1. En aquellos días.
Lo que aquí se relata ocurrió por el tiempo de la primera invasión de Senaquerib, en el año 14 de Ezequías. En relación con la promesa de que sanaría a Ezequías, el Señor dijo que libraría a jerusalén de la mano del rey de Asiria y que añadiría 15 años a su reinado (cap. 20: 6). Esto concuerda con los detalles de la primera campaña de Senaquerib contra Judá en el año 14 de Ezequías (ver com. cap. 18: 13), y con el hecho de que éste reinó 29 años (cap. 18: 2). En Isa. 38, 39 y 2 Crón. 32: 24-31 se encuentran relatos paralelos de la enfermedad y curación de Ezequías.
Ordena tu casa.
Esta orden revela la razón por la cual Dios envió el mensaje a Ezequías. Había ciertas cosas que debían ser puestas en orden para entregar el mando del reino, como también quizás ciertos preparativos espirituales.
Morirás.
El curso normal de la enfermedad llevaría a una muerte segura. Esta profecía anticipaba los resultados que seguirían a las circunstancias existentes en ese momento. Al alterarse las circunstancias, se cambió esta predicción (ver vers. 5). Algunas profecías no son necesariamente absolutas, sino que pueden ser condicionales, como ocurrió en el caso del mensaje de Jonás a Nínive (Jon. 3: 4-10).
2. Oró.
Ezequías no pensó que sería inútil orar, como si el mensaje profético hubiera hecho inevitable su muerte. Si oramos, Dios puede hacer por nosotros lo que no haría si no orásemos. Sin embargo, cuando se pide una curación, debe hacérselo con un espíritu sumiso. Sólo Dios sabe si esa respuesta a la petición será para el bien de los que le ruegan, y si redundará para gloria suya. Al orar por los enfermos algunos han cometido el error de casi exigir que se conceda la vida al que sufre. La vida de los que así se salvaron en muchos casos no honró después a Dios. Habría sido mejor que esas personas hubieran pasado al descanso mientras tenían la esperanza de la salvación (ver 1JT 213, 214). La prolongación de su vida condujo a Ezequías a cometer el único grave error de su vida (vers. 12- 19). Si a su oración le hubiera añadido la frase, "pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mat. 26: 39), podría haber muerto con el registro de una vida intachable.
3. Con íntegro corazón.
La afirmación de Ezequías debe juzgarse de acuerdo con los tiempos cuando vivió. En la época de luz espiritual en que vivimos, por lo general no se considera correcto que el hombre presente ante Dios su propia bondad como la base para pedir su favor. Lamentablemente, los esfuerzos humanos distan tanto de alcanzar la norma divina, que se insta al suplicante a que ponga su confianza enteramente en los méritos de Cristo. Sin embargo es correcto, cuando hemos hecho en todo lo mejor posible, que presentemos las promesas de Dios como la base de nuestra confianza.
4. La mitad del patio.
"Del patio central" (BJ). Aunque el hebreo no dice "patio", sino "ciudad", casi todas las versiones traducen "patio". Antes de que Isaías abandonara el palacio se le ordenó que regresara. Dios siempre oye al que presenta su súplica en sincera oración. La respuesta podrá no ser la que se espera, ni tan inmediata directa como en el caso de Ezequías, pero el Señor oye y hace que todas las cosas ayuden a bien a los que le aman (Rom. 8: 28).
5. Príncipe.
Título de honor del elegido para gobernar al pueblo de Dios (ver 1 Sam. 9: 16; 10: 1; 13: 14; 2 Sam. 5: 2; 1 Rey. 1: 35).
Yo te sano.
Dios podría haber sanado a Ezequías al instante, pero no lo hizo.
Al tercer día.
Es decir, que al tercer día Ezequías estaría lo suficientemente sano como para ir al templo y alabar a Dios. Se insinúa aquí que lo primero que hizo Ezequías después de su recuperación fue ir al templo para agradecer a Dios.
