1. Pasadas estas cosas.
El autor establece tan contraste bien definido entre la primera parte del libro y la segunda. Para ello emplea esta expresión que aparece sólo aquí en el libro de Esdras. El intervalo transcurrido entre los acontecimientos descritos en el cap. 6 y los que se describen en el cap. 7 parece haber sido casi de 58 años: desde la primavera de 515 AC (ver cap. 6: 15) hasta los primeros meses de 457 AC (ver cap. 7: 7).
Artajerjes.
Con referencia a la grafía del nombre de este rey, véase la Nota Adicional del cap. 4. junto con la mayoría de los eruditos conservadores, este comentario sostiene que el Artajerjes que aparece en este versículo es Artajerjes Longiniano, quien reinó de 465 hasta 423 AC. Ver en la nota adicional, al final de este capítulo, un resumen de la prueba que apoya esta oposición.
Esdras hijo de Seraías.
Es probable que Esdras fuera el tataranieto de Seraías. Según el lenguaje de los escritores bíblicos, todo descendiente es un "hijo", y todo antepasado un "padre". Cristo es el "hijo de David", y David, "hijo de Abraham" (Mat. 1: 1). Joram engendró a Uzías (Mat. 1: 8), su tataranieto (ver 1 Crón. 3: 11, 12, donde se lo llama Azarías). Es probable que Esdras omita el nombre de su padre, de su abuelo, y de su bisabuelo, que no se destacaron, y diga ser descendiente de Seraías, el último sumo sacerdote que ministró en el templo de Salomón (2 Rey. 25: 18).
Azarías, padre de Seraías, sólo aparece en la lista genealógica de 1 Crón. 6: 13, 14 y en Esd. 7: 1, pero sin duda el padre de Azarías fue Hilcías, sumo sacerdote durante el reinado de Josías (2 Rey. 22: 4-14; 2 Crón. 34: 14-22).
5. Hijo de Aarón.
En los vers. 1-5, Esdras hace remontar su genealogía hasta Aarón, el primer sumo sacerdote. Al hacerse una comparación con la lista genealógica de 1 Crón. 6: 3-15, se ve que Esdras omitió seis nombres entre Azarías y Meraiot (vers. 3), los cuales aparecen en 1 Crón. 6: 7- 10, y otro nombre (Meraiot) entre Sadoc y Ahitob del vers. 2 (ver 1 Crón. 9: 11). La abreviación de las genealogías mediante la omisión de nombres carentes de importancia era común entre los judíos. Un ejemplo notable es la omisión de varios nombres en la genealogía de Cristo presentada por Mateo (ver com. Mat. 1: 5, 11, 15, 17).
Aunque Esdras era descendiente de Aarón, y así pertenecía a la familia del sumo sacerdote, él mismo no era sumo sacerdote, sino sólo "sacerdote" (Esd. 7: 11, 12; Neh. 8: 2).
6. Esdras subió.
También se emplea la misma expresión "subir" (cap. 2: 1) para 367 referirse al viaje del primer grupo de repatriados.
Diligente.
Heb. mahir , palabra que se emplea también en arameo y egipcio para describir a un escriba hábil, capaz de escribir rápidamente. En los papiros elefantinos, Ahikar dice de sí mismo que es "escriba sabio y listo", y emplea también la palabra mahir . Con esto quería indicar que no sólo era escriba, sino también hombre culto. En Egipto, donde mahir se había convertido en el título profesional de los escribas hábiles, una persona tal tenía amplia preparación e todas las fases del conocimiento secular. Sin embargo, Esdras usó sus talentos en asuntos religiosos. Era "diligente en la ley de Moisés" y versado "en los mandamientos de Jehová" (ver com. vers.11).
Que Jehová Dios de Israel había dado.
Es característico de la piedad de Esdras el no olvidar nunca que la ley no era sólo un código humano dado por un legislador terrenal, sino además un don directo de Dios: "la ley de Jehová" (vers. 10), " "los mandamientos de Jehová y ... sus estatutos a Israel" " (vers.11), y " "la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés" " (Neh. 8: 14).
Todo lo que pidió.
El rey quedó bien impresionado con Esdras y éste ganó su confianza. No se sabe cómo lo logró.
7. Los hijos de Israel.
En la lista de los que volvieron con Esdras, figuran de nuevo las mismas seis categorías de personas que, según el relato anterior (cap. 2: 70), habían acompañado a Zorobabel. El orden en que aparecen es casi el mismo.
Séptimo año del rey Artajerjes.
Es probable que Esdras computara el 7.º año de Artajerjes según la costumbre judía, es decir según el año civil judío que comenzaba en el otoño (ver t. II, págs. 113, 115, 141, 142, 144). El 7.º año del reinado de Artajerjes I comenzó en el otoño de 458 AC y concluyó en el otoño de 457 de acuerdo con la tabla de la pág. 112 de este tomo. Ver la explicación de estas fechas y también de las que aparecen en los vers. 8, 9 en las págs. 103-106 de este tomo.
8. Llegó a Jerusalén.
Por el vers. 9 pareciera entenderse que se había escogido que coincidiera el comienzo del viaje con el primier día del primer mes (Nisán) del año religioso. Esto no debe sorprender, pues la estación seca era la que generalmente se elegía para realizar un viaje de esta naturaleza, que una caravana completaba en varios meses. Del mismo modo, todas las campañas militares se emprendían en primavera. Es muy probable que la fecha de la partida correspondiera con el 27 de marzo de 457 AC del calendario juliano. El viaje llevó casi cuatro meses (ver pág. 112). Los exiliados llegaron a Jerusalén el primer día del quinto mes (Ab), o sea aproximadamente el 23 de julio de 457 AC.. A primera vista parecería que cuatro meses fuera un tiempo demasiado largo, pero no debe olvidarse que una caravana como la que dirigía Esdras debe haber descansado largamente en más de una oportunidad. Se registra uno de estos descansos: el que se realizó en Ahava (cap. 8: 15). El diario de viaje de la marcha del ejército de Ciro el Menor desde Efeso hasta Cunaxa, cerca de Babilonia, proporciona el registro preciso de un viaje tal. Aunque sólo se necesitaron 91 días de marcha para llegar a Cunaxa, todo el viaje, contando los días de descanso, demoro casi medio año (Jenofonte Anábasis ii. 1: 6). Por lo tanto, no es de sorprenderse que el viaje de Esdras necesitara cuatro meses. Sin duda también los peligros del camino obligaron a demorar en ciertos momentos (ver cap. 8: 31). Con referencia a la ruta probable, ver com. cap. 2: 68.
9. La buena mano.
Tal vez el favor divino especial aquí aludido comprenda la respuesta del rey al pedido de Esdras (ver vers. 6), y el haberse liberado de los enemigos que habían intentado atacar la caravana por el camino (ver cap. 8: 21-23, 31).
10. Había preparado su corazón.
Esdras era un hombre consagrado. La meta y la ambición de su vida eran conocer la voluntad del Señor, cooperar con él y enseñar a otros a hacer lo mismo. Así era el hombre a quien Dios había llamado para que realizara una obra especial.
11. Sacerdote Esdras.
La genealogía de los vers. 1-5 da a entender que Esdras era sacerdote, pero el vers. 11 nos proporciona la única confirmación específica de este hecho. También Nehemías designa a Esdras como sacerdote (cap. 8: 2, 9).
Escriba.
Aquí se emplea por primera vez la palabra sofer en el mismo sentido con el cual se usa en el NT la palabra grammatéus , "escriba", para designar a un hombre preparado para exponer las Escrituras. Esdras está 368 a la cabeza de todo un linaje de famosos eruditos hebreos, entre los cuales en tiempo de Cristo figuraban hombres como Hillel y Gamaliel, a quienes los judíos consideraban como dignos sucesores de Esdras.
12. Rey de reyes.
En los vers. 12-26 se cita el decreto mismo, escrito en arameo, tal como fue emitido por la cancillería persa. En su forma y en su contenido se parece mucho a los documentos de los caps. 4 a 6. Hoy día, tras el descubrimento de documentos similares en Elefantina, aun los eruditos más críticos lo reconocen como auténtico. "Rey de reyes" era un título propio de los monarcas persas y se encuentra en todas las inscripciones persas de cierta longitud. El título fue empleado en primer lugar por los reyes asirios, quienes así expresaban que reinaban sobre muchos reyes vasallos, a los cuales retenían en sus respectivos tronos en los países conquistados. El título más tarde fue adoptado por los reyes de Babilonia (ver Dan. 2: 37), y después por los reyes persas cuando se convirtieron en amos del mundo.
Esdras, sacerdote.
Es interesante notar, que no se emplea en el decreto la palabra aramea habitual kumra' , "sacerdote", sino la palabra kahen , tomada del Heb. kohen . En los documentos arameos provenientes de Elefantina los escritores hacen también una clara distinción entre los sacerdotes paganos, a los cuales dan el nombre común arameo kumra,' , y los verdaderos sacerdotes de Dios, a quienes designan con la palabra kahana' . Por lo tanto, el empleo de esta palabra en el documento de Esd. 7 indica que este decreto, aunque aprobado por el rey y emitido en su nombre, fue redactado por algún judío en la cancillería imperial. En este decreto se encuentran otras pruebas del mismo hecho.
Escriba erudito en la ley del Dios del cielo.
Arameo, safar datha' di-'elah shemayya' . Basándose en títulos análogos, H. H. Schaeder demostró en la década de 1930 que designaba a un encumbrado funcionario de la cancillería persa que tenía a su cargo los asuntos pertenecientes a la "ley del Dios del cielo" . De entenderse así, Esdras habría sido el encargado de asuntos religiosos judíos en el gobierno persa. En forma similar, durante el posterior gobierno parto y sasánida, se denominó al jefe de la población judía como resh galutha', "cabeza de los exiliados"; y en algunos casos se lo equipara con los magistrados más importantes del gobierno. En Neh. 11: 24 también se testifica de la existencia de un cargo tal en tiempo de Artajerjes I. No es posible saber cómo llegó Esdras a ocupar este cargo, pero es evidente que su designación lo habría transformado en el judío más influyente de Babilonia. El contenido de este decreto prueba que empleó esa influencia para beneficio de su pueblo.
Paz.
Arameo gemir , "acabado" . La mayoría de los eruditos consideran que es una fórmula abreviada para indicar el fin de un documento, o una palabra que significa "emitido". La palabra "paz" no aparece en hebreo. Sin embargo, aparece tanto en la RVR como en la BJ a manera de un saludo formal. La RVR no traduce la palabra final de la introducción del decreto. Es la misma que se emplea en Esd. 4: 17 (ver com. allí) y que pareciera parte de una fórmula protocolar.
13. Todo aquel en mi reino, del pueblo.
El decreto de Artajerjes es tan amplio como la proclama de Ciro (cap. 1: 3). Da permiso no sólo a los judíos, sino a todos los israelitas de todas las tribus para que acompañen a Esdras a Jerusalén en esta ocasión israelitas de todas las tribus de (ver com. cap. 8: 35).
14. Siete consejeros.
En Est. 1: 14 los siete consejeros son siete príncipes que "veían la cara del rey y se sentaban los primeros del reino". Hasta ahora no se ha encontrado ninguna inscripción que amplíe la explicación de las funciones de estas personas. Se ha conjeturado que son los caudillos de siete grandes familias persas, las cuales, según Herodoto (iii. 84) gozaban de mayores privilegios que cualquiera otra familia. Entre otras cosas tenían derecho a presentarse ante el rey sin ninguna restricción.
La ley de tu Dios.
