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CBA - Libro de Jueces Capítulo 16


CBA Jueces Capítulo 16

1. Gaza.
Esta era la mayor y más meridional de las ciudades filisteas. Era un centro importante porque allí convergían el camino que llegaba desde Egipto y las rutas de las caravanas que venían del desierto. Estaba a 48 km de la zona donde habían sucedido las otras aventuras de Sansón. Este confió en su gran fuerza, la que había causado tanto temor a los filisteos, y se aventuró a llegar al mismo corazón del territorio enemigo.

Una mujer ramera.
Parecería que Sansón había perdido casi por completo los principios morales. Por lo menos, de continuo permitía que sus deseos impulsivos triunfaran sobre ellos. Un paso equivocado llevaba al siguiente. Sansón había cometido su primer error al elegir malas compañías en su juventud. El resultado trágico fue su matrimonio con la mujer filistea. Después fue descendiendo más y más en la escala de valores morales.

2. Y fue dicho.
Esta frase falta en el hebreo original, pero aparece en las más antiguas versiones. Completa el sentido del pasaje.

Sansón ha venido acá.
La osadía de Sansón puede haberlo inducido a no intentar encubrir su identidad ni su presencia. Los filisteos estaban ansiosos de vengarse, y no tardaron en formular planes para prender al que presidía la oposición de los hebreos.

Lo rodearon.
Quizá no sabían en qué casa estaba. De cualquier modo, estaban cerradas las puertas de esa ciudad tan fortificada, y los filisteos se sentían seguros de su presa.

3. A la medianoche se levantó.
Con remordimiento de conciencia (PP 609) Sansón se levantó a la medianoche. Tal vez sospechó que se lo había reconocido y quiso salir mientras las calles estuvieran desiertas. Encontró las puertas cerradas. Los muros de la ciudad eran demasiado altos como para escalarlos. ¿Intervendría Dios para librarlo a pesar del gran pecado que había cometido?

Tomando las puertas.
Dios no había abandonado aún a Sansón. No se dice si los guardias estaban dormidos, o si se habían ausentado por unos momentos, ni tampoco si ofrecieron resistencia. Sansón tomó la barra con la cual estaban trabadas las puertas, y desplegando su magnífica fuerza arrancó hasta los dos postes o "pilares" sobre los cuales giraban esas puertas. El hebreo dice literalmente que "arrancó" las puertas. "Las arrancó junto con la barra" (BJ).

Se las echó al hombro.
Sansón se llevó todo junto: las puertas con toda su armazón.

Delante de Hebrón.
Hebrón queda a unos 60 km de Gaza. Sin embargo, no se afirma que Sansón, con las puertas al hombro, anduvo hasta llegar a Hebrón. Sólo se dice que las dejó sobre un monte en el camino hacia Hebrón.

4. Valle de Sorec.
Valle donde estaba Zora, la ciudad de Sansón. Se cree que este valle sería lo que hoy se conoce como Wadi ets-Tsarâr , en el cual se encuentran ruinas llamadas Sãr§k , las que quizá corresponderían con la antigua Sorec. La aldea de Sorec estaba a unos 3 km de Zora.

Dalila.
Aunque nada se dice en forma específica, se piensa que era filistea. Pero otros han pensado que no podía ser filistea, pues de serlo no la habrían sobornado para que entregara a Sansón, sino que la habrían amenazado como lo hicieron con la mujer de Sansón (cap. 14: 15).

5. Los príncipes de los filisteos.
Quizá los cinco principales gobernantes de los filisteos (ver com. cap. 3: 3) se unieron en este esfuerzo para lograr mediante cohecho lo que no habían podido hacer por la fuerza de las armas.

En qué consiste su gran fuerza.
Aunque Sansón debe haber poseído un cuerpo muy desarrollado, los filisteos se dieron cuenta de que su fuerza sobrepasaba en gran medida lo que se esperaría simplemente de un hombre muy fuerte. Se imaginaban que debía poseer algún talismán mágico que era el secreto de su fuerza. Tal vez en algún momento Sansón se había jactado de que su gran fuerza se debía a algún recurso secreto.

