1. Pleito.
La palabra así traducida viene de la raíz "agitar", "reñir ruidosamente", "gritar" (ver Gén. 26: 22; Job 9: 3; Prov. 25: 9). La forma sustantivada, como aparece aquí, se usa también en Gén. 13: 7; Job 31: 13.
Absolverán al justo.
Literalmente, "harán que el justo sea justo". El que hubiera sido falsamente acusado debía ser exculpado y absuelto. La palabra aquí traducida "justo" se emplea también para referirse a la justicia del pecador justificado ante Dios. Aquí se la usa en el sentido legal de declarar absuelto a un hombre (ver Exo. 22: 9; 2 Sam. 15: 4; Sal. 94: 21; Prov. 17: 15; Isa. 5: 23). Los tribunales fueron establecidos por orden divina.
Condenarán al culpable.
Tanto la palabra "condenarán" como "culpable" tienen una misma raíz. Literalmente, "hacer que sean ajustados los anormales [los no regulados]". 1054
La raíz árabe similar significa "ser suelto" (de los miembros), y por lo tanto "mal ajustado", o "descoyuntado". Debía hacerse un intento por rehabilitar y ajustar, y no castigar en el sentido punitivo.
2. En su presencia.
Es decir, ante el tribunal, ante los testigos y los jueces. Debía hacérselo acostar para recibir el número de azotes prescrito por el juez. El castigo corporal solía ser administrado con un palo (2 Sam. 7: 14), aunque algunas veces se usaba una rama espinosa (Juec. 8: 7, 16), o también un látigo (1 Rey. 12: 11, 14). Es posible que los "escorpiones" de 1 Rey. 12: 11, 14 hubieran sido látigos de cuero con pedacitos afilados de madera o metal en sus puntas.
3. Cuarenta azotes.
Compárese con el caso de Pablo (2 Cor. 11: 24). Posteriormente los judíos fijaron en 39 el número máximo de azotes, para evitar que inadvertidamente administraran más de 40 azotes.
Envilecido.
El castigo indebidamente severo haría que se resintiera la persona castigada y que pensara que había sido tratada injustamente. Un azote más de los 40 sería considerado injusto. Cuando se administraba el castigo en la sinagoga, era costumbre leer pasajes tales como Deut. 28: 58, 59 mientras se azotaba al culpable, en presencia de los testigos.
4. Buey.
Desde tiempos antiguos se acostumbró usar bueyes para trillar el cereal. Aun hoy en muchos lugares se usan animales para trillar los cereales. Se les pone bozal a fin de evitar que coman del grano que están trillando. El precepto mosaico prohibía esto; protegía al buey del mal trato y tenía como propósito inculcar la bondad -característica poco común entre los paganos. Nótese esta idea en Prov. 12: 10. El apóstol Pablo encontró en Deut. 25: 4 la prueba de que el ministerio debía recibir un salario apropiado y adecuado, en armonía con la sagrada dignidad de su cargo (ver 1 Cor. 9: 9; 1 Tim. 5: 18; cf. Mat. 10: 10). El servicio fiel, ya sea de parte de hombres o de animales, merece generoso reconocimiento.
5.
Hará con ella parentesco.
Literalmente, cumplirá con ella su deber de "cuñado". "Ejercerá su levirato" (BJ). El propósito de tal matrimonio era proporcionar un sucesor al muerto (ver com. Gén. 38: 8; Mat. 22: 25). El primer hijo de tal matrimonio, comúnmente llamado matrimonio de levirato, debía ser heredero del hermano fallecido a fin de perpetuar su nombre y su patrimonio. Públicamente era ignominioso que un hermano se negase a cumplir este deber. Esta costumbre era común entre muchas naciones de la antigüedad, aunque con pequeñas variantes. Todavía se practica el levirato entre los descendientes de algunos de los antiguos pueblos de la India. El ejemplo bíblico más conocido de la práctica del principio del levirato es el caso de Rut la moabita (Rut 1: 22; 2: 1 a 4: 17).
6. El nombre de éste.
Compárese con Núm. 27:4; Rut 4: 5. En todas las épocas los hombres han valorado la perpetuación del nombre familiar. En algunos países orientales aún se cree que no puede acontecer peor calamidad que la muerte de un hombre sin un heredero varón.
