1. Por lo cual.
Es decir, debido al gran amor
de los apóstoles, a su preocupación por sus conversos y a la prolongada
frustración de Pablo en sus intentos de volver a Tesalónica.
Soportarlo.
Gr. stégÇ, "cubrir", "ocultar", "soportar" (cf. 1 Cor. 9: 12; 13: 7). El
sujeto en plural, "nosotros" en este versículo, parece indicar que el apóstol
deseaba aclarar que sus compañeros compartían su afán por esos nuevos creyentes
y que participaban de todo corazón en sus esfuerzos por resolver los problemas
creados por la separación (ver com. 1 Tes. 2: 17-18).
Solos en Atenas.
Por la narración sabemos que cuando Pablo fue obligado a salir de
Macedonia, "Silas y Timoteo se quedaron allí" (Hech. 17: 14). Cuando el apóstol
llegó a Atenas, apreció la formidable oportunidad que representaba esa culta
metrópoli pagana, y sintió la necesidad de tener fieles ayudantes; por eso les
envió la orden "de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen" (vers. 15). La
narración de los Hechos no dice si Silas o Timoteo pudieron ir a Atenas; pero
este pasaje sugiere que Timoteo fue, y luego lo enviaron de regreso a Macedonia
casi inmediatamente para ayudar a los creyentes de Tesalónica. Pablo debió
quedarse solo en Atenas. Debe haberle sido sumamente difícil tomar esta
decisión. El gran sacrificio que el apóstol estaba dispuesto a hacer privándose
de Timoteo y de su ayuda, indica que las necesidades de los tesalonicenses eran
urgentes. Timoteo después de su visita a esa ciudad, viajó con Silas a Corinto,
donde estaba Pablo (cap. 18: 5). Es claro que los tres misioneros se unieron
para desarrollar los planes trazados, y que Pablo tomó la iniciativa, tanto en
presentar planes como en cumplirlos.
2.
Servidor.
Gr. diákonos (ver com. Mar. 9: 35).
Colaborador nuestro.
La evidencia textual favorece (cf. p. 10) el texto "Timoteo nuestro
hermano y colaborador de Dios en el evangelio de Cristo". El joven no sólo era
hermano de Pablo, participaba de la misma fe y estaba unido con él, sino que
además era colaborador con Dios en la proclamación del Evangelio de Cristo. Este
noble concepto de estar vinculado con Dios en su gran misión de amor en favor de
la humanidad caída, ocupaba un lugar prominente en el pensamiento de Pablo y con
frecuencia lo expresaba en sus escritos (cf. Rom. 1: 9; 1 Cor. 3: 9; 2 Cor. 6:
1; Fil. 4: 3).
Para confirmaros.
Gr. st'rízÇ (ver com. Rom. 16:
25). El principal propósito de la visita de Timoteo era confirmar y fortalecer a
los creyentes para que ninguno se apartara de la fe.
Exhortaros.
Gr. parakaléÇ (ver com. Mat. 5: 4). El segundo propósito de la misión de
Timoteo era exhortar a los creyentes. Eso incluiría un repaso de lo que se les
había enseñado, una ampliación de sus horizontes doctrinales y un
fortalecimiento de su experiencia cristiana diaria. Todo eso se resume en las
palabras "respecto a vuestra fe".
3.
Se
inquiete.
Gr. sáinomai, "agitarse", "perturbarse". Según las versiones
antiguas, éste es el sentido de este verbo pasivo que sólo aparece aquí en el
NT. De ahí las traducciones: "Nadie vacile" (BJ); "ninguno titubease" (BC);
"ninguno fuese perturbado" (VM). En los escritos clásicos se emplea en sentido
literal, que significa "menear la cola", para referirse a los perros; por lo
tanto, tiene la connotación de "adular", "engañar". Algunos creen que este
último significado debe aplicarse en este versículo. Pablo conocía los peligros
que la persecución local significaría para los tesalonicenses. Por eso esperaba
fervientemente que el ministerio de Timoteo impidiera de alguna manera que
flaquearan en la fe.
Por estas tribulaciones.
O "en estas
tribulaciones", pues Pablo tenía la imagen mental de las difíciles
circunstancias en que tendrían que vivir su fe sus conversos.
Estamos.
El verbo en plural se refiere a los apóstoles y también a sus conversos.