La comisión de Esdras incluía el deber de investigar la situación religiosa existente en la provincia de Judea. Por supuesto, la ley de Dios había de ser la norma para realizar esto. Los eruditos críticos muchas veces han entendido que estas palabras implican que Esdras fue el autor, o al menos el redactor de esta ley. El error de esta posición puede verse por el vers. 25, donde se indica que esta ley ya era bien cononocida por los judíos palestinos antes de que llegara Esdras. Por lo tanto, es obvio que "la ley de tu Dios" 369 era un libro, o una colección de libros que ya poseían tanto Esdras como los judíos de Palestina. El contenido de esta ley, ya conocido por los judíos de Babilonia y Palestina, se revela en Neh. 8.
15. La plata y el oro.
Los asuntos financieros ocupaban un lugar preponderante en este decreto. Las dádivas que Esdras debía llevar a Jerusalén provenían de tres fuentes: el rey y sus consejeros, una colecta realizada entre los amigos que no eran judíos de la satrapía de Babilonia, y ofrendas voluntarias de los judíos residentes fuera de Palestina (vers. 16). En tiempos antiguos, el envío de grandes sumas de dinero se realizaba por medio de caravanas bien protegidas. Las rutas nunca estaban libres de ladrones y cuanto mayor fuera la suma transportada, tanto más grande era el peligro de robo. Josefo narra (Antigüedades xviii. 9.1) que en tiempos de los romanos las donaciones que anualmente se remitían de Babilonia a Jerusalén, iban escoltadas por un gran número de hombres armados.
Cuya morada.
Esta frase es similar, pero no idéntica a la que empleó Ciro en el cap. 1: 2, 3. No significa necesariamente que Artajerjes consideraba que el Dios de los judíos era una deidad local, sino tan sólo que su templo estaba en Jerusalén. Si en verdad el autor de este decreto, que después fue aprobado por Artajerjes (ver vers. 12), hubiera sido un judío como Esdras, naturalmente habría usado frases como ésta.
17. Comprarás, pues, diligentemente.
Artajerjes estaba preocupado porque se gastara bien el dinero cuyo principal propósito era mantener el ritual, judío (ver cap. 6: 9, 10).
18. Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca.
El resto del dinero había de gastarse como Esdras lo dispusiera bajo la dirección divina. De este modo, Esdras en libertad de usar tanto dinero como le pareciera prudente para lo que considerara necesario, sin pedir un permiso específico cada vez. El decreto le daba, pues, el derecho de emplear el dinero en cosas tales como la relación del templo o la reconstrucción del muro. En el momento de escribirse el decreto, Esdras no pudo haber considerado que era deseable esta libertad de acción. Más tarde, cuando los samaritanos demostraron su enemistad, pudo haber lamentado que en el decreto no se mencionaran los propósitos específicos que habían de ser financiados con las subvenciones reales.
19. Los utensilios.
No parecería que éstos hubieran sido los sagrados utensilios que una vez pertenecieron al primer templo, como los que Ciro le había confiado a Zorobabel. Más bien habrían sido parte de la ofrenda voluntaria (vers. 15), en la cual figuran como una parte, bien identificada (ver cap. 8: 26-28). Quizá los utensilios enviados con Zorobabel no hubieran sido suficientes para las grandes fiestas. En la historia antigua se encuentran casos de reyes que envían vasijas o utensilios de gran precio como regalos a otros reyes o a los templos de naciones aliadas. Por eso el regalo de Artajerjes no era desusado.
20. Y todo lo que se requiere.
Esta frase hace evidente la flexibilidad del decreto. Las entradas reales provenientes de la provincia de Judea quedan a disposición de Esdras para que las use en cualquier propósito relacionado con el templo. Dentro de las limitaciones determinadas en el vers. 22, el arbitrio de Esdras dictaría lo que habría de hacerse.
La casa de los tesoros del rey.
No se trata de la tesorería real de Susa o Persépolis, donde se guardaba el tributo de las diversas provincias, sino de la tesorería local de Judea a la cual los judíos debían entregar sus contribuciones, y de la cual Esdras estaba autorizado para retirar lo que necesitara.
21. Todos los tesoreros.
Es probable que el "decreto" comprendido en la autorización de Esdras hubiera sido enviado en forma separada al tesorero real que residía en Judea y a todos los que -en el despacho del sátrapa- tuvieran que ver con los asuntos financieros de aquella provincia. Difícilmente pueda concebirse que Artajerjes fuera a permitir que Esdras exigiera que se le diesen las contribuciones de provincias tales como Samaria o Amón, cuyos habitantes eran enemigos de Judea. El título arameo traducido como "tesorero" aparece también en objetos encontrados en Persépolis.
Esdras, escriba.
Con referencia al título oficial de Esdras, ver com. vers. 12.
22. Hasta cien talentos de plata.
Según el peso del talento babilonio liviano, esto equivaldría a 3.013 k. Además, Esdras podía solicitar hasta 100 coros de trigo (22.000 litros) y 100 batos (2.200 litros) de vino y de aceite. Que se le exigiera al tesorero que entregara 370 trigo, vino, aceite y sal resulta extraño hoy, pero era bien natural en el sistema persa, en en cual los impuestos se pagaban parcialmente en especies y a cada provincia se exigía que remitiera a la corte real la mejor parte de su producción. Había abundancia de vino, cereales, aceite y sal en Palestina, que era una " "tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel" " (2 Rey. 18: 32), y en la región del mar muerto, abundaba la sal.
23. Su ira contra el reino.
En el año 7.º de Artajerjes I había una acentuada "ira contra el reino de Persia". Egipto se había revelado contra los persas en el año 463 AC y, ayudado por los atenienses, el año siguiente los egipcios habían expulsado a todos los persas de su país. Hacia fines de 459 se hizo un fútil intento para exigir que los atenienses retiraran sus tropas. En 458, Artajerjes se propuso recuperar el país rebelado. Poco después promulgó este decreto que autorizaba el viaje de Esdras a Jerusalén. La historia registra que desde el año 457 AC en adelante les fue bien a los persas en Egipto: recuperaron la ciudad de Menfis ese mismo año y en 456 recuperaron toda la provincia de Egipto. Además, en el 456 derrotaron a las tropas atenienses.
Y de sus hijos
Cuando Artajerjes subió al trono, todavía era bastante joven, y no se sabe cuántos hijos tenía en su 7.º año. Finalmente, ese número llegó a 18 (Ctesias Excursus Persika 44).
24. Os hacemos saber.
Los comentadores más antiguos señalaban que el uso de la primera persona plural correspondía con el plural mayestático, todavía empleado comúnmente por los reyes, o quizá se lo usaba como lo empleaban los redactores de las editoriales o caso como una indicación de que Artajerjes incluía a sus hijos en el edicto. Ambos pareceres son erróneos. La comprensión mas correcta del arameo demuestra que el sujeto de la forma verbal "hacemos saber" es indeterminado y que la frase debiera traducirse en castellano: "Se os informa".
Ninguno podrá imponerles.
Respecto a los tres impuestos aquí mencionados ver com. 4: 13. El testimonio textual de los documentos egipcios revela que en ese país los sacerdotes estuvieron exentos de pagar impuestos durante la mayor parte de la historia egipcia (ver com. Gen. 47: 22). Aunque no se ha encontrado testimonios documentales que confirmen que existía la misma costumbre en Persia, el que se considera este privilegio al personal que ministraba en el templo judío de Jerusalén implica que los sacerdotes persas también gozaban de esta extensión del pago de impuestos. Difícilmente Esdras podría haber obtenido tal concesión para sus sacerdotes, si el sacerdocio persa no hubiera disfrutado de privilegios similares.
Una inscripción griega, en la cual Darío I reprende a ciertos Gadatas por haber hecho caso omiso de los reglamentos reales y por haber exigido "tributo de los sagrados cultivadores de Apolo", indica que esta extención que gozaban los sacerdotes persas se aplicó en otros casos en tiempos del imperio Persa. Antíoco el grande concedió privilegios similares a los sacerdotes judíos (Josefo Antigüedades xii. 3.3).
25. Jueces y gobernadores.
La última parte del decreto (ver. 25 y 26) autorizó a Esdras para que reorganizara el sistema judicial de Judea y para que dispusiera todas las futuras designaciones de jueces en esa provincia. En arameo se denomina a esos magistrados shafetin y dayyanin . La primera palabra es la forma aramea de al palabra hebrea que significa "jueces" , mientras que la segunda, es una palabra aramea que también significa "jueces". Mientras que al segunda, es una palabra aramea que también significa "jueces". La palabra shafetin no parece en documentos arameos no escritos por judíos, pero su raíz verbal está en los registros judíos encontrados en Elefantina. El que se emplee esta palabra de Esd. 7, es otra prueba de que un judío cuyo idioma era el hebreo, quizá Esdras mismo, fue quien redactó este documento.
Al otro lado del río.
Ver com. Esd. 4: 10. La siguiente frase explicatoria, "Todos los que conocen las leyes de tu Dios" indica que la jurisdicción de Esdras no debía comprender toda la provincia "al otro lado del río" . La jurisdicción de Esdras estaba limitada a la población judía y a los prosélitos.
Le enseñaras.
Esdras, el probable redactor del decreto, debe haber sido algo acerca de las condiciones espirituales que prevalecían en Judea. Por eso estaba convencido de que se necesitaba instruir a los repartidores en la ley de Dios. Sabiendo que su convicción personal en cuanto a este asunto podría no tener mucho peso ante los dirigentes judíos, obtuvo 371 la autorización real para hacer esta obra, a fin de que los judíos no se sintieran tentados a restar importancia a este aspecto de su programa de reforma. Por los vers. 6, 28 se desprende que Esdras tomó la iniciativa para que estas disposiciones aparecieran en el decreto.
26. Sea juzgado prontamente.
Finalmente se le autorizó a Esdras para que hiciera cumplir la ley. Se le dio autoridad para imponer multas, encarcelar, desterrar o ejecutar a los contraventores, según lo creyera conveniente. Los persas siempre confiaban esta autoridad a los administradores civiles de las provincias, los cuales gobernaban como autócratas dentro de sus respectivos territorios y sólo eran responsables ante el rey. La concesión de responsabilidades tan abarcantes indica que Artajerjes no consideraba que Esdras fuera meramente un dirigente religioso. Fue investido de autoridad secular en todas las ramas administrativas de la provincia judía, con la posible excepción de los asuntos financieros.
27. Bendito.
Después de haber citado este importante documento arameo, el idioma en el cual fue promulgado originalmente, Esdras sigue en hebreo, idioma que emplea sin interrupción hasta el final del libro. Como verdadero hombre de Dios que era, expresa gratitud por la oración contestada.
Honrar la casa.
"Glorificar la casa" " (BJ). Esta expresión de la gratitud de Esdras indica que Artajerjes había autorizado que se continuara trabajando en la construcción del templo. No se sabe si esta obra consistió sólo en decorar el templo o si se construyeron otros edificios. Sin duda, este versículo explica la razón por la cual Esdras incluyó a Artajerjes entre los reyes cuyos decretos determinaron la construcción del templo (ver cap. 9: 9 y com. cap. 6: 14).
28. Hacia mí.
Muchos comentadores modernos han pensado que sólo las partes del libro de Esdras que aparecen escritas en primera persona singular pueden atribuirse a Esdras, y que las partes que hablan de Esdras en tercera persona singular fueron escritas por otra persona (ver caps. 7: 1-1 1; 10: 1). Sin embargo, un estudio cuidadoso de los documentos antiguos muestra que el cambio de pronombres no prueba un cambio de autor. Podrían presentarse ejemplos de documentos egipcios (el relato de Sinuhe, ver com. Exo. 2: 15), asirios (los Anales de Sargón II), arameos (el relato de Ahikar), hebreos (Dan. 4), griegos (Tucídides), en los cuales se nota la misma particularidad. Aunque en algunas obras literarias modernas, los escritores cambian repentinamente de la primera a la tercera persona, o viceversa, como lo ha demostrado Kittel.