6. Quince años.
Ver com. vers. 1.
7. Tomad masa de higos.
El rey podría haber protestado por este remedio tan sencillo, ya que padecía una enfermedad fatal. Es probable que la infección de la "llaga" ( "úlcera" , BJ, NC y VM) se hubiera extendido y amenazara acabar con la vida de Ezequías, que su enfermedad había llegado a tal punto que ningún remedio común era eficaz. Quizá el rey pensó que el Señor debía hacer algo extraordinario para salvarle la vida; pero cuando se dio la instrucción de que se usara un remedio sencillo, se obedeció esta orden y el rey sanó. Puede ser que el hombre no comprenda las razones por las cuales el Señor obra de cierta manera, pero siempre demostrará su discernimiento espiritual obedeciendo sus mandatos.
Hay, además, otra lección: cuando se pide a Dios que sane a una persona, no se debe excluir el uso de remedios naturales; el empleo de tales recursos no revela falta de fe. Después de presentarse una petición a Dios para que sane a alguien, es nuestro deber hacer todo lo que esté de nuestra parte para aliviar el sufrimiento y contrarrestar la enfermedad (ver CH 381, 382) mediante el uso de remedios naturales.
8. ¿Qué señal?
Ver com. cap. 19: 29. Ezequías quiso recibir de inmediato una señal de que el Señor cumpliría lo que había dicho (ver com. Jos. 7: 14; Juec. 6: 36).
10. Vuelva atrás.
La sombra de un reloj de piedra avanza gradualmente, en forma natural, con el movimiento del sol; pero si de pronto retrocediera, sería algo sumamente extraordinario. Por esta razón Ezequías escogió dicha señal.
11. Diez grados atrás.
Las conjeturas en cuanto al método usado por Dios para realizar sus milagros no aportan ningún beneficio. La señal ocurrió por directa intervención divina.
El reloj de Acaz.
En la antigüedad se empleaban relojes de sol de diversos tipos en Babilonia, Asiria, Egipto y Roma. Acaz pudo haber conseguido uno de Asiria por su relación con Tiglat-pileser.
En el relato paralelo de Isaías se registran a continuación la oración y el canto de agradecimiento de Ezequías por su curación (ver Isa. 38: 9-20).
12. Merodac-baladán.
Este nombre corresponde con el del belicoso Marduk-apaliddina, rey de Babilonia desde 721 hasta 709, según el Canon de Tolomeo. Fue rey de Babilonia de nuevo por un corto lapso en 703. Era un aguijón en la carne de los asirios, pues significaba una constante amenaza para el dominio asirio de Babilonia. Cuando ocurrió la campaña de Senaquerib en el año 14 de Ezequías y la enfermedad de éste, Merodacbaladán era, según la cronología de los reyes empleada en este comentario, un rey exiliado que buscaba aliados que también se opusieran a Asiria, y que pudieran ayudarle en su guerra contra los asirios. Aunque había sido depuesto, bien podían llamarlo "rey de Babilonia" quienes lo consideraran como el monarca legal, aunque destronado. Sin duda así lo reconoció Ezequías.
Hijo de Baladán.
Merodac-baladán era rey de una tribu caldea llamada Bít-Yakin, o "casa de Yakin". En algunas inscripciones asirias del siglo VIII AC, Marduk-apal-iddina figura como "hijo de Yakin", pero esto puede entenderse como "descendiente" o "sucesor", ya que en las inscripciones asirias Jehú también figura como "hijo de Omri" aunque fue el que aniquiló la dinastía de Omri. Una carta en cuneiforme dirigida a Senaquerib nombra a Apla-iddin . Se considera que éste sería Baladán, padre de Merodac-baladán.
Envió mensajeros con cartas.
