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CBA - Libro de Esdras Capítulo 2


CBA Libro de Esdras Capítulo 2

1. Los hijos de la provincia.

La ciudad de Babilonia era una de las capitales del Imperio Persa, y su territorio era una satrapía administrada por un sátrapa; pero Judá era una provincia. El uso de esta expresión demuestra que el autor conocía bien la situación política de ese tiempo.

Cada uno a su ciudad.

Cuando volvieron los exiliados, no sólo se radicaron en Jerusalén, 334 sino también en los pueblos y las aldeas de las inmediación, como Jericó, Tecoa, Gabaón, Mizpa y varias otras (ver Neh. 3: 2-19;11: 20-35).

2. Zorobabel.

El dirigente político de los repatriados. Se lo llama hijo de Salatiel (cap. 3: 2; etc.). Pero en 1 Crón. 3: 19, se lo designa como a uno de los hijos de Pedaías, hermano de Salatiel. Esta aparente discrepancia puede explicarse suponiendo que hubo un matrimonio de levirato (ver com. Deut. 25: 5-10) entre la viuda sin hijos de Salatiel y Pedaías, hermano del fallecido. El primer hijo varón de este matrimonio sería considerado como heredero de Salatiel (ver com. Mat. 1: 12). Aunque en realidad Zorobabel había sido hijo de Pedaías, se lo llama hijo de Salatiel en la mayoría de los pasajes donde se lo nombra. El que sólo se designe a Zorobabel como hijo de Pedaías en un pasaje donde Salatiel aparece como si no hubiera tenido hijos, aunque era mayor que su hermano Pedaías, apoya la teoría de un matrimonio de levirato.

Hageo (cap. 1: 1) dice que Zorobabel, nieto del rey Joaquín, era gobernador de Judá. De modo que Ciro designó a un descendiente de un anterior rey de Judá para que gobernara en nombre del rey de Persia. Bien podía esperar Ciro que esa designación agradara a los Judíos. Naturalmente, servirían con mejor disposición a uno de sus propios príncipes que a un extranjero.

Jesúa.

Yeshua' es la forma aramea del nombre hebreo que generalmente se traduce como "Josué". Este Jesúa fue el dirigente espiritual de los exiliados que volvieron a Judea, el "Josué... sumo sacerdote" de Hag. 1: 1 y Zac. 3: 1. También se lo menciona en Esd. 3: 2, Neh. 12: 1; etc. Era descendiente directo de Aarón por parte de su padre Josadac, sumo sacerdote cuando Nabucodonosor sojuzgó a los judíos (1 Crón. 6: 3-15; Esd. 3: 2). Es probable que Jesúa hubiera nacido en el exilio, pues vivió para ver el fin de la construcción del templo 20 años después del regreso a Jerusalén.

De este modo, dos hombres de la antigua nobleza judía dirigieron la restauración de Judá. Uno era descendiente de la antigua casa real y fue designado como dirigente político. El otro, hijo del último sumo sacerdote antes del cautiverio, fue el dirigente espiritual. Es posible que algún consejero de confianza, como Daniel, le hubiera sugerido a Ciro que los designara. Sin duda los dos fueron elegidos por, tener un carácter, intachable y porque gozaban de la confianza de su pueblo.

Nehemías.

Se desconoce cuáles fueron las funciones desempeñadas por los otros diez dirigentes que se enumeran, puesto que sus nombres no sus nombres no vuelven sino en la lista paralela de Neh. 7. Quizá fueran los ancianos que se mencionan con frecuencia en pasajes posteriores (ver cap. 9:, 9; etc.).

El número de los varones.

La lista de los exiliados que se presenta a continuación muestra la importancia que los judíos asignaban a sus árboles genealógicos. Aunque se los había llevado a Babilonia en las condiciones más deplorables que puedan imaginarse, indudablemente muchos habían conservado sus documentos genealógicos. Pero otros no habían tenido esa suerte y no podían demostrar su ascendencia (vers. 59).

Las cifras que se dan para los diversos grupos familiares presentan ligeras diferencias con los números que aparecen en la lista que Nehemías usó casi un siglo más tarde para guiarse al repoblar Jerusalén. De los 42 números dados por Esdras (vers. 3-60), 18 son diferentes de las cifras correspondientes de Neh. 7. Las diferencias son pequeñas y pueden explicarse suponiendo que se hicieron esas listas en tiempos diferentes, y que durante el intervalo la cantidad de personas había variado por muertes o nacimientos, o por alguna otra razón.

