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CBA APOCALIPSIS Capítulo 21

CBA: Apocalipsis Capítulo 21
1. Nuevo.

Gr. kainós, "nuevo" en calidad, en contraposición con lo que está gastado o arruinado. La palabra "nuevo" aparece dos veces en este versículo, y en am bas es traducción de kainós . Neós , que también se traduce como "nuevo" en el NT (Mat. 9: 17; 1 Cor. 5: 7; Col. 3: 10; etc.), se refiere a algo nuevo en el tiempo. Con la palabra kainós, Juan quizá quiso destacar que los cielos nuevos y la tierra nueva serán creados con los elementos purificados de los cielos antiguos y de la antigua tierra, y que por lo tanto serán nuevos en calidad, diferentes. Los cielos nuevos y la tierra nueva son, pues, una re-creación, una formación nueva hecha con elementos que existen, y no una creación de la nada. Cf. 2 Ped. 3: 13.

Pasaron.

En lo que se refiere a su condición anterior desfigurada. Lo que era perfecto cuando salió de las manos del Creador, que fue calificado como "bueno en gran manera" " (Gén. 1: 31), ha sido terriblemente desfigurado por el pecado, y no puede permitirse que continúe así a través de la eternidad.

El mar ya no existía más.

Es decir, los mares como los conocemos ahora no existirán en la nueva creación. Algunos insisten en que este "mar" simboliza a pueblos, naciones y lenguas (cf. cap. 17: 15); pero si así fuera, entonces los cielos y la tierra necesariamente tendrían que ser también simbólicos. Juan simplemente está afirmando que los cielos, la tierra y los mares ya no existirán como los conocemos ahora (cf. PP 24).

2. La santa ciudad.

En la antigua Jerusalén estaba el templo, donde Dios podía manifestar su presencia a su pueblo (1 Rey. 8: 10- 11; 2 Crón. 5: 13-14; 7: 2-3) como lo había hecho desde la puerta del tabernáculo en el desierto (Exo. 29: 43-46; 40: 34-38). La ciudad de entonces fue descrita como "santa" " (Dan. 9: 24; Mat. 27: 53); pero con el transcurso del tiempo la degradación espiritual del pueblo de Dios llegó a ser tan grande, que Jesús calificó al templo de "cueva de ladrones" (Mat. 21: 13) y predijo la caída de la ciudad (Mat. 22: 7; Luc. 21: 20). Pero Dios promete ahora una nueva clase de Jerusalén, la cual Juan describe como la "Nueva Jerusalén".

Nueva.

Gr. kainós ; nuevo en especie y calidad (ver com. vers. 1). Cf. Gál. 4: 26; Heb. 11: 10; 12: 22; 13: 14.

Descender.

Juan contempló en visión el descenso de la ciudad (cf. PP 46).

Del cielo.

Su lugar de origen (cf. cap. 3: 12; 21: 10).

De Dios.

Dios es su autor, su originador, su creador.

Dispuesta.

La palabra que se traduce como "dispuesta", sugiere que la preparación comenzó en el pasado y fue perfeccionada, de manera que ahora está completamente preparada (cf. CS 703, 706).

Esposa.

La ciudad es presentada aquí como una esposa (ver com. cap. 19: 7).

Ataviada.

Gr. kosméÇ, "arreglar", "aparejar", "adornar". La palabra "cosmético" deriva de kosméÇ . La flexión del verbo griego sugiere que el proceso de adorno comenzó en el pasado y había sido completado.

Marido.

Es decir, el Cordero, Cristo (cap. 19: 7).

3. Gran voz.

No se identifica al que habla. Quizá no sea Dios, porque se habla de él en tercera persona.

Tabernáculo.

