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CBA SEGUNDA CARTA A LOS TESALONICENSES Capitulo 2

CBA: 2ª Epístola a Los Tesalonicenses capítulo 2
1. Venida.

Gr. parousía (ver com. Mat. 24: 3). El tema de Pablo en los vers. 1-12 gira en torno al regreso de Cristo.

Nuestra reunión.

Uno de los principales propósitos del retorno de Cristo es el de congregar a sus elegidos (ver com. Mat. 24: 31; Juan 14: 3) para que puedan estar "siempre con el Señor" (1 Tes. 4: 17). Pablo invoca la perspectiva de ese suceso para que los pensamientos de los tesalonicenses se concentren en ese tema y mediten en él con solemnidad.

Os rogamos.

Sin duda estaban circulando en la iglesia de Tesalónica ideas erróneas acerca de la enseñanza de Pablo en cuanto a la proximidad de la venida de Cristo; y para corregir esas tergiversaciones escribió esta segunda epístola. Trata el tema con gran tacto, pues se dirige a sus lectores no como a inferiores sino como a hermanos, y les ruega que presten atención a las enseñanzas que está por impartirles. Desea reanimar y no desanimar a los temerosos.

2. Dejéis mover.

Los tesalonicenses no debían dejarse arrancar del fundamento de su firme convicción y ser "llevados por doquiera de todo viento de doctrina" (Efe. 4: 14). Los cristianos deben ser firmes en su modo de pensar.

Conturbéis.

Gr. throéò , "clamar en voz alta", "asustarse", de ahí "conturbarse". Se refiere aquí a un estado de agitación o excitación nerviosa. El pensamiento de que la venida del Señor era inminente, había mantenido a los tesalonicenses en un estado de continua alarma.

Espíritu.

Sin duda aquí se refiere al espíritu o don de profetizar (cf. com. 1 Cor. 7: 40; 12: 10).

Palabra.

O enseñanza oral.

Carta.

Es decir, comunicación escrita.

Como si fuera nuestra.

Puede entenderse que esta frase se refiere a las tres clases de comunicación que se mencionan, como si todas ellas hubieran procedido de Pablo. Muchos intérpretes consideran que Pablo se refiere a alguna comunicación fraguada en su nombre. Es posible que Pablo pensara que se pudiera redactar algún escrito en su nombre, por lo cual quizá tenía la precaución de firmar las cartas con su propia mano (ver com. cap. 3: 17). Otros creen que si ése hubiese sido el caso, quizá habría tratado este asunto con más vigor. Sugieren que es más probable que se estuviera tergiversando alguna declaración de sus enseñanzas, o de alguna de sus pláticas, o de la redacción de su primera epístola (ver com. 1 Tes. 4: 15, 17; 2 Tes. 2: 1; cf. HAp 214).

El día del Señor.

En cuanto a la expresión "el día del Señor" , ver com. Hech. 2: 20.

Está cerca.

Gr. enístèmi , "estar cerca", "ser inminente", o en la forma en que está aquí, "ha llegado", "ha sobrevenido". En Gál. 1: 4, Pablo emplea el participio de este mismo verbo, que se ha traducido como "presente". Pablo había destacado en su primera epístola -así como el Señor lo había hecho en sus enseñanzas- que los cristianos deben vivir preparados para el regreso del Señor (Mat. 24: 42, 441, 1 Tes. 1: 10; 5: 23); deben velar y estar listos, pero nunca estar tan preocupados por la inminencia del segundo advenimiento, que lleguen a un estado de agitación irrazonable.

3. Nadie os engañe.

El apóstol reconoce que el peligro de un engaño es real y grave (cf. Mat. 24: 4). Los métodos de engaño serían muchos, y Pablo no trataba de limitarlos a los tres mencionados (2 Tes. 2: 2), sino que añade: "en ninguna manera". El enemigo de la iglesia hará señales y milagros aparentes para inducir a los incautos a que acepten el gran engaño o mentira (vers. 9-11). El pueblo de Dios debe, por lo tanto, estar alerta para no ser descarriado. Su fe debe fundarse en las claras afirmaciones de la Palabra de Dios.

Porque no vendrá.

Estas palabras no están en el texto griego. Los omite la BJ. Se han añadido para que el pensamiento sea más claro. Es obvio que la reunión de Cristo con los suyos es lo que "no vendrá" hasta que se revele el anticristo. Esto era lo que perturbaba a los tesalonicenses (vers. 1).

La apostasía.

