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CBA - Segundo Libro de Crónicas Capítulo 33


CBA Segundo Libro de Crónicas Capítulo 33
1. Manasés.

El cap. 33 trata de los reinados de Manasés (vers. 1-20) y de Amón (vers. 21-25), y es paralelo con 2 Rey. 2l. Son similares el orden y contenido de ambos capítulos, pero hay una cantidad de diferencias. En Reyes se incluyen:(1) los nombres de las dos reinas madres, (2) el derramamiento de sangre inocente hecho por Manasés, (3) las palabras de amonestación del Señor, y (4) detalles acerca del lugar donde se sepultó a Amón. Hay importantes adiciones en Crónicas, que incluyen (1) el relato del cautiverio de Manasés, (2) su arrepentimiento y regreso a Judá, (3) sus actividades como edificador, (4) su lucha contra la idolatría y su restauración del culto de Jehová, y (5) los registros de su reinado que están "en las palabras de los videntes" (vers. 19). Los vers. 11-19 constituyen una sección casi enteramente nueva. El reinado de Manasés es importante en la historia de Judá porque en él reapareció el culto pagano y hubo una dura persecución de los inocentes adoradores de Jehová.

3. Baales.

En el pasaje paralelo de 2 Rey. 21:3 se encuentra el singular "Baal" (ver com. Juec. 2: 11).

4. Estará mi nombre.

Cf. cap. 7: 16. En el pasaje paralelo se lee: "Pondré mi nombre" " (2 Rey. 21: 4).

6. Sus hijos.

Parecen haber sido sacrificados como holocausto a los dioses.

Valle del hijo de Hinom.

Esta explicación no está en Reyes. Ver com. cap. 28: 3.

Adivinaciones.

Manasés recurrió a instrumentos satánicos que usaban diversas clases de adivinaciones, necromancia y brujería, por cuyo intermedio los poderes del mal manifestaban su voluntad y dirigían los asuntos de la nación.

7. Una imagen fundida.

Según 2 Rey. 2l: 7, era una "imagen de Asera" (ver com. 2 crón. 14: 3). Judá se había depravado tanto que se colocó este emblema femenino de la fertilidad en el recinto del templo sagrado. Más tarde, Josías "hizo también sacar la imagen de Asera fuera de la casa de Jehová, fuera de Jerusalén, al valle del Cedrón, y la quemó" (2 Rey. 23: 6).

8. Quitaré el pie de Israel.

Este versículo claramente indica que Israel poseería la tierra de Canaán siempre que obedeciera las leyes que Dios había dado por medio de su siervo .Moisés (ver Jer. 18: 7-10).

9. Más mal que las naciones.

Los pueblos paganos que originalmente habitaban la tierra de Canaán debido a sus iniquidades fueron destruidos por Israel, pero ahora el profeso pueblo de Dios sobrepasó en sus pecados a los paganos que lo rodeaban.

10. Habló Jehová.

"Por medio de sus siervos los profetas" (2 Rey. 2l: 10). En 2 Rey. 2l: 11-15 se describe el mensaje profético. El autor de Reyes añade que " "derramó Manasés mucha sangre inocente en gran manera, hasta llenar a Jerusalén de extremo a extremo" " (2 Rey. 21: 16).

11. Aprisionaron . . . a Manasés.

Esta sección, que trata del cautiverio de Manasés, su arrepentimiento, restauración y reformas (vers. 11-17) es peculiar de Crónicas. Tanto Esar-hadón (681-669 AC) como Asurbanipal (669- 627? AC) colocan a Manasés entre los reyes del Asia occidental que fueron sus vasallos.

Grillos.

"Ganchos" (BJ). Heb. jojim , que algunos interpretan como espinas con que, atravesaban la nariz o las mejillas de los cautivos que ataban con una cuerda de la cual tiraban. Los relieves asirios presentan a los cautivos importantes mientras se los conducía a tirones mediante ganchos que les pasaban por los labios y las ventanas de la nariz (ver Isa. 37: 29; cf. Amós 4: 2).

Lo llevaron a Babilonia.

Babilonia era parte del imperio asirio, y una cantidad de reyes asirios con el título de rey de Babilonia reinaron sobre ella tanto como sobre su propia nación de Asiria (ver t. II, págs. 63, 160, 161). De ese modo, un rey de Asiria podía llevar cautivo a Babilonia a un rey de Judá y no a Nínive. El rey que llevó a Manasés podría haber sido o bien Esar-hadón -que gobernó a Asiria y a Babilonia durante todo su reinado- o Asurbanipal que tuvo el título durante un corto tiempo, aunque durante la mayor parte de su reinado Babilonia fue gobernada por un rey separado, bajo la supervisión Asiria.

13. Habiendo orado a él.

El Señor es bondadoso y misericordioso, dispuesto a perdonar a los que lo invocan con corazón sincero.

A Jerusalén.

Fue Asurbanipal el que repuso a Manasés en su trono. Esto es paralelo con lo que el mismo rey de Asiria hizo con Necao I de Egipto, a quien hizo llevar a Asiria y luego permitió que volviera a su país como vasallo de Asiria.

