1. Ojalá.
" En los cap. 11 y 12 Pablo procede a
defender su autoridad y derecho al oficio apostólico, y por lo tanto neutraliza
las tácticas de sus adversarios gloriándose en su debilidad y en el poder de
Dios. La jactancia de sus adversarios destacaba y exageraba las supuestas o
reales debilidades e imperfecciones de Pablo y, en contraste, destacaba la
pregonada capacidad de ellos como apóstoles (ver com. cap. 10: 10). "
Me
toleraseis.
" Pablo hubiera preferido no permitirles en su debilidad ni
siquiera la humilde alabanza que está por comenzar, y pide disculpas a los que
lo escuchan. "
Locura.
"Necedad" " (BJ); "demencia" " (NC).
Ciertas expresiones aparecen repetidas veces en los cap. 11 y 12: (1) el verbo "
"tolerar", "soportar" " (BJ, NC) deriva de añéjÇ (cap. 11: 1, 4, 19-20); y (2)
"locura" , o "necedad" , o "loco" , o "necio", " en los cap. 11: 1, 16, 17, 19;
12:6, 11. Los críticos de Pablo evidentemente lo presentan como un necio, y él,
como "necio", se jacta ahora de su "debilidad" " (cap. 11:30), y pide disculpas
porque se jacta como "necio". jactarse, como lo hacían los críticos de Pablo,
era para él la peor necedad, un alarde que consideraba completamente
incompatible con su abnegada humildad, su serena dignidad y su responsabilidad
905 apostólica. Esa jactancia, era sin duda, completamente opuesta al espíritu
de Cristo (Fil. 2: 5-8). Pablo creía que era una necedad que para defender su
autoridad apostólica se viera obligado (ver com. 2 Cor. 10: 8, 13-18; 12: 10-11)
a proceder de tal manera que lo ,juzgaran como jactancioso (cap. 1 l: 16). La
jactancia de Pablo llama la atención a:
1. Su apostolado -título, cargo
y autoridad-, que en nada era inferior al de los "grandes apóstoles" " (vers.
5).
2. Su predicación del Evangelio, sin solicitar el sostén material de
ninguno de los creyentes corintios, mientras que sus adversarios literalmente
los habían explotado (cap. 11: 7-10, 19-20; 12: 13 -18).
3. Su linaje,
que era igual al de sus opositores (cap. 11: 22).
4. Sus muchísimas
dificultades (cap. 11: 23).
5. Sus increíbles sufrimientos, pruebas y
persecuciones por causa de Cristo (cap. 11: 23-33).
6. Sus visiones y
revelaciones (cap. 12: 1-5).
7. Su "aguijón" " en la "carne" " (cap. 12:
7-10).
Si es lícito jactarse, Pablo tenía muchísimo de qué gloriarse. En
comparación a él, ¿de qué podían jactarse sus enemigos? Cuando el apóstol se
jacta, muestra cuán nulas eran las vanas pretensiones de ellos. La razón para
tener que hablar de esa manera de sí mismo y de sus trabajos, era para ayudarlos
a comprender y a apreciar lo que había hecho entre ellos, para que no fueran
inducidos por los falsos apóstoles a despreciarlo a él y a su mensaje,
destruyendo así el resultado de su obra.
Toleradme.
Pablo tenía
la confianza de que la mayoría de los miembros de la iglesia lo iban a entender
y a "tolerar". Les tenía confianza. Interpretarían sus palabras con amor, con un
espíritu que no piensa el mal, mientras que sus enemigos no lo harían. Qué
privilegio es que el obrero cristiano disfrute de la plena confianza de sus
amigos y conversos, y pueda participarles sus congojas.
2. Os celo.
Gr. z'lóÇ, "tener celo". En buen sentido
significa entusiasmarse en la búsqueda del bien, estar lleno de entusiasmo.
Pablo estaba profundamente preocupado porque los corintios pudieran ser
engañados y pervertidos por los falsos apóstoles. En mal sentido significa z'lóÇ
envidiar o celar, lo cual lleva a una rivalidad agresiva, belicosa. Dios está,
en buen sentido, celoso por su pueblo. El no tolera rivales.
Celo de
Dios.
Dios aprecia el amor de los suyos, y le duele profundamente
cualquier disminución de su afecto por él (Eze. 18: 31; 33:11; cf. Exo. 20: 5;
34: 14; Deut. 4: 24; Jos. 24:19; Zac. 8: 2). Los corintios durante un tiempo
habían dado a un rival el afecto que habían sentido por Pablo. La preocupación
del apóstol por ellos no era un celo mezquino y humano, sino un celo como el de
Dios.
Os he desposado.
Es decir, dado en casamiento. En la
antigüedad se contrataba a un intermediario para que hiciera los arreglos para
el compromiso de un hijo o una hija (ver Mat. 25: 1-13; 1 Cor. 7: 36-38; com.
Gén. 24). En realidad, entre los judíos un compromiso matrimonial tenía en ese
entonces tanto valor como el casamiento. En este caso Pablo era el intermediario
entre Cristo y la iglesia.
La novia elegida podía quedar en casa con sus
padres, o era entregada al cuidado y a la protección de los amigos de confianza
del novio hasta que éste viniera a buscarla con frecuencia pasaba mucho tiempo
entre el compromiso matrimonial y la boda; pero durante ese lapso toda
comunicación entre el novio y la novia se hacía por medio de un "amigo" " de
confianza (ver Juan 3: 29), a quien también le correspondía instruir y preparar
a la novia para el día cuando llegara el novio. La responsabilidad del "amigo"
se consideraba sagrada. La infidelidad de la novia a veces se castigaba con la
muerte.
En este caso Cristo era el Novio; la iglesia de Corinto, la
novia elegida, y Pablo, el "amigo" del Novio. Pablo era el que había hecho los
arreglos para el compromiso de los creyentes corintios con Cristo (cf. Rom. 7:
1-6), y anhelaba que la iglesia de Corinto permaneciera pura e incontaminado.
El matrimonio se emplea con frecuencia en las Escrituras como una
ilustración de la relación entre Cristo y su pueblo (Isa. 54: 5; 62: 5; Jer. 3;
Eze. 16: 8-63; Ose. 2: 18-20; Efe. 5: 25-32). El sumo sacerdote, que simbolizaba
a Cristo, estaba autorizado para casarse únicamente con una virgen (Lev. 21:
10-14). La anhelante expectativa de la iglesia es encontrarse con Cristo cara a
cara.
Presentaros.
El momento supremo en el antiguo ritual del
casamiento era cuando aparecía el novio para tomar a su novia y llevarla a su
casa para la fiesta de bodas. Pablo, como amigo del Novio, pensaba en su gozo
906 cuando Cristo regresara y él tuviera el gozo de presentarle a los corintios.
