1. Carnales.
Gn sarkikós, "perteneciente a la carne", "con la
naturaleza y las características de la carne". La evidencia textual establece
(cf. p. 10) la variante sárkinos, "de carne", "compuesto de carne", "humano".
Tal vez no se debiera poner demasiado énfasis en la diferencia entre las dos
palabras, que probablemente se usan aquí y en el vers. 3 con idéntico
significado.
Como a niños.
Pablo había adaptado sus métodos de
trabajo a las circunstancias locales durante su ministerio en Corinto. Estaba
obligado a presentar el Evangelio con sencillez debido a la incapacidad de los
corintios para comprender las características más profundas del cristianismo.
Debía tratar a la gente de Corinto como a niños espirituales adaptando su
enseñanza a los aspectos más elementales de la religión. No podía tratarlos como
a adultos espirituales, capacitados para captar las verdades más plenas y
profundas del Evangelio, ni podía considerar que estaban libres de los
sentimientos y las ambiciones que dominan y motivan a los hombres del mundo.
Entre ellos había divisiones y pleitos, dolorosas evidencias de que aún estaban
dominados por impulsos del corazón natural.
2. Leche.
El alimento natural de los niños. La "leche" representa
los principios elementales del Evangelio.
Vianda.
Gr . brÇma,
alimento en general, aquí alimento sólido en contraste con "leche". "Vianda" "
equivale a las verdades más completas y profundas del Evangelio (ver Heb. 6:
1-2).
Ni sois capaces todavía.
No sólo eran incapaces de
comprender los misterios más profundos del Evangelio cuando Pablo visitó a
Corinto la primera vez, sino que en el momento cuando escribía esta epístola aún
no habían avanzado lo suficiente en el conocimiento cristiano para poder
comprenderlos.
3. Carnales.
Gr.
sarkikós (ver com. vers. 1). Pablo, al usar este término, no necesariamente
implicaba que los corintios se habían entregado completamente a la carne -como
en el caso de los impíos-, sino que parcialmente estaban bajo la influencia de
la carne.
Celos, contiendas.
Gr. z'los kaí éris , palabras
traducidas "celos" " y "pleitos" " entre las obras de la carne (Gál. 5: 20). Los
primeros dan lugar a los segundos. El espíritu de celos y de malas suposiciones
impedía que el Espíritu Santo llegara plenamente a los corazones de los
corintios (ver HAp 219; 2JT 82). Los deseos y sentimientos que dominan el
corazón natural deben ser subyugados por el poder de Jesús antes de que el ser
humano pueda entender y apreciar el plan de salvación.
Disensiones.
Gr. dijostasía (ver com. Rom. 16: 17). La evidencia textual (cf. p. 10)
se inclina por la omisión de esta palabra. Dijostasía también se menciona en
Gál. 5: 20 entre las obras de la carne.
4. Carnales.
Gr. sarkikós , "carnal". La evidencia textual establece (cf. p. 10) el
texto "¿no sois hombres?" , es decir, meros seres humanos. "¿No procedéis al
modo humano?" (BJ). "¿No procedéis a lo humano?" (NC).
5. ¿Qué, pues, es Pablo?
Es decir, ¿cuál es su posición
especial? Pablo está procurando presentar delante de la gente la verdadera
posición del ministro de Cristo. El ministro no está llamado a ser el caudillo
de un partido cismático; es sencillamente un servidor ( diákonos , ver com. Mar.
9: 35) que procura guiar a sus prójimos a la salvación.
Según lo. . .
concedió el Señor.
Quizá deba entenderse a la luz de Rom. 12: 3:
"conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno" (ver comentario
respectivo). Por lo tanto, se referiría a los corintios que habían creído debido
al ministerio de Pablo y de Apolos. O bien Pablo pudo haber estado pensando
especialmente en sí mismo, en Apolos y en otros ministros de Cristo, los cuales,
al cumplir su comisión, sencillamente estaban haciendo lo que se esperaba de
ellos (cf. com. Luc. 17: 10).