3. Hijos de Paros.

Sobresale esta gran familia de Paros, con 2.172 varones. Es también la primera en la lista correspondiente de Neh. 7. El nombre Paros significa "pulga". No se sabe cómo llegó la familia a adoptar tal nombre, pero es un hecho que los caudillos de las tribus árabes muchas veces toman nombres de animales, tales como lagartija, gacela, musaraña, etc. De la misma manera, algún caudillo de este clan judío pudo haber tomado el nombre "pulga", nombre que David asumió en forma figurada después de haber perdurado la vida de Saúl en la cueva de Engadi, para expresar su propia humildad en presencia del rey (1 Sam. 24: 14; 26: 20).

4. Sefatías.

Una antigua familia, cuyo nombre significa "Jehová ha juzgado". Este nombre aparece con frecuencia desde el tiempo de David en adelante.

5. Ara.

Este nombre, que significa "él ha vagado", aparece sólo una vez más para designar a un hombre de la tribu de Aser (1 Crón. 7: 39). Sin embargo, el nombre se halla en documentos babilónicos y puede haber sido adoptado durante el exilio.

6. Pahat-moab.

La mayor de las familias, con 2.812 hombres. El nombre significa "gobernador de Moab", lo que implica que algún caudillo de la faimilia había gobernado a Moab cuando ese país estaba sojuzgado por Judá.

7. Elam.

Este nombre aparece en 1 Crón. 8: 24; 26: 3.

8. Zatu.

Nada se sabe de este nombre, ni de Zacai que lo sigue (ver. 9).

10. Bani.

Este nombre aparece en los registros hebreos a partir del tiempo de David (2 Sam. 23: 36).

11. Bebai.

Nombre babilónico. Esta familia era nueva, o había cambiado su antiguo nombre por uno babilónico durante el exilio.

12. Azgad.

Sólo aquí aparece este nombre. La mayor diferencia numérica entre las listas de Esdras y Nehemías aparece aquí. Esdras indica 1.222 y Nehemías 2.322 (cap. 7: 17). Un copista posterior, puede ser responsable de esta aparente discrepancia.

13. Adonicam.

Este nombre sólo aparece aquí. Significa: "mi Señor se ha levantado".

14. Bigvai.

Un nombre persa. En los registros griegos es Bagoas. Un persa llamado Bigvai gobernó en Judá hacia fines del siglo V AC. Esta gran familia de 2.056 varones que retornó con Zorobabel puede haber tomado el nombre de Bigvai en honor de los persas. Esta familia quizá vino de una zona fronteriza con Persia y pudo haber apoyado la política persa. Los judíos siempre han demostrado gran adaptabilidad.

15. Adín.

Los nombres que aparecen en los vers. 15-19 son todos hebreos. De ellos nada se sabe.

20. Gibar.

Después de las 17 unidades tribales que se enumeran en los vers. 3-19, siguen 15 grupos, clasificados de acuerdo con ciudades o aldeas. Se desconoce la ubicación de Gibar. En la lista de Nehemías aparece Gabaón aquí (Neh. 7: 25).

21. Belén.

En Judá, a unos 8 km. al sur de Jerusalén. Lleva todavía hoy el nombre bíblico ( Bet léhem ) que significa "casa de pan".

22. Netofa.

Aldea cercana a Belén, cuya ubicación exacta se desconoce. Tampoco queda claro por qué motivo se llama "varones" a los habitantes de Netofa, Anatot, Micmas, Bet-el y Hai (vers. 23, 27, 28) al paso que se llama a los otros "hijos".

23. Anatot.

Ciudad levítica de Benjamín. Sus ruinas se encuentran junto a Anata a unos 5 km al noreste de Jerusalén. En un tiempo vivió allí el profeta Jeremías (Jer. 1: 1). Con referencia a la palabra "varones", ver com. vers. 22.

24. Azmavet.

Aldea situada al norte de Anatot. Ahora lleva el nombre de Hizma .

25. Quiriat-jearim.

Hoy se conoce como montículo (tell) de Qiryat Yearim. Se encuentra a unos 12 km. al noroeste de Jerusalén.

Cafira.

Denominada en árabe Tell Kefireh , al norte de Qiryat Yearim.

Beerot.

