1. En aquel mismo tiempo.
Lo que aquí se relata
debe haber ocurrido poco antes de la muerte de Herodes Agripa I (cf. vers.
20-23). Puesto que este rey murió en el año 44 d.C., los acontecimientos de la
primera parte de este capítulo quizá puedan ubicarse en el año 43 o a comienzos
del 44 d. C.
El rey Herodes.
Herodes Agripa I era hijo de
Aristóbulo y Berenice, y nieto de Herodes el Grande y de la princesa asmonea
Mariamna; era también hermano de la Herodías que aparece en el relato de Juan el
Bautista (ver t. V, p. 40). Su nombre era el del estadista que fue primer
ministro de Augusto. Después de que su padre fue víctima de los recelos de su
abuelo Herodes el Grande, en el año 7 a. C., (ver t. V, p. 43), fue enviado a
Roma en parte como rehén y también para que no fuera implicado en intrigas
políticas. Allí se hizo amigo de Calígula y de Claudio, los cuales más tarde
llegaron a ser emperadores. Cuando Herodes Antipas se casó con Herodías, hermana
de Herodes Agripa, éste fue nombrado como supervisor del mercado de Tiberias,
pero pronto riñó con Antipas y se marchó a Roma. Allí sufrió el desagrado de
Tiberio por haber expresado imprudentemente el deseo de que su amigo Calígula
pudiera ser emperador. Fue encarcelado por Tiberio y permaneció en prisión hasta
la muerte de ese emperador. Cuando Calígula sucedió a Tiberio en el trono, colmó
de honores a su amigo Agripa; primero le dio la tetrarquía de Felipe y después
la de Lisanias (Luc. 3: 1), y le concedió el título de rey Cuando Antipas fue
depuesto (ver t. V, p. 66), Agripa pasó a gobernar sus territorios, además de
los que ya tenía. En el t. V, pp. 69, 224 hay más detalles acerca de su reinado.
Maltratarles.
Puesto que Agripa anhelaba que lo consideraran
como un judío piadoso, pudo ser fácilmente incitado por los judíos para que
atacara a los cristianos. Por lo tanto, comenzó a perseguir a la iglesia,
"despojando de casas y bienes a los creyentes" (HAp 116).
2. Mató a espada a Jacobo.
Si este apóstol hubiera sido
hallado culpable de blasfemia o de herejía, el sanedrín lo habría sentenciado a
muerte por apedreamiento. Como ocurrió con Juan el Bautista (Mat. 14: 10), el
hecho de que Jacobo fuera decapitado demuestra que su muerte fue decretada por
un gobernante civil que empleaba métodos romanos de castigo (cf. Mat. 20: 23).
Sólo puede conjeturarse en cuanto a la razón por la cual Herodes escogió a
Jacobo como la primera de sus víctimas. Es posible que en la predicación del
Evangelio, Jacobo hubiera seguido ocupando el lugar destacado que había
compartido con Pedro y Juan en el relato evangélico. Quizá se distinguía por su
elocuencia natural, pues lo llamaban hijo "del trueno" (Mar. 3: 17). En una
tradición procedente de Clemente de Alejandría y conservada por Eusebio (
Historia eclesiástica ii. 9), se relata que el que acusó a Jacobo, se convirtió
al contemplar la fe y la paciencia de su víctima.
Según la cronología
que se conoce de los Hechos, Jacobo desempeñó un corto ministerio de sólo 13
años después de la ascensión de Cristo. Fue el primero de los apóstoles en
morir, mientras que Juan, su hermano, fue probablemente el último en fallecer.
Los romanos aplicaban la pena de muerte por decapitación.
Posteriormente, como lo 268 declara la Mishnah ( Sanhedrin 7. 3), los judíos la
emplearon algunas veces.
3. Había agradado
a los judíos.
El objetivo de Agripa era agradar a los judíos. Josefo
también señala esto. Cuando compara a Agripa con Antipas, dice que este último
se mostraba más amigable con los griegos que con los judíos; pero que Agripa no
lo era (Antigüedades xix. 7. 3).
