1 Celebró la pascua.
En Crónicas se hace un relato largo y detallado de la pascua de Josías (vers. 1-19), al paso que es muy breve la sección paralela de Reyes (2 Rey. 23: 21-23).
Algunos innecesariamente encuentran una dificultad en el relato debido a que tantas actividades del año 18 de Josías ocurrieron antes del día 14 del primer mes de ese año. Es fácil comprender que 13 días es un tiempo sumamente breve (1) para que se quitaran " "todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel" " (cap. 34: 33) -sin mencionar siquiera la matanza de los sacerdotes de los lugares altos (2 Rey. 23: 20) y la eliminación de todas las casas de los lugares altos que estaban en Samaria (2 Rey. 23: 19)-, y (2) para efectuar los preparativos para la mayor celebración de la pascua en el reino. Esto es así aunque en realidad, como algunos lo sugieren, el largo relato de Reyes incluyera algunos de los sucesos de la reforma anterior que comenzó en el año 12. Se ha sugerido que la campaña del año 18 contra la idolatría no comenzó hasta después de la fiesta de la pascua y de los panes sin levadura. La secuencia 314 de las narraciones parece estar contra esto, como así también la declaración de que se llevó a los sacerdotes locales de Judá a Jerusalén para que comieran "panes sin levadura entre sus hermanos".
Aunque se ubique la campaña contra la idolatría después de la pascua, todavía no hay tiempo suficiente para que se hubieran realizado los otros acontecimientos entre los días 1.º y 14.º del mismo mes. Se había contado el dinero y se había pagado a los contratistas antes de que se entregara el libro al rey; después vino la consulta con Hulda, la convocación de una gran asamblea para realizar el acto de obediencia, y luego los preparativos para una festividad mayor, realizados por gente no acostumbrada a ellos pero que estaba determinada a observar la pascua de acuerdo con todos los requisitos. Normalente se apartaban los corderos (se usaron más de 30.000) en el día 10 del mes, y había que hacer arreglos en el templo para estas ofrendas y para otros millares de ellas; también la multitud de adoradores debía viajar a Jerusalén y encontrar ubicación allí antes del día 14. Aunque no se tome en cuenta la campaña de reforma, es imposible resolver el factor tiempo.
Pero los esfuerzos para acumular todos estos sucesos en un período tan corto son innecesarios. La solución radica en el hecho de que el mes de Abib (más tarde llamado Nisán), que siempre se contaba como el mes primero, era el primero del año religioso pero no del año civil (ver t. II, págs. 111, 112, 119). Es obvio que el año 18 del reinado de Josías no comenzó dos semanas antes de la pascua, sino que había comenzado seis meses antes con el día 1.º de Tisri (el 7.º mes), con el año nuevo que empezaba entre septiembre y otubre (ver t. II, págs. 109, 111, 137, 149).
Por lo registrado en 2 Rey. 22 y 23 y 2 Crón. 34 y 35, los acontecimientos que nos llevan hasta esta pascua pueden resumirse así:
En Crónicas se hace un relato largo y detallado de la pascua de Josías (vers. 1-19), al paso que es muy breve la sección paralela de Reyes (2 Rey. 23: 21-23).
Algunos innecesariamente encuentran una dificultad en el relato debido a que tantas actividades del año 18 de Josías ocurrieron antes del día 14 del primer mes de ese año. Es fácil comprender que 13 días es un tiempo sumamente breve (1) para que se quitaran " "todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel" " (cap. 34: 33) -sin mencionar siquiera la matanza de los sacerdotes de los lugares altos (2 Rey. 23: 20) y la eliminación de todas las casas de los lugares altos que estaban en Samaria (2 Rey. 23: 19)-, y (2) para efectuar los preparativos para la mayor celebración de la pascua en el reino. Esto es así aunque en realidad, como algunos lo sugieren, el largo relato de Reyes incluyera algunos de los sucesos de la reforma anterior que comenzó en el año 12. Se ha sugerido que la campaña del año 18 contra la idolatría no comenzó hasta después de la fiesta de la pascua y de los panes sin levadura. La secuencia 314 de las narraciones parece estar contra esto, como así también la declaración de que se llevó a los sacerdotes locales de Judá a Jerusalén para que comieran "panes sin levadura entre sus hermanos".