Lo atemos.
Los filisteos odiaban demasiado a Sansón como para matarlo. Si así lo hicieran el sufrimiento de él y la alegría de ellos durarían poco. Querían mantenerlo en cadenas para ridiculizarlo y burlarse de él.

Mil cien siclos de plata.
Según la costumbre de la época, esto se pagaba en barras de plata, cada una de las cuales pesaba un siclo (aproximadamente 11,4 g). Según este pasaje, eran cinco los príncipes de los filisteos que se comprometían a pagarle a Dalila 1.100 siclos de plata cada uno por lograr que Sansón revelara el secreto de su fuerza sobrenatural. Teniendo en cuenta el valor del dinero en esa época, ése era un soborno enorme. Muestra cuán ansiosos estaban los filisteos de capturar a Sansón. Esta suma equivale al precio de 275 esclavos, si se toman como base los 20 siclos que pagaron los madianitas por José (Gén. 37: 28).

6. Cómo podrás ser atado.
Sansón tiene que haber sospechado la razón por la cual Dalila le preguntaba. De ahí que le mintiera en cuanto al secreto de su fuerza.

7. Siete.
Se pensaba que este número tenía un poder especial. Es de notar que el cabello de Sansón, última evidencia de su consagración a Dios, estaba dividido en siete guedejas (vers. 13). Quizá ya estaba revelando inconscientemente parte de su secreto.

Mimbres.
Mejor, " "cuerdas de arco todavía frescas, sin dejarlas secar" " (BJ). La palabra hebrea en cuestión se usa para referirse a las cuerdas de arcos y las cuerdas que sostienen las tiendas. Es probable que fueran las cuerdas hechas de tripa o tendón de algún animal.

Verdes.
Heb. laj , "húmedo", "fresco", "verde". El sentido depende del objeto al cual califica.

Como cualquiera de los hombres.
Es decir, sin mayor fuerza que la de otro hombre del mismo tamaño.

8. Ella le ató.
Sin duda, mientras lo ataba siguió hablándole, haciendo como que todo era una cosa sin importancia.

9. Hombres en acecho.
El hebreo usa el singular, pero es probable que deba entenderse en sentido colectivo como en Juec. 20:37; Jos. 8: 14. Algunos han puesto en duda que Dalila hubiera podido ocultar a más de un espía sin que Sansón se diera cuenta, pero esto es dudoso.

¡Los filisteos contra ti!
No se dice si los hombres salieron de un escondite cuando ella gritó, pero al menos las circunstancias fueron tales como para que Sansón recibiera la más clara evidencia de que los filisteos estaban conjurados con Dalila (ver PP 610).

Estopa.
Las fibras de lino que no se usaban para hacer tela por su debilidad. Se las usaba para encender el fuego.

10. Dalila dijo.
No es necesario inferir que Dalila hubiera hecho inmediatamente el segundo intento por conocer el secreto. Sin duda esperó algunos días hasta que las sospechas de Sansón se hubieran calmado. Pero tan pronto como tuvo lo que le pareció un momento oportuno, se quejo de la falta de bondad de él al no contarle su secreto.

11. Cuerdas nuevas.
Otros ya habían intentado atarlo con cuerdas nuevas, pero no habían tenido éxito (cap. 15: 13, 14). Al especificar que se debían usar cuerdas nuevas que no hubieran sido usadas ni destinadas a otro propósito, Sansón podría haberse referido remotamente a su secreto: su consagración a Dios como nazareo.