14. Edificó el muro.

La construcción de un muro tal podría indicar o bien (1) un cambio de actitud de Manasés para con su soberano asirio y preparativos para una revolución, o (2)como vasallo de Asiria, preparativos para la defensa contra Egipto. La última parte del reinado de Asurbanipal abundó en invasiones y revoluciones, pues Asiria se aproximaba a su ruina. Si el incremento de las fortificaciones hecho por Manasés se extendió desde el lado oeste de Gihón (al este de Jerusalén) hasta la puerta del Pescado (al norte) y prosiguió rodeando a Ofel (la parte norte del cerro sudoriental), tal vez la obra incluyó una buena parte de todo el muro. Uzías, Jotam y Ezequías ya habían hecho una obra considerable en diversas partes de la muralla de Jerusalén (caps. 26: 9; 27: 3; 32: 5).

15. El ídolo.

Parece haber sido la imagen de Asera que el mismo Manasés había colocado en el templo (2 Crón 33: 7; cf. 2 Rey. 21: 7). Sin duda este ídolo fue restaurado por su hijo Amón (ver vers. 22), pues su nieto Josías hizo sacar "la imagen de Asera" del templo y la quemó en el valle del Cedrón (2 Rey. 23: 6).

16. Reparó luego el altar.

Acaz había cambiado de lugar el altar de bronce (2 Rey. 16: 14); Ezequías lo había reconsagrado (2 Crón. 29: 18). Quizá Manasés lo sacó y profanó permitió que se deteriorara.

17. Lugares altos.

En una época anterior de su reinado Manasés había restaurado los lugares altos que su padre había derribado (vers. 3; cap. 31: 1).

Para Jehová su Dios.

Los lugares altos no eran necesariamente centros de culto idolátrico, pues también a Jehová se adoraba en esos lugares (ver com. cap. 17: 6). Cuando los Israelitas entraron en Canaán, Dios les ordenó que destruyeran los lugares altos paganos (Núm. 33: 52) y que sólo ofrecieran sacrificios "en el lugar que Jehová escogiere" " como su morada (Deut. 12: 2-14). Sin embargo, cuando reinaba la desorganización y no se disponía de un santuario central, se permitía que se ofrecieran sacrificios en altares locales. Samuel ofreció un sacrificio en un "lugar alto" que evidentemente no era idolátrico, y Dios le ordenó que ofreciera un sacrificio local en Belén (ver 1 Sam. 9: 12; 16: 2). El peligro al permitir un culto tal en los lugares altos era que los Israelitas con frecuencia ocupaban los viejos santuarios cananeos y así estaban sometidos constantemente a la tentación de la idolatría y de las abominaciones realizadas allí por los paganos.

Sin embargo, los lugares altos continuaron aun después del establecimiento de los servicios del templo, y todavía se empleaban hasta el tiempo de Ezequías (ver com. 2 Rey. 18: 4; 2 Crón. 31: 1). El pueblo seguía adorando a Dios en esos lugares aun cuando no adorara también ídolos (ver com. 1 Rey. 3: 2, 3; 2 Rey. 12: 3). Ezequías eliminó esos lugares altos, pero después de su muerte fueron restaurados por Manasés, en primer lugar para celebrar ritos paganos (vers. 3) y más tarde para el culto de Jehová.

18. Su oración a su Dios.

Hay una obra apócrifa titulada La oración de Manasés , queda a entender que es la oración de Manasés pronunció en su cautividad. Es de autor desconocido, de algún tiempo anterior al siglo III AC, y se debe considerar espuria.

20. En su casa.

Es decir, " "en el huerto de su casa, en el huerto de Uza" " (2 Rey. 21: 18). En la antigüedad se acostumbraba edificar casas que daban sobre la calle, con patios interiores. La casa de un rey fácilmente podía tener un huerto dentro de los muros que la rodeaban, y así pudo decirse que el huerto estaba "en" la casa.

21. Veintidós años.

Los vers. 21-25, que tratan del reinado de Amón, son paralelos con 2 Rey. 21: 19-26. El pasaje paralelo da el nombre de la madre de Amón, Mesulemet, y la ascendencia de ella. Amón sólo tenía 16 años cuando nació Josías (ver 2 Crón. 34: 1).

22. Su padre Manasés había hecho.

Esto parecería indicar que Manasés no destruyó las imágenes que había hecho sino sólo las puso a un lado, a menos que tan sólo exprese el cronista el hecho de que las imágenes que adoraba Amón eran las de los mismos dioses que fueron adorados por su padre. En este tiempo, la historia de Judá se convirtió en una mera sucesión de reformas y reincidencias, en las que cada rey siguió los pasos de alguno de sus predecesores.

23. Nunca se humilló.

Esta declaración no está en Reyes. El autor de Reyes no mencionó el arrepentimiento de Manasés, de modo que no pudo contrastar las vivencias del hijo con las del padre.

24. Conspiraron contra él.

Parece que Amón fue muerto en un levantamiento general. Algunos piensan que los hechos así brevemente registrados reflejan un amargo conflicto entre los partidarios de la reforma religiosa y los de la reacción religiosa, en el cual estos últimos fueron transitoriamente vencidos. Otros creen que el asesinato de Amón fue inspirado por un grupo adverso a Asiria. La provincia de Samaria parece haber participado de una revolución contra Asiria durante el reinado de Asurbanipal (llamado "Asnapar" " en Esd. 4: 10), y parece haber sido castigada en la forma habitual de los asirios, mediante una migración de ciudadanos de las provincias rebeldes a otras localidades.

25. Mató a todos.

Esto indica una reacción general del pueblo contra los conspiradores y quizá refleje un sometimiento tranquilo y resignado del vulgo ante Asiria.

El relato aquí no presenta la fórmula final empleada para indicar la terminación de un reinado. En 2 Rey. 21: 25, 26 está esa declaración acostumbrada.

CBA T3

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