Será un día de inmenso gozo cuando la novia contemple el rostro del Novio y vea
su gloriosa persona (1 Cor. 13: 12; 1 Ped. 1: 7-8; 1 Juan 3: 2). Entonces el
Novio contemplará a su novia adornada con las blancas y puras vestiduras de
justicia y, satisfecho, la llevará a la casa de su Padre (Isa. 53: 11; Sof. 3:
17; Juan 14: 1-3).
3. Astucia.
El
engaño es la mercancía que Satanás usa en sus transacciones Juan 8:44; Apoc. 20:
8); sin ella no podría tener éxito alguno.
Engañó.
Pablo temía
que esos falsos apóstoles -emisarios de Satanás- sedujeran a los corintios así
como la serpiente sedujo a Eva. En ambos casos Satanás había preparado el
maligno complot (Gén. 3: 1-11; Juan 8: 44; 1 Juan 3: 8). Debido a que la
serpiente se convirtió en el instrumento de Satanás para la caída de Adán y Eva
y la entrada del pecado en el mundo, las Escrituras hablan con frecuencia de él
como de la "serpiente" (Apoc. 12: 9; 20: 2). La teología de Pablo se basa en la
narración bíblica de la caída del hombre como hecho histórico (ver com. Rom. 5:
12-19).
Sentidos.
Gr. nóema, "pensamiento" (ver com. cap. 10:
5). "Mentes" (BJ); "inteligencias" (BC), "pensamientos" (NC). La mente humana es
el objetivo especial del ataque de Satanás (Juan 12: 40; ver com. 2 Cor. 10:
4-5). La corrupción de la mente de los creyentes de Corinto fue producida por
los falsos maestros. Satanás corrompe la mente torciendo y cauterizando la
conciencia. Su obra es opuesta a la del Evangelio, que purifica la conciencia.
Satanás realiza su funesta obra cegando la mente de las personas ante la
verdad, endureciendo y engañando sus corazones y esclavizando la razón a las
pasiones. Hace que hombres y mujeres duden del amor de Dios y procura
despojarlos del poder para elegir lo correcto. Ocupa sus mentes con cualquier
cosa y con todo lo que los distraiga de dedicar su tiempo y atención a Cristo,
su justicia y su reino (Luc. 21: 34-36). Se esfuerza por instilar en cada mente
hostilidad y rebelión contra Dios (Rom. 8: 7; Sant. 4: 4).
Extraviados.
"Se pervierten" (BJ) "; "corrompa" (BC). En Apoc. 19: 2 se dice
figuradamente que la "gran ramera" ha "corrompido" a la tierra con su
"fornicación". En los tiempos bíblicos se consideraba la infidelidad después de
un compromiso matrimonial como casi equivalente al adulterio después del
casamiento (ver com. Mat. 1: 18-19). Pablo, como intermediario entre la novia y
el Novio celestial y guardián y protector de la novia elegida, debía dar cuenta
de la iglesia de Corinto y no se atrevía a descuidar su deber; por eso velaba
por ella "con celo de Dios" (2 Cor. 11: 2) y consideraba que esos falsos
caudillos eran rivales que aspiraban a la mano y al corazón de la novia.
Fidelidad.
Sencillez o " "sinceridad" (BJ). La evidencia textual
(cf. p. 10) se inclina por añadir la frase " "y de la pureza" inmediatamente
después de "fidelidad" . Pablo habla de una fe indivisa y de una completa
consagración a Cristo (cf. Sant. 1:8). Repetidas veces insiste en la virtud de
la fidelidad a Cristo.
La declaración de 2 Cor. 11: 3, ser "extraviados
de la sincera fidelidad a Cristo" , niega enfáticamente la enseñanza de que un
hombre no puede caer de la gracia, Y que "una vez salvo, salvo para siempre"
(vea com. Juan 3: 18-21; Gál. 5: 4), pues aun Lucifer, creado perfecto en
belleza y carácter, cayó de su pureza y obediencia originales. Pablo reconoce
claramente la posibilidad de que se disuelva el matrimonio entre los creyentes y
Cristo mediante el poder corruptor de Satanás. Cuando esto ocurre, se rompe la
unión entre Cristo y su "novia".
Las instrucciones de Dios para Adán y
Eva en el huerto del Edén fueron muy sencillas; no dejó ninguna duda en cuanto a
lo que exigía de ellos y lo que les sucedería si desobedecían. Dios les dio una
clara razón para que no comieran del fruto prohibido; pero Satanás presentó
varias razones aparentemente buenas para comer de él. Cuán sencillas son la
definición y la interpretación que da Dios del pecado (Mat. 5: 21-22, 27-28; 1
Juan 3: 4). Cuán sencilla es la invitación de ir a Cristo (Isa. 55: 1; Apoc. 22:
17). Cuán claro es el camino de la verdad y de la rectitud, y cuán tortuoso es
el camino de las tinieblas y del error (Juan 3: 19-21). Cuán sencillas y
explícitas son las seguridades que da Dios y cuán hermosamente cristalinas son
sus promesas (2 Cor. 7: 1). Cuán sencillo y real es el amor verdadero, mientras
cuán confuso es el corazón dividido. Cuán estrecho y angosto es el camino de la
rectitud y de la vida, en contraste con el camino amplio y tortuoso del pecado y
de la muerte (Mat. 7: 13-14).
4. Otro.
Gr. állos , "otro" de la misma clase (ver com. Mat. 6: 24). Esos
judaizantes no estaban predicando a un Jesús diferente o un Evangelio diferente.
Eran judíos convertidos (Hech. 15: 1, 5) y profesaban creer en el mismo Jesús;
sin embargo, había un sector de ellos cuyo credo en realidad constituía lo que
Pablo llamaba "otro evangelio" (Gál. 1: 8). Esos judíos extraviados creían que
Jesús era el Mesías, pero también creían que las personas debían observar la ley
ceremonial para salvarse. Pero el Evangelio de Pablo consistía en la fe sencilla
y verdadera en Jesús como pleno Salvador del hombre para liberarlo del pecado,
en que la ley ceremonial ya no estaba en vigencia, y en que la obediencia a la
ley moral automáticamente sigue a la justificación, pero que no es la base de
ella (ver com. Rom. 3: 24, 31; 8: 1-4).
Parece como si Pablo escribiera
con ironía, delicadamente reprendiendo a los corintios por haber sido embaucados
por esos intrusos. Si habían encontrado un Jesús mejor y un Evangelio mejor,
¡que lo aceptaran! Pero Pablo puede estar sencillamente declarando lo que ellos
en realidad habían hecho.
En nuestros días hay una diferencia enorme
entre el Cristo de Pablo y de los Evangelios y el Cristo de muchos cristianos
modernos. Estos admiran y alaban a Jesús por su noble vida, pero lo despojan de
su carácter divino y de su poder expiatorio vicario (2 Ped. 2: 1; 1 Juan 4:
1-3).
Otro espíritu.
