1. Asuero.
Heb. ´Ajavhwerosh , transliteración del persa Jshayarsha. En algunas tablillas babilónicas la forma de escribirlo es Ajshiyarshu . En el alfabeto sin vocales de los papiros de Elefantina aparece como Jshy´rsh y Jshrsh . No se conoce el significado del nombre. Jshayarsha se convirtió en Jerjes en griego, y en Asuero , en latín. Por lo tanto, los nombres Jerjes y Asuero son equivalentes. El primero deriva del persa a través del griego, y el segundo ha experimentado la influencia del hebreo y del latín (ver PR 40).
El Asuero que reinó.
El autor del libro de Ester parece que había conocido a más de un gobernante llamado Asuero. El Asuero del libro de Ester no debe confundirse con el Asuero de Daniel 9: 1, que vivió medio siglo antes. En cuanto al Asuero de Esdras 4: 6, ver la Nota adicional acerca de Esd. 4.
2. El trono de su reino.
El monarca persa residía parte del año en Ecbatana, y a veces visitaba a Persépolis y Babilonia; pero en ese tiempo Susa era la sede del gobierno (Dan. 8: 2; Est. 9: 12).
Susa capital del reino.
Susa estaba en la provincia de Elam (Dan. 8: 2), unos 160 Km. al norte de la orilla actual del golfo pérsico, y como 320 km al este de Babilonia. Fue originalmente la capital de Elam, siglos antes del tiempos de Ester. La ciudad estaba en el borde oriental del valle del Tigris, donde dicho valle se eleva para encontrarse con las montañas de Irán. Entre sus extensas ruinas, que cubren un área de como 5 km cuadrados se puede ver los restos del espacioso palacio donde ocurrió gran parte del dramático relato del libro de Ester. Este palacio, erigido en el sitio del antiguo castillo elamita, fue construido por Darío Histaspes, padre de Jerjes. En los vers. 5, 6 se hace una breve descripción de este asunto.
3. El tercer año
Este año comenzó el 14 de abril de 483 AC, y terminó el 2 de abril de 482 AC. El "Banquete", que continuó durante seis meses, quizá comenzó a fines de marzo o principios de abril del año, cuando ya habían pasado las lluvias y era mas fácil y más placentero viajar.
Un banquete.
La palabra hebrea viene del verbo "beber"; se trata por tanto de un banquete acompañando de bebidas alcohólicas. Asuero salió de Susa uno o dos años tarde para invadir a Grecia (ver la introducción), y por esto se ha sugerido que los príncipes, gobernadores y jefes del ejército fueron convocados de todas partes del reino para participar en la planificación de lo que todos esperaban confiados que sería una 464 Campaña brillante y exitosa. Herodoto (vii. 8) consigna que Jerjes convocó un concilio tal. Quizá los diversos magistrados fueron convocados por turno durante el periodo de seis meses. Cada uno con el propósito de tratar con el rey las responsabilidades que le corresponderían en la campaña. Habría sido casi imposible que todos los magistrados del vasto imperio se reunieran en esa forma, a no ser que fuera para tratar un asunto político y militar específico.
Príncipes.
"Oficiales".
Cortesanos.
O, "siervos".
Los más poderosos.
Heb. Jayil , "fuerza" , "poder"; por extensión "valientes" " (1 Sam. 16: 18) y "ejército" (Exo. 14: 4, 9). Si, según se infiere, uno de los propósitos de la fiesta era trazar los planes para la próxima campaña contra Grecia, con toda seguridad Asuero incluyó a sus principales del ejército.
De Persia y de Media
Este orden aparece varias veces en el relato de Ester (cap. 1: 3, 14, 18, 19), pero se invierte en el libro de Daniel (caps. 5: 28; 6: 8, 12, 15; 8: 20). Esto implica que la historia de Ester pertenece al tiempo cuando Persia ocupaba el lugar de Media en la dirección de imperio dual (ver Dan. 7: 5; 8: 3). En el cap. 10: 2 se presenta el orden original, quizá porque en "las crónicas" aparecen primero los reyes de Media.
Gobernadores.
De una voz persa, adoptada en el hebreo, que significa "los primeros".
Príncipes de provincias.
Vale decir, los gobernadores o sátrapas que presidían en los territorios conquistados. La historia comprueba la presencia de los sátrapas en una gran asamblea realizada en Susa antes de la desastrosa campaña contra Grecia.