Delante del rey.
Ver com. vers. 15. Aquí se encuentra otra evidencia de que Esdras había comparecido ante Artajerjes y sus consejeros para hacer un pedido (ver también vers. 6). Aunque debe suponerse que el tacto y la sabiduría de Esdras lograron en buena medida el éxito de su esfuerzo -sobre todo en la consecución del decreto- sin duda la mano de la Providencia lo guió paso a paso. Con frecuencia reconoció que su éxito se debió a la bondad de Dios, y que el Altísimo había obrado sobre el rey y los gobernantes ante los cuales había comparecido.
NOTA ADICIONAL DEL CAPÍTULO 7
Hasta los últimos años del siglo XIX, tanto judíos como cristianos creían que el Artajerjes del libro de Esdras había sido el primer rey persa de ese nombre. Los griegos le decían Artajerjes Longimano (de "mano larga" ). Reinó desde 465 hasta 423 AC. Pero, a
partir de 1890, la situación ha cambiado notablemente. En ese año un erudito belga, A. van Hoonacker, publicó su primer estudio sobre el orden cronológico de Esdras y Nehemías. En ese trabajo sostuvo que se debía invertir el orden tradicional y considerar a Esdras como uno de los sucesores de Nehemías. Esta opinión ha ganado muchos adeptos en el mundo de los eruditos. El número de los que invierten el orden tradicional es ahora aproximadamente igual al de los que todavía lo apoyan. En vista de la importancia de este asunto, sobre todo en relación con la profecía de Dan. 9: 24-27 y su fecha exacta, aquí se presenta un análisis detallado del problema.
Los eruditos que creen que Esdras siguió a Nehemías pueden agruparse de la siguiente manera: (1) los que ubican los acontecimientos 372 de Esd. 7 en los últimos años del reinado de Artajerjes I, generalmente en el año 37 de su reinado (427 AC), en vez del 7.º, como dice la Biblia, y (2) los que ubican el viaje de Esdras en el 7.º año de Artajerjes II (405/04-359/58 AC).
No necesitamos tratar en este comentario las opiniones del primer grupo pues no tienen por base más que conjeturas que se emplean para rechazar la fecha presentada en Esd. 7 y reemplazarla con otra. La mayoría de los eruditos que creen que la actividad de Esdras en Jerusalén siguió a la de Nehemías pertenece a este primer grupo.
Los argumentos de los eruditos que pertenecen al segundo grupo son más dignos de consideración. Observan que la Biblia no indica cuál de los tres reyes de nombre Artajerjes es el que aparece en Esd. 7. Dicen que no hacen violencia al registro bíblico al ubicar los acontecimientos de Esd. 7 y 8 en el 7.º año de Artajerjes II, en lugar del 7.º año de Artajerjes I. Puesto que todo estudiante de la Biblia deberá admitir que los acontecimientos registrados en ella no siempre se presentan en orden cronológico, no puede rechazarse a priori la posición que ubica los acontecimientos de Esd. 7- 10 en un momento posterior, al de los sucesos descritos en Nehemías. Se necesita estudiar con detenimiento todos los hechos para llegar a una decisión válida respecto a este asunto.
Para comenzar debe averiguarse cuáles son las razones por las que los eruditos abandonaron la posición mantenida durante tanto tiempo de que Esdras fue a Jerusalén en el año 7.º de Artajerjes I, y Nehemías en el año 20." del mismo rey. De los numerosos argumentos empleados para apoyar la inversión del orden tradicional, sólo cinco tienen un significado especial. Afirman lo siguiente:
1. Que Nehemías sabe poco de Esdras.
Si Esdras hubiera llegado a Jerusalén con una amplia autoridad administrativa, religiosa y judicial, como lo implica Esd. 7, ¿por qué no juega un papel más importante en el tiempo de Nehemías? Es verdad que se menciona a Esdras como lector de la ley (Neh. 8: 1-6, 9), y como uno de los directores de los dos coros procesionales en ocasión de la dedicación del muro (Neh. 12: 36), pero sus actividades quedan totalmente empequeñecidas ante las de Nehemías. Por otra parte, si hubiera sido un sacerdote aarónico relativamente joven en tiempos de Nehemías, era tan sólo natural que fuera lector de la ley, pero sin ocupar un lugar importante en la administración civil. Quizá más tarde logró el favor del rey de Persia quien lo envió a Judá con los amplios poderes enumerados en Esd. 7.
2. Que Nehemías no dice nada en cuanto a los exiliados que volvieron con Esdras.
En su esfuerzo por repoblar la capital del país, Nehemías repasa el censo de los diversos grupos que volvieron con Zorobabel casi sin siglo antes (Neh. 7), pero parece pasar por alto completamente los que, según Esd. 7 y 8, habían vuelto solo 13 años antes, siempre que el retorno de Esdras hubiera ocurrido en 457 AC. Sin embargo, si Esdras llegó a Jerusalén con 5.000 ó 6.000 personas en tiempo de Artajerjes II, Nehemías sólo podría haber basado sus medidas para repoblar la ciudad en el único censo existente, el de Zorobabel.
3. Que Esdras encuentra una comisión instituída por Nehemías.
Cuando Esdras llegó a Jerusalén, entregó los tesoros que le habían sido confiados por Artajerjes a cuatro levitas, a quienes sin duda les correspondían administrar los fondos del templo (Esd. 8: 33). Nehemías informa que durante su segundo ejercicio como gobernador designó una comisión de cuatro para la tesorería (Neh. 13: 13), lo que implicaría que tal institución no existía antes de su tiempo. Por eso se deduce que Esdras debió haber llegado a Jerusalén después de haberse constituido esa comisión, o sea después del primer período de administración de Nehemías.
4. Que el muro había sido construido antes de la llegada de Esdras.
Esdras expresó su gratitud a Dios por haberles dado una "protección" (RVR), "valladar seguro" (BJ), " "vallado" (ARV) " "en Judá y en Jerusalén" (9: 9). Los comentadores interpretan que se hace referencia aquí a un muro que se había construido en torno de la ciudad. Sin embargo, Nehemías encontró sólo ruinas debió reconstruir el muro en el primer año después de su llegada a Jerusalén.
5. Que el sumo sacerdote Johanán pertenecía a una generación posterior.
Por lo general se cita a Johanán como principal testigo en favor de la posición de que Esdras siguió a Nehemías. Johanán, hijo de Eliasib, es sitio de los últimos dignatarios mencionados en el libro de Nehemías (Neh. 12: 22, 23). Puesto que Eliasib fue sumo sacerdote durante el tiempo 373 cuando Nehemías fue gobernador (Neh. 3: 1, 20, 2 l; 13: 4, 7), Johanán, que era su hijo o nieto (Joiada aparece entre Eliasib y Johanán en Neh. 12: 22) perteneció a una generación posterior. Esto concuerda con el hecho de que en un documento judío se menciona a Johanán como sumo sacerdote en el año 410 AC. Entre los papiros elefantinos (ver págs. 79-83) hay una carta escrita el 25 de noviembre de 407 AC (según el calendario persa), dirigida a Bigvai, gobernador persa de Judea. Esta carta afirma que los escritores habían dirigido otras cartas tres años antes a "Johanán el sumo sacerdote y sus colegas, los sacerdotes que están en Jerusalén" (Edición de Cowley, N.º 30).
Lo que es más, Johanán, hijo de Eliasib, tenía un aposento en el templo de Jerusalén cuando Esdras llegó a esa ciudad (Esd. 10: 6). Si Esdras llegó a Jerusalén en 457 AC y encontró a Johanán instalado en una cámara del templo, éste debe haber sido un sacerdote en condiciones de oficiar, que tenía al menos, 20 años de edad (ver Esd. 3: 8), y tal vez era mucho mayor. Conforme a lo que dice el papiro mencionado, si Johanán era sumo sacerdote en 410 AC, en ese momento debe haber tenido al menos 67 años. Puesto que su sucesor Jadúa (Neh. 12: 11, 22) fue sumo sacerdote cuando Alejandro Magno atravesó Palestina (332 AC. Ver lo que dice el historiador judío Flavio Josefo en Antigüedades xi. 8. 4, 5), 78 años más tarde Jadúa debió haber tenido unos 100 años.
Los que sostienen que Nehemías precedió a Esdras afirman que la aparente dificultad de concebir que Jadúa ejercía como sumo sacerdote a los 100 años puede resolverse si se supone que Esdras llegó a Jerusalén en tiempos de Artajerjes II (405/04-359/58 AC). Entonces puede explicarse que Johanán llegó a ser sumo sacerdote poco antes de 410 AC, como sucesor de Joiada, hijo de Eliasib, Contemporáneo de Nehemías. Suponiendo que Johanán tenía unos 30 años en 410, habría tenido 43 años cuando Esdras llegó a Jerusalén en el 7.º año del reinado de Artajerjes II, y por eso tenía un aposento en el templo, el cual Esdras pudo usar (Esd. 10: 6). Si además se supone que Jadúa nació cuando Johanán tenía ya unos 40 años, habría tenido unos 70 años en ocasión de la visita de Alejandro.
Estos son los cinco argumentos más importantes que se presentan en favor de la inversión de la secuencia tradicional de los viajes de Esdras y Nehemías. A continuación se considerarán estos argumentos desde el punto de vista de la secuencia tradicional: Esdras primero, luego Nehemías.
1. La posición de Esdras en tiempo de Nehemías era normal.
Esdras llegó a Jerusalén en 457 AC con grandes poderes, pero no como gobernador como llegó Nehemías 13 años más tarde. Esdras se había granjeado el favor del rey, quien lo había autorizado para que volviera a Judea para reorganizar el sistema judicial de acuerdo con las leyes judías (ver Esd. 7: 26). También recibió amplias concesiones económicas e indudablemente también el derecho de forticar la ciudad. Durante la rebelión de Megabises, sátrapa de la región "Del otro lado del río" (ver pág. 64), a la cual pertenecía la provincia de Judea, los samaritanos pueden haber aprovechado la oportunidad para comunicarse directamente con rey a fin de asegurarle su lealtad, y a la vez acusaron a los Judíos de que tenían siniestras intenciones al reconstruir los muros de su ciudad. Artajerjes, que por su naturaleza era vacilante y oportunista, bien pudo haber aceptado con gratitud la declaración de los samaritanos con la esperanza de que su lealtad acarreara dificultades al rebelde Megabises en su propia satrapía, y por eso permitió que los samaritanos detuvieran la reconstrucción del muro de Jerusalén. Sin embargo, no conformes con detener la actividad de los judíos, quizá los samaritanos demolieron partes del muro y quemaron algunas puertas (ver com. Neh. 1: 3).
Después de una reconciliación entre Megabises y Artajerjes, se restablecieron las relaciones normales con la satrapía "Del otro lado del río", y Nehemías oyó por medio de su hermano (ver com. Neh. 1: 2) lo que había ocurrido en judea durante el tiempo cuando no se habían tenido noticias de esa provincia. Al punto Nehemías pidió al rey -cuya estima se había granjeado- que se lo enviara a Jerusalén con plena autoridad para reconstruir el muro (Neh. 1 y 2).
Aunque Nehemías recibió plena autoridad para reconstruir el muro, cuando llegó a Jerusalén procedió con extrema cautela, plenamente consciente del poder y la tenacidad de sus enemigos. Su sigilo inicia (Neh. 2: 12-16), y la determinación con la cual más tarde hizo frente a los que se opusieran a su obra, muestran que era idóneo para completar la tarea en la cual Esdras había estado empeñado, pero que no había podido terminar.