7. A los ancianos.
Con referencia a la autoridad de los ancianos en la puerta ver Deut. 21: 19; 22: 15; Rut 4: 1. La ley no le exigía al hermano que se casara con la viuda si éste se creía incapaz de amarla. Pero, en el caso de que rehusara casarse con ella, la mujer podía acusarlo delante de los ancianos.
Emparentar conmigo.
Es decir, cumplir con el levirato, o deber del hermano del esposo muerto.
8. Los ancianos.
Estos eran los dirigentes de la ciudad que debían tratar con el hombre. Sin duda conocían plenamente sus circunstancias y podían informarse mejor aún. Los "ancianos" eran tenidos en gran respeto y ejercían una considerable autoridad.
9. Le quitará el calzado.
Literalmente, "sandalia". La tradición judía indica que se trataba del zapato derecho. La acción descrita en este pasaje era considerada como algo indigno pues el dejar de cumplir la ley del levirato (ver com. vers. 5) se consideraba como señal de egoísmo (Rut 4: 6). La acción de colocar el pie calzado sobre una propiedad simbolizaba el desdén con que se la consideraba, o bien, que se ejercía el patrimonio legal sobre ella (Sal. 60: 8; 108: 9). Al contrario, si la viuda del hermano le quitaba el zapato al hombre, proclamaba la indignidad de él. El cuñado rehusaba hacer lo que se esperaba de él. Compárese esto con Cant. 7: 1, donde se presenta la figura de un pie calzado como símbolo de lo bello y deseable. Se consideraba que el andar descalzo era símbolo de degradación (2 Sam. 15: 30; Isa. 20: 2, 4) o humildad (Exo. 3: 5; Jos. 5: 15). 1055 Le escupirá en el rostro. "A la cara" (BJ). Los comentadores judíos generalmente interpretan que se escupía en el suelo "frente a su cara". Esto parece razonable, por cuanto la preposición no es "sobre" , sino "cerca de" " o "delante de" " (Deut. 11: 25; Jos. 10: 8). Se consideraba humillante que a una persona le escupiesen delante del rostro (Núm. 12: 14). Este verbo aparece tres veces en la Biblia hebrea.
Así será hecho.
Los únicos exceptuados eran el sumo sacerdote, que no estaba sujeto a la ley del levirato (Lev. 21: 13, 14), los hermanos que viviesen a mucha distancia uno del otro, y los hombres de edad.
11. Si algunos riñeren.
En Exo. 21: 22 se menciona un tipo de riña y la compensación que debía recibir una mujer embarazada que resultara herida por esa riña. En este caso es el hombre quien recibe protección legal. Algunos comentadores han sugerido que esto se refiere a la viuda de los vers. 5-10, quien toma a su cuñado para obligarlo a casarse con ella. Si tal fuese la aplicación, esta ley prohibiría a la mujer pasarse de los límites de la decencia. Sin embargo, el contexto parece dejar en claro que se trataba de una riña personal, en la cual la esposa de uno de los hombres procuraba ayudar a su esposo. La palabra aquí traducida " "reñir" se debería traducir "luchar" . La misma palabra aparece en Exo. 2:13; 21: 22; Lev. 24: 10; 2 Sam. 14: 6.
12. Le cortarás entonces la mano.
Este castigo no debía aplicarlo el hombre a quien ella tomara, porque habría quedado incapacitado, o tal vez aun lesionado en forma permanente. El presentaba su queja ante los jueces. Esta ley se deriva del principio expuesto en Exo. 21: 24. Algunos comentadores judíos rechazan la idea de que esto debiera tomarse literalmente. Posteriormente, los rabinos cambiaron la sentencia, aplicando una fuerte multa en lugar de cortar la mano.
13. Pesa grande y pesa chica.
La pesa chica para vender y la grande para comprar. Dice literalmente, "piedra y piedra, grande y pequeña". Las antiguas pesas hebreas se hacían generalmente de piedra. Amós 8: 5 indica que este tipo de trampa no era rara entre los judíos. Nótese en Prov. 20: 23 la afirmación de que las pesas falsas son "abominación" a Jehová, mientras que las pesas justas "son de Jehová" (Prov. 16: 11). El profeta Miqueas hace una declaración similar en cuanto al desagrado de Dios por las pesas falsas (Miq. 6: 11). Dios desea que prevalezcan en su pueblo los principios de justicia y equidad. Los que sirven a Dios no engañarán a sus semejantes.
