1. Amor fraternal.
Ver com. Rom. 12: 10. El capítulo final del libro de Hebreos está compuesto por una serie de admoniciones generales sobre diversos temas (vers. 1-17) y un saludo personal (vers. 18-25).
2. No os olvidéis.
Evidentemente muchos tendían a estar tan absortos en sus propios asuntos, que no se interesaban personalmente en sus hermanos en la fe como debieran haberlo hecho. A medida que la iglesia aumenta en número, hay el peligro creciente de que ocurra lo mismo hoy día. Nuestro 506 prójimo es todo el que necesite nuestra amistad y hospitalidad.
Hospitalidad.
Las posadas eran escasas, y con frecuencia se desconfiaba de los extraños. Si los particulares no se interesaban en los forasteros, con frecuencia éstos no tenían dónde alojarse. La hospitalidad exigía en la antigüedad que se albergara a los forasteros. Esta necesidad quizá no exista hoy día en el mismo grado, pues por lo general abundan los lugares donde alojar a los viajeros. A pesar de todo permanece el principio, y los cristianos deben procurar formas y medios de demostrar hospitalidad de acuerdo con las necesidades actuales.
Sin saberlo.
Es decir, en los primeros momentos cuando fueron recibidos los forasteros.
Hospedaron ángeles.
Este fue el privilegio de Abrahán (Gén. 18: 1-8), de Lot (Gén. 19: 1-3), de Gedeón (Juec. 6: 11-26) y de Manoa (Juec. 13: 2-4, 9-21). La fidelidad en atender las necesidades de los forasteros será tenida muy en cuenta en el juicio final (ver Mat. 25: 35).
3. Presos juntamente con ellos.
Atender los presos es otra actividad de suficiente importancia como para ser considerada en el juicio final (ver Mat. 25: 36). Aquí se presenta el principio, como en otras partes de las Escrituras (ver 1 Cor. 9: 22), de que el cristiano debe esforzarse por simpatizar con cualquier persona que él descubra que se encuentra en necesidad o circunstancias difíciles. Debe prestarle ayuda de acuerdo con la regla de oro (ver com. Mat. 7: 12).
También vosotros mismos estáis en el cuerpo.
Piense en cómo se sentiría usted si estuviera en la misma situación de los maltratados; luego socórralos conforme a sus necesidades. El principio que se presenta en la regla de oro se aplica a otra situación práctica. El cristiano no debe preguntar si los que sufren adversidades merecen o no ayuda; es suficiente que sepa que necesitan ayuda.
4. Honroso sea en todos.
La institución del matrimonio fue ordenada por un sabio Creador para que fuera una gran bendición para los seres humanos, y cuando se lleva a cabo el propósito del Creador en la vida familiar, el resultado es un bien inmensurable. Pero el matrimonio se pervierte cuando sólo sirve a propósitos indignos; pierde la cualidad de ser "honroso".
Matrimonio.
Respecto a los ideales cristianos en cuanto a las responsabilidades y los privilegios del matrimonio, ver com. 1 Cor. 7; cf. com. Mat. 5: 28-32; 19: 5-10.
Lecho sin mancilla.
Esta parte del versículo puede traducirse: "que el lecho conyugal sea sin mancha". Es posible que el lecho sea mancillado, y por esto el apóstol aconseja a sus lectores a mantenerlo puro y honorable, a no degradarlo convirtiéndolo en un instrumento para la complacencia de las bajas concupiscencias. La idea que sostienen algunos de que las intimidades de la vida conyugal no son honorables, o que necesariamente disminuyen la nobleza del carácter, sirven como un recurso del diablo, que deshonra una de las disposiciones que el Creador ordenó y declaró buena. Ver com. 1 Cor. 7: 3-5.
Juzgará Dios.
En el último día junto con todos los que persistentemente hayan vivido violando los principios presentados en la santa ley divina (ver com. Apoc. 21: 8).
5. Costumbres.
Gr. trópos , "actitud", "costumbre", "manera", "conducta", "carácter".
Con lo que tenéis ahora.
Si los seres humanos tan sólo pudieran aprender a estar contentos con lo que tienen y a no codiciar lo de los demás, automáticamente se resolverían la mayoría de los problemas que azotan a la raza humana. En cuanto a la forma en que el cristiano debe considerar las cosas materiales, ver com. Mat. 6: 19-34.
El.
Es decir, Dios. La cita es de Deut. 31: 6, 8 (LXX).
Ni te dejaré.
Acerca de la bondadosa forma en que Dios atiende nuestras necesidades, ver com. Mat. 6: 26-34.
6. Confiadamente.
La cita es de Sal. 118: 6 (LXX; ver el comentario respectivo).
