2. Holocausto.
Representaba la consagración de la nación a Jehová, y los sacrificios de paz expresaban el gozo y la paz que sentía el pueblo al unirse en agradecimiento y alabanza a Dios por sus tiernas misericordias. En el t. I, pág. 710 se comenta la ley levítica que regía la presentación de holocaustos.
3. Repartió a todo Israel.
David era un rey bondadoso y generoso. Amaba a su pueblo y expresaba su amor mediante hechos que solicitaban en el pueblo un mayor amor y una dedicación más completa.
4. Ministros.
Después que se instaló el arca en su tienda en Jerusalén, se instituyeron servicios que más tarde se convirtieron en un complejo ritual del templo.
5. Jeiel.
Se escribe Jaaziel en cap. 15: 18.
6. Continuamente.
Heb. tamid . Palabra empleada en relación con los servicios diarios y continuos que debían realizarse en el santuario (ver Exo. 25: 30; 27: 20; 29: 38; 30: 8; etc.).
7. David comenzó.
El salmo aquí registrado corresponde, casi al pie de la letra, con los siguientes pasajes de nuestro actual libro de los Salmos:
vers. 8-22 = Sal. 105: 1-15
vers. 23-33 = Sal. 96
vers. 34 = Sal 107: 1
vers. 35, 36 = Sal. 106: 47, 48
8. Alabad.
El salmo es un himno de alabanza y adoración a Dios.
10. Gloriaos.
La religión era una vivencia de deleite y belleza para David. Encontraba el gozo más grande de la tierra en su conocimiento de la bondad de Dios.
11. Buscad su rostro.
La búsqueda de Jehová es una actividad constante y continua. Así el que busca está cada vez más cerca de la perfección del cielo.
12. Haced memoria.
Un recuerdo constante de las bendiciones de Dios hace que sus hijos experimenten un sentimiento permanente de gozo; pero cuando se oividan de las múltiples bondades del Señor, pierden el verdadero deleite y gozo de vivir; entonces su vida espiritual comienza a declinar.
15. Su pacto.
Los seres humanos deben tener en cuenta la eterna presencia de Dios y sus ininterrumpidas bendiciones prometidas en el pacto que hizo con ellos.
16. Que concertó.
Cf. Gén. 12: 1-3; 15: 5, 6, 18; 17: 1-8; 22: 16-18. El pacto que Dios hizo con Abrahán originalmente fue hecho con Adán (ver PP 386). Es el pacto que Dios hace con cada creyente en su Hijo Jesucristo, aunque después de su ratificación con la sangre de Cristo se llamó "nuevo pacto" (Heb. 8: 8-13).
18. A ti.
La tierra de canaán, que Dios prometió a su pueblo de la antigüedad, era tina garantía de la herencia futura de toda la tierra para los salvados ele todas las naciones.
21. No permitió que nadie.
Esta es una generalización poética que expresa la idea de que Dios considera a su pueblo como el objeto de su suprema consideración. En el cuidado que manifestó para con Israel demostrò su infinito amor y permanente solicitud. Cuando el ser humano se aleja de Dios, se aparta de su brazo protector, y entonces le sobrevienen males que de otra manera podrían haberse evitado. Sin embargo, no todos los males que afligen a la familia humana proceden de ese origen. Debido a lo que está implicado en el gran conflicto entre el bien y el mal, se permite que Satanás persiga a los justos. Por eso, el sufrimiento no es necesariamente una prueba de que el Señor haya abandonado al que sufre (ver Job 1 y 2; Juan 9: 2, 3).
Castigó a los reyes.
Ver Gén. 12: 17; 20: 3; Exo. 3: 20; 12: 29-33.
23. Toda la tierra.
Todo el mundo recibe bendiciones de Dios; por eso le corresponde glorificar a Dios. Quienes cantan alabanzas a Dios, atraen gozo para sí mismos y paz y buena voluntad para las gentes de la tierra. El hombre comete la injusticia máxima consigo mismo y con el mundo en que vive cuando no eleva la voz en gozosa alabanza a Dios por las múltiples bendiciones del cielo.
