Capítulo 2 |
Bienvenido a casa!". Así me recibió el agente aduananero cuando regresé a Estados Unidos después de pasar mi tercer año de estudios en la Universidad Adventista de Francia, en Collonges.
Aunque la experiencia en el exterior había sido grata, me sorprendió un poco la agradable sensación que las palabras de recibimiento produjeron en mí. Ciertamente, no hay nada como estar en casa. Se dice que George Bernard dijo: "Una familia feliz no es más que la antesala del cielo".1
Alguien dijo que "tu hogar está allí donde está tu corazón", pero también sugiero que el hogar es donde crece la mente. Cuando pensamos en el lugar donde se lleva a cabo la educación, normalmente pensamos en las aulas, pero la principal institución educativa es el hogar. Según First Things First [Primero lo primero], una organización sin fines de lucro que se especializa en el desarrollo de relaciones saludables, el 90 % del cerebro físico de los niños se desarrolla a la edad de cinco años.2 El National Research Council informa que, si bien "antes se creia que los bebés carecían de la capacidad de formar ideas complejas", diversos estudios han demostrado que "los niños pequeños son agentes competentes y activos por su propia cuenta".3
Muchos de los que reconocen la importancia de la familia en la educación, apoyan el sistema de escolaridad en casa. Para el año 2016, aproximadamente 3,4 millones de adultos en los Estados Unidos adoptaron el sistema de escolaridad en casa durante al menos un año de su educación básica y media. Los que adoptaron este sistema fueron educados en el hogar por un promedio de siete años. Aproximadamente 2,3 millones de estudiantes reciben educación en el hogar hoy, lo que lleva el total a cerca de 5,7 millones de estadounidenses que han experimentado la educación en sus propios hogares.4 Elena de White dijo: "El sistema de educación establecido en el Edén tenía por centro la familia. Adán era 'hijo de Dios' (Luc. 3:38) y de su Padre recibieron instrucción los hijos del Altísimo; Su escuela era, en el más exacto sentido de la palabra, una escuela de familia".3
La familia crea el ambiente propicio para que la educación se desarrolle. Es en el ambiente de la familia que el niño copia los modelos de los padres. Sin embargo, algunos niños optan por desobedecer y transitar un camino que sus padres no desean para ellos. Y algunos padres pasan la vida analizando qué fue lo que hicieron mal, porque sus hijos no "resultaron" como esperaban. Adán y Eva tenian un hogar perfecto y aún así tomaron decisiones terribles. Se supone que Caín y Abel igualmente tuvieron un buen hogar, pero cuando los dos hermanos se enfrentaron con la oportunidad de honrar a Dios, sus respuestás fueron drásticamente distintas.
¿Cómo podemos entender las diferentes respuestas a la vida? Dios le dio libre albedrío a cada ser humano, y Adán, Eva y Caín demostraron que su voluntad no estaba alineada con Dios. Se podría decir que, si bien Dios proporcionó la educación adecuada, ellos ejercieron el libre albedrío y siguieron el consejo de Satanás.
La Biblia cuenta la historia de una familia disfuncional, en la que la pareja no tuvo hijos durante un tiempo, pero luego tuvieron gemelos. Estos gemelos no eran para nada idénticos. Uno era el niño de papá y el otro el niño de mamá. Al niño de papá le encantaba jugar afuera. Era un niño callejero y se la pasaba sucio la mayor parte del tiempo. Cuando arrastraba el lodo hasta adentro de la casa, su madre se quejaba: "¿No puedes limpiarte los pies cuando entras a la casa? ¡Ve a lavarte las manos! ¿Por qué no puedes ser más como tu hermano?".
El niño de mamá, por el contrario, rara vez arrastraba barro hasta la casa. Era amable y considerado, sensible a las necesidades de su madre. Papi no se llevaba tan bien con él. A papá le gustaba pescar y cazar, pero este niño no quería lastimar a los peces ni matar a los animales.
Extrañaba a su mamá cuando estaba lejos de ella durante unos días.
Esta situación en la que la madre apoyaba a un hijo y el padre apoyaba al otro creó una intensa rivalidad entre hermanos. La situación llegó a tal extremo, que uno de los hermanos se escapó de casa por miedo a que el otro lo matara. Jacob y Esaú eran niños con problemas en una familia disfuncional. Ninguno de los hermanos tenía la aprobación de ambos padres.
Durante toda nuestra vida, buscamos aprobación, desde que tenemos dos años y nos lanzamos por el tobogán buscando la aprobación de nuestra madre o en la escuela primaria jugando fútbol y buscando la aprobación de nuestros compañeros. La búsqueda de la aprobación de los demás -de nuestros maestros, de nuestro cónyuge, etcétera- es algo que viene integrado en nuestra mente.
Te invito a recordar esos tiempos en que ibas a la escuela. ¿Qué maestros ejercieron mayor influencia sobre ti, los que tenían más conocimientos o los que se conectaron contigo al mostrar interés en ti como persona? Lo que es válido con los maestros en la escuela también es válido para los padres en el hogar. Expresar tu aprecio por los jóvenes construye una relación con ellos que permite al adulto ser una influencia en su vida.