El hecho de saber que Dios conoce la persecución que están sufriendo y que ésta
tiene una parte ya asignada en el plan divino para las vidas de ellos, fortalece
a los cristianos al soportar aflicciones. Las pruebas que permite nuestro amante
Padre son el medio necesario para la salvación, y son dirigidas y mitigadas de
acuerdo a ese fin (1 Cor. 10: 13). Las pruebas perfeccionan los caracteres, y
los cristianos no deben rebelarse ante el proceso de refinamiento (ver com. Mal.
3: 3; Hech. 14: 22; 2 Tim. 3: 12; 1 Ped. 2: 21; 4: 12-13).
4.
Os predecíamos.
En el corto
tiempo que Pablo y sus compañeros estuvieron con los tesalonicenses, se
esforzaron a fin de prepararlos para las inevitables dificultades que
sobrevendrían (Hech. 18: 23). En primer lugar esos creyentes conocían el
terrible castigo que Pablo y Silas habían sufrido en Filipos (ver com. 1 Tes. 2:
2), y en su predicación los misioneros les habían presentado la persecución
venidera. Ahora Pablo les recuerda sus predicciones y su penoso cumplimiento. La
veracidad del mensaje apostólico debe haber confirmado la confianza de los
tesalonicenses en él (cf. com. Juan 13: 19), y debe haber significado un
incentivo eficaz para que permanecieran firmes.
Ibamos a pasar
tribulaciones.
O "estamos por sufrir tribulaciones".
5. Por lo cual.
Aunque Pablo sabía
que los tesalonicenses serían perseguidos, no aceptó esa certidumbre con
indiferencia. Amaba a sus hijos espirituales, y estaba tiernamente interesado en
su bienestar. Por eso envió a un mensajero personal para que le trajera
informaciones directas acerca de la condición de ellos. No se menciona a la
persona enviada, pues ya había entregado esa información (vers. 2). Simplemente
da la razón por la que envió a Timoteo. Ya había hecho una afirmación similar en
los vers. 1 y 2, pero aquí la hace más personal hablando en primera persona
singular, "yo", sin usar verbos en plural.
Informarme de vuestra fe.
La principal preocupación de
Pablo era el estado de la salud espiritual de sus conversos.
Os hubiese
tentado el tentador.
Pablo conocía las debilidades humanas, y por eso
temía que algunos de los creyentes pudieran haber abandonado la pureza de la fe.
Su preocupación podía desaparecer únicamente cuando recibiera noticias directas
de Tesalónica. El apóstol revela su conocimiento de las sutilezas de la
tentación. Dios había permitido que las pruebas asediaran a los cristianos
tesalonicenses; pero la tentación no se originaba en él. Pablo reconoce que la
incitación al mal proviene del tentador, de Satanás (cf. com. Mat. 4: 1; Sant.
1: 13-l4); se da cuenta de que un demonio personal trabaja por medio de hombres
impíos, que está atacando a los hijos de Dios con el propósito de desanimarlos
para que abandonen su fe. Si el diablo lograba tener éxito, entonces toda la
obra hecha en favor de los creyentes habría sido en vano, pues Pablo consideraba
que sus esfuerzos no habían tenido fruto a menos que concluyeran con la
salvación de aquellos para quienes trabajaba.
6. Pero cuando.
Literalmente "pero ahora", lo cual indica
que Timoteo acababa de llegar de Tesalónica. Por lo tanto, esta primera epístola
fue escrita poco después de la llegada de Timoteo, y por eso refleja los
cariñosos sentimientos cansados por el reanimador informe de Timoteo, y también
aclara que la epístola fue escrita en Corinto, no en Atenas (ver pp. 232-233),
pues el relato dice que Timoteo y Silas se reunieron con Pablo en Corinto (Hech.
18: 5).
Amor.
Gr. agáp' (ver com. Mat. 5: 43; Juan 11: 3; 1 Cor.
13: 1). Fue un bálsamo para el corazón de Pablo el saber que la fe de los
creyentes no había flaqueado y que su amor no se había enfriado.
Nos
recordáis con cariño.
Pablo había temido que las tergiversaciones de los
judíos lo hubieran malquistado con los tesalonicenses una vez que se alejó de
ellos. La noticia de que todavía se acordaban de él con cariño y que
continuamente anhelaban verlo, tuvo que haber sido muy reconfortante para el
apóstol. El declara que el anhelo era mutuo: él también deseaba verlos (cf. cap.
2: 17-18).