4. Para demostrar él las riquezas.
La ostentación era característica en Jerjes. El enorme ejército con que invadió a Grecia se caracterizaba por un despliegue inútil. Autores de esa época, de diversas nacionalidades, comentaban la fabulosa riqueza de Persia. Entre las glorias del palacio persa estaban las paredes tapizadas de oro, las columnas de mármol y ricas colgaduras, un árbol y un emparrado de oro. Excavaciones hechas en Susa han demostrado que el autor de Ester conocía muy bien el palacio, así como las costumbres y reglamentos de la corte persa, puesto que las descripciones que hace concuerdan, hasta en el último detalle, con los resultados de las investigaciones arqueológicas. Los eruditos afirman, impresionados por este hecho que solo alguien que conocía personalmente el palacio real -o que conoció a alguien que estuvo familiarizado con él- pudo haber hecho este relato con tanta exactitud.
Ciento ochenta días
No es preciso suponer que las mismas personas fueron agasajadas durante todo ese período. Por razones de seguridad, habría sido muy difícil que todos los gobernadores de las provincias hubieran salido de éstas al mismo tiempo, para permanecer ausentes todo ese lapso. Es probable que Asuero hospedara sucesivamente grupos de invitados durante los meses que duró el "banquete".
5. Otro banquete.
El propósito de Asuero fue tal vez asegurar la lealtad de los súbditos de la ciudad capital durante su larga ausencia cuando fuera a Grecia. De ser así fue una maniobra política astuta. Por su puesto, sólo se incluyeron varones, pues la reina Vasti ofreció un banquete separado para mujeres (vers. 9).
El patio del huerto.
Las excavaciones realizadas en Susa desde 1851 han dado a conocer las ruinas del palacio real en el cual transcurrieron los hechos narrados en el libro de Ester. Si bien no se pueden observar claramente todos los detalles de la construcción del palacio, las ruinas permiten captar algo de la grandiosidad que de haber tenido en tiempos de Jerjes. En las ruinas de la Apadana , o sala del trono, donde sin duda se presentó Ester ante Asuero, se pueden observar todavía las bases de las enormes columnas, como también restos de las columnas y de los capiteles que imitan la parte anterior de dos toros. Algunos restos impresionantes de este palacio se encuentran hoy en el museo del Louvre, en París.
El área del palacio ocupaba una extensión aproximada de unos 270 m por cada lado. La puerta principal estaba de lado sur .
Al noreste del palacio se hallaba el espacioso aposento del trono, llamado apadana . Quizá se llegaba al inmenso edificio, de un poco más de 100 m por cada lado, por escalinatas gigantescas. El techo plano o terraza de la parte central estaba sostenido por 36 columnas esbeltas con estrías verticales y capiteles esculpidos: en 6 hileras de 6 columnas cada una. El frente del edificio quizá era abierto en tanto que la pared posterior y las laterales eran de ladrillo, revestidas con frisos esmaltados. 465 En el adorno del aposento del trono abundaban profusamente el oro, la plata y las piedras preciosas. Los autores griegos hablan de un sicómoro de oro y un emparrado de oro que estaban en este palacio. Se cree que al noroeste del palacio mismo estaba el "jardín" o parque. Muchos de los sucesos relatados en el libro de Ester ocurrieron en este aposento ( apadana ) o en sus proximidades.
6. Blanco, verde y azul, tendidos sobre cuerdas.
Heb. "tela blanca de algodón y púrpura". La palabra traducida "verde" deriva del vocablo sánscrito que significa "algodón". Si el pabellón se extendía, como algunos han pensado, desde la sala principal, por encima del patio embaldosado, hasta una distancia de unos 20 m, se habría necesitado cuerdas bien fuertes para sujetarlo. Los "pabellones" o toldos probablemente estaban hechos de telas de colores blanco y púrpura.
Columnas de mármol.
Heb. shesh , "mármol". Esta palabra puede también referirse al "alabasto".
Losado.
Los cuatro vocablos hebreos que se emplean para describir el losado (embaldosado) parecen indicar clases de piedra. La segunda palabra ( shesh ) traducida como "mármol" en la RVR, es la única que se conoce a ciencia cierta, y corresponde a "alabastro". La tercera tradicionalmente se ha entendido como "madreperla". En las ruinas del palacio se reconocen restos de piedras de diferentes colores, como también de ladrillos esmaltados en colores y con incrustaciones de madreperla. Una tablilla colocada en el fundamento del palacio por Darío I enumera diferentes materiales empleados en la construcción, que habían sido traídos desde diferentes partes del imperio: Turqueza, lapislázuli, cornalina, oro, plata, madera fina, marfil, etc.