Por esta razón Esdras pudo haber pensado que era prudente que él no figurara hasta que se terminara la obra del muro. También es posible que los enemigos de Esdras, entre los judíos, lo hubieran acusado de causar intranquilidad y fricción entre Judá y las naciones vecinas porque expulsó a las esposas paganas de los hogares judíos cuando volvió a Jerusalén (Esd. 9 y 10). Por lo tanto, es posible que la prudencia hubiera aconsejado una manera de actuar que, al principio, diera la apariencia de que Nehemías no tenía nada que ver con Esdras.
Sin embargo, cuando se completó el muro y ya no hubo motivo de verdadero temor, era natural que Nehemías concediera a Esdras el lugar que le correspondía en los asuntos de la nación. En la dedicación del muro, pidió a Esdras que dirigiera los himnos de alabanza de uno de los dos coros procesionales, mientras él mismo dirigía el segundo (Neh. 12: 36, 38). Era muy apropiado que las dos procesiones fueran presididas por los dos hombres que habían sido tan prominentes en la restauración del muro.
Más tarde, cuando llegó la temporada de las fiestas, Esdras fue el dirigente religioso indiscutible, y como tal dirigió las actividades del pueblo (Neh. 8: 1-6, 9, 13). Esto muestra que Nehemías no pasó por alto a Esdras, sino que le concedió el lugar que le correspondía, tan pronto como se lo permitieron las condiciones imperantes. Algunos han pretendido que se podría eliminar el nombre de Esdras de Neh. 8 y 12, sin que eso alterara en absoluto el relato. Eso no es así; si se lo hiciera, quedaría acéfala una de las dos procesiones que hubo en ocasión de la dedicación del muro. La explicación de que Esdras fue en primer lugar el predecesor y más tarde el colaborador de Nehemías armoniza perfectamente con todos los hechos conocidos.
2. Nehemías usó el más antiguo censo existente.
El que Nehemías usara la lista del censo del tiempo de Zorobabel como una base para las medidas que tomó a fin de repoblar la ciudad de Jerusalén (Neh. 7), no implica que hubiera pasado por alto a los exiliados que acababan de regresar con Esdras, o que éstos no hubieran llegado aún. Es tan sólo fragmentario el conocimiento que tenemos de los sucesos de ese tiempo. Tal vez los repatriados que acompañaban a Esdras estuvieran más dispuestos a vivir en Jerusalén que los que los habían llegado con Zorobabel, lo que había inducido a Nehemías a revisar la lista del censo anterior. Otra razón para consultar la más antigua lista existente puede haber sido que los 50.000 repatriados de la expedición de Zorobabel estaban más equitativamente distribuidos por el país, que los que habían formado el grupo relativamente menor que llegó a Jerusalén con Esdras. Puesto que en la lista de Zorobabel se menciona a 45 grupos, sin contar los siervos y los cantantes profesionales, y la lista de Esdras sólo menciona a 18 grupos, es evidente que la primera lista daba un mejor cuadro de la distribución de la población que la última. El que no se mencione la lista de Esdras en Neh. 7 no prueba que no hubiera existido en tiempo de Nehemías.
3. Nehemías no organizó una nueva tesorería.
Es erróneo suponer que, durante su segundo gobierno, Nehemías designó por primera vez a los tesoreros. El informe de Neh. 13: 10-14 afirma claramente que cuando llegó a Jerusalén por segunda vez, Nehemías encontró que por algún tiempo el pueblo no había entregado el diezmo y que por eso el personal del templo se había visto obligado a cultivar la tierra a fin de subsistir. A poco de su regreso, Nehemías corrigió esa situación. Cuando convenció a los judíos de que volvieran a pagar el diezmo, pudo hacer que los levitas y los cantores regresaran al templo. Se necesitaban tesoreros para manejar esos fondos y por eso se designó a cuatro personas. La mención de cuatro tesoreros (Esd. 8: 33) no permite llegar a la conclusión de que necesariamente se acostumbraba que todos los fondos del templo fueran administrados por una comisión de cuatro. La suposición de que tal comisión no existía antes del segundo gobierno de Nehemías carece de base real.
4. Esdras agradeció a Dios por el permiso de construir un muro.
Si concuerda con los hechos la reconstrucción de la historia de las actividades de Esdras que sumariamente aparece bajo el N.º 1, Esdras estuvo facultado para reconstruir el muro de Jerusalén en ocasión de su retorno en 457 AC. Si así fuera, no es de extrañarse que agradeciera a Dios (Esd. 9: 9) porque influyó sobre los reyes de Persia (Ciro y Artajerjes I) para que diesen "vida" a Israel, para que ayudasen a Israel (Ciro y Darío I) a construir la casa de su Dios, y para que diesen "protección" (o muro) a Judá y a Jerusalén (Artajerjes I). Debiera notarse, que Esdras no afirma que ese muro ya se hubiera concluido. Sus palabras sólo podrían entenderse en ese sentido si hubiera otro testimonio que probara que la construcción del muro se había completado antes de que pronunciara su oración. Pero por sí sola, esta afirmación puede interpretarse en el sentido de que por la gracia de Dios se les había permitido continuar la reconstrucción del muro. Las palabras no implican que el muro se hubiera acabado. No se puede tomar este pasaje como una prueba de que la reforma de Esdras, descrita en los caps. 9 y 10, se realizó después de los acontecimientos registrados en el libro de Nehemías.
Por otra parte, corresponde señalar que la palabra hebrea gader, traducida en la RVR como "protección" no es la palabra que habitualmente se emplea para designar los muros de una ciudad. Significa "vallado", ya sea en sentido figurado o literal. El que se hable de "protección en Judá y en Jerusalén" sugiere fuertemente que se habla aquí de algo figurado, la protección de Dios como un muro en torno de su pueblo, pues difícilmente se construiría un muro en torno de Judá.
5. La edad de Johanán no era anormal.
No hay razón para dudar que el Johanán que aparece mencionado como sumo sacerdote en el año 410 AC en un documento judío proveniente de Elefantina, no sea el mismo, Johanán, hijo de Eliasib de Neh. 12: 22, 23. Con toda probabilidad también era el hombre en cuya cámara lloró Esdras (Esd. 10: 6). Aun en el caso de que en ocasión de la llegada de Esdras a Jerusalén, en 457 AC, Johanán ya hubiera sido un respetable sacerdote de unos 30 años, Y hubiera tenido su aposento junto al templo, igualmente podría haber sido sumo sacerdote en el año 410 AC, a la edad de 70 u 80 años, ocasión cuando los judíos de Elefantina le escribieron la carta ya mencionada.
La única dificultad de esta interpretación se debe a Jadúa, si éste sucedió a Johanán como sumo sacerdote y todavía oficiaba en tiempo de Alejandro, 75 años después de la carta de Elefantina, como parecería indicarlo Josefo ( Antigüedades xi. 8. 4, 5). Sin embargo, esta dificultad no es tan seria como parecería. Aun si Josefo estuviera en lo cierto al afirmar que el sumo sacerdote en tiempo de Alejandro era Jadúa, no hay prueba de que fuera el mismo Jadúa de Neh. 12: 11, 22. En el mismo libro de Nehemías aparece otro Jadúa, mencionado como jefe de familia que firmó el pacto en tiempo de Nehemías (Neh. 10: 21). Por lo tanto, el Jadúa de Neh. 12: 11, 22 que sucedió a Johanán como sumo sacerdote, pudo haber sido el abuelo de un sumo sacerdote de nombre Jadúa que oficiaba en el templo cuando Alejandro llegó a Jerusalén.
Debiera recordarse que el historiador Josefo comete al menos un serio error en su narración de la historia de este período cuando dice que Sanbalat era contemporáneo de Alejandro ( Antigüedades xi. 8. 2, 3). Por la Biblia y por los registros de la época descubiertos en Elefantina, se sabe que Sanbalat vivió en tiempo de Nehemías (ver com. Neh. 2: 10).
Por lo tanto, es muy posible que también hubiera confundido los nombres de los sumos sacerdotes judíos, aunque no por ello sería necesario suponer que el relato de la visita de Alejandro a Jerusalén sólo deba considerarse como leyenda.
Por el análisis precedente, resulta obvio que la prueba que puede aducirse en favor de la posición de que Esdras fue posterior a Nehemías es muy débil aun en el mejor de los casos. Reconociendo este hecho, muchos eruditos se han negado a invertir la secuencia tradicional. Además esa propuesta inversión crea para los defensores de esa teoría dificultades similares a las que procuran evitar. Esto podrá verse en el estudio de los dos puntos siguientes:
1. La edad de Meremot.
Cuando Esdras llegó a Jerusalén en 457 AC, entregó los tesoros que había traído desde Babilonia al sacerdote Meremot, hijo de Urías (Esd. 8: 33). Este mismo Meremot aparece 13 años más tarde como activo colaborador de Nehemías y entusiasta constructor de dos secciones del muro (Neh. 3: 4, 21). No hay dificultad en que el mismo hombre desempeñara las diversas tareas que se le atribuyen en los textos mencionados, durante el transcurso de 13 años, desde 457 a 444 AC.
Sin embargo, si Esdras llegó en 397 AC, en el 7.º año de Artajerjes II, 47 años después de que se construyera el muro de Nehemías, el Meremot que recibió los tesoros traídos por Esdras, habría sido sumamnete anciano. Aun si Meremot hubiera tenido 25 años cuando le correspondió la reconstrucción de dos partes del muro, habría tenido 72 años cuando sirvió como tesorero en el tiempo de la llegada de Esdras. Si bien esto sería bien posible, debe notarse que automáticamente esta nueva teoría le asigna a Meremot una edad que los mismos que la proponen afirman que es inaceptable para Johanán.
Otro hecho que debe recordarse es que quizá en tiempos de Esdras y Nehemías cada sumo sacerdote era vitalicio, y era tan sólo natural que los que desempeñaron ese cargo fueran ancianos cuando se acercaban al final de su período de servicio. Aarón sirvió como sumo sacerdote hasta la edad de 123 años. Elí llegó a los 98, y Joiada sirvió hasta los 130 (Núm. 33: 39; 1 Sam. 4: 15; 2 Crón. 24: 15).
2. La edad de Esdras.
La edad de Esdras presenta una dificultad mucho mayor para los que propugnan la teoría de la inversión, pues de ese modo Esdras había llegado a Jerusalén 47 años después de Nehemías. Los que proponen esta nueva teoría presentan a Esdras como el gran dirigente religioso de las actividades descritas en Neh. 8, y como uno de los dos dirigentes de la dedicación del muro. Pero el que fue escogido para dirigir esas actividades en lugar del sumo sacerdote debe haber sido un hombre distinguido e influyente, y no un mero joven. Es difícil imaginarme que se escogiera para esas responsabilidades a uno que tuviera menos de 40 años, o que Nehemías lo hubiera escogido si no se le hubiese conocido por proezas específicas realizadas previamente. Pero si Esdras tenía una edad respetable en tiempos de Nehemías, habría tenido inevitablemente una edad avanzada inverosímil en ocasión de su supuesto regreso desde Babilonia 47 años más tarde, en el año 397 AC.
Reconociendo esta seria dificultad, muchos eruditos que invierten el orden bíblico de Esdras y Nehemías eliminan el nombre de Esdras de los textos que lo asocian con Nehemías o arbitrariamente designan el año 37 de Artajerjes I como la fecha del viaje de Esdras. Para los lectores de este Comentario bastará señalar que estas dos propuestas se basan en la alteración deliberada del texto bíblico. El estudiante conservador de la Biblia no encuentra razón para invertir el orden registrado en la Biblia para la llegada de Esdras y Nehemías. Esa transposición no solo deja sin resolver todas las dificultades que busca eliminar, sino que crea nuevos problemas y hace sumamente difícil la reconstrucción de la historia del período. No podemos pasar por alto las declaraciones de la Inspiración ni los hechos conocidos de la historia.