En este caso "otro" es traducción de
héteros, "otro [de una clase diferente]" (ver com. Mat. 6: 24). Creer en otro
espíritu de Cristo es impartido a hombres y mujeres por el Espíritu Santo (Rom.
8: 14-15; Gál. 5: 22-23). El espíritu falso es el del temor que proviene de un
falso concepto de Dios, el cual lo hace aparecer como un amo duro. El espíritu
de Cristo es el espíritu de verdadera libertad (2 Cor. 3: 17-18), mientras que
el espíritu de los adversarios de Pablo y su "evangelio" es el espíritu de
servidumbre (Gál. 3: 1 5; 4: 1-9; ver com. 2 Cor. 3: 6). El espíritu de ellos
era un espíritu de justicia propia que contrastaba con el espíritu de humilde
gratitud por la justicia que proviene de la fe en Cristo (Rom. 3: 25-26).
Otro evangelio.
"Otro" es una traducción de héteros , "otro [de
una clase diferente]" (ver com. Mat. 6: 24).
Lo toleráis.
O "lo
escucháis.
5. Grandes apóstoles.
"Superapóstoles" (BJ); "prelados" (NC); "supereminentes" (BC).
Posiblemente no sea una referencia a los doce sino a los falsos apóstoles que
habían estado perturbando a la iglesia de Corinto, y a cuyas actividades se hace
referencia en los vers. 3 y 4. El término griego tiende a expresar
desaprobación, y parece que es usado en forma irónica y no seria, Pablo siempre
habla de los doce con gran respeto (1 Cor, 15: 8 -10; Gál. 2: 8-10). Aquí
comienza la jactancia a la cual hace referencia en el vers. 1, comparándose a sí
mismo, con esos 4 apóstoles que se habían instituido a sí mismos (ver com. vers.
1).
6. Tosco.
Gr. idiÇt's ,
"indocto" , "ignorante" , "inhábil" (cf. Hech, 4: 13). En el griego clásico
idiÇt's denota una falta de pericia en cualquier arte o profesión. En 1 Cor.
14:16, 23-24 se refiere a personas carentes del don de lenguas. Aunque Pablo
dice que era un orador inhábil (cf. 1 Cor. 1: 17; 2: 1, 4), es un hecho que no
era insignificante (Hech. 14: 12; 22: 1-21; 24: 10-21; 26: 2-29). Corinto y
Atenas eran los principales centros de Grecia en donde se escuchaba a excelentes
y cultos oradores, y los corintios estaban acostumbrados a esa clase de
oratoria. Sin duda esto explica, en parte, su aprecio por Apolos (Hech. 18:
24-28). Parece que Pablo no había estudiado en griego y no pretendía ser
elocuente. Además, destacar la elocuencia tendería a ensalzar al orador y no su
mensaje.
No. . . en el conocimiento.
Pablo afirma que poseía
algo de una importancia mucho mayor que la habilidad oratoria. Conocía la mente
y la voluntad de Cristo; comprendía las verdades espirituales necesarias para la
salvación (1 Cor. 2: 414; Gál. l: 12, 16; Efe. 3: 3-4, 18-19). Conocía a Cristo,
lo cual equivale a vida eterna. Esta verdad sobrepasa a todo otro conocimiento
(Juan 17: 3; 1 Juan 2: 29; 3: 5, 18, 24; 4: 2; 5: 18-20).
7. ¿Pequé yo?
En los vers. 7-11 Pablo trata el problema
presentad por quienes criticaban su ministerio de sostén propio en favor de los
corintios. Antes les había escrito acerca de este tema presentando claramente
los principios que implicaba (1 Cor. 9: 4-18). En armonía con los principios
presentados por Cristo en las Escrituras, había declarado su pleno derecho a ser
sostenido en su obra, así como lo eran los otros apóstoles (Mat. 10: 7-10; Luc.
10: 7-8). Pero voluntariamente había renunciado a su derecho para demostrar que
908 no tenía motivos mercenarios (Hech. 20: 33 2 Tes. 3: 8-9); a pesar de todo
sus enemigos se habían aferrado a esta abnegación para atacar los motivos del
apóstol. La interpretaban como evidencia de que no merecía ser sostenido y que,
por eso, tácitamente admitía que no era un apóstol genuino. Probablemente
también objetaban que no era consecuente al aceptar ayuda material de los
creyentes de Macedonia (2 Cor. 11: 9; Fil. 4: 10), que quizá tenía motivos
ocultos, y que ese aparente sacrificio en relación con los corintios era parte
de un plan suyo para aprovecharse de ellos. Pablo se preguntaba si había hecho
mal al proceder así en Corinto, pues en esta ciudad no disfrutaba de la íntima
comunión que compartía con los creyentes en Filipos. Por lo general había
trabajado haciendo tiendas para pagar sus gastos de embajador de Cristo (Hech.
18: 3; cf. Hech. 20: 33-35; 1 Tes. 2: 9). No es apropiado que un obrero de
Cristo se coloque en un compromiso ante un miembro de iglesia por haber recibido
dinero de esa persona para su uso personal. El ministerio evangélico es
deshonrado si se lo convierte en un medio para lograr provecho personal (cf. 1
Tim. 3: 3). La buena nueva de la salvación es un regalo gratuito de Dios para el
hombre (Isa. 55: 1-2).
8. Despojado.
La iglesia de Corinto era relativamente rica en comparación con las
iglesias más pobres de Macedonia (ver com. cap. 8: 1). Este versículo era un
duro reproche para los corintios.
Salario.
Gr. opsÇnion ,
consistan frecuencia en raciones y no en dinero (ver com. Luc. 3: 14; cf. Rom.
6: 23; 1 Cor. 9: 7). Pablo no quiere decir que tomó algo en forma ilegal de la
iglesia de Filipos. Las dádivas que había recibido le fueron dadas
voluntariamente y representaban un verdadero sacrificio de parte de los dadores.
Esas dádivas habían hecho posible que dedicara más tiempo mientras estaba en
Corinto para establecer la iglesia de esa metrópoli. De ese modo los corintios
habían sido beneficiados a expensas de los macedonios. La predicación del
Evangelio no les había costado nada a los corintios porque Pablo era sostenido
por otros (ver 2 Cor. 11: 9).
9. Necesidad.
Pablo había gastado todos sus recursos durante su ministerio en Corinto,
y le faltaban medios para hacer frente a sus necesidades mínimas mientras
ministraba a una iglesia próspera. La indiferencia de ellos revelaba una gran
despreocupación, por no decir egoísmo, y no tenían excusa. Pero aun en ese
momento Pablo no hizo saber a los corintios su necesidad.
La situación
fue remediada no por los creyentes corintios, como era de esperarse, sino por la
oportuna llegada de hermanos procedentes de Macedonia portadores de otra dádiva
(ver Fil. 4: 10). Los hermanos a que se hace referencia podrían haber sido Silas
y Timoteo (Hech. 18: 5).