7. Vasos de oro.
Los griegos victoriosos encontraron muchos vasos de oro en el campamento de los persas, cerca de platea.
Diferentes unos de otros.
Este detalle tiene que haber procedido de un testigo ocular, o de alguien que oyó la narración del banquete de boca de uno que lo presenció.
Vino real.
O, "vino del reino", esto es, de la bodega real.
8. Segun esta ley.
Parece que el rey publicó un edicto desacuerdo con el cual cada invitado bebiera según su gusto personal pero sin competir con otros en sus brindis.
9. La reina Vasti.
La única esposa de Jerjes que se menciona en los relatos griegos es Amestris. Jerjes se había casado con esta antes de ascender al trono, cuando llegó a la edad de casarse. Herodoto y Ctesias hablan de la crueldad de ella y de su depravación. Sin embargo no se puede aprobar que Vasti y Amestris fueran la misma persona. Como sucedió con Ester (cap. 2: 7), la reina pudo haber tenido más de un nombre.
10. Eunucos.
Eran los únicos que tenían acceso a las habitaciones de las mujeres. La etimología y el significado de los nombres de estos eunucos son dudosos. Los eunucos eran, con frecuencia, esclavos extranjeros, a quienes deliberadamente se mutilaban para ser vendidos a los mercados persas. Estos consideraban sagrado el número 7.
11. Que trajesen a la reina Vasti.
Después de exhibir las riquezas y gloria de su reino, los pensamientos de Asuero finalmente se volvieron a su bella reina. Pensó que la exhibición de su belleza sería el punto máximo de esa ostentación.
12. Vasti no quiso.
No resulta clara la razón de la negativa de la reina. Algunos han supuesto que Asuero se proponía exhibir impúdicamente la belleza de Vasti, pero el contexto no da un indicio de que se hubiera sido su propósito. Sin embargo, los tárgumes Judíos dan por sentado que el motivo de su negativa a presentarse fue su deseo de evitar dicha exhibición. Josefo atribuye su negativa a lo que él - equivocadamente- pensó que era una costumbre persa que tal vez prohibía que las mujeres casadas se relacionaran con extraños. Otros antiguos escritores judíos presentan una cantidad de explicaciones imaginarias o absurdas, ninguna de las cuales merecen consideración.
La orden de Asuero, que especificaba que Vasti luciera la corona real (vers. 11), implica que pensaba en ella no solo porque era bella, sino también por ser la primera dama del país. En realidad era de buen gusto que las mujeres persas se sentaran a la mesa de los banquetes con extraños; es evidente en el cap. 5: 4. Las esposas y concubinas de los caldees participaban con sus esposos en sus bacanales (Dan. 5: 2). Según Neh. 2:1-6 la reina, esposa del hijo y sucesor de Asuero, Artajerjes I, acompañaba al rey cuando éste se servía vino. Varios escritores griegos confirman la presencia de mujeres persas en las 466 fiestas. Herodoto, contemporáneo de Asuero , habla de Amestris (ver com. cap. 1: 9) en la fiesta del cumpleaños del rey ( ix. 110). No hay razón para pensar que las costumbres persas de esa época excluían a las mujeres y que, por lo tanto, hubiera sido impropio que Vasti se presentara cuando fue convocada, a pesar de que los hombres estaban bebiendo ( cap. 7: 7).
El echo de que Vasti ofreciera un banquete para las mujeres de Susa al mismo tiempo que Asuero lo celebraba con los hombres, implica una cooperación de ella con la política real de fomentar lealtad popular hacia el trono. Nada hay en el relato que dé la clave de la razón por la cual Vasti se negó a obedecer la orden del rey.
Se enojó mucho.
Ver com. Gén. 4: 5.
13. Los sabios.
Es decir los consejeros del rey Asuero estaba enojado; sin embargo pidió consejo. Habría sido impropio que él diera rienda suelta a su ira en presencia de toda su corte, pronunciando palabras violentas y amenazas. En vez de promulgar una orden apresurada, deliberadamente procedió a considerar que paso debía dar. Parece Asuero dependía mucho de sus consejeros (caps. 3: 8-10; 8: 1-8; 9: 12-14), y por eso recurrió a la opinión de sus "sabios" para saber como trataría a Vasti.
