1. Mandamientos.
Las mismas palabras hebreas, en el mismo orden del cap. 5: 31.
2. Temas a Jehová.
La palabra hebrea "temer" significa "estar en pavor delante de", "reverenciar", "honrar" (ver com. cap. 4: 10).
3. Os multipliquéis.
Compárese la promesa de Dios hecha a los patriarcas (Gén. 12: 2; 17: 6; 22: 17, 18).
4. Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
En notable contraste con las naciones circunvecinas que eran politeístas, los hebreos creían en el único Dios verdadero. Esta profesión de fe ha sido santo y seña de la raza hebrea durante más de 3.000 años (ver Mar. 12: 29). El apóstol Pablo afirma que la misma verdad es fundamental para el cristianismo (1 Cor. 8: 4-6; Efe. 4: 4-6).
Antes de descubrirse los Rollos del Mar Muerto, el más antiguo manuscrito hebreo existente de cualquier parte del AT era el Papiro Nash, del primer siglo AC, que contiene el Decálogo y Deut. 6: 4, 5.
5. Amarás.
La palabra hebrea traducida "amar" es un término general que también sugiere las ideas de "deseo", "afecto", "inclinación", como también la más íntima unión de dos almas. La relación del creyente con Dios se basa en el amor (1 Juan 4: 19), y el amor es el principio fundamental de su ley (Mar. 12: 29, 30). El amar perfectamente es obedecer de todo corazón (Juan 14: 15; 15: 10).
Tu corazón.
El cristianismo exige todo lo que el hombre es y tiene: su mente, sus afectos y su capacidad de acción (1 Tes. 5: 23). La palabra que aquí se traduce "corazón" se refiere en general a los motivos, los afectos, los sentimientos, los deseos y la voluntad. Es la fuente de acción y el centro del pensamiento y de los sentimientos (ver Exo. 31: 6; 36: 2; 2 Crón. 9: 23; Ecl. 2: 23). La palabra traducida "alma" indica el principio animador del hombre, o la vida, pero también incluye los apetitos y los deseos del cuerpo (Núm. 21: 5). En Prov. 23: 2, se traduce "apetito" y en Ecl. 6: 7, "deseo".
La palabra traducida "fuerzas" proviene de un verbo que significa "aumentar". El sustantivo, como aquí, significa "abundancia", y puede referirse a lo que un hombre pueda acumular durante esta vida.
7. Repetirás.
La palabra así traducida significa: "afilar", "aguzar" (ver Deut. 32: 41; Sal. 64: 3; 140: 3; Isa. 5: 28). Aquí se pide pues una repetición clara e incisiva. Los padres tienen la pesada responsabilidad de instruir día tras día a sus hijos, en asuntos del deber y del destino.
8. Las atarás.
Más tarde los judíos tomaron estas palabras en un sentido literal, y usaban filacterias en la cabeza y debajo del brazo izquierdo (ver com. Exo. 13: 9).
9. En tus puertas.
En algunos países orientales se acostumbra hoy día inscribir palabras de bendición y promesa por encima de las entradas de las casas. Los musulmanes y los hindúes hacen esto, como también los chinos, sobre todo en ocasión del año nuevo.
12. Cuídate.
Los vers. 10-12 debían constituir una advertencia para Israel cuando entrase en la tierra donde tendría abundancia de todo lo bueno. No debían preocuparse tanto por sus nuevas posesiones como para olvidar sus deberes hacia Dios. Cuando aumentan los bienes materiales, siempre existe la tendencia a olvidarse "de Jehová", mediante cuyo poder estas cosas fueron obtenidas (cap. 8: 18).
Casa de servidumbre.
Literalmente, "la casa de esclavos". Se hace referencia a Egipto, su anterior morada, bajo la figura de una "casa".
13. Jurarás.
Significa, obligarse a algo bajo juramento. Esta palabra tiene la misma raíz que el número siete. Se implica que, al "jurar", un hombre se obliga siete veces, entendiéndose que asume una obligación de lo cual nada puede librarlo.
14. Dioses ajenos.
Este mandato está íntimamente relacionado con el vers. 13. Ni siquiera debían mencionar el nombre de otros dioses (Exo. 23: 13; Jos. 23: 7; Jer. 5: 7).
15. Dios celoso.
Ver Exo. 20: 5; 34: 14; Deut. 4: 24. La raíz de esta palabra significa "sonrojarse muy intensamente", es decir, por causa de una profunda emoción tal como el amor, los celos o la ira. Por su naturaleza misma, Dios no puede ser de otra manera. ¿Cómo podría compartir con otros dioses el afecto de su pueblo? (2 Cor. 6: 14-17). La luz y la oscuridad no pueden existir juntas; para albergar oscuridad en el alma, se debe excluir la luz.