7. Pastores.
Literalmente "los que os guían"; aquí significa dirigentes de la iglesia. En cuanto a la lealtad hacia los que dirigen la iglesia, ver com. 1 Tes. 5: 12-13.
Hablaron.
El tiempo del verbo indica que se refiere a dirigentes del pasado, que quizá entonces ya descansaban en Jesús.
Resultado.
Sin duda el autor tenía en cuenta ciertas personas en particular, aunque no las menciona.
Conducta.
Gr. anastrofL , "manera de vida", conducta", "comportamiento" (ver com. Efe. 4: 22).
Su fe.
Los héroes de la fe mencionados en el cap. 11 habían vivido hada mucho; pero también había habido hombres fieles en tiempos más recientes, cuyo ejemplo podía ser imitado.
8. Jesucristo.
En cuanto a la combinación de Jesús y Cristo en un solo nombre, ver com. Mat. 1: 1.
El mismo.
Esta afirmación indudablemente tenía el propósito de preparar el camino para la advertencia del vers. 9. Como Cristo nunca cambia, nunca puede cambiar el mensaje en cuanto a él. Las enseñanzas que difieren del Evangelio puro ya proclamado, pueden ser desechadas sin mayor examen. Ver com. Gál. 1: 6-8.
9. No os dejéis llevar.
Algunos sienten fácilmente la influencia de cualquier doctrina nueva o extraña. Les falta discriminación espiritual, y no pueden ver la diferencia entre la verdad y el error comparando la nueva enseñanza con las Escrituras. Ver com. Efe. 4: 14; Col. 2: 4, 8.
Diversas.
Es decir, que difieren del mensaje evangélico puro ya recibido.
Afirmar el corazón con la gracia.
Para no dejarse llevar por enseñanzas caprichosas en cuanto a religión y teología. El poder estabilizador de la gracia de Cristo es la mejor protección del cristiano contra las falsas enseñanzas. En cuanto a la "gracia", ver com. Rom. 1: 7; 3: 24.
No con viandas.
Por lo menos algunos de los que propagaban novedades caprichosas en cuanto a religión, indudablemente se extralimitaban frente a las claras enseñanzas de las Escrituras sobre la alimentación, y convertían sus escrúpulos de comida en una prueba de fe. En cuanto a la relación del régimen alimentarlo y la religión, y a la advertencia contra los caprichos en la alimentación disfrazados como obligaciones religiosas, ver com. Rom. 14: 17; 1 Tim. 4: 3.
Nunca aprovecharon.
Aun los que tan vehementemente ensalzaban el valor de los caprichos culinarios que patrocinaban, no habían recibido ningún beneficio práctico de ellos. Sin duda se hace referencia a una o más de las facciones judaizantes que perturbaban a la iglesia cristiana primitiva, como los ebionitas y los nazarenos (ver t. VI pp. 54-56).
10. Tenemos un altar.
El autor alude al hecho de que a los sacerdotes y a los levitas se les habían asignado ciertas partes de algunos de los animales que eran llevados al santuario antiguo o al templo para ser sacrificados (ver Lev. 6: 16-18; 7: 15-16, 31-34; Núm. 18: 8-10; Deut. 18: 1-2; cf. 1 Cor. 9: 13). En las falsas doctrinas a que se hace referencia en Heb. 13: 9 quizá se hacía destacar la importancia de obligar a los cristianos a practicar las ceremonias y los antiguos ritos del judaísmo -que trataban de comidas y bebidas-, como si de esa manera se pudiera alcanzar una mayor santidad. Pero los cristianos tenemos un altar -la cruz del Calvario- y un sacrificio que supera por mucho en valor y en eficiencia a los antiguos sacrificios de animales (ver com. cap. 9: 14, 24-28; 10: 10, 12, 14): es, nada menos, " "el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" " (Juan 1: 29). Además, Cristo invita a los que creen en él a que coman de su carne (Juan 6: 33-58).
No tienen derecho de comer.
Dentro del ambiente del sistema religioso judío, los sacerdotes y levitas disfrutaban de un puesto de honor y de privilegios especiales; pero a pesar de su elevada posición, después de rechazar a Jesús fueron indignos de participar en lo que tiene derecho de participar todo verdadero cristiano. Pablo puede también haber tenido en cuenta el pan y el vino de la Cena del Señor. Los tan alabados méritos del sistema de religión o "doctrinas diversas y extrañas" del vers. 9, eran, desde cualquier punto de vista, incomparablemente inferiores al camino de salvación por la fe en Jesucristo.
Los que sirven.
Es decir, los sacerdotes y los levitas.