Fui carga.
Gr. katanarkáÇ , "ser
gravoso". Una palabra afín de este vocablo griego es la raíz del nombre de un
pez parásito que se adhiere a otros seres para alimentarse de ellos, y éstos
pierden su vitalidad. Pablo no había sido un parásito que vivía a expensas de
los corintios. No les había sido gravoso económicamente ni de otra forma. Su
ministerio no los había privado de su vitalidad ni espiritual ni económicamente;
por el contrario, les había dado inspiración, vida y vigor.
10. La verdad de Cristo.
Pablo
afirma solemnemente la verdad de su declaración (ver com. Rom. 9: l; 2 Cor. 1:
18). La presencia de Cristo en su vida eliminaba la posibilidad de que él
tergiversara los hechos (ver Rom. 8: 9-11; 1 Cor. 2: 16; 2 Cor. 13: 3; Gál. 2:
20).
No se me impedirá.
O "no seré silenciado"; "no seré
amordazado". Pablo estaba tan seguro de la sabiduría del plan de sostén propio,
que previamente había declarado que moriría antes de que se lo culpara de
convertir su ministerio en una ganancia (1 Cor. 9:15). Esto revela cuán
profundamente se preocupaba por este asunto.
Regiones de Acaya.
La referencia específica a esta región, también de Grecia, significa que
la insistencia del apóstol en aferrarse al principio del sostén propio en su
ministerio se necesitaba especialmente aquí. Si hubiese procedido de otra manera
sus enemigos de Corinto sin duda lo hubieran presentado como un parásito; pero
no había peligro de que se le hiciera esa acusación en Macedonia, donde había un
espíritu de buen entendimiento entre Pablo y sus conversos. Sin embargo, la
situación en Corinto era diferente.
11. Porque.
En los vers. 11 y 12 Pablo explica por qué no
había estado dispuesto a aceptar sostén de parte de la iglesia corintia. La
declaración del vers. 11 significa que algunos de los corintios estaban celosos
debido a la preferencia que Pablo parecía demostrar 909 por los macedonios al
recibir sus dádivas, y llegaron a la conclusión de que se interesaba más en los
filipenses que en ellos. Pero Pablo niega que alguna vez se sintiera indiferente
o alejado de los corintios; al contrario, con frecuencia les expresó su amor y
reclamó el de ellos (1 Cor. 4: 21; 13; 2 Cor. 2: 4; 6: 11-13; 8: 7-8; 12: 15).
En sus cartas a los corintios y en su ministerio para ellos siempre había
manifestado profundo afecto.
12. Ocasión.
Gr. aform' , término militar que denota en primer lugar una "base de
operaciones". En sentido figurado implica la base que sirve para emprender una
acción, o el motivo para ella (ver Rom. 7: 8, 11; Gál. 5: 13; 1 Tim. 5: 14). Si
Pablo hubiese aceptado dinero de los corintios, sus enemigos lo hubieran
presentado como otra "ocasión" para condenarlo; por otro lado, el hecho de que
no aceptaba la ayuda de los corintios había sido convertido en un pretexto para
poner en duda su apostolado (ver com. 2 Cor. 11: 7). De modo que Pablo estaba
ante el dilema de (1) o renunciar a su derecho de ser sostenido como apóstol
(Luc. 10: 7), corriendo así el riesgo de aparecer como que negaba su apostolado
(ver com. Mat. 17:24-27) y de mostrar falta de amor por los corintios (ver com.
2 Cor. 11: 11), o (2) aceptar la ayuda y parecer que predicaba el Evangelio para
ganar dinero. Estaba dispuesto a correr el primer riesgo -que consideraba como
el mejor de dos males- para evitar el segundo.
Semejantes a nosotros.
Parece que esos falsos a apóstoles habían aceptado ayuda material de los
corintios (1 Cor. 9: 7 -13; 2 Cor. 11: 20), y se justificaban recurriendo a sus
supuestas prerrogativas apostólicas; pero le negaban ese privilegio a Pablo.
Aunque su pretensión de haber trabajado desinteresadamente era falsa, se
gloriaban en ella. Pero, dice Pablo, si realmente querían jactarse, debían
ceñirse a la norma del sostén propio.
13. Falsos apóstoles.
Eran sin duda cristianos de nombre,
de origen judío (vers. 22), y pretendían ser apóstoles de Cristo. Resultaba,
pues, evidente que se habían unido a la iglesia cristiana (cf. Hech. 15: 1-2, 5;
Gál. 2: 45; Fil. 3: 2-3); pero eran impostores, hipócritas que habían usurpado
la autoridad, los derechos, el cargo y los privilegios de los verdaderos
apóstoles de Cristo. Como carecían de las credenciales genuinas (ver com. 2 Cor.
3: 3) recurrían a disimulas y subterfugios.
Se disfrazaban.
Gr.
metasj'matízÇ, "cambiar de forma"; a menudo destaca, como aquí, sólo una
apariencia de cambio en contraste con una verdadera transformación (ver com Mat.
17: 2).
14. Satanás.
Ver com. Mat.
4: l; Nota Adicional de Mar. 1.
Se disfraza.
Ver com. vers. 13.
La luz es uno de los atributos supremos de Dios y de sus santos ángeles (Mat.
28: 2-3; 1 Tim. 6: 16 1 Juan 1: 5; Apoc. 21: 23-24). Dondequiera-, que se
presentan Dios y sus ángeles esparcen luz y despejan las tinieblas (Hech. 26:
18; Col 1: 13); por el contrario, las tinieblas representan el mal y a Satanás,
su autor (Luc. 22: 53; 2 Cor. 6: 14; Efe. 6: 12). Ver com. Juan 1:4 -9 Satanás
se ha estado disfrazando hábilmente desde el comienzo para engañar mejor a lo
seres humanos y apartarlos de Cristo.
Luz.
Satanás era un ángel
de luz y se llamaba Lucifer, que significa "portador de luz" (Isa. 14:12-14;
Eze. 28:13-19). La rebelión contra Dios fue lo que realmente lo transformó en un
ángel de tinieblas, y los ángeles que lo acompañaron en su rebelión fueron
condenados al reino de las tinieblas "eternas" " (Ped. 2:4; Jud. 6).
15. Si también sus ministros.
El
argumento va de mayor a menor. Satanás engaña, así también lo hacen sus
representantes. Delante de Dios no puede haber nada más horrendo que los que se
presentan como ministros de Cristo sean instrumentos de Satanás Con frecuencia
sólo pueden ser conocido por sus frutos (Mat. 7: 16-20; 12: 33-37).
Cuyo
fin.
Para que haya una completa relación del carácter y de la justicia
de Dios es necesario que todos los hipócritas, impostores y engañadores sean
finalmente desenmascarados ante todo el universo. En ese de todos -justos e
impíos, redimidos y réprobos- proclamarán que Dios es justo (Apoc 15:4).