Gr. sk ' ne , "tienda", "pabellón", "tabernáculo". El verbo sk'nóö "acampar", "morar" aparece en Juan 1: 14: " "aquel Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros" " (ver com. Juan 1: 14). Esta presencia visible de Dios se manifestaba claramente en la gloria sobre el propiciatorio en los días de la teocracia, y más tarde por la aparición personal de Jesucristo como miembro de la familia humana, cuando vivió entre los hombres. Esta "gran voz del cielo" destaca ahora el hecho maravilloso de una nueva creación y que Dios mora personalmente entre su pueblo.

Con los hombres.

La frase "con ellos" aparece dos veces en este versículo. El apóstol usa la preposición "con" tres veces, lo cual pone de relieve el hecho asombroso de que Dios acompañará a los seres humanos a través de la eternidad estableciendo su morada "con ellos".

Morará.

Gr. sk'nóÇ (ver com. "tabernáculo" ). Cf. Eze. 37: 27. Ezequiel describe las condiciones como pudieron haber sido; Juan, tal como se cumplirán.

4. Toda lágrima.

Ver com. Apoc. 7: 17; cf. Isa. 25: 8; 65: 19.

Muerte.

En griego, "la muerte". El artículo definido tiene un gran significado. Juan habla de "la muerte": el principio de muerte que entró como resultado del pecado. El artículo definido tiene aquí la fuerza de un adjetivo demostrativo. Juan dice, en efecto: "esta muerte, la cual conocemos tan bien y tememos tanto, será destruida". Compárese con las palabras de Pablo: " "Sorbida es la muerte en victoria" (1 Con 15: 54); " "El postrer enemigo que será destruido, es la muerte" " (vers. 26).

Llanto.

O tristeza, como la que produce la pérdida de un ser amado. Las causas de la tristeza serán completamente eliminadas. Cf. Isa. 35: 10.

Clamor.

Gr. kraug' , "alboroto", "clamor", "llanto". En esa tierra perfecta del mañana no existirá causa para el llanto.

Dolor.

Una gran parte del sufrimiento y la angustia de la vida es resultado del dolor que nos acosa; pero el dolor será completamente eliminado de aquel hermoso mundo del mañana.

Las primeras cosas.

Es decir, las condiciones actuales pasarán. No habrá nada con el estigma de la maldición (cap. 22: 3).

5. El que estaba sentado.

No se dice quién es (cf. com. cap. 20: 11). En el cap. 4: 2 se presenta al Padre sentado en el trono, y esto mismo puede estar implícito aquí. Algunos citan a Mat. 25: 31 como una evidencia de que puede referirse a Jesucristo.

He aquí.

El que habla llama la atención a algo importante que está por revelarse.

Nuevas.

Gr. kainós (ver com. vers. 1)

Todas las cosas.

No quedará nada que tenga el estigma de la maldición (cf. cap. 22: 3).

Escribe.

Ver com. cap. 1: 11. Esta orden se le repite a Juan en diferentes momentos mientras estaba en visión (cap. 1: 19; 2: 1; 14: 13; etc.).

Fieles y verdaderas.

Es decir, auténticas y dignas de confianza. Las palabras y las promesas de Dios son completamente dignas de confianza, y por lo tanto se puede estar seguro de ellas (cap. 22: 6).

6. Hecho está.

Mejor "han sucedido", pues el verbo está en el plural; es decir, estas cosas han concluido. Algunos MSS dicen: "he llegado a ser Alfa y Omega. . ." Lo que Dios había prometido por medio de sus santos profetas y su pueblo justo había anticipado con ansiosa expectativa, finalmente será realidad. La visión anticipada que se le dio a Juan es una garantía de la realización final que todavía debe efectuarse.

El Alfa y la Omega.

Ver com. cap. 1: 8.

Al que tuviere sed.

El verdadero creyente no tiene deseos de acumular bienes en este mundo, de ser rico en riquezas terrenales. Su anhelo es beber abundantemente de las riquezas espirituales que provienen de Dios.

Gratuitamente.

El don de la inmortalidad puede comprarse "sin dinero y sin precio" " (Isa. 55: 1).