Suele identificarse este lugar con Bira, tanto por su ubicación como por el parecido del nombre. También se señala que Beerot en hebreo significa "pozos" y en Bira hay abundancia de agua. Se encuentra a unos 13 km. de Jerusalén, sobre el camino que va hacia el norte.

26. Ramá.

Quizá sea Ram, a unos 10 km. al norte de Jerusalén.

Geba.

Hoy se conoce como Yeba, al este de Ramá (ver com. 1 Sam. 13: 3).

27. Micmas.

hora se la denomina Mujmás al noroeste de Geba. Con referencia a la palabra "varones", ver com. vers. 22.

28. Bet-el.

Ahora Beitîn . Con referencia a la palabra "varones" ver com. vers. 22.

Hai.

Se ha identificado la ciudad de Hai con el lugar, denominado et-Tell en árabe, al sureste de Bet- el, donde se hicieron excavaciones entre 1933 y 1935. Esta identificación probablemente sea correcta en lo que se refiere a la ciudad postexílica de Hai, aunque se duda de que ése haya sido el sitio de la ciudad de Hai tomada por Josué (ver com. Jos. 7: 2).

29. Nebo.

Se recuerda este topónimo en el nombre de la aldea de Bet Anava, cerca de Ajalón, a unos 18 km. al noroeste de Jerusalén.

30. Magbis.

Localidad desconocida del centro de Palestina.

31.

Del otro Elam.

En vista de que Elam figura como nombre de familia (vers. 7), no puede saberse si aquí se indica un nombre geográfico o familiar.

32. Harim.

También esta designación se

337 ha tomado como nombre de un clan y no de un lugar. En los registros babilónicos del siglo V aparece el nombre personal Harimma' , por lo cual se ve que esta familia era una de las que había adoptado un nombre extranjero durante el exilio.

33. Lod, Hadid y Ono.

Estos tres lugares estaban a unos 40 km. al noroeste de Jerusalén. Lod lleva el nombre, de Lida en el NT. Hadid estaba a unos 6 km. al este noreste de Lod, y Ono estaba a unos 13 km. al norte de Lod.

34. Jericó.

Esta ciudad estaba en el valle del Jordán y por lo general se la identifica con Tell es-Sultan , junto a la moderna Jericó (ver t. I, pág. 132; t. II, pág. 44).

35. Senaa.

Es interesante encontrar al final de la lista de todas las familias que no son eclesiásticas y grupos de diferentes ciudades, la mayor unidad de todas -con 3.630 hombres- cuyo extraño nombre es "hijos de Senaa". El que se mencione en último lugar a este grupo podría indicar que se lo consideraba de menor importancia que los otros. Debido a que el nombre tiene en hebreo una terminación femenina, se ha pensado que representaría una aldea. Pero sería extraño que hubiera existido una aldea tan grande sin que se la mencionara en ningún otro pasaje. ¿Cómo podría haber desaparecido un lugar tal sin dejar rastro de su anterior existencia? Por esta razón, algunos comentadores consideran que se trata del nombre de una unidad familiar. Pero de ser así, ¿por qué se la menciona sola a pesar de su gran número, al final de una enumeración de grupos por aldeas? Por lo tanto, es razonable pensar que los 3.630 "hijos de Senaa" constituían un grupo de gente de clase inferior, como lo han sugerido Meyer y Kittel. El nombre Senaa aparece también en Neh. 11: 9 ("Senúa") y en 1 Crón, 9: 7 ("Asenúa"), donde significa "el odiado" Es posible que se dio este nombre a la gente que no podía comprobar su ascendencia y que no pertenecía a un grupo profesional, como el de los plateros o perfumeros (Neh. 3: 8, 31). Parecen haber sido nombres que no tenían un lugar establecido dentro de la sociedad, que carecían de ascendencia reconocida o derechos heredados. La misma suerte los unía. Es posible que no les hubiera ido bien en Babilonia y quizá volvieron muchos de ellos con la esperanza de lograr una mejor fortuna en Palestina.

36. Los sacerdotes.

De los sacerdotes, volvieron a Jerusalén cuatro familias, con un total de 4.289 hombres, y tres familias más que no podían probar su genealogía sacerdotal (vers. 61-63). Tres de las familias sacerdotales legítimas trazaban su ascendencia hasta hombres que habían sido jefes de las órdenes sacerdotales durante el reinado de David, a saber Jedaías, Imer y Harim (1 Crón. 24: 7, 8, 14). La otra familia descendía de un tal Pasur, de quien nada más se sabe. Ningún personaje bíblico de este nombre pudo haber sido antepasado de esta familia.