6. Yo planté.
Cada uno de los siervos de Dios tiene su tarea asignada para hacer. Unos
ministros hacen la obra de pioneros, sembrando la semilla de la Palabra; otros
recogen la cosecha. Pueden emplearse varios instrumentos diferentes para
conducir a un pecador a Cristo, así como en la obra que hace un carpintero se
pueden emplear muchas herramientas diferentes para construir un objeto.
Crecimiento.
Los hombres son sólo los medios empleados por Dios
en su obra de ganar almas, y todo el mérito por la conversión de los pecadores
debe dársele a él (ver 7T 298). Los que creen mediante el ministerio de los
siervos de Dios deben concentrar su afecto en Jesús y no en aquellos por cuyo
medio les fue impartido el Evangelio.
Ha dado.
Literalmente
"daba". Se realza la continuidad de la bendición de Dios.
7. Es algo.
Esta es la respuesta a las preguntas que
surgieron en el vers. 5: "Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?" (ver comentario
respectivo).
Sino Dios.
El es todo. A sus bendiciones se debe
todo el éxito. Los hombres no deben atribuirse a sí mismos la gloria de su
éxito.
8. Una misma cosa.
El que
planta y el que riega no deben estar en pugna mientras trabajan, sino unidos en
sus metas y propósitos. Es insensatez hacerlos caudillos rivales.
Su
recompensa.
Cada uno recibirá la recompensa que sea adecuada por el
servicio que ha realizado en la causa de Dios. Todos los redimidos reciben la
recompensa básica de la vida eterna, pero más allá de eso, la bendición
conferida a los redimidos en el reino de la gloria está en relación con la
naturaleza de sus servicios en esta vida. Según se deduce razonablemente de la
parábola de las minas, en el reino de gloria habrá diferentes grados de
recompensa por los servicios que se hayan prestado (Luc. 19: 16-26; cf. 1JT
246-248; PVGM 264-266, 297-298; DTG 281). Se espera que los hijos de Dios, como
mayordomos de los bienes de su Señor, usen fielmente sus capacidades en el
servicio divino. El dinero invertido en la obra de Dios y los talentos usados
para testificar por él, darán por resultado la salvación eterna de hombres y
mujeres (ver 9T 58-59).
9. Colaboradores de
Dios.
El texto griego pone el énfasis en "Dios". La obra es de Dios; los
hombres son solamente las manos de los seres celestiales. Los hombres deben,
como quienes trabajan asociados con el gran Obrero Principal, estar dispuestos a
trabajar según el método divino, aunque sea diametralmente opuesto a sus ideas
naturales (Col. 3: 23). Tendrán la voluntad de esforzarse para cooperar
plenamente con el Señor llevando a cabo sus instrucciones. El hijo de Dios sabe
que su Padre nunca le exigirá que haga alguna cosa que no sea lo mejor para él.
Esta relación de gozosa cooperación se basa sencillamente en confiar en el gran
amor del Padre omnisapiente. La confianza en la sabiduría y en el amor de Dios
produce una voluntaria sumisión a la conducción divina. Los que se someten a
Dios serán usados por él como sus colaboradores (ver 8T 172). Una elevada
consideración del privilegio de ser colaboradores, no con los grandes hombres de
este mundo sino con el Creador de este mundo, con Aquel mediante cuyo poder se
mantiene el universo, hace que parezcan insignificantes los honores máximos y
las mayores recompensas que el mundo pueda ofrecer. Si todos captaran esta
visión de su supremo privilegio y procedieran al unísono para la realización de
los planes de Dios, conmoverían al mundo (ver 3JT 343; cf. 2T 443).
Labranza.
Gr. geÇrgion , "tierra cultivada", "campo cultivado".
Esta palabra no aparece más en el NT. Pablo continúa con la figura que comenzó
en el vers. 7. Se presenta a la iglesia de Corinto como un campo que Dios
cultiva a fin de que produzca frutos para su reino. Dios es el Agricultor
Supremo.
