1. Volvió a encenderse.
No se presenta aquí la causa del enojo. El contexto sugiere que podría haberse debido al aumento del orgullo y la autosuficiencia de Israel a causa de la reciente grandeza nacional. Se habían despertado la ambición de obtener grandeza mundana y el deseo de ser como las naciones circundantes, y con esto los israelitas perdieron de vista el destino solemne al cual habían sido llamados como nación.
Incitó.
Es decir, el Señor incitó. El pasaje paralelo dice: " "Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel" " (1 Crón. 21: 1). Estas declaraciones no son necesariamente contradictorias; simplemente pueden representar dos aspectos de un mismo hecho. En el versículo que consideramos tenemos otro ejemplo en que se atribuye a Dios lo que él no impide. Fue en realidad Satanás quien instigó el orgullo y la ambición que indujeron al rey de Israel a tomar medidas para aumentar su ejército, con el propósito de extender las fronteras de Israel mediante nuevas conquistas militares (ver PP 809).
Censo de Israel.
No hay nada en el relato que indique con precisión cuándo sucedió esto durante la vida de David. El hecho de que Joab se encargara de esa tarea durante casi diez meses (vers. 8), muestra que debe haber sido cuando reinaba la paz. En el pasaje paralelo (1 Crón. 21), inmediatamente después del relato está el registro de los preparativos de David para la construcción del templo. Tanto en Samuel como en Crónicas, esos preparativos están entre las últimas cosas que se consignan del reinado de David. Todo esto lleva a la conclusión de que el censo militar se efectuó al final del reinado de David.
2. A Joab.
La tarea fue asignada a Joab porque comandaba el ejército, y el censo tenía propósitos militares (ver vers. 9; PP 809).
Desde Dan hasta Beerseba.
La frase se presenta al revés en 1 Crón. 21: 2: "Desde Beerseba hasta Dan" (ver 2 Crón. 30: 5). En todos los libros anteriores -Jueces, Samuel y Reyes- dice: "Desde Dan hasta Beerseba" (Juec. 20: 1; 1 Sam. 3: 20; 2 Sam. 3: 10; 17: 11; 24: 2, 15; 1 Rey. 4: 25). Una explicación razonable para esta inversión es que cuando se escribió Crónicas -por el siglo V AC- Judá se destacaba en la mente de los hebreos cuando se referían al reino indiviso, pues Israel, el reino del norte, había terminado dos siglos antes. Puesto que Dan estaba en el reino del norte, difícilmente habría parecido apropiado si se mencionara antes que Beerseba. Por tanto, el empleo de la expresión "desde Dan hasta Beerseba" es una indicación de la antigüedad del libro de Samuel.
3. ¿Por qué?
Joab era un general endurecido e inescrupuloso, pero aun él pudo darse cuenta de que un censo tal no estaba en armonía con los principios fundamentales de la monarquía hebrea. Mediante varias preguntas procuró que David reconociera la necedad de su proceder.
5. Pasando el Jordán.
En Crónicas se omiten los detalles de la forma en que se tomó el censo. Pasando el Jordán, Joab y los capitanes del ejército comenzaron la tarea en el extremo sur, en Aroer. Esta ciudad estaba a orillas del río Arnón (Deut. 2: 36; Jos. 13: 16), en la frontera sur del territorio de Israel en la Transjordania. Sus ruinas todavía llevan el nombre de 'Arâ'ir .
En medio del valle.
O "en medio del wadi" (ver Jos. 13: 9).
De Gad.
Una de las revisiones críticas de la LXX dice: "Hacia Gad" o "a Gad" .
Jazer.
Ciudad limítrofe de Gad (Jos. 13: 24, 25).
6. A Galaad.
Galaad estaba al sureste del mar de Galilea, e incluía a Gad y a Manasés.
Tierra baja de Hodsi.