En la Mishnah ( Sotah 7. 8) se relata
un caso que muestra cuán sensible era el rey ante las alabanzas o la censura
popular. Cierta vez, el rey Agripa leía en el libro de la ley durante la fiesta
de los tabernáculos en un año sabático. Cuando llegó a las palabras de Deut. 17:
15, donde dice, "no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu
hermano", se le llenaron los Ojos de lágrimas al pensar en su origen idumeo. El
pueblo vio que lloraba, y pensando éste más bien en su ascendencia asmonea,
exclamó: "¡Nuestro hermano! ¡Nuestro hermano eres tú!", con lo cual el corazón
del rey se sintió confortado.
A menos que fuera a los dirigentes de los
judíos a quienes Agripa deseaba complacer en primer lugar, este relato da a
entender que se había obrado un gran cambio de sentir en el pueblo, pues es
evidente que había un sentimiento popular en favor de los apóstoles (cap. 2: 47;
5: 26). Este cambio fue causado sin duda por el rápido aumento de la feligresía
de la iglesia.
También a Pedro.
Después de encarcelar y matar a
Jacobo, hizo prender a Pedro, quien era una figura destacada entre los doce y
constituía un blanco lógico del ataque de Herodes.
Días de los panes sin
levadura.
Se refiere a toda la fiesta de la pascua, lo cual puede
deducirse de Luc. 22: 1: "La fiesta de los panes sin levadura, que se llama la
pascua".
4. Le puso en la cárcel.
Para tenerlo ahí hasta que terminara la fiesta.
Cuatro grupos de
cuatro soldados cada uno.
Es probable que dos soldados estuvieran
encadenados a Pedro y dos estuvieran guardando la puerta (ver com. vers. 10).
Eran necesarios cuatro grupos para que fueran rotándose.
Sacarle al
pueblo.
Agripa quería presentarlo ante el pueblo para juzgarlo y
condenarlo, así como Pilato había llevado a Jesús ante el tribunal (Juan 19:
13).
Pascua.
Se hace referencia a toda la fiesta de la pascua, y
no sólo a un día. Pedro fue arrestado al comenzar la fiesta de la pascua (la
cena pascual se comía la noche que daba comienzo al día 15 de Nisán), y el rey
quería sentenciarlo y castigarlo el día 21, después de que terminara la fiesta.
5. Estaba custodiado.
La frase
griega sugiere que estuvo en la cárcel algunos días.
Sin cesar.
Gr. ektenÇs, " "insistentemente" (BJ), "fervorosamente" ". Esta palabra
se usa también para describir la oración de Jesús en el Getsemaní:
"intensamente" (Luc. 22:44, RVR). En 1 Ped. 4: 8, se traduce "ferviente" . Por
lo que se sabe en cuanto a la situación general de la iglesia cristiana, puede
conjeturarse que estas oraciones eran ofrecidas por grupos de cristianos
reunidos en casas particulares (Hech. 12: 12), porque debido a la persecución de
Agripa era peligroso celebrar públicamente los cultos cristianos, como ocurrió
muchas veces en los primeros días del cristianismo.
6. Le iba a sacar.
Esto indica que había transcurrido
cierto tiempo desde su encarcelamiento al comienzo de la fiesta de la pascua,
hasta que fuera ejecutado después de terminar dicha fiesta.
Estaba Pedro
durmiendo.
Es una inspiración y una exhortación para la fe notar el
tranquilo descanso del apóstol, que duerme como uno a quien Dios le ha concedido
el sueño de sus amados (Sal. 127: 2), sin ser turbado por el temor del inminente
sufrimiento o de la muerte.
Guardas.
Probablemente los dos
soldados del grupo de cuatro (vers. 4) que no estaban encadenados al preso.
7. Se presentó.
Gr. efist ' mi,
literalmente, "ponerse encima". Es el mismo verbo que se emplea al hablar de la
aparición de los ángeles a los pastores (Luc. 2: 9).
Una luz
resplandeció.
Así como "la gloria del Señor.. rodeó de resplandor" a los
pastores, la presencia del ángel introdujo la gloria del cielo en la oscura
cárcel.
La cárcel.
Gr. oik ' ma, "vivienda", "habitación"; aquí,
"celda". Los atenienses usaban este sustantivo como un eufemismo para referirse
a la "cárcel".
Las cadenas se le cayeron.
Pedro estaba
encadenado a dos soldados, y a pesar de que las cadenas se le cayeron de los
tobillos y las muñecas, los soldados no se despertaron.