11. De aquellos animales.
Cuando la sangre de la ofrenda por el pecado era introducida en el santuario, como en el caso del sacerdote ungido o de toda la congregación, el sacerdote no debía comer de la carne sino quemarla fuera del campamento (Lev. 6: 30). Así también Jesús sufrió "fuera de la puerta" (Heb. 13: 12; cf. Juan 19: 17), después de lo cual ministro con su propia sangre en el santuario celestial (Heb. 9: 12). Durante el antiguo sistema ceremonial los sacerdotes no tuvieron derecho a comer de la porción que les correspondía de un sacrificio como éste (cap. 13: 10); pero Cristo dijo: " "Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido" " (1Cor. 11: 24).
12. Para santificar.
Para que Cristo pudiera ministrar con su propia sangre en favor de 508 los pecadores arrepentidos en el santuario com. cap. 10: 5-8). Esa sangre no sirve para celestial, era necesario que padeciera "fuera ningún propósito útil. Pero Dios se agrada de la puerta" de Jerusalén.
13. Salgamos, pues.
Los cristianos de origen judío ya no buscarían la salvación en los ritos y ceremonias de la religión judía. Aún eran israelitas, y como tales, en sentido figurado, habitantes de la ciudad de Jerusalén; pero para hallar al Salvador tenían que buscarlo más allá de los límites del judaísmo. De acuerdo al libro de Hebreos, esta situación constituye una exhortación a los cristianos de origen judío a apartar la vista de los ritos y las ceremonias del judaísmo y a fijarla en Jesucristo y en su ministerio como nuestro gran sumo sacerdote en el santuario celestial (ver pp. 403-404).
Llevando su vituperio.
Los que manifestaron simpatía con Jesús cuando fue al Gólgota como criminal condenado, sufrieron "vituperio" con él. Cuando los cristianos de origen judío abrazaban el cristianismo, incurrían en el odio de sus compatriotas judíos, y cuando daban la espalda al sistema judaico de sacrificios como un medio de salvación, eran acusados de apostasía y traición,
14. Ciudad permanente.
Los judíos consideraban a Jerusalén como una "ciudad permanente"; es decir, pensaban que el plan divino estaba indisolublemente ligado a esa ciudad y que, por lo tanto, estaba destinada a permanecer para siempre. Se sentían seguros dentro de los brazos del judaísmo. Pero los cristianos no tienen una "ciudad permanente" tal. Sus esperanzas y aspiraciones no están relacionadas con ninguna ciudad terrenal ni con ningún sistema religioso terreno. Cuánto significado tenía todo esto para los cristianos hebreos que, antes de mucho, verían la destrucción de Jerusalén!
Buscamos la por venir.
Es decir, la nueva Jerusalén (cf. cap. 12: 22). Compárese esto con el caso del patriarca Abrahán (cap. 11: 10).
15. Por medio de él.
Es decir, por Cristo o en virtud del sacrificio que ya ha hecho por nosotros "fuera de la puerta" de Jerusalén.
Sacrificio de alabanza.
En vez de llevar una ofrenda de agradecimiento al templo como lo prescribía la ley de Moisés (ver Lev. 7: 12-14), debemos ofrecer un continuo "sacrificio de alabanza" al Señor.
16. Hacer bien.
Es decir, ministrar a las necesidades de otros. Dios no se agrada con la sangre de becerros y machos cabríos (ver con el espíritu de servicio sacrificado a favor de otros (ver com. Mat. 25: 24-40). La práctica de "la religión pura y sin mácula" (Sant. 1: 27) siempre es aceptable a la vista del cielo.
No os olvidéis.
Quizá algunos se habían descuidado en este respecto.
Se agrada Dios.
Los ritos formales y las ceremonias no tienen significado para Dios. El procura que los seres humanos lo adoren "en espíritu y en verdad" (Juan 4: 23), es decir, reflejando el carácter divino y demostrando su amor y devoción a Dios con una vida de servicio para otros.
17. Obedeced.
Ver com. vers. 7.
Sujetaos.
Dios ha instituido dirigentes para que pastoreen su grey, y exhorta a sus ovejas para que se sujeten a los que han sido instituidos sobre ellas mientras esos dirigentes obedezcan al Maestro. Aquí se hace referencia a los dirigentes de ese momento; no a los anteriores, como en el vers. 7.
Ellos velan.
Los dirigentes que Dios ha instituido sobre la iglesia son responsables delante de él por el bienestar de su pueblo, y les pedirá una estricta cuenta de su mayordomía.
Por vuestras almas.
Es decir, "por vosotros" (cf. cap. 12: 9, 23).
Han de dar cuenta.
Un mayordomo tiene que rendir cuentas a su amo de cualquier clase de bienes que le haya confiado, y sabe que debe dar cuenta de su mayordomía. Cuando los miembros de la iglesia cooperan con sus dirigentes instituidos, hacen mucho más fácil que los líderes rindan una fiel cuenta de su mayordomía.
Con alegría.