Los astrónomos babilonios notaron este notable milagro del reloj de sol (ver 2 Crón. 32: 31). Cuando Merodac-baladán supo la razón del milagro, envió mensajeros a Jerusalén para felicitar a Ezequías y para saber más del Dios que podía hacer tales maravillas (ver PR 255). Es posible que esos enviados también hubieran aprovechado la oportunidad para felicitar a Ezequías por su valiente resistencia contra Asiria. Quizá, al mismo tiempo, Merodac-baladán procuró formalizar una alianza con Ezequías contra el enemigo común.
13. Toda la casa.
Sin duda Ezequías se sintió halagado por la atención que le prestaba el "rey de Babilonia". Al mostrar a los enviados de Babilonia sus tesoros y descubrirles sus recursos, ofrecía una carnada a la codicia de estos extranjeros que volverían antes de 50 años para tomar esos tesoros y llevárselos a Babilonia.
14. Entonces el profeta Isaías vino.
Ezequías había cometido un serio error que ponía en peligro la seguridad de la nación, por esto Dios envió al profeta para llamarle la atención.
De lejanas tierras.
Si Ezequías ya había hecho algún pacto formal con Merodacbaladán, es probable que con esta declaración intentara restar importancia a las obligaciones de tal pacto. Josué pensó que sería correcto hacer un pacto con los gabaonitas pues venían de "tierra muy lejana" (Jos. 9: 9-15). Quizás Ezequías opinó que la distancia que separaba a Judá de Babilonia lo excusaría de haber concertado relaciones amistosas con Merodac-baladán. Por medio de Isaías el Señor había instado a su pueblo a que no se asociara con poderes extranjeros, sino que confiara en Dios (Isa. 8: 9-13; 30: 1-7; 31: 1-5).
Babilonia.
Es decir, el país de Babilonia. En la Biblia se usa la misma palabra para referirse al país y a su capital. Merodac-baladán, caldeo del sur de Babilonia, no dominaba en ese momento la ciudad de Babilonia porque los asirios habían colocado allí a un rey vasallo. Estaba en el exilio, quizá en Elam, aunque sin duda todavía tenía en Babilonia a muchas personas que lo apoyaban. En ese momento se consideraba que Babilonia, dominada por Asiria, era una nación débil e insignificante, tan distante, que nunca constituiría una amenaza; pero ya se estaba convirtiendo en el tema de los profetas (Isa. 13; 14: 1-23; 43: 14; 46: 1, 2; 47: 1-15; Miq. 4: 10). Pronto Babilonia, y ya no Asiria, sería el gran enemigo y el poder que causaría la caída de Judá.
15. ¿Qué vieron?
Vieron lo que Ezequías quiso mostrarles. ¡Cuán grande fue la oportunidad del rey de dar testimonio en favor de Dios! El Señor lo había curado de una enfermedad mortal. El notable milagro de la sombra del reloj de sol había despertado un amplio interés. Ezequías podría haber dado testimonio de la maravillosa misericordia y del poder de Dios, y haber mandado a los emisarios de Merodac-baladán de vuelta a su tierra bien instruidos en lo que Dios es capaz de hacer y hace en beneficio de sus hijos; pero fracasó por completo. Hoy se nos formula la misma pregunta que se hizo a Ezequías. El Señor nos pregunta qué ve la gente en nuestras casas y en nuestra vida.
En mis tesoros.
Ezequías estaba demasiado preocupado con sus tesoros terrenales. Habría sido mucho mejor que hubiera valorado debidamente el Tesoro celestial, y hubiera dado a esos mensajeros babilonios una vislumbre de la Perla de gran precio (Mat. 13: 44-46).
17. Será llevado a Babilonia.
Esta predicción se cumplió más o menos después de un siglo. Los ejércitos de Nabucodonosor se llevaron los tesoros de Judá a Babilonia (caps 24, 25).
18. Tus hijos.
En hebreo, la palabra "hijos" muchas veces significa posteridad. Manasés, hijo de Ezequías, fue llevado a Babilonia por los asirios (2 Crón. 33: 11). En tiempos de Nabucodonosor, muchos miembros de la familia real fueron llevados al cautiverio babilónico (2 Rey. 24: 12; 25: 6, 7). Esto se cumplió en el caso de Daniel y sus tres amigos (ver Dan. 1: 3-7).