7. Necesidad y aflicción.
Gr. anágk' y thlípsis. En cuanto al significado de estas dos palabras
griegas, ver com. Rom. 2: 9 y 1 Cor. 7: 26, respectivamente. Algunos intérpretes
han pensado que "necesidad y aflicción" se refieren a dificultades internas y
externas. Lo más probable es que se refiera a las duras pruebas con que los
judíos apremiaban al apóstol en Corinto (Hech. 18: 1-17). Allí los dirigentes
judíos se habían opuesto con mucha vehemencia y en forma muy blasfema a la
predicación del Evangelio hecha por Pablo, 248 y por esta razón se separó de
ellos y se dirigió completamente a los gentiles (vers. 6). Los hostiles intentos
para silenciarlo no cesaron; antes bien, aumentaron hasta el punto de que "se
levantaron de común acuerdo contra Pablo" (vers. 12). En esos momentos de
dificultades el Señor misericordiosamente animó a Pablo en visión para que fuera
valiente en la presentación de su mensaje, y le aseguró protección y éxito en su
obra (vers. 9-10). Quizá en esos momentos recibió el consolador mensaje que le
trajo Timoteo.
Fuimos consolados.
Pablo, tan cuidadoso para
animar a otros, a su vez fue consolado por los que procuraban ayudarle. Ojalá
que los ministros de Dios también sean reconfortados ahora por aquellos por
quienes trabajan. El mejor modo en que un converso puede animar a quien lo trajo
al Salvador es mantenerse firme en el camino cristiano.
8. Porque ahora vivimos.
Un contraste con la perturbada
existencia, rodeada de aflicción y angustia, que habían soportado los apóstoles.
Si. . . estáis firmes.
En cuanto al significado de "estar
firmes", ver com. Fil. 1: 27. Pablo declara que mientras los tesalonicenses
permanecieran firmes, él y sus compañeros disfrutarían el máximo gozo cristiano
posible. Una expresión de amor tan cordial, y el ardiente interés del apóstol en
el bienestar de ellos, deben haber animado a los tesalonicenses a ser fieles.
9. ¿Qué acción de gracias podremos dar?
El corazón de Pablo rebosaba de legítimo júbilo ante el pensamiento del
magnífico comportamiento de sus conversos. Pablo deseaba, naturalmente,
agradecer por el testimonio ejemplar de ellos, y deseaba agradecer no a los
hombres sino a Dios que había hecho posible su vida victoriosa. Su gozo era
espiritual. Derivaba de su contemplación del crecimiento espiritual de los
creyentes. En este gozo no hay egoísmo; es similar a la alegría que sienten los
ángeles por la conversión de un pecador (Luc. 15: 10). Pablo expresa por tercera
vez agradecimiento a Dios por su poder sustentador en favor de los conversos del
apóstol (cf. 1 Tes. 1: 2; 2: 13). ¿Podría haber una causa mayor para expresar
agradecimiento? El gozo que siente un verdadero siervo de Cristo cuando conoce
la felicidad de los que ha llevado al Señor, es la máxima recompensa por su
servicio (cf. 3 Juan 4).
10. Orando de
noche y de día.
Ver com. cap. 2: 9. Aquí se presenta una vislumbre de la
vida privada de oración del apóstol. Pablo trabajaba "de noche y de día" (cap.
2: 9); sin embargo, como el sumo sacerdote, continuamente llevaba a sus
conversos sobre su corazón (ver com. Exo. 28: 29).
Para que veamos
vuestro rostro.
Cf. cap. 2: 17-18; 3: 6. Pablo sabe que hay algo que
sólo puede hacer en forma personal; pero el hecho de que no le es posible
cumplir su deseo, lo induce a escribir esta carta que tanto bien hace en favor
de sus amigos distantes. ¡Pero cuánto más ha beneficiado a la iglesia en todos
los siglos! Esta epístola, que quizá es el más antiguo de todos sus escritos
conocidos (ver pp. 232-233), fue redactada como resultado directo de sus
infructuosos intentos de volver a Tesalónica (ver com, cap. 2: 18). Es posible
que hubiera visitado más tarde esa iglesia y dado más instrucciones a sus
miembros (ver Hech. 20: 2). Pero en ese momento tenía obstáculos que le impedían
ir. La demora que obligó al apóstol a posponer su visita, por la gracia de Dios
se convirtió en la oportunidad para que escribiera la epístola. De esa manera la
ira del hombre se convirtió en alabanza a Dios.
Completemos lo que
falte.
