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CBA Libro de Job - Capítulo 9


CBA Libro de Job - Capítulo 9
1. Respondió Job.

Los caps. 9 y 10 registran el tercer discurso de Job, en el cual reconoce la omnipotencia de Dios y por contraste su propia insuficiencia. Entonces comienza otra queja melancólica de sus aflicciones.

2. Es así.

Job reconoce la exactitud de los argumentos de Bildad.

¿Cómo se justificará el hombre?

Lo que preocupar a Job no es la justicia divina, que él reconoce, sino aprender como él, un hombre, puede ser justo delante de Dios. Sus circunstancias lo acusan de debilidad, mientras que su conciencia atestigua de su inocencia. La pregunta de Job sólo se contesta completamente en la revelación del plan de salvación. Mediante las estipulaciones del plan es posible que Dios sea "el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús" (Rom. 3: 26).

3. Una cosa entre mil.

El ser humano no puede ponerse al nivel de Dios. No puede contestar las preguntas ni las acusaciones divinas.

4. ¿Le fue bien?

Heb. shalam "permanecer sano, ileso, a salvo". Shalam se relaciona con una raíz arábiga que implica la idea adicional de "estar sometido a", como en "islam" (que significa "sumisión".

5. Arranca los montes.

Los seres humanos consideran que las montañas son símbolos de inmensidad y estabilidad. Sin embargo, Dios puede arrancarlas y trastornarlas.

6. Remueve la tierra.

Sin duda es una referencia a los terremotos (1 Rey. 19:11; Sal. 104: 32; Zac. 14: 4, 5; Mat. 24: 7).

Hace temblar sus columnas.

Una descripción poética de los terremotos. No es necesario procurar una explicación literal para las "columnas".

7. Manda al sol.

Se representa a Dios como el que tiene poder absoluto sobre la naturaleza. Las Escrituras mencionan a menudo los fenómenos naturales como una manifestación del poder de Dios (ver. Exo. 10: 21; Eze. 32: 7; Joel 2: 31; Mat. 24: 29; Apoc. 6: 12;16: 10).

8. Extendió los cielos.

Ver Sal. 1 04: 2; 1 Sam. 40: 22; Jer. 10: 12. La figura exalta la omnipotencia de Dios para llamar la atención a la obra de sus manos.

Las olas del mar.

Literalmente "alturas del mar". Se afirma que Dios tiene poder para subyugar la altiva fuerza de las olas.

9. La Osa.

Heb. 'ash ( 'ayish , en el cap. 38: 32). Esta identificación no es absolutamente 524 segura. Muchos piensan que aquí se designa a la constelación de la Osa Mayor (ver com. cap. 38: 32).

El Orión.

Heb. kesil , literalmente "tonto" aun cuando no es seguro que el nombre de la constelación provenga de la misma raíz de la cual se obtiene la definición de "tonto". Se concuerda en general en que kesil aquí significa Orión (ver com. cap. 38: 31).

Las Pléyades.

Heb. kimah . Algunos interpretan 'ash como Pléyades hacen que kimah se refiera a alguna otra estrella brillante, como Sirio. Para estos tres términos hebreos la LXX rinde: "Pléyades, Héspero [estrella vespertina] y Arturo"' (ver com. cap. 38: 31).

Los lugares secretos del sur.

Quizá se refiera a constelaciones innominadas de los cielos australes, o quizá a los espacios inmensos allende el horizonte meridional.

10. Cosas grandes.

Este versículo repite casi al pie de la letra las palabras que habló Elifaz en el cap. 5: 9. Elifaz ve en las maravillas de la creación de Dios una expresión de la bondad divina, al paso que Job sólo parece ver el poder de Dios. Quizá estas palabras eran corrientes en los labios de los religiosos de tiempos antiguos.

11. No lo veré.

Una línea bien definida separa el mundo visible del invisible y esta línea rara vez se cruza. Job quizá reflexiona en la pretensión de Elifaz de haber percibido sensorialmente la visita de un espíritu cap. 4: 15, 16), y asevera que su caso es diferente: el mundo del espíritu pasó por él, y no recibió luz, ni iluminación ni tampoco ninguna dirección sobrenatural de él.

Pasará.

Heb. jalaf , el mismo verbo que uso Elifaz (cap. 4: 15) cuando habló de la visita que le hizo el espíritu.

No lo entenderé.

Elifaz declaró que tuvo una vívida percepción de la presencia del espíritu (cap. 4: 15, 16) y oyó su voz (cap. 4: 16-2 l). Job indica aquí que él no había sido favorecido de ese modo.