Ryan era uno de esos alumnos incorregibles que creció en un hogar abusivo. En cuarto grado, su comportamiento era tan desafiante, que fue asignado a una clase para jóvenes con problemas de conducta. El primer día de clases, le arrojó su pupitre a la profesora. Sin embargo, en lugar de echarlo de la clase, ella le preguntó: "¿Está todo bien en tu casa? ¿Por qué te sientes tan molesto?". Elizabeth Hughes era una maestra muy perspicaz, que sabía que, aunque su comportamiento en ese momento estaba dirigido hacia ella, tenía su origen en un hogar disfuncional.
En otra ocasión, Ryan amenazó a su familia con un cuchillo. La policía vino y lo pusieron en detención juvenil. Mientras estuvo allí, el único contacto de apoyo con el mundo exterior provino de la Sra. Hughes, que lo llamó y le dijo: "No dejes que esto te defina. Puedes ser mejor que esto".6 La trabajadora social que le asignaron también le mostró amor a pesar de los insultos de él. Hoy, Ryan Spee-do Green es una estrella de la ópera de fama mundial. Él atribuye su éxito a dos personas: a su maestra y a la trabajadora social, que mostraron amor y aceptación a un niño enojado y vieron potencial en lugar de un problema.
Cuando Isaac, el padre de Jacob y Esaú, "envejeció y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú, su hijo mayor", pero el que se presentó fue Jacob. Sin poder reconocerlo, le dijo: "Hazme un guisado como a mí me gusta; tráemelo y comeré, para que yo te bendiga antes que muera" (Gén. 27:1-4).
¿Qué representaba esta bendición? En el período patriarcal, la bendición de un padre moribundo se transmitía a su heredero. A través de ella le transmitía poder para salud, prosperidad, la victoria en las batallas y la sabiduría. Estas bendiciones, una vez invocadas, no se podían revocar. Era como aparecer en un testamento que no se podía impugnar.
La importancia de esta bendición se evidencia en la reacción de Esaú cuando se dio cuenta de que no la había recibido de Isaac:" '¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? ¡Bendíceme también a mí, padre mío!'. Y alzó Esaú la voz, y lloró" (Gén. 27:38).
CÓMO SUPERAR LA DISFUNCIONALIDAD
Vivimos en familias y, por tal motivo, buscamos la bendición y la aprobación de nuestra familia. Es posible sobreponerse de las consecuencias de una familia disfuncional, como lo hizo Ryan Green, a través del apoyo y la aprobación de otras personas importantes en nuestra vida. No se trata solo de que los estudiantes universitarios llamen a casa por dinero, lo que sugiere que forman parte de una familia. Emocionalmente, todos vivimos en armonía con nuestra familia o reaccionando contra ella.
Elena de White le envió una carta a un padre que de forma egoísta no expresaba aprobación hacia su familia. "El Hno. B. no tiene un temperamento que alegre a su familia. En esto conviene que empiece a obrar. Se asemeja más a una nube que a un rayo de luz. Es demasiado egoísta para dirigir palabras de aprobación a los miembros de su familia, especialmente a la persona que más debiera ser objeto de su amor y tierno respeto. Es malhumorado, intolerante y autoritario. Con frecuencia pronuncia palabras mordaces cuyas heridas no trata de curar suavizando su ánimo, reconociendo sus defectos y confesando su mal proceder".5
Revisa la relación con tu hogar y tu familia; no solo con aquellos que viven bajo tu techo, sino también con tus parientes, independientemente de donde vivan. ¿Cómo podrías ayudar a que haya relaciones más sanas en tu familia? ¿Quizás por medio de palabras de aliento, expresiones de apoyo o muestras de amor? Nadie es un ser aislado. Todos estamos muy conectados con nuestra familia y somos un producto emocional de esas relaciones familiares.
"El Señor es lento para enojarse y está lleno de amor inagotable y perdona toda clase de pecado y rebelión; pero no absuelve al culpable. Él extiende los pecados de los padres sobre sus hijos; toda la familia se ve afectada, hasta los hijos de la tercera y la cuarta generación" (Núm. 14:18, NTV). La transferencia de los pecados de los padres sobre sus hijos no es un castigo vengativo de un Dios enojado, sino una simple declaración de cómo funciona la vida.
Si el problema es la madre como tal, el hijo podría tomar la decisión de casarse para salir de la casa, y así resolvería el problema. Pero sabemos que eso no funciona. Si el problema es el padre, entonces mudarse y conseguir un trabajo por su cuenta resolvería el problema. Pero sabemos que eso no funciona. Si el problema es el hijo, cuando este se mude el hogar, recobrará su dulzura y su luz. Pero sabemos que eso realmente no resuelve nada.
Tratar de resolver los problemas alejándose físicamente no funciona porque no aborda la raíz del problema. Ningún padre es perfecto. Ningún hijo es perfecto. Solo hay Uno que es perfecto y, cuando encontramos nuestra identidad en él, cuando recibimos su gracia y aceptación, nos libera para poder ser aquello para lo que fuimos creados: vasos de gracia para todos los que nos rodean. Encontrar nuestra identidad en Dios nos libera para desarrollarnos hacia su ideal en lugar de seguir un camino trazado por otros que pueden no tener los mejores intereses en el corazón, sino que buscan usarnos para solucionar sus propias crisis de identidad. Encontrar nuestra identidad en Dios nos ayuda a no depender de ninguna disfunción de nuestra familia humana en relación con nuestro sentido de identidad.
