1. Edom.
En este pasaje Edom representa a los
enemigos de Dios y de su pueblo (ver com. cap. 34:5). Los edomitas eran
descendientes de Esaú (Gén. 25:30), hermano gemelo de Jacob (Gén. 25:24-26).
Habían adoptado una actitud de persistente hostilidad contra Israel (Gén. 27:41;
Núm. 20:14-21). Más tarde, durante el reinado de Acaz, en los días de Isaías,
los edomitas habían hecho una campaña militar contra Judá y "habían llevado
cautivos" (2 Crón. 28:17). En Amós 1:6-11 se acusa a Edom, junto con Gaza y
Tiro, de haber tratado cruelmente a los cautivos. En Isa. 63:1-6, el profeta
describe la victoria del Mesías sobre todos sus enemigos. Nótese el diálogo en
los vers. 1-3.
Rojos.
Así reza la LXX. El hebreo emplea la
palabra jamuts , de una raíz que significa "estar fermentado", "leudado", lo
cual suele interpretarse como que indica vestimentas de un color brillante.
Bosra.
Ciudad importante de Edom, situada a unos 38 km. al sur
del mar Muerto. Isaías ya había mencionado los "sacrificios en Bosra" (ver com.
cap. 34:5-6).
Para salvar.
Isaías indica la naturaleza doble de
la obra que el Mesías habría de realizar. Se revelaría en "la grandeza de su
poder" para destruir a sus enemigos, pero sería "grande para salvar" a sus
hijos.
2. Lagar.
Heb. gath . En la
antigüedad, se colocaban las uvas en el lagar, donde los hombres las pisoteaban
para exprimir el jugo. Las vestimentas de los que pisaban en el lagar se
manchaban con el jugo de la uva. Juan emplea la misma figura (Apoc. 14:19-20;
19:15).
3. Lagar.
Heb. purah .
Aunque esta palabra es un sinónimo de gath (ver com. vers. 2), se refiere más
específicamente a la batea del lagar.
Solo.
Cuando el Mesías
vino al mundo, sufrió solo su amarga agonía en el Getsemaní. Sus discípulos que
deberían haberlo consolado se habían dormido (Mat. 26:36-45). Su humanidad
rehuía los terribles episodios por los cuales estaba a punto de pasar.
Contemplando el destino inminente de un mundo condenado, aceptó "su bautismo de
sangre, a fin de que por medio de él los millones que perecen puedan obtener la
vida eterna" (DTG 642). En la cruz, rodeado de tinieblas sobrenaturales, se
sintió aun más solo (Mat. 27:46; DTG 702).
Los pisé con mi ira.
Con referencia a la ira divina, ver com. 2 Rey. 13:3. El Mesías se
habría alegrado de proporcionar salvación a todos, pero ellos rechazaron la
oferta divina y por ello escogieron la muerte (CS 40- 41).
4. El día.
Ver com. cap. 34:2-10;
35:4.
El año.
Compárese con cap. 34:8. El tiempo de la
destrucción de los impíos es cuando se efectuará la salvación de los justos.
5. No había quien ayudara.
"No
había auxiliador" (BJ). El rollo 1QIsb de los Manuscritos del Mar Muerto dice
"no había nombre".
Me maravillé.
De la raíz shamam , que en la
forma verbal que aparece aquí significa "quedar atónito". La misma palabra se
traduce como "estaba espantado" (Dan. 8:27). Esta expresión hace resaltar el
hecho de que la situación era desesperada. El Mesías advirtió la triste
situación en que se encontraba el hombre y decidió rescatarlo él mismo de su
angustioso estado.
Mi brazo.
Ver com. cap. 40:10; 51:9; 52:10.
Ira.
Heb. jemah , palabra empleada 81 veces en el AT para
describir la indignación divina. Con referencia a la ira de Dios, ver com. 2
Rey. 13:3.
6. Hollé.
Se representa
a los impíos con la figura de uvas que habían de ser pisoteadas en el lagar de
la ira de Dios.