La fuente.

O "manantial". " Cf. Juan 4: 14; Apoc. 7: 17; 22: 17.

De la vida.

El pasaje puede traducirse, "del manantial del agua que es la vida misma". Esta es la promesa de inmortalidad (1 Cor. 15: 53).

7. El que venciere.

Según el texto griego, el que vence continua o habitualmente. El cristiano vive la vida victoriosa por el poder del Espíritu Santo. Puede cometer errores (ver com. 1 Juan 2: 1), pero su vida normal presenta un cuadro de crecimiento espiritual (cf. Apoc. 2: 7, 11, 17, 26; 3: 5, 12, 21).

Todas las cosas.

La evidencia textual establece (cf. p. 10) el texto "estas cosas", es decir, las promesas dadas en el Apocalipsis, particularmente las que se mencionan en este capítulo.

Su Dios. . . mi hijo.

Cf. Gén. 17: 7; 2 Sam.7: 14. Aquí se presenta la promesa de una relación familiar íntima. El pecador salvado por gracia será recibido en la familia de Dios y su relación con el Señor será tan estrecha como si nunca hubiera pecado. Los habitantes de los mundos no caídos no podrán estar más cerca de Dios y de Cristo de lo que estará el pecador redimido. Ver DTG 16-18.

8. Pero.

Se presenta ahora un notable contraste.

Cobardes.

Gr. deilós , "cobarde", "miedoso". La palabra se usa siempre con el sentido de cobardía o timidez sin razón. Compárese con su uso en Mat. 8: 26, Mar. 4: 40, con el verbo afín de Juan 14: 27, y el sustantivo afín en Juan 14: 27 y 2 Tim. 1: 7, respectivamente. En todos estos casos el significado básico es cobardía. Muchos no triunfan en la lucha espiritual debido a su cobardía y debilidad moral; se dan por vencidos en el tiempo de prueba. Cf. Mat. 24: 13.

Incrédulos.

Los que carecen de fe, o sea que no permanecen fieles. No confían en Dios hasta el fin; demuestran que son indignos de confianza.

Abominables.

Del Gr. bdelússÇ , "causar repugnancia", "sentir horror"; del verbo bdéÇ , "heder". El sustantivo bdélugma aparece en Luc. 16: 15; Apoc. 17: 4-5; 21: 27.

Homicidas.

Se incluye a los perseguidores y asesinos de los fieles hijos de Dios a través de la historia.

Fornicarios.

Gr. pórnos (ver 1 Cor. 5: 9-10; etc.). La forma femenina se traduce "rameras" en Mat. 21: 31-32; Luc. 15: 30. Cf. com. Efe. 5: 3, 5.

Hechiceros.

Gr. farmakós , "practicantes de artes mágicas". El sentido etimológico es magia, encantamiento, brujería y el uso de drogas para entorpecer los sentidos. Un equivalente moderno de la antigua práctica de la hechicería es el espiritismo.

Idólatras.

Una referencia a los pueblos paganos y a los cristianos que practican ritos paganos. Cf. com. 1 Cor. 5: 10; 6: 9; 10: 7.

Mentirosos.

Incluye a los que predican falsas doctrinas. Ver com. Exo. 20: 16; ver PP 3:17.

Muerte segunda.

Ver com. cap. 20: 6.

9. Uno de los siete ángeles.

Uno de los ángeles portadores de las plagas ya le había mostrado a Juan el juicio contra la gran ramera (cap. 17: 1). Ahora otro de ellos -posiblemente el mismo ángel, como lo sugieren algunos- dirige la atención de Juan a la Nueva Jerusalén, el centro y sede del reino eterno. Nótese que fue uno de los ángeles portadores de las plagas el que le presentó al profeta la Babilonia simbólica, y que ahora es también uno de ellos quien le muestra la Nueva Jerusalén. La antigua Babilonia y Jerusalén históricamente fueron enemigas tradicionales, y simbólicamente representan los dos grupos empeñados en el gran conflicto entre el bien y el mal. Una está representada por una mujer ramera (cap. 17: 5); la otra, por una mujer pura, honorable (cap. 19: 7, 21: 2).