Una vieja canción popular estadounidense llamada "Huesos secos", inspira su letra en Ezequiel 37, cuando el profeta sale y mira el valle de los huesos.
Ezequiel conectó los huesos secos [...]
Ahora escucha la palabra del Señor.
Bueno, el hueso del dedo de tu pie conectado al
hueso del pie Tu hueso del pie conectado a tu hueso del talón Tu hueso del talón conectado al hueso de la pierna.6
La palabra en esta canción que se relaciona con el mensaje de la historia de Jacob y Esaú es "conectó". Jacob y Esaú estaban conectados, incluso cuando estaban separados. Todos estamos conectados con nuestra familia, independientemente de que tengamos una familia funcional o disfuncional, y recibimos gran parte de nuestra educación a través de ella. Jesús "vino para restaurar, elevar, purificar y ennoblecer cada corriente de puro afecto, para que la familia de la tierra pudiera convertirse en un símbolo de la familia celestial".7 Vivir una vida plena implica lidiar con nuestros vínculos familiares y aprender el hecho de que el amor perfecto, la aceptación y la aprobación provienen solo de la gracia insondable de Dios.
George Bernard Shaw dijo alguna vez: "La vida, para mí, no es una vela que se apaga. Es más bien una espléndida antorcha que sostengo en mis manos durante un momento, y quiero que arda con la máxima claridad posible antes de entregarla a las futuras generaciones".8
No tenemos que estar en nuestro lecho de muerte, como Jacob, para pasar la antorcha o la bendición. Tal vez es hora de que descubramos formas de aceptarnos y apoyarnos mutuamente en familia para que todos en ella puedan aprender sobre el Dios de amor. "Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones" (i Juan 3:18, NTV).
Podemos pasar la antorcha en nuestro hogar a través de la aprobación y aceptación de nuestros hijos. Pasamos la promesa del pacto de la gracia, que es la misma gracia que nosotros hemos recibido. Aprobamos el pacto al aceptar, aprobar y bendecir a nuestros hijos.
En una de las fábulas de Esopo, una madre cangrejo que hablaba con su hijo, le preguntó: "¿Por qué caminas así de lado, hijo mío? ¡Deberías caminar derecho!". El cangrejo joven respondió: "Muéstrame cómo, querida madre, y seguiré tu ejemplo".
Había una vez, en el bosque Fenton, una ardillita llamada Corretón, que era hijo de la ardilla Corretona. Como típica ardilla que era, Corretón era muy curioso y siempre estaba buscando lugares para explorar. Pero su curiosidad a menudo lo metía en problemas. Una vez, trepó hasta el nido de Carlota la gaviota, alterando sus huevos. En otra ocasión, casi pierde la vida cuando su exploración lo llevó directamente al foso de Freddy el zorro. Pero Corretón era una pequeña ardilla intrépida y no se desanimó por estas experiencias, así que continuó explorando nuevos territorios y frecuentemente metiéndose en problemas.
Un día, Corretón desapareció. Bueno, no solo desapareció, sino que en una de sus excursiones, no regresó a casa. Su familia estaba preocupada y comenzó a buscarlo, sin éxito. Preguntaron por todo el bosque, pero nadie sabía nada. De hecho, Freddy el zorro dijo: "Bueno, se lo merece por ser tan problemático". Y Carlota la gaviota incluso dijo que pensaba que el bosque estaría mejor sin él.
La familia de Corretón lo denunció como desaparecido en la Oficina de Desaparecidos del Bosque Fenton, pero nadie mostró demasiada preocupación. Cuando Conejín se enteró de que Corretón se había perdido, dijo: "Bueno, sabía que algún día tendría problemas serios". El oso Mañoso dijo: "Yo lo vi crecer aquí en el bosque, y siempre me pareció que no era muy bueno". Algunos no fueron lo suficientemente valientes como para decírselo en la cara a la familia, pero pensaron: ¿Será que ellos piensan que nosotros los del bosque tenemos que hacer el trabajo de ellos de preocuparnos por sus hijos?
Pero la familia de Corretón lo amaba y decidieron encontrarlo, independientemente de lo que él fuera. Organizaron una comisión de búsqueda y cubrieron sistemáticamente el bosque de un extremo al otro. Finalmente, descubrieron a Corretón perdido, hambriento y con frío. Lo trajeron a casa, lo alimentaron y lo calentaron. Hubo regocijo en su familia. Corretón estaba contento de haber regresado y dijo que había aprendido la lección de no alejarse.
Entonces, el viejo Búho sabio añadió: "En la Familia, nadie se olvida".
1 "George Bernard Shaw Quotes", BrainyQuote, disponible en: https:// www.brainyquote.com/quotes/george_bernard_shawJ18101
2 "Bra¡n Development", