1. Hoy.
Estaba muy próximo el tiempo señalado para ocupar la tierra de Canaán. Israel debía prepararse para cruzar el Jordán en un futuro inmediato. Pero antes de ese cruce, Moisés moriría y lo llorarían durante un mes.
2. Pueblo.
Ver Núm. 13: 28, 32.
Anaceos.
Literalmente, "los de cuello largo". Aparentemente eran descendientes de Arba, fundador de Hebrón (Jos. 14: 15; 15: 13). Estaban esparcidos por el territorio montañoso de Judá (Núm. 13: 22, 28, 33).
Hijos de Anac.
Luego de la conquista de los israelitas, no quedaron anaceos en Judá, pero subsistió en Filistea un pequeño remanente (Jos. 11: 22; 2 Sam. 21: 16; 1 Crón. 20: 4). Se cree que Goliat era descendiente de los anaceos (Núm. 13: 33; Jos. 11: 22; 1 Sam. 17: 4).
3. Destruirá.
En hebreo se usa el pronombre personal "él" en forma enfática: "El los destruirá" , "él los humillará". La conquista de Canaán debía ser lograda por el poder de Dios: "Y tú los echarás, y los destruirás en seguida"." La gloria había de ser para Jehová y no para ellos (Jos. 3: 1-11; 11: 21-23).
4. Mi justicia.
Su mala conducta después de haber salido de Egipto había hecho evidente que no se les daba la tierra de Canaán porque la mereciesen (vers. 7-27).
Impiedad.
Cuando Abrahán moró en Canaán aún no había "llegado a su colmo la maldad del amorreo" (Gén. 15: 16). Durante los 215 años que pasaron en Canaán, Abrahán y sus descendientes fueron fieles testigos del verdadero Dios, para que los habitantes de la tierra tuviesen una oportunidad de enmendar su manera de actuar. No fue sino cuando las naciones de Canaán hubieron colmado irreversiblemente su copa de iniquidad y su tiempo de gracia hubo terminado cuando Dios los desalojó de su tierra (Lev. 18: 24-28; 1 Rey. 14: 23, 24; 21: 26).
5. Las arroja.
Originalmente Dios había dado la tierra de Canaán a los amorreos y a las otras tribus que los israelitas encontraron allí (Deut. 32: 8; Hech. 17: 26); pero, a causa de su mal proceder, perdieron el derecho de permanecer en ella. Si Israel imitaba la conducta de esas naciones, él también sería echado. Esto fue lo que finalmente ocurrió (Exo. 34: 24; Deut. 4: 38; 11: 23; Jos. 23: 5,9).
6. Duro de cerviz.
La palabra traducida "duro" " proviene de una raíz que significa "ser duro" o "ser pesado". En forma figurada significa "ser obstinado" o "ser testarudo". Una cerviz "dura" es un cuello que se ha endurecido (2 Rey. 17: 14; Neh. 9: 16, 17, 29; Prov. 29: 1). Se usa la misma palabra para referirse al "endurecimiento" del corazón de Faraón (Exo. 7: 3). Dios le ruega a su pueblo que no endurezca su corazón (Sal. 95: 8). Sin embargo, esto mismo fue lo que hicieron frecuentemente (Exo. 32: 9; 33: 3, 5; 34: 9; ver com. Exo. 4: 21).
7. Rebeldes.
A la menor provocación imaginaria, los israelitas se levantaban contra Dios, de tal manera que Moisés los llamó "rebeldes" (Núm. 20: 10).
8. En Horeb.
La rebelión en el monte Sinaí fue más censurable puesto que muy poco tiempo antes habían recibido evidencias impresionantes de parte de Dios (Exo. 32: 7, 8). Se rebelaron en la misma presencia de Dios.
9.
Cuando yo subí.
Ver Exo. 24: 18; 34: 28.
Sin comer pan ni beber agua.
En el Exodo no se menciona que Moisés hubiera ayunado durante su primera estada de 40 días y 40 noches en el Sinaí, pero sí aparece dicha mención con relación a la segunda ascensión (Exo. 34: 28). Puesto que tiende a aclarar la visión espiritual, el ayuno comúnmente acompañaba los períodos dedicados a la meditación sobre temas sagrados.
10. Tablas de piedra.
Ver también Exo. 31: 18; 32: 15, 16.
El día de la asamblea.
Aquí se hace referencia a la notable ocasión cuando Israel se reunió para oír a Dios proclamar su santa ley (caps. 10: 4; 18: 16).
14. Los destruya.
Cuando los israelitas se apartaron intencionalmente de la voluntad revelada de Dios, quedaron sin excusa delante de él y ya no merecieron su indulgencia. El pecado deliberado y premeditado puede hacer terminar repentinamente el tiempo de gracia. A fin de evitar la hora del juicio debe haber un nuevo comienzo, una reforma genuina (Exo. 32: 10).
16. Un becerro de fundición.
Ver Exo. 32: 19.
Apartándoos.