Edificio.
Gr. oikodom' , que deriva de oíkos, "casa", y
démÇ, "edificar". Pablo comienza una nueva metáfora. Dios es el Arquitecto
Maestro del edificio espiritual de la iglesia. Cf. el uso de esta figura en Rom.
15: 20; Efe. 2: 20-22.
10. Gracia de Dios.
Pablo reconocía que todo lo que había logrado en la fundación de la
iglesia de Corinto había sido por el favor de Dios. Dios le confió el apostolado
a los gentiles (Hech. 9: 15-16; 26: 16-18; 2 Cor. 1: 1; Gál. 1: 1). Una
característica especial de su obra era la fundación de nuevas iglesias (ver Rom.
15: 20).
Perito.
Gr. sofós ; significa "sabio", "hábil",
"experto".
Arquitecto.
Gr. arjitéktÇn , de donde deriva la
palabra "arquitecto". ArjitéktÇn deriva de arjí , "principal" (comparar con el
término arjággelos , "arcángel"), y téktÇn , "artesano", que deriva de tíktÇ ,
"dar a luz", "producir". ArjitéktÇn no aparece más en el NT, pero la frase sofós
arjitéktÇn está en Isa. 3: 3 (LXX), "artífice excelente" (RVR). En la obra de
establecer la iglesia, Pablo se había ocupado de colocar un fundamento firme,
como lo hace un hábil arquitecto en la construcción de un edificio. Otros
obreros evangélicos podían continuar la obra de edificar sobre ese fundamento
sabiendo que los creyentes estaban firmemente establecidos en los principios
fundamentales de la verdad.
Cómo sobreedifica.
Los sucesores de
Pablo debían tener cuidado en cuanto a la forma en que edificaran sobre el
fundamento que él había establecido. También hay una advertencia implícita
acerca de los falsos maestros. La obra de Pablo a menudo era estorbada por
aquellos cuyas enseñanzas no estaban basadas en las sencillas verdades del
Evangelio (ver Hech. 15: 1-2, 24; 2 Cor. 11: 26; Gál. 1: 8-9; 2: 4-5). No sólo
es esencial que los nuevos conversos sean fielmente instruidos en las doctrinas
básicas de la iglesia, sino también que se les enseñe a discernir entre la
verdad y las falsas enseñanzas del fanatismo.
11. Otro.
Gr. állos , "otro [de la misma clase]" , " "uno
más" (ver com. Gál. 1: 6). Hay sólo un Salvador. Otros salvadores proclamados
por los hombres no son "otro" igual. No tienen nada de salvadores (ver Juan 14:
6; Hech. 4: 12).
Está puesto.
O "está como base".
12. Si. . . alguno edificare.
Pablo
se refiere en primer lugar a los dirigentes de la iglesia de Corinto, de los
cuales no todos estaban cumpliendo con su obra en forma loable (ver com. vers.
10).
Oro, plata.
Los diferentes materiales de edificación
descritos en este versículo pueden representar: (1) la instrucción espiritual de
los dirigentes, o (2) las personas que componen el edificio de la casa
espiritual de Dios. Estas dos ideas están íntimamente relacionadas y quizá ambas
acudieron a la mente de Pablo cuando usó esta metáfora. La debida instrucción
espiritual conduce a la formación de sanos caracteres cristianos; la mala
instrucción, a caracteres defectuosos. En cuanto al cuadro de los miembros de
iglesia representados por "piedras vivas" " de una "casa espiritual" , ver 1
Ped. 2: 5.
Piedras preciosas.
Materiales de edificación
durables, como el granito y el mármol, o quizá simplemente piedras de adorno. Si
Pablo quiso decir lo primero, estaba destacando la durabilidad; si lo segundo,
la belleza. Estos materiales de edificación pueden representar una sana
instrucción o bien miembros de iglesia de saludable vida espiritual (ver "oro,
plata").
Madera, heno, hojarasca.