16. Me tenga por loco.
"Fatuo" "
(BJ); "el sensato" " (NC). El apóstol afirma con una gorosa declaración para los
corintios, para sus enemigos y para sí mismo, que "gloriarse" es nada menos que
locura o fatuidad (ver com. vers. l). El hecho de que eso le repugne, demuestra
que no es un fatuo. Cristo también se refirió a sus buenas obras para confirmar
sus títulos (Juan 10: 32, 37-3 15: 24). A pesar de que Pablo detestaba el
gloriarse, indudablemente creía que debía hacerlo cuando lo demandaba la defensa
de su ministerio, para hacer frente a las falsas 910 acusaciones de los
engañosos apóstoles de Corinto.
Recibidme.
Es decir, escuchadme.
17. No. . . según el Señor.
Como en
otros pasajes (1 Cor. 7: 6, 12, 25; 2 Cor. 8: 8), Pablo niega que lo que está
por decir sea por orden divina. Sencillamente habla en defensa propia. Si Pablo
no hubiese aclarado este punto podría haber parecido como que justificaba a sus
enemigos y sus jactancias. Pablo quería que se entendieran claramente sus
razones para gloriarse. La defensa que hace de sí mismo quizá podría parecer
necia si se la examina superficialmente; lo reconoce (ver com. cap. 11: 1, 16),
pero desde el punto de vista de sus motivos estaba plenamente justificado al
hacerlo.
18. Muchos se glorían.
En
la iglesia de Corinto "muchos" creían indudablemente que debían gloriarse "según
la carne", es decir, poniendo énfasis en el linaje, la categoría social, la
reputación y otras ventajas externas. Lo hacían por motivos egoístas, pero los
de Pablo eran dignos.
Según la carne.
Es decir, según las cosas
que atraen a los de mundo.
También yo me gloriaré.
Ver com. cap.
10:8.
19. Toleráis a los necios.
Pablo habla irónicamente. Los corintios tenían una gran opinión de su
propia sabiduría y discernimiento; sin embargo, no sólo toleraban a los necios
sino que aceptaban su autoridad, basándose en los supuestos méritos de su propia
orgullosa jactancia; por lo tanto, no debía serles difícil aceptar la jactancia
de Pablo, pues de acuerdo con la manera de pensar de ellos, él tenía mucho más
de qué jactarse.
Cuerdos.
Pablo habla irónicamente y a la vez
con seriedad.
20. Toleráis.
O
"sufrís con paciencia".
Os esclaviza.
Pablo presenta y condena
los despóticos métodos de los falsos apóstoles de Corinto. Sin duda Tito había
informado a Pablo acerca de la dura y tiránica autoridad ejercida por esos
falsos caudillos. Eso contrastaba agudamente con el gran amor y bondad con que
Pablo trataba a los corintios. En este versículo se usan cinco expresiones para
describir la naturaleza y la obra de esos falsos apóstoles.
Los falsos
apóstoles convertían en verdaderos esclavos a los que los aceptaban (cf Mat. 23:
4; Gál. 2: 4; 4: 9; 5: 1, 13; 1 Ped. 5: 2-3). Las falsas enseñanzas y las falsas
doctrinas no proporcionan libertad a los hombres, sino que los convierten en
esclavos espirituales y mentales. La verdad sí libera a los hombres (Juan 8: 32,
36). La obra de los maestros y dirigentes religiosos falsos es de convertirse en
ambos de la iglesia dominando la mente y el corazón de los hombres. La obra de
los verdaderos dirigentes es la de llevar a los hombres a Cristo y no a sí
mismos.
Os devora.
Ver com. Mat. 23: 14. Los falsos apóstoles
trabajaban por dinero y ganancias materiales. Esquilaban a las ovejas en vez de
alimentarlas. Estaban inspirados y movidos por la codicia, hasta el punto de que
devoraban los bienes de los corintios. Eran unos asalariados.
Toma lo
vuestro.
Es decir, os despoja, o se aprovecha de vosotros. Sin duda esos
falsos caudillos eran engañadores sin escrúpulos, y habían entrampado a los
corintios. Aunque éstos eran "cuerdos" (vers. 19), habían sido convertidos en
incautos.
Se enaltece.
Era característico de esos falsos
apóstoles asumir gran autoridad. Mediante declaraciones jactanciosas y pomposas
se arrogaban el señorío de la iglesia.
Os da de bofetadas.
Esta
expresión describe hasta qué grado tan bajo estaban sometidos los corintios.
Este acto se presenta en la Biblia como la expresión de un completo desprecio (1
Rey. 22: 24; Neh. 13: 25; cf. Isa. 58: 4; Mat. 5: 39; Tito 1: 7). Cristo y Pablo
supieron lo que era experimentar ese trato (Luc. 22: 64; Hech. 23: 2; cf. 1 Tim.
3: 3). No se podía inferir un insulto mayor a un hombre. Al proceder así -por lo
menos figuradamente- los adversarios del apóstol habían demostrado que eran
falsos caudillos y falsos apóstoles. No apreciaban el valor de las almas, ni
siquiera respetaban los derechos ajenos.
21. Para vergüenza mía.
Esta frase es ambigua en el texto
griego. No es claro si Pablo se refiere a su "vergüenza" o a la de sus
adversarios. "Para vergüenza vuestra" " (BJ); "para sonrojo mío" " (NC). Es
obvio que dicha "vergüenza" se relaciona en alguna manera con la actitud de
Pablo, la que podía ser interpretada como debilidad.
Algunos expositores
creen que Pablo está diciendo que si se había equivocado siendo demasiado
humilde y paciente con ellos, no procuraría eliminar esa falsa impresión de que
era "débil" mediante una afirmación de su preeminencia en lo que se refería a
linaje, 911 posición y sufrimientos, en comparación con sus oponentes. Algunos
de los que sostienen esta opinión destacan el uso del tiempo verbal del aoristo
griego en muchos manuscritos, en vez del tiempo perfecto. Eso indicaría algún
acontecimiento específico en el pasado, alguna manifestación de debilidad
durante una visita previa a la iglesia de Corinto. Pablo mismo hace referencia a
una ocasión tal (2 Cor. 2: 1; 10: 10; 12: 7-10, 21; cf. Gál. 4: 13-15). No trata
de evitar el reconocimiento de sus limitaciones, de encubrir su debilidad con
falsedades; no le es natural jactarse. Pero si su paciencia iba a ser
interpretada como debilidad, demostraría que también tenía "osadía" "."
Otros expositores bíblicos interpretan la declaración de Pablo de 2 Cor.
11: 21 como irónica. En comparación con los métodos tiránicos de sus adversarios
(vers. 20), él y sus colaboradores parecerían "débiles". Podemos imaginarlo
diciendo: "Por supuesto, soy débil pues no soy inclinado a demostrar autoridad".