15. Pesa exacta y justa.
Ver Lev. 19: 35, 36. En los negocios es difícil resistir siempre la tentación de lograr ganancias fáciles. Se dice que la honradez es la política más sana. Pero la conducta seguida por algunos comerciantes es tan cruel como la ley de la selva. Debe admitirse que tales transacciones con frecuencia han reportado enormes riquezas a algunos, y aun alta estima en la sociedad. Pero, sin honradez nunca puede haber paz mental ni conciencia limpia delante de Dios.
17. Amalec.
Se refiere aquí a la hostilidad de los amalecitas contra Israel cuando éstos salían de Egipto (Exo. 17: 8-16). Es cierto que al escribirse el libro de Deuteronomio los amalecitas ya no constituían un peligro para los israelitas, pero Jehová no había olvidado el daño que le habían hecho a su pueblo.
18. Te desbarató la retaguardia.
Esto refleja cobardía y crueldad (ver Exo. 17: 8-13).
No tuvo ningún temor de Dios.
He aquí la razón de su mal proceder. La indiferencia ante los principios rectos no puede proporcionar un fundamento sólido sobre el cual construir bondad y amor para con el prójimo.
19. Borrarás.
El Señor es Dios de amor y de justicia. La primera orden de destruir a los amalecitas como nación fue dirigida a Josué (Exo. 17: 14), pero el verdadero castigo de este pueblo, que ya había colmado la copa de la iniquidad, fue llevada a cabo en etapas. Barac y Gedeón (Juec. 5: 14; 6: 3; 7: 12), Sáúl y Samuel (1 Sam. 15: 1-9), y David (1 Sam. 27: 8, 9; 30-1, 17) participaron en la ejecución del decreto contra ellos. Y finalmente los hijos de Simeón completaron la tarea (1 Crón. 4: 42, 43).
CBA T1
La palabra así traducida viene de la raíz "agitar", "reñir ruidosamente", "gritar" (ver Gén. 26: 22; Job 9: 3; Prov. 25: 9). La forma sustantivada, como aparece aquí, se usa también en Gén. 13: 7; Job 31: 13.
Absolverán al justo.
Literalmente, "harán que el justo sea justo". El que hubiera sido falsamente acusado debía ser exculpado y absuelto. La palabra aquí traducida "justo" se emplea también para referirse a la justicia del pecador justificado ante Dios. Aquí se la usa en el sentido legal de declarar absuelto a un hombre (ver Exo. 22: 9; 2 Sam. 15: 4; Sal. 94: 21; Prov. 17: 15; Isa. 5: 23). Los tribunales fueron establecidos por orden divina.
Condenarán al culpable.
Tanto la palabra "condenarán" como "culpable" tienen una misma raíz. Literalmente, "hacer que sean ajustados los anormales [los no regulados]". 1054
La raíz árabe similar significa "ser suelto" (de los miembros), y por lo tanto "mal ajustado", o "descoyuntado". Debía hacerse un intento por rehabilitar y ajustar, y no castigar en el sentido punitivo.
2. En su presencia.
Es decir, ante el tribunal, ante los testigos y los jueces. Debía hacérselo acostar para recibir el número de azotes prescrito por el juez. El castigo corporal solía ser administrado con un palo (2 Sam. 7: 14), aunque algunas veces se usaba una rama espinosa (Juec. 8: 7, 16), o también un látigo (1 Rey. 12: 11, 14). Es posible que los "escorpiones" de 1 Rey. 12: 11, 14 hubieran sido látigos de cuero con pedacitos afilados de madera o metal en sus puntas.
3. Cuarenta azotes.
Compárese con el caso de Pablo (2 Cor. 11: 24). Posteriormente los judíos fijaron en 39 el número máximo de azotes, para evitar que inadvertidamente administraran más de 40 azotes.
Envilecido.