19. La palabra de Jehová que has hablado es buena.
Ezequías reconoció que las palabras de Isaías eran las palabras del Señor, y no pudo menos que reconocer que esas palabras eran justas. Sabía que merecía esa censura.
Paz y seguridad.
Ezequías se alegró especialmente porque el castigo no sobrevendría en sus días, sino que la prosperidad y la paz continuarían durante su reinado. Era una reacción natural, pero a la vez egoísta. Ezequías debería haberse preocupado por los problemas que su acción precipitada traería sobre su posteridad.
20. El estanque.
Se cree que se trata del estanque interior de Siloé, al suroeste de la antigua ciudad de David. El "conducto", [ "la traída de aguas" , BJ], es el famoso túnel de Siloé. El agua venía desde la fuente de Cihón, en el valle de Cedrón. El túnel fue llamado Siloé, que significa "enviado" o "conducido". Sus aguas se juntaban en el estanque de Siloé (Juan 9: 7). El túnel tenía 533 m de longitud.
En 1880 se descubrió en la pared de este túnel una interesante inscripción escrita en hebreo, y se cree que corresponde a los días de Ezequías. En ella se narra cómo los obreros comenzaron a trabajar desde ambos extremos, y cómo se aproximaron excavando hasta que finalmente se encontraron en el centro. Los ingenieros de Ezequías construyeron una notable obra de ingeniería para proveer de agua a los residentes de la ciudad en tiempo de sitio. Se han encontrado túneles similares en Gezer y Meguido. En la pág. 89 aparece la traducción de la inscripción de Siloé.
21. Durmió Ezequías.
Los funerales de Ezequías se destacaron por los honores extraordinarios que recibió, pues " "lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda Jerusalén" " (2 Crón. 32: 33).
CBA T2
Lo que aquí se relata ocurrió por el tiempo de la primera invasión de Senaquerib, en el año 14 de Ezequías. En relación con la promesa de que sanaría a Ezequías, el Señor dijo que libraría a jerusalén de la mano del rey de Asiria y que añadiría 15 años a su reinado (cap. 20: 6). Esto concuerda con los detalles de la primera campaña de Senaquerib contra Judá en el año 14 de Ezequías (ver com. cap. 18: 13), y con el hecho de que éste reinó 29 años (cap. 18: 2). En Isa. 38, 39 y 2 Crón. 32: 24-31 se encuentran relatos paralelos de la enfermedad y curación de Ezequías.
Ordena tu casa.
Esta orden revela la razón por la cual Dios envió el mensaje a Ezequías. Había ciertas cosas que debían ser puestas en orden para entregar el mando del reino, como también quizás ciertos preparativos espirituales.
Morirás.
El curso normal de la enfermedad llevaría a una muerte segura. Esta profecía anticipaba los resultados que seguirían a las circunstancias existentes en ese momento. Al alterarse las circunstancias, se cambió esta predicción (ver vers. 5). Algunas profecías no son necesariamente absolutas, sino que pueden ser condicionales, como ocurrió en el caso del mensaje de Jonás a Nínive (Jon. 3: 4-10).
2. Oró.
Ezequías no pensó que sería inútil orar, como si el mensaje profético hubiera hecho inevitable su muerte. Si oramos, Dios puede hacer por nosotros lo que no haría si no orásemos. Sin embargo, cuando se pide una curación, debe hacérselo con un espíritu sumiso. Sólo Dios sabe si esa respuesta a la petición será para el bien de los que le ruegan, y si redundará para gloria suya. Al orar por los enfermos algunos han cometido el error de casi exigir que se conceda la vida al que sufre. La vida de los que así se salvaron en muchos casos no honró después a Dios. Habría sido mejor que esas personas hubieran pasado al descanso mientras tenían la esperanza de la salvación (ver 1JT 213, 214). La prolongación de su vida condujo a Ezequías a cometer el único grave error de su vida (vers. 12- 19). Si a su oración le hubiera añadido la frase, "pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mat. 26: 39), podría haber muerto con el registro de una vida intachable.
