CBA Libro de Ester Capítulo 9
1. Esperaban enseñorearse.
Compárese Dan.6: 24.
2. Se reunieron.
De acuerdo con la primera disposición del decreto.
En sus ciudades.
Es decir, donde hubiera judíos.
Habían procurado su mal.
Se destaca aquí el carácter defensivo del proceder de los judíos. Sólo procedieron en contra de los que sabían que eran sus enemigos.
3. Príncipes.
Ver com. cap. 3: 12. Los "capitanes" eran "gobernadores" provinciales.
Oficiales del rey.
Los que se ocupaban de los asuntos reales.
Apoyaban a los judíos.
Mediante su apoyo moral, y quizá también por la fuerza de las armas. 488
Había caído sobre ellos.
El cargo de Mardoqueo era ya ampliamente conocido.
6. En Susa capital del reino.
Esta matanza quizá tuvo lugar en la parte alta de la ciudad, donde estaba situado el palacio, o en las proximidades de éste, o a lo mejor dentro de sus recintos. La colina del acrópolis tiene unas 50 hectáreas de extensión; allí se encuentran los restos de palacios, edificios públicos y otros edificios. Esta era, seguramente, la parte más densamente poblada de la ciudad. Las excavaciones del palacio de Darío I cubren unos 6.000 m2. En esta colina se hallan los restos de residencias así como del palacio mismo. Esta zona quizá estaba densamente poblada.
10. Diez hijos de Amán.
Es interesante notar que los nombres de los diez hijos de Amán son persas.
Sus bienes.
Los judíos procuraron que fuera evidente que no los impulsaba el deseo de apropiarse de los despojos de sus enemigos.
11. Número de los muertos.
En las guerras antiguas se acostumbraba contar la cantidad de muertos para registrar su número exacto. Parece que en esta ocasión sólo se hizo un cálculo aproximado. Sin embargo, el rey procuró estar bien informado.
12. ¿Qué habrán hecho?
No es una pregunta sino una exclamación, como si el rey hubiera dicho: "¡Lo que habrán hecho en el resto de las provincias del rey!" Grande tuvo que ser el número de las víctimas, si sólo en Susa perecieron quinientos.
13. Concédase.
¿Por qué Ester pidió otro día de matanza? No es claro. Sin embargo, no parece que hubiera hecho ese pedido sin consultar primero con Mardoqueo, el cual seguramente tenía medios para saber cómo iban las cosas. Como primer ministro de toda la toda la nación, quizá Mardoqueo sabía que estaban vivos todavía muchos enemigos de su pueblo, y temía que pudieran vengarse. No hay nada que sugiera que procedía movida por un ciego espíritu de venganza.
16. Se pusieron en defensa de su vida.
Actuaron en armonía con el decreto (cap. 8: 11).
Descansaron.
Es decir, vencieron definitivamente a sus enemigos. Ahora los judíos podían descansar de los esfuerzos hechos para defenderse, y sin temor de represalias.
Setenta y cinco mil.
En la LXX dice 15.000. El hebreo quizá pueda traducirse "1.075". La cifra menor es la más probable. Ver págs. 126, 127.
20. Escribió Mardoqueo.
Parece que Mardoqueo primero escribió a los judíos de las provincias para sugerirles que en lo futuro observaran dos días de Purim, en vez de uno como antes habían acostumbrado. Les explicó la razón para celebrar dos días, sin dar una orden específica al principio. Como su proposición fue bien recibida (vers. 23-27), envió una segunda carta "con plena autoridad" para ordenar la observancia de los dos días (vers. 29).
22. De tristeza se les cambió en alegría.
Esta fue la nota tónica, la idea dominante, de los días de Purim, ante la cual todo lo demás era secundario y quedaba subordinado: la tristeza se convirtió en alegría. Este espíritu aún caracteriza la celebración de Purim.
26. Purim.
Los judíos tomaron la palabra persa pur , "suerte", y le dieron un plural hebreo. Quizá eligieron la forma plural de la misma porque Amán echó suertes varias veces (cap. 3: 7), o porque los judíos celebran la fiesta en dos días sucesivos.
Ellos vieron.
Los argumentos de Mardoqueo habían sido confirmados por su propia experiencia personal, por el recuerdo "lo que llegó a su conocimiento".
28. Estos días de Purim.
Es un hecho curioso la adopción universal de la Fiesta de Purim por la nación judía. Joiacim, el sumo sacerdote de ese tiempo, debe haber dado, desde el principio, su aprobación a esta fiesta, y haberla incorporado en el calendario eclesiástico de la nación; de lo contrario, difícilmente habría alcanzado su carácter universal. La fiesta debe haberse hecho obligatoria por orden religiosa y no civil. Los judíos de ese tiempo resolvieron que su observancia fuera perpetua. Los judíos celebran esta fiesta hasta el día de hoy.
Esta segunda carta.
La primera carta fue la mencionada en los vers. 20-26. Después se escribió una segunda carta "para confirmar" su observancia. No se divulgó como un decreto ni en el nombre del rey, sino como una carta en nombre de Ester y de Mardoqueo.
30. Fueron enviadas cartas.
Eran cartas sencillas que contenían saludos "de paz y de verdad" (vers. 30) y que hablaban del fin de los ayunos y de los lamentos (vers. 3l).
32. El mandamiento de Ester.
Parece hacerse referencia a otro documento, además 489 de la carta conjunta de Ester y de Mardoqueo.
Un libro.
Quizá el libro de registro o el diario de Ester.
CCBA T3
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