22. Hebreos.
Este versículo
claramente identifica como judíos a los adversarios de Pablo en la iglesia de
Corinto. Los judíos habían llegado a creer en la superioridad de su raza y en su
superioridad como pueblo elegido de Dios (Deut. 7: 6; Amós 3: 2; Juan 8: 33-39).
Los tres términos: "hebreos", "israelitas" y" descendientes de Abraham" son
sinónimos. Pablo refuta la pretensión de sus oponentes de quo lo superaban en
este punto (ver Hech. 22: 3; Fil. 3: 3-5).
En cuanto al origen del
término "hebreo", ver com. Gén. 10:21. Su uso sugiere aquí la antigüedad de su
origen como pueblo distinto de otras naciones. Al principio se aplicó, como
gentilicio, a los descendientes de Heber (Gén. 11: 16). También designaba al
idioma hebreo, lengua en la cual fue escrita la mayor parte del AT. Después del
cautiverio se refirió al idioma arameo, lengua común en Palestina en los días de
Pablo (ver t. I, pp. 29, 33-34). Aunque Pablo nació en el extranjero, había
aprendido hebreo y arameo, y eso reflejaba su respeto por las tradiciones
hebreas y su apego a ellas. Los judíos helenistas de la diáspora por lo general
hablaban griego y usaban la LXX, la traducción griega del AT. Como Pablo había
nacido fuera de Palestina, en Tarso, la capital de Cilicia, y hablaba griego,
sus adversarios -judíos de Palestina- sin duda lo tildaban de helenista, y por
lo tanto menos leal al judaísmo, del cual ellos se creían leales representantes.
También debe destacarse la diferencia entre los cristianos de origen
judío y los judíos ortodoxos del tiempo del NT. Los oponentes de Pablo
pertenecían al primer grupo. Se habían unido a la iglesia cristiana y procuraban
actuar como dirigentes cristianos. Se consideraban superiores a los conversos
gentiles e insistían en conservar esa distinción; pero Pablo no reconocía
ninguna diferencia entre judíos y gentiles con respecto a la salvación y su
condición ante Dios (Rom. 1: 14; 2: 25-29; 3: 29-30; 10: 12; Gál. 3: 28-29; 5:
6; Efe. 2: 14; Col. 3: l 1).
El conflicto entre Pablo y esos falsos
apóstoles cristianos judíos de Corinto era sólo parte de un conflicto más grande
que surgió en la iglesia cristiana primitiva en diversos momentos y lugares
(Hech. 10: 28; 15: 1-2, 5; Gál. 2: 1-9, 11-14). Era extrañamente difícil, aun
para los judíos convertidos, consentir en la abolición de "la pared intermedia
de separación" (Efe. 2:14) y deshacerse de cierto sentimiento de hostilidad
contra los gentiles porque no eran judíos de nacimiento. Esa actitud creada por
los judíos a través de los siglos desde el cautiverio, era una perversión del
propósito de Dios para el pueblo escogido (ver Juan 10: 16; Efe. 2: 14-15; t.
IV, pp. 34-35). Era muy difícil, aun para los discípulos, liberarse de las
ataduras de ese estrecho espíritu fanático (Hech. 10: 9-17, 28; 11: 18; Gál. 2:
12).
Cuando Pablo escribió la epístola que ahora se conoce como 1
Corintios, esta iglesia estaba perturbada por diversos bandos (ver com. 1 Cor.
l: 12). Aunque en el tiempo cuando se escribió la segunda epístola, unas pocas
semanas o pocos meses más tarde (ver p. 818), la mayoría de los miembros de la
iglesia se habían reconciliado plenamente con el apóstol (ver 2 Cor. 7: 5-15;
com. vers. 13, 15), algunos falsos apóstoles persistían en trabajar contra él
(cap. 10: 2). El apóstol dirige un severo reproche en su segunda epístola a esa
minoría, especialmente en los cap. 10 al 13.
Aunque Pablo aclara que esa
minoría estaba compuesta por judíos (cap. 11: 22), no los identifica como
pertenecientes al bando judaizante de la iglesia cristiana ni se ocupa de sus
enseñanzas heréticas. Debido a ese silencio algunos han deducido que no eran
judaizantes; sin embargo, la opinión general es 912 que sí lo eran. Sus
cabecillas eran cristianos de origen judío, quienes indudablemente pretendían
ser mejores judíos y más leales al judaísmo que Pablo (cap. 10: 7; 11: 22).
también afirmaban que eran "apóstoles de Cristo" (vers. 13) y "ministros de
Cristo" (vers. 23), y negaban que Pablo fuera un verdadero apóstol (cf. cap. 11:
15; 12: 11-12) o representante de Cristo (cap. 11: 23). Pero en realidad los
"falsos apóstoles" (vers. 13) y "ministros" de injusticia eran ellos (vers. 15).
Estas características son típicas del bando judaizante de la iglesia primitiva y
no de algún otro grupo claramente definido del tiempo de Pablo, y por lo tanto
es razonable concluir que eran judaizantes.
Si se quiere saber más en
cuanto al bando judaizante de la iglesia primitiva, ver p. 34. En cuanto a la
subversión causada por ese mismo bando, y en ese tiempo, en las iglesias de
Galacia ver p.931.
Negar la superioridad de los judíos delante de Dios,
no es negar la superioridad de la revelación divina concedida a ellos (Rom. 3:
1-2; 9: 1-5). Los judíos, en contraste con los gentiles conversos, desde la
infancia habían sido enseñados en el culto al Dios verdadero y en el
conocimiento de las Escrituras. El núcleo de los creyentes cristianos en cada
comunidad por regla general provenía de la sinagoga judía, pues Pablo comenzaba
su predicación del Evangelio en la sinagoga local. Los judíos creían
naturalmente que tenían derecho a consideración y privilegios especiales en la
iglesia cristiana, pues se creían mejor capacitados para el liderazgo. Era
evidente que la relativa madurez religiosa de los judíos les daba cierta ventaja
frente a la inmadurez de los gentiles. Pero su actitud y abuso de autoridad
habían dado en varios casos como resultado una religión de justicia propia, que
era aborrecida por Dios y también por los hombres.
( Luc. 18: 10-14)
Israelitas.
En cuanto al término "Israel", ver com. Gén. 32: 28.
"Israel" señala a los hebreos como los elegidos de Dios, y hace distinción entre
los del linaje escogido procedente de Abrahán y los otros numerosos
descendientes del patriarca (Gén. 21: 12; Rom. 9: 10-13; Gál. 4: 22-3 l). Los
israelitas, en su papel de pueblo escogido, habían disfrutado de bendiciones y
privilegios especiales (Rom. 9: 4-5; t. IV, pp. 29-31). Este nombre sólo aparece
tres veces en otros pasajes del NT Juan 1: 47; Rom. 9: 4; 11: 1).
Descendientes de Abraham.
