Calla, Enmudece HABÍA sido un día lleno de acontecimientos en la vida de Jesús. Al lado del mar de Galilea, había pronunciado sus primeras parábolas, explicando de nuevo, mediante ilustraciones familiares, la naturaleza de su reino y la manera en que se establecería. Había comparado su propia obra a la del sembrador, el desarrollo de su reino al crecimiento de la semilla de mostaza, y al efecto de la levadura en una medida de harina. Había descrito la gran separación final de los justos y de los impíos mediante las parábolas del trigo y de la cizaña, y de la red del pescador. Había ilustrado la excelsa preciosura de las verdades que enseñaba, mediante el tesoro oculto y la perla de gran precio, mientras que en la parábola del padre de familia había enseñado a sus discípulos cómo habían de trabajar como representantes suyos. Durante todo el día había estado enseñando y sanando; y al llegar la noche, las muchedumbres se agolpaban todavía en derredor de él. Día tras día, las ha...