Tan sólo unas pocas semanas antes se le había ordenado al pueblo que no hiciera ninguna imagen (Exo. 20: 4) y ellos habían prometido obedecer (Exo. 24: 3).
17. Las quebré.
Las tablas de piedra quebradas simbolizaban la ley quebrantada y el pacto roto (Exo. 32: 19). Dios cortó relaciones con Israel, y quedó anulado y sin valor el pacto, que había sido ratificado un mes antes. Israel fue readmitido al favor divino solamente por causa de la intercesión de Moisés, pero en forma condicional y a modo de prueba (Exo, 32: 10-14, 32-34).
18. Me postré.
En intercesión en favor del pueblo. En los países orientales, aún hoy, es necesario postrarse para indicar completa sumisión.
Como antes.
Es decir, como en los primeros 40 días y 40 noches. Esto ocurrió a la mañana siguiente de haber deshecho el becerro de oro (Exo. 32: 30-32).
Vuestro pecado.
En tres ocasiones anteriores había habido grave desobediencia de parte de Israel: en Mara (Exo. 15: 23), en el desierto de Sin (Exo. 16: 2, 3), y en Masah (Exo. 17: 2-7).
20. Aarón.
Aarón consideró que Moisés había sido demasiado severo con el pueblo; pensó que se debía actuar en forma más conciliatoria accediendo en parte a sus deseos. Pero tal transigencia con el pecado era funesta. No es de sorprenderse que Dios hubiera estado listo a destruirlo; su culpa era mayor que la del pueblo. No se dice por qué motivo Dios no lo hizo. El hecho de que se le permitiera vivir y llegar a ser sumo sacerdote, atestigua de la misericordia y la paciencia de Dios.
21. Lo quemé.
Según se registra en Exo. 32: 20. Supuestamente el becerro había salido del fuego (vers. 24); por lo tanto, fue entregado de nuevo a las llamas.
El arroyo.
Es decir, la corriente de agua que fluía de la roca en Horeb, la cual Moisés había golpeado con su vara (Exo. 17: 6), de la cual se abastecían de agua.
22. Tabera.
Ver Núm. 11: 1-3.
Masah.
Ver Exo. 17: 2-7.
Kibrot-hataava.
Ver Núm. 11: 4-34.
23. Cades-barnea.
Ver Núm. 13 y 14.
27. Acuérdate de tus siervos.
Aquí Moisés apela a las promesas del pacto como razón para no desechar a Israel, a pesar de su perversidad (ver Exo. 32: 13).
28. No pudo.
Ver com. Exo. 32: 12.
CBA T1
Estaba muy próximo el tiempo señalado para ocupar la tierra de Canaán. Israel debía prepararse para cruzar el Jordán en un futuro inmediato. Pero antes de ese cruce, Moisés moriría y lo llorarían durante un mes.
2. Pueblo.
Ver Núm. 13: 28, 32.
Anaceos.
Literalmente, "los de cuello largo". Aparentemente eran descendientes de Arba, fundador de Hebrón (Jos. 14: 15; 15: 13). Estaban esparcidos por el territorio montañoso de Judá (Núm. 13: 22, 28, 33).
Hijos de Anac.
Luego de la conquista de los israelitas, no quedaron anaceos en Judá, pero subsistió en Filistea un pequeño remanente (Jos. 11: 22; 2 Sam. 21: 16; 1 Crón. 20: 4). Se cree que Goliat era descendiente de los anaceos (Núm. 13: 33; Jos. 11: 22; 1 Sam. 17: 4).
3. Destruirá.
En hebreo se usa el pronombre personal "él" en forma enfática: "El los destruirá" , "él los humillará". La conquista de Canaán debía ser lograda por el poder de Dios: "Y tú los echarás, y los destruirás en seguida"." La gloria había de ser para Jehová y no para ellos (Jos. 3: 1-11; 11: 21-23).
4. Mi justicia.
Su mala conducta después de haber salido de Egipto había hecho evidente que no se les daba la tierra de Canaán porque la mereciesen (vers. 7-27).
Impiedad.
Cuando Abrahán moró en Canaán aún no había "llegado a su colmo la maldad del amorreo" (Gén. 15: 16). Durante los 215 años que pasaron en Canaán, Abrahán y sus descendientes fueron fieles testigos del verdadero Dios, para que los habitantes de la tierra tuviesen una oportunidad de enmendar su manera de actuar. No fue sino cuando las naciones de Canaán hubieron colmado irreversiblemente su copa de iniquidad y su tiempo de gracia hubo terminado cuando Dios los desalojó de su tierra (Lev. 18: 24-28; 1 Rey. 14: 23, 24; 21: 26).
5. Las arroja.
Originalmente Dios había dado la tierra de Canaán a los amorreos y a las otras tribus que los israelitas encontraron allí (Deut. 32: 8; Hech. 17: 26); pero, a causa de su mal proceder, perdieron el derecho de permanecer en ella. Si Israel imitaba la conducta de esas naciones, él también sería echado. Esto fue lo que finalmente ocurrió (Exo. 34: 24; Deut. 4: 38; 11: 23; Jos. 23: 5,9).