El castigo indebidamente severo haría que se resintiera la persona castigada y que pensara que había sido tratada injustamente. Un azote más de los 40 sería considerado injusto. Cuando se administraba el castigo en la sinagoga, era costumbre leer pasajes tales como Deut. 28: 58, 59 mientras se azotaba al culpable, en presencia de los testigos.
4. Buey.
Desde tiempos antiguos se acostumbró usar bueyes para trillar el cereal. Aun hoy en muchos lugares se usan animales para trillar los cereales. Se les pone bozal a fin de evitar que coman del grano que están trillando. El precepto mosaico prohibía esto; protegía al buey del mal trato y tenía como propósito inculcar la bondad -característica poco común entre los paganos. Nótese esta idea en Prov. 12: 10. El apóstol Pablo encontró en Deut. 25: 4 la prueba de que el ministerio debía recibir un salario apropiado y adecuado, en armonía con la sagrada dignidad de su cargo (ver 1 Cor. 9: 9; 1 Tim. 5: 18; cf. Mat. 10: 10). El servicio fiel, ya sea de parte de hombres o de animales, merece generoso reconocimiento.
5.
Hará con ella parentesco.
Literalmente, cumplirá con ella su deber de "cuñado". "Ejercerá su levirato" (BJ). El propósito de tal matrimonio era proporcionar un sucesor al muerto (ver com. Gén. 38: 8; Mat. 22: 25). El primer hijo de tal matrimonio, comúnmente llamado matrimonio de levirato, debía ser heredero del hermano fallecido a fin de perpetuar su nombre y su patrimonio. Públicamente era ignominioso que un hermano se negase a cumplir este deber. Esta costumbre era común entre muchas naciones de la antigüedad, aunque con pequeñas variantes. Todavía se practica el levirato entre los descendientes de algunos de los antiguos pueblos de la India. El ejemplo bíblico más conocido de la práctica del principio del levirato es el caso de Rut la moabita (Rut 1: 22; 2: 1 a 4: 17).
6. El nombre de éste.
Compárese con Núm. 27:4; Rut 4: 5. En todas las épocas los hombres han valorado la perpetuación del nombre familiar. En algunos países orientales aún se cree que no puede acontecer peor calamidad que la muerte de un hombre sin un heredero varón.
7. A los ancianos.
Con referencia a la autoridad de los ancianos en la puerta ver Deut. 21: 19; 22: 15; Rut 4: 1. La ley no le exigía al hermano que se casara con la viuda si éste se creía incapaz de amarla. Pero, en el caso de que rehusara casarse con ella, la mujer podía acusarlo delante de los ancianos.
Emparentar conmigo.
Es decir, cumplir con el levirato, o deber del hermano del esposo muerto.
8. Los ancianos.
Estos eran los dirigentes de la ciudad que debían tratar con el hombre. Sin duda conocían plenamente sus circunstancias y podían informarse mejor aún. Los "ancianos" eran tenidos en gran respeto y ejercían una considerable autoridad.
9. Le quitará el calzado.
Literalmente, "sandalia". La tradición judía indica que se trataba del zapato derecho. La acción descrita en este pasaje era considerada como algo indigno pues el dejar de cumplir la ley del levirato (ver com. vers. 5) se consideraba como señal de egoísmo (Rut 4: 6). La acción de colocar el pie calzado sobre una propiedad simbolizaba el desdén con que se la consideraba, o bien, que se ejercía el patrimonio legal sobre ella (Sal. 60: 8; 108: 9). Al contrario, si la viuda del hermano le quitaba el zapato al hombre, proclamaba la indignidad de él. El cuñado rehusaba hacer lo que se esperaba de él. Compárese esto con Cant. 7: 1, donde se presenta la figura de un pie calzado como símbolo de lo bello y deseable. Se consideraba que el andar descalzo era símbolo de degradación (2 Sam. 15: 30; Isa. 20: 2, 4) o humildad (Exo. 3: 5; Jos. 5: 15). 1055 Le escupirá en el rostro. "A la cara" (BJ). Los comentadores judíos generalmente interpretan que se escupía en el suelo "frente a su cara". Esto parece razonable, por cuanto la preposición no es "sobre" , sino "cerca de" " o "delante de" " (Deut. 11: 25; Jos. 10: 8). Se consideraba humillante que a una persona le escupiesen delante del rostro (Núm. 12: 14). Este verbo aparece tres veces en la Biblia hebrea.