8. Cíñete.
Pedro seguramente se había aflojado el cinturón
y se había quitado las sandalias para dormir. "Ceñirse" podría referirse
literalmente a atarse un cinto; pero además tenía la idea más amplia de
"vestirse" (Juan 2 1: 18), o la idea figurada de prepararse como para un viaje
(Luc. 12:35).
Manto.
Gr. himátion , manto exterior, no la túnica
interior (ver t. V, p. 49). Es probable que Pedro hubiera estado durmiendo
envuelto en este manto.
Sígueme.
El ángel no dio ninguna
explicación sino que sencillamente libró a Pedro de sus cadenas, y este acto fue
suficiente para que el apóstol lo siguiera con confianza.
9. No sabía.
A Pedro posiblemente le pareció ahora que la
situación era parecida a la que había experimentado al recibir la visión narrada
en el cap. 10. Debe haber pensado que al despertar se encontraría aún encadenado
a los dos soldados, como cuando al volver en sí después de la anterior visión
aún se encontraba en el terrado de la casa.
10. Guardia.
Gr. fulak ', "guardia". Podría referirse a los
guardias apostados junto a la puerta interior de la cárcel y en alguna puerta a
cierta distancia, o posiblemente a los guardias que estaban encadenados con
Pedro y a los otros de la puerta (vers. 4). Pedro quizá había sido encerrado en
una celda interior, y por lo tanto tenía que salir atravesando dos patios.
A la ciudad.
Evidentemente la cárcel estaba dentro de la ciudad.
Pudo haber estado situada en la torre Antonia (ver t. V, p. 215; cf. com.
"salidos", en este versículo).
Por sí misma.
Ningún ser humano
abrió la puerta; sin duda, la abrió un ángel invisible. Nótese la forma sencilla
y natural como Lucas narra este milagro.
Salidos.
El Códice de
Beza añade: "descendieron los siete escalones y..", luego continúa el texto.
Aunque la evidencia textual establece (cf. p. 10) la omisión de esta frase, la
misma podría sugerir un conocimiento más detallado de la ciudad de Jerusalén que
la que hoy tenemos. Posiblemente se base en la tradición de que Pedro fue
encarcelado en la torre Antonia, a la cual parece que se entraba por una
escalinata (cap. 21: 34-35, 40).
Calle.
Gr. rhúm ', "calle", aun
mejor "calle estrecha".
El ángel se apartó de él.
Cuando Pedro
ya no necesitaba la ayuda sobrenatural, el ángel lo dejó para que hiciera lo que
era necesario para escapar.
11. Volviendo
en sí.
Pedro se encuentra libre en una calle de la ciudad de Jerusalén,
envuelto en el aire fresco de la noche.
El Señor.
Pedro no tenía
ninguna duda en cuanto al origen de su tan oportuna liberación.
Me ha
librado.
El Señor de Pedro había enviado como antes (cap. 5: 19) a su
ángel para librarlo. Ya no había duda en cuanto a la autenticidad de su
liberación.
12. Habiendo considerado esto.
"Consciente de su situación" (BJ). Pedro había estado en un primer
momento como en un sueño (vers. 9; cf. Sal. 126: 1); pero al fin pudo comprender
la maravillosa verdad y entró en acción. Entonces comprendió las circunstancias
de su liberamiento y se dio cuenta qué debía hacer.
María.
Esta
María era parienta de Bernabé (cf. Col. 4: 1 0, donde se llama a Juan Marcos
"sobrino de Bernabé", aunque la palabra griega significa más bien "primo").
Puesto que no se menciona al padre de Marcos, se podría suponer que María era
viuda. Al igual que Bernabé (Hech. 4: 36-37), parece que tenía ciertos recursos,
ya que disponía de una casa suficientemente grande que servía como lugar de
oración de la iglesia.
Juan.
Pedro llama "hijo" a Marcos (1 Ped.
5: 13), por lo tanto, es posible que el joven hubiera sido un converso del
apóstol. El nombre latino Marcus sugiere que había alguna relación con romanos o
judíos romanos.
Reunidos orando.
Estas reuniones probablemente
eran comunes en la casa de María. En el mismo momento en que Pedro era liberado
de la cárcel, el grupo estaba orando fervientemente (vers. 5) por su vida, pues
estaban conscientes de que la iglesia se enfrentaba a una gran crisis.
