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CBA: Libro de Eclesiastés capítulo 3

Libro de Eclesiastés capítulo 3

1. Tiempo.

Heb. "un tiempo determinado"; de una raíz que significa "determinar", "decretar". Por lo tanto, no sólo se trata de un tiempo conveniente, sino determinado. Dios ha ordenado ciertos tiempos o estaciones, para los diversos fenómenos naturales (ver Lam. 3: 37; cf. Sant. 4: 15).

Lo que se quiere.

De una palabra hebrea que etimológicamente significa "deleitarse en", "hallar placer en". Por consiguiente, esta expresión significa básicamente "aquello en lo que uno se deleita". Esta misma voz se traduce "delicia" (Sal. 1: 2; Isa. 58: 13), "gusto" (Isa. 58: 3), "complacencia" (Sal. 16: 3; Mal. 1: 10).

Hora.

De un vocablo común hebreo usado para "tiempo" y que con frecuencia significa el comienzo de un lapso.

2. De nacer.

Algunos consideran esta forma verbal como activa, y por tal razón podría traducirse: "un tiempo para dar a luz". Sin embargo, la mayoría de los eruditos sostienen que debe entenderse como una forma intransitiva; de ahí que prefieran la forma "de nacer".

De morir.

Nacer y morir son, a no dudarlo, los dos acontecimientos más importantes de la vida. Pero nadie puede determinar el tiempo de su entrada en el mundo, y, en circunstancias ordinarias, poco puede hacer en cuanto al tiempo de su salida.

De plantar.

Esta expresión concuerda con la que la precede. "Plantar" equivale a "dar a luz", y "arrancar" a "morir". Una expresión atañe a la vida humana; la otra, a la vida vegetal.

Arrancar.

Heb. "desarraigar". Llega un tiempo cuando hay que arrancar aun los mejores árboles frutales.

3. De matar.

Los comentadores no están de acuerdo en cuanto a si Salomón se refiere aquí a la guerra o a otras circunstancias. Es posible que tuviera en mente la ejecución de los criminales y las medidas que deben tomarse para proteger las comunidades en caso de peligro. O quizá estuviera pensando en un animal doméstico herido, cuya lastimadura era de tal grado que, ante la imposibilidad de curarlo era más misericordioso matarlo que dejarlo sufrir.

De destruir.

Hay un tiempo cuando conviene demoler los edificios para reemplazarlos por otros. Durante milenios ha sido habitual en el Cercano Oriente utilizar una y otra vez las ruinas de una civilización como materiales para construir una nueva. Salomón aquí quizá se refiera a sus grandes proyectos de construcciones.

4. De llorar.

A veces es mejor expresar las 1092 emociones que reprimirlas. Israel lloró amargamente en el exilio (Sal. 137: 1). También llegará el día cuando el pueblo de Dios reirá (Sal. 52: 1-6).

De endechar.

Término específico para referirse a las ruidosas lamentaciones públicas y a las expresiones de dolor manifestadas por los orientales (ver 2 Sam. 3: 31; Jer. 4: 8; 9: 17-22; 49: 3).

De bailar.

En la antigüedad, sobre todo en el Cercano Oriente, la danza era una parte importante de las ceremonias religiosas y festivas (ver 2 Sam. 6: 14, 16; 1 Crón. 15: 29; cf. Mat. 11: 17; com. Exo. 15: 20; 32: 19).

5. De esparcir piedras.

Quizá se refiera a limpiar el campo de las piedras que estorbaban el cultivo, para usarlas después en la construcción de cercas entre las propiedades, o muros de contención, para los campos y los viñedos (ver Isa. 5: 2, 5).

De abrazar.

Posiblemente un eufemismo para expresar la relación conyugal entre esposos (ver Prov. 5: 20), o una expresión figurada para referirse a la ociosidad (ver Ecl. 4: 5: "el necio cruza sus manos").

6. De perder.

Quizá mejor, "de dar por perdido", lo que guardaría equilibrio con "buscar". Es probable que se haga referencia aquí al animal que se había extraviado del rebaño o la manada. La demasiado intensa búsqueda podría provocar una reacción de desagrado de los vecinos, o aun ser inútil.

De desechar.

Esta expresión se ilustra en los pasajes siguientes: 2 Rey. 7: 15; Prov. 11: 24, 25; Jon. 1: 5; Mat. 16: 25; Hech. 27: 18, 19, 38.

7. De romper.

Compárese con Gén. 37: 29; 2 Sam. 1: 11; 1 Rey. 11: 11; 2 Crón. 23: 13; Job 1: 20; 2: 12.

De callar.

Hay circunstancias cuando "el silencio es oro" (ver Lev. 10: 3).

8. De amar.

Compárese con las palabras de Cristo (Mat. 5: 43, 44).

De guerra.

La exactitud de esta declaración se capta si se entiende el hecho de que, a la batalla del gran día del Señor aún venidera (Apoc. 16: 15-17), seguirá la paz eterna (Apoc. 21 y 22).

9. ¿Qué provecho?