Así será hecho.
Los únicos exceptuados eran el sumo sacerdote, que no estaba sujeto a la ley del levirato (Lev. 21: 13, 14), los hermanos que viviesen a mucha distancia uno del otro, y los hombres de edad.
11. Si algunos riñeren.
En Exo. 21: 22 se menciona un tipo de riña y la compensación que debía recibir una mujer embarazada que resultara herida por esa riña. En este caso es el hombre quien recibe protección legal. Algunos comentadores han sugerido que esto se refiere a la viuda de los vers. 5-10, quien toma a su cuñado para obligarlo a casarse con ella. Si tal fuese la aplicación, esta ley prohibiría a la mujer pasarse de los límites de la decencia. Sin embargo, el contexto parece dejar en claro que se trataba de una riña personal, en la cual la esposa de uno de los hombres procuraba ayudar a su esposo. La palabra aquí traducida " "reñir" se debería traducir "luchar" . La misma palabra aparece en Exo. 2:13; 21: 22; Lev. 24: 10; 2 Sam. 14: 6.
12. Le cortarás entonces la mano.
Este castigo no debía aplicarlo el hombre a quien ella tomara, porque habría quedado incapacitado, o tal vez aun lesionado en forma permanente. El presentaba su queja ante los jueces. Esta ley se deriva del principio expuesto en Exo. 21: 24. Algunos comentadores judíos rechazan la idea de que esto debiera tomarse literalmente. Posteriormente, los rabinos cambiaron la sentencia, aplicando una fuerte multa en lugar de cortar la mano.
13. Pesa grande y pesa chica.
La pesa chica para vender y la grande para comprar. Dice literalmente, "piedra y piedra, grande y pequeña". Las antiguas pesas hebreas se hacían generalmente de piedra. Amós 8: 5 indica que este tipo de trampa no era rara entre los judíos. Nótese en Prov. 20: 23 la afirmación de que las pesas falsas son "abominación" a Jehová, mientras que las pesas justas "son de Jehová" (Prov. 16: 11). El profeta Miqueas hace una declaración similar en cuanto al desagrado de Dios por las pesas falsas (Miq. 6: 11). Dios desea que prevalezcan en su pueblo los principios de justicia y equidad. Los que sirven a Dios no engañarán a sus semejantes.
15. Pesa exacta y justa.
Ver Lev. 19: 35, 36. En los negocios es difícil resistir siempre la tentación de lograr ganancias fáciles. Se dice que la honradez es la política más sana. Pero la conducta seguida por algunos comerciantes es tan cruel como la ley de la selva. Debe admitirse que tales transacciones con frecuencia han reportado enormes riquezas a algunos, y aun alta estima en la sociedad. Pero, sin honradez nunca puede haber paz mental ni conciencia limpia delante de Dios.
17. Amalec.
Se refiere aquí a la hostilidad de los amalecitas contra Israel cuando éstos salían de Egipto (Exo. 17: 8-16). Es cierto que al escribirse el libro de Deuteronomio los amalecitas ya no constituían un peligro para los israelitas, pero Jehová no había olvidado el daño que le habían hecho a su pueblo.
18. Te desbarató la retaguardia.
Esto refleja cobardía y crueldad (ver Exo. 17: 8-13).
No tuvo ningún temor de Dios.
He aquí la razón de su mal proceder. La indiferencia ante los principios rectos no puede proporcionar un fundamento sólido sobre el cual construir bondad y amor para con el prójimo.
19. Borrarás.
El Señor es Dios de amor y de justicia. La primera orden de destruir a los amalecitas como nación fue dirigida a Josué (Exo. 17: 14), pero el verdadero castigo de este pueblo, que ya había colmado la copa de la iniquidad, fue llevada a cabo en etapas. Barac y Gedeón (Juec. 5: 14; 6: 3; 7: 12), Sáúl y Samuel (1 Sam. 15: 1-9), y David (1 Sam. 27: 8, 9; 30-1, 17) participaron en la ejecución del decreto contra ellos. Y finalmente los hijos de Simeón completaron la tarea (1 Crón. 4: 42, 43).
CBA T1
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