al espíritu de Cristo, quien nos da generosamente todas las cosas (Rom_8:32).Por necesidad.
Es decir, porque se le pide que dé. Esto podría referirse a una presión colectiva que impulsa a que la persona dé para mantener su reputación dentro del grupo, por pedidos insistentes y por un asedio personal e importuno para participar en planes de la iglesia, o por el impulso de dar para compensar los deberes que no cumplimos en otros sentidos.Dios ama.
Esta declaración es casi una cita literal de Pro_22:9, LXX. La cualidad suprema del carácter de Dios es un amor justo (1Jo_4:7-8). El honor máximo que las criaturas de Dios pueden rendir a su Autor es reflejar ese amor en sus vidas. Esta es la forma más eficaz de proclamar a Dios ante el mundo.Alegre.
Es decir, pronto y espontáneo. Dar es de todos los deberes cristianos el que se puede hacer con más alegría, especialmente cuando se trata de planes destinados al adelanto del reino de Dios en la tierra. El espíritu de liberalidad es el espíritu de Cristo; el espíritu de egoísmo es el espíritu del mundo y de Satanás. El carácter del cristiano tiende a dar; el carácter del mundano tiende a recibir.CBA T6
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