24. Entre las gentes.
Cuando alguien publica entre las naciones el relato del admirable amor de Dios, se conmoverán muchas personas, y algunas se unirán a su causa. El mundo está esperando, no tanto oír la teoría de la verdad como ver una demostración viviente del poder de la verdad. Cuando la gente ama en realidad a Dios y va por el mundo declarando sus alabanzas y compartiendo con otros el relato de la misericordia y de la gracia de Dios, aun de los oscuros rincones de la tierra se oirán himnos de regocijo y de gloria para Dios.
25. Grande es Jehová.
Ningún ser de la tierra ha comenzado a apreciar la grandeza y la bondad de Dios. Mientras más nos entreguemos a pensar en las glorias de Jehová, menos inclinados estaremos a buscar intereses egoístas o a encontrar faltas en nuestros prójimos.
26. Dioses de los pueblos.
Los dioses falsos son productos humanos. El verdadero Dios es el Creador de la humanidad y el Sustentador del mundo.
27. Alegría.
Todo ser humano que conoce al Señor tiene muchos motivos para estar alegre. Para el verdadero hijo de Dios, la religión es una experiencia de gozo y alegría. El cielo será un lugar feliz porque la comunión directa con Dios producirá los mayores gozos.
29. Traed ofrenda.
Nadie que realmente aprecie la maravillosa bondad de Dios deseará presentarse ante él con las manos vacías. Lo que una persona ofrece a Dios -dentro de los alcances de sus facultades- es un índice del grado de su aprecio por las bendiciones del cielo. Quien ha recibido tan gratuitamente, debe considerar un feliz privilegio dar del mismo modo (ver Mat. 10: 8; 2 Cor. 9: 7).
Hermosura.
Heb. hadarah , "adorno", "gloria". El verdadero culto es bello y santo. Usando vestiduras sagradas, los sacerdotes ministraban en un ritual de culto bello e impresionante. Pero la belleza de la forma y del símbolo no es una demostración adecuada de la "hermosura de la santidad ". Debe entenderse el término como una expresión que incluye sin espíritu de queda reverencia, devoción íntima y piedad externa, fervor de consagración v gozosa gratitud. Ni en el cielo ni en la tierra puede haber una belleza mayor que la de la verdadera santidad.
30. Temed en su presencia.
Es decir, estad delante de él con un espíritu de santa reverencia. El hombre no debe presentarse ante Dios con un espíritu de terror abyecto y temor rastrero. Dios es para el hombre un amigo, el mejor amigo del pecador. Jesús entró en este mundo para aproximarse a los pecadores y para salvarlos de sus pecados (ver Luc. 19: 10). Los niñitos podían acercársele sin el menor temor. Pero Dios es santo. Es el Señor de todo el cielo y de la tierra, y por eso el ser humano siempre debe acercársele con el respeto y la reverencia que corresponden con su santo nombre. Un temor tal no es incompatible con el amor, y sin embargo es del todo incompatible con la despreocupada familiaridad con que algunos se dirigen a su Hacedor y Redentor y hablan de él.
31. Jehová reina.
El mensaje más consolador que podría recibir la enloquecida humanidad es que el Señor reina sobre cielo y tierra. Si no fuera así, habría plena razón para la inquietud y el temor. "En medio de las disensiones y el tumulto de las naciones, el que está sentado más arriba que los querubines sigue guiando los asuntos de esta tierra" (PR 393).
32 Alégrese el campo.
Tan maravilloso es el pensamiento de la ilimitada bondad de Dios y de su amor, que -en un sentido figurado- aun se invoca a la naturaleza inanimada para que se regocije en la presencia de su Creador y Señor. Para quien tiene el corazón en armonía con Dios, la naturaleza pronuncia un mensaje alentador de la gloria divina que proporciona alegría al alma humana. En la tierra de Dios, el ser humano y la naturaleza pueden regocijarse juntos en las bendiciones que provienen de la dadivosa mano del Señor.