Conocían los tiempos.
Eran personas de conocimiento y experiencia, familiarizadas con la historia, y que sabían lo que convenía hacer en cualquier ocasión.
Acostumbraba el rey.
Es decir, era su forma de proceder. Pedía la opinión de los "sabios" acerca de cada asunto que le concernía, antes de tomar una decisión final. Quizá el escritor se refiera aquí una costumbre de la monarquía persa, y no tan sólo a la práctica de Asuero.
14. Siete príncipes.
Esdras también se refiere a siete consejeros especiales del monarca persa (Esd. 7: 14), que podría ser considerado como el gabinete del rey. Herodoto observó que había siete familias encumbradas en Persia, y que quienes las encabezaban tenían privilegios especiales.
Veían la cara del rey.
Entre los privilegios especiales de esos hombres, uno de los más apreciados era el libre acceso a la presencia del monarca.
15. Según la ley.
El rey no quería aparecer como vengativo. Además, en cierto sentido los reyes de Persia no eran monarcas absolutos (ver cap. 1: 19; 8: 8; cf. Dan. 6: 8-16). Es pues como si el rey hubiera dicho: Depongamos todo sentimiento y consideremos únicamente lo que exige la ley. Si una reina abiertamente desobedece al rey delante de su corte, según el proceder legal ¿Qué debe hacer con ella? Pero detrás de este énfasis de tipo legal estaba la jactancia del gobierno medopersas de que sus leyes eran inmutables.
16. Dijo Memucán.
Memucán fue el portavoz del grupo de los siete consejeros especiales. Con su respuesta dio a entender que la leyes persas no dictaminan ningún castigo para el caso que trataban. En realidad, no se habían enfrentado a un caso tal. No había pues, precedente alguno.
No solamente contra el rey.
Como portavoz de los siete consejeros, Memucán destacó que el asunto no era simplemente una inquina personal del rey, y lo elevó al nivel de una cuestión de estado. En esta forma exoneró a rey de la posibilidad de una venganza, con lo cual proveyó un fundamento en la ley común para tratar el caso.
17. Tendran en poca estima a sus maridos.
Es decir, "esto daría ocasión a las mujeres de despreciar a sus maridos". Memucán aquí arguye que Vasti había despreciado a Asuero. No es claro si se refiere al motivo de Vasti para no obedecer la orden real o sencillamente al acto en sí.
18. Las señoras.
Heb. ´saroth, plural de ´sarah, "princesa" (ver com. Gén. 17: 15). Las "princesas" hablarían descortésmente a sus esposos, los príncipes. El autor es cuidadoso: ante pone a Persia y después menciona a Media (ver com. cap. 1: 3).
Habrá mucho menosprecio y enojo.
Es decir, menosprecio departe de las esposas e ira departe de los esposos.
19. Un decreto real.
En circunstancias ordinarias, un asunto tal como la humillación de una esposa favorita se habría arreglado en el secreto de harén, sin que despertara la atención general. Según Memucán, la publicidad de la desobediencia de Vasti exigía que ella fuera sancionada en público.
Se escriba.
Un edicto concerniente a un individuo difícilmente podría añadirse a un código de leyes nacionales, pero a veces se añadían al código decretos de naturaleza transitoria, evidentemente con el propósito expreso de darles fuerzas al hacerlos inmutables. 467 (Dan. 6: 8,9).
No venga más.
Vasti no debía ser desterrada del palacio, sino de la presencia de rey. Esto, junto con la pérdida de su posición favorita de reina, significaba la ignominia máxima. Su sola belleza no podía salvarla (ver com. ver. 12).
20. Aunque es grande.
Era una vasta extensión: "Desde la india hasta Etiopía"(ver. 1).
21. Hizo el rey.
El rey se separó de Vasti, pero no se divorció de ella. Los motivos para tomar esta acción se publicaron en todas las "ciento veintisiete provincias" para que nadie pudiera entenderlo mal. El cuidado con que Asuero manejó este caso hace pensar que Vasti era tal vez la hija de un persa prominente cuyo apoyo el rey quería conservar, o posiblemente la hija del príncipe de uno de sus pueblos tributarios.
22. Pue envió.
Más exactamente, "y él envió ". Además de publicar el decreto, Jerjes, expidió una carta para confirmar que tenía el propósito de proteger el reino contra los peligros que Memucán había señalado (ver vers. 18).