Ver com. cap. 1: 3. La pregunta de Salomón exige una respuesta negativa. ¿Para qué se afana el hombre por mejorar su condición en la vida, cuando queda frustrado vez tras vez? Debe aprender que quien coloca las pruebas a lo largo del sendero de la vida es un Padre amante, que disciplina a sus hijos terrenales para el bien eterno de ellos (ver Heb. 12: 11; Apoc. 3: 19-21).

10. Trabajo.

Ver com, cap. 1: 13. La rígida disciplina de la vida, necesaria para el que busca la inmortalidad (ver Rom. 2: 6, 7), la administra un Padre omnipotente y amante. Sin embargo, el ser humano está en libertad de elegir su propia forma de vida, de desarrollar su propio carácter y de decidir su propio destino eterno. Se puede hacer frente con éxito a las dificultades reales de la vida únicamente bajo la dirección de Dios.

11. Hermoso.

Compárese con el relato de la obra de la creación de Dios (Gén. 1: 31). Todo lo creado no sólo era "bueno", sino también bello, estéticamente agradable; no sólo perfecto para su uso práctico, sino de bella apariencia para la vista y el gusto. Y estas características se aplicaban a "todo", y "en gran manera".

Puesto.

Heb. "dado". Debiera destacarse este significado, ya que sugiere la bondad de Dios al satisfacer las necesidades humanas.

Eternidad.

Heb. 'olam. Ver com. Exo. 12: 14; 21: 6. En el pensamiento humano está implantada una preocupación profunda por el futuro. Esta comprensión de lo infinito del tiempo y del espacio provoca un disgusto por la naturaleza transitoria de las cosas de esta vida. Ver com. vers. 14.

En el corazón de ellos.

Es decir, en sus pensamientos. El propósito de Dios es que la humanidad comprenda que el mundo actual no constituye la sustancia de su existencia. El ser humano está vinculado a dos mundos: físicamente, al presente, pero mental, emocional y psicológicamente, al mundo eterno. Aunque su mentalidad está nublada por el pecado, el hombre parece darse cuenta, aunque borrosamente, de que debiera continuar viviendo más allá de los estrechos límites de esta vida insatisfactoria.

Sin que alcance ... a entender.

El intelecto humano no puede de por sí entrar en lo intrincado de las maravillas creadas por Dios ni en los misterios de la eternidad que él no ha querido revelarnos. Este hecho nada más debe inducirnos a buscar una unión más íntima con el Creador.

12. Ellos.

Esto es, "los hijos de los hombres".

13. También.

Se sugiere un punto adicional 1093 que el autor no desea que se le pase por alto al lector.

Coma y beba.

Una vida ascética es contraria a la voluntad de Dios, quien dio a la humanidad muchas cosas buenas para que de ellas disfrute con moderación.

14. Perpetuo.

Salomón afirma ahora la inmutabilidad de la voluntad divina, que actúa en los asuntos humanos (ver Sal. 33:11; Isa. 46: 10).

Teman los hombres.

No un temor humillante (ver com. Deut. 4:10; 6:5), sino reverente, basado en un intelecto que conoce bien los atributos divinos (Sal. 40: 3; 64: 9) y la forma en que la voluntad divina obra en la tierra (ver Isa. 45: 18; Mal. 3: 6; cf. Apoc. 15: 3, 4).

15. Aquello que fue.

Este versículo afirma cuán completas y permanentes son las obras de Dios. Y en este sentido no hay para él pasado ni futuro: la eternidad siempre es presente (ver Apoc. 1: 8).

Lo que pasó.

"Lo perseguido"; de radaf, "ir en pos", "cazar", "perseguir". Se traduce como " "seguirles" " en Jos. 8:16, y "perseguiré" en Jer. 29: 18. Quizá la idea aquí sea que todas las cosas del pasado están presentes delante de Dios como si fueran actuales. El proyecta su pensamiento hacia el pasado tan fácilmente como piensa en términos del presente o del futuro. Si éste es el significado, entonces "lo perseguido" se refiere a los ciclos de las edades pasadas, personificadas como si se persiguieran unas a otras.

16. Lugar de la justicia.

O sea, el lugar dedicado a la administración de justicia. El cohecho y la corrupción permitieron que la impiedad reinara en los mismos atrios de la dispensación de Injusticia.

Iniquidad.

De la misma palabra hebrea traducida "impiedad". En ambos casos es preferible el vocablo "impiedad". Mediante el término "justicia", Salomón se refiere al juez, que debería ser la encarnación o personificación del proceder justo. La primera expresión indica el lugar; la segunda, la persona que con autoridad ocupa ese lugar.

17. Juzgará Dios.

El verbo hebreo "juzgar", aplicado a Dios, expresa el concepto de que él es no sólo el árbitro que decidirá en los casos de los justos y de los impíos, sino también el que ejecutará el castigo.

Lo que se quiere.

Ver com. vers. 1. Término hebreo que también se traduce como "complace" (Ecl. 5: 4); "contentamiento" " (Ecl. 12: 1); " "quiero" " (Isa. 44: 28; 46: 10); "complacencia" " (Mal. 1: 10); "deseable" (Mal. 3: 12).

Lo que se hace.

Ver com. cap. 1: 14.