La esposa.

Ver com. cap. 19: 7; cf. cap. 21: 2.

10. En el Espíritu.

Es decir, en trance, en visión (ver com. cap. 1: 10). Fue llevado "en visiones" (cf. com. Eze. 8: 3; Dan. 8: 2).

A un monte grande.

A Juan le pareció mientras estaba en visión que había sido depositado sobre "un monte grande y alto". Desde esa posición contempló los detalles de la ciudad (cf. com. Eze. 40: 2).

Descendía.

Cf. vers. 2.

11.

La gloria de Dios.

Se refiere probablemente a la presencia permanente de Dios entre su pueblo a través de la eternidad. La gloria que revela su presencia nunca se apartará de la Nueva Jerusalén. Cf. Exo. 40: 34; 1 Rey. 8: 11.

Fulgor.

Gr. f Ç ster , "luminaria", "cuerpo luminoso". Esta palabra se halla en Fil. 2: 15 en la oración "en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo". La "luz" de la ciudad es la "gloria" de Dios que se menciona en el comentario anterior (ver Apoc. 21: 23).

Jaspe.

Gr. iáspis (ver com. cap. 4: 3). El pasaje dice: "Teniendo la gloria de Dios, el fulgor de ella semejante a una piedra muy valiosa, como piedra de jaspe, clara como el cristal".

Diáfana como el cristal.

Gr. krustallízÇ , "destellar luz", "centellear". La palabra "cristal" deriva de krustallízÇ .

12. Un muro grande y alto.

Estas murallas se construían alrededor de las ciudades antiguas para protegerlas contra sus enemigos. Las imágenes de Juan proceden en parte de la descripción de la ciudad que vio Ezequiel (ver com. Eze. 48: 35). El cuadro es el de un ciudad antigua con muros y puertas; eran términos con los cuales estaba familiarizado el profeta, y la Inspiración escogió revelarle las glorias de la ciudad eterna en términos que él comprendía. La descripción y el lenguaje humano no pueden representar adecuadamente la grandeza de esa ciudad celestial. En una profecía pictórica, el grado de identidad entre la escena que se presenta y la realidad exige una cuidadosa interpretación (ver com. Eze. 1: 10; 40: 1).

Doce puertas.

Compárese con la ciudad descrita por Ezequiel (cap. 48: 31-34).

Doce ángeles.

Se presenta a la Nueva Jerusalén con guardias angelicales en sus puertas.

Doce tribus.

Ver Eze. 48: 31-34. En cuanto al cuadro del Israel espiritual repartido en tribus, ver com. Apoc. 7: 4.

13. Al oriente tres puertas.

La enumeración de Ezequiel tiene el siguiente orden: norte, oriente, sur, occidente (Eze. 48: 31-34); y el orden de Juan es: oriente, norte, sur, occidente. La diferencia sin duda carece de importancia.

14. Doce cimientos.

El número "doce" aparece cinco veces en los vers. 12-14. En cuanto al doce como un número significativo, ver com. cap. 7: 4.

Doce apóstoles.

La iglesia del NT está construida sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (Efe. 2: 20).

15. Caña.

Cf. Eze. 40: 3; Apoc. 11: 1. El acto de medir y la declaración de las medidas sin duda son para destacar que el hogar celestial es adecuado y amplio (cf. com. Juan 14: 2).

16. Establecida en cuadro.

Hay hermosura inherente en las proporciones correctas, el perfecto equilibrio y la congruencia. En cuanto a la construcción de lugares y artefactos cuadrados, ver Exo. 27: 1; 28: 16; 30: 2; 39: 9; 2 Crón. 3: 8; Eze. 41: 21; 43: 16; 45: 2; 48: 20.