13. Llamó Pedro.
Cuando el ángel
abrió las puertas de la cárcel, el poder sobrenatural intervino para ayudar en
una necesidad extraordinaria; pero Pedro, unos minutos después del milagro de su
liberación, tuvo que llamar a la puerta de una casa para poder entrar en forma
normal.
Puerta.
Gr. pulón ; ver com. Mat. 26: 71.
A
escuchar.
El hecho de que Rode haya salido "a escuchar", da a entender
que había un sentimiento de peligro por causa de la persecución que sufrían los
discípulos motivada por el celo de Agripa a favor del judaísmo. Saulo había
entrado antes en las casas (cap. 8: 3) para llevar hombres y mujeres a la
cárcel; ahora existía la posibilidad de un peligro similar. Por esta razón Rode
no abrió la puerta hasta que supo quién pedía permiso para entrar.
Muchacha.
Gr. paidísk ' , "muchacha" o "sirvienta".
Rode.
Nombre griego que significa "rosa". Rode se menciona aquí;
pero son pocas las muchachas de servicio tan bien conocidas como ella. A Rode,
como al ladrón en la cruz, a María la que lavó los pies de Jesús y la viuda
anónima que puso las dos blancas en el cofre de las ofrendas del templo, la han
conocido por casi 20 siglos todos los lectores de la Biblia.
14. la voz de Pedro.
El amor
cristiano de esta joven por el piadoso y valiente soldado de la cruz, sin duda
la había impulsado a escuchar atentamente a Pedro en anteriores ocasiones, y por
eso conocía su voz. Además, Pedro hablaba con acento galileo, razón por la cual
otra sirvienta lo reconoció en una ocasión anterior (Mat. 26: 73).
De
gozo.
No fue por falta de fe que Rode no abrió en seguida la puerta a
Pedro, sino debido al profundo gozo que sentía. Ella había compartido la
preocupación que los hermanos sentían por Pedro, y había participado en las
plegarias ofrecidas en su favor. Su intenso anhelo de contar las buenas nuevas
de la liberación de Pedro hizo que perdiera su serenidad. Lucas también registra
que los discípulos, al reconocer a Jesús en la tarde del día de la resurrección,
"de gozo, no lo creían" (Luc. 24: 41).
15. Estás loca.
Cuando Rode dio la noticia de que Pedro
estaba a la puerta, los hermanos no podían creerle. No tenían suficiente fe para
creer que Dios había contestado sus oraciones; por lo tanto, pensaron que la
joven debía haber perdido la razón.
Su ángel.
En Heb. 1: 14 se
expresa interrogativamente la creencia de los judíos en cuanto a los ángeles:
"¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los
que serán herederos de la salvación?" Los judíos creían que cada persona desde
su nacimiento tenía un ángel guardián (Sal. 91: 13-15; jubileos 35: 17; Tobías
12: 12). Cuando Jesús habló de los ángeles de los niños (Mat. 18: 10), se
refería a algo familiar para los judíos. Después del exilio, y quizá por la
influencia pagana, la angelología judía fue tornándose cada vez más complicada.
En la literatura rabínica los ángeles tienen funciones más explícitas que en la
Biblia.
16. Persistía en llamar.
Pedro persistía tanto en llamar a la puerta como habían persistido los
creyentes en sus oraciones rogando por su liberación.
Se quedaron
atónitos.
Es difícil encontrar una mejor ilustración de la incapacidad,
aun de gente buena, para creer que sus oraciones son contestadas definitiva y
específicamente. Cuando Pedro estuvo delante de ellos, les costó admitir que era
, sin embargo, Jesús había dado a sus seguidores la más plena seguridad de que
sus oraciones de fe serían respondidas (Juan 14: 13-14).
17. Le había sacado.
Cuando fue liberado de la cárcel y
volvió en sí, exclamó: "El Señor ha enviado su ángel" (vers. 11). Ahora
testifica otra vez que había sido el Señor el que lo había librado.
Haced saber.
Gr. apaggéllÇ , "anunciar", "declarar".
Jacobo.
Sin duda el mismo que presidió el concilio de Jerusalén,
en el cual se discutió el tema de la circuncisión, y pronunció su decisión en
cuanto a ese asunto (cap. 15: 13). Esto hace pensar que, de una manera u otra,
era la persona principal de la iglesia de Jerusalén y, por lo tanto, era natural
que Pedro quisiera que Jacobo se enterara inmediatamente de su liberación.