Los embriagué.
Muchas veces se representa a las
naciones como si bebieran la copa de la ira que es derramada por el Señor (Job
21:20; Sal. 75:8; Isa. 51:17, 22; Jer. 25:15; Apoc. 14: 10).
7. Haré memoria.
A partir de este
versículo comienza una nueva sección que concluye con el fin del cap. 64. Es un
salmo de alabanza y acción de gracias. Sión recuerda la longanimidad y las
tiernas misericordias que Dios ha derramado sobre su pueblo, a pesar de la
ingratitud y de la rebelión de Israel. Este poema comienza afirmando la
determinación de pensar en la misericordia y la bondad de Dios y hacer saber sus
misericordias a otros (cf. Sal. 89).
8. Porque dijo.
Sin duda este pasaje se refiere a la
intervención divina para librar a Israel de la esclavitud en Egipto.
Mienten.
Heb. shaqar , "engañar", "actuar falsamente". Hoy nos
parece que sin duda Israel guardaría el pacto de Dios. Parece difícil comprender
que alguien hubiera sido tan necio como para quebrantar ese pacto, perdiendo así
las bendiciones prometidas. Compárese con Sof. 3:7, donde se expresa una 362
convicción similar en cuanto a la conducta de Israel, pero donde otra vez
aparece como un pueblo desobediente.
Salvador.
Heb. moshia' , de
la raíz yasha' , que significa "salvar". De esta misma raíz viene el nombre de
Jesús (ver com. Mat. 1: 21). Cristo fue el Salvador de su pueblo, tanto en los
tiempos del AT como en los del NT (PP 382). A pesar de las repetidas
transgresiones de Israel, Cristo intervino vez tras vez en su favor.
9. El fue angustiado.
Esta
traducción está basada en varios manuscritos hebreos y en la tradición
masorética. Sin embargo, la traducción literal es más bien "no fue adversario" .
Así como un padre amante y tierno sufre cuando sufren sus hijos, lo mismo ocurre
con Dios. El Señor vio la aflicción de su pueblo en Egipto (Exo. 3:16) y lo
salvó cuando clamó a él en su opresión. Hoy es nuestro gran sumo sacerdote que
puede compadecerse "de nuestras debilidades" (Heb. 4:15).
El ángel de su
faz.
Este era el ángel en quien moraba la presencia de Dios (Exo. 14:19,
24; 23: 20-23; 32: 34; 33: 14-15; Deut. 1: 32-33). Era Cristo mismo (PP 382).
Cristo estuvo siempre con su pueblo, guiándolo de día, protegiéndolo de noche, y
conduciéndolo a la tierra prometida, a pesar de toda la oposición del enemigo.
Cuando se erigió el tabernáculo, Cristo manifestó su presencia en la gloria que
se asentó sobre el propiciatorio, entre los querubines (Núm. 7: 89).
Los
trajo.
Mejor, "los levantó", pues el verbo hebreo natal , en la forma en
que aparece aquí, tiene ese sentido. Se representa a Cristo como un padre que
cuida tiernamente de sus amados hijos (Exo. 19: 4; Deut. 1: 31; 32: 11-12; 33:
27; Isa. 46: 4).
Los levantó.
Mejor, "los llevó" (BJ).
10. Mas ellos fueron rebeldes.
Se
hace notar en marcado contraste la deslealtad de Israel y la amante ternura y
fidelidad de Dios (cf. Sal. 106).
Hicieron enojar su santo espíritu.
El Espíritu Santo era conocido y actuaba en los tiempos del AT, así como
lo hizo en tiempos del NT Pablo amonestó a la iglesia para que no contristara al
Espíritu (Efe. 4: 30). En tiempos de Noé, Dios había dicho que su Espíritu no
contendería "con el hombre para siempre" (Gén. 6: 3). Las murmuraciones y las
quejas de Israel en el desierto no estaban dirigidas tanto contra Moisés como
contra Dios (Exo. 16: 8-9).