Doce mil estadios.

Un estadio ( stádion ) tiene unos 183 m (ver t. V, p. 52). Por lo tanto, 12.000 estadios serían unos 2.220 km. El versículo no declara si es la medida del perímetro o sólo de un lado. Si es lo primero, cada lado de la ciudad mediría unos 529 km. En cuanto a la costumbre de medir una ciudad por su perímetro, ver La Carta de Aristeas 105.

Iguales.

Se ha tratado de explicar las dimensiones de la ciudad de diversas maneras. Es difícil imaginar una ciudad de 12.000 (ó 3.000) estadios de altura (ver com. "doce mil estadios"). Algunos no niegan la realidad de la ciudad, pero creen que estas medidas, como las del muro, son "de medida. . . de ángel" (ver com. vers. 17); por lo tanto, sostienen que es difícil que puedan aplicarse aquí dimensiones humanas. Otros destacan una similitud entre el tamaño de la ciudad que se describe y el que se imaginaban los judíos. Esta cuestión se trata en el Midrash: "¿De dónde el largo y ancho y alto [de Jerusalén]? Y se engrandecía y siempre aumentaba hacia arriba. Eze. 41: 7. Se ha enseñado, R. Eli'ezer b. Ja'aqob ha dicho: Jerusalén se levantará finalmente y ascenderá hasta el trono de la gloria, y dirá a Dios: 'Demasiado estrecho es para mí este lugar. ¡Apártate, para que yo more!' Isa. 49: 20" ( Pesikta 143a, citado en Strack y Billerbeck, Kommentar, zum Neuen Testament, t. 3, p. 849).

Otros le asignan al adjetivo "igual" ( ísos ) el significado de "proporcional", y creen que aunque la longitud y la anchura pueden ser iguales, la altura sería proporcional con respecto a las otras dimensiones. Es posible que sea así aunque es difícil demostrarlo utilizando fuentes bíblicas o extrabíblicas. Otros interpretan que ísos retiene su significado normal, pero observan que la palabra que aquí se traduce altura ( húpsos ) puede significar no sólo "altura" sino "la parte alta", "la cima", "la corona". Si así se entiende, entonces Juan quiso decir que la distancia alrededor de la parte superior del muro es igual a la distancia alrededor de su parte inferior.

Sea cual fuere la incertidumbre respecto a la proporción exacta o tamaño de la ciudad, es seguro que su gloria celestial superará en mucho a la imaginación más elevada. Nadie tiene por qué preocuparse, pues habrá suficiente lugar para todos los que desean vivir allí. En la casa del Padre hay "muchas moradas" (Juan 14: 2).

17. Midió su muro.

Según el codo del NT, que medía aproximadamente 0,444 m (t. V, p. 52), 144 codos serían unos 64 m. Juan no dice que esta medida representa la altura del muro. Algunos han conjeturado que la medida puede ser de su espesor.

De ángel.

El pasaje reza "de hombre, es decir de ángel". El significado es algo oscuro. Por esta razón algunos insisten en que no debemos aplicar dogmáticamente conceptos puramente humanos para medir la nueva Jerusalén. Sean cuales fueren las medidas, podemos estar seguros de que todo es perfecto. Los santos entenderán el significado de las medidas de Juan cuando vean la ciudad.

18. El material.

Gr. endóm'sis , "material de construcción", de domáÇ , "edificar". Esta palabra sólo aparece aquí en el NT. Josefo ( Antigüedades XV. 9, 6) la aplica a un dique, un rompeolas que se edifica junto al mar como protección contra las aguas. Endóm'sis puede referirse a una incrustación en el muro, como si éste estuviera incrustado o salpicado con jaspe.

Jaspe.

Ver com. cap. 4: 3.

Oro puro.

La estructura de la ciudad parece tener la transparencia del vidrio. Su hermosura refulgente sin duda cambia con cada rayo de luz que se refleja en ella.