3. Con íntegro corazón.
La afirmación de Ezequías debe juzgarse de acuerdo con los tiempos cuando vivió. En la época de luz espiritual en que vivimos, por lo general no se considera correcto que el hombre presente ante Dios su propia bondad como la base para pedir su favor. Lamentablemente, los esfuerzos humanos distan tanto de alcanzar la norma divina, que se insta al suplicante a que ponga su confianza enteramente en los méritos de Cristo. Sin embargo es correcto, cuando hemos hecho en todo lo mejor posible, que presentemos las promesas de Dios como la base de nuestra confianza.
4. La mitad del patio.
"Del patio central" (BJ). Aunque el hebreo no dice "patio", sino "ciudad", casi todas las versiones traducen "patio". Antes de que Isaías abandonara el palacio se le ordenó que regresara. Dios siempre oye al que presenta su súplica en sincera oración. La respuesta podrá no ser la que se espera, ni tan inmediata directa como en el caso de Ezequías, pero el Señor oye y hace que todas las cosas ayuden a bien a los que le aman (Rom. 8: 28).
5. Príncipe.
Título de honor del elegido para gobernar al pueblo de Dios (ver 1 Sam. 9: 16; 10: 1; 13: 14; 2 Sam. 5: 2; 1 Rey. 1: 35).
Yo te sano.
Dios podría haber sanado a Ezequías al instante, pero no lo hizo.
Al tercer día.
Es decir, que al tercer día Ezequías estaría lo suficientemente sano como para ir al templo y alabar a Dios. Se insinúa aquí que lo primero que hizo Ezequías después de su recuperación fue ir al templo para agradecer a Dios.
6. Quince años.
Ver com. vers. 1.
7. Tomad masa de higos.
El rey podría haber protestado por este remedio tan sencillo, ya que padecía una enfermedad fatal. Es probable que la infección de la "llaga" ( "úlcera" , BJ, NC y VM) se hubiera extendido y amenazara acabar con la vida de Ezequías, que su enfermedad había llegado a tal punto que ningún remedio común era eficaz. Quizá el rey pensó que el Señor debía hacer algo extraordinario para salvarle la vida; pero cuando se dio la instrucción de que se usara un remedio sencillo, se obedeció esta orden y el rey sanó. Puede ser que el hombre no comprenda las razones por las cuales el Señor obra de cierta manera, pero siempre demostrará su discernimiento espiritual obedeciendo sus mandatos.
Hay, además, otra lección: cuando se pide a Dios que sane a una persona, no se debe excluir el uso de remedios naturales; el empleo de tales recursos no revela falta de fe. Después de presentarse una petición a Dios para que sane a alguien, es nuestro deber hacer todo lo que esté de nuestra parte para aliviar el sufrimiento y contrarrestar la enfermedad (ver CH 381, 382) mediante el uso de remedios naturales.
8. ¿Qué señal?
Ver com. cap. 19: 29. Ezequías quiso recibir de inmediato una señal de que el Señor cumpliría lo que había dicho (ver com. Jos. 7: 14; Juec. 6: 36).
10. Vuelva atrás.
La sombra de un reloj de piedra avanza gradualmente, en forma natural, con el movimiento del sol; pero si de pronto retrocediera, sería algo sumamente extraordinario. Por esta razón Ezequías escogió dicha señal.
11. Diez grados atrás.
Las conjeturas en cuanto al método usado por Dios para realizar sus milagros no aportan ningún beneficio. La señal ocurrió por directa intervención divina.
El reloj de Acaz.
En la antigüedad se empleaban relojes de sol de diversos tipos en Babilonia, Asiria, Egipto y Roma. Acaz pudo haber conseguido uno de Asiria por su relación con Tiglat-pileser.