18. Por causa.

Una mejor traducción de toda la cláusula sería sencillamente: "Acerca de los hijos de los hombres".

Pruebe.

"Purifique", "elija", "examine", "ponga a prueba". En Isa. 52: 11, esta forma verbal se traduce "purificaos" ; en Dan. 11:35, " "ser depurados", " y en Dan. 12: 10, "serán limpios". " Así expresa Salomón el deseo de que Dios pruebe a la gente como una medida disciplinaria, a fin de limpiarla y purificarla (ver Job 5: 17; 23:10; com. Ecl. 3: 19).

Para que vean.

Hay esperanza de que las personas reconozcan su condición pecaminosa e impura.

Bestias.

Generalmente se traduce "ganado". Deriva de la raíz "ser mudo", y se relaciona con una palabra arábiga que significa "estar impedido para hablar", "tener un impedimento en el habla".

19. Lo que sucede.

"Lo que sucede" (2 veces) y "suceso" derivan de una palabra hebrea que significa "ocasión", "suerte", "fortuna", "destino": del verbo "encontrar", "hacer frente", "suceder". En Rut 2:3 se ha traducido "aconteció" ; en 1 Sam. 6:9, "ocurrió"; " en 1 Sam. 20:26, "habrá acontecido algo" ; y en Ecl. 9. 2, 3, "acontece"."

Mueren.

" El inescrutable fenómeno de la muerte acontece a todos los seres vivientes, sean humanos o animales. El salmista dice que "el hombre no permanecerá en honra; es semejante a las bestias que perecen" " (Sal. 49: 12). En lo que atañe a estar sujeto a la muerte, la gente no es superior a las bestias.

Respiración.

Heb. rúaj. Cuando la deja el aliento de vida, muere la criatura viviente, ya sea hombre o animal (ver com. vers. 21; 12: 7).

Ni tiene más.

Todas las criaturas vivientes, sin distinción, mueren cuando cesa la respiración. Las consecuencias físicas de la muerte son las mismas. En lo externo, el ser humano no parece ser superior; pero Dios lo redimirá del poder de la tumba, según la Palabra inspirada (1 Cor. 15: 51-58).

20. Un mismo lugar.

Es decir, la tumba (ver Job 7:9, 10).

Polvo.

Ver Gén. 2: 7; 3: 19; Dan. 12: 2.

21. ¿Quién sabe?

Sin la sabiduría divina, 1094 nadie lo "sabe". Se conoce el destino del cuerpo -vuelve al polvo mediante un proceso de desintegración-, pero la sabiduría humana no puede asegurar qué sucede con el "espíritu" o "aliento", excepto que "vuelva a Dios que lo dio" (ver com. cap. 12: 7). "¿Quién sabe si el hálito de los hijos del hombre sube arriba y si el hálito de las bestias desciende abajo hacia la tierra?" (BC)

Espíritu.

Heb. rúaj , "respiración", " tal como se traduce en el vers. 19. El principio de vida no pertenece al reino físico, al de la carne, pues es de Dios y vuelve a él (cap. 12: 7). En el vers. 27, rúaj se traduce como "espíritu"." Nótese que tanto los humanos como los animales son animados por un mismo rúaj . Luego, si el rúaj o "espíritu" o "hálito" humano se convierte en una entidad consciente e incorpórea después de la muerte, también debe suceder lo mismo con el rúaj de los irracionales. Pero en ninguna parte de la Biblia hay indicio alguno de que después de la muerte continúe viviendo un "espíritu" consciente e incorpóreo; ni tampoco hay ningún cristiano que atribuya esto a los animales. En el vers. 21, Salomón pregunta dubitativamente quién sabe quién puede probar lo que el rúaj humano ascienda y que el del animal descienda. Salomón desconoce un proceso tal y duda de que alguien lo sepa. Pero si no es así, que lo pruebe. Es importante distinguir entre el uso de rúaj para denotar el aliento literal (Job 9:18; 19:17) y su uso figurado para referirse al principio de la vida (Gén. 6:17; 7:22), como es en este caso. El uso figurado de rúaj para significar "vida" es similar al uso figurado de "sangre" (ver com. Gén. 4: 10; 9: 4).

22. Alegrarse en su trabajo.

Es decir, encontrar contentamiento y satisfacción en lo que le ofrece la vida. Esta es la perspectiva normal para la persona que no tiene una fe firmemente basada en las cosas eternas.

¿Quién lo llevará para que vea?

Lo que está más allá de la tumba escapa a los alcances del conocimiento de los seres humanos, quienes tampoco pueden hacer que un muerto salga de su sepulcro. Sólo Dios puede hacerlo (ver 1 Tes. 4: 14- 18). Hay cristianos que, a semejanza de los saduceos de la antigüedad, no tienen fe en la resurrección futura. Pero Dios es Dios de "vivos" " (Mat. 22: 23-32), y los "hijos de Dios" " (1 Juan 3: 1,2) vivirán de nuevo y eternamente. Jesucristo ha asegurado la vida eterna más allá de la tumba (1 Cor. 15: 16-22; 2 Tim. 1:10).

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