Gr. apostasía. Este vocablo griego aparece en el NT sólo aquí y en Hech. 21: 21. El artículo definido indica que se hace referencia a una apostasía definida, e implica que esa defección era algo bien conocido por los lectores. Pablo sin duda había dado instrucciones personalmente a los tesalonicenses acerca de la apostasía que vendría. Algunos años más tarde en su plática a los ancianos de la iglesia de Efeso, predijo que la apostasía se debería a hombres que se levantarían dentro de la iglesia "para arrastrar tras sí a los discípulos" (Hech. 20: 30). El amonestó a Timoteo acerca de peligros similares, añadiendo que llegaría el tiempo cuando los hombres preferirían las fábulas y cerrarían 278 sus oídos a la verdad (1 Tim. 4: 1-3; 2 Tim. 4: 3-4). Pedro y Judas hablan en tono duro acerca de los que han abandonado la senda recta (2 Ped. 2: 1, 12-22; Jud. 4, 10-13); y Juan testifica que en el tiempo cuando escribía habían surgido muchos anticristos (1 Juan 2: 18). El Señor mismo instó a sus seguidores a que se cuidaran de los falsos profetas (Mat. 7: 15; 24: 24), y predijo que muchos tropezarían (Mat. 24: 10). Pablo no define específicamente la forma de la apostasía, pero se puede deducir de los pasajes mencionados; sin embargo, lo siguiente es claro: (1) la apostasía es religiosa, es una rebelión espiritual que tiene una relación primordial con la política; (2) esa defección aún era futura cuando escribía Pablo; (3) la apostasía no sólo sería antes del segundo advenimiento (2 Tes. 2: 2), sino que serviría como una señal de la proximidad del regreso de Cristo. Por eso no se debía esperar la venida del Señor sin que sobreviniera antes la apostasía. La profecía acerca de esta caída espiritual parcialmente se cumplió en los días de Pablo, y mucho más durante la llamada Edad Media; pero su cumplimiento completo ocurrirá en los días inmediatamente previos al regreso de Jesús (cf. Nota Adicional de Rom. 13). Ver t. VI, pp. 65-68.

Se manifieste.

Gr. apokalúptò , " "descubrir", "quitar un veló", "exponer", "hacer saber" " (cf. com. Apoc. 1: 1). Este verbo se repite en 2 Tes. 2: 6, 8, y se usa en otras partes del NT para referirse a revelaciones sobrenaturales (cf. Mat. 16:17; Luc. 10:22, etc.), y especialmente para referirse a la aparición de Cristo (cf. Luc. 17:30. El sustantivo afín apokálupsis , "revelación", ocurre en 1 Cor. 1: 7, "manifestación"; en 2 Tes. 1: 7, "manifieste"; en 1 Ped. 1: 7, 13, "manifestado"; en cap. 4: 13, "revelación"). Esto sugiere que la manifestación del "hombre de pecado" implicaría elementos sobrenaturales y que su esfera de acción sería claramente de carácter religioso. El hecho de que, el "hombre de pecado" va a "manifestarse", significa que estaría oculto hasta cierto momento, y entonces se manifestaría al mundo -del cual hasta ese tiempo se había escondido-, o que se quitaría su disfraz y aparecería tal c¿>mo es, o que se le quitaría su disfraz y se daría a conocer su verdadera naturaleza ante los habitantes de la tierra.

El hombre de pecado.

Es decir, el hombre cuya característica distintiva es el pecado. La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "hombre de ilegalidad" (anomía) , que se ha traducido de diversas formas: "hombre impío" (BJ); "hombre de la iniquidad" (NC). Cf. com. vers. 8 donde "aquel 'inicuo" es literalmente "el Impío" " (BJ). El artículo definido "el" indica que Pablo se está refiriendo a un enemigo acerca del cual ya había hablado a los tesalonicenses, y que esperaba que ellos supieran de qué estaba escribiendo. El hecho de que emplee el sustantivo "hombre' (Gr. ánthropos ) indica también una persona definida o un poder definido. En cuanto a la identidad de esa persona o ese poder, ver com. vers. 4.

El hijo de perdición.

O "hijo de destrucción", es decir, un hijo destinado a la destrucción. Este es otro título o descripción del "hombre de pecado". Hay sólo un lugar más en las Escrituras donde se usa esta denominación. El Salvador la aplicó a Judas (ver com. Juan 17: 12), apóstol que una vez fue compañero de los otros discípulos e igual a ellos, pero que permitió de tal manera que Satanás entrara en su corazón (Juan 13: 2, 27), que traicionó a su Señor (Mat. 26: 47-50).

4. Se opone.

Gr. antíkeimai, "ser adversario de", "resistir", "oponerse".

Se levanta.

Del verbo griego huperáiò, "levantarse por encima", "alzarse sobre" algo.

Todo lo que se llama Dios.

Esto incluye todas las formas de deidad, tanto verdaderas como falsas, y no debe limitarse al Dios de los cielos.

O es objeto de culto.

Gr. sébasma, "objeto de adoración"; en el plural, como aquí, "culto". Las palabras de Pablo describen a un poder arrogante que se opone a todo competidor en el terreno de la religión, y no permite que ningún rival reciba el culto que exige para sí mismo.

Tanto que.