Heb. ´Ajavhwerosh , transliteración del persa Jshayarsha. En algunas tablillas babilónicas la forma de escribirlo es Ajshiyarshu . En el alfabeto sin vocales de los papiros de Elefantina aparece como Jshy´rsh y Jshrsh . No se conoce el significado del nombre. Jshayarsha se convirtió en Jerjes en griego, y en Asuero , en latín. Por lo tanto, los nombres Jerjes y Asuero son equivalentes. El primero deriva del persa a través del griego, y el segundo ha experimentado la influencia del hebreo y del latín (ver PR 40).
El Asuero que reinó.
El autor del libro de Ester parece que había conocido a más de un gobernante llamado Asuero. El Asuero del libro de Ester no debe confundirse con el Asuero de Daniel 9: 1, que vivió medio siglo antes. En cuanto al Asuero de Esdras 4: 6, ver la Nota adicional acerca de Esd. 4.
2. El trono de su reino.
El monarca persa residía parte del año en Ecbatana, y a veces visitaba a Persépolis y Babilonia; pero en ese tiempo Susa era la sede del gobierno (Dan. 8: 2; Est. 9: 12).
Susa capital del reino.
Susa estaba en la provincia de Elam (Dan. 8: 2), unos 160 Km. al norte de la orilla actual del golfo pérsico, y como 320 km al este de Babilonia. Fue originalmente la capital de Elam, siglos antes del tiempos de Ester. La ciudad estaba en el borde oriental del valle del Tigris, donde dicho valle se eleva para encontrarse con las montañas de Irán. Entre sus extensas ruinas, que cubren un área de como 5 km cuadrados se puede ver los restos del espacioso palacio donde ocurrió gran parte del dramático relato del libro de Ester. Este palacio, erigido en el sitio del antiguo castillo elamita, fue construido por Darío Histaspes, padre de Jerjes. En los vers. 5, 6 se hace una breve descripción de este asunto.
3. El tercer año
Este año comenzó el 14 de abril de 483 AC, y terminó el 2 de abril de 482 AC. El "Banquete", que continuó durante seis meses, quizá comenzó a fines de marzo o principios de abril del año, cuando ya habían pasado las lluvias y era mas fácil y más placentero viajar.
Un banquete.
La palabra hebrea viene del verbo "beber"; se trata por tanto de un banquete acompañando de bebidas alcohólicas. Asuero salió de Susa uno o dos años tarde para invadir a Grecia (ver la introducción), y por esto se ha sugerido que los príncipes, gobernadores y jefes del ejército fueron convocados de todas partes del reino para participar en la planificación de lo que todos esperaban confiados que sería una 464 Campaña brillante y exitosa. Herodoto (vii. 8) consigna que Jerjes convocó un concilio tal. Quizá los diversos magistrados fueron convocados por turno durante el periodo de seis meses. Cada uno con el propósito de tratar con el rey las responsabilidades que le corresponderían en la campaña. Habría sido casi imposible que todos los magistrados del vasto imperio se reunieran en esa forma, a no ser que fuera para tratar un asunto político y militar específico.
Príncipes.
"Oficiales".
Cortesanos.
O, "siervos".
Los más poderosos.
Heb. Jayil , "fuerza" , "poder"; por extensión "valientes" " (1 Sam. 16: 18) y "ejército" (Exo. 14: 4, 9). Si, según se infiere, uno de los propósitos de la fiesta era trazar los planes para la próxima campaña contra Grecia, con toda seguridad Asuero incluyó a sus principales del ejército.
De Persia y de Media
Este orden aparece varias veces en el relato de Ester (cap. 1: 3, 14, 18, 19), pero se invierte en el libro de Daniel (caps. 5: 28; 6: 8, 12, 15; 8: 20). Esto implica que la historia de Ester pertenece al tiempo cuando Persia ocupaba el lugar de Media en la dirección de imperio dual (ver Dan. 7: 5; 8: 3). En el cap. 10: 2 se presenta el orden original, quizá porque en "las crónicas" aparecen primero los reyes de Media.
Gobernadores.
De una voz persa, adoptada en el hebreo, que significa "los primeros".
Príncipes de provincias.
Vale decir, los gobernadores o sátrapas que presidían en los territorios conquistados. La historia comprueba la presencia de los sátrapas en una gran asamblea realizada en Susa antes de la desastrosa campaña contra Grecia.
