1. Seba.
Un benjamita que persistía en su enemistad contra la casa de David. Aprovechó de la disputa entre los hombres de Israel y Judá (cap. 19: 41-43) para pregonar una revolución contra el rey.
A su tienda.
Cf. 1 Rey. 12: 16; 2 Crón. 10: 16.
2. Abandonaron a David.
Tan sólo poco tiempo antes los hombres de Israel a viva voz expresaron que David les pertenecía más que a los hombres de Judá (cap. 19: 43). Ciertamente es voluble la naturaleza humana. El trono de David no estaba nada seguro a pesar de todas las palabras altisonantes de bienvenida.
Los de Judá siguieron a su rey.
La rebelión de Absalón se había originado en Judá, y Judá se había demorado en volver a someterse a David (cap. 19: 11), pero ahora Judá se plegó al rey. Le resultó favorable a David el haber buscado de buena manera el afecto de Judá y no haberío forzado, pues ahora debía su trono a esos hombres que fueron lentos para darle la bienvenida.
3. En viudez perpetua.
Es evidente que la triste suerte de las diez concubinas de David se debió al vergonzoso acto realizado por Absalón a instancias de Ahitofel (cap. 16: 21). Se continuaría dando albergue y alimento a las mujeres mientras vivieran, pero en todos los demás sentidos su esposo había muerto para ellas.
4. A Amasa.
David había prometido a Amasa que lo haría su comandante en jefe (cap. 19: 13), y cumplió su promesa. Surgió una grave crisis, y se le ordenó a Amasa que alistara el ejército en el término de tres días para aplastar la rebelión. Para un hombre sin experiencia ésta no era una tarea fácil en un tiempo de divisiones y turbulencias.
5. Se detuvo más del tiempo.
No se presenta el motivo de la demora de Amasa en reunir el ejército. El astuto Joab todavía tenía gran ascendiente sobre el pueblo, y difícilmente podía esperarse que hiciera mucho para facilitar la formación de una fuerza de combate que iba a estar bajo el comando de su rival y sucesor. Quizá Amasa hizo lo mejor de su parte, pero pudo haber sido estorbado a cada paso por oficiales y hombres que todavía eran leales a Joab, y por las dificultades propias de la inquietud general y del malestar que prevalecían entonces.
6. Abisai.
El hermano de Joab (cap. 2: 18). Hacía poco David le había manifestado su impaciencia (cap. 19: 22), pero ahora lo prefirió antes que a Joab. Es evidente que estaba determinado a pasar por alto a Joab, sin importarle la gravedad de la crisis. Pero Joab no fue eliminado fácilmente como lo demuestran los acontecimientos posteriores.
Nos hará ahora más daño.
La nación todavía estaba insatisfecha e intranquila, y David aún no había recuperado el control del gobierno. Podía suceder cualquier cosa en ese estado de desorganización general, y David era bastante inteligente para darse cuenta de que la situación era muy peligrosa. Además, la separación estaba en la antigua línea divisoria de Israel y Judá.
Ciudades fortificadas.
Si se le daba la oportunidad a Seba de adueñarse de una cantidad de ciudades fortificadas y de atrincherarse detrás de las murallas cle tina de ellas, se iba a hacer sumamente difícil la tarea de extirpar la rebelión. La mayor esperanza de David radicaba en la rapidez con que actuara, antes de que Seba pudiera consolidar sus fuerzas y estableciera una fuerte posición defensiva.
Nos cause dificultad.
"Se nos escape" (BJ). Literalmente, "nos saque el ojo". Se han dado varias interpretaciones a este pasaje. En nota de pie de página, la BJ dice: "Y escape a nuestros ojos" . La LXX puede traducirse: "Proyecte una sombra sobre nuestros ojos" . Sin embargo, los targumes dicen: "Nos cause dificultad o problema".
7. Los hombres de Joab.
David había hecho un esfuerzo desesperado para que Joab no fuera jefe, pero el ejército le pertenecía todavía en gran medida, y los hombres aún le eran leales.
Los cereteos y peleteos.
Constituían la guardia personal de David (ver com. cap. 15: 18). Eran un cuerpo pequeño de hombres bien preparados, en cuya lealtad se podía confiar plenamente. El hecho de enviarlos al combate muestra la extrema gravedad de la situación, pues así David quedaría en Jerusalén casi sin protección.