Se le volvió enemigo.
Es decir,
pareció ser su enemigo. En realidad, los castigos que sobrevinieron al pueblo
tenían un propósito misericordioso. Dios estaba procurando la salvación final
del individuo.
11. Pero se acordó.
No es del todo claro cuál es el sujeto tácito de esta oración. Algunos
piensan que se refiere a Dios, quien recuerda lo que ha hecho en lo pasado y se
propone repetir sus gloriosas hazañas. Otros piensan que es el pueblo quien
recuerda las glorias del pasado.
¿Dónde está?
Aquí se ve
claramente que es el pueblo el que habla. Si se sigue el rollo 1QIsª de los
Manuscritos del Mar Muerto y las versiones siríacas, también puede traducirse "
"¿Dónde está el que hizo subir del mar a los pastores de su rebaño?" " Algunas
versiones, entre ellas la LXX, emplean la palabra "pastor" en el singular,
refiriéndose sin duda a Moisés. Si se emplea el plural, habría que pensar en
Moisés, Aarón y otros dirigentes.
En medio de él.
Esto podría
referirse a Moisés, quien recibió un don espiritual especial (Núm. 12: 1-8), o
al pueblo (Neh. 9: 20).
12. La diestra.
La mano derecha era considerada como un símbolo de fuerza y de acción
(Sal. 20: 6).
Brazo de su gloria.
Compárese con los cap. 40: 10;
53: 1. Este era el brazo mediante el cual Dios había obrado tantas maravillas
para la liberación de su pueblo de Egipto (Exo. 6: 6; 15: 6, 12; Deut. 4: 34; 7:
8).
Dividió las aguas.
Se hace referencia aquí a la milagrosa
división de las aguas del mar Rojo (Exo. 14: 21; Sal. 106: 9).
Nombre
perpetuo.
La fama del nombre de Jehová se había divulgado en todo el
antiguo Cercano Oriente debido a sus obras maravillosas que acompañaron la
liberación del pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto (Jos. 2: 10; 2 Sam.
7: 23).
13. Por los abismos.
Es
decir, a través de las aguas del mar Rojo (Sal. 106: 9).
Como un
caballo.
En una zona que normalmente estaba cubierta de agua, los
hebreos pudieron caminar con la misma facilidad con que un caballo caminaría sin
tropezar por una amplia planicie.
14. Como a
una bestia.
Literalmente, "cual ganado" (BJ). Así como se lleva el
ganado a un valle tranquilo y fértil, donde puede hallar 363 buenos pastos y
descanso reparador después de un viaje largo y dificultoso, así también los
hijos de Israel después de 40 años de peregrinación fueron llevados a la tierra
de Canaán, su hogar prometido.
15. Mira
desde el cielo.
En esta plegaria se pide el socorro de Dios. En tiempos
antiguos, Dios había guiado y bendecido maravillosamente a su pueblo. ¿Acaso
ahora lo habría olvidado? El celo y el poder que en tiempos de antaño se habían
manifestado tan gloriosamente en favor de los hijos de Dios, ¿dónde estaban
ahora?
Tus entrañas.
Se consideraba que la sede de las emociones
y de la compasión estaba en las entrañas (Gén. 43:30; 1 Rey. 3:26; Isa. 16:11;
Jer. 4: 19; Lam. 1: 20).
16. Pero.
0. "porque" (BJ). Por cuanto Dios era el Padre de Israel, los israelitas
podían buscarlo en procura de ayuda y orientación. Podían basar su ruego en el
hecho de que Dios, como su Padre, sentiría cierta responsabilidad para con ellos
y que su corazón suspiraría por ellos. Abrahán, su padre terrenal, había muerto
y no estaba en condiciones de ayudarlos, pero Dios podía hacerlo.
Nuestro padre.
Compárese con 1 Crón. 29: 10; Isa. 64:8 donde
también se emplea la expresión "nuestro padre" para dirigirse a Dios. En cuanto
a la paternidad de Dios, ver Deut. 32:6; Jer. 3:4; Mal. 1:6; 2:10; 1 Cor. 8:6;
Gál. 4:4-6; Efe. 4:6.