Dalila esperaba que en esta nueva revelación Sansón no la habría engañado. Con toda astucia lo ató nuevamente, pero Sansón rompió las cuerdas como si hubiesen sido hilos. Quizá mediante estos engaños Sansón esperaba terminar con las indagaciones de Dalila. Pero, recordando siempre la enorme suma que le habían prometido, ella no estaba dispuesta a darse por vencida con tanta facilidad. Y Sansón, cuya enorme fuerza lo hacía demasiado confiado, se estaba entregando más y más en las manos de la seductora.

13. Con la tela.
Con insensatez y liviandad casi increíbles, Sansón casi llega a divulgar ahora el verdadero secreto de su fuerza, permitiendo que Dalila le entreteja el cabello con la tela que está haciendo en el telar. Sin duda lo lisonjeó alabando su fuerza varonil, y manifestando una curiosidad propia de una amante, insidiosamente le pregunto de nuevo el secreto de su fuerza. Sansón le dio poca importancia, y le sugirió que si le entretejía el cabello con la trama de su tela, no tendría fuerza para librarse.

14. Aseguró con la estaca.
Literalmente, "golpeó con la estaca". Esto parece que fuera la expresión técnica que se refiere a la acción de afirmar la trama con la "clavija del tejedor" (BJ). Esta "estaca" o "clavija" sin duda era la lanzadera, como se desprende del versículo siguiente.

Arrancó.
Cuando quiso deshacerse del telar al cual tenía el cabello firmemente fijado, hizo pedazos el telar, y quizá se marchó airadamente, llevándose la lanzadera, partes de la tela y pedazos del telar.

15. Ella le dijo.
Otra vez puede haber transcurrido algún tiempo. Si el episodio anterior ocasionó una ruptura temporal de relaciones, Sansón se calmó y estuvo dispuesto a volver a Dalila. Sin duda ella siguió insistiendo que no la movía ningún motivo especial para descubrir su secreto, pero usó el pretexto de que él no se lo había revelado como un reproche de que no la amaba. Insistió que en lugar de amarla, como él afirmaba, se estaba burlando de ella. Y así fue venciendo su oposición a revelarle la verdad acerca de su gran fuerza.

17. Se lo declaró.
La narración da la impresión de que Sansón era increíblemente insensato. En cualquier momento pudo haber puesto fin a las averiguaciones de Dalila con sólo dejarla y volverse a su casa. Pero el principal defecto de Sansón no era tanto su necedad como su apasionamiento sensual. En la ruina y la vergüenza que le causó esta tendencia sensual, y en la forma en que, poco a poco, lo llevó a perder el milagroso don divino de la fuerza sobrenatural, está la principal moraleja del relato. Tres veces había probado su enorme fuerza. En la cuarta ocasión demostró su inmensa insensatez. Dios se había propuesto dar a Sansón un noble destino, pero su debilidad de dar a la complacencia sexual el primer lugar en su pensamiento echó a perder el plan divino para su vida, y finalmente lo llevó a un fin ignominioso.

18. Viendo Dalila.
Sansón no llegó hasta el punto de revelar el gran secreto sin sentir cierto temor y vergüenza. Inmediatamente Dalila se dio cuenta de que al fin había logrado saber el secreto, y envió en seguida a buscar a los gobernantes de los filisteos, con la certeza de que podría entregar a Sansón y recibir su generosa recompensa.

19. Afligirlo.
Es decir, maltratarlo y causarle dolor.

20. Me escaparé.
"Me desembarazaré" (BJ). Heb, "me sacudiré para librarme". Debido a esta frase, muchos han pensado que además de cortarle el cabello, Dalila podría haber atado a Sansón. Pero el contexto no lo indica con claridad. Los filisteos querrían tener alguna evidencia de que verdaderamente su fuerza lo había abandonado antes de atreverse a hacerle frente, pero su reacción ante las aflicciones de Dalila (vers. 19) les proporcionó la prueba.