Las cuatro familias sacerdotales mencionadas en esta lista de repatriados eran todavía los principales representantes del sacerdocio en tiempos de Esdras, 80 años más tarde, cuando se mencionan a las cuatro en la lista de quienes habían tomado esposas extranjeras (Esd. 10: 18-22).

40. Levitas.

Sorprende saber que tan pocos servidores eclesiásticos de menor categoría volvieron a Jerusalén -sólo 74 levitas, 128 cantores, 139 porteros y otros 392 servidores del templo- un total de 733 hombres en comparación con más de 4.000 sacerdotes que regresaron.

Por la historia del reino de Judá sabemos que a veces el servicio del templo había decaído, y que muchos de los que servían en el templo se habían relacionado con los lugares altos paganos (ver com. Juec. 5: 18) que se habían establecido en todo el país. Todos esos altos fueron destruidos por Josías como parte de su gran reforma (2 Rey. 23: 5, 8, 13), y sus sacerdotes fueron llevados a Jerusalén. Pero se les negó un lugar en el santuario y en el altar del templo, e indudablemente sólo se les permitió que desempeñaran las tareas más humildes (ver com. 2 Rey. 23: 9).

Ezequiel habla de la mala conducta del personal del templo antes del exilio, pero los sacerdotes del linaje de Sadoc parecen haberse mantenido relativamente incontaminados de idolatría. En el servicio del templo que Ezequiel vio en visión, ellos debían haber ejercido el sacerdocio. A sus hermanos los levitas sólo se debía permitir que realizaran las tareas humildes del nuevo templo. Por eso los levitas no podían esperar que ocuparan puestos encumbrados; y por lo tanto la mayoría de ellos pudo haber preferido permanecer en el exilio.

Otra razón de por qué regresaron tan 338 pocos levitas tal vez fue que pocos de ellos habían ido al exilio. Al principio Nabucodonosor sólo deportó a los funcionarios encumbrados, a la nobleza y los componentes de las fuerzas armadas. Los levitas no pertenecían a ninguna de estas clases -a lo menos desde el tiempo de Josías- y por eso es posible que no hubieran sido deportados en tan gran número como los sacerdotes. Si sólo había unos pocos levitas en el exilio, naturalmente el número de los que volvieron también tuvo que ser pequeño.

41. Los cantores.

Una clase especial de levitas. Sólo hay representantes de una familia, la de Asaf, uno de los principales músicos del tiempo de David (1 Crón. 6: 39, 43; 16: 5, 6). No se sabe qué pasó con los descendientes de los otros directores de música que se mencionan en los sobrescritos de los Salmos y en otros pasajes bíblicos.

42. Porteros.

Otra profesión que se conoció a partir del tiempo de David. Con sus músicos corredores, sus portones y sus patios, el templo requería una fuerza policial para mantener el orden y la seguridad, sobre todo en ocasión de las fiestas anuales.

43. Los sirvientes del templo.

Heb. nethinin , de la raíz nathan , "dar". O sea, los "donados" (BJ). Sin duda esto se refiere a los que habían sido consagrados o dedicados al santuario. Desde el tiempo de Josué (Jos. 9: 27) se había empleado a extranjeros para los trabajos más serviles del templo. De vez en cuando pueden haberse añadido prisioneros de guerra a estos sirvientes del templo (ver Esd. 8: 20). Estos "sirvientes" que retornaron pertenecían a 35 familias.

55. Los siervos de Salomón.

Es evidente que Salomón había aumentado el número del personal de servicio del templo, porque los nuevos edificios demandaban mucho mayor atención (1 Rey. 9: 20, 21; 2 Crón. 8: 7, 8).Como constituían la categoría inferior de los servidores eclesiásticos, se los menciona en último lugar. Vivían en aldeas separadas o en sus propias residencias de Jerusalén, y aunque no eran israelitas, habían convenido en observar toda la ley (ver Neh. 10: 29-31). La ley deuteronómica exigía que se los considerara como parte de la congregación de Israel (Deut. 29: 10-13; Exo. 20: 10), y que se los tratara como si fueran israelitas. Diez familias de "siervos de Salomón" volvieron con Zorobabel.