Es posible que este Jacobo fuera el hijo de Alfeo, o el Jacobo que era
hermano del Señor. Los hermanos de Jesús sólo creyeron en él cuando su vida
terrenal llegaba a su fin, mucho después de que los doce fueron elegidos. Pablo
llama "hermano del Señor" " (Gál. l: 19; cf. cap. 2: 9) al mismo Jacobo que era
una de las columnas de la iglesia de Jerusalén después de la muerte de Jacobo,
hijo de Zebedeo. Es probable que este sea el Jacobo al cual Pedro se refiere
aquí. Eusebio ( Historia eclesiástica ii. 23) lo llama obispo de Jerusalén, y
cita el libro quinto de Commentaria de Hegesipo, que aunque no necesariamente
contiene datos exactos, puede contener algunos elementos de verdad: "Recibió el
gobierno de la Iglesia, juntamente con los apóstoles, Santiago hermano del
Señor, quien ya desde los tiempos de Cristo hasta nuestra edad ha sido llamado
el Justo. Pues ciertamente han existido muchos que se llamaban con el nombre de
Santiago pero éste fue santo desde el vientre de su madre. Nunca bebió vino ni
zumo de dátiles; se abstuvo totalmente de las carnes de animales. Nunca se cortó
la cabellera, ni acostumbraba a ungir ni a bañar su cuerpo. Era el único entre
todos que tenía el derecho y la facultad de entrar en el santuario íntimo del
templo. No usaba vestidura de lana sino de lino. Acostumbraba a entrar solo en
el templo y orar allí intercediendo ante Dios de rodillas por los pecados del
pueblo, hasta el punto de que sus rodillas hubiesen encallecido como las del
camello, cuando venerando a Dios asiduamente se postraba en el suelo haciendo
votos por la salvación del pueblo" (traducción de Luis M. Cádiz [Buenos Aires:
Editorial Nova, 1950], pp. 88-89). Luego sigue el relato de su martirio. De
acuerdo con la tradición, Jacobo fue llevado a la cima del templo, y como siguió
afirmando su fe en Jesús, fue lanzado al vacío, lo apedrearon, y finalmente un
batanero lo mató a bastonazos (ver t. V, p. 73). Según Josefo, murió apedreado (
Antigüedades xx. 9.1 ). Ver la Introducción del libro de Santiago.
A
otro lugar.
El viaje de Pedro a otro lugar armonizaba con la orden que
el Señor había dado a los doce (Mat. 10: 23). No se sabe adónde escapó Pedro.
Algunos autores católicos dicen que fue a Roma, y que después de fundar allí la
iglesia, regresó a Jerusalén para asistir al concilio que se registra en Hech.
15. Otros han sugerido que fue a Antioquía, lo que parece más probable; pero no
hay huellas de su presencia en esa ciudad sino hasta después del concilio de
Jerusalén (a menos que Gál. 2: 1-10 corresponda con Hech. 11: 30; ver la primera
Nota Adicional del cap. 15; cf. Gál. 2: 12). Bien pudo bastarle con refugiarse
en una ciudad más cercana, como Jope o Lida. El hecho de que no se dé el nombre
del lugar sugiere que para el registro de Lucas era un detalle relativamente de
poca importancia.
18. No poco alboroto.
Los guardias, que estaban encadenados con Pedro, al despertar deben
haberse dado cuenta que su prisionero había escapado. Estaban conscientes de que
merecían la pena de muerte porque el prisionero se les había escapado.
A
partir de este momento Pedro sólo aparece cuando participa en el concilio de
Jerusalén (Hech. 15: 7). Pablo lo menciona en Gál.1: 18; 2:7-8, 11, 14) y se
sabe algo de sus actividades por lo que él mismo dice en sus epístolas (1 Ped.