Jehová ya se había apartado.
Muchas veces Sansón había violado sus votos de nazareato tomando vino y contaminándose de otros modos (PP 609); pero, a pesar de todo, por haber conservado el cabello largo demostraba que tenía algún interés en mantener su consagración al servicio de Dios. En el cabello mismo no había virtud, pero ya que era una señal de su lealtad a Dios, el que fuera sacrificado ante el capricho de una mujer sin principios, hizo que Dios le retirara el don de la fuerza sobrenatural. Dios había tolerado durante mucho tiempo la insensatez de Sansón, pero cuando quebrantó del todo su voto, el Señor le retiró su bendición y protección.

21. Le sacaron los ojos.
Un castigo bien merecido. El profano deseo de Sansón de contemplar la hermosura de mujeres impías lo había llevado de una experiencia pecaminosa a otra, y al fin había sido la causa inmediata de que fuera capturado por los filisteos. Estos decidieron no matar a Sansón, evidentemente a fin de halagar su vanidad por la gran hazaña realizada. Sin embargo, temían que en cualquier momento Sansón pudiera recobrar su tremenda fuerza. Para evitar ese peligro, le sacaron los ojos, probablemente quemándoselos con un hierro caliente o perforándoselos con algún instrumento agudo. En la antigüedad se usaban los dos métodos.

Para que moliese.
Lo obligaron a hacer girar un pesado molino, tal vez de los que solían hacer funcionar con bueyes o asnos.

22. Comenzó a crecer.
Sansón reconoció que había sido una locura revelar su secreto y permitir que se le cortase el cabello. Renovó su consagración a Dios. Debido a esa resolución, Dios comenzó a devolverle la fuerza.

23.
Ofrecer sacrificio.
Esos sacrificios por lo general iban acompañados de un gran festejo o celebración.

A Dagón.
Es poco lo que se sabe de este dios. Se ha explicado de diversas maneras el significado del nombre. Algunos lo han hecho derivar de la palabra hebrea y cananea dagan , que significa "grano". En tal caso, Dagón sería uno de los tantos dioses de la agricultura en Palestina. Pero el nombre puede derivarse también de la palabra dag , "pez". Ambas explicaciones son muy antiguas. El hecho de que se hayan desenterrado monedas en la ciudad filistea de Ascalón que llevan la imagen de un dios mitad hombre y mitad pez nos lleva a aceptar la segunda explicación (ver PP 611). En 1 Sam. 5: 4 se mencionan la cabeza y las manos de Dagón.

Nuestro dios entregó.
La mayor parte de las naciones antiguas atribuían sus victorias al poder de su dios nacional.

24. Viéndolo el pueblo.
Es posible que a Sansón lo hubieran exhibido en el molino donde estaba trabajando, o que se hubiera permitido que la gente lo viera en la prisión, para que todos pudieran contemplar de cerca a su odiado enemigo.

Diciendo.
En hebreo lo que sigue es una composición de cuatro versos, cuyos finales riman entre sí.

25. Llamad a Sansón.
Es decir, que lo trajeran de la cárcel al gran salón que formaba parte del templo, donde todos los reunidos pudieran verlo.

Para que nos divierta.
Esto no significa necesariamente que Sansón tuviera que servir de payaso, sino que la presencia de su poderoso enemigo, ahora ciego y en cadenas, provocaría risa y mofas.

26. Las columnas.
Este edificio quizá era un salón o un pórtico de techo plano apoyado en columnas que formaba parte del templo.

27. Los principales de los filisteos.
Los gobernantes de los cinco distritos filisteos que habían sobornado a Dalila para que traicionara a Sansón (ver com. vers. 5).

Piso alto.
Esas 3.000 personas habían buscado un buen lugar en el piso alto ( "terrado" BJ) desde donde pudieran mirar mejor a Sansón que era atormentado delante de la multitud. Si se derribaban varias columnas, este peso adicional seguramente haría caer el techo o "piso alto".

En el hebreo las palabras que se traducen "hombres y mujeres" no son las mismas en los dos casos. Puede entenderse que había una distinción de clases: los que estaban en la planta baja eran los nobles que se sentaban con "los principales"; en el piso alto, estaba la gente común.