58. Todos los sirvientes.

Los sirvientes del templo (vers. 43-54) y los siervos de Salomón (vers. 55-57) indudablemente estaban tan relacionados en su origen y su trabajo, que se da su número como si hubieran constituido un solo grupo. Hay representantes de 45 familias, con un promedio de 8 varones cada una. Por lo tanto, resulta evidente que por alguna razón desconocida, sus unidades familiares eran mucho más pequeñas que las de los judíos de pura sangre. Más tarde, en tiempo de Esdras, volvieron 220 "sirvientes del templo" más (cap. 8: 20). Deben haber llegado a Babilonia los informes de quienes habían vuelto con Zorobabel en el sentido de que habían encontrado buenos cargos en el servicio del templo, y muchos más estuvieron dispuestos a desprenderse de sus relaciones con Mesopotamia para volver a Palestina.

59. Tel-mela.

Se desconoce la ubicación de los cuatro lugares de Mesopotamia que se enumeran en este pasaje. de estos cuatro lugares fueron 652 hombres (vers. 60), pertenecientes a tres grupos familiares, los que no pudieron dar pruebas de que descendían de judíos. Si sus antepasados habían sido legítimos habitantes de Judá cuando Nabucodonosor invadió el país, es posible que hubieran sido muy maltratados, ya fuera durante el viaje a Babilonia, o como esclavos después de haber llegado allí, y por eso perdieron todos sus documentos de identificación (ver com. vers. 2).

61. Sacerdotes.

Tres de las familias que regresaban pretendían pertenecer al sacerdocio, pero no pudieron presentar credenciales válidas. El gobernador les negó la posibilidad de ejercer como sacerdotes hasta que un sumo sacerdote pudiera lograr una decisión divina por medio de Urim y Tumim. Es extraño que no aparezca el número de estos sacerdotes en esta lista ni en la de Neh. 7.

Cos.

Es posible que más tarde esta familia pudiera confirmar su derecho al sacerdocio, porque encontramos a un tal "Meremot, hijo de Urías, hijo de Cos" que participó en la construcción del muro de la ciudad en tiempo de Nehemías (Neh. 3: 4, 21). Esdras (cap. 8: 33) sencillamente lo llama "sacerdote Meremot hijo de Urías". Parece que los miembros de esta familia encontraron sus credenciales o pudieron obtener alguna otra prueba de que sus antepasados habían sido sacerdotes, o por Urim y Tumim se reveló la voluntad 339 de Dios respecto a ellos.

63. El gobernador.

En hebreo se lo designa tirshatha' , título honorífico persa ( tarshta ) usado para designar al gobernador de una provincia. Equivalía a "su excelencia". Su significado literal es "el temido".

Urim y Tumim.

Ver com. Exo. 28: 15, 30. Es evidente, que Zorobabel esperaba que la posibilidad de obtener una respuesta directa de parte de Dios por medio de Urim y Tumim -que había existido en tiempos preexílicos- sería restablecida en cuanto la nueva congregación se estableciera en Jerusalén y se recomenzaran los servicios del templo. No se sabe si esto se cumplió o no.

64. Toda la congregación.

La suma total de las cifras dadas en los versículos anteriores es de 29.818, al paso que se dice que el número total de repatriados fue de 42.360. Es pues evidente que además de los hombres que se enumeran en forma detallada, deben haber ido otros 12.542. Puesto que este número es demasiado grande para que se considere que corresponde con los miembros de las tres familias de sacerdotes, cuyo número no aparece (ver com. vers. 61), la idea de que se refiere a mujeres debe considerarse como una posible solución del problema. Si así fue, puede explicarse el número relativamente pequeño de mujeres -en comparación con el número de hombres que volvieron- suponiendo que muchos hombres dejaron sus familias en Babilonia con sus parientes hasta que pudieran prepararles hogares en Palestina. Probablemente, las mujeres debían ir después en una caravana en cuanto la situación en Palestina lo permitiese. Puesto que en los siguientes versículos se dice que están incluidas las siervas y las cantoras, junto con sus colegas mas masculinos, parecería que las esposas de los ciudadanos libres tampoco fueron omitidas del número total. Por eso se ha de entender, que las 42.360 personas constituyen el número total de ciudadanos que volvieron: hombres, mujeres y personal eclesiástico.

