1. Por eso también.
No hay ninguna división natural entre los caps. 36 y 37. Eliú prosigue con la figura de una tormenta eléctrica para describir el poder de Dios. Dice que le tiembla el corazón cuando oye el trueno y ve los luminosos relámpagos que cruzan el cielo.
2. El estrépito de su voz.
Eliú emplea una metáfora -el trueno- para representar o describir la voz de Dios (ver Sal. 77: 18;104: 7).
5. Grandes cosas.
Ahora concluye la parábola de la tormenta. Con esta vívida descripción, Eliú procura abrumar a Job con la majestad y el poder de Dios.
7. Hace retirarse a todo hombre.
Podría referirse a la cesación de los trabajos a la intemperie durante el invierno, debido a la nieve, el hielo y los aguaceros. Esta pausa en el trabajo da tiempo para la reflexión y permite conocer mejor a Dios.
8. En su escondrijo.
Este versículo parece confirmar la interpretación del vers. 7. Algunos animales pasan el invierno en un estado de hibernación. Esto es para Eliú una prueba más de la sabiduría de Dios. El dispuso que los animales puedan protegerse del frío y subsistan con poco alimento durante la estacion citando escasea el sustento.
9. Del sur.
Heb. "de la cámara", es decir del deposito donde se dice que Dios guarda sus tormentas (ver cap. 38: 22; Sal. 135: 7).
Los vientos del norte.
Heb. "los que esparcen". Parece referirse a los vientos fuertes que disipan las nubes y traen días fríos y límpidos en el hemisferio norte.
Eliú hace notar que todas estas cosas están bajo el control de Dios, y que estos fenómenos naturales son prueba de su grandeza.
10. Se congelan.
Ver Sal. 147: 16-18.
11. Regando. . . llega a disipar.
"El carga". El carga las nubes de humedad, que la destilan. La lluvia es especialmente necesaria en los países orientales. Es Dios quien da las nubes cargadas de humedad que proporcionan agua para la tierra sedienta.
Con su luz esparce la niebla.
"Esparce la nube de su luz". Posiblemente se refiera a los relámpagos que, figuradamente, se almacenan en una nube, o quizá signifique: "las nubes sobre las cuales descansa la luz solar".
12. Asimismo.
Dios guía las nubes en constante movimiento, y las dirige de acuerdo con su voluntad.
15. ¿Sabes tú?
Eliú pregunta si Job sabe cómo da Dios sus órdenes o dirige el curso y la secuencia de los fenómenos naturales.
16. Las diferencias de las nubes.
El fenómeno de las nubes suspendidas en el cielo, cargadas de lluvia, pero sin sostén alguno, despertaba la admiración de Eliú (ver cap. 26: 8). "¿Sabes tú cómo las nubes cuelgan en equilibrio?" " (BJ).
Las maravillas.
Los fenómenos naturales demuestran la sabiduría ilimitada de Dios. Se deduce entonces que Job no debería censurar a un Dios que revela su omnisciencia en obras maravillosas.
19. Muéstranos.
Hay aquí visos de ironía. Eliú le pide a Job: si eres tan sabio muéstranos cómo acercarnos a un Dios tan grande, porque nosotros estamos en tinieblas.
20. Por más que el hombre razone.
Job había expresado el deseo de que Dios lo oyera y le respondiera. Eliú, para reprenderlo por esta presunción, pero sin atreverse a hacerlo directamente, se pone en el lugar de Job y le pregunta: ¿sería apropiado que yo exigiera hablar con Dios? Como no lo es, tampoco sería correcto que Job lo hiciera.
21. La luz esplendente.
Quzá el sol. Si los seres humanos no pueden mirar siquiera el 602 fulgurante sol, menos aún podrán ver a Dios. Podría también referirse a la claridad producida por los relámpagos.
22. Dorada claridad.
Literalmente, "oro", Heb. zahab.
24. Lo temerán.
Eliú concluye su discurso con otra denuncia contra Job: le recuerda que Dios no respeta a los arrogantes.
Cree. . . ser sabio.
Es decir, es fatuo. Lo que Eliú afirma es cierto. Es una necedad que un ser humano piense comparar su ínfima sabiduría con la de Dios. Eliú se equivocó al intentar aplicar este principio a Job. La falla de Eliú y de los otros amigos era que juzgaban mal a Job.