Nuestro Redentor.
"Tu nombre es 'El que
nos rescata, desde siempre" " (BJ). Desde tiempos antiquísimos, Dios se había
dado a conocer a su pueblo como Aquel que rompía sus ataduras (Jer. 2:20) y los
redimía.
17. Nos has hecho errar.
Por la forma en que se expresan los autores de la Biblia, muchas veces
dan la impresión de que Dios hiciera lo que no impide que ocurra (ver com. 1
Sam. 16:14; 2 Crón. 18:18). Este pasaje podría entenderse así: " "¿Por qué nos
dejaste errar, Yahveh, fuera de tus caminos?" " (BJ). Puesto que Dios nunca
fuerza la voluntad, no impide que los hombres sigan el mal camino que han
escogido. En cierto sentido, los hombres en realidad no tienen permiso de Dios
para hacer lo malo, pero sí para hacer lo bueno (Deut. 30:19). Debido a que
tienen libre albedrío Dios no les impide que sigan el camino del mal si así
eligen. Difícilmente diríamos de nuestros hijos -si algunos de ellos llegan a
ser adultos y abandonan el camino recto- que tienen nuestro permiso para hacer
lo malo. Puesto que han llegado a la madurez, sencillamente no interferimos más
con su elección.
La frase del Padrenuestro que dice "no nos metas en
tentación" debe entenderse del mismo modo. Dios no tienta a los hombres a pecar
(Sant. 1: 13), pero permite la prueba sólo si es para nuestro bien (ver com.
Mat. 6:13). Esa frase equivale a decir: " "no nos dejes caer en tentación" "
(BJ).
Endureciste.
Ver com. Exo. 4:21.
Vuélvete.
Compárese con Sal. 80:14; 90:13.
18. Por poco tiempo.
A Abrahán se le hizo la promesa de que
la tierra de Canaán le sería dada a él y a su descendencia en heredad perpetua
(Gén. 13:14-15; 17:8). En comparación con la eternidad, el tiempo que
transcurrió desde Josué hasta Isaías resultaba "poco". Las promesas de Dios son
condicionales. Debido a su impiedad, los judíos perdieron las promesas que
habían sido hechas a Abrahán.
Han hollado tu santuario.
En el
tiempo de Isaías, los asirios habían saqueado la mayor parte de Palestina (cap.
36-38), aunque abandonaron el intento de conquistar a Judá. Un siglo más tarde
los babilonios, bajo el mando de Nabucodonosor, acabaron con la nación de Judá y
destruyeron la ciudad de Jerusalén juntamente con su templo y sus muros (2 Rey.
25:8-16). El templo todavía estaba en pie cuando Isaías pronunció estas
palabras. Sin embargo, él estaba proyectándose proféticamente al tiempo cuando
el templo ya no existiría (cap. 64: 11; ver t. I, pp. 31-32).
19. Hemos venido a ser.
El ruego de
los israelitas se funda en el hecho de que se habían hundido hasta el nivel de
los paganos, quienes nunca habían reconocido a Dios. ¿Es correcto esto? ¿Debe
Dios permitir que los hijos de Abrahán, que lo han reconocido como a su Padre
(vers. 16), estén en la misma condición de los que Dios nunca reconoció? La
confesión de Isaías a favor del pueblo (ver com. cap. 59:12- 13), llega aquí a
su profundidad más angustiosa. El pueblo se siente profundamente humillado
porque le parece que Dios lo ha rechazado, y ruega humildemente que no lo
deseche del todo. Este espíritu de completo desaliento y desesperación es el que
lo hace elevar la vista al cielo y pronunciar la plegaria con la cual comienza
el capítulo siguiente. Con referencia al marco de esta situación, ver com. cap.
40: 1.
CBA T4
CBA - Libro de Isaías capítulo 63
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