4. Para demostrar él las riquezas.
La ostentación era característica en Jerjes. El enorme ejército con que invadió a Grecia se caracterizaba por un despliegue inútil. Autores de esa época, de diversas nacionalidades, comentaban la fabulosa riqueza de Persia. Entre las glorias del palacio persa estaban las paredes tapizadas de oro, las columnas de mármol y ricas colgaduras, un árbol y un emparrado de oro. Excavaciones hechas en Susa han demostrado que el autor de Ester conocía muy bien el palacio, así como las costumbres y reglamentos de la corte persa, puesto que las descripciones que hace concuerdan, hasta en el último detalle, con los resultados de las investigaciones arqueológicas. Los eruditos afirman, impresionados por este hecho que solo alguien que conocía personalmente el palacio real -o que conoció a alguien que estuvo familiarizado con él- pudo haber hecho este relato con tanta exactitud.
Ciento ochenta días
No es preciso suponer que las mismas personas fueron agasajadas durante todo ese período. Por razones de seguridad, habría sido muy difícil que todos los gobernadores de las provincias hubieran salido de éstas al mismo tiempo, para permanecer ausentes todo ese lapso. Es probable que Asuero hospedara sucesivamente grupos de invitados durante los meses que duró el "banquete".
5. Otro banquete.
El propósito de Asuero fue tal vez asegurar la lealtad de los súbditos de la ciudad capital durante su larga ausencia cuando fuera a Grecia. De ser así fue una maniobra política astuta. Por su puesto, sólo se incluyeron varones, pues la reina Vasti ofreció un banquete separado para mujeres (vers. 9).
El patio del huerto.
Las excavaciones realizadas en Susa desde 1851 han dado a conocer las ruinas del palacio real en el cual transcurrieron los hechos narrados en el libro de Ester. Si bien no se pueden observar claramente todos los detalles de la construcción del palacio, las ruinas permiten captar algo de la grandiosidad que de haber tenido en tiempos de Jerjes. En las ruinas de la Apadana , o sala del trono, donde sin duda se presentó Ester ante Asuero, se pueden observar todavía las bases de las enormes columnas, como también restos de las columnas y de los capiteles que imitan la parte anterior de dos toros. Algunos restos impresionantes de este palacio se encuentran hoy en el museo del Louvre, en París.
El área del palacio ocupaba una extensión aproximada de unos 270 m por cada lado. La puerta principal estaba de lado sur .
Al noreste del palacio se hallaba el espacioso aposento del trono, llamado apadana . Quizá se llegaba al inmenso edificio, de un poco más de 100 m por cada lado, por escalinatas gigantescas. El techo plano o terraza de la parte central estaba sostenido por 36 columnas esbeltas con estrías verticales y capiteles esculpidos: en 6 hileras de 6 columnas cada una. El frente del edificio quizá era abierto en tanto que la pared posterior y las laterales eran de ladrillo, revestidas con frisos esmaltados. 465 En el adorno del aposento del trono abundaban profusamente el oro, la plata y las piedras preciosas. Los autores griegos hablan de un sicómoro de oro y un emparrado de oro que estaban en este palacio. Se cree que al noroeste del palacio mismo estaba el "jardín" o parque. Muchos de los sucesos relatados en el libro de Ester ocurrieron en este aposento ( apadana ) o en sus proximidades.
6. Blanco, verde y azul, tendidos sobre cuerdas.
Heb. "tela blanca de algodón y púrpura". La palabra traducida "verde" deriva del vocablo sánscrito que significa "algodón". Si el pabellón se extendía, como algunos han pensado, desde la sala principal, por encima del patio embaldosado, hasta una distancia de unos 20 m, se habría necesitado cuerdas bien fuertes para sujetarlo. Los "pabellones" o toldos probablemente estaban hechos de telas de colores blanco y púrpura.
Columnas de mármol.
Heb. shesh , "mármol". Esta palabra puede también referirse al "alabasto".
Losado.
Los cuatro vocablos hebreos que se emplean para describir el losado (embaldosado) parecen indicar clases de piedra. La segunda palabra ( shesh ) traducida como "mármol" en la RVR, es la única que se conoce a ciencia cierta, y corresponde a "alabastro". La tercera tradicionalmente se ha entendido como "madreperla". En las ruinas del palacio se reconocen restos de piedras de diferentes colores, como también de ladrillos esmaltados en colores y con incrustaciones de madreperla. Una tablilla colocada en el fundamento del palacio por Darío I enumera diferentes materiales empleados en la construcción, que habían sido traídos desde diferentes partes del imperio: Turqueza, lapislázuli, cornalina, oro, plata, madera fina, marfil, etc.