1: 1; 5:12-13; 2 Ped. 1: 14). El NT no dice nada más en cuanto a él. La
tradición sí dice mucho; pero lo que afirma no siempre puede aceptarse o
rechazarse con seguridad. Jerónimo afirma en su paráfrasis del Crónicon de
Eusebio, que Pedro predicó durante 25 años en Roma; pero esto es muy dudoso,
pues estuvo en el concilio de Jerusalén (Hech. 15), y después estuvo en
Antioquía -posiblemente después del concilio (Gál. 2: 11-14; ver Nota Adicional
de Hech. 15)-.Además, Pedro mismo insinúa que trabajó en la zona noroeste del
Asia Menor (1 Ped. 1: 1; Eusebio, Historia eclesiástica iii. 1). Según Hech.
8-12, todo esto tuvo que haber ocurrido después de que Pedro fue liberado de la
cárcel alrededor del año 44 d. C.
19. Llevarlos a la muerte.
El carcelero de Filipos estuvo a
punto de suicidarse cuando creyó que todos sus prisioneros se habían escapado,
pues sabía que sería condenado a muerte, según lo ordenaba la ley (Hech. 16: 27;
cf. Hech. 27: 42). Parece que era ley, o por lo menos costumbre, que el
carcelero era responsable por los presos que le habían sido confiados. Una ley
romana, promulgada alrededor del año 529 d. C., dice: "La custodia y el cuidado
de las personas encarceladas, es deber del carcelero, quien no debe pensar que
un despreciable y vil subordinado será responsable si, de algún modo, se escapa
un preso; porque [en tal caso] deseamos que él sufra el mismo castigo que se
demuestre que debería haber sufrido el preso que se escapó (Justiniano, Código
ix. 4. 4).
A Cesarea.
Agripa, y no un gobernante romano, era
quien gobernaba en Cesarea en este tiempo, porque Josefo dice que había recibido
de Claudio la jurisdicción de Judea y de Samaria, además de la de los distritos
que había gobernado en los días de Calígula ( Antigüedades xix. 8. 2).
20. Estaba enojado.
"Estaba...
fuertemente irritado" (BJ). Estaba muy airado contra ellos.
Tiro y..
Sidón.
Estas dos ciudades fenicias, sedes de la industria marítima, no
estaban sometidas a Agripa. En cierto sentido eran ciudades autónomas, aunque
estaban bajo el control de Roma. La simpatía de Agripa por la gente de Berito,
hoy Beirut, otro puerto marítimo fenicio un poco al norte de Sidón, quizá pudo
haber estado relacionada con su enojo contra la gente de esas dos ciudades más
antiguas. Josefo describe los espléndidos edificios construidos por Agripa en
Beirut ( Antigüedades 7. 5; cf. t. V, p. 70). Es claro que la ira del rey se
hizo sentir de algún modo, y fue un obstáculo para la prosperidad comercial de
Tiro y de Sidón.
Vinieron.
Las dos ciudades se unieron para
enviar una embajada común que las representara, y para tratar de apaciguar la
ira de Herodes.
Sobornado.
En el griego dice, "habiendo
persuadido a Blasto". No es raro que la cooperación de Blasto se hubiera logrado
mediante un cohecho.
Blasto.
Nada más se sabe de este personaje.
El "camarero" era el encargado del dormitorio del rey. El mismo título aparece
en inscripciones del período bizantino. El "camarero", que después se denominó
"camarlengo" o "chambelán", era un funcionario de alta jerarquía, algunas veces
secretario personal o encargado de los asuntos especiales del rey.
Pedían paz.
Esto no significa que Agripa estuviera en guerra con
Tiro y Sidón, sino que no tenía buenas relaciones con ellas. Israel había tenido
buenas relaciones comerciales con Tiro desde mucho tiempo atrás (1 Rey. 5: 11).
En Eze. 27: 12-25 se describe el comercio de la ciudad de Tiro con diversas
naciones.
Era abastecido.
El dominio de Herodes Agripa era
amplio (ver t. V, pp. 70, 224), y si favorecía a otro puerto y desviaba el
tráfico de Tiro y Sidón, podía perjudicar seriamente su comercio.
21. Un día señalado
Josefo dice (
Antigüedades xix. 8. 2) que era un día festivo dedicado para hacer votos por el
bienestar del César.
Se sentó.
Josefo describe con detalles este
episodio en Antigüedades xviii. 6-8. Ver la primera Nota Adicional de este
capítulo.
22. El pueblo.
Gr. d'mos
, "la masa del pueblo", el populacho pagano reunido en un lugar público. Sólo
Lucas usa esta palabra y lo hace dentro de un contexto que no es judío.