6. Duro de cerviz.
La palabra traducida "duro" " proviene de una raíz que significa "ser duro" o "ser pesado". En forma figurada significa "ser obstinado" o "ser testarudo". Una cerviz "dura" es un cuello que se ha endurecido (2 Rey. 17: 14; Neh. 9: 16, 17, 29; Prov. 29: 1). Se usa la misma palabra para referirse al "endurecimiento" del corazón de Faraón (Exo. 7: 3). Dios le ruega a su pueblo que no endurezca su corazón (Sal. 95: 8). Sin embargo, esto mismo fue lo que hicieron frecuentemente (Exo. 32: 9; 33: 3, 5; 34: 9; ver com. Exo. 4: 21).
7. Rebeldes.
A la menor provocación imaginaria, los israelitas se levantaban contra Dios, de tal manera que Moisés los llamó "rebeldes" (Núm. 20: 10).
8. En Horeb.
La rebelión en el monte Sinaí fue más censurable puesto que muy poco tiempo antes habían recibido evidencias impresionantes de parte de Dios (Exo. 32: 7, 8). Se rebelaron en la misma presencia de Dios.
9.
Cuando yo subí.
Ver Exo. 24: 18; 34: 28.
Sin comer pan ni beber agua.
En el Exodo no se menciona que Moisés hubiera ayunado durante su primera estada de 40 días y 40 noches en el Sinaí, pero sí aparece dicha mención con relación a la segunda ascensión (Exo. 34: 28). Puesto que tiende a aclarar la visión espiritual, el ayuno comúnmente acompañaba los períodos dedicados a la meditación sobre temas sagrados.
10. Tablas de piedra.
Ver también Exo. 31: 18; 32: 15, 16.
El día de la asamblea.
Aquí se hace referencia a la notable ocasión cuando Israel se reunió para oír a Dios proclamar su santa ley (caps. 10: 4; 18: 16).
14. Los destruya.
Cuando los israelitas se apartaron intencionalmente de la voluntad revelada de Dios, quedaron sin excusa delante de él y ya no merecieron su indulgencia. El pecado deliberado y premeditado puede hacer terminar repentinamente el tiempo de gracia. A fin de evitar la hora del juicio debe haber un nuevo comienzo, una reforma genuina (Exo. 32: 10).
16. Un becerro de fundición.
Ver Exo. 32: 19.
Apartándoos.
Tan sólo unas pocas semanas antes se le había ordenado al pueblo que no hiciera ninguna imagen (Exo. 20: 4) y ellos habían prometido obedecer (Exo. 24: 3).
17. Las quebré.
Las tablas de piedra quebradas simbolizaban la ley quebrantada y el pacto roto (Exo. 32: 19). Dios cortó relaciones con Israel, y quedó anulado y sin valor el pacto, que había sido ratificado un mes antes. Israel fue readmitido al favor divino solamente por causa de la intercesión de Moisés, pero en forma condicional y a modo de prueba (Exo, 32: 10-14, 32-34).
18. Me postré.
En intercesión en favor del pueblo. En los países orientales, aún hoy, es necesario postrarse para indicar completa sumisión.
Como antes.
Es decir, como en los primeros 40 días y 40 noches. Esto ocurrió a la mañana siguiente de haber deshecho el becerro de oro (Exo. 32: 30-32).
Vuestro pecado.
En tres ocasiones anteriores había habido grave desobediencia de parte de Israel: en Mara (Exo. 15: 23), en el desierto de Sin (Exo. 16: 2, 3), y en Masah (Exo. 17: 2-7).
20. Aarón.
Aarón consideró que Moisés había sido demasiado severo con el pueblo; pensó que se debía actuar en forma más conciliatoria accediendo en parte a sus deseos. Pero tal transigencia con el pecado era funesta. No es de sorprenderse que Dios hubiera estado listo a destruirlo; su culpa era mayor que la del pueblo. No se dice por qué motivo Dios no lo hizo. El hecho de que se le permitiera vivir y llegar a ser sumo sacerdote, atestigua de la misericordia y la paciencia de Dios.
21. Lo quemé.
Según se registra en Exo. 32: 20. Supuestamente el becerro había salido del fuego (vers. 24); por lo tanto, fue entregado de nuevo a las llamas.
El arroyo.
Es decir, la corriente de agua que fluía de la roca en Horeb, la cual Moisés había golpeado con su vara (Exo. 17: 6), de la cual se abastecían de agua.
22. Tabera.
Ver Núm. 11: 1-3.
Masah.
Ver Exo. 17: 2-7.
Kibrot-hataava.
Ver Núm. 11: 4-34.
23. Cades-barnea.
Ver Núm. 13 y 14.
27. Acuérdate de tus siervos.
Aquí Moisés apela a las promesas del pacto como razón para no desechar a Israel, a pesar de su perversidad (ver Exo. 32: 13).
28. No pudo.
Ver com. Exo. 32: 12.
CBA T1

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