Estas palabras indican el propósito de los hechos del altivo poder.

En.

En el sentido de "dentro de", "en", lo cual indica la entrada de este poder en el templo de Dios y su establecimiento allí.

Templo.

Gr. naós, el santuario interior, o santuario, en contraste con hierón, que indica todo el predio del templo. Basándose en. 1 Cor. 3: 16; 2 Cor. 6: 16; Efe. 2: 21, algunos creen que "templo" se refiere aquí a la iglesia; otros, que Pablo usa el término "templo" en sentido figurado para representar un centro de culto religioso. Este "inicuo" (vers. 8) se sentaría en el lugar dedicado al culto del 279 Dios verdadero, exigiendo que se le rinda adoración.

Como Dios.

La evidencia textual favorece (cf. p. 10) la omisión de estas palabras. Las omiten la BJ, BC, BA y NC. Esta omisión no afecta el significado del pasaje, pues el pensamiento está implícito en las palabras que siguen. Este arrogante poder usurpa prerrogativas divinas que corresponden al verdadero Dios, y no simplemente a deidades paganas.

Haciéndose pasar.

Gr. apodéiknumi, "mostrar", "exhibir", "declarar". Al sentarse en el santuario interior del templo, revela que pretende establecerse "como Dios", más aún, que considera que "es Dios". No puede haber una blasfemia mayor.

Para quienes están familiarizados con la Biblia ya son bien conocidas las señales de identidad enumeradas en los vers. 3 y 4, puesto que se encuentran en otras partes de la Palabra inspirada. Una comparación con la profecía de Daniel acerca del poder blasfemo sucesor de la Roma pagana (ver com. Dan. 7: 8, 19-26), y con la descripción que hace Juan de la bestia semejante a un leopardo (ver com. Apoc. 13: 1-18), revela muchas similitudes entre las tres descripciones. Esto lleva a la conclusión de que Daniel, Pablo y Juan están hablando del mismo poder, a saber: el papado (CS 53-58, 405). Muchos comentadores aplican el término " "anticristo", "el que se opone a Cristo", o "el que está en el lugar de Cristo" " (cf. com. 1 Juan 2: 18), al poder aquí descrito. En los comentarios de los pasajes mencionados de Daniel y del Apocalipsis se tratan ampliamente las diversas señales de identificación.

El poder que aquí se describe Puede identificarse en un sentido más amplio con Satanás, quien por muchísimo tiempo se ha esforzado por ser "semejante al Altísimo" " (ver com. Isa. 14: 14). "Satanás está obrando con suma intensidad para presentarse como Dios, y para destruir a todos los que se oponen a su poder. Y hoy el mundo se está postrando delante de él. Se recibe su poder como poder de Dios" (2JT 369). "La resolución del anticristo de llevar a cabo la rebelión empezada por él en el cielo, continuará animando a los hijos de desobediencia" (3JT 393-394). "En esta época aparecerá el anticristo como si fuera el Cristo verdadero, y entonces la ley de Dios será completamente invalidada... Pero el verdadero director de toda esta rebelión es Satanás vestido como un ángel de luz. Los hombres serán engañados y lo exaltarán en lugar de Dios, y lo deificarán" (TM 62). "El último gran engaño se desplegará pronto ante nosotros. El anticristo va a efectuar ante nuestra vista obras maravillosas" (CS 651).

5. ¿No os acordáis?

En sus dos epístolas a los tesalonicenses, el apóstol recurre con frecuencia a su enseñanza oral anterior (cf. 1 Tes. 2: 1, 9, 11, 13; 3: 4; 4: 1; 5: 1-2; 2 Tes. 2: 15; 3: 1O).

Os decía.

O "solía deciros", como lo indica el griego. Habría sido extraño que un maestro tan cuidadoso como Pablo hubiera dejado de instruir a sus conversos en un tema tan importante. El hecho de que sin reservas pudiera recordar a sus lectores sus enseñanzas previas, demuestra que sus puntos de vista acerca de la venida de Cristo no habían sufrido un cambio, y que antes no había esperado la aparición inmediata del Señor. Al mismo tiempo es cuidadoso en lo que escribe, quizá para evitar complicaciones políticas si su carta caía en manos de adversarios.

6. Y ahora vosotros sabéis.

Pablo recuerda de nuevo a sus lectores un tema acerca del cual al menos estaban parcialmente informados. Los estudiantes posteriores de las palabras del apóstol tienen la desventaja de no conocer el pleno contenido de su enseñanza oral.

Detiene.

Gr. katéjò , "detener", "contener", "restringir"; literalmente "y ahora lo que detiene" o "la cosa que retiene", pues en griego se usa el género neutro. En el vers. 7 Pablo usa una expresión similar, pero emplea el género masculino: "el que ahora le retiene" (BJ); "el que lo detiene" " (BC).