7. Vasos de oro.
Los griegos victoriosos encontraron muchos vasos de oro en el campamento de los persas, cerca de platea.
Diferentes unos de otros.
Este detalle tiene que haber procedido de un testigo ocular, o de alguien que oyó la narración del banquete de boca de uno que lo presenció.
Vino real.
O, "vino del reino", esto es, de la bodega real.
8. Segun esta ley.
Parece que el rey publicó un edicto desacuerdo con el cual cada invitado bebiera según su gusto personal pero sin competir con otros en sus brindis.
9. La reina Vasti.
La única esposa de Jerjes que se menciona en los relatos griegos es Amestris. Jerjes se había casado con esta antes de ascender al trono, cuando llegó a la edad de casarse. Herodoto y Ctesias hablan de la crueldad de ella y de su depravación. Sin embargo no se puede aprobar que Vasti y Amestris fueran la misma persona. Como sucedió con Ester (cap. 2: 7), la reina pudo haber tenido más de un nombre.
10. Eunucos.
Eran los únicos que tenían acceso a las habitaciones de las mujeres. La etimología y el significado de los nombres de estos eunucos son dudosos. Los eunucos eran, con frecuencia, esclavos extranjeros, a quienes deliberadamente se mutilaban para ser vendidos a los mercados persas. Estos consideraban sagrado el número 7.
11. Que trajesen a la reina Vasti.
Después de exhibir las riquezas y gloria de su reino, los pensamientos de Asuero finalmente se volvieron a su bella reina. Pensó que la exhibición de su belleza sería el punto máximo de esa ostentación.
12. Vasti no quiso.
No resulta clara la razón de la negativa de la reina. Algunos han supuesto que Asuero se proponía exhibir impúdicamente la belleza de Vasti, pero el contexto no da un indicio de que se hubiera sido su propósito. Sin embargo, los tárgumes Judíos dan por sentado que el motivo de su negativa a presentarse fue su deseo de evitar dicha exhibición. Josefo atribuye su negativa a lo que él - equivocadamente- pensó que era una costumbre persa que tal vez prohibía que las mujeres casadas se relacionaran con extraños. Otros antiguos escritores judíos presentan una cantidad de explicaciones imaginarias o absurdas, ninguna de las cuales merecen consideración.
La orden de Asuero, que especificaba que Vasti luciera la corona real (vers. 11), implica que pensaba en ella no solo porque era bella, sino también por ser la primera dama del país. En realidad era de buen gusto que las mujeres persas se sentaran a la mesa de los banquetes con extraños; es evidente en el cap. 5: 4. Las esposas y concubinas de los caldees participaban con sus esposos en sus bacanales (Dan. 5: 2). Según Neh. 2:1-6 la reina, esposa del hijo y sucesor de Asuero, Artajerjes I, acompañaba al rey cuando éste se servía vino. Varios escritores griegos confirman la presencia de mujeres persas en las 466 fiestas. Herodoto, contemporáneo de Asuero , habla de Amestris (ver com. cap. 1: 9) en la fiesta del cumpleaños del rey ( ix. 110). No hay razón para pensar que las costumbres persas de esa época excluían a las mujeres y que, por lo tanto, hubiera sido impropio que Vasti se presentara cuando fue convocada, a pesar de que los hombres estaban bebiendo ( cap. 7: 7).
El echo de que Vasti ofreciera un banquete para las mujeres de Susa al mismo tiempo que Asuero lo celebraba con los hombres, implica una cooperación de ella con la política real de fomentar lealtad popular hacia el trono. Nada hay en el relato que dé la clave de la razón por la cual Vasti se negó a obedecer la orden del rey.
Se enojó mucho.
Ver com. Gén. 4: 5.
13. Los sabios.
Es decir los consejeros del rey Asuero estaba enojado; sin embargo pidió consejo. Habría sido impropio que él diera rienda suelta a su ira en presencia de toda su corte, pronunciando palabras violentas y amenazas. En vez de promulgar una orden apresurada, deliberadamente procedió a considerar que paso debía dar. Parece Asuero dependía mucho de sus consejeros (caps. 3: 8-10; 8: 1-8; 9: 12-14), y por eso recurrió a la opinión de sus "sabios" para saber como trataría a Vasti.