33. A juzgar la tierra.
La venida del Señor como juez provocará gozo porque señalará el fin del pecado y el terror, la eliminación de la maldición de la tierra y su retorno a su belleza y bienaventuranza edénicas. Para los que han hecho la paz con Dios, la venida del justo Juez señalará la gozosa consumación de todas sus esperanzas, el tiempo anhelado por todos los patriarcas y santos para la realización de sus sueños más acariciados. Hoy día el mundo necesita desesperadamente la venida del justo Juez. Cada injusticia y opresión, cada crueldad y cada sinrazón, cada corazón adolorido y cada alma enferma de pecado demandan la venida de Dios para juzgar la tierra y para restaurar Injusticia, el honor, la paz y la esperanza en los hijos de los hombres. Cf. Apoc. 6: 10.
34. Su misericordia es eterna.
Como Dios es eterno, también son eternos su misericordia, amor y magnanimidad.
36. Amén.
En este clamor unánime del pueblo cuando terminó el salmo de David, por lo menos tenemos un asentimiento externo a todo lo que había sido dicho. El corazón del rey y del pueblo se unieron audiblemente en alabanza y gratitud al cielo. En su ferviente "amén" el pueblo reiteró su aceptación de las estipulaciones del pacto eterno de Dios. Una vez más dio testimonio de su deseo de ser el pueblo de Dios.
37. De continuo.
El ministerio de los sacerdotes en el santuario era un servicio diario y continuo que debía proseguir sin cesar y sin interrupciones: un símbolo del ministerio continuo de Jesús en el cielo en favor de su pueblo.
39. En Gabaón.
El relato ahora se aparta de la tienda de Jerusalén con el arca del pacto, y se refiere al tabernáculo mosaico de Gabaón. Se conservó en Gabaón el altar de los holocaustos (cap., 21: 29) junto con todo lo que concernía al tabernáculo, excepto el arca. El traslado del Arca a Jerusalén señaló el primer paso hacia el establecimiento de un nuevo santuario nacional. Por el momento continuó el sacerdocio de Sadoc en Gabaón, en el antiguo santuario de Israel. Ver com. 1 Rey. 3: 4; 2 Crón. 1: 3-6.
41. Para glorificar a Jehová.
Una parte característica de la fórmula litúrgico (ver 1 Crón. 16: 34; Sal. 136: 1-3, 26).
CBA T3
Representaba la consagración de la nación a Jehová, y los sacrificios de paz expresaban el gozo y la paz que sentía el pueblo al unirse en agradecimiento y alabanza a Dios por sus tiernas misericordias. En el t. I, pág. 710 se comenta la ley levítica que regía la presentación de holocaustos.
3. Repartió a todo Israel.
David era un rey bondadoso y generoso. Amaba a su pueblo y expresaba su amor mediante hechos que solicitaban en el pueblo un mayor amor y una dedicación más completa.
4. Ministros.
Después que se instaló el arca en su tienda en Jerusalén, se instituyeron servicios que más tarde se convirtieron en un complejo ritual del templo.
5. Jeiel.
Se escribe Jaaziel en cap. 15: 18.
6. Continuamente.
Heb. tamid . Palabra empleada en relación con los servicios diarios y continuos que debían realizarse en el santuario (ver Exo. 25: 30; 27: 20; 29: 38; 30: 8; etc.).
7. David comenzó.
El salmo aquí registrado corresponde, casi al pie de la letra, con los siguientes pasajes de nuestro actual libro de los Salmos:
vers. 8-22 = Sal. 105: 1-15
vers. 23-33 = Sal. 96
vers. 34 = Sal 107: 1
vers. 35, 36 = Sal. 106: 47, 48
8. Alabad.
El salmo es un himno de alabanza y adoración a Dios.
10. Gloriaos.
La religión era una vivencia de deleite y belleza para David. Encontraba el gozo más grande de la tierra en su conocimiento de la bondad de Dios.
11. Buscad su rostro.
La búsqueda de Jehová es una actividad constante y continua. Así el que busca está cada vez más cerca de la perfección del cielo.
12. Haced memoria.
Un recuerdo constante de las bendiciones de Dios hace que sus hijos experimenten un sentimiento permanente de gozo; pero cuando se oividan de las múltiples bondades del Señor, pierden el verdadero deleite y gozo de vivir; entonces su vida espiritual comienza a declinar.