Nada se sabe de esta tierra ni de su nombre. Uno de los textos revisados de la LXX dice: "Cades en la tierra de los hititas" . La BJ dice: "Al país de los hititas" .
Danjaán.
Este es el único lugar donde aparece el nombre "Dan" con el sufijo "jaán". No hay duda de que se refiere a "Dan" porque se menciona dos veces (vers. 2, 15), y también porque a esta altura de la descripción correspondería un lugar en el extremo norte, en las proximidades de Sidón (ver Jos. 19: 47; Juec. 18: 27-29).
Sidón.
Aunque Sidón nominalmente estaba en el territorio de la tribu de Aser, al parecer nunca estuvo en poder de esa tribu (Juec. 1: 31, 32).
7. La fortaleza de Tiro.
Llegaron a algún lugar fortificado de la frontera fenicia en las proximidades de Tiro, aunque no fueron hasta la ciudad misma. En ese tiempo, Tiro era un Estado independiente cuyo rey, Hiram, fue amigo tanto de David (2 Sam. 5: 11; 1 Crón. 14: 1) como de Salomón (1 Rey. 5: 1).
Los heveos.
Parece que un residuo de esos antiguos moradores del país (Deut. 7: 1; Juec. 3: 5) todavía ocupaba algunas partes de los confines de Israel.
En Beerseba.
No se dan detalles de los lugares visitados cuando se llevó a cabo el censo en las zonas principales de Israel y Judá.
8. Nueve meses y veinte días.
Este detalle exacto refleja cuán fidedigno es el registro. El hecho de que se necesitara tanto tiempo indica que se realizó minuciosamente la tarea.
9. Dio el censo.
"La cifra del censo" (BJ). Las cifras aquí presentadas difieren de las de 1 Crón. 21: 5. Algunos creen que el total asignado a Israel en Crónicas puede haber incluido el ejército permanente de 288.000 hombres (1 Crón. 27: 1-15). Otros dan por sentado que ese total incluye un cálculo aproximado de las tribus de Leví y Benjamín que no fueron censadas (1 Crón. 21: 6). Quizá pueda haber una diferencia entre los "fuertes" " aquí mencionados y "todo Israel" de 1 Crón. 21: 5; el primer grupo consistía en las tropas capaces de un servicio activo, y el segundo incluía además las unidades de reserva. En todo caso, las cifras que se dan evidentemente son números redondos.
10. He pecado gravemente.
Mientras se hacía el censo, David comenzó a recapacitar en las consecuencias de lo que había hecho y se dio cuenta de que estaba cometiendo una falta. Fue el Espíritu de Dios quien le habló y le mostró la necedad de su conducta. Con profunda humildad confesó su falta delante de Dios y pidió perdón.
13. Siete años.
"Tres años" " (BJ). La LXX dice "tres años" y también el pasaje paralelo de 1 Crón. 21: 12.
14. Mano de Jehová.
Pareciera que David no eligió con exactitud cuál sería su castigo, sino sólo que procediera de Dios. Tanto la peste como el hambre podrían ser consideradas como procedentes directamente del Señor. Cualquiera de los castigos caería tanto sobre la nación como sobre el rey, pero puesto que el pueblo fomentaba los mismos pecados que los que movieron la conducta de David, mediante el error cometido por David el Señor castigó también los pecados de Israel (ver PP 810).
15. Hasta el tiempo señalado.
Los tres días especificados (vers. 13).
16. Jehová se arrepintió.
Ver com. Gén. 6: 6; Exo. 32: 14.
Arauna.
U "Ornán" (1 Crón. 21: 15).
17. Yo pequé.
David confesó francamente su pecado. No intentó echar la culpa a nadie más. Él era el principal culpable, y reconoció esa responsabilidad ante Dios.