16. Tentaréis.
Literalmente, "probar", "poner a prueba". No tiene aquí el sentido moderno de incitar al pecado. Se usa la misma palabra para referirse a la forma en que Dios "prueba" a los hombres, a fin de ayudarles a desarrollar el carácter y fortalecer su fe y su lealtad hacia Dios (Gén. 22:1; Exo. 20: 20; Deut. 8: 2, 16; Dan. 1: 14). En Masah, el pueblo de Israel invirtió el procedimiento y en forma desafiante puso a prueba al Señor (Exo. 17: 2, 7). Cuando Satanás desafió a Cristo a que se arrojara desde el pináculo del templo, Cristo citó de Deut. 6: 16 (Mat. 4: 7). Si Cristo hubiese accedido a esa sugestión, hubiera demostrado presunción y no fe. La presunción es la falsificación de la fe.
18. Para que te vaya bien.
Cuando los deberes se cumplen lealmente, Dios puede otorgar bendiciones adicionales. Vez tras vez Moisés recalcó la necesidad de mantener una lealtad inmutable para con el Señor.
19. Tus enemigos.
Es decir, todos aquellos que se opusiesen a que los israelitas ocuparan la tierra de promisión. A causa de su negativa persistente de honrar al verdadero Dios, ellos se habían vuelto enemigos del Señor, y por lo tanto, enemigos de su pueblo escogido.
20. Cuando te preguntaré tu hijo.
Ver Exo. 13:14. Siempre fue el propósito de Dios que los padres asumiesen como primera obligación el instruir a sus hijos en cuanto a las responsabilidades que tenían hacia Dios.
23. Nos sacó de allá.
La liberación milagrosa de la esclavitud literal debía siempre recorre como evidencia del poder de Dios y de las exigencias que les imponía. La liberación de Egipto simboliza también la liberación del pecado (ver Rom. 6: 12-23; 8: 21).
24. Para que nos vaya bien.
Todo lo que Dios nos exige es para nuestro propio bien. Las restricciones que nos impone son para protegernos de los peligros espirituales que pueden no aparecer como tales. El pastor no construye un redil en torno a sus ovejas para impedir que se diviertan con los lobos, sino para preservarles la vida.
Nos conserve la vida.
Como nación, y también individualmente.
25. Tendremos justicia.
Literalmente, "la justicia nos será acreditada". Esto sugiere que cuando se cumple la voluntad revelada de Dios, con la fuerza que él imparte (Rom. 8: 3, 4; Gál. 2: 20), Dios acepta este esfuerzo como si la justicia fuese propia del hombre. El hombre es justificado solamente por la fe (Rom. 5: 1, pero "la fe sin obras es muerta" (Sant. 2: 20).
Las mismas palabras hebreas, en el mismo orden del cap. 5: 31.
2. Temas a Jehová.
La palabra hebrea "temer" significa "estar en pavor delante de", "reverenciar", "honrar" (ver com. cap. 4: 10).
3. Os multipliquéis.
Compárese la promesa de Dios hecha a los patriarcas (Gén. 12: 2; 17: 6; 22: 17, 18).
4. Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.
En notable contraste con las naciones circunvecinas que eran politeístas, los hebreos creían en el único Dios verdadero. Esta profesión de fe ha sido santo y seña de la raza hebrea durante más de 3.000 años (ver Mar. 12: 29). El apóstol Pablo afirma que la misma verdad es fundamental para el cristianismo (1 Cor. 8: 4-6; Efe. 4: 4-6).
Antes de descubrirse los Rollos del Mar Muerto, el más antiguo manuscrito hebreo existente de cualquier parte del AT era el Papiro Nash, del primer siglo AC, que contiene el Decálogo y Deut. 6: 4, 5.
5. Amarás.
La palabra hebrea traducida "amar" es un término general que también sugiere las ideas de "deseo", "afecto", "inclinación", como también la más íntima unión de dos almas. La relación del creyente con Dios se basa en el amor (1 Juan 4: 19), y el amor es el principio fundamental de su ley (Mar. 12: 29, 30). El amar perfectamente es obedecer de todo corazón (Juan 14: 15; 15: 10).
Tu corazón.
El cristianismo exige todo lo que el hombre es y tiene: su mente, sus afectos y su capacidad de acción (1 Tes. 5: 23). La palabra que aquí se traduce "corazón" se refiere en general a los motivos, los afectos, los sentimientos, los deseos y la voluntad. Es la fuente de acción y el centro del pensamiento y de los sentimientos (ver Exo. 31: 6; 36: 2; 2 Crón. 9: 23; Ecl. 2: 23). La palabra traducida "alma" indica el principio animador del hombre, o la vida, pero también incluye los apetitos y los deseos del cuerpo (Núm. 21: 5). En Prov. 23: 2, se traduce "apetito" y en Ecl. 6: 7, "deseo".
La palabra traducida "fuerzas" proviene de un verbo que significa "aumentar". El sustantivo, como aquí, significa "abundancia", y puede referirse a lo que un hombre pueda acumular durante esta vida.