Conocían los tiempos.
Eran personas de conocimiento y experiencia, familiarizadas con la historia, y que sabían lo que convenía hacer en cualquier ocasión.
Acostumbraba el rey.
Es decir, era su forma de proceder. Pedía la opinión de los "sabios" acerca de cada asunto que le concernía, antes de tomar una decisión final. Quizá el escritor se refiera aquí una costumbre de la monarquía persa, y no tan sólo a la práctica de Asuero.
14. Siete príncipes.
Esdras también se refiere a siete consejeros especiales del monarca persa (Esd. 7: 14), que podría ser considerado como el gabinete del rey. Herodoto observó que había siete familias encumbradas en Persia, y que quienes las encabezaban tenían privilegios especiales.
Veían la cara del rey.
Entre los privilegios especiales de esos hombres, uno de los más apreciados era el libre acceso a la presencia del monarca.
15. Según la ley.
El rey no quería aparecer como vengativo. Además, en cierto sentido los reyes de Persia no eran monarcas absolutos (ver cap. 1: 19; 8: 8; cf. Dan. 6: 8-16). Es pues como si el rey hubiera dicho: Depongamos todo sentimiento y consideremos únicamente lo que exige la ley. Si una reina abiertamente desobedece al rey delante de su corte, según el proceder legal ¿Qué debe hacer con ella? Pero detrás de este énfasis de tipo legal estaba la jactancia del gobierno medopersas de que sus leyes eran inmutables.
16. Dijo Memucán.
Memucán fue el portavoz del grupo de los siete consejeros especiales. Con su respuesta dio a entender que la leyes persas no dictaminan ningún castigo para el caso que trataban. En realidad, no se habían enfrentado a un caso tal. No había pues, precedente alguno.
No solamente contra el rey.
Como portavoz de los siete consejeros, Memucán destacó que el asunto no era simplemente una inquina personal del rey, y lo elevó al nivel de una cuestión de estado. En esta forma exoneró a rey de la posibilidad de una venganza, con lo cual proveyó un fundamento en la ley común para tratar el caso.
17. Tendran en poca estima a sus maridos.
Es decir, "esto daría ocasión a las mujeres de despreciar a sus maridos". Memucán aquí arguye que Vasti había despreciado a Asuero. No es claro si se refiere al motivo de Vasti para no obedecer la orden real o sencillamente al acto en sí.
18. Las señoras.
Heb. ´saroth, plural de ´sarah, "princesa" (ver com. Gén. 17: 15). Las "princesas" hablarían descortésmente a sus esposos, los príncipes. El autor es cuidadoso: ante pone a Persia y después menciona a Media (ver com. cap. 1: 3).
Habrá mucho menosprecio y enojo.
Es decir, menosprecio departe de las esposas e ira departe de los esposos.
19. Un decreto real.
En circunstancias ordinarias, un asunto tal como la humillación de una esposa favorita se habría arreglado en el secreto de harén, sin que despertara la atención general. Según Memucán, la publicidad de la desobediencia de Vasti exigía que ella fuera sancionada en público.
Se escriba.
Un edicto concerniente a un individuo difícilmente podría añadirse a un código de leyes nacionales, pero a veces se añadían al código decretos de naturaleza transitoria, evidentemente con el propósito expreso de darles fuerzas al hacerlos inmutables. 467 (Dan. 6: 8,9).
No venga más.
Vasti no debía ser desterrada del palacio, sino de la presencia de rey. Esto, junto con la pérdida de su posición favorita de reina, significaba la ignominia máxima. Su sola belleza no podía salvarla (ver com. ver. 12).
20. Aunque es grande.
Era una vasta extensión: "Desde la india hasta Etiopía"(ver. 1).
21. Hizo el rey.
El rey se separó de Vasti, pero no se divorció de ella. Los motivos para tomar esta acción se publicaron en todas las "ciento veintisiete provincias" para que nadie pudiera entenderlo mal. El cuidado con que Asuero manejó este caso hace pensar que Vasti era tal vez la hija de un persa prominente cuyo apoyo el rey quería conservar, o posiblemente la hija del príncipe de uno de sus pueblos tributarios.
22. Pue envió.
Más exactamente, "y él envió ". Además de publicar el decreto, Jerjes, expidió una carta para confirmar que tenía el propósito de proteger el reino contra los peligros que Memucán había señalado (ver vers. 18).
CBA T3
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