18. Levanta un altar.
El punto donde se detuvo el ángel estaba sobre el monte Moriah, donde Abrahán había erigido un altar para ofrecer a Isaac, y donde Dios se le había aparecido (Gén. 22: 1-14; 2 Crón. 3: 1); y fue aquí donde Salomón levantó después su templo. El lugar donde la muerte había sido detenida por la misericordia era terreno sagrado, y por lo tanto fue reconocido como tal por el pueblo de Dios (ver PP 810, 811).
23. Todo esto.
Tan pronto como Arauna supo que David deseaba la era para edificar un altar, estuvo dispuesto a dársela junto con los bueyes y los trillos. Estuvo listo a hacer un sacrificio personal para que pudiera detenerse la plaga.
24. Por precio te lo compraré.
Nada más justo que David comprara la era con dinero y que no la aceptara como un regalo. El principio que movió a David es fundamental en todo verdadero servicio y sacrificio.
Cincuenta siclos de plata.
El pasaje paralelo dice "seiscientos siclos de oro" (1 Crón. 21: 25). Quizá lo consignado en Samuel corresponda sólo con el precio pagado por parte de la compra. David pagó 50 siclos de plata -570 gramos- por "la era y los bueyes". En Crónicas se dice que compró el "lugar" por 600 siclos de oro: 6,84 kg. El "lugar" quizá implique todo el monte Moriah, donde después se construyó el templo.
25. Sacrificó holocaustos.
En ese tiempo se ofrecían los holocaustos en Gabaón, donde estaba el tabernáculo mosaico (1 Crón. 16: 39, 40; 21: 29; 2 Crón. 1: 3-6). Leemos que cuando se presentaron las ofrendas, el Señor " "le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto" " (1 Crón. 21: 26). David decidió que en ese sitio se construiría la casa de Jehová (1 Crón. 22: 1; 2 Crón. 3: 1).
El libro de Samuel termina con este relato del arrepentimiento de David y su reconciliación con Dios. La vida de David es un testimonio constante de la bondad y misericordia de Dios y del poder de su gracia salvadora manifestada en quienes ferviente y humildemente se entregan a él.
CBA T2
No se presenta aquí la causa del enojo. El contexto sugiere que podría haberse debido al aumento del orgullo y la autosuficiencia de Israel a causa de la reciente grandeza nacional. Se habían despertado la ambición de obtener grandeza mundana y el deseo de ser como las naciones circundantes, y con esto los israelitas perdieron de vista el destino solemne al cual habían sido llamados como nación.
Incitó.
Es decir, el Señor incitó. El pasaje paralelo dice: " "Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel" " (1 Crón. 21: 1). Estas declaraciones no son necesariamente contradictorias; simplemente pueden representar dos aspectos de un mismo hecho. En el versículo que consideramos tenemos otro ejemplo en que se atribuye a Dios lo que él no impide. Fue en realidad Satanás quien instigó el orgullo y la ambición que indujeron al rey de Israel a tomar medidas para aumentar su ejército, con el propósito de extender las fronteras de Israel mediante nuevas conquistas militares (ver PP 809).
Censo de Israel.
No hay nada en el relato que indique con precisión cuándo sucedió esto durante la vida de David. El hecho de que Joab se encargara de esa tarea durante casi diez meses (vers. 8), muestra que debe haber sido cuando reinaba la paz. En el pasaje paralelo (1 Crón. 21), inmediatamente después del relato está el registro de los preparativos de David para la construcción del templo. Tanto en Samuel como en Crónicas, esos preparativos están entre las últimas cosas que se consignan del reinado de David. Todo esto lleva a la conclusión de que el censo militar se efectuó al final del reinado de David.
2. A Joab.
La tarea fue asignada a Joab porque comandaba el ejército, y el censo tenía propósitos militares (ver vers. 9; PP 809).
Desde Dan hasta Beerseba.