En el relato paralelo de Isaías se registran a continuación la oración y el canto de agradecimiento de Ezequías por su curación (ver Isa. 38: 9-20).
12. Merodac-baladán.
Este nombre corresponde con el del belicoso Marduk-apaliddina, rey de Babilonia desde 721 hasta 709, según el Canon de Tolomeo. Fue rey de Babilonia de nuevo por un corto lapso en 703. Era un aguijón en la carne de los asirios, pues significaba una constante amenaza para el dominio asirio de Babilonia. Cuando ocurrió la campaña de Senaquerib en el año 14 de Ezequías y la enfermedad de éste, Merodacbaladán era, según la cronología de los reyes empleada en este comentario, un rey exiliado que buscaba aliados que también se opusieran a Asiria, y que pudieran ayudarle en su guerra contra los asirios. Aunque había sido depuesto, bien podían llamarlo "rey de Babilonia" quienes lo consideraran como el monarca legal, aunque destronado. Sin duda así lo reconoció Ezequías.
Hijo de Baladán.
Merodac-baladán era rey de una tribu caldea llamada Bít-Yakin, o "casa de Yakin". En algunas inscripciones asirias del siglo VIII AC, Marduk-apal-iddina figura como "hijo de Yakin", pero esto puede entenderse como "descendiente" o "sucesor", ya que en las inscripciones asirias Jehú también figura como "hijo de Omri" aunque fue el que aniquiló la dinastía de Omri. Una carta en cuneiforme dirigida a Senaquerib nombra a Apla-iddin . Se considera que éste sería Baladán, padre de Merodac-baladán.
Envió mensajeros con cartas.
Los astrónomos babilonios notaron este notable milagro del reloj de sol (ver 2 Crón. 32: 31). Cuando Merodac-baladán supo la razón del milagro, envió mensajeros a Jerusalén para felicitar a Ezequías y para saber más del Dios que podía hacer tales maravillas (ver PR 255). Es posible que esos enviados también hubieran aprovechado la oportunidad para felicitar a Ezequías por su valiente resistencia contra Asiria. Quizá, al mismo tiempo, Merodac-baladán procuró formalizar una alianza con Ezequías contra el enemigo común.
13. Toda la casa.
Sin duda Ezequías se sintió halagado por la atención que le prestaba el "rey de Babilonia". Al mostrar a los enviados de Babilonia sus tesoros y descubrirles sus recursos, ofrecía una carnada a la codicia de estos extranjeros que volverían antes de 50 años para tomar esos tesoros y llevárselos a Babilonia.
14. Entonces el profeta Isaías vino.
Ezequías había cometido un serio error que ponía en peligro la seguridad de la nación, por esto Dios envió al profeta para llamarle la atención.
De lejanas tierras.
Si Ezequías ya había hecho algún pacto formal con Merodacbaladán, es probable que con esta declaración intentara restar importancia a las obligaciones de tal pacto. Josué pensó que sería correcto hacer un pacto con los gabaonitas pues venían de "tierra muy lejana" (Jos. 9: 9-15). Quizás Ezequías opinó que la distancia que separaba a Judá de Babilonia lo excusaría de haber concertado relaciones amistosas con Merodac-baladán. Por medio de Isaías el Señor había instado a su pueblo a que no se asociara con poderes extranjeros, sino que confiara en Dios (Isa. 8: 9-13; 30: 1-7; 31: 1-5).
Babilonia.
Es decir, el país de Babilonia. En la Biblia se usa la misma palabra para referirse al país y a su capital. Merodac-baladán, caldeo del sur de Babilonia, no dominaba en ese momento la ciudad de Babilonia porque los asirios habían colocado allí a un rey vasallo. Estaba en el exilio, quizá en Elam, aunque sin duda todavía tenía en Babilonia a muchas personas que lo apoyaban. En ese momento se consideraba que Babilonia, dominada por Asiria, era una nación débil e insignificante, tan distante, que nunca constituiría una amenaza; pero ya se estaba convirtiendo en el tema de los profetas (Isa. 13; 14: 1-23; 43: 14; 46: 1, 2; 47: 1-15; Miq. 4: 10). Pronto Babilonia, y ya no Asiria, sería el gran enemigo y el poder que causaría la caída de Judá.
