Jueves 8 de marzo del 2018
Una mujer unge a Jesús en Betania
14:1-11—Mt 26:2-16 14:1-2, 14— Lc 22:1-6
Mar 14:1 Faltaban sólo dos días para la Pascua y para la fiesta de los Panes sin levadura. Los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley buscaban con artimañas cómo arrestar a Jesús para matarlo.
Mar 14:2 Por eso decían: «No durante la fiesta, no sea que se amotine el pueblo.»
Mar 14:3 En Betania, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Simón llamado el leproso, llegó una mujer con un frasco de alabastro lleno de un perfume muy costoso, hecho de nardo puro. Rompió el frasco y derramó el perfume sobre la cabeza de Jesús.
Mar 14:4 Algunos de los presentes comentaban indignados: —¿Para qué este desperdicio de perfume?
Mar 14:5 Podía haberse vendido por muchísimo dinero[h] para darlo a los pobres. Y la reprendían con severidad.
Mar 14:6 —Déjenla en paz —dijo Jesús—. ¿Por qué la molestan? Ella ha hecho una obra hermosa conmigo.
Mar 14:7 A los pobres siempre los tendrán con ustedes, y podrán ayudarlos cuando quieran; pero a mí no me van a tener siempre.
Mar 14:8 Ella hizo lo que pudo. Ungió mi cuerpo de antemano, preparándolo para la sepultura.
Mar 14:9 Les aseguro que en cualquier parte del mundo donde se predique el evangelio, se contará también, en memoria de esta mujer, lo que ella hizo.
Judas traiciona a Jesus
Mar 14:10 Judas Iscariote, uno de los doce, fue a los jefes de los sacerdotes para entregarles a Jesús.
Mar 14:11 Ellos se alegraron al oírlo, y prometieron darle dinero. Así que él buscaba la ocasión propicia para entregarlo.
La Cena del Señor
14:12-26—Mt 26:17-30; Lc 22:7-23; 14:22-25—1Co 11:23-25
Mar 14:12 El primer día de la fiesta de los Panes sin levadura, cuando se acostumbraba sacrificar el cordero de la Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús: —¿Dónde quieres que vayamos a hacer los preparativos para que comas la Pascua?
Mar 14:13 Él envió a dos de sus discípulos con este encargo: —Vayan a la ciudad y les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo,
Mar 14:14 y allí donde entre díganle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la sala en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos?”
Mar 14:15 Él les mostrará en la planta alta una sala amplia, amueblada y arreglada. Preparen allí nuestra cena.
Mar 14:16 Los discípulos salieron, entraron en la ciudad y encontraron todo tal y como les había dicho Jesús. Así que prepararon la Pascua.
Mar 14:17 Al anochecer llegó Jesús con los doce.
Mar 14:18 Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo: —Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar.
Mar 14:19 Ellos se pusieron tristes, y uno tras otro empezaron a preguntarle: —¿Acaso seré yo?
Mar 14:20 —Es uno de los doce —contestó—, uno que moja el pan conmigo en el plato.
Mar 14:21 A la verdad, el Hijo del hombre se irá tal como está escrito de él, pero ¡ay de aquel que lo traiciona! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
Mar 14:22 Mientras comían, Jesús tomó pan y lo bendijo. Luego lo partió y se lo dio a ellos, diciéndoles: —Tomen; esto es mi cuerpo.
Mar 14:23 Después tomó una copa, dio gracias y se la dio a ellos, y todos bebieron de ella.
Mar 14:24 —Esto es mi sangre del pacto,[i] que es derramada por muchos —les dijo—.
Mar 14:25 Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta aquel día en que beba el vino nuevo en el reino de Dios.
Mar 14:26 Después de cantar los salmos, salieron al monte de los Olivos.
Jesús predice la negación de Pedro
14:27-31—Mt 26:31-35
Mar 14:27 —Todos ustedes me abandonarán —les dijo Jesús—, porque está escrito: »“Heriré al pastor, y se dispersarán las ovejas.”[j]
Mar 14:28 Pero después de que yo resucite, iré delante de ustedes a Galilea.
Mar 14:29 —Aunque todos te abandonen, yo no —declaró Pedro.
Mar 14:30 —Te aseguro —le contestó Jesús—que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez,[k] me negarás tres veces.
Mar 14:31 —Aunque tenga que morir contigo —insistió Pedro con vehemencia—, jamás te negaré. Y los demás dijeron lo mismo.
Getsemaní
14:32-42—Mt 26:36-46; Lc 22:40-46
Mar 14:32 Fueron a un lugar llamado Getsemaní, y Jesús les dijo a sus discípulos: «Siéntense aquí mientras yo oro.»
Mar 14:33 Se llevó a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a sentir temor y tristeza.
Mar 14:34 «Es tal la angustia que me invade que me siento morir —les dijo—. Quédense aquí y vigilen.»
Mar 14:35 Yendo un poco más allá, se postró en tierra y empezó a orar que, de ser posible, no tuviera él que pasar por aquella hora.
Mar 14:36 Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo,[l] pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.»