La frase se presenta al revés en 1 Crón. 21: 2: "Desde Beerseba hasta Dan" (ver 2 Crón. 30: 5). En todos los libros anteriores -Jueces, Samuel y Reyes- dice: "Desde Dan hasta Beerseba" (Juec. 20: 1; 1 Sam. 3: 20; 2 Sam. 3: 10; 17: 11; 24: 2, 15; 1 Rey. 4: 25). Una explicación razonable para esta inversión es que cuando se escribió Crónicas -por el siglo V AC- Judá se destacaba en la mente de los hebreos cuando se referían al reino indiviso, pues Israel, el reino del norte, había terminado dos siglos antes. Puesto que Dan estaba en el reino del norte, difícilmente habría parecido apropiado si se mencionara antes que Beerseba. Por tanto, el empleo de la expresión "desde Dan hasta Beerseba" es una indicación de la antigüedad del libro de Samuel.
3. ¿Por qué?
Joab era un general endurecido e inescrupuloso, pero aun él pudo darse cuenta de que un censo tal no estaba en armonía con los principios fundamentales de la monarquía hebrea. Mediante varias preguntas procuró que David reconociera la necedad de su proceder.
5. Pasando el Jordán.
En Crónicas se omiten los detalles de la forma en que se tomó el censo. Pasando el Jordán, Joab y los capitanes del ejército comenzaron la tarea en el extremo sur, en Aroer. Esta ciudad estaba a orillas del río Arnón (Deut. 2: 36; Jos. 13: 16), en la frontera sur del territorio de Israel en la Transjordania. Sus ruinas todavía llevan el nombre de 'Arâ'ir .
En medio del valle.
O "en medio del wadi" (ver Jos. 13: 9).
De Gad.
Una de las revisiones críticas de la LXX dice: "Hacia Gad" o "a Gad" .
Jazer.
Ciudad limítrofe de Gad (Jos. 13: 24, 25).
6. A Galaad.
Galaad estaba al sureste del mar de Galilea, e incluía a Gad y a Manasés.
Tierra baja de Hodsi.
Nada se sabe de esta tierra ni de su nombre. Uno de los textos revisados de la LXX dice: "Cades en la tierra de los hititas" . La BJ dice: "Al país de los hititas" .
Danjaán.
Este es el único lugar donde aparece el nombre "Dan" con el sufijo "jaán". No hay duda de que se refiere a "Dan" porque se menciona dos veces (vers. 2, 15), y también porque a esta altura de la descripción correspondería un lugar en el extremo norte, en las proximidades de Sidón (ver Jos. 19: 47; Juec. 18: 27-29).
Sidón.
Aunque Sidón nominalmente estaba en el territorio de la tribu de Aser, al parecer nunca estuvo en poder de esa tribu (Juec. 1: 31, 32).
7. La fortaleza de Tiro.
Llegaron a algún lugar fortificado de la frontera fenicia en las proximidades de Tiro, aunque no fueron hasta la ciudad misma. En ese tiempo, Tiro era un Estado independiente cuyo rey, Hiram, fue amigo tanto de David (2 Sam. 5: 11; 1 Crón. 14: 1) como de Salomón (1 Rey. 5: 1).
Los heveos.
Parece que un residuo de esos antiguos moradores del país (Deut. 7: 1; Juec. 3: 5) todavía ocupaba algunas partes de los confines de Israel.
En Beerseba.
No se dan detalles de los lugares visitados cuando se llevó a cabo el censo en las zonas principales de Israel y Judá.
8. Nueve meses y veinte días.
Este detalle exacto refleja cuán fidedigno es el registro. El hecho de que se necesitara tanto tiempo indica que se realizó minuciosamente la tarea.
9. Dio el censo.
"La cifra del censo" (BJ). Las cifras aquí presentadas difieren de las de 1 Crón. 21: 5. Algunos creen que el total asignado a Israel en Crónicas puede haber incluido el ejército permanente de 288.000 hombres (1 Crón. 27: 1-15). Otros dan por sentado que ese total incluye un cálculo aproximado de las tribus de Leví y Benjamín que no fueron censadas (1 Crón. 21: 6). Quizá pueda haber una diferencia entre los "fuertes" " aquí mencionados y "todo Israel" de 1 Crón. 21: 5; el primer grupo consistía en las tropas capaces de un servicio activo, y el segundo incluía además las unidades de reserva. En todo caso, las cifras que se dan evidentemente son números redondos.