Representan una instrucción
defectuosa o miembros de iglesia de vida cristiana en decadencia (ver "oro,
plata"). Hay muchas falsas creencias y doctrinas que no pueden soportar la
prueba escudriñadora de la Palabra de Dios, y, por lo tanto, no contribuyen a la
formación de caracteres que resistirán el juicio. En la religión hay mucho
fanatismo, intolerancia, falsa humildad, exagerada atención a las formas y
ceremonias externas, frívolo entusiasmo y agitación, que serán desenmascarados
en el gran día de Dios.
13. Se hará
manifiesta.
La verdadera naturaleza de la obra de un hombre no siempre
se ve en esta vida, pero será revelada en su verdadera luz " "en el día en que
Dios juzgará por Jesucristo los secreto de los hombres" " (Rom. 2: 16). El
carácter de la enseñanza espiritual impartida se revelará entonces plenamente en
los resultados que ha producido en las vidas de los que la han recibido. Algunos
serán pesados, y hallados faltos; otros recibirán la corona de la inmortalidad.
El día.
Es decir, el día del juicio final, el día del Señor, al
cual se hace referencia como "aquel día" en 1 Tes. 5: 4.
Por el fuego
será revelada.
Cuando un edificio se quema sólo quedan los materiales a
prueba de fuego. El fuego representa los tiempos de crisis, incluso "la hora de
la prueba" que sobrevendrá a todo el mundo "para probar a los que moran sobre la
tierra" (Apoc. 3: 10). Indudablemente, no se hace referencia a los fuegos
literales del día final, porque este fuego simboliza una prueba de la cual es
posible salvarse (ver 1 Cor. 3: 14-15). La verdadera naturaleza de la fe de los
que se llaman hijos de Dios se manifiesta en tiempos difíciles. Si están
verdaderamente convertidos y han sido debidamente adoctrinados con el puro
Evangelio de Jesucristo, los fuegos de la persecución y de la prueba sólo harán
que se fortalezca su fe y que su amor por el Señor brille aún más. Por otro
lado, si han recibido una instrucción defectuosa, compuesta de una mezcla de
filosofía humana y componendas con el mundo, su fe no resistirá la prueba de las
dificultades y se apartarán de Cristo y de su iglesia. Sólo los que hayan
edificado fielmente sobre el verdadero fundamento, Jesucristo, y hayan usado
materiales resistentes, verán que su obra perdura hasta el fin.
14. Si permaneciera la obra.
Ver
com. vers. 13.
Recibirá recompensa.
Ver com. vers. 8.
15. Se quemare.
El que no edifica
sabiamente, siguiendo fielmente las instrucciones del Arquitecto Supremo, verá
que su obra es destruida (ver Mat. 7: 26-27). Se podrá arrepentir de su falta de
destreza y será aceptado por Dios, pero no cambiarán los resultados de su obra
defectuosa; permanecerán como una pérdida eterna del edificador descuidado. Un
hombre puede desfigurar las enseñanzas de Jesús mediante sus palabras y obras, y
sembrar semillas de duda, malas conjeturas y amor al mundo; con su influencia
puede hacer que muchas almas se aparten del puro Evangelio y acepten el error, y
más tarde reconocer el mal que ha hecho, y arrepentirse sinceramente, Dios lo
perdonará y lo salvará; pero debido a su edificación defectuosa algunas almas
quedarán fuera del reino. De modo que aunque él sea salvo, otros se perderán
eternamente (ver Gál. 6: 7; 2JT 139).
El mismo será salvo.
Una
lectura superficial de los vers. 12-15 ha inducido a algunos a la conclusión
errónea de que Pablo aquí enseña la predestinación individual, prescindiendo de
la elección personal. Una cuidadosa lectura del contexto demuestra que no es así
(vers. 3-15). El apóstol se ocupa aquí de sus tareas como apóstol y las de otros
"servidores" (vers. 5) que habían trabajado en la iglesia de Corinto. La
"recompensa" de la que aquí se habla (vers. 8) es por el servicio prestado en el
ministerio evangélico, y no por la vida personal de uno como cristiano. En
cuanto a la predestinación bíblica, ver com. Juan 3: 17-20; Rom. 8: 29; Efe. 1:
4-6.