Aunque se ubique la campaña contra la idolatría después de la pascua, todavía no hay tiempo suficiente para que se hubieran realizado los otros acontecimientos entre los días 1.º y 14.º del mismo mes. Se había contado el dinero y se había pagado a los contratistas antes de que se entregara el libro al rey; después vino la consulta con Hulda, la convocación de una gran asamblea para realizar el acto de obediencia, y luego los preparativos para una festividad mayor, realizados por gente no acostumbrada a ellos pero que estaba determinada a observar la pascua de acuerdo con todos los requisitos. Normalente se apartaban los corderos (se usaron más de 30.000) en el día 10 del mes, y había que hacer arreglos en el templo para estas ofrendas y para otros millares de ellas; también la multitud de adoradores debía viajar a Jerusalén y encontrar ubicación allí antes del día 14. Aunque no se tome en cuenta la campaña de reforma, es imposible resolver el factor tiempo.
Pero los esfuerzos para acumular todos estos sucesos en un período tan corto son innecesarios. La solución radica en el hecho de que el mes de Abib (más tarde llamado Nisán), que siempre se contaba como el mes primero, era el primero del año religioso pero no del año civil (ver t. II, págs. 111, 112, 119). Es obvio que el año 18 del reinado de Josías no comenzó dos semanas antes de la pascua, sino que había comenzado seis meses antes con el día 1.º de Tisri (el 7.º mes), con el año nuevo que empezaba entre septiembre y otubre (ver t. II, págs. 109, 111, 137, 149).
Por lo registrado en 2 Rey. 22 y 23 y 2 Crón. 34 y 35, los acontecimientos que nos llevan hasta esta pascua pueden resumirse así:
- 1. En el año 18 de su reinado, Josías envió a Safán, el escriba, para que dijera al sumo sacerdote que recogiera "el dinero" " (2 Rey. 22: 4 ) reunido por los "guardianes de la puerta" y dispusiera las reparaciones del templo.
- 2. "Al sacar el dinero que había sido traído" (2 Crón. 34: 14), se encontró en el templo el libro de la ley.
- 3. Hilcías el sacerdote dio el libro a Safán, quien lo leyó.
- 4. Safán se presentó ante el rey, anunció que se había reunido el dinero y se lo había entregado a los que supervisaban la obra de reparaciones; después leyó al rey el libro recién hallado.
- 5. El rey envió a algunos dignatarios para que consultaran con la profetisa Hulda.
- 6. Josías reunió en el templo "a todos los ancianos de Judá y de Jerusalén" y a " "todos los varones de Judá, y los moradores de Jerusalén" " así como a " "todo el pueblo, desde el mayor hasta el más pequeño" " (2 Crón. 34: 29, 30) y les leyó el libro. Ante esto, el pueblo hizo un pacto con el Señor de que obedecería lo que estaba escrito en el libro.
- 7. "Quitó Josías todas las abominaciones de toda la tierra de los hijos de Israel" " (2 Crón. 34: 33). Esa campaña fue cabal y extensa (2 Rey. 23: 4-20).
- 8. Josías ordenó al pueblo que observara la pascua " "conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto" " (2 Rey. 23: 21).
- 9. Se celebró la pascua, la mayor que jamás se hubiera celebrado en el reino, el día 14 del primer mes del mismo año 18 (2 Crón. 33: 1, 19).
Moisés ordenó que en esta fecha se observara la pascua (Lev. 23: 5); no fue una fiesta pospuesta para el mes segundo, como lo fue la de Ezequías (2 Crón. 30: 2, 13). El "mes primero" se refería al principio del año religioso, y era llamado Abib (más tarde Nisán), y caía entre marzo y abril (ver t. II, pág. 108).
2 En sus oficios.
Se asignaron los diferentes oficios a los sacerdotes para que los cumplieran adecuadamente.
Los confirmó.
Cf. cap. 29: 4-11.
3 Enseñaban a todo Israel.
Los levitas tenían la responsabilidad de instruir al pueblo en la ley y en las cosas de Dios (Lev. 10: 11; Deut. 33: 8, 10; cf. Neh. 8: 7; 2 Crón. 17: 7-9).