CBA t3
El autor establece tan contraste bien definido entre la primera parte del libro y la segunda. Para ello emplea esta expresión que aparece sólo aquí en el libro de Esdras. El intervalo transcurrido entre los acontecimientos descritos en el cap. 6 y los que se describen en el cap. 7 parece haber sido casi de 58 años: desde la primavera de 515 AC (ver cap. 6: 15) hasta los primeros meses de 457 AC (ver cap. 7: 7).
Artajerjes.
Con referencia a la grafía del nombre de este rey, véase la Nota Adicional del cap. 4. junto con la mayoría de los eruditos conservadores, este comentario sostiene que el Artajerjes que aparece en este versículo es Artajerjes Longiniano, quien reinó de 465 hasta 423 AC. Ver en la nota adicional, al final de este capítulo, un resumen de la prueba que apoya esta oposición.
Esdras hijo de Seraías.
Es probable que Esdras fuera el tataranieto de Seraías. Según el lenguaje de los escritores bíblicos, todo descendiente es un "hijo", y todo antepasado un "padre". Cristo es el "hijo de David", y David, "hijo de Abraham" (Mat. 1: 1). Joram engendró a Uzías (Mat. 1: 8), su tataranieto (ver 1 Crón. 3: 11, 12, donde se lo llama Azarías). Es probable que Esdras omita el nombre de su padre, de su abuelo, y de su bisabuelo, que no se destacaron, y diga ser descendiente de Seraías, el último sumo sacerdote que ministró en el templo de Salomón (2 Rey. 25: 18).
Azarías, padre de Seraías, sólo aparece en la lista genealógica de 1 Crón. 6: 13, 14 y en Esd. 7: 1, pero sin duda el padre de Azarías fue Hilcías, sumo sacerdote durante el reinado de Josías (2 Rey. 22: 4-14; 2 Crón. 34: 14-22).
5. Hijo de Aarón.
En los vers. 1-5, Esdras hace remontar su genealogía hasta Aarón, el primer sumo sacerdote. Al hacerse una comparación con la lista genealógica de 1 Crón. 6: 3-15, se ve que Esdras omitió seis nombres entre Azarías y Meraiot (vers. 3), los cuales aparecen en 1 Crón. 6: 7- 10, y otro nombre (Meraiot) entre Sadoc y Ahitob del vers. 2 (ver 1 Crón. 9: 11). La abreviación de las genealogías mediante la omisión de nombres carentes de importancia era común entre los judíos. Un ejemplo notable es la omisión de varios nombres en la genealogía de Cristo presentada por Mateo (ver com. Mat. 1: 5, 11, 15, 17).
Aunque Esdras era descendiente de Aarón, y así pertenecía a la familia del sumo sacerdote, él mismo no era sumo sacerdote, sino sólo "sacerdote" (Esd. 7: 11, 12; Neh. 8: 2).
6. Esdras subió.
También se emplea la misma expresión "subir" (cap. 2: 1) para 367 referirse al viaje del primer grupo de repatriados.
Diligente.
Heb. mahir , palabra que se emplea también en arameo y egipcio para describir a un escriba hábil, capaz de escribir rápidamente. En los papiros elefantinos, Ahikar dice de sí mismo que es "escriba sabio y listo", y emplea también la palabra mahir . Con esto quería indicar que no sólo era escriba, sino también hombre culto. En Egipto, donde mahir se había convertido en el título profesional de los escribas hábiles, una persona tal tenía amplia preparación e todas las fases del conocimiento secular. Sin embargo, Esdras usó sus talentos en asuntos religiosos. Era "diligente en la ley de Moisés" y versado "en los mandamientos de Jehová" (ver com. vers.11).
Que Jehová Dios de Israel había dado.
Es característico de la piedad de Esdras el no olvidar nunca que la ley no era sólo un código humano dado por un legislador terrenal, sino además un don directo de Dios: "la ley de Jehová" (vers. 10), " "los mandamientos de Jehová y ... sus estatutos a Israel" " (vers.11), y " "la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés" " (Neh. 8: 14).
Todo lo que pidió.
El rey quedó bien impresionado con Esdras y éste ganó su confianza. No se sabe cómo lo logró.
7. Los hijos de Israel.
En la lista de los que volvieron con Esdras, figuran de nuevo las mismas seis categorías de personas que, según el relato anterior (cap. 2: 70), habían acompañado a Zorobabel. El orden en que aparecen es casi el mismo.
Séptimo año del rey Artajerjes.
Es probable que Esdras computara el 7.º año de Artajerjes según la costumbre judía, es decir según el año civil judío que comenzaba en el otoño (ver t. II, págs. 113, 115, 141, 142, 144). El 7.º año del reinado de Artajerjes I comenzó en el otoño de 458 AC y concluyó en el otoño de 457 de acuerdo con la tabla de la pág. 112 de este tomo. Ver la explicación de estas fechas y también de las que aparecen en los vers. 8, 9 en las págs. 103-106 de este tomo.
8. Llegó a Jerusalén.
Por el vers. 9 pareciera entenderse que se había escogido que coincidiera el comienzo del viaje con el primier día del primer mes (Nisán) del año religioso. Esto no debe sorprender, pues la estación seca era la que generalmente se elegía para realizar un viaje de esta naturaleza, que una caravana completaba en varios meses. Del mismo modo, todas las campañas militares se emprendían en primavera. Es muy probable que la fecha de la partida correspondiera con el 27 de marzo de 457 AC del calendario juliano. El viaje llevó casi cuatro meses (ver pág. 112). Los exiliados llegaron a Jerusalén el primer día del quinto mes (Ab), o sea aproximadamente el 23 de julio de 457 AC.. A primera vista parecería que cuatro meses fuera un tiempo demasiado largo, pero no debe olvidarse que una caravana como la que dirigía Esdras debe haber descansado largamente en más de una oportunidad. Se registra uno de estos descansos: el que se realizó en Ahava (cap. 8: 15). El diario de viaje de la marcha del ejército de Ciro el Menor desde Efeso hasta Cunaxa, cerca de Babilonia, proporciona el registro preciso de un viaje tal. Aunque sólo se necesitaron 91 días de marcha para llegar a Cunaxa, todo el viaje, contando los días de descanso, demoro casi medio año (Jenofonte Anábasis ii. 1: 6). Por lo tanto, no es de sorprenderse que el viaje de Esdras necesitara cuatro meses. Sin duda también los peligros del camino obligaron a demorar en ciertos momentos (ver cap. 8: 31). Con referencia a la ruta probable, ver com. cap. 2: 68.
9. La buena mano.
Tal vez el favor divino especial aquí aludido comprenda la respuesta del rey al pedido de Esdras (ver vers. 6), y el haberse liberado de los enemigos que habían intentado atacar la caravana por el camino (ver cap. 8: 21-23, 31).
10. Había preparado su corazón.
Esdras era un hombre consagrado. La meta y la ambición de su vida eran conocer la voluntad del Señor, cooperar con él y enseñar a otros a hacer lo mismo. Así era el hombre a quien Dios había llamado para que realizara una obra especial.
11. Sacerdote Esdras.
La genealogía de los vers. 1-5 da a entender que Esdras era sacerdote, pero el vers. 11 nos proporciona la única confirmación específica de este hecho. También Nehemías designa a Esdras como sacerdote (cap. 8: 2, 9).
Escriba.
Aquí se emplea por primera vez la palabra sofer en el mismo sentido con el cual se usa en el NT la palabra grammatéus , "escriba", para designar a un hombre preparado para exponer las Escrituras. Esdras está 368 a la cabeza de todo un linaje de famosos eruditos hebreos, entre los cuales en tiempo de Cristo figuraban hombres como Hillel y Gamaliel, a quienes los judíos consideraban como dignos sucesores de Esdras.
12. Rey de reyes.
En los vers. 12-26 se cita el decreto mismo, escrito en arameo, tal como fue emitido por la cancillería persa. En su forma y en su contenido se parece mucho a los documentos de los caps. 4 a 6. Hoy día, tras el descubrimento de documentos similares en Elefantina, aun los eruditos más críticos lo reconocen como auténtico. "Rey de reyes" era un título propio de los monarcas persas y se encuentra en todas las inscripciones persas de cierta longitud. El título fue empleado en primer lugar por los reyes asirios, quienes así expresaban que reinaban sobre muchos reyes vasallos, a los cuales retenían en sus respectivos tronos en los países conquistados. El título más tarde fue adoptado por los reyes de Babilonia (ver Dan. 2: 37), y después por los reyes persas cuando se convirtieron en amos del mundo.
Esdras, sacerdote.
Es interesante notar, que no se emplea en el decreto la palabra aramea habitual kumra' , "sacerdote", sino la palabra kahen , tomada del Heb. kohen . En los documentos arameos provenientes de Elefantina los escritores hacen también una clara distinción entre los sacerdotes paganos, a los cuales dan el nombre común arameo kumra,' , y los verdaderos sacerdotes de Dios, a quienes designan con la palabra kahana' . Por lo tanto, el empleo de esta palabra en el documento de Esd. 7 indica que este decreto, aunque aprobado por el rey y emitido en su nombre, fue redactado por algún judío en la cancillería imperial. En este decreto se encuentran otras pruebas del mismo hecho.
Escriba erudito en la ley del Dios del cielo.
Arameo, safar datha' di-'elah shemayya' . Basándose en títulos análogos, H. H. Schaeder demostró en la década de 1930 que designaba a un encumbrado funcionario de la cancillería persa que tenía a su cargo los asuntos pertenecientes a la "ley del Dios del cielo" . De entenderse así, Esdras habría sido el encargado de asuntos religiosos judíos en el gobierno persa. En forma similar, durante el posterior gobierno parto y sasánida, se denominó al jefe de la población judía como resh galutha', "cabeza de los exiliados"; y en algunos casos se lo equipara con los magistrados más importantes del gobierno. En Neh. 11: 24 también se testifica de la existencia de un cargo tal en tiempo de Artajerjes I. No es posible saber cómo llegó Esdras a ocupar este cargo, pero es evidente que su designación lo habría transformado en el judío más influyente de Babilonia. El contenido de este decreto prueba que empleó esa influencia para beneficio de su pueblo.
Paz.
Arameo gemir , "acabado" . La mayoría de los eruditos consideran que es una fórmula abreviada para indicar el fin de un documento, o una palabra que significa "emitido". La palabra "paz" no aparece en hebreo. Sin embargo, aparece tanto en la RVR como en la BJ a manera de un saludo formal. La RVR no traduce la palabra final de la introducción del decreto. Es la misma que se emplea en Esd. 4: 17 (ver com. allí) y que pareciera parte de una fórmula protocolar.
13. Todo aquel en mi reino, del pueblo.
El decreto de Artajerjes es tan amplio como la proclama de Ciro (cap. 1: 3). Da permiso no sólo a los judíos, sino a todos los israelitas de todas las tribus para que acompañen a Esdras a Jerusalén en esta ocasión israelitas de todas las tribus de (ver com. cap. 8: 35).
14. Siete consejeros.
En Est. 1: 14 los siete consejeros son siete príncipes que "veían la cara del rey y se sentaban los primeros del reino". Hasta ahora no se ha encontrado ninguna inscripción que amplíe la explicación de las funciones de estas personas. Se ha conjeturado que son los caudillos de siete grandes familias persas, las cuales, según Herodoto (iii. 84) gozaban de mayores privilegios que cualquiera otra familia. Entre otras cosas tenían derecho a presentarse ante el rey sin ninguna restricción.
La ley de tu Dios.