65. Sin contar sus siervos.

Después de enumerar a todos los judíos y también a los que pretendían formar parte de la congregación, se dice que había 7.337 esclavos, hombres y mujeres. Es evidente que no eran judíos, no sólo por la posición social que ocupaban, sino también por el lugar que se les da al final de la lista, después de haberse dado la cifra de "toda la congregación". Sorprende saber que en los 50 años de su cautiverio algunos de los judíos habían mejorado su posición social hasta el punto de haber adquirido esclavos: uno por cada seis judíos.

Cantores y cantoras.

Algunos han pensado que estos artistas que no eran judíos debían aumentar el número relativamente pequeño de cantores levíticos (ver com. vers. 41). Sin embargo, esto es poco probable. Algunos comentadores considerara que se trata de músicos profesionales seculares. Cuando los israelitas salieron de Egipto, unos 1.000 años antes, una "multitud de toda clase de gentes" salió con ellos (Exo. 12: 38), y en el desierto ocasionaron muchos problemas (Núm. 11: 4). No sería extraño que al salir de Babilonia los judíos, un grupo similar los hubiese acompañado.

66. Sus caballos.

En relación con la expedición hay un total de 8.136 animales para montar y bestias de carga. Puesto que esa gente deseaba viajar con rapidez, no llevó ovejas, cabras, ni ganado. Los que tenían tales animales en Babilonia, quizá los vendieron y se llevaron el dinero.

68. Cuando vinieron.

Nada se dice del viaje (ver com. Gén. 24: 7,62), pero éste debe haber llevado varias semanas. No se menciona cuál ruta siguieron, aunque la topografía del Cercano Oriente no permite muchas dudas al respecto (ver com. Gén. 12: 5). Tal vez la caravana siguió la orilla del Eufrates hasta el paralelo 36, o atravesó lo que había sido Asiria hasta Arbela, y desde allí siguió el curso aproximado de lo que es ahora la frontera entre Siria y Turquía hasta llegar al Eufrates. Desde allí cruzó el desierto entre el Eufrates y el Orontes, y sin duda descansó en el oasis de Alepo, a la mitad de la travesía del desierto. Al llegar al Orontes, probablemente siguieron el curso de este río hasta su nacimiento, y después fue por el Beqa, el valle que está entre las Cordilleras del Líbano y el Antilíbano, hasta alcanzar al curso superior del río Jordán para entrar por allí en Palestina. Esta era la ruta que la mayor parte de las fuerzas militares de los asirios y babilonios habían seguido en lo pasado y que los cautivos, padres y abuelos de este grupo, indudablemente habían recorrido en sentido contrario medio siglo antes (ver Jer. 39: 5-7; 52: 9-10, 26, 27).

Es probable que la partida se efectuara en la primavera del año 536 AC (ver com. cap. 1: 1) 340 y que hubieran llegado a Jerusalén en el verano de ese mismo año. Ochenta años más tarde, Esdras y su caravana tardaron casi cuatro meses para llegar a Jerusalén (caps. 7: 8, 9; 8: 31), y es lógico suponer que el viaje de Zorobabel habría demorado tanto como el de Esdras.

Hicieron ofrendas voluntarias.

Una vez llegados al lugar del anterior templo, los expedicionarios realizaron un servicio de acción de gracias, en el cual los jefes de familias y el pueblo dieron ofrendas para la reconstrucción del templo. Este tesoro alcanzo a la suma de 61.000 dracmas de oro y 5.000 libras de plata, lo que representa una cantidad considerable de dinero en nuestros días.

Esta es una suma realmente notable si se tiene en cuenta que la habían dado personas que acababan de recobrar su libertad. Debe haberse posesionado de ellas un espíritu de liberalidad similar al que hubo entre los israelitas cuando se construyó el tabernáculo en el Sinaí (ver Exo. 36: 5-7). Sabían como Dios había cumplido sus promesas hechas por medio de los profetas, y estaban dispuestos a sacrificarse a fin de restablecer el templo y su servicio.

Dios siempre ha brindado a su pueblo la oportunidad de dar parte de los medios que le ha confiado. La mejor terapia para el espíritu egoísta que naturalmente afecta al corazón humano es responder voluntariamente a los pedidos de dinero que se hacen para promover la causa de Dios en la tierra y para ayudar a otros. Los que verdaderamente aman a Dios han de cultivar su espíritu liberal (ver 2 Cor. 9: 6, 7).

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