Todos los valientes.
Este era un cuerpo especial de héroes, hombres que se habían distinguido particularmente durante el comienzo del exilio de David y después cuando fue rey (ver cap. 23: 8-39).
8. Gabaón.
Pueblo a 9,6 km al noroeste de Jerusalén. La moderna ej-Jíb .
Al encuentro.
Parece que Amasa reunió sus tropas y siguió a Abisai, rumbo al norte.
Se le cayó.
Los detalles no son del todo claros. Joab llevaba un capote militar recogido con un cinto, en el cual había puesto su daga. Mientras caminaba, se le cayó la daga. Algunos piensan que se inclinó y la recogió con la mano izquierda cuando apareció Amasa. Otros creen que puede haber tenido otras armas ocultas, y dejó caer su espada para que pareciera que estaba desarmado.
9. Con la diestra.
El hecho de que Joab tomara a su primo por la barba y lo besara era, sin duda, una forma común de saludo entre parientes.
10. No se cuidó.
Todo sucedió con tanta rapidez y el proceder de Joab parecía tan inocente, que Amasa no sospechó la traición.
En la quinta costilla.
Lo hirió en el abdomen y le sacó las entrañas (ver com. cap. 2: 23).
Después Joab y su hermano Abisai.
Habiendo muerto Amasa, no había duda en cuanto a quién quedaba como comandante en jefe de las fuerzas de David, sin tener en cuenta la orden del rey. El cargo había sido dado a Amasa (vers. 4), y después salió Abisai con las tropas disponibles (vers. 6). Pero después Joab sencillamente ocupó su antiguo puesto, y sin hacer pregunta alguna continuó con la persecución de Seba.
11. Uno de los hombres de Joab.
Lo que importaba en ese momento era perseguir rápidamente a Seba y terminar con la rebelión. Una vez logrado este propósito, creía Joab que ahora estaría en condiciones de recuperar el favor de David. Sin embargo, mientras no hubiera concluido el asunto de Amasa, que yacía en tierra revolcándose en su propia sangre (vers. 12), Joab puso a uno de sus hombres de confianza en el lugar para que pregonara, dando la impresión de que Amasa había sido muerto por haber traicionado la causa de David, y que ahora Joab dirigía la persecución de los rebeldes con el propósito de que David pudiera asegurarse el trono. La lealtad de Joab para con David era bien conocida por los hombres empeñados en la lucha de ese momento, y también ellos recordaban que Amasa era el hombre que había comandado las fuerzas de Absalón, contra quien ellos habían combatido hacía poco tiempo. Estos hombres le tenían poca confianza a Amasa, y quizá estuvieron felices de que hubiera sido eliminado. Por supuesto, Joab mató a Amasa porque no podía tolerarlo como rival, y porque estaba resuelto a continuar en su antiguo cargo.
12. Al verle.
A medida que los soldados que perseguían a Seba veían el cadáver de Amasa, se detenían y hacían preguntas. Eso estorbaba la persecución, por lo que se retiró el cuerpo de Amasa del camino. Así los hombres que llegaban a ese punto continuaban su camino, siguiendo sencillamente a los que estaban delante de ellos.
14. Y él.
Es decir Seba.
Hasta Abel-bet-maaca.
En el extremo norte de Israel, un pueblo fortificado de la tribu de Neftalí (1 Rey. 15: 20; 2 Rey. 15: 29). Se cree que corresponde a la moderna Tell Abil , situada en una loma al oeste de la cabecera del Jordán, a unos 20 km al norte de las Aguas de Meróm, cerca de Dan.
Todo Barim.
"Todos los biritas" (BJ). Este puede haber sido el nombre de una familia o clan que vivía en las proximidades de Abel-bet-maaca. Nada más se sabe de esa gente. Algunos creen que se trata de los "bikritas", miembros del clan de Seba. Seba era "hijo de Bicri" (vers. 1).
Lo siguieron.
Fueron en pos de Seba. Es evidente que Seba se estaba fortaleciendo en esta región septentrional, y que si se lo descuidaba pronto podría emprender una formidable lucha contra las fuerzas de David.
15. Lo sitiaron.
Seba había tenido tiempo para establecerse en un pueblo fortificado, que sólo podría ser tomado mediante un asedio.
Pusieron baluarte.