Este era considerado como el más
honorable título de los tres. Ser un verdadero hijo de Abrahán significaba
participar de la relación del pacto con Dios (Gén. 17: 7; Gál. 4: 22-26),
experimentar la justificación por la fe (Rom. 4: Gál. 3: 6-9, 14-16), pertenecer
a la raza por medio de la cual vendría el Mesías (Gál. 3:16) y heredar las más
grandes promesas dadas al patriarca como padre de la raza hebrea (Gál. 3:
14-18). Pero los judíos no distinguían entre tener en sus venas la sangre de
Abrahán y tener la fe de Abrahán en sus corazones y mentes (Gén. 21: 10; Mat. 3:
9; Juan 8: 33-53; Rom. 2: 28-29; Gál. 3: 28-29). Los adversarios de Pablo
poseían las condiciones físicas, y ese hecho no justificaba que pretendieran
tener superioridad en la iglesia cristiana (Gál. 5: 2-6).
23. ¿Son ministros?
Como eran
judíos convertidos, pretendían ser portavoces de Cristo; pero Pablo refutaba esa
pretensión (vers. 13-15). Pablo, también judío, era igual a ellos; pero desde el
punto de vista de la relación con Cristo, que es la prueba fundamental en todos
los tiempos (1 Juan 4: 2-3), afirmaba que era superior. Por lo tanto, si se
tiene en cuenta la autoevaluación de ellos, él los superaba en mucho. Para
demostrarlo destacaba sus labores, muy superiores a las de ellos en abnegación,
extensión y resultados. Los adversarios de Pablo procuraban usurpar los frutos
de sus trabajos (2 Cor. 10: 15-16).
Loco.
En este caso la
palabra griega es mucho más vigorosa que la usada en los vers. 16 y 19 el verbo
sugiere estar fuera de sí, ajeno a la razón. Pablo habla irónicamente: está
empleando los necios métodos de sus adversarios. También expresa su disgusto al
tener que recurrir a este procedimiento. No puede continuar gloriándose sin
expresar su desaprobación al hacerlo.
Trabajos más abundante.
Pablo había trabajado afanosa y arduamente para llevar el Evangelio a
los gentiles; y en comparación, ¿qué habían hecho esos judaizantes?
Azotes.
Pablo fue azotado con frecuencia (cf. Hech. 16: 22-23).
En cárceles.
En la Biblia no se registra el número de veces que
Pablo estuvo encarcelado (cf Hech. 16: 23). Clemente Romano observa que Pablo
estuvo encarcelado siete veces ( Primera epístola de Clemente a los corintios
5).
En peligros de muerte.
En muchas ocasiones se enfrentó con
la muerte, y parecía que 913 no sobreviviría (Hech. 14: 19; Rom. 8: 36; 1 Cor.
15: 31; 2 Cor. 4: 11; ver com. 1 Cor. 15: 29).
24.
Cuarenta azotes.
Ver com. Mat. 10: 17. Una referencia a
la forma en que los judíos castigaban de acuerdo con sus leyes (Josefo,
Antigüedades iv. 8. 21; ver com. Deut. 25:1-3). No se registran esos castigos
sufridos por Pablo. Esos azotes comúnmente se aplicaban en la sinagoga judía
(ver t. V, p. 58; com. Mat. 10: 17). Pablo había sido responsable de que muchos
cristianos fueran azotados (Hech. 22: 19). Cristo fue azotado dos veces (ver
com. Mat. 27: 26).
25. Azotado con varas.
Una forma romana de castigo. Regir "con vara de hierro" " (Apoc. 2: 27)
significaba extrema severidad. Las varas eran garrotes delgados, insignia
oficial de los lectores o magistrados Romanos. El único caso en que se registra
que ocurrió un castigo tal fue en Filipos (Hech. 16: 22 -23). Pablo no fue
azotado en Jerusalén porque declaró que era ciudadano romano (Hech. 22: 24 -25).
Los sufrimientos y persecuciones que se enumeran en 2 Cor. 11: 23-27
ocurrieron durante los episodios registrados en Hech. cap. 9 y 19; lo peor
vendría después. Esta enumeración da una idea de lo que Pablo quería decir con
la "participación" de los "padecimientos" de Cristo (Fil. 3: 10). ¡Y cuántos más
peligros habrá sufrido Pablo por Cristo, de los cuales nada sabemos!
Apedreado.
El apedreamiento en Listra se registra en Hech. 14:
19-20.
Naufragio.
En Hechos se registran cinco viajes por mar,
pero nada se dice de un naufragio antes de Hech. 27. El naufragio que sucedió
cuando Pablo iba hacia Roma, aconteció mucho después de que se escribiera esta
epístola (Hech. 27: 41-44).
26. En caminos
muchas veces.
Parece que Pablo hubiera viajado constantemente para
sembrar la semilla del Evangelio. Demostró que era un fiel y consagrado ministro
de Cristo al exponerse continuamente a peligros. ¡Cuán diferente era en esto de
sus adversarios judaizantes!
Ríos.
Había pocos puentes en los
caminos de menor importancia por donde Pablo viajaba. Tuvo que haber cruzado los
ríos. La mayor parte de lo que se conoce como Asia Menor, Grecia y Macedonia es
terreno montañoso, y muchos torrentes sin puentes sobre ellos eran un obstáculo
peligroso en esa accidentada topografía.
Ladrones.
Todos los
caminos, excepto quizá las grandes carreteras romanas, estaban infestados de
ladrones.
En la parábola del buen samaritano hay un ejemplo de esta
situación (Luc. 10: 30). Cilicia, la provincia natal de Pablo, y toda la región
circundante, estaban plagadas de piratas y ladrones. Roma se vio obligada a
enviar una expedición contra ellos poco antes del nacimiento de Cristo, la cual
fue dirigida por Pompeyo.
Los de mi nación.
Los principales
enemigos de Pablo eran los de su propia raza. En todas las ciudades principales
donde él trabajó, la oposición más intensa era casi siempre de parte de los
judíos. Así sucedió en Damasco (Hech. 9: 23; 2 Cor. 11: 32), en Antioquía de
Pisidia (Hech. 13: 50-51), en Iconio (cap. 14: 2-5), en Listra (cap. 14: 19-20),
en Tesalónica (cap. 17: 5-9), en Berea (cap. 17: 13-14), en Corinto (cap. 18:
12-17) y en Jerusalén (cap. 21: 27-31).
Gentiles.
Como en el
caso de Filipos (Hech. 16: 19-24) y Efeso (cap. 19: 23-30).
En la
ciudad.
Por ejemplo, en Filipos (Hech. 16: 19-40), en Corinto (cap. 18:
12-17) y más recientemente en Efeso (cap. 19: 23-41).
En el desierto.
Por ejemplo, en las casi despobladas regiones de Galacia y las
silvestres y accidentadas zonas de Cilicia, Macedonia e Ilírico.
En el
mar.
Ver com. vers. 25.
Falsos hermanos.
