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CBA - Josué Capítulo 21


CBA Josué Capítulo 21
1. Los jefes de los padres.
Personas principales de los descendientes de las tres ramas de la tribu de Leví; es decir, de las familias de Gersón, Coat y Merari, los tres hijos de Leví.

Levitas.
Esta tribu no recibió su porción hasta después de que todas las otras tribus recibieron las suyas. Era necesario demorar esta parte de la repartición hasta que la tierra estuviese dividida, a fin de que los levitas pudieran estar esparcidos en todo Israel y recibieran ciudades en las diversas tribus. Su pedido no era arbitrario, pues el Dios de Israel había ordenado que se hiciese provisión adecuada para los levitas (Núm. 35: 1, 2).

Del mismo modo Dios ha ordenado que los ministros de la iglesia cristiana reciban un sostén adecuado. " "Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio" " (1 Cor. 9: 14). Dios perpetuó el sistema de los diezmos y las ofrendas para mantener a los que hoy realizan su obra.

Eleazar.
Encabeza la lista de las personas a quienes los levitas presentaron su pedido. Dios había indicado a Josué que debía buscar consejo del sacerdote (Núm. 27: 21), quien a su vez recibiría consejo de Dios. Así el representante directo de Dios estaba en primer lugar. Toda la historia de este período muestra la estrecha relación existente entre Josué y el sacerdote. Por desgracia, en algunas ocasiones hasta Josué erró en esto, como en el caso de los gabaonitas (Jos. 9).

2. Ejidos.
De la raíz hebrea garash , que significa "echar", "perseguir". Seguida por la expresión "para nuestros ganados", la palabra indica lugares que podían servir como "campos de pastoreo" junto a la ciudad (ver com. cap. 14: 4).

3. Los hijos de Israel dieron.
Aparentemente la petición de los levitas fue concedida con alegría. Cada tribu dio ciudades de acuerdo con la extensión y el valor de su heredad, porque Dios había indicado (Núm. 35: 8) que la tribu que tuviese muchas ciudades diera muchas y la que tuviese pocas diera pocas. Este método puso a prueba la generosidad del pueblo. Por lo que se desprende de la lista de ciudades que fueron dadas, parecería que al menos buena parte de ellas estaban entre las mejores de la tierra.

Al hacer esta distribución se tuvo en cuenta el plan de Dios de que los levitas estuviesen esparcidos en todos los rincones de la tierra de Israel. Así los levitas habrían de estar en medio del pueblo para instruirlo en los caminos del Señor, tanto por palabra como por ejemplo. De este modo ayudarían a formar una barrera contra la idolatría.

4. La suerte cayó.
Es probable que cuando las diversas tribus designaron las 48 ciudades, se las hubiera dividido en cuatro porciones. Entonces se determinó a cuál de las cuatro familias de la tribu de Leví se daría cada una de esas porciones. En este caso se consideró a los coatitas como dos familias: los coatitas del linaje de Aarón, que eran sacerdotes, y los otros que no lo eran. La familia de Aarón, de la cual provenían los sacerdotes, recibió como suyas las 13 ciudades concedidas por las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. Dios dispuso que las ciudades que cayeron en suerte a los sacerdotes fueran las que estaban cerca de Jerusalén, porque con el correr del tiempo, ésa habría de llegar a ser la ciudad santa, donde se establecería el templo y donde se necesitarían los servicios de los sacerdotes.

El orden de la distribución fue similar al orden de la marcha en el desierto. En primer lugar estaban los sacerdotes, con Moisés y Aarón, quienes levantaron sus tiendas al este, junto a la entrada del tabernáculo. Los coatitas estaban al sur, y en la marcha llevaban los vasos sagrados. Los gersonitas estaban al occidente, y seguían a los coatitas llevando las cortinas y las diversas telas de la tienda y el tabernáculo. Los meraritas acampaban al norte, y en la marcha eran los últimos. Llevaban las tablas y las barras del tabernáculo.

Se desprende de la instrucción dada en Lev. 25: 32-34 y también del registro de la historia bíblica, que estas ciudades no fueron habitadas exclusivamente por levitas. Teniendo en cuenta el propósito de la distribución de los levitas, difícilmente hubiera podido ser ése el plan de Dios. Dios quería que los levitas estuviesen en medio de Israel y no aislados del pueblo al cual habían de guiar e instruir. Por lo tanto, las ciudades de los levitas fueron también habitadas por israelitas de otras tribus. Gabaón de Benjamín, concedida a los levitas (Jos. 21: 17), fue también poblada por benjamitas, como se deduce de la historia del levita cuya concubina fue cruelmente violada por ellos (Juec. 19). Saúl también vivió allí. David y sus cortesanos pasaron años en Hebrón, otra ciudad levítica. Probablemente se dio derecho a los levitas de tener tantas casas como necesitasen para vivir en esas ciudades. Si vendían, lo que aparentemente tenían derecho de hacer (Lev. 25: 32-34), poseían el derecho perpetuo de redimir la propiedad. Las otras viviendas estaban ocupadas por personas de la tribu a la cual pertenecía el territorio. Fuera de la ciudad estaban los campos de pastoreo para los ganados que se extendían hasta 2.000 codos (1.000 m) más allá de los límites de la ciudad. Esta tierra era para el uso de los levitas pero no podían venderla. Debía considerarse permanentemente como propiedad del Señor.