Los comentadores reconocen que hay grandes dificultades en los vers. 6-12, y las atribuyen al hecho de que Pablo al dirigirse a los tesalonicenses hace referencia a circunstancias creadas por informaciones previamente impartidas, que nosotros ahora no conocemos. De modo que cualquier explicación que se presente de este pasaje tendrá un elemento de conjetura, y deberá ser cuidadosamente examinada dentro del contexto del mensaje de Pablo para los tesalonicenses.

Algunos afirman que el poder que retenía era el Imperio Romano. Las persecuciones paganas impedían la tendencia de la iglesia de adoptar costumbres y creencias paganas, y así detenían la aparición del papado (CS. 53). 280 Quizá Pablo no identifica aquí al poder que retiene porque está tratando un tema delicado, y no se atreve a ser más explícito por temor de causar otra persecución sobre sus conversos si la carta caía en manos de enemigos.

Otros creen que esta frase tiene una aplicación más amplia. Piensan que la forma masculina "hay quien... lo detiene" se refiere a Dios. Pero "lo que lo detiene" (género neutro) podría considerarse como una referencia a las circunstancias dispuestas y permitidas por Dios (cf. com. Dan. 4: 17) para demorar la manifestación aún futura del anticristo, tanto en su aspecto histórico como en su manifestación final (ver com. 2 Tes. 2: 4). En cuanto a la forma en que Dios restringe a los poderes del mal, ver com. Apoc. 7: 1.

A su debido tiempo.

Es decir, en el tiempo u oportunidad que Dios señale, y no en un tiempo determinado por "el hombre de pecado". El anticristo se manifestará cuando llegue el tiempo debido. Cuando esto se aplica al papado histórico (ver com. vers. 4), se ha entendido que se refiere al período de 1.260 años de predominio de ese poder religioso (ver com. Dan. 7: 25; Apoc. 12: 6). Cuando se le da una aplicación más amplia (ver com. 2 Tes. 2: 4), se considera que el pasaje también se refiere al tiempo cuando Satanás desempeñará un papel personal en los acontecimientos de los últimos días, cuando será desenmascarado su plan cuidadosamente preparado para asegurar el dominio mundial y sea evidente su verdadera naturaleza (ver com. 2 Tes. 2: 4; Apoc. 17: 16).

Se manifieste.

Pablo no identifica específicamente quién es el que se manifestará, pero por el contexto es evidente que se refiere al "hombre de pecado" " (vers. 3-4). En cuanto a "manifieste", ver com. vers. 3.

7. Ya está en acción.

Gr. energéo (ver com. Fil. 2: 13). Pablo se está refiriendo a un agente que ya estaba en actividad. La apostasía comenzó en los días de Pablo (ver com. 2 Tes. 2: 3). Con el transcurso del tiempo esa apostasía tomó la forma de las pretensiones papales. De modo que, desde el punto de vista histórico moderno, "el misterio de iniquidad" puede ser identificado con el poder papal (CS 53-60). Por esto puede considerarse que "el hombre de pecado" y "el misterio de iniquidad" representan el mismo poder papal apóstata (CS 405). Detrás de todas las manifestaciones de iniquidad está Satanás, el cual desempeñará inmediatamente antes del fin un papel personal en un esfuerzo para someter a todo el mundo (ver com. vers. 4, 9).

Misterio de iniquidad.

Gr. mustèrion tès anomías . En cuanto al significado de mustèrion como algo oculto, ver com. Rom. 11: 25, y en cuanto a anomía, "desprecio y violación de la ley" , "ilegalidad" , "iniquidad" , ver com. "el hombre de pecado" " (2 Tes. 2: 3). El título se refiere a un poder que se caracteriza por su desobediencia. La referencia a "la ley" es particularmente significativa por el intento de cambiar la ley al cual se hace referencia en Dan. 7: 25 (ver el respectivo comentario). En último término, esta descripción se aplica a Satanás, el autor de toda desobediencia (TM 364-365); pero por lo general el diablo ha disfrazado su personalidad actuando mediante diversos instrumentos. Pero en los últimos días desempeñará personalmente un papel más directo, y su engaño culminará falsificando personalmente la venida de Cristo (ver com. 2 Tes. 2: 4, 9).

Sólo.

Con este adverbio comienza el elemento que fija límites a la acción del misterio de iniquidad.

Detiene.

Gr. katéjò (ver com. vers. 6). La mayoría de los comentadores concuerdan en que la construcción griega pide la añadidura de una palabra o palabras explicativas como "que hay quien" (que no están en el texto griego), para completar el pensamiento de la sentencia. " "Porque ya está obrando el misterio de iniquidad: solamente espera hasta que sea quitado de en medio el que ahora impide" " (RVA). El verbo esperar, en cursiva, significa que fue añadido para aclarar el pensamiento de Pablo. Algunos creen que aquí, como en el vers. 6, se hace referencia al Imperio Romano; otros, que Dios es el que detiene (ver com. vers. 6).