Estaban dedicados.
"Estaban consagrados" (BJ). Estos levitas habían sido apartados y santificados para la obra del Señor. "SANTIDAD A JEHOVÁ" eran las palabras inscritas en la mitra de Aarón (Exo. 28: 36).
Poned el arca santa en la casa.
Esta orden indica que previamente se había retirado el arca del templo y ahora se la debía restaurar a su lugar debido. Ningún registro bíblico indica cuándo se sacó el arca de su lugar en el templo, ni quién la sacó. Tal vez se la retiró mientras se reparaba el templo.
No la carguéis.
Compárese con Núm. 7: 9; 1 Crón 15: 2.
4 Por vuestros turnos.
De acuerdo con las instrucciones escritas preparadas por David y Salomón acerca de las divisiones de los sacerdotes y levitas, destinados a los servicios del templo (ver 1 Crón. 23, 24).
6 Sacrificad luego la pascua.
Puesto que se dijeron estas palabras, a los levitas (vers. 3), parecería que en esta ocasión otra vez los levitas fueron los encargados de matar los corderos pascuales (ver cap. 30: 17). Originalmente los corderos pascuales eran muertos por el mismo pueblo (Exo. 12: 6).
Santificaros.
Compárese con 2 Crón. 29: 5, 15; 30: 3, 15; Esd. 6: 20.
Preparad a vuestros hermanos.
Mejor, "preparadla para vuestros hermanos" (BJ). Debían preparar la pascua para sus hermanos laicos.
7 Dio el rey Josías.
Ezequías había dado al pueblo obsequios similares de animales, aunque en menor cantidad (cap. 30: 24).
Tres mil bueyes.
Para las ofrendas de paz, en las que participaba el pueblo durante la festividad ceremonial (vers. 13).
8 Hilcías.
El sumo sacerdote (cap. 34: 9).
Zacarías y Jehiel.
Quizá eran el segundo y el tercer sacerdotes en categoría. Sin duda eran ricos e importantes y podían dar generosamente al pueblo.
11 Esparcían ... la sangre.
Cf. cap. 30: 16.
12 Tomaron.
En la LXX dice "prepararon". En el caso de los holocaustos debía seguirse un procedimiento del todo diferente del de las ofrendas de la pascua. Se debía asar enteramente el cordero pascual (Exo. 12: 8, 9), al paso que los holocaustos había que dividirlos "en piezas" (Lev. 1: 12) y debían ser enteramente quemados. Algunas partes de las ofrendas de paz tenían que darse a los sacerdotes (Lev. 7: 29-34).
13 Asaron la pascua.
Ver com. Exo. 12: 8, 9; Deut. 16: 7.
Cocieron.
Heb. bashal, "cocinar" o "hervir". Estas eran las ofrendas de paz que se debían sacrificar durante los siete días de la fiesta de los planes sin levadura (Deut. 16: 1-8) después del 14 de Nisán.
15 No era necesario que se apartasen.
No era necesario que ni los cantores ni los porteros se apartaran de sus puestos de servicio para preparar sus propias ofrendas, pues se las preparaban los levitas.
17 Celebraron la pascua.
La pascua se celebraba el 14 de Nisán y se observaba la fiesta de los panes sin levadura del 15 al 21 del mes (Exo. 12: 18; Lev. 23: 5-8; Núm. 28: 16, 17).
18 Desde los días de Samuel.
El pasaje paralelo reza: " "Desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel" " (2 Rey. 23: 22). Samuel fue el último de los jueces.
Todo Judá e Israel.
Se entiende por "Israel" el territorio del antiguo reino de Israel, que entonces sin duda estaba bajo el dominio de Josías, a lo menos en cierta medida (ver, com. cap. 34: 6; también t. II, pág. 90).
20 Después de todas estas cosas.
Esto fue 13 años después de la pascua de Josías, en su 18.º año (vers. 19), puesto que él reinó 31 años (cap. 34: 1). Está casi completamente en blanco la historia de Judá durante este período de 13 años. Se puede tener alguna idea de las condiciones de este período por los libros proféticos de entonces, como los de Jeremías, Habacuc y Sofonías.