"Un terraplén" (BJ). Ver 2 Rey. 19: 32; Isa. 37: 33. Este era un método usual empleado en las guerras del antiguo Oriente. Lo más débil de un muro era la parte cercana a su cima, que podía estar hecha tan sólo de ladrillos de barro, mientras que los cimientos eran de piedra. Se alzaba un terraplén contra la muralla, y sobre él se colocaban algunas veces máquinas para el asedio. En esta forma se podía abrir una brecha en el muro y entrar en la ciudad (véase la ilustración frente a la pág. 64).
Trabajaba por derribar la muralla.
Es poco probable que las fuerzas de David tuvieran implementos bélicos, tales como arietes para echar abajo el muro. Los ejércitos asirios y babilonios usaron esos artefactos en años posteriores, y con ellos lograron grandes victorias.
16. Una mujer sabia.
La mujer pidió hablar con Joab. Su ciudad estaba por sufrir un baño de sangre debido a un hombre que se había sublevado contra David, y a ella no le parecía eso razonable.
19. Destruir una ciudad.
La guerra de Joab contra Seba se había convertido en una contienda contra Abel-bet-maaca, y la antigua ciudad con sus pacíficos habitantes se hallaba en peligro de ser destruida.
22. Todo el pueblo.
La mujer demostró que era realmente sabia. Para tratar el asunto, se dirigió al pueblo, cuyos intereses y cuya existencia estaban en juego. Si hubiera hablado con Seba, sin duda no habría logrado nada para el pueblo, y sólo habría conseguido dificultades para ella. Si no hubiera hecho nada, los habitantes de Abel-bet-maaca habrían tenido que pagar el precio del egoísmo y de la ambición de Seba.
Tocó la trompeta.
La señal para terminar las hostilidades (ver caps. 2: 28; 18: 16).
Su tienda.
Su hogar (ver com. cap. 18: 17).
23. Quedó Joab sobre todo el ejército.
La lista de los funcionarios de David se presenta en los vers. 23-26. Hay algunos cambios entre los magistrados que se presentan antes (cap. 8: 16-18). Joab retuvo su cargo de comandante en jefe después de eliminar la rebelión de Seba.
Benaía.
Benaía continuó al mando de la guardia personal de David (ver 2 Sam. 8: 18; 1 Crón. 18: 17). Era uno de los valientes de David que se había distinguido por matar a "dos leones de Moab" " (2 Sam. 23: 20). "Dos hijos de Ariel de Moab" (BJ).
24. Sobre los tributos.
"Jefe de la leva" (BJ). Literalmente, "sobre la cuadrilla de trabajadores" (ver 1 Rey. 5: 14, donde la misma palabra hebrea aquí traducida "tributos" se traduce como "leva"). Este cargo no se menciona en la lista anterior de 2 Sam. 8: 16-18 ni en 1 Crón. 18: 14-17, y parece que sólo se creó al final del reinado de David. El mismo cargo ocupó "Adoniram hijo de Abda" " (1 Rey. 4: 6) durante el reinado de Salomón, y también "Adoram" durante la primera parte del reinado de Roboam (1 Rey. 12: 18). Es posible que todos estos diferentes textos se refieran al mismo individuo. El sistema de trabajo forzado llegó a ser una espina en la carne de los israelitas durante el reinado de Salomón, hasta el punto de que Adoram murió apedreado durante las primeras dificultades del reinado de Roboam cuando se sublevaron las tribus del norte (1 Rey. 12: 18).
Josafat.
Mencionado en la primera lista de los funcionarios de David. Todavía retenía el mismo cargo durante el reinado de Salomón (1 Rey. 4: 3). En cuanto a su obra, ver com. 2 Sam. 8: 16.
25. Sadoc y Abiatar.
Antes fueron nombrados sacerdotes Sadoc y "Ahimelec hijo de Abiatar" (cap. 8: 1 7). Sin embargo, esta lista es de un período posterior del reinado de David, y por eso es sorprendente que, aparentemente, el hijo precedió a su padre como sacerdote. En cuanto a estos hombres, ver com. cap. 8: 17.
26. Ira jaireo.
Este funcionario no está en la lista del cap. 8: 16-18 ni en 1 Crón. 18: 14-17. Se ha conjeturado que "Ira itrita", que está entre los valientes de David de 2 Sam. 23: 38, puede ser el mismo hombre, pero las Escrituras no dicen nada en cuanto a esto.