Sea quitado de en medio.

Los que afirman que el poder que "detenía" era el Imperio Romano, creen que ese poder es el que sería "quitado de en medio". Los que creen que Dios es el que 'detiene", parafrasean así la segunda mitad del versículo: "El Retenedor, Dios, quien mantiene refrenado el mal (CS 656, 672), continuará deteniéndolo hasta que venga el tiempo cuando se 'manifestará' (vers. 8) el misterio de iniquidad y será 'quitado de en medio' ". Estos comentadores consideran que esta frase asegura al creyente que a pesar de la acción del poder apóstata, éste no continuará para siempre. A su debido tiempo, Dios hará que terminen sus actividades (ver com. Mat. 24: 21-22).

8. Entonces.

Los que afirman que el "quitado de en medio" " (vers. 7) es el Imperio Romano, entienden que el adverbio "entonces" se refiere al tiempo cuando ascendió al poder la Roma papal (ver com. Dan. 7: 8). Los que afirman que el "quitado de en medio" es el anticristo (ver com. "aquel inicuo"), creen que "entonces" se aplica a un tiempo todavía futuro, cuando el papado experimentará un breve período de reavivamiento (ver com. Apoc. 13: 3), después del cual quedará desenmascarada su verdadera naturaleza (ver com. Apoc. 17: 16-17), o, dentro de una aplicación más amplia, al tiempo cuando Satanás, el anticristo supremo, actúe personalmente en los acontecimientos de los últimos días, hasta que quede al descubierto la falsedad de sus pretensiones de ser dios (ver com. 2 Tes. 2: 4).

Debe recordarse que el apóstol no trataba de presentar un resumen doctrinal completo de los acontecimientos de los últimos días, sino que sólo procuraba proporcionar a los tesalonicenses una información profético que impidiera que fueran engañados acerca del tiempo del regreso del Señor. Por lo tanto, no debemos esperar una cronología completa de los sucesos que precederán al "día del Señor".

Se manifestará.

Gr. apokalúptò (ver com. vers. 3). Si se aplicara al papado, se referiría a su elevación al poder después de la declinación del Imperio Romano; pero la referencia también podría ser al tiempo, aún futuro, cuando el poder papa¡ se refortalecerá (ver com. Apoc. 13: 8), y al tiempo cuando, después de ese breve período de reavivamiento, se desenmascarara o manifestará la verdadera naturaleza de ese sistema (ver com. Apoc. 17: 16-17).

Si esta manifestación o quitamiento del velo se aplica a Satanás, se referiría a su pretendida falsificación de la venida de Cristo (ver com. vers. 9).

Aquel inicuo.

Gr. ho ánomos, literalmente "el sin ley" , por lo tanto, "el violador de la ley", "el desobediente" ; o el "impío" (BJ, BC). Se hace referencia al "hombre de pecado" (vers. 3) o "misterio de iniquidad" (vers. 7). De acuerdo a un punto de vista, "el violador de la ley" es el papado (ver com. vers. 4; cf. CS 405, 636); según un segundo enfoque, no es sólo el papado sino ante todo Satanás, el anticristo supremo, cuando personificará a Cristo precisamente antes del último día (ver com. vers. 4, 9).

El Señor.

Algunos MSS dicen "Señor Jesucristo"; otros dicen sólo "Señor". Sin embargo, la evidencia textual se inclina (cf. p. ID) por el texto "Señor Jesús". Esto armoniza mejor con el contexto que habla del glorioso regreso de Cristo.

Matará.

Gr. analískò , "consumir", "aniquilar", "destruir". Aunque algunos MSS tienen el verbo anairéò , "anular", "abolir", "matar", la evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el verbo analískò . Ver com. "destruirá".

Espíritu de su boca.

Es decir, el aliento de su boca (cf. com. Luc. 8: 55; Apoc. 19: 15). Aquí puede haber una alusión a las palabras de Isa. 11: 4.

Destruirá.

Gr. kalargéò , "inutilizar", por lo tanto, "dejar anulado e inútil" (ver com. Rom. 3: 3). Este significado corresponde bien con la descripción de la suerte que aguarda al papado, o más específicamente a Satanás en la segunda venida de Cristo (cf. com. Apoc. 20: 1-6). El papado deja de existir y se desmorona el designio cuidadosamente elaborado por Satanás.

Las palabras de este versículo se han usado a veces para describir la destrucción de los impíos en la segunda venida de Cristo. Es cierto que entonces los impíos vivos serán súbitamente destruidos; pero Pablo se está refiriendo a la suerte de "aquel inicuo", "el impío", y no a la de los impíos en general.

Resplandor.

Gr. epifáneia, "epifanía", "manifestación", palabra que se usaba con frecuencia en el griego clásico para describir la aparición gloriosa de los dioses paganos. "Manifestación" " (BJ, NC). En el NT se emplea exclusivamente para describir los dos gloriosos advenimientos del Señor Jesús: el primero (2 Tim. 1: 10) y el segundo (1 Tim. 6: 14; 2 Tim. 4: 1, 8; Tito 2: 13).