La comisión de Esdras incluía el deber de investigar la situación religiosa existente en la provincia de Judea. Por supuesto, la ley de Dios había de ser la norma para realizar esto. Los eruditos críticos muchas veces han entendido que estas palabras implican que Esdras fue el autor, o al menos el redactor de esta ley. El error de esta posición puede verse por el vers. 25, donde se indica que esta ley ya era bien cononocida por los judíos palestinos antes de que llegara Esdras. Por lo tanto, es obvio que "la ley de tu Dios" 369 era un libro, o una colección de libros que ya poseían tanto Esdras como los judíos de Palestina. El contenido de esta ley, ya conocido por los judíos de Babilonia y Palestina, se revela en Neh. 8.
15. La plata y el oro.
Los asuntos financieros ocupaban un lugar preponderante en este decreto. Las dádivas que Esdras debía llevar a Jerusalén provenían de tres fuentes: el rey y sus consejeros, una colecta realizada entre los amigos que no eran judíos de la satrapía de Babilonia, y ofrendas voluntarias de los judíos residentes fuera de Palestina (vers. 16). En tiempos antiguos, el envío de grandes sumas de dinero se realizaba por medio de caravanas bien protegidas. Las rutas nunca estaban libres de ladrones y cuanto mayor fuera la suma transportada, tanto más grande era el peligro de robo. Josefo narra (Antigüedades xviii. 9.1) que en tiempos de los romanos las donaciones que anualmente se remitían de Babilonia a Jerusalén, iban escoltadas por un gran número de hombres armados.
Cuya morada.
Esta frase es similar, pero no idéntica a la que empleó Ciro en el cap. 1: 2, 3. No significa necesariamente que Artajerjes consideraba que el Dios de los judíos era una deidad local, sino tan sólo que su templo estaba en Jerusalén. Si en verdad el autor de este decreto, que después fue aprobado por Artajerjes (ver vers. 12), hubiera sido un judío como Esdras, naturalmente habría usado frases como ésta.
17. Comprarás, pues, diligentemente.
Artajerjes estaba preocupado porque se gastara bien el dinero cuyo principal propósito era mantener el ritual, judío (ver cap. 6: 9, 10).
18. Y lo que a ti y a tus hermanos os parezca.
El resto del dinero había de gastarse como Esdras lo dispusiera bajo la dirección divina. De este modo, Esdras en libertad de usar tanto dinero como le pareciera prudente para lo que considerara necesario, sin pedir un permiso específico cada vez. El decreto le daba, pues, el derecho de emplear el dinero en cosas tales como la relación del templo o la reconstrucción del muro. En el momento de escribirse el decreto, Esdras no pudo haber considerado que era deseable esta libertad de acción. Más tarde, cuando los samaritanos demostraron su enemistad, pudo haber lamentado que en el decreto no se mencionaran los propósitos específicos que habían de ser financiados con las subvenciones reales.
19. Los utensilios.
No parecería que éstos hubieran sido los sagrados utensilios que una vez pertenecieron al primer templo, como los que Ciro le había confiado a Zorobabel. Más bien habrían sido parte de la ofrenda voluntaria (vers. 15), en la cual figuran como una parte, bien identificada (ver cap. 8: 26-28). Quizá los utensilios enviados con Zorobabel no hubieran sido suficientes para las grandes fiestas. En la historia antigua se encuentran casos de reyes que envían vasijas o utensilios de gran precio como regalos a otros reyes o a los templos de naciones aliadas. Por eso el regalo de Artajerjes no era desusado.
20. Y todo lo que se requiere.
Esta frase hace evidente la flexibilidad del decreto. Las entradas reales provenientes de la provincia de Judea quedan a disposición de Esdras para que las use en cualquier propósito relacionado con el templo. Dentro de las limitaciones determinadas en el vers. 22, el arbitrio de Esdras dictaría lo que habría de hacerse.
La casa de los tesoros del rey.
No se trata de la tesorería real de Susa o Persépolis, donde se guardaba el tributo de las diversas provincias, sino de la tesorería local de Judea a la cual los judíos debían entregar sus contribuciones, y de la cual Esdras estaba autorizado para retirar lo que necesitara.
21. Todos los tesoreros.
Es probable que el "decreto" comprendido en la autorización de Esdras hubiera sido enviado en forma separada al tesorero real que residía en Judea y a todos los que -en el despacho del sátrapa- tuvieran que ver con los asuntos financieros de aquella provincia. Difícilmente pueda concebirse que Artajerjes fuera a permitir que Esdras exigiera que se le diesen las contribuciones de provincias tales como Samaria o Amón, cuyos habitantes eran enemigos de Judea. El título arameo traducido como "tesorero" aparece también en objetos encontrados en Persépolis.
Esdras, escriba.
Con referencia al título oficial de Esdras, ver com. vers. 12.
22. Hasta cien talentos de plata.
Según el peso del talento babilonio liviano, esto equivaldría a 3.013 k. Además, Esdras podía solicitar hasta 100 coros de trigo (22.000 litros) y 100 batos (2.200 litros) de vino y de aceite. Que se le exigiera al tesorero que entregara 370 trigo, vino, aceite y sal resulta extraño hoy, pero era bien natural en el sistema persa, en en cual los impuestos se pagaban parcialmente en especies y a cada provincia se exigía que remitiera a la corte real la mejor parte de su producción. Había abundancia de vino, cereales, aceite y sal en Palestina, que era una " "tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite, y de miel" " (2 Rey. 18: 32), y en la región del mar muerto, abundaba la sal.
23. Su ira contra el reino.
En el año 7.º de Artajerjes I había una acentuada "ira contra el reino de Persia". Egipto se había revelado contra los persas en el año 463 AC y, ayudado por los atenienses, el año siguiente los egipcios habían expulsado a todos los persas de su país. Hacia fines de 459 se hizo un fútil intento para exigir que los atenienses retiraran sus tropas. En 458, Artajerjes se propuso recuperar el país rebelado. Poco después promulgó este decreto que autorizaba el viaje de Esdras a Jerusalén. La historia registra que desde el año 457 AC en adelante les fue bien a los persas en Egipto: recuperaron la ciudad de Menfis ese mismo año y en 456 recuperaron toda la provincia de Egipto. Además, en el 456 derrotaron a las tropas atenienses.
Y de sus hijos
Cuando Artajerjes subió al trono, todavía era bastante joven, y no se sabe cuántos hijos tenía en su 7.º año. Finalmente, ese número llegó a 18 (Ctesias Excursus Persika 44).
24. Os hacemos saber.
Los comentadores más antiguos señalaban que el uso de la primera persona plural correspondía con el plural mayestático, todavía empleado comúnmente por los reyes, o quizá se lo usaba como lo empleaban los redactores de las editoriales o caso como una indicación de que Artajerjes incluía a sus hijos en el edicto. Ambos pareceres son erróneos. La comprensión mas correcta del arameo demuestra que el sujeto de la forma verbal "hacemos saber" es indeterminado y que la frase debiera traducirse en castellano: "Se os informa".
Ninguno podrá imponerles.
Respecto a los tres impuestos aquí mencionados ver com. 4: 13. El testimonio textual de los documentos egipcios revela que en ese país los sacerdotes estuvieron exentos de pagar impuestos durante la mayor parte de la historia egipcia (ver com. Gen. 47: 22). Aunque no se ha encontrado testimonios documentales que confirmen que existía la misma costumbre en Persia, el que se considera este privilegio al personal que ministraba en el templo judío de Jerusalén implica que los sacerdotes persas también gozaban de esta extensión del pago de impuestos. Difícilmente Esdras podría haber obtenido tal concesión para sus sacerdotes, si el sacerdocio persa no hubiera disfrutado de privilegios similares.
Una inscripción griega, en la cual Darío I reprende a ciertos Gadatas por haber hecho caso omiso de los reglamentos reales y por haber exigido "tributo de los sagrados cultivadores de Apolo", indica que esta extención que gozaban los sacerdotes persas se aplicó en otros casos en tiempos del imperio Persa. Antíoco el grande concedió privilegios similares a los sacerdotes judíos (Josefo Antigüedades xii. 3.3).
25. Jueces y gobernadores.
La última parte del decreto (ver. 25 y 26) autorizó a Esdras para que reorganizara el sistema judicial de Judea y para que dispusiera todas las futuras designaciones de jueces en esa provincia. En arameo se denomina a esos magistrados shafetin y dayyanin . La primera palabra es la forma aramea de al palabra hebrea que significa "jueces" , mientras que la segunda, es una palabra aramea que también significa "jueces". Mientras que al segunda, es una palabra aramea que también significa "jueces". La palabra shafetin no parece en documentos arameos no escritos por judíos, pero su raíz verbal está en los registros judíos encontrados en Elefantina. El que se emplee esta palabra de Esd. 7, es otra prueba de que un judío cuyo idioma era el hebreo, quizá Esdras mismo, fue quien redactó este documento.
Al otro lado del río.
Ver com. Esd. 4: 10. La siguiente frase explicatoria, "Todos los que conocen las leyes de tu Dios" indica que la jurisdicción de Esdras no debía comprender toda la provincia "al otro lado del río" . La jurisdicción de Esdras estaba limitada a la población judía y a los prosélitos.
Le enseñaras.
Esdras, el probable redactor del decreto, debe haber sido algo acerca de las condiciones espirituales que prevalecían en Judea. Por eso estaba convencido de que se necesitaba instruir a los repartidores en la ley de Dios. Sabiendo que su convicción personal en cuanto a este asunto podría no tener mucho peso ante los dirigentes judíos, obtuvo 371 la autorización real para hacer esta obra, a fin de que los judíos no se sintieran tentados a restar importancia a este aspecto de su programa de reforma. Por los vers. 6, 28 se desprende que Esdras tomó la iniciativa para que estas disposiciones aparecieran en el decreto.
26. Sea juzgado prontamente.
Finalmente se le autorizó a Esdras para que hiciera cumplir la ley. Se le dio autoridad para imponer multas, encarcelar, desterrar o ejecutar a los contraventores, según lo creyera conveniente. Los persas siempre confiaban esta autoridad a los administradores civiles de las provincias, los cuales gobernaban como autócratas dentro de sus respectivos territorios y sólo eran responsables ante el rey. La concesión de responsabilidades tan abarcantes indica que Artajerjes no consideraba que Esdras fuera meramente un dirigente religioso. Fue investido de autoridad secular en todas las ramas administrativas de la provincia judía, con la posible excepción de los asuntos financieros.
27. Bendito.
Después de haber citado este importante documento arameo, el idioma en el cual fue promulgado originalmente, Esdras sigue en hebreo, idioma que emplea sin interrupción hasta el final del libro. Como verdadero hombre de Dios que era, expresa gratitud por la oración contestada.
Honrar la casa.
"Glorificar la casa" " (BJ). Esta expresión de la gratitud de Esdras indica que Artajerjes había autorizado que se continuara trabajando en la construcción del templo. No se sabe si esta obra consistió sólo en decorar el templo o si se construyeron otros edificios. Sin duda, este versículo explica la razón por la cual Esdras incluyó a Artajerjes entre los reyes cuyos decretos determinaron la construcción del templo (ver cap. 9: 9 y com. cap. 6: 14).
28. Hacia mí.
Muchos comentadores modernos han pensado que sólo las partes del libro de Esdras que aparecen escritas en primera persona singular pueden atribuirse a Esdras, y que las partes que hablan de Esdras en tercera persona singular fueron escritas por otra persona (ver caps. 7: 1-1 1; 10: 1). Sin embargo, un estudio cuidadoso de los documentos antiguos muestra que el cambio de pronombres no prueba un cambio de autor. Podrían presentarse ejemplos de documentos egipcios (el relato de Sinuhe, ver com. Exo. 2: 15), asirios (los Anales de Sargón II), arameos (el relato de Ahikar), hebreos (Dan. 4), griegos (Tucídides), en los cuales se nota la misma particularidad. Aunque en algunas obras literarias modernas, los escritores cambian repentinamente de la primera a la tercera persona, o viceversa, como lo ha demostrado Kittel.