Es decir, sabiendo que han desempeñado fielmente su responsabilidad. Compárese con el caso de los siervos fieles a quienes se invita a que participen del gozo de su Señor (ver Mat. 25: 21).
No quejándose.
Compárese con el caso del siervo infiel (Mat. 25: 28-30).
No os es provechoso.
Los miembros de iglesia no ganan nada haciendo que a sus dirigentes instituidos les sea difícil rendir una buena cuenta de su mayordomía. Ambos participarán o de la "alegría" o del "lamento" del día del ajuste final de cuentas.
18. Orad por nosotros.
O " "continuad orando por nosotros", u "orad habitualmente por nosotros" " . Cf. Efe. 6: 19; Col. 4: 12. Aunque Pablo era un hombre de vasta experiencia y de gran estatura espiritual, apreciaba y solicitaba las oraciones de sus hermanos en Cristo. Cada verdadero dirigente aprecia profundamente el interés y las oraciones de aquellos por quienes trabaja.
Confiamos.
Gr. péithÇ , que en la forma en que aquí se usa significa "estar convencido", "estar persuadido".
Buena conciencia.
Es decir, una conciencia limpia. Compárese con las repetidas afirmaciones de Pablo de que poseía una clara conciencia (Hech. 23: 1; 24: 16; Rom. 9: 1; 2 Cor. 1: 12; 2 Tim. 1: 3).
Deseando.
El propósito del autor es reflejar plenamente los principios del Evangelio en su propia vida (cf. 1 Cor. 9: 27).
Conducimos bien en todo.
O conducirse honorablemente.
19. Más.
O "con la mayor insistencia" (BJ); "sobre todo" " (NC).
Os ruego.
El fervor con que el autor exhorta a sus lectores a orar por su liberación de las circunstancias que impedían que hubiera comunión con ellos, es, sin duda, conmovedor, y refleja su fe personal en el poder de la oración.
Os sea restituido.
El vers. 23 sugiere que Timoteo estuvo preso en ese tiempo y, además, parece indicar que el autor de Hebreos estaba en libertad. Otras circunstancias, como enfermedad o la presión de los deberes misioneros, quizá impidieron que Pablo se reuniera de nuevo con sus lectores.
20. Y.
Los vers. 20 y 21 constituyen la bendición apostólica pronunciada por el autor para los lectores del libro de Hebreos. Los encomienda a la gracia de Dios.
Dios de paz.
Ver com. Rom. 15: 33.
Resucitó de los muertos.
Ver com. Rom. 4: 24. Como ocurre frecuentemente en las epístolas del NT, se presenta la resurrección de Cristo como el corazón y el centro de la esperanza y de la fe de los cristianos.
Pastor de las ovejas.
Ver com. Sal. 23; Juan 10: 10- 11; cf. 1 Ped. 2: 25.
La sangre.
El eficaz instrumento que hace efectivo el pacto eterno y lo ratifica. Ver com. cap. 9: 18-28.
Pacto eterno.
Ver com. cap. 8: 8-12.
21. Os haga aptos.
Gr. katartízÇ (ver com. 1 Ped. 5: 10; cf. com. Mat. 5: 48).
Toda obra buena.
Levidencia textual tiende a confirmar (cf. p. 10) la omisión de la palabra "obra". "Toda clase de bienes" (BJ); "en todo bien" " (BC, NC). Por lo tanto, lo "bueno" se aplica a lo que Pablo anhela que tengan y sean sus lectores más bien que a lo que desea que hagan; sin embargo, el propósito de ese "bien" es hacer con más eficacia la "voluntad" divina.
22. Soportéis.
O "aceptéis".
Palabra de exhortación.
Es decir, el mensaje contenido en el libro de Hebreos (ver pp. 403-404).
Brevemente.
Había mucho más que deseaba decir sobre el tema, pero el espacio no se lo permitía.
23. Está en libertad.
Este encarcelamiento se conoce sólo por esta información.
Timoteo.
Ver com. Hech. 16: 1.
Si viniere.
Nada más se sabe de la visita que aquí se menciona.
24. Todos vuestros pastores.
O sea a los líderes de la iglesia. Ver com. vers. 7.
Los de Italia.
Mejor "los que provienen de Italia"; es decir, creyentes cristianos. No se puede determinar por esta frase si esos creyentes estaban en Italia en aquel tiempo y, por lo tanto, la epístola fue enviada desde Italia, o si provenían de Italia y estaban con el autor en alguna otra parte.
25. La gracia sea con todos vosotros.
Ver com. Tito 3: 15.
Amén.
Ver com. Mat. 5: 18; Rom. 15: 33.
En la RVA se a adía en tipo más pequeño: "Fue escrita a los Hebreos desde Italia con Timoteo". Esta añadidura no es parte de la epístola original. Apareció por primera vez en un manuscrito del siglo VI.
CBA T7
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