Por fuego.
Literalmente "a través de fuego"; "como quien
pasa por el fuego" (NC). Es evidentemente una figura que significa salvarse con
dificultad. El hombre que edifica sobre el fundamento de madera, heno,
hojarasca, en el último momento de gracia puede arrepentirse y ser salvo, ¡pero
cuán trágicamente habrá malgastado su vida! El arrepentimiento en la hora
undécima del que se ha portado mal toda la vida, podrá ser aceptado, ¡pero qué
pobre y estropeada ofrenda tiene para presentar! (ver 3TS 136).
16. Templo.
Gr. naós , palabra que
usaban los antiguos griegos para describir el lugar más íntimo o sagrario de un
templo, donde se colocaba la imagen del Dios pagano. En el NT naós establece
diferencia entre el edificio del templo y el predio completo del templo -el
templo y sus construcciones anexas- o hierón (cf. com. Mat. 4: 5).
Pablo
dirige su atención a los que constituyen el edificio espiritual. Colectivamente
forman el templo espiritual de Dios en el cual reside el Espíritu de Dios. Pablo
se refiere principalmente a la iglesia, y amonesta a sus sucesores de Corinto
para que no perjudiquen a la iglesia en ninguna forma (1 Cor. 3: 17). Por
supuesto, el cristiano individual también es morada del Espíritu Santo; a este
pensamiento se le da el principal énfasis en 1 Cor. 6: 19-20 (ver comentario
respectivo).
17. Destruyere.
La
amonestación de Pablo se dirige principalmente a los que por su proceder
cismático estaban destruyendo la iglesia de Corinto; y en segundo lugar, puede
entenderse que su amonestación se aplica al creyente individual, el cual es
morada del Espíritu Santo, aunque esto se trata más directamente en el cap. 6:
19 (ver comentario respectivo). Es algo terrible causar prejuicios a la iglesia
de Dios. Los que por su palabra o ejemplo derriban lo que Dios ha edificado, son
catalogados como dignos del más severo castigo.
El cual sois vosotros,
santo es.
En el griego el pronombre está en el plural, indicando que los
seres humanos que componen el templo son santos. La idea es que así como el
edificio en el cual se manifestaba la presencia de Dios era santo, así también
lo son los creyentes en los cuales mora el Espíritu Santo. El vocablo griego
hágios , del cual se traduce "santo" o "sagrado" (BJ), significa "dedicado a un
propósito especial". Ver com. Rom. 1: 7.
18. Nadie se engañe a sí mismo.
O "ninguno siga
engañándose", lo cual sugiere que algunas personas, como las que aquí se
describen, ya estaban engañadas y exhibían su sabiduría en la iglesia de
Corinto. Pablo exhorta a esos miembros autoengañados, que a sí mismos se
llamaban "sabios", a que practiquen la humildad y dejen de depender de su
supuesta sabiduría (cf. Prov. 3: 5-6). El hecho de que dependieran de su propio
conocimiento e instrucción había originado la confusión que existía en la
iglesia. Aquellos que tienen la reputación de ser sabios, corren particularmente
el peligro de ensalzarse a sí mismos, y necesitan humillarse ante Dios
reconociendo con gratitud que toda verdadera sabiduría proviene de él.
Hágase ignorante.
Ante sus propios ojos y también ante los del
mundo. Comprenda que la opinión de sabio que tiene de sí mismo es un engaño, y
que esa pretendida sabiduría no tiene valor para la salvación. Sométase
humildemente para ser guiado por el Espíritu Santo, aunque sea considerado como
ignorante por el mundo. Si lo hace, obtendrá la verdadera sabiduría que sólo
proviene de Dios.
19. Sabiduría de este
mundo.