Gr. katartízÇ (ver com. Luc. 6: 40; Gál. 6: 1). Pablo anhelaba
completar lo que les faltaba espiritualmente. Había ensalzado la fe, el amor y
la esperanza de ellos (1 Tes. 1: 3), pero reconocía que les faltaban virtudes
esenciales (ver com. cap. 4: 11; 5: 14), y necesitaban abundar "más y más" (cap.
4: 10) en los atributos cristianos.
11. Mas
el mismo Dios.
Pablo da comienzo a una nueva sección, y registra una
oración específica. El hecho de que Dios y Cristo se mencionen juntos destaca la
unidad de esos dos miembros de la Divinidad. En cuanto a los títulos que Pablo
da al Padre y al Hijo, ver com. Rom. 1: 7; Gál. 1: 4; Fil. 2: 5.
Dirija.
Con más precisión "hagan derecho" (cf. Luc. 1: 79; 2 Tes. 3:5). Satanás
había puesto obstáculos en el camino de Pablo (1 Tes. 2: 18), y por esta razón
el apóstol recurrió al Padre y a Cristo pidiéndoles que quitaran todos los
obstáculos e hicieran posible que él y sus compañeros visitaran de nuevo
Tesalónica.
12. Y el Señor.
Pablo
virtualmente dice: no importa lo que me suceda, deseo que crezcáis en estatura
espiritual.
Os haga. . . abundar.
Gr. pleonázo , "superabundar"
(BJ). La "abundancia" adicional sirve 249 para destacar el fervor del deseo de
Pablo por sus conversos. Ora para que Dios les de un amor cada vez más profundo
por sus hermanos en la fe, y luego por los que están fuera de la iglesia. Quería
que el ardiente amor que sentía por ellos se reprodujera en sus corazones en
favor de otros. El amor ferviente mutuo es una prueba para el mundo de la
autenticidad de la religión cristiana. Esta es la enseñanza explícita de Cristo
(Juan 13: 34-35).
13. Para que.
Señala el resultado de la sobreabundancia de amor en los corazones.
Afirmados.
Gr. st'rízÇ (ver com. Rom. 16: 25). En 1 Tes. 3: 2
st'rízÇ se traduce "confirmar". Pablo tenía la confianza de que Cristo
confirmaría los corazones de los creyentes, y reconocía que los tesalonicenses
no podían hacer esa obra por sí mismos.
Irreprensibles.
Gr.
ámemptos, "impecable", "sin tacha", "irreprochable" (cf. com. Efe. 1: 4; Fil. 2:
15; 3: 6). El deseo del apóstol para sus conversos era que en asuntos
espirituales estuvieran libres de toda imperfección.
Santidad.
Esto indica la esfera hacia la cual Cristo dirige a los creyentes. Los
capacita de tal modo a vivir vidas santas, intachables, que podrán presentarse
sin mancha delante del juez del universo. "Irreprensibles en santidad"
representa la norma ética y espiritual máxima. El apóstol cree que una norma tal
puede ser alcanzada mediante la gracia que Cristo proporciona a aquellos de sus
seguidores que crecen en el amor. Creer menos que eso sería negar el Evangelio.
Delante de Dios.
La preocupación de Pablo era que sus conversos
fueran considerados irreprensibles, no por los hombres, que son falibles, sino
por Dios, que escudriña los corazones y sabe lo que hay en la mente.
Nuestro Padre.
Cf. vers. 11.
Venida.
Gr.
parousía (ver com. Mat. 24: 3). La venida de nuestro Señor es una de las notas
clave de esta epístola (1 Tes 1: 10; 2: 19; 4: 16; 5: 23). Pablo destaca en
estas últimas palabras que el carácter de los creyentes debe estar desarrollado
para el día de la venida de Cristo, pues entonces ya no habrá posibilidad alguna
de cambio.
Santos.
Gr. hágios (ver com. Rom. 1: 7). Hágios
generalmente se refiere en el NT a los hijos redimidos de Dios (Mat. 7: 52;
Hech. 9: 13; 1 Cór. 1: 2; etc.). Algunos creen que hágios se refiere aquí a los
ángeles que acompañan a Cristo en su parousía o venida (Mat. 25: 31); pero otros
creen que Pablo se está refiriendo a los santos que resucitarán y a los que
estén vivos, que se reunirán cuando Cristo aparezca (1 Tes. 4: 13-17), y con
quienes él entonces se unirá.
CBA T7
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