CBa T3
No hay ninguna división natural entre los caps. 36 y 37. Eliú prosigue con la figura de una tormenta eléctrica para describir el poder de Dios. Dice que le tiembla el corazón cuando oye el trueno y ve los luminosos relámpagos que cruzan el cielo.
2. El estrépito de su voz.
Eliú emplea una metáfora -el trueno- para representar o describir la voz de Dios (ver Sal. 77: 18;104: 7).
5. Grandes cosas.
Ahora concluye la parábola de la tormenta. Con esta vívida descripción, Eliú procura abrumar a Job con la majestad y el poder de Dios.
7. Hace retirarse a todo hombre.
Podría referirse a la cesación de los trabajos a la intemperie durante el invierno, debido a la nieve, el hielo y los aguaceros. Esta pausa en el trabajo da tiempo para la reflexión y permite conocer mejor a Dios.
8. En su escondrijo.
Este versículo parece confirmar la interpretación del vers. 7. Algunos animales pasan el invierno en un estado de hibernación. Esto es para Eliú una prueba más de la sabiduría de Dios. El dispuso que los animales puedan protegerse del frío y subsistan con poco alimento durante la estacion citando escasea el sustento.
9. Del sur.
Heb. "de la cámara", es decir del deposito donde se dice que Dios guarda sus tormentas (ver cap. 38: 22; Sal. 135: 7).
Los vientos del norte.
Heb. "los que esparcen". Parece referirse a los vientos fuertes que disipan las nubes y traen días fríos y límpidos en el hemisferio norte.
Eliú hace notar que todas estas cosas están bajo el control de Dios, y que estos fenómenos naturales son prueba de su grandeza.
10. Se congelan.
Ver Sal. 147: 16-18.
11. Regando. . . llega a disipar.
"El carga". El carga las nubes de humedad, que la destilan. La lluvia es especialmente necesaria en los países orientales. Es Dios quien da las nubes cargadas de humedad que proporcionan agua para la tierra sedienta.
Con su luz esparce la niebla.
"Esparce la nube de su luz". Posiblemente se refiera a los relámpagos que, figuradamente, se almacenan en una nube, o quizá signifique: "las nubes sobre las cuales descansa la luz solar".
12. Asimismo.
Dios guía las nubes en constante movimiento, y las dirige de acuerdo con su voluntad.
15. ¿Sabes tú?
Eliú pregunta si Job sabe cómo da Dios sus órdenes o dirige el curso y la secuencia de los fenómenos naturales.
16. Las diferencias de las nubes.
El fenómeno de las nubes suspendidas en el cielo, cargadas de lluvia, pero sin sostén alguno, despertaba la admiración de Eliú (ver cap. 26: 8). "¿Sabes tú cómo las nubes cuelgan en equilibrio?" " (BJ).
Las maravillas.
Los fenómenos naturales demuestran la sabiduría ilimitada de Dios. Se deduce entonces que Job no debería censurar a un Dios que revela su omnisciencia en obras maravillosas.
19. Muéstranos.
Hay aquí visos de ironía. Eliú le pide a Job: si eres tan sabio muéstranos cómo acercarnos a un Dios tan grande, porque nosotros estamos en tinieblas.
20. Por más que el hombre razone.
Job había expresado el deseo de que Dios lo oyera y le respondiera. Eliú, para reprenderlo por esta presunción, pero sin atreverse a hacerlo directamente, se pone en el lugar de Job y le pregunta: ¿sería apropiado que yo exigiera hablar con Dios? Como no lo es, tampoco sería correcto que Job lo hiciera.
21. La luz esplendente.
Quzá el sol. Si los seres humanos no pueden mirar siquiera el 602 fulgurante sol, menos aún podrán ver a Dios. Podría también referirse a la claridad producida por los relámpagos.
22. Dorada claridad.
Literalmente, "oro", Heb. zahab.
24. Lo temerán.
Eliú concluye su discurso con otra denuncia contra Job: le recuerda que Dios no respeta a los arrogantes.
Cree. . . ser sabio.
Es decir, es fatuo. Lo que Eliú afirma es cierto. Es una necedad que un ser humano piense comparar su ínfima sabiduría con la de Dios. Eliú se equivocó al intentar aplicar este principio a Job. La falla de Eliú y de los otros amigos era que juzgaban mal a Job.
CBa T3
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