Delante del rey.
Ver com. vers. 15. Aquí se encuentra otra evidencia de que Esdras había comparecido ante Artajerjes y sus consejeros para hacer un pedido (ver también vers. 6). Aunque debe suponerse que el tacto y la sabiduría de Esdras lograron en buena medida el éxito de su esfuerzo -sobre todo en la consecución del decreto- sin duda la mano de la Providencia lo guió paso a paso. Con frecuencia reconoció que su éxito se debió a la bondad de Dios, y que el Altísimo había obrado sobre el rey y los gobernantes ante los cuales había comparecido.
NOTA ADICIONAL DEL CAPÍTULO 7
Hasta los últimos años del siglo XIX, tanto judíos como cristianos creían que el Artajerjes del libro de Esdras había sido el primer rey persa de ese nombre. Los griegos le decían Artajerjes Longimano (de "mano larga" ). Reinó desde 465 hasta 423 AC. Pero, a
partir de 1890, la situación ha cambiado notablemente. En ese año un erudito belga, A. van Hoonacker, publicó su primer estudio sobre el orden cronológico de Esdras y Nehemías. En ese trabajo sostuvo que se debía invertir el orden tradicional y considerar a Esdras como uno de los sucesores de Nehemías. Esta opinión ha ganado muchos adeptos en el mundo de los eruditos. El número de los que invierten el orden tradicional es ahora aproximadamente igual al de los que todavía lo apoyan. En vista de la importancia de este asunto, sobre todo en relación con la profecía de Dan. 9: 24-27 y su fecha exacta, aquí se presenta un análisis detallado del problema.
Los eruditos que creen que Esdras siguió a Nehemías pueden agruparse de la siguiente manera: (1) los que ubican los acontecimientos 372 de Esd. 7 en los últimos años del reinado de Artajerjes I, generalmente en el año 37 de su reinado (427 AC), en vez del 7.º, como dice la Biblia, y (2) los que ubican el viaje de Esdras en el 7.º año de Artajerjes II (405/04-359/58 AC).
No necesitamos tratar en este comentario las opiniones del primer grupo pues no tienen por base más que conjeturas que se emplean para rechazar la fecha presentada en Esd. 7 y reemplazarla con otra. La mayoría de los eruditos que creen que la actividad de Esdras en Jerusalén siguió a la de Nehemías pertenece a este primer grupo.
Los argumentos de los eruditos que pertenecen al segundo grupo son más dignos de consideración. Observan que la Biblia no indica cuál de los tres reyes de nombre Artajerjes es el que aparece en Esd. 7. Dicen que no hacen violencia al registro bíblico al ubicar los acontecimientos de Esd. 7 y 8 en el 7.º año de Artajerjes II, en lugar del 7.º año de Artajerjes I. Puesto que todo estudiante de la Biblia deberá admitir que los acontecimientos registrados en ella no siempre se presentan en orden cronológico, no puede rechazarse a priori la posición que ubica los acontecimientos de Esd. 7- 10 en un momento posterior, al de los sucesos descritos en Nehemías. Se necesita estudiar con detenimiento todos los hechos para llegar a una decisión válida respecto a este asunto.
Para comenzar debe averiguarse cuáles son las razones por las que los eruditos abandonaron la posición mantenida durante tanto tiempo de que Esdras fue a Jerusalén en el año 7.º de Artajerjes I, y Nehemías en el año 20." del mismo rey. De los numerosos argumentos empleados para apoyar la inversión del orden tradicional, sólo cinco tienen un significado especial. Afirman lo siguiente:
1. Que Nehemías sabe poco de Esdras.
Si Esdras hubiera llegado a Jerusalén con una amplia autoridad administrativa, religiosa y judicial, como lo implica Esd. 7, ¿por qué no juega un papel más importante en el tiempo de Nehemías? Es verdad que se menciona a Esdras como lector de la ley (Neh. 8: 1-6, 9), y como uno de los directores de los dos coros procesionales en ocasión de la dedicación del muro (Neh. 12: 36), pero sus actividades quedan totalmente empequeñecidas ante las de Nehemías. Por otra parte, si hubiera sido un sacerdote aarónico relativamente joven en tiempos de Nehemías, era tan sólo natural que fuera lector de la ley, pero sin ocupar un lugar importante en la administración civil. Quizá más tarde logró el favor del rey de Persia quien lo envió a Judá con los amplios poderes enumerados en Esd. 7.
2. Que Nehemías no dice nada en cuanto a los exiliados que volvieron con Esdras.
En su esfuerzo por repoblar la capital del país, Nehemías repasa el censo de los diversos grupos que volvieron con Zorobabel casi sin siglo antes (Neh. 7), pero parece pasar por alto completamente los que, según Esd. 7 y 8, habían vuelto solo 13 años antes, siempre que el retorno de Esdras hubiera ocurrido en 457 AC. Sin embargo, si Esdras llegó a Jerusalén con 5.000 ó 6.000 personas en tiempo de Artajerjes II, Nehemías sólo podría haber basado sus medidas para repoblar la ciudad en el único censo existente, el de Zorobabel.
3. Que Esdras encuentra una comisión instituída por Nehemías.
Cuando Esdras llegó a Jerusalén, entregó los tesoros que le habían sido confiados por Artajerjes a cuatro levitas, a quienes sin duda les correspondían administrar los fondos del templo (Esd. 8: 33). Nehemías informa que durante su segundo ejercicio como gobernador designó una comisión de cuatro para la tesorería (Neh. 13: 13), lo que implicaría que tal institución no existía antes de su tiempo. Por eso se deduce que Esdras debió haber llegado a Jerusalén después de haberse constituido esa comisión, o sea después del primer período de administración de Nehemías.
4. Que el muro había sido construido antes de la llegada de Esdras.
Esdras expresó su gratitud a Dios por haberles dado una "protección" (RVR), "valladar seguro" (BJ), " "vallado" (ARV) " "en Judá y en Jerusalén" (9: 9). Los comentadores interpretan que se hace referencia aquí a un muro que se había construido en torno de la ciudad. Sin embargo, Nehemías encontró sólo ruinas debió reconstruir el muro en el primer año después de su llegada a Jerusalén.
5. Que el sumo sacerdote Johanán pertenecía a una generación posterior.
Por lo general se cita a Johanán como principal testigo en favor de la posición de que Esdras siguió a Nehemías. Johanán, hijo de Eliasib, es sitio de los últimos dignatarios mencionados en el libro de Nehemías (Neh. 12: 22, 23). Puesto que Eliasib fue sumo sacerdote durante el tiempo 373 cuando Nehemías fue gobernador (Neh. 3: 1, 20, 2 l; 13: 4, 7), Johanán, que era su hijo o nieto (Joiada aparece entre Eliasib y Johanán en Neh. 12: 22) perteneció a una generación posterior. Esto concuerda con el hecho de que en un documento judío se menciona a Johanán como sumo sacerdote en el año 410 AC. Entre los papiros elefantinos (ver págs. 79-83) hay una carta escrita el 25 de noviembre de 407 AC (según el calendario persa), dirigida a Bigvai, gobernador persa de Judea. Esta carta afirma que los escritores habían dirigido otras cartas tres años antes a "Johanán el sumo sacerdote y sus colegas, los sacerdotes que están en Jerusalén" (Edición de Cowley, N.º 30).
Lo que es más, Johanán, hijo de Eliasib, tenía un aposento en el templo de Jerusalén cuando Esdras llegó a esa ciudad (Esd. 10: 6). Si Esdras llegó a Jerusalén en 457 AC y encontró a Johanán instalado en una cámara del templo, éste debe haber sido un sacerdote en condiciones de oficiar, que tenía al menos, 20 años de edad (ver Esd. 3: 8), y tal vez era mucho mayor. Conforme a lo que dice el papiro mencionado, si Johanán era sumo sacerdote en 410 AC, en ese momento debe haber tenido al menos 67 años. Puesto que su sucesor Jadúa (Neh. 12: 11, 22) fue sumo sacerdote cuando Alejandro Magno atravesó Palestina (332 AC. Ver lo que dice el historiador judío Flavio Josefo en Antigüedades xi. 8. 4, 5), 78 años más tarde Jadúa debió haber tenido unos 100 años.
Los que sostienen que Nehemías precedió a Esdras afirman que la aparente dificultad de concebir que Jadúa ejercía como sumo sacerdote a los 100 años puede resolverse si se supone que Esdras llegó a Jerusalén en tiempos de Artajerjes II (405/04-359/58 AC). Entonces puede explicarse que Johanán llegó a ser sumo sacerdote poco antes de 410 AC, como sucesor de Joiada, hijo de Eliasib, Contemporáneo de Nehemías. Suponiendo que Johanán tenía unos 30 años en 410, habría tenido 43 años cuando Esdras llegó a Jerusalén en el 7.º año del reinado de Artajerjes II, y por eso tenía un aposento en el templo, el cual Esdras pudo usar (Esd. 10: 6). Si además se supone que Jadúa nació cuando Johanán tenía ya unos 40 años, habría tenido unos 70 años en ocasión de la visita de Alejandro.
Estos son los cinco argumentos más importantes que se presentan en favor de la inversión de la secuencia tradicional de los viajes de Esdras y Nehemías. A continuación se considerarán estos argumentos desde el punto de vista de la secuencia tradicional: Esdras primero, luego Nehemías.
1. La posición de Esdras en tiempo de Nehemías era normal.
Esdras llegó a Jerusalén en 457 AC con grandes poderes, pero no como gobernador como llegó Nehemías 13 años más tarde. Esdras se había granjeado el favor del rey, quien lo había autorizado para que volviera a Judea para reorganizar el sistema judicial de acuerdo con las leyes judías (ver Esd. 7: 26). También recibió amplias concesiones económicas e indudablemente también el derecho de forticar la ciudad. Durante la rebelión de Megabises, sátrapa de la región "Del otro lado del río" (ver pág. 64), a la cual pertenecía la provincia de Judea, los samaritanos pueden haber aprovechado la oportunidad para comunicarse directamente con rey a fin de asegurarle su lealtad, y a la vez acusaron a los Judíos de que tenían siniestras intenciones al reconstruir los muros de su ciudad. Artajerjes, que por su naturaleza era vacilante y oportunista, bien pudo haber aceptado con gratitud la declaración de los samaritanos con la esperanza de que su lealtad acarreara dificultades al rebelde Megabises en su propia satrapía, y por eso permitió que los samaritanos detuvieran la reconstrucción del muro de Jerusalén. Sin embargo, no conformes con detener la actividad de los judíos, quizá los samaritanos demolieron partes del muro y quemaron algunas puertas (ver com. Neh. 1: 3).
Después de una reconciliación entre Megabises y Artajerjes, se restablecieron las relaciones normales con la satrapía "Del otro lado del río", y Nehemías oyó por medio de su hermano (ver com. Neh. 1: 2) lo que había ocurrido en judea durante el tiempo cuando no se habían tenido noticias de esa provincia. Al punto Nehemías pidió al rey -cuya estima se había granjeado- que se lo enviara a Jerusalén con plena autoridad para reconstruir el muro (Neh. 1 y 2).
Aunque Nehemías recibió plena autoridad para reconstruir el muro, cuando llegó a Jerusalén procedió con extrema cautela, plenamente consciente del poder y la tenacidad de sus enemigos. Su sigilo inicia (Neh. 2: 12-16), y la determinación con la cual más tarde hizo frente a los que se opusieran a su obra, muestran que era idóneo para completar la tarea en la cual Esdras había estado empeñado, pero que no había podido terminar.