15. Su pacto.
Los seres humanos deben tener en cuenta la eterna presencia de Dios y sus ininterrumpidas bendiciones prometidas en el pacto que hizo con ellos.
16. Que concertó.
Cf. Gén. 12: 1-3; 15: 5, 6, 18; 17: 1-8; 22: 16-18. El pacto que Dios hizo con Abrahán originalmente fue hecho con Adán (ver PP 386). Es el pacto que Dios hace con cada creyente en su Hijo Jesucristo, aunque después de su ratificación con la sangre de Cristo se llamó "nuevo pacto" (Heb. 8: 8-13).
18. A ti.
La tierra de canaán, que Dios prometió a su pueblo de la antigüedad, era tina garantía de la herencia futura de toda la tierra para los salvados ele todas las naciones.
21. No permitió que nadie.
Esta es una generalización poética que expresa la idea de que Dios considera a su pueblo como el objeto de su suprema consideración. En el cuidado que manifestó para con Israel demostrò su infinito amor y permanente solicitud. Cuando el ser humano se aleja de Dios, se aparta de su brazo protector, y entonces le sobrevienen males que de otra manera podrían haberse evitado. Sin embargo, no todos los males que afligen a la familia humana proceden de ese origen. Debido a lo que está implicado en el gran conflicto entre el bien y el mal, se permite que Satanás persiga a los justos. Por eso, el sufrimiento no es necesariamente una prueba de que el Señor haya abandonado al que sufre (ver Job 1 y 2; Juan 9: 2, 3).
Castigó a los reyes.
Ver Gén. 12: 17; 20: 3; Exo. 3: 20; 12: 29-33.
23. Toda la tierra.
Todo el mundo recibe bendiciones de Dios; por eso le corresponde glorificar a Dios. Quienes cantan alabanzas a Dios, atraen gozo para sí mismos y paz y buena voluntad para las gentes de la tierra. El hombre comete la injusticia máxima consigo mismo y con el mundo en que vive cuando no eleva la voz en gozosa alabanza a Dios por las múltiples bendiciones del cielo.
24. Entre las gentes.
Cuando alguien publica entre las naciones el relato del admirable amor de Dios, se conmoverán muchas personas, y algunas se unirán a su causa. El mundo está esperando, no tanto oír la teoría de la verdad como ver una demostración viviente del poder de la verdad. Cuando la gente ama en realidad a Dios y va por el mundo declarando sus alabanzas y compartiendo con otros el relato de la misericordia y de la gracia de Dios, aun de los oscuros rincones de la tierra se oirán himnos de regocijo y de gloria para Dios.
25. Grande es Jehová.
Ningún ser de la tierra ha comenzado a apreciar la grandeza y la bondad de Dios. Mientras más nos entreguemos a pensar en las glorias de Jehová, menos inclinados estaremos a buscar intereses egoístas o a encontrar faltas en nuestros prójimos.
26. Dioses de los pueblos.
Los dioses falsos son productos humanos. El verdadero Dios es el Creador de la humanidad y el Sustentador del mundo.
27. Alegría.
Todo ser humano que conoce al Señor tiene muchos motivos para estar alegre. Para el verdadero hijo de Dios, la religión es una experiencia de gozo y alegría. El cielo será un lugar feliz porque la comunión directa con Dios producirá los mayores gozos.
29. Traed ofrenda.
Nadie que realmente aprecie la maravillosa bondad de Dios deseará presentarse ante él con las manos vacías. Lo que una persona ofrece a Dios -dentro de los alcances de sus facultades- es un índice del grado de su aprecio por las bendiciones del cielo. Quien ha recibido tan gratuitamente, debe considerar un feliz privilegio dar del mismo modo (ver Mat. 10: 8; 2 Cor. 9: 7).
Hermosura.
Heb. hadarah , "adorno", "gloria". El verdadero culto es bello y santo. Usando vestiduras sagradas, los sacerdotes ministraban en un ritual de culto bello e impresionante. Pero la belleza de la forma y del símbolo no es una demostración adecuada de la "hermosura de la santidad ". Debe entenderse el término como una expresión que incluye sin espíritu de queda reverencia, devoción íntima y piedad externa, fervor de consagración v gozosa gratitud. Ni en el cielo ni en la tierra puede haber una belleza mayor que la de la verdadera santidad.