15. ¿Qué vieron?
Vieron lo que Ezequías quiso mostrarles. ¡Cuán grande fue la oportunidad del rey de dar testimonio en favor de Dios! El Señor lo había curado de una enfermedad mortal. El notable milagro de la sombra del reloj de sol había despertado un amplio interés. Ezequías podría haber dado testimonio de la maravillosa misericordia y del poder de Dios, y haber mandado a los emisarios de Merodac-baladán de vuelta a su tierra bien instruidos en lo que Dios es capaz de hacer y hace en beneficio de sus hijos; pero fracasó por completo. Hoy se nos formula la misma pregunta que se hizo a Ezequías. El Señor nos pregunta qué ve la gente en nuestras casas y en nuestra vida.
En mis tesoros.
Ezequías estaba demasiado preocupado con sus tesoros terrenales. Habría sido mucho mejor que hubiera valorado debidamente el Tesoro celestial, y hubiera dado a esos mensajeros babilonios una vislumbre de la Perla de gran precio (Mat. 13: 44-46).
17. Será llevado a Babilonia.
Esta predicción se cumplió más o menos después de un siglo. Los ejércitos de Nabucodonosor se llevaron los tesoros de Judá a Babilonia (caps 24, 25).
18. Tus hijos.
En hebreo, la palabra "hijos" muchas veces significa posteridad. Manasés, hijo de Ezequías, fue llevado a Babilonia por los asirios (2 Crón. 33: 11). En tiempos de Nabucodonosor, muchos miembros de la familia real fueron llevados al cautiverio babilónico (2 Rey. 24: 12; 25: 6, 7). Esto se cumplió en el caso de Daniel y sus tres amigos (ver Dan. 1: 3-7).
19. La palabra de Jehová que has hablado es buena.
Ezequías reconoció que las palabras de Isaías eran las palabras del Señor, y no pudo menos que reconocer que esas palabras eran justas. Sabía que merecía esa censura.
Paz y seguridad.
Ezequías se alegró especialmente porque el castigo no sobrevendría en sus días, sino que la prosperidad y la paz continuarían durante su reinado. Era una reacción natural, pero a la vez egoísta. Ezequías debería haberse preocupado por los problemas que su acción precipitada traería sobre su posteridad.
20. El estanque.
Se cree que se trata del estanque interior de Siloé, al suroeste de la antigua ciudad de David. El "conducto", [ "la traída de aguas" , BJ], es el famoso túnel de Siloé. El agua venía desde la fuente de Cihón, en el valle de Cedrón. El túnel fue llamado Siloé, que significa "enviado" o "conducido". Sus aguas se juntaban en el estanque de Siloé (Juan 9: 7). El túnel tenía 533 m de longitud.
En 1880 se descubrió en la pared de este túnel una interesante inscripción escrita en hebreo, y se cree que corresponde a los días de Ezequías. En ella se narra cómo los obreros comenzaron a trabajar desde ambos extremos, y cómo se aproximaron excavando hasta que finalmente se encontraron en el centro. Los ingenieros de Ezequías construyeron una notable obra de ingeniería para proveer de agua a los residentes de la ciudad en tiempo de sitio. Se han encontrado túneles similares en Gezer y Meguido. En la pág. 89 aparece la traducción de la inscripción de Siloé.
21. Durmió Ezequías.
Los funerales de Ezequías se destacaron por los honores extraordinarios que recibió, pues " "lo sepultaron en el lugar más prominente de los sepulcros de los hijos de David, honrándole en su muerte todo Judá y toda Jerusalén" " (2 Crón. 32: 33).
CBA T2
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