Venida.

Gr. parousía, palabra que generalmente se usa para la segunda venida de Cristo (cf. com. 2 Tes. 2: 1; Mat. 24: 3).

9. Advenimiento.

Gr. parousía , la misma palabra que describe la venida de Cristo en el vers. 8 (ver com. allí). Muchos afirman que el apóstol se está refiriendo a la imitación que hará Satanás de la venida en gloria de nuestro Señor, debido (1) al significado técnico que tiene el término parousía, (2) al uso frecuente de esta palabra para describir la segunda venida de Cristo y (3) a la yuxtaposición de parousía (ver com. inmediato anterior). En cuanto al hecho de que Satanás imitará una parousía, ver CS 651, 681-683; 5T 698; SC 64. Debemos estar agradecidos porque la Palabra de Dios proporciona claras descripciones de la venida de Cristo para que los creyentes no sean engañados. El mismo Señor "descenderá del cielo" (1 Tes. 4: 16) "con las nubes" (Apoc. 1: 7), así como los discípulos le habían "visto ir al cielo" " (Hech. 1: 11), y su venida será " "como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente" " (Mat. 24: 27), y por lo tanto "todo ojo le verá" " (Apoc. 1: 7). No le será posible a Satanás falsificar exacta y completamente la parousía del Señor (ver CS 683). El pueblo de Dios podrá escapar del engaño satánico (ver com. Mat. 24: 24) si estudia diligentemente las Sagradas Escrituras y recuerda bien los detalles proféticos del segundo advenimiento del Señor.

Por.

Gr. katá, "de acuerdo con", "en conformidad con" (cf. 8T 226).

Obra de Satanás.

O de acuerdo con el método propio de Satanás.

Poder y señales y prodigios mentirosos.

El adjetivo "mentirosos" modifica a los tres sustantivos. Las palabras "poder", "señales", "prodigios" también se aplican a los milagros de Jesús (ver t. V, p. 198); pero las obras maravillosas del Señor eran genuinas y "señales" que atestiguaban su naturaleza divina Juan 10: 25, 37-38). Los milagros que producen actos de creación exceden, por supuesto, al poder de Satanás; sin embargo, se registra que Satanás tiene poder para afligir a los hombres con dolencias físicas (cf. Luc. 13: 16). Es, pues, evidente que tiene poder para aliviarlos de esas dolencias cuando así conviene a sus propósitos. Satanás y sus agentes harán obras maravillosas de curaciones aparentemente iguales a las que hizo Cristo (CS 645-646, 651; TM 364-366; 3JT 285; 5T 698). Satanás hará obras maravillosas y recurrirá a manifestaciones espiritistas de poder sobrenatural en su intento final por engañar al mundo.

10. Todo engaño de iniquidad.

Es decir, todo engaño que procede de iniquidad. Esto identifica aún más la naturaleza de la falsificación, pues pone de manifiesto su propósito: engañar, y su origen: iniquidad.

Para los que se pierden.

Esta misma frase se emplea en 2 Cor. 2: 15 y 4: 3. Satanás logra engañar a los réprobos; pero los elegidos no serán engañados (cf. Mat. 24: 23-27).

Recibieron.

Gr. déjomai , "aceptar", "dar la bienvenida" (ver com. 2 Cor. 6: 1). Pablo aquí indica la razón por la cual serán engañados los incrédulos: tuvieron la oportunidad de amar la verdad, pero despreciaron ese privilegio que se les brindó.

El amor de la verdad.

Los que no aceptan la salvación no sólo la rechazan sino que aun se resisten a abrigar amor por la verdad, es decir, la odian. Esta actitud no se refiere a una verdad abstracta sino a "la verdad", a la única gran verdad que procede de Dios, la que está personificada en Cristo Jesús. La condenación final de los pecadores se deberá a que rechazaron a Jesús, el cual es "la verdad" " (Juan 14: 6). Su negación a albergar amor por lo que es verdadero los hace propensos a la influencia de todo lo que es engañoso, a todas las artimañas del inicuo.

Para ser salvos.

El rechazo de la verdad que es en Cristo Jesús, significa muerte; pero su aceptación produce vida para salvación eterna.

11. Por esto.

Es decir, debido a que los incrédulos rehusan amar la verdad y creer en ella. Lo que sigue es un resultado de su obstinada actitud.

Dios les envía.

Mientras el "inicuo" está inundando el mundo con sus engaños (vers. 8-10). En la etapa final de la historia del mundo que aquí se predice, los impíos claramente habrán preferido la mentira antes que la verdad, y por esta razón no puede alcanzarlos la redención. Por eso Dios los abandona para que sigan lo que han elegido (ver com. Rom. 1: 18, 24). En las Escrituras se dice con frecuencia que Dios hace lo que no impide (ver com. 1 Sam. 16:14; 2 Crón. 18: 18).