Por esta razón Esdras pudo haber pensado que era prudente que él no figurara hasta que se terminara la obra del muro. También es posible que los enemigos de Esdras, entre los judíos, lo hubieran acusado de causar intranquilidad y fricción entre Judá y las naciones vecinas porque expulsó a las esposas paganas de los hogares judíos cuando volvió a Jerusalén (Esd. 9 y 10). Por lo tanto, es posible que la prudencia hubiera aconsejado una manera de actuar que, al principio, diera la apariencia de que Nehemías no tenía nada que ver con Esdras.
Sin embargo, cuando se completó el muro y ya no hubo motivo de verdadero temor, era natural que Nehemías concediera a Esdras el lugar que le correspondía en los asuntos de la nación. En la dedicación del muro, pidió a Esdras que dirigiera los himnos de alabanza de uno de los dos coros procesionales, mientras él mismo dirigía el segundo (Neh. 12: 36, 38). Era muy apropiado que las dos procesiones fueran presididas por los dos hombres que habían sido tan prominentes en la restauración del muro.
Más tarde, cuando llegó la temporada de las fiestas, Esdras fue el dirigente religioso indiscutible, y como tal dirigió las actividades del pueblo (Neh. 8: 1-6, 9, 13). Esto muestra que Nehemías no pasó por alto a Esdras, sino que le concedió el lugar que le correspondía, tan pronto como se lo permitieron las condiciones imperantes. Algunos han pretendido que se podría eliminar el nombre de Esdras de Neh. 8 y 12, sin que eso alterara en absoluto el relato. Eso no es así; si se lo hiciera, quedaría acéfala una de las dos procesiones que hubo en ocasión de la dedicación del muro. La explicación de que Esdras fue en primer lugar el predecesor y más tarde el colaborador de Nehemías armoniza perfectamente con todos los hechos conocidos.
2. Nehemías usó el más antiguo censo existente.
El que Nehemías usara la lista del censo del tiempo de Zorobabel como una base para las medidas que tomó a fin de repoblar la ciudad de Jerusalén (Neh. 7), no implica que hubiera pasado por alto a los exiliados que acababan de regresar con Esdras, o que éstos no hubieran llegado aún. Es tan sólo fragmentario el conocimiento que tenemos de los sucesos de ese tiempo. Tal vez los repatriados que acompañaban a Esdras estuvieran más dispuestos a vivir en Jerusalén que los que los habían llegado con Zorobabel, lo que había inducido a Nehemías a revisar la lista del censo anterior. Otra razón para consultar la más antigua lista existente puede haber sido que los 50.000 repatriados de la expedición de Zorobabel estaban más equitativamente distribuidos por el país, que los que habían formado el grupo relativamente menor que llegó a Jerusalén con Esdras. Puesto que en la lista de Zorobabel se menciona a 45 grupos, sin contar los siervos y los cantantes profesionales, y la lista de Esdras sólo menciona a 18 grupos, es evidente que la primera lista daba un mejor cuadro de la distribución de la población que la última. El que no se mencione la lista de Esdras en Neh. 7 no prueba que no hubiera existido en tiempo de Nehemías.
3. Nehemías no organizó una nueva tesorería.
Es erróneo suponer que, durante su segundo gobierno, Nehemías designó por primera vez a los tesoreros. El informe de Neh. 13: 10-14 afirma claramente que cuando llegó a Jerusalén por segunda vez, Nehemías encontró que por algún tiempo el pueblo no había entregado el diezmo y que por eso el personal del templo se había visto obligado a cultivar la tierra a fin de subsistir. A poco de su regreso, Nehemías corrigió esa situación. Cuando convenció a los judíos de que volvieran a pagar el diezmo, pudo hacer que los levitas y los cantores regresaran al templo. Se necesitaban tesoreros para manejar esos fondos y por eso se designó a cuatro personas. La mención de cuatro tesoreros (Esd. 8: 33) no permite llegar a la conclusión de que necesariamente se acostumbraba que todos los fondos del templo fueran administrados por una comisión de cuatro. La suposición de que tal comisión no existía antes del segundo gobierno de Nehemías carece de base real.
4. Esdras agradeció a Dios por el permiso de construir un muro.
Si concuerda con los hechos la reconstrucción de la historia de las actividades de Esdras que sumariamente aparece bajo el N.º 1, Esdras estuvo facultado para reconstruir el muro de Jerusalén en ocasión de su retorno en 457 AC. Si así fuera, no es de extrañarse que agradeciera a Dios (Esd. 9: 9) porque influyó sobre los reyes de Persia (Ciro y Artajerjes I) para que diesen "vida" a Israel, para que ayudasen a Israel (Ciro y Darío I) a construir la casa de su Dios, y para que diesen "protección" (o muro) a Judá y a Jerusalén (Artajerjes I). Debiera notarse, que Esdras no afirma que ese muro ya se hubiera concluido. Sus palabras sólo podrían entenderse en ese sentido si hubiera otro testimonio que probara que la construcción del muro se había completado antes de que pronunciara su oración. Pero por sí sola, esta afirmación puede interpretarse en el sentido de que por la gracia de Dios se les había permitido continuar la reconstrucción del muro. Las palabras no implican que el muro se hubiera acabado. No se puede tomar este pasaje como una prueba de que la reforma de Esdras, descrita en los caps. 9 y 10, se realizó después de los acontecimientos registrados en el libro de Nehemías.
Por otra parte, corresponde señalar que la palabra hebrea gader, traducida en la RVR como "protección" no es la palabra que habitualmente se emplea para designar los muros de una ciudad. Significa "vallado", ya sea en sentido figurado o literal. El que se hable de "protección en Judá y en Jerusalén" sugiere fuertemente que se habla aquí de algo figurado, la protección de Dios como un muro en torno de su pueblo, pues difícilmente se construiría un muro en torno de Judá.
5. La edad de Johanán no era anormal.
No hay razón para dudar que el Johanán que aparece mencionado como sumo sacerdote en el año 410 AC en un documento judío proveniente de Elefantina, no sea el mismo, Johanán, hijo de Eliasib de Neh. 12: 22, 23. Con toda probabilidad también era el hombre en cuya cámara lloró Esdras (Esd. 10: 6). Aun en el caso de que en ocasión de la llegada de Esdras a Jerusalén, en 457 AC, Johanán ya hubiera sido un respetable sacerdote de unos 30 años, Y hubiera tenido su aposento junto al templo, igualmente podría haber sido sumo sacerdote en el año 410 AC, a la edad de 70 u 80 años, ocasión cuando los judíos de Elefantina le escribieron la carta ya mencionada.
La única dificultad de esta interpretación se debe a Jadúa, si éste sucedió a Johanán como sumo sacerdote y todavía oficiaba en tiempo de Alejandro, 75 años después de la carta de Elefantina, como parecería indicarlo Josefo ( Antigüedades xi. 8. 4, 5). Sin embargo, esta dificultad no es tan seria como parecería. Aun si Josefo estuviera en lo cierto al afirmar que el sumo sacerdote en tiempo de Alejandro era Jadúa, no hay prueba de que fuera el mismo Jadúa de Neh. 12: 11, 22. En el mismo libro de Nehemías aparece otro Jadúa, mencionado como jefe de familia que firmó el pacto en tiempo de Nehemías (Neh. 10: 21). Por lo tanto, el Jadúa de Neh. 12: 11, 22 que sucedió a Johanán como sumo sacerdote, pudo haber sido el abuelo de un sumo sacerdote de nombre Jadúa que oficiaba en el templo cuando Alejandro llegó a Jerusalén.
Debiera recordarse que el historiador Josefo comete al menos un serio error en su narración de la historia de este período cuando dice que Sanbalat era contemporáneo de Alejandro ( Antigüedades xi. 8. 2, 3). Por la Biblia y por los registros de la época descubiertos en Elefantina, se sabe que Sanbalat vivió en tiempo de Nehemías (ver com. Neh. 2: 10).
Por lo tanto, es muy posible que también hubiera confundido los nombres de los sumos sacerdotes judíos, aunque no por ello sería necesario suponer que el relato de la visita de Alejandro a Jerusalén sólo deba considerarse como leyenda.
Por el análisis precedente, resulta obvio que la prueba que puede aducirse en favor de la posición de que Esdras fue posterior a Nehemías es muy débil aun en el mejor de los casos. Reconociendo este hecho, muchos eruditos se han negado a invertir la secuencia tradicional. Además esa propuesta inversión crea para los defensores de esa teoría dificultades similares a las que procuran evitar. Esto podrá verse en el estudio de los dos puntos siguientes:
1. La edad de Meremot.
Cuando Esdras llegó a Jerusalén en 457 AC, entregó los tesoros que había traído desde Babilonia al sacerdote Meremot, hijo de Urías (Esd. 8: 33). Este mismo Meremot aparece 13 años más tarde como activo colaborador de Nehemías y entusiasta constructor de dos secciones del muro (Neh. 3: 4, 21). No hay dificultad en que el mismo hombre desempeñara las diversas tareas que se le atribuyen en los textos mencionados, durante el transcurso de 13 años, desde 457 a 444 AC.
Sin embargo, si Esdras llegó en 397 AC, en el 7.º año de Artajerjes II, 47 años después de que se construyera el muro de Nehemías, el Meremot que recibió los tesoros traídos por Esdras, habría sido sumamnete anciano. Aun si Meremot hubiera tenido 25 años cuando le correspondió la reconstrucción de dos partes del muro, habría tenido 72 años cuando sirvió como tesorero en el tiempo de la llegada de Esdras. Si bien esto sería bien posible, debe notarse que automáticamente esta nueva teoría le asigna a Meremot una edad que los mismos que la proponen afirman que es inaceptable para Johanán.
Otro hecho que debe recordarse es que quizá en tiempos de Esdras y Nehemías cada sumo sacerdote era vitalicio, y era tan sólo natural que los que desempeñaron ese cargo fueran ancianos cuando se acercaban al final de su período de servicio. Aarón sirvió como sumo sacerdote hasta la edad de 123 años. Elí llegó a los 98, y Joiada sirvió hasta los 130 (Núm. 33: 39; 1 Sam. 4: 15; 2 Crón. 24: 15).
2. La edad de Esdras.
La edad de Esdras presenta una dificultad mucho mayor para los que propugnan la teoría de la inversión, pues de ese modo Esdras había llegado a Jerusalén 47 años después de Nehemías. Los que proponen esta nueva teoría presentan a Esdras como el gran dirigente religioso de las actividades descritas en Neh. 8, y como uno de los dos dirigentes de la dedicación del muro. Pero el que fue escogido para dirigir esas actividades en lugar del sumo sacerdote debe haber sido un hombre distinguido e influyente, y no un mero joven. Es difícil imaginarme que se escogiera para esas responsabilidades a uno que tuviera menos de 40 años, o que Nehemías lo hubiera escogido si no se le hubiese conocido por proezas específicas realizadas previamente. Pero si Esdras tenía una edad respetable en tiempos de Nehemías, habría tenido inevitablemente una edad avanzada inverosímil en ocasión de su supuesto regreso desde Babilonia 47 años más tarde, en el año 397 AC.
Reconociendo esta seria dificultad, muchos eruditos que invierten el orden bíblico de Esdras y Nehemías eliminan el nombre de Esdras de los textos que lo asocian con Nehemías o arbitrariamente designan el año 37 de Artajerjes I como la fecha del viaje de Esdras. Para los lectores de este Comentario bastará señalar que estas dos propuestas se basan en la alteración deliberada del texto bíblico. El estudiante conservador de la Biblia no encuentra razón para invertir el orden registrado en la Biblia para la llegada de Esdras y Nehemías. Esa transposición no solo deja sin resolver todas las dificultades que busca eliminar, sino que crea nuevos problemas y hace sumamente difícil la reconstrucción de la historia del período. No podemos pasar por alto las declaraciones de la Inspiración ni los hechos conocidos de la historia.
CBA t3
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