CBA T2
Un benjamita que persistía en su enemistad contra la casa de David. Aprovechó de la disputa entre los hombres de Israel y Judá (cap. 19: 41-43) para pregonar una revolución contra el rey.
A su tienda.
Cf. 1 Rey. 12: 16; 2 Crón. 10: 16.
2. Abandonaron a David.
Tan sólo poco tiempo antes los hombres de Israel a viva voz expresaron que David les pertenecía más que a los hombres de Judá (cap. 19: 43). Ciertamente es voluble la naturaleza humana. El trono de David no estaba nada seguro a pesar de todas las palabras altisonantes de bienvenida.
Los de Judá siguieron a su rey.
La rebelión de Absalón se había originado en Judá, y Judá se había demorado en volver a someterse a David (cap. 19: 11), pero ahora Judá se plegó al rey. Le resultó favorable a David el haber buscado de buena manera el afecto de Judá y no haberío forzado, pues ahora debía su trono a esos hombres que fueron lentos para darle la bienvenida.
3. En viudez perpetua.
Es evidente que la triste suerte de las diez concubinas de David se debió al vergonzoso acto realizado por Absalón a instancias de Ahitofel (cap. 16: 21). Se continuaría dando albergue y alimento a las mujeres mientras vivieran, pero en todos los demás sentidos su esposo había muerto para ellas.
4. A Amasa.
David había prometido a Amasa que lo haría su comandante en jefe (cap. 19: 13), y cumplió su promesa. Surgió una grave crisis, y se le ordenó a Amasa que alistara el ejército en el término de tres días para aplastar la rebelión. Para un hombre sin experiencia ésta no era una tarea fácil en un tiempo de divisiones y turbulencias.
5. Se detuvo más del tiempo.
No se presenta el motivo de la demora de Amasa en reunir el ejército. El astuto Joab todavía tenía gran ascendiente sobre el pueblo, y difícilmente podía esperarse que hiciera mucho para facilitar la formación de una fuerza de combate que iba a estar bajo el comando de su rival y sucesor. Quizá Amasa hizo lo mejor de su parte, pero pudo haber sido estorbado a cada paso por oficiales y hombres que todavía eran leales a Joab, y por las dificultades propias de la inquietud general y del malestar que prevalecían entonces.
6. Abisai.
El hermano de Joab (cap. 2: 18). Hacía poco David le había manifestado su impaciencia (cap. 19: 22), pero ahora lo prefirió antes que a Joab. Es evidente que estaba determinado a pasar por alto a Joab, sin importarle la gravedad de la crisis. Pero Joab no fue eliminado fácilmente como lo demuestran los acontecimientos posteriores.
Nos hará ahora más daño.
La nación todavía estaba insatisfecha e intranquila, y David aún no había recuperado el control del gobierno. Podía suceder cualquier cosa en ese estado de desorganización general, y David era bastante inteligente para darse cuenta de que la situación era muy peligrosa. Además, la separación estaba en la antigua línea divisoria de Israel y Judá.
Ciudades fortificadas.
Si se le daba la oportunidad a Seba de adueñarse de una cantidad de ciudades fortificadas y de atrincherarse detrás de las murallas cle tina de ellas, se iba a hacer sumamente difícil la tarea de extirpar la rebelión. La mayor esperanza de David radicaba en la rapidez con que actuara, antes de que Seba pudiera consolidar sus fuerzas y estableciera una fuerte posición defensiva.
Nos cause dificultad.
"Se nos escape" (BJ). Literalmente, "nos saque el ojo". Se han dado varias interpretaciones a este pasaje. En nota de pie de página, la BJ dice: "Y escape a nuestros ojos" . La LXX puede traducirse: "Proyecte una sombra sobre nuestros ojos" . Sin embargo, los targumes dicen: "Nos cause dificultad o problema".
7. Los hombres de Joab.
David había hecho un esfuerzo desesperado para que Joab no fuera jefe, pero el ejército le pertenecía todavía en gran medida, y los hombres aún le eran leales.
Los cereteos y peleteos.
Constituían la guardia personal de David (ver com. cap. 15: 18). Eran un cuerpo pequeño de hombres bien preparados, en cuya lealtad se podía confiar plenamente. El hecho de enviarlos al combate muestra la extrema gravedad de la situación, pues así David quedaría en Jerusalén casi sin protección.
Todos los valientes.