30. Temed en su presencia.
Es decir, estad delante de él con un espíritu de santa reverencia. El hombre no debe presentarse ante Dios con un espíritu de terror abyecto y temor rastrero. Dios es para el hombre un amigo, el mejor amigo del pecador. Jesús entró en este mundo para aproximarse a los pecadores y para salvarlos de sus pecados (ver Luc. 19: 10). Los niñitos podían acercársele sin el menor temor. Pero Dios es santo. Es el Señor de todo el cielo y de la tierra, y por eso el ser humano siempre debe acercársele con el respeto y la reverencia que corresponden con su santo nombre. Un temor tal no es incompatible con el amor, y sin embargo es del todo incompatible con la despreocupada familiaridad con que algunos se dirigen a su Hacedor y Redentor y hablan de él.
31. Jehová reina.
El mensaje más consolador que podría recibir la enloquecida humanidad es que el Señor reina sobre cielo y tierra. Si no fuera así, habría plena razón para la inquietud y el temor. "En medio de las disensiones y el tumulto de las naciones, el que está sentado más arriba que los querubines sigue guiando los asuntos de esta tierra" (PR 393).
32 Alégrese el campo.
Tan maravilloso es el pensamiento de la ilimitada bondad de Dios y de su amor, que -en un sentido figurado- aun se invoca a la naturaleza inanimada para que se regocije en la presencia de su Creador y Señor. Para quien tiene el corazón en armonía con Dios, la naturaleza pronuncia un mensaje alentador de la gloria divina que proporciona alegría al alma humana. En la tierra de Dios, el ser humano y la naturaleza pueden regocijarse juntos en las bendiciones que provienen de la dadivosa mano del Señor.
33. A juzgar la tierra.
La venida del Señor como juez provocará gozo porque señalará el fin del pecado y el terror, la eliminación de la maldición de la tierra y su retorno a su belleza y bienaventuranza edénicas. Para los que han hecho la paz con Dios, la venida del justo Juez señalará la gozosa consumación de todas sus esperanzas, el tiempo anhelado por todos los patriarcas y santos para la realización de sus sueños más acariciados. Hoy día el mundo necesita desesperadamente la venida del justo Juez. Cada injusticia y opresión, cada crueldad y cada sinrazón, cada corazón adolorido y cada alma enferma de pecado demandan la venida de Dios para juzgar la tierra y para restaurar Injusticia, el honor, la paz y la esperanza en los hijos de los hombres. Cf. Apoc. 6: 10.
34. Su misericordia es eterna.
Como Dios es eterno, también son eternos su misericordia, amor y magnanimidad.
36. Amén.
En este clamor unánime del pueblo cuando terminó el salmo de David, por lo menos tenemos un asentimiento externo a todo lo que había sido dicho. El corazón del rey y del pueblo se unieron audiblemente en alabanza y gratitud al cielo. En su ferviente "amén" el pueblo reiteró su aceptación de las estipulaciones del pacto eterno de Dios. Una vez más dio testimonio de su deseo de ser el pueblo de Dios.
37. De continuo.
El ministerio de los sacerdotes en el santuario era un servicio diario y continuo que debía proseguir sin cesar y sin interrupciones: un símbolo del ministerio continuo de Jesús en el cielo en favor de su pueblo.
39. En Gabaón.
El relato ahora se aparta de la tienda de Jerusalén con el arca del pacto, y se refiere al tabernáculo mosaico de Gabaón. Se conservó en Gabaón el altar de los holocaustos (cap., 21: 29) junto con todo lo que concernía al tabernáculo, excepto el arca. El traslado del Arca a Jerusalén señaló el primer paso hacia el establecimiento de un nuevo santuario nacional. Por el momento continuó el sacerdocio de Sadoc en Gabaón, en el antiguo santuario de Israel. Ver com. 1 Rey. 3: 4; 2 Crón. 1: 3-6.
41. Para glorificar a Jehová.
Una parte característica de la fórmula litúrgico (ver 1 Crón. 16: 34; Sal. 136: 1-3, 26).
CBA T3
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