12. ¿Quién le hará restituir?

"¿Quién le estorbará?" (BJ). Compárese con caps. 11: 10 y 23: 13. Cuando las calamidades golpearon á Job, su respuesta fue: " "Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito" " (Job 1: 21). Esta fue una respuesta de confianza. El transcurrir del tiempo y el impacto de un dolor constante habían debilitado el espíritu de Job. La confianza había cedido su lugar a su sentimiento de debilidad. En lugar de reconocer la sabiduría y el amor de Dios, ve su propia debilidad. Frecuentemente la tragedia súbita no quebranta el espíritu humano como lo hace un sufrimiento persistente y monótono.

13. Los que ayudan a los soberbios.

Heb. 'ozre rahab , literalmente "los ayudantes de Rahab". La palabra Rahab aparece en el cap. 26: 12, donde se la traduce "arrogancia" y en Isa. 51: 9 donde aparece como un nombre propio. Algunos creen que Rahab se usaba para designar a un gran poder del mal. Si es así, Job aquí parece decir que Dios tiene en sujeción no sólo a los hombres sino también a seres mucho más poderosos, como Rahab y sus ayudantes, En vista de que Rahab significa "orgullo", éste podría ser un nombre apropiado para Lucifer, y "los ayudantes", sin nombre de los seres que siguieron a Lucifer (ver Isa. 14: 12-14; Apoc. 12: 7-9). Sin embargo, por sus discursos Job indica que él sólo tenía un conocimiento limitado del gran conflicto entre Dios y Satanás.

14. Le responderé.

Los vers. 14-16 sugieren el lenguaje de un tribunal de justicia.

Job reconoce, su incapacidad para presentar una defensa airosa.

15. Aunque fuese yo justo.

Job roconoce la soberanía de Dios. Aun cuando está seguro de su inocencia, clama por misericordia al allegarse a su juez.

16. Le invocara.

Heb. qara' , "llamar". Evidentemente aquí con el significado de "emplazar en un sentido legal". Job dice: Si yo hubiera desafiado a Dios a una disputa, y él la hubiera concedido, y me hubiera emplazado a defender mi causa en sus tribunales de justicia, aun así yo no podría suponer que él realmente tuvó esa intención, y que me fuera a consentir que osadamente estuviera de pie delante de él y libremente pusiera en tela de jucio sus acciones. Una condescendencia tal le parece inconcebible a Job.

17. Me ha quebrantado.

En los vers. 17-21 Job trata de imaginar lo que sucedería si desafiara a Dios y recibiera respuesta a su desafío. Se imagina a Dios como procediendo con él no como un juez, que zanja los pleitos de acuerdo con la autoridad de la ley, sino como un soberano que los decide por su propia voluntad. Job parece perder de vista el hecho de que la suprema soberanía, no es incompatible con un amor y una rectitud supremos.

Sin causa.

Heb. jinnam , que se traduce de 525 igual manera en el cap. 2: 3, pero que se traduce "de balde" en el cap. 1: 9. Job atribuye a Dios lo que es claramente la obra y el designio de Satanás (cap. 2: 3). Ver com. Sal. 38: 3; 39: 9.

18. Tome aliento.

Job describe los castigos de Dios como tan permanentes y constantes, que él ni puede "tomarse un respiro".

19. Es fuerte.

Job no pone en tela de juicio el poder de Dios. Su percepción de ese poder se había desarrollado más que su apreciación de la bondad de Dios.

¿Quién me emplazará?

La LXX reza así: " "¿Quién pues resistirá su juicio?" "

20. Si yo me justificare.

El dicho es verdadero si las palabras son aplicadas correctamente (ver 1 Cor. 4: 4). Pero Job piensa en ellas en un sentido totalmente distinto. Meditaba acerca de que la criatura no tiene esperanzas cuando se opone al Gobernante del universo.

21. Si fuese íntegro.

Literalmente, este versículo reza así: "Yo soy perfecto; no me conozco a mí mismo; aborrezco mi vida". El pensamiento parece ser que Job afirmaba su inocencia, pero no podía entenderse a sí mismo ni sus circunstancias, y su conflicto era tan grande que despreciaba la propia vida.

22. Una cosa.

O bien, "un asunto". Es decir, todos son iguales ante la vista de Dios. No hay diferencia entre los casos de los justos y los de los impíos.

Que yo diga.

O "yo digo". Job está por hacer una afirmación audaz.