7. Repetirás.
La palabra así traducida significa: "afilar", "aguzar" (ver Deut. 32: 41; Sal. 64: 3; 140: 3; Isa. 5: 28). Aquí se pide pues una repetición clara e incisiva. Los padres tienen la pesada responsabilidad de instruir día tras día a sus hijos, en asuntos del deber y del destino.
8. Las atarás.
Más tarde los judíos tomaron estas palabras en un sentido literal, y usaban filacterias en la cabeza y debajo del brazo izquierdo (ver com. Exo. 13: 9).
9. En tus puertas.
En algunos países orientales se acostumbra hoy día inscribir palabras de bendición y promesa por encima de las entradas de las casas. Los musulmanes y los hindúes hacen esto, como también los chinos, sobre todo en ocasión del año nuevo.
12. Cuídate.
Los vers. 10-12 debían constituir una advertencia para Israel cuando entrase en la tierra donde tendría abundancia de todo lo bueno. No debían preocuparse tanto por sus nuevas posesiones como para olvidar sus deberes hacia Dios. Cuando aumentan los bienes materiales, siempre existe la tendencia a olvidarse "de Jehová", mediante cuyo poder estas cosas fueron obtenidas (cap. 8: 18).
Casa de servidumbre.
Literalmente, "la casa de esclavos". Se hace referencia a Egipto, su anterior morada, bajo la figura de una "casa".
13. Jurarás.
Significa, obligarse a algo bajo juramento. Esta palabra tiene la misma raíz que el número siete. Se implica que, al "jurar", un hombre se obliga siete veces, entendiéndose que asume una obligación de lo cual nada puede librarlo.
14. Dioses ajenos.
Este mandato está íntimamente relacionado con el vers. 13. Ni siquiera debían mencionar el nombre de otros dioses (Exo. 23: 13; Jos. 23: 7; Jer. 5: 7).
15. Dios celoso.
Ver Exo. 20: 5; 34: 14; Deut. 4: 24. La raíz de esta palabra significa "sonrojarse muy intensamente", es decir, por causa de una profunda emoción tal como el amor, los celos o la ira. Por su naturaleza misma, Dios no puede ser de otra manera. ¿Cómo podría compartir con otros dioses el afecto de su pueblo? (2 Cor. 6: 14-17). La luz y la oscuridad no pueden existir juntas; para albergar oscuridad en el alma, se debe excluir la luz.
16. Tentaréis.
Literalmente, "probar", "poner a prueba". No tiene aquí el sentido moderno de incitar al pecado. Se usa la misma palabra para referirse a la forma en que Dios "prueba" a los hombres, a fin de ayudarles a desarrollar el carácter y fortalecer su fe y su lealtad hacia Dios (Gén. 22:1; Exo. 20: 20; Deut. 8: 2, 16; Dan. 1: 14). En Masah, el pueblo de Israel invirtió el procedimiento y en forma desafiante puso a prueba al Señor (Exo. 17: 2, 7). Cuando Satanás desafió a Cristo a que se arrojara desde el pináculo del templo, Cristo citó de Deut. 6: 16 (Mat. 4: 7). Si Cristo hubiese accedido a esa sugestión, hubiera demostrado presunción y no fe. La presunción es la falsificación de la fe.
18. Para que te vaya bien.
Cuando los deberes se cumplen lealmente, Dios puede otorgar bendiciones adicionales. Vez tras vez Moisés recalcó la necesidad de mantener una lealtad inmutable para con el Señor.
19. Tus enemigos.
Es decir, todos aquellos que se opusiesen a que los israelitas ocuparan la tierra de promisión. A causa de su negativa persistente de honrar al verdadero Dios, ellos se habían vuelto enemigos del Señor, y por lo tanto, enemigos de su pueblo escogido.
20. Cuando te preguntaré tu hijo.
Ver Exo. 13:14. Siempre fue el propósito de Dios que los padres asumiesen como primera obligación el instruir a sus hijos en cuanto a las responsabilidades que tenían hacia Dios.
23. Nos sacó de allá.
La liberación milagrosa de la esclavitud literal debía siempre recorre como evidencia del poder de Dios y de las exigencias que les imponía. La liberación de Egipto simboliza también la liberación del pecado (ver Rom. 6: 12-23; 8: 21).
24. Para que nos vaya bien.
Todo lo que Dios nos exige es para nuestro propio bien. Las restricciones que nos impone son para protegernos de los peligros espirituales que pueden no aparecer como tales. El pastor no construye un redil en torno a sus ovejas para impedir que se diviertan con los lobos, sino para preservarles la vida.
Nos conserve la vida.
Como nación, y también individualmente.
25. Tendremos justicia.
Literalmente, "la justicia nos será acreditada". Esto sugiere que cuando se cumple la voluntad revelada de Dios, con la fuerza que él imparte (Rom. 8: 3, 4; Gál. 2: 20), Dios acepta este esfuerzo como si la justicia fuese propia del hombre. El hombre es justificado solamente por la fe (Rom. 5: 1, pero "la fe sin obras es muerta" (Sant. 2: 20).
CBA T1
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