Existen registros posteriores de que los sacerdotes y levitas vivieron en otras ciudades, como por ejemplo, Nob (1 Sam. 21: 1). Es evidente que con el correr del tiempo el plan original sufrió modificaciones.

Trece ciudades.
Puede parecer un gran número de ciudades para los hijos de Aarón, pero debe tenerse en cuenta que esas ciudades quizá no fueron habitadas exclusivamente 283 por los sacerdotes y que no todas las ciudades enumeradas habían sido ya tomadas a los cananeos.

5. Los otros hijos de Coat.
Es decir, los que no eran de la familia de Aarón. Estos recibieron ciudades en los territorios de Efraín, Dan y Manasés. El territorio de estas tribus estaba cerca del territorio de las tribus donde habían recibido su heredad los levitas de la familia de Aarón. Así no había gran distancia entre las dos ramas de la familia de los coatitas.

6. Hijos de Gersón.
Gersón era el hijo mayor de Leví (Exo. 6: 16; Núm. 3: 17), pero se designó en primer lugar la heredad de los hijos de Coat, quizá porque los sacerdotes eran descendientes de Coat. Los gersonitas recibieron 13 ciudades mientras que los coatitas, que eran más, recibieron 23.

7. Hijos de Merari.
Merari era el hijo menor de Leví, y su familia fue la última en recibir sus ciudades. Sus descendientes eran pocos y no recibieron sino 12 ciudades, de las cuales 8 estaban al este del Jordán.

8. Dieron ... por suertes.
Tanto en el hebreo como en el griego de la LXX la palabra que se traduce "por suertes" aparece al final del versículo, casi como si modificase a la forma verbal, "había mandado". Pero es evidente que ése no puede ser el sentido correcto de tal construcción. La RVR y la BJ traducen correctamente, aplicando esta frase a la inflexión verbal "dieron" . El Señor mandó a Moisés que la distribución de las ciudades fuere hecha por sorteo.

9. De Judá, y de ... Simeón.
Es interesante notar que, exceptuando a Aín (vers. 16), todas las ciudades de los sacerdotes quedaban dentro de lo que posteriormente fue territorio de Judá (1 Rey. 12), cuya capital fue Jerusalén, la ciudad escogida por el Señor entre todas las tribus de Israel para poner allí su nombre. Aunque los levitas del reino del norte abandonaron sus ciudades y sus ejidos cuando ocurrió la rebelión de Jeroboam (2 Crón. 11: 14), y pasaron a Judá, fue beneficioso el hecho de que todos los sacerdotes, menos la insignificante excepción ya notada de antemano, estaban establecidos allí.

Estas ciudades.
La lista de las ciudades levíticas aparece en este capítulo y, con algunas variantes y omisiones, también en 1 Crón. 6: 54-81. Para entonces muchos años habían transcurrido y algunas de las ciudades posiblemente se conocían por otros nombres.

También pueden haber ocurrido en el intervalo algunos cambios debido a variaciones en la situación política.

11. Quiriat-arba.
Ver com. cap. 14: 15.

12. El campo.
Evidentemente se refiere al campo que estaba más allá de los 2.000 codos indicados en Núm. 35: 5. Aparentemente estas instrucciones no eran solamente para Hebrón, sino simplemente como un ejemplo de la regla general que debía seguirse en todas las ciudades.

13.Libna.
Ver com. cap. 10: 29.

15. Debir.
Ver com. cap. 10: 38.

16. Bet-semes.
Ver com. cap. 15: 10.

17. Gabaón.
Ver com. cap. 9: 3.

Geba.
Ver com. cap. 18: 24.

18. Anatot.
Conocida posteriormente como lugar del nacimiento de Jeremías (Jer. 1: 1; 11: 21). El nombre moderno del lugar es Râs el-Kharrûbeh y se encuentra a 2 km al noreste de Jerusalén y un poco al sur de Gabaa. En tiempos de Jeremías era aún ciudad de sacerdotes (Jer. 1: 1). Fue también la cuna de Abiatar, y el lugar adonde éste había sido exiliado por haber participado en la revuelta de Adonías (1 Rey. 2: 26).

21. Siquem.
Ver com. cap. 20: 7.

Gezer.
Ver com. cap. 10: 33.

22. Bet-horón.
Ver com. cap. 10: 10.

23. Gibetón.
Ver com. cap. 19: 44.

24. Ajalón.
Ver com. caps. 10: 12 y 1l9: 42.

25. Taanac.
Ver com. caps. 12: 21 y 17: 11.

29. Jarmut.
Ver com. cap. 10: 3.

En-ganim.
Ver com. cap. 19: 21.