¡Voz de Dios!
Probablemente deba entenderse en el sentido de
culto al emperador, y no de adoración a un ser celestial o un dios pagano (ver
com. vers. 21).
23. Le hirió.
En el
vers. 7 un ángel tocó a Pedro para despertarlo y liberarlo; pero aquí, en agudo
contraste, un ángel toca a Herodes para destruirlo. Ser golpeado por un agente
divino equivale generalmente a un severo castigo (1 Sam. 25: 38; 2 Rey. 19: 35;
Hech. 23: 3).
No dio la gloria a Dios.
Estas palabras no
necesariamente significan que Agripa sólo había fallado en rendir a Dios la
alabanza que le corresponde a él, y sólo a él. Dar gloria a Dios siempre implica
proceder de tal forma que se glorifique su nombre a pesar de las circunstancias.
"Dar gloria a Dios" algunas veces ha significado confesar los pecados y las
debilidades, como en Jos. 7: 19 (cf. com. Juan 9: 24).
Comido de
gusanos.
Josefo no menciona en su relato paralelo la enfermedad en forma
específica. Es posible que la descripción más detallada de Lucas responda a sus
conocimientos médicos, aunque difícilmente pueda considerarse que la frase
"comido de gusanos" represente la descripción literal de una enfermedad
específica. Este fue un castigo divino. Los antiguos consideraban que el ser
comido de gusanos era un castigo celestial porque era una muerte espantosa. En
la historia se registran varios casos: Feretime, reina de Cirene (Herodoto,
Historia iv. 205); Antíoco Epífanes (2 Mac. 9: 5-10); Herodes el Grande (Josefo,
Antigüedades xvii. 6. 5), y Galerio, enemigo de la iglesia en los tiempos de la
persecución de Diocleciano, 303-313 d. C. (Lactancio, De la manera que murieron
los perseguidores , 33). Hay un relato similar en cuanto a la muerte de Felipe
II, rey de España. Agripa murió en el año 44 d. C., en el séptimo año de su
reinado, a los 53 años de edad.
24. La
palabra del Señor crecía y se multiplicaba.
Cf. cap. 6: 7; 19: 20; ver
com. cap. 11: 24. " "La semilla es la palabra de Dios" (Luc. 8: 11), dijo
Cristo. Lucas, el historiador cristiano, refiere que la palabra fue como
semilla: cuando era sembrada en forma diligente, crecía y daba fruto. Esta
declaración describe una expansión continua. La muerte de Agripa, principal
perseguidor, dejó a los predicadores del Evangelio en libertad para proclamar su
mensaje, y no fueron tardos para aprovechar esta oportunidad.
25. Bernabé y Saulo... volvieron.
Regresaron de su visita a Jerusalén (cap. 11: 27-30) para seguir
trabajando entre los gentiles de Antioquía (ver com. "de Jerusalén"; también la
segunda Nota Adicional de este capítulo).
De Jerusalén.
La
evidencia textual sugiere (cf. p. 10) el texto "a Jerusalén", como si los
apóstoles hubieran regresado desde Antioquía a Jerusalén. Sin embargo, los
redactores de manuscritos griegos posteriores, tomando en cuenta el contexto, y
considerando que el vers. 25 es la conclusión del relato que comienza en el
vers. 27, cap. 11, pusieron "de Jerusalén" , como se lee en la RVR y en la BJ.
Además, existe la posibilidad de que en el texto griego, que no tenía
puntuación, pudiera haberse leído "Bernabé y Saulo volvieron habiendo completado
su ministerio en Jerusalén".
Servicio.
Literalmente "su
diaconado"; es decir, su "ministerio". La palabra griega es la misma que se
traduce como "socorro" en el cap. 11: 29. Bernabé y Saulo completaron la misión
que les había confiado la iglesia de Antioquía.
Llevando también consigo
a Juan.
Ver com. vers. 12. Esta elección se explica, en parte, por el
parentesco de Juan Marcos con Bernabé (Col. 4: 10); pero también demuestra que
Juan Marcos entraba de lleno en la obra de convertir a los gentiles. Ver Hech.
13: 5, 13; 15: 37-39; 2 Tim. 4: 11. Evidentemente, hasta este momento había
estado viviendo en su casa en Jerusalén.
CBA T6
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