10. He pecado gravemente.
Mientras se hacía el censo, David comenzó a recapacitar en las consecuencias de lo que había hecho y se dio cuenta de que estaba cometiendo una falta. Fue el Espíritu de Dios quien le habló y le mostró la necedad de su conducta. Con profunda humildad confesó su falta delante de Dios y pidió perdón.
13. Siete años.
"Tres años" " (BJ). La LXX dice "tres años" y también el pasaje paralelo de 1 Crón. 21: 12.
14. Mano de Jehová.
Pareciera que David no eligió con exactitud cuál sería su castigo, sino sólo que procediera de Dios. Tanto la peste como el hambre podrían ser consideradas como procedentes directamente del Señor. Cualquiera de los castigos caería tanto sobre la nación como sobre el rey, pero puesto que el pueblo fomentaba los mismos pecados que los que movieron la conducta de David, mediante el error cometido por David el Señor castigó también los pecados de Israel (ver PP 810).
15. Hasta el tiempo señalado.
Los tres días especificados (vers. 13).
16. Jehová se arrepintió.
Ver com. Gén. 6: 6; Exo. 32: 14.
Arauna.
U "Ornán" (1 Crón. 21: 15).
17. Yo pequé.
David confesó francamente su pecado. No intentó echar la culpa a nadie más. Él era el principal culpable, y reconoció esa responsabilidad ante Dios.
18. Levanta un altar.
El punto donde se detuvo el ángel estaba sobre el monte Moriah, donde Abrahán había erigido un altar para ofrecer a Isaac, y donde Dios se le había aparecido (Gén. 22: 1-14; 2 Crón. 3: 1); y fue aquí donde Salomón levantó después su templo. El lugar donde la muerte había sido detenida por la misericordia era terreno sagrado, y por lo tanto fue reconocido como tal por el pueblo de Dios (ver PP 810, 811).
23. Todo esto.
Tan pronto como Arauna supo que David deseaba la era para edificar un altar, estuvo dispuesto a dársela junto con los bueyes y los trillos. Estuvo listo a hacer un sacrificio personal para que pudiera detenerse la plaga.
24. Por precio te lo compraré.
Nada más justo que David comprara la era con dinero y que no la aceptara como un regalo. El principio que movió a David es fundamental en todo verdadero servicio y sacrificio.
Cincuenta siclos de plata.
El pasaje paralelo dice "seiscientos siclos de oro" (1 Crón. 21: 25). Quizá lo consignado en Samuel corresponda sólo con el precio pagado por parte de la compra. David pagó 50 siclos de plata -570 gramos- por "la era y los bueyes". En Crónicas se dice que compró el "lugar" por 600 siclos de oro: 6,84 kg. El "lugar" quizá implique todo el monte Moriah, donde después se construyó el templo.
25. Sacrificó holocaustos.
En ese tiempo se ofrecían los holocaustos en Gabaón, donde estaba el tabernáculo mosaico (1 Crón. 16: 39, 40; 21: 29; 2 Crón. 1: 3-6). Leemos que cuando se presentaron las ofrendas, el Señor " "le respondió por fuego desde los cielos en el altar del holocausto" " (1 Crón. 21: 26). David decidió que en ese sitio se construiría la casa de Jehová (1 Crón. 22: 1; 2 Crón. 3: 1).
El libro de Samuel termina con este relato del arrepentimiento de David y su reconciliación con Dios. La vida de David es un testimonio constante de la bondad y misericordia de Dios y del poder de su gracia salvadora manifestada en quienes ferviente y humildemente se entregan a él.
CBA T2
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