19. Adornados.

Gr. kosméÇ, "adornar" (cf. com. vers. 2).

Piedra preciosa.

Se mencionan doce clases de piedras preciosas en el fundamento. Un joyero moderno no puede identificarlas todas, ni se ganaría mucho si se comparan con las joyas del pectoral del sumo sacerdote (Exo. 28: 17-20). Tampoco los documentos antiguos ni los eruditos modernos concuerdan en la identificación de todas las piedras. Algunas de sus sugerencias se enumeran al tratar cada una de las piedras.

Jaspe.

Ver com. cap. 4: 3.

Zafiro.

Tal vez lapislázuli, una piedra azul, muchas veces jaspeada de pirita, altamente cotizada en la antigüedad.

Ágata.

"Calcedonia" (BJ, BC, NC). Es incierta la identificación de esta piedra. Algunos sugieren una gema de color verdoso.

Esmeralda.

Se cree que es una gema de color verde brillante, al que se le da hoy el mismo nombre.

20. Onice.

Tal vez un ónix con vetas rojas y pardas sobre un fondo blanco.

Cornalina.

Se cree que es una gema rojiza.

Crisólito.

Literalmente "piedra dorada". Una piedra de color amarillo de identificación incierta.

Berilo.

Se cree que es una gema de color verde mar.

Topacio.

Se cree que es una piedra más o menos transparente de color amarillo que usaban los antiguos para hacer sellos y joyas. Algunos creen que se trata del crisólito de color dorado.

Crisopraso.

El crisopraso moderno es una gema transparente de color verde manzana. No es seguro que se refiera aquí a esta misma piedra.

Jacinto.

Quizá una gema de color púrpura. Algunos identifican el jacinto con el zafiro moderno.

Amatista.

Se cree que es una gema de color púrpura.

21. Una perla.

El tamaño de las gemas mencionadas supera en mucho la comprensión humana.

22. Templo.

Gr. naós , la palabra con que se designa al santuario, limitado a los lugares santo y santísimo, sin incluir los atrios exteriores y otros edificios adyacentes. En cuanto a hierón , la palabra que designa todo el recinto sagrado, ver com. Luc. 2: 46; Apoc. 3: 12.

El santuario terrenal simbolizaba la morada de Dios. A causa de su pecado, Adán y Eva fueron echados del Edén y de la presencia de Dios. Cuando el pecado sea destruido, la iglesia podrá morar nuevamente en la presencia divina, y no habrá necesidad de un edificio para simbolizar la morada de Dios.

23. No tiene necesidad.

No habrá necesidad de cuerpos luminosos para la iluminación de la ciudad. El resplandor glorioso de la presencia de Dios proporcionará más luz que la necesaria (cf. Isa. 60: 19-20). Las cosas materiales no son indispensables en el plan de Dios; se reducen a nada en su presencia (cf. Isa. 24:23). La luz creada no puede sobrepasar la gloria increada de la presencia divina.

24. Naciones.

Una descripción de los redimidos " "de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas" " (Apoc. 7: 9; cf. Isa. 60: 3, 5).

Reyes.

Esta figura proviene del AT (Isa. 60: 11).

25. No habrá noche.

Sin duda a causa de las circunstancias mencionadas en el vers. 23 (cf. com. Zac. 14: 7).

26. De las naciones.

Cf. vers. 24.

27. Ninguna cosa inmunda.

Una indudable alusión a Isa. 52: 1. Muchas de las figuras de la descripción que hace Juan de la santa ciudad, son tomadas de los escritos de los antiguos profetas que describieron las glorias de la Jerusalén que podría haber existido. Juan describe aquí la ciudad que será (ver com. Eze. 48: 35).

Hace abominación.

Ver com. vers. 8.

Y mentira.

Ver com. vers. 8.

El libro de la vida.

Ver com. Fil. 4: 3.

CBA T7

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