32. Cedes.
Ver com. caps. 12: 22 y 19: 37.

34. Jocneam.
Ver com. cap. 12: 22.

35. Naalal.
Ver com. cap. 19: 15.

36. Beser.
Ver com. cap. 20: 8.

38. Ramot.
Ver com. cap. 20: 8.

Mahanaim.
Ver com. cap. 13: 26.

39. Hesbón.
Capital de Sehón, el rey de los amorreos que luchó contra los israelitas cuando éstos salían al este del mar Muerto al venir de Egipto, y fue vencido por ellos. El nombre sobrevive en Tell Hesbân , a 25,5 km al este-noreste de la desembocadura del río Jordán, a 20,5 km al suroeste de Rabat-amón (Ammán).

Jazer.
Ver com. cap. 13: 25.

41. Cuarenta y ocho ciudades.
En el censo de Israel registrado en Núm. 26: 62 figuran 23.000 levitas. Algunos han pensado que proporcionalmente los levitas recibieron más que cualquier otra tribu. Sin embargo, debe 284 recordarse que es probable que no todas las ciudades de las otras tribus hubieran figurado en sus listas. Además, dificilmente vivían sólo ellos en sus ciudades. Los levitas no tenían más que estas 48 ciudades con unos centenares de hectáreas de campos de pastoreo en torno de ellas. Los otros tenían grandes extensiones de tierra además de sus ciudades.

Se ha sugerido que cada una de las cuatro divisiones de la casa de Leví se transformó en un vínculo para unir a 3 de las 12 tribus. En el caso de los gersonitas, se unen los dos lados del Jordán, dos tribus al oeste del Jordán y una al este. Los meraritas sirvieron para vincular a dos tribus al este del Jordán con una tribu del oeste, y el sudeste del territorio israelita con el norte. Así todos estuvieron unidos para que juntos pudieran crecer en Dios. Los levitas estaban divididos en Israel, pero en esa división llegaron a ser un vínculo de unión que juntaba las tribus de Israel y unía a todas con su Dios.

Cuando no estaban ocupados en la tarea de realizar los ritos religiosos, los levitas eran los maestros de los jóvenes, los lectores, copistas y expositores de la ley, los analistas y cronistas que conservaban el recuerdo de grandes acontecimientos y de distinguidos personajes. Ellos debían hacer que la religión formase parte de la vida diaria, ayudándose entre sí y también a sus vecinos a fin de que comprendieran lo que no podía verse y alcanzaran la norma del pueblo peculiar de Dios.

42. Estas ciudades.
A continuación del vers.42, y antes del 43, la LXX añade lo siguiente: " "Y Josué cesó de dividir la tierra según sus fronteras: y los hijos de Israel dieron una porción a Josué debido a la orden del Señor. Le dieron la ciudad que pidió. Le dieron Thamnasajar en el monte de Efraín, y Josué construyó la ciudad y vivió en ella y Josué tomó los cuchillos de piedra con los cuales circuncidó a los hijos de Israel que habían nacido en el desierto por el camino y los puso en Thamnasajar" " . No puede afirmarse que esta declaración de la LXX sea totalmente digna de confianza.

43. Toda la tierra.
La declaración de este versículo puede parecer paradójica puesto que Israel no poseyó toda la tierra hasta los días de David y Salomón, y aún entonces es dudoso que hubiera incluido todo lo que Dios originalmente quería que poseyesen. Sin embargo, la declaración meramente dice que "dio Jehová a Israel toda la tierra". El regalo era de ellos a pesar de la presencia de cananeos en parte del territorio. Era el plan de Dios que no se expulsase a todos esos habitantes a la vez, sino poco a poco (Exo. 23: 30), para impedir que las fieras y las malezas llenaran la tierra hasta que Israel, con el correr del tiempo, llegara a ser lo bastante numeroso como para ocupar esas zonas.

44. Reposo alrededor.
El hebreo reza "descanso de alrededor", es decir, de las naciones circunvecinas. "Paz en todos sus confines" (BJ). Sin embargo, Dios deseaba darles más que el mero descanso físico de la guerra. La ocupación de Canaán era la antesala del gran programa misionero que Dios deseaba llevar a cabo mediante Israel. Tal programa de acción sólo podía ser ejecutado por personas que fueran representantes de ese plan con el ejemplo de su propia vida. El autor del libro de Hebreos se refiere al logro de este objetivo espiritual en el alma y a la realización del propósito misionero en el mundo cuando dijo: " "Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día" " (Heb. 4: 8). Cuando Israel fracasó miserablemente en el cumplimiento de su elevado destino y no pudo entrar en su "reposo", Dios llamó a la iglesia cristiana para que cumpliera el propósito divino. Por lo tanto debiéramos temer, " "no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado" " (Heb. 4: 1).

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