Un poder engañoso.

"Energía de engaño" o "fuerza de error" (cf. com. vers. 9), es decir, una acción que conduce al error final que resulta en una condenación irrevocable.

La mentira.

Es decir, el engaño culminante cuando Satanás personificará a Cristo. No puede haber peor mentira que ésa, que el autor del mal se presente como Cristo, el Origen de la verdad. Los que creen que Satanás es Jesús, no pueden ser salvos.

12. A fin de que sean condenados.

Gr. kríno , "juzgar". El resultado de este juicio debe deducirse del contexto y no de kríno (ver com. Rom. 2: 2).

No creyeron a la verdad.

Una definición negativa de aquellos que se dice que creen a 283 "la mentira" " (vers. 11), de los cuales también se dice que no recibieron el amor de la verdad (vers. 10).

Se complacieron.

Esto es lo que la Inspiración dice de la mentalidad de los que se perderán. Prefirieron el pecado a la justicia; se complacieron haciendo lo incorrecto antes que lo correcto.

13. Debemos dar siempre gracias.

Cf. com. cap. 1: 3. Aquí hay una transición. Después de completar su tema acerca del "hombre de pecado" y del "inicuo" (vers. 1- 12), el apóstol piensa en el maravilloso medio que Dios proporciona en el Evangelio para que nadie sea engañado y se pierda. También está reanimando a sus lectores después del sombrío cuadro de los vers. 1- 12.

Amados por el Señor.

Cf. com. 1 Tes. 1: 4, donde los conversos son llamados "amados de Dios".

Os haya escogido.

Cf. com. Efe. 1: 4; Col. 3: 12; 1 Tes. 1: 4; 5: 9. Que. Dios no elige arbitrariamente, se muestra por las palabras que siguen. La elección depende de la santificación de los escogidos.

Desde el principio.

La evidencia textual se inclina (cf. p. 10) por el texto "como primicias". Los tesalonicenses eran primicias de la obra de evangelización en Grecia. Sin embargo, es muy claro que el plan de salvación se originó "desde el principio" (cf. 1 Juan 1: 1; 2: 13). Pablo recuerda a sus lectores que Dios los había elegido "desde el principio". Esto es paralelo con el pensamiento expresado en otras epístolas (Efe. 1: 4; 2 Tim. 1: 9; cf. com. Rom. 16: 25; Efe. 3: 11; 1 Ped. 1: 20; Apoc. 13: 8; cf. DTG 13-14).

Mediante la sanfificación por el Espíritu.

O "en santificación de espíritu". Sin embargo, se reconoce que toda verdadera santificación es obra del Espíritu Santo (cf. com. 1 Ped. 1:2). Esa santificación más "la fe en la verdad" son el medio para que se efectúe la salvación en la vida del creyente.

Fe en la verdad.

Un nítido contraste con la creencia en "la mentira" " (vers. 11), que es el resultado de ser víctima de los engaños del anticristo.

14. A lo cual os llamó.

Una clara demostración de que el versículo anterior no enseña la predestinación de algunos y la condenación de otros (ver com. 1 Tes. 1: 4). Como Dios tiene el propósito de salvar a los hombres sin tener en cuenta la raza, el Señor inspiró en Pablo el ferviente deseo y la determinación de predicar el Evangelio a los gentiles. El llamamiento que presenta la buena nueva de salvación mediante Jesucristo, fue proclamado sin reservas. Del individuo dependía su aceptación o su rechazo. Los que creyeron y aceptaron el llamamiento estaban siendo transformados por el Espíritu Santo (ver com. Rom. 8: 28-30).

Nuestro evangelio.

Ver com. 1 Tes. 1: 5.

Alcanzar la gloria.

El propósito del Evangelio es que los que lo acepten, puedan participar de la gloria de Cristo (cf. 1 Tes. 5: 9). Esta "gloria" podría referirse a la belleza del carácter de Cristo, de la que participarán todos los redimidos (ver com. 1 Juan 3: 2), y a la gloria del reino eterno de Cristo (ver com. Juan 1: 14; Rom. 8: 17, 30).

15. Así que, hermanos.

Los tesalonicenses se habían desanimado por las desorientadoras enseñanzas acerca del inminente retorno de Cristo. La enseñanza de Pablo tenía el propósito específico de reanimarlos. En cuanto al frecuente uso que hace el apóstol del vocablo "hermanos" , ver com. 1 Tes. 1: 4.

Estad firmes.

Gr. stékò (ver com. Fil. 1: 27). Una correcta comprensión de la "esperanza bienaventurada" es un gran incentivo para la firmeza de carácter (ver com. Tito 2: 12-13). La mala comprensión conduce a perturbaciones y quizá al fanatismo (ver com. 2 Tes. 2: 2).