Este era un cuerpo especial de héroes, hombres que se habían distinguido particularmente durante el comienzo del exilio de David y después cuando fue rey (ver cap. 23: 8-39).
8. Gabaón.
Pueblo a 9,6 km al noroeste de Jerusalén. La moderna ej-Jíb .
Al encuentro.
Parece que Amasa reunió sus tropas y siguió a Abisai, rumbo al norte.
Se le cayó.
Los detalles no son del todo claros. Joab llevaba un capote militar recogido con un cinto, en el cual había puesto su daga. Mientras caminaba, se le cayó la daga. Algunos piensan que se inclinó y la recogió con la mano izquierda cuando apareció Amasa. Otros creen que puede haber tenido otras armas ocultas, y dejó caer su espada para que pareciera que estaba desarmado.
9. Con la diestra.
El hecho de que Joab tomara a su primo por la barba y lo besara era, sin duda, una forma común de saludo entre parientes.
10. No se cuidó.
Todo sucedió con tanta rapidez y el proceder de Joab parecía tan inocente, que Amasa no sospechó la traición.
En la quinta costilla.
Lo hirió en el abdomen y le sacó las entrañas (ver com. cap. 2: 23).
Después Joab y su hermano Abisai.
Habiendo muerto Amasa, no había duda en cuanto a quién quedaba como comandante en jefe de las fuerzas de David, sin tener en cuenta la orden del rey. El cargo había sido dado a Amasa (vers. 4), y después salió Abisai con las tropas disponibles (vers. 6). Pero después Joab sencillamente ocupó su antiguo puesto, y sin hacer pregunta alguna continuó con la persecución de Seba.
11. Uno de los hombres de Joab.
Lo que importaba en ese momento era perseguir rápidamente a Seba y terminar con la rebelión. Una vez logrado este propósito, creía Joab que ahora estaría en condiciones de recuperar el favor de David. Sin embargo, mientras no hubiera concluido el asunto de Amasa, que yacía en tierra revolcándose en su propia sangre (vers. 12), Joab puso a uno de sus hombres de confianza en el lugar para que pregonara, dando la impresión de que Amasa había sido muerto por haber traicionado la causa de David, y que ahora Joab dirigía la persecución de los rebeldes con el propósito de que David pudiera asegurarse el trono. La lealtad de Joab para con David era bien conocida por los hombres empeñados en la lucha de ese momento, y también ellos recordaban que Amasa era el hombre que había comandado las fuerzas de Absalón, contra quien ellos habían combatido hacía poco tiempo. Estos hombres le tenían poca confianza a Amasa, y quizá estuvieron felices de que hubiera sido eliminado. Por supuesto, Joab mató a Amasa porque no podía tolerarlo como rival, y porque estaba resuelto a continuar en su antiguo cargo.
12. Al verle.
A medida que los soldados que perseguían a Seba veían el cadáver de Amasa, se detenían y hacían preguntas. Eso estorbaba la persecución, por lo que se retiró el cuerpo de Amasa del camino. Así los hombres que llegaban a ese punto continuaban su camino, siguiendo sencillamente a los que estaban delante de ellos.
14. Y él.
Es decir Seba.
Hasta Abel-bet-maaca.
En el extremo norte de Israel, un pueblo fortificado de la tribu de Neftalí (1 Rey. 15: 20; 2 Rey. 15: 29). Se cree que corresponde a la moderna Tell Abil , situada en una loma al oeste de la cabecera del Jordán, a unos 20 km al norte de las Aguas de Meróm, cerca de Dan.
Todo Barim.
"Todos los biritas" (BJ). Este puede haber sido el nombre de una familia o clan que vivía en las proximidades de Abel-bet-maaca. Nada más se sabe de esa gente. Algunos creen que se trata de los "bikritas", miembros del clan de Seba. Seba era "hijo de Bicri" (vers. 1).
Lo siguieron.
Fueron en pos de Seba. Es evidente que Seba se estaba fortaleciendo en esta región septentrional, y que si se lo descuidaba pronto podría emprender una formidable lucha contra las fuerzas de David.
15. Lo sitiaron.
Seba había tenido tiempo para establecerse en un pueblo fortificado, que sólo podría ser tomado mediante un asedio.
Pusieron baluarte.