Mar 14:37 Luego volvió a sus discípulos y los encontró dormidos. «Simón —le dijo a Pedro—, ¿estás dormido? ¿No pudiste mantenerte despierto ni una hora?
Mar 14:38 Vigilen y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo[m] es débil.»
Mar 14:39 Una vez más se retiró e hizo la misma oración.
Mar 14:40 Cuando volvió, los encontró dormidos otra vez, porque se les cerraban los ojos de sueño. No sabían qué decirle.
Mar 14:41 Al volver por tercera vez, les dijo: «¿Siguen durmiendo y descansando? ¡Se acabó! Ha llegado la hora. Miren, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores.
Mar 14:42 ¡Levántense! ¡Vámonos! ¡Ahí viene el que me traiciona!»
Arresto de Jesús
14:43-50—Mt 26:14-56; Lc 22:47-50; Jn 18:3-11
Mar 14:43 Todavía estaba hablando Jesús cuando de repente llegó Judas, uno de los doce. Lo acompañaba una turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos.
Mar 14:44 El traidor les había dado esta contraseña: «Al que yo le dé un beso, ése es; arréstenlo y llévenselo bien asegurado.»
Mar 14:45 Tan pronto como llegó, Judas se acercó a Jesús. —¡Rabí! —le dijo, y lo besó.
Mar 14:46 Entonces los hombres prendieron a Jesús.
Mar 14:47 Pero uno de los que estaban ahí desenfundó la espada e hirió al siervo del sumo sacerdote, cortándole una oreja.
Mar 14:48 —¿Acaso soy un bandido[n] —dijo Jesús—, para que vengan con espadas y palos a arrestarme?
Mar 14:49 Día tras día estaba con ustedes, enseñando en el templo, y no me prendieron. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras.
Mar 14:50 Entonces todos lo abandonaron y huyeron.
Mar 14:51 Cierto joven que se cubría con sólo una sábana iba siguiendo a Jesús. Lo detuvieron,
Mar 14:52 pero él soltó la sábana y escapó desnudo.
Jesús ante el Consejo
14:53-65—Mt 26:57-68; Jn 18:12-13, 19-24 14:61-63—Lc 22:67-71
Mar 14:53 Llevaron a Jesús ante el sumo sacerdote y se reunieron allí todos los jefes de los sacerdotes, los ancianos y los maestros de la ley.
Mar 14:54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote. Allí se sentó con los guardias, y se calentaba junto al fuego.
Mar 14:55 Los jefes de los sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban alguna prueba contra Jesús para poder condenarlo a muerte, pero no la encontraban.
Mar 14:56 Muchos testificaban falsamente contra él, pero sus declaraciones no coincidían.
Mar 14:57 Entonces unos decidieron dar este falso testimonio contra él:
Mar 14:58 —Nosotros le oímos decir: “Destruiré este templo hecho por hombres y en tres días construiré otro, no hecho por hombres.”
Mar 14:59 Pero ni aun así concordaban sus declaraciones.
Mar 14:60 Poniéndose de pie en el medio, el sumo sacerdote interrogó a Jesús: —¿No tienes nada que contestar? ¿Qué significan estas denuncias en tu contra?
Mar 14:61 Pero Jesús se quedó callado y no contestó nada. —¿Eres el Cristo, el Hijo del Bendito? —le preguntó de nuevo el sumo sacerdote.
Mar 14:62 —Sí, yo soy —dijo Jesús—. Y ustedes verán al Hijo del hombre sentado a la derecha del Todopoderoso, y viniendo en las nubes del cielo.
Mar 14:63 —¿Para qué necesitamos más testigos? —dijo el sumo sacerdote, rasgándose las vestiduras—.
Mar 14:64 ¡Ustedes han oído la blasfemia! ¿Qué les parece? Todos ellos lo condenaron como digno de muerte.
Mar 14:65 Algunos comenzaron a escupirle; le vendaron los ojos y le daban puñetazos. —¡Profetiza! —le gritaban. Los guardias también le daban bofetadas.
Pedro niega a Jesús
14:66-72—Mt 26:69-75; Lc 22:56-62; Jn 18:16-18, 25-27
Mar 14:66 Mientras Pedro estaba abajo en el patio, pasó una de las criadas del sumo sacerdote.
Mar 14:67 Cuando vio a Pedro calentándose, se fijó en él. —Tú también estabas con ese nazareno, con Jesús —le dijo ella.
Mar 14:68 Pero él lo negó: —No lo conozco. Ni siquiera sé de qué estás hablando. Y salió afuera, a la entrada.[ñ]
Mar 14:69 Cuando la criada lo vio allí, les dijo de nuevo a los presentes: —Éste es uno de ellos.
Mar 14:70 Él lo volvió a negar. Poco después, los que estaban allí le dijeron a Pedro: —Seguro que tú eres uno de ellos, pues eres galileo.
Mar 14:71 Él comenzó a echarse maldiciones. —¡No conozco a ese hombre del que hablan! —les juró.
Mar 14:72 Al instante un gallo cantó por segunda vez.[o] Pedro se acordó de lo que Jesús le había dicho: «Antes de que el gallo cante por segunda vez,[p] me negarás tres veces.» Y se echó a llorar.
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