28. Señor Jehová, . . . oh Dios.
En este pasaje Sansón usó tres nombres diferentes para dirigirse a Dios: 'Adonai , Yahweh y 'Elohim (ver t. I, págs. 39 y 179). Esta es la segunda vez en que el autor de Jueces menciona que Sansón oró. No necesariamente se debe llegar a la conclusión de que éstas fueron las únicas veces que lo hizo, pero si hubiera cultivado más el hábito de orar, podría haberse ahorrado esta vergüenza y humillación, y su vida habría cumplido el gran destino que Dios tenía para él.

De una vez tome venganza.
Algunos traducen este pasaje como para dar a entender que Sansón pedía tomar venganza por uno de sus dos ojos. Suponen que Sansón murió con una expresión de humor tétrico en los labios, muy de acuerdo con su anterior manera liviana de proceder. Según esta traducción, aunque se daba cuenta de que al hacer caer el piso alto causaría una gran catástrofe, esto no bastaría para compensar la pérdida de su vista, pero sí para vengarse por un ojo.

Aunque esta traducción es posible, la que aparece en la RVR y la BJ, o la traducción más literal que se da en la LXX, la Vulgata y la siriaca: "Yo pagaré una recompensa" , es también correcta, y parece concordar mejor con el contexto. Ya que las amargas experiencias de su humillación habían llevado a Sansón al arrepentimiento, parece mucho más probable que hubiera muerto pensando con seriedad, buscando redimir en los últimos momentos de su vida las oportunidades que había despreciado. Las burlas que atribuían la victoria de los filisteos al dios pagano Dagón, pueden haberlo impulsado a vindicar el nombre del Dios de Israel sobre el cual él mismo había acarreado tanta deshonra.

30. Muera yo.
El hebreo dice: "Muera mi alma". Muchas veces se usa la palabra "alma" para representar al "yo" (Gén. 12: 13; 27: 25; 1 Sam. 18: 1; Sal. 25: 20; etc.). La traducción de la RVR y BJ es correcta. La persona es quien muere, no sólo el cuerpo. La designación "alma" señala al hombre como un "ser" o "individuo" único.

Se inclinó.
Sansón probablemente rodeó con los brazos las dos columnas centrales, y las juntó, echando sobre ellas todo su peso además de la fuerza de sus brazos. Así pudo haberlas arrancado de su base o del apoyo superior, o haberlas partido por la mitad. Sin las dos columnas centrales, el techo comenzó a hundirse, haciendo quizá que las otras columnas cedieran y quedara así aplastada la multitud reunida en la planta baja, mientras lanzaba a la muerte a los que estaban en la planta alta.

Los que mató al morir.
Este fue el momento cumbre de la lucha de Sansón contra los filisteos. Cuando murió, dio muerte a más filisteos y a personas más importantes -porque entre ellos estaban los principales- que los que había muerto en vida.

31. Sus hermanos.
Esta es la única indicación de que Sansón tuvo hermanos. Puede referirse esta expresión a sus parientes más cercanos, aunque, como Ana, Manoa y su esposa pudieron haber tenido otros hijos después del nacimiento de Sansón. Ellos, y quizá el resto de los familiares de Sansón por parte de su padre, fueron a Gaza al enterarse de su muerte, y llevaron el cuerpo a su aldea natal, donde lo enterraron en el sepulcro de su padre. Es posible que para esta fecha Manoa y su esposa hubieran estado muertos, pues todo el tiempo de la lucha de Sansón contra los filisteos había durado 20 años (ver cap. 15: 20). Los familiares de Sansón no se habían unido a él en su lucha contra los filisteos, y posiblemente por esta razón se les permitió llevar el cuerpo para enterrarlo. Nótese por contraste la actitud de los filisteos en relación con el cuerpo de Saúl (1 Sam. 31: 10-13).

CBA T2

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