"Un terraplén" (BJ). Ver 2 Rey. 19: 32; Isa. 37: 33. Este era un método usual empleado en las guerras del antiguo Oriente. Lo más débil de un muro era la parte cercana a su cima, que podía estar hecha tan sólo de ladrillos de barro, mientras que los cimientos eran de piedra. Se alzaba un terraplén contra la muralla, y sobre él se colocaban algunas veces máquinas para el asedio. En esta forma se podía abrir una brecha en el muro y entrar en la ciudad (véase la ilustración frente a la pág. 64).
Trabajaba por derribar la muralla.
Es poco probable que las fuerzas de David tuvieran implementos bélicos, tales como arietes para echar abajo el muro. Los ejércitos asirios y babilonios usaron esos artefactos en años posteriores, y con ellos lograron grandes victorias.
16. Una mujer sabia.
La mujer pidió hablar con Joab. Su ciudad estaba por sufrir un baño de sangre debido a un hombre que se había sublevado contra David, y a ella no le parecía eso razonable.
19. Destruir una ciudad.
La guerra de Joab contra Seba se había convertido en una contienda contra Abel-bet-maaca, y la antigua ciudad con sus pacíficos habitantes se hallaba en peligro de ser destruida.
22. Todo el pueblo.
La mujer demostró que era realmente sabia. Para tratar el asunto, se dirigió al pueblo, cuyos intereses y cuya existencia estaban en juego. Si hubiera hablado con Seba, sin duda no habría logrado nada para el pueblo, y sólo habría conseguido dificultades para ella. Si no hubiera hecho nada, los habitantes de Abel-bet-maaca habrían tenido que pagar el precio del egoísmo y de la ambición de Seba.
Tocó la trompeta.
La señal para terminar las hostilidades (ver caps. 2: 28; 18: 16).
Su tienda.
Su hogar (ver com. cap. 18: 17).
23. Quedó Joab sobre todo el ejército.
La lista de los funcionarios de David se presenta en los vers. 23-26. Hay algunos cambios entre los magistrados que se presentan antes (cap. 8: 16-18). Joab retuvo su cargo de comandante en jefe después de eliminar la rebelión de Seba.
Benaía.
Benaía continuó al mando de la guardia personal de David (ver 2 Sam. 8: 18; 1 Crón. 18: 17). Era uno de los valientes de David que se había distinguido por matar a "dos leones de Moab" " (2 Sam. 23: 20). "Dos hijos de Ariel de Moab" (BJ).
24. Sobre los tributos.
"Jefe de la leva" (BJ). Literalmente, "sobre la cuadrilla de trabajadores" (ver 1 Rey. 5: 14, donde la misma palabra hebrea aquí traducida "tributos" se traduce como "leva"). Este cargo no se menciona en la lista anterior de 2 Sam. 8: 16-18 ni en 1 Crón. 18: 14-17, y parece que sólo se creó al final del reinado de David. El mismo cargo ocupó "Adoniram hijo de Abda" " (1 Rey. 4: 6) durante el reinado de Salomón, y también "Adoram" durante la primera parte del reinado de Roboam (1 Rey. 12: 18). Es posible que todos estos diferentes textos se refieran al mismo individuo. El sistema de trabajo forzado llegó a ser una espina en la carne de los israelitas durante el reinado de Salomón, hasta el punto de que Adoram murió apedreado durante las primeras dificultades del reinado de Roboam cuando se sublevaron las tribus del norte (1 Rey. 12: 18).
Josafat.
Mencionado en la primera lista de los funcionarios de David. Todavía retenía el mismo cargo durante el reinado de Salomón (1 Rey. 4: 3). En cuanto a su obra, ver com. 2 Sam. 8: 16.
25. Sadoc y Abiatar.
Antes fueron nombrados sacerdotes Sadoc y "Ahimelec hijo de Abiatar" (cap. 8: 1 7). Sin embargo, esta lista es de un período posterior del reinado de David, y por eso es sorprendente que, aparentemente, el hijo precedió a su padre como sacerdote. En cuanto a estos hombres, ver com. cap. 8: 17.
26. Ira jaireo.
Este funcionario no está en la lista del cap. 8: 16-18 ni en 1 Crón. 18: 14-17. Se ha conjeturado que "Ira itrita", que está entre los valientes de David de 2 Sam. 23: 38, puede ser el mismo hombre, pero las Escrituras no dicen nada en cuanto a esto.
CBA T2
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