Retened.

Gr. kratéò , "mantener con firmeza", "guardar cuidadosamente" " (cf. Mar. 7: 8; Heb. 4: 14; Apoc. 3: 11).

Doctrina.

Gr. parádosis, literalmente "entrega", "transmisión" (ver com. Mar. 7: 3). Significa cosas entregadas, comunicadas o transmitidos por medio de enseñanza o doctrina. La idea intrínseca en la palabra es la de autoridad superior a la del maestro. Por lo tanto, aquí se refiere a mensajes inspirados, recibidos por Pablo y sus compañeros y fielmente transmitidos a los tesalonicenses.

Por palabra, o por carta nuestra.

El adjetivo "nuestra" se aplica a "palabra" y a "carta" " (cf. com. vers. 2). Con esta frase Pablo abarca todas las fuentes de enseñanza aceptable. Su redacción también coloca estas dos formas de enseñanza en el mismo nivel, en lo que atañe a la inspiración.

16. Y.

"Que" " (BJ). La conjunción "que" expresa mejor el pensamiento de Pablo, como si él, después de instar a los creyentes a mantenerse firmes (vers. 15), deseara dejar en claro que la única base de estabilidad es Dios.

Y el mismo Jesucristo Señor nuestro.

La forma acostumbrada de Pablo es mencionar primero al Padre al dirigir la palabra y orar (cf. 1 Tes. 1: 1; 3: 11; 2 Tes. 1: 1-2, 11-12); sin embargo, aquí menciona primero al Hijo (cf. 2 Cor. 13: 14; Gál. 1: 1). Este orden quizá se deba a la referencia previa del apóstol (2 Tes. 2: 14) a "la gloria de nuestro Señor Jesucristo". Esta conjetura está apoyada por la sintaxis griega, en la cual la palabra que se traduce "mismo" está primero en la sentencia, por lo cual recibe el énfasis.

Nos amó.

El verbo está en singular, sin embargo podría considerarse que se aplica tanto al Hijo como al Padre. Esta estrecha relación confirma el concepto de Pablo de que el Hijo y el Padre son igualmente divinos. La flexión del verbo -pretérito indefinido- muestra que el autor tiene en cuenta un suceso histórico específico: se está refiriendo al acto único del amor de Dios al dar a su Hijo como sacrificio por nuestros pecados y a la abnegación de nuestro Salvador al darse a sí mismo (Juan 3: 16; Tito 2: 14). El apóstol no puede aludir a una evidencia mayor que la cruz, como la manifestación suprema del amor de Dios y la base segura de consuelo y esperanza.

Consolación eterna.

Gr. paráklésis aiónion . En cuanto a paráklésis , ver com. Hech. 9: 31; y en lo que respecta a aiónion , ver com. Mat. 25: 41. El consuelo se funda en que el amor del Padre y del Hijo no es transitorio, como lo es con frecuencia el consuelo terrenal, sino que dura eternamente. Esta dádiva tenía sin duda que reanimar a los temerosos entre los tesalonicenses, fortaleciéndoles para que pudieran resistir cualquier enseñanza perturbadora acerca del regreso de Cristo (1 Tes. 5: 11, 14; 2 Tes. 2: 2). Las almas que se sienten pequeñas no deben ser menospreciadas, sino reanimadas (ver Rom. 14: 1; Heb. 12: 12).

Buena esperanza por gracia.

La esperanza de la redención cuando Cristo venga es "buena" porque es genuina y, por lo tanto, digna de confianza, en contraste con las falsas esperanzas suscitadas por la enseñanza errónea de que el regreso del Salvador sería inmediato. Con justicia se la llama "la esperanza bienaventurada" " (Tito 2: 13). Como todos los dones de Dios para los hombres, es concedida gratuitamente de acuerdo con la abundante gracia del cielo (cf. com. Efe. 2: 5, 8).

17. Conforte.

Gr. parakaléò (ver com. Mat. 5: 4). Aunque las flexiones verbales "conforte" y "confirme" están en singular, el consuelo y la confirmación provienen tanto del Padre como del Hijo (ver com. 2 Tes. 2: 16).

Os confirme.

En el griego no aparece este pronombre. La sintaxis exige que sea "vuestro corazón" el consolado y confirmado por Dios y Jesucristo (vers. 16). " "Consuele vuestros corazones y los afiance en toda obra y palabra buena" " (BJ). Sólo el poder divino puede realmente afianzar el corazón, por eso Pablo oraba por que Dios y Jesús lo hicieran.

Toda buena palabra y obra.

La evidencia textual establece (cf. p. 10) el orden inverso: "obra y palabra" " (BJ, BC, BA y NC). Con estas dos palabras se cubre el total de la vida. Dios consuela y fortalece el corazón del creyente para que sus obras y sus palabras sean aceptables.

CBA T7

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