Están condenados al fracaso todos los esfuerzos de los hombres
para encontrar paz y felicidad sin tener en cuenta a Dios. El estudio de la
filosofía humana no conduce a Dios, sino tiende al ensalzamiento de la criatura.
Las vanas y autosuficientes opiniones de los griegos acerca de religión son aquí
consideradas por Dios como necedad (cap. 1: 19-21). Dios distingue la
imperfección de toda sabiduría humana porque ve todo como es. Cualquier cosa que
los hombres procuren añadir al sencillo Evangelio de Jesús está manchada por su
comprensión imperfecta del pensamiento de Dios. Los falsos maestros que habían
turbado a la iglesia de Corinto sin duda mezclaban sus propias especulaciones
con las Escrituras.
Escrito está.
Cita de Job 5: 13 (ver
comentario respectivo).
La astucia de ellos.
No importa cuán
sutiles, inteligentes o hábiles puedan considerarse a sí mismos los hombres, no
pueden mejorar la Palabra de Dios, ni engañar a Dios, ni producir un plan mejor
que el divino. Dios puede desbaratar los propósitos de ellos y reducir a nada
sus planes. Y lo hace para permitirles que demuestren su necedad y queden
entrampados por ella (cf. Job 5: 12; Isa. 8: 10). Los muchos y diferentes
sistemas teológicos y filosofías religiosas que existen en el mundo de hoy día,
ilustran la fuerza de esta afirmación.
20. Otra vez.
Cita de Sal. 94: 11.
Son vanos.
Pero como contraste, tiene verdadera sabiduría el que reconoce de buen
grado su insuficiencia y se somete a la dirección del Espíritu Santo (Ver Sal.
94: 12; Prov. 3: 5-8).
21. Así que.
Pablo procede ahora a declarar la conclusión derivada de los argumentos
precedentes. Puesto que la verdadera sabiduría no proviene del hombre, no
importa quién fuere, sino de Dios, no hay razón para que ningún creyente ensalce
al instrumento humano que usa Dios para impartir la verdad.
22. Todo es vuestro.
El proceso de
este argumento se basa en la verdad de que el creyente, en virtud de su creación
y de su salvación mediante Cristo, pertenece a Dios (ver Sal. 100: 2-4; Hech.
20: 28; Rom. 14: 8; Efe. 1: 14; 1 Ped. 2: 9).
Dios es dueño de todas las
cosas animadas o inanimadas, y todo lo que él ha hecho tiene el propósito de ser
para la bendición de sus redimidos (ver DMJ 94). Los apóstoles, profetas,
ministros, o cualquier otra clase de mensajero que él use, sirven a toda la
iglesia y no sólo a una parte de ella. Por lo tanto, es incorrecto manifestar
adhesión a determinado dirigente o ser humano en particular, como Pablo o
Apolos. Ellos eran sólo los instrumentos a quienes Dios usaba para cumplir sus
propósitos en la tierra. La atención de los creyentes debe concentrarse en Dios
y en Jesús, de quien -en su calidad de Dios- procede toda sabiduría (Col. 2:
23). Dios colocó al hombre en una tierra perfecta cuando creó el mundo, donde
todo estaba preparado para su bienestar, felicidad y gozo; pero entró el pecado
trayendo consigo muerte y sufrimiento. Dios predominó por sobre los esfuerzos de
Satanás para destruir a la raza humana. Todo ha sido desfigurado por el pecado,
pero las cosas de la tierra son dadas por el Padre para el beneficio de sus
hijos (cf. Rom. 8: 28)
23. .Vosotros de
Cristo.
Este es el glorioso clímax hacia el cual Pablo ha estado
dirigiendo su argumentación. Si todos los creyentes pertenecen a Cristo, debe
haber sólo un gran partido en la iglesia, y no muchos grupos. La manifestación
de esa grandiosa unidad es lo que nuestro Salvador desea ver en su iglesia. Es
la unidad que finalmente existirá en ella (ver Juan 17: 9-11, 21, 23; Efe. 4:
13).
CBA T6
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