Los judaizantes
-cristianos de origen judío- eran los más implacables enemigos de Pablo.
Constituían el más penoso y frustrante peligro de todos los que él tenía que
enfrentar (Fil. 3: 18).
27. En trabajo.
Estas dos primeras palabras se refieren específicamente al agobiante
trabajo físico en que fue necesario que Pablo se ocupara (1 Tes. 2: 9; 2 Tes. 3:
8). El trabajo en el evangelismo, como lo hacía Pablo, era una tarea completa, y
el tiempo y la energía que empleaba para sostenerse superaba lo que podría
considerarse como normal para cualquier persona; por lo tanto, con frecuencia
tuvo que haber sacrificado el tiempo que debiera haber dedicado al sueño para
poder predicar (Hech. 20: 31) y para su devoción personal (1 Tes. 3:10). De los
20 años del ministerio público que se conocen de Pablo, un poco más de la mitad
ya había quedado atrás, y los 10 años más difíciles de sufrimientos y
persecuciones aún estaban delante de él. Lo que él registra aquí es sólo una
pequeña parte de lo que sufrió por causa de Cristo.
Desvelos.
O
"noches sin dormir" " (BJ); "vigilias" " (NC). Estas eran causadas por el
cansancio extremo, por la preocupación por el bienestar de las iglesias, o por
trabajar haciendo tiendas.
Hambre. . . ayunos.
El contexto
implica que Pablo tenía en cuenta alguna clase de sufrimiento que le fue
impuesto por circunstancias fuera de su control. Difícilmente podría aplicarse a
los ayunos ceremoniales de los judíos o a los ayunos voluntarios. Con "hambre"
quizá se refiere a una alimentación inadecuada, y con "ayunos" a ocasiones
cuando no tenía nada que comer.
En frío y en desnudez.
A veces
quizá no había tenido suficiente ropa en las regiones montañosas del Asia Menor
central, o quizá se la habían robado.
28. Otras cosas.
Es decir, además de los abrumadores
deberes de su ministerio, o quizá otras pruebas además de las mencionadas en los
vers. 23-27. Todas eran inherentes a la obra de su vida dedicada a las iglesias.
Preocupación.
Gr. mérimna , "ansiedad", "cuidado anheloso" (cf.
com. Mat. 6: 25). Pablo se refiere a los problemas que surgían constantemente y
parecían ocuparle tanto tiempo; por ejemplo, la redacción de sus epístolas, dar
consejos personales a almas abrumadas de pecado, responder preguntas doctrinales
que era necesario aclarar, sus frecuentes encuentros con los dirigentes de las
iglesia y sus constantes esfuerzos para reanimar a las iglesias y a sus
miembros.
29 ¿Quién enferma?
Más
literal es la siguiente traducción: "¿Quién desfallece?" " (BJ, BC, NC). Pablo
procuraba ser todo "a todos" " (1 Cor. 9: 22). El verdadero cristiano no hará
gala de una fuerza superior para impresionar a los débiles. Los que conocen bien
su propia debilidad buscan el consejo de los que no sólo poseen fuerza
espiritual, sino que saben usarla con ternura y comprensión. Pablo, que conocía
cuánto se le había perdonado, que comprendía su propia debilidad, sabía cómo
perdonar y ser paciente con las debilidades de otros. Era capaz de compartir los
temores y los fracasos, las pruebas y las debilidades de sus prójimos con
verdadera comprensión. Su excelente fortaleza espiritual se expresaba en una
notable amabilidad. No hay nada que tienda a desanimar a otros como cuando sus
dificultades son tratadas con frialdad, dureza y dogmatismo.
Se le hace
tropezar.
Es decir, para pecar o desanimarse (ver com. Mat. 5: 29).
¿Y yo no me indigno?
"Sin que yo me abrase?" " (BJ); "¿que yo no
me abrase?" " (BC, NC).
30. Si es necesario
gloriarse.
O "Jactarse". Cuán diferente es Pablo de sus agresivos
adversarios, que se daban autoridad a sí mismos, que se ensalzaban a expensas de
otros.
Debilidad.
No de carácter sino la debilidad causada en su
cuerpo por el incesante trabajo, los sufrimientos de los vers. 23-28 (cf. cap.
12: 9).
31. Dios y Padre.
No se
trata de dos seres, sino de uno, Dios el Padre. Pablo solemnemente pronuncia un
juramento.
Bendito por los siglos.
Ver com. Rom. 9: 5.
No miento.
Este solemnísimo juramento es algo singular en los
escritos de Pablo. Otras veces presenta vigorosas afirmaciones (Rom. 1: 9; Gál.
1: 20; 1 Tes. 2: 5), pero ninguno de esos casos puede compararse con el de este
versículo en fuerza, solemnidad, expresión y exhortación. No es claro si Pablo
se refiere a lo que precede -a su firme propósito de restringir su gloriarse a
su "debilidad"-, o a lo que sigue, ya sea al episodio en Damasco, o la primera
parte del cap. 12, acerca de las revelaciones divinas que recibió. Quizá se
refiere a ambas cosas: a lo que precede y a lo que sigue. Sin duda se daba
cuenta de que por lo menos algunos dudarían de la sinceridad de su afirmación.
32. Gobernador.
Gr. ethnárj's ,
"gobernante del pueblo" ". "Etnarca" " (NC).
Aretas.
Rey de
Nabatea (ver t. V, mapas frente a las pp. 289, 353, también 41 y 66) o Aretas IV
(9-40 d. C.). La hija de Aretas IV se casó con Herodes Antipas quien la repudió
para casarse con Herodías (Mat. 14:3-4). En venganza, Aretas ocupó algunos
territorios pertenecientes a Antipas al este del río Jordán. Antipas pidió ayuda
al emperador Tiberio, quien mandó al gobernador de Siria que peleara contra
Aretas, pero antes de que pudiera hacer esa campaña, Tiberio murió y no hubo
guerra. Aretas parece haber tenido buenas relaciones con el emperador Calígula,
quien se supone le dio el control de la ciudad de Damasco. El rey Aretas IV de
Nabatea sin duda ejerció el control, por medio de un gobernador, entre la muerte
de Tiberio (37 d. C.) y su propia muerte (40 d. C). Ver com. Hech. 9:24. En
cuanto a la incidencia de la información del vers. 32 sobre la cronología de la
vida de Pablo, ver p. 100.
Para prenderme.
Es decir, por
instigación de los judíos (Hech. 9: 23-25; ver com. 2 Cor. 11: 26).
33. Canasto.
Gr. sargán', soga
trenzada, canasto hecho de soga trenzada. "Espuerta" (BJ, BC, NC). Ver com.
Hech. 9:24-25.
Por una ventana.
Compárese con Jos. 2: 15; 1 Sam.
19: 11-12. Es evidente que la casa estaba encima del muro y tenía una ventana o
abertura que daba al exterior.
CBA T6
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