El los consume.

Por la forma en que Dios lo trataba a él, Job estaba convencido de que nada podía argüirse con certeza en cuanto al carácter de un hombre. Dios permite que los justos y los impíos sean arrollados juntos.

23. Azote.

Quizá Job se refiere a guerra, plaga o pestilencia. Si una de ellas se desata, aniquila a todos los seres humanos sin hacer distinción. En tal caso, no siempre Dios interviene para salvar a los justos.

Se ríe.

O bien, "se mofa", "se burla". Una audaz, irreverente y mordaz observación que algunos han tratado de disculpar argumentando que se trata de una afirmación retórica, pero la defensa parece inadecuada. Evidentemente es una de esas declaraciones de las cuales él más tarde se arrepintió "en polvo y ceniza" (Job 42: 6).

24. Si no es él.

Esta oración se puede traducir así: "Si no, entonces, ; quién es?" En este pasaje quizá Job refleja el más profundo desánimo y la más oscura desconfianza que se pueda observar en cualquiera de sus discursos. Arguye que el orden establecido de las cosas en la sociedad humana se debe a Dios. No hay nadie más a quien se lo pueda atribuir.

25. Mis días han sido más ligeros.

Mediante tres figuras Job ilustra la rapidez con la cual su vida se precipita a su fin.

Un correo.

Un mensajero o correo que, viaja rápidamente.

26. Naves veloces.

O bien "naves de juncos". Barcos livianos construidos para navegar con rapidez, pero que no son sólidos.

El águila.

Job había señalado al más veloz sobre la tierra, al más veloz en el agua, y ahora señala al más veloz en el aire. Compara estas cosas con la velocidad con la cual su vida se acerca a su destino.

27. Mi triste semblante.

Insinúa un esfuerzo para reanimarse y recobrar la felicidad, a pesar de sus aflicciones, pero juzga inútil ese esfuerzo.

28. Me turban.

El sufrimiento de Job crecía por su temor de que Dios lo condenara. La frustración, la duda, el temor quizá devoraban a Job tanto como su dolor físico.

29. ¿Para qué trabajaré?

Una propensión derrotista obsesionaba a Job. Como muchos otros dolientes decía en esencia: "¡Es inútil!"

30. Aguas de nieve.

UN símbolo de una completa purificación.

Mis manos.

Esta oración reza literalmente: "limpie mis manos con lejía [potasa]".

31. En el hoyo.

No importa, dice Job, cuán limpio y puro me empeñe en hacerme a mí mismo, Dios me arrojará de nuevo en el fango.

Vestidos.

Job personifica sus vestidos y los representa como si éstos lo aborrecieran.

32. No es hombre.

Job no vislumbra esperanza alguna de llegar a un entendimiento con Dios por causa del abismo que los separa. Dios es infinito y eterno, mientras que Job es dolorosamente consciente, de su propia limitación mortal.

33. Árbitro.

En su disputa con Dios, Job cree que no hay nadie a quien pueda acudir como árbitro. Piensa que sólo con una de dos condiciones, entre él y Dios, el debate podría ser más equilibrado: (1) Si Dios, despojándose de todos sus atributos divinos, se convirtiera en hombre y (2) si algún juez o árbitro pudiera 526 encontrarse para decidir la disputa. Sin embargo, Job pensó que ninguna condición era posible. El Evangelio proporciona el cumplimiento de ambas condiciones. "El YO SOY es el Arbitrario entre Dios y la humanidad, que pone su mano sobre ambos" (DTG 17). Eso no significa que necesitemos concebir a Jesús como quien falla en un pleito entre el hombre y Dios, sino como quien representa a Dios ante la humanidad, el único mediante el cual el hombre puede entender y aproximarse a Dios. Ver Heb. 2: 17, 18.

Ponga su mano sobre.

Se ha supuesto que esto podría referirse a alguna antigua ceremonia en la cual, por alguna causa, el juez o árbitro ponía sus manos sobre ambas partes en un pleito legal. Esto podía significar que el juez podía controlar a ambas partes, que le incumbía mantenerlas dentro de sus propios límites para refrenar cualquier expresión impropia y para ver que el debate se realizara con justicia para ambas partes. Por supuesto esta figura tío podía ser aplicada a Dios como a una de las partes, aunque en el concepto de Job la aplicación era válida.

34. Quite ... su vara.

Job tiembla ante el castiga de Dios. Está aterrado. Cree que podría hablar en su propia defensa si Dios dejara de hacerlo sufrir.

CBA T3

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