Hacer guerra en Carquemis.
Esta sección que trata de la muerte de Josías en su batalla contra Necao (vers. 20-27), es paralela con 2 Rey. 23: 29, 30. El relato de Crónicas contiene más detalles que el relato de Reyes. El propósito de Necao era ayudar a los asirios contra las fuerzas babilónicas que iban hacia el oeste y amenazaban tanto a Siria como a Palestina, pues finalmente esas fuerzas se convertirían en una amenaza para Egipto. Hay más detalles de la situación de ese tiempo en el comentario de 2 Rey. 23: 29.
21 Deja de oponerte a Dios.
Estas palabras son notables por haber sido pronunciadas por un rey pagano a un rey de Judá que era siervo del Dios viviente. En este caso, Dios hablaba a Josías por medio de Necao, como se ve por el vers. 22. (Ver el comentario de EGW de 2 Rey. 23: 29, 30, en la sección del Material Suplementario.) Era una ocasión cuando el valor debería haber sido superado por la prudencia, y cuando Josías habría mostrado más sabiduría si hubiera reconocido un mensaje de Dios en las palabras de Necao (ver com. vers. 22).
22 Se disfrazó.
Compárese con la conducta similar de Acab en la guerra contra Siria (1 Rey. 22: 30).
De boca de Dios.
Dios habla al hombre en muchas formas, y siempre resulta sabio estar alerta a la voz del cielo, ya sea que proceda de un laico, de un profeta, de un compatriota, o 316 de un mensajero de lejanas tierras. Por supuesto, Josías habría tenido derecho a preguntarse si las palabras provenían de Dios o no, pero tenía a su alcance instrumentos proféticos que podrían haberlo sacado de dudas. En realidad, nunca debiera haberse embarcado en esta aventura sin la aprobación divina. Al no escuchar las palabras de Necao, Josías rehusó escuchar la voz de Dios, y así se acarreó su propia muerte.
24 Un segundo carro.
Ese carro quizá era más pesado y más cómodo que un carro de guerra.
Donde murió.
Este relato aparentemente contradice la narración de la muerte de Josías de 2 Rey. 23: 29, 30 que parece implicar que el rey murió en Meguido. Esto puede entenderse de dos formas: (1) Josías murió en Meguido, y la declaración ""donde murió" (2 Crón. 35: 24) podría tomarse como el comienzo de una nueva sentencia que resume lo descrito en los versículos precedentes. (2) Josías murió en Jerusalén, como parece indicar 2 Crón. 35: 24, y las declaraciones "lo mató en Meguido" y "trajeron muerto de Meguido" (2 Rey. 23: 29, 30) podrían entenderse en su sentido literal, "le ocasionó la muerte en Meguido" y "muriendo desde Meguido". El participio meth, traducido "muerto" en 2 Rey. 23: 30, también podría referirse, a alguien que tiene que morir, como en Deut. 4: 22 y quizá también en Gén. 20: 3.
En los sepulcros.
"En su sepulcro" " (2 Rey. 23: 30), que sin duda era una de las tumbas familiares de sus antepasados.
25 Jeremías endechó.
Jeremías comenzó su ministerio en el año 13 de Josías (Jer. 1: 2) y continuó, pues, con su obra profética durante 18 años antes de la muerte de Josías (2 Crón. 34: 1). No hay evidencia de que Jeremías hubiera puesto por escrito esta endecha suya por la muerte de Josías.
Esas lamentaciones.
En sus endechas, los trovadores cantaron la prematura muerte del último rey bueno de Judá. Jeremías pidió que no se llorara por Josías sino por Salum, su sucesor (Jer. 22: 10-12), es decir Joacaz (ver com. 1 Crón. 3: 15), al que el faraón Necao llevó a Egipto después de un reinado de sólo tres meses (2 Rey. 23: 30-34).
En el libro de Lamentos.
Era un libro de endechas que quizá todavía estaba disponible en los días del cronista.
26 Sus obras piadosas.
Según 2 Rey. 23: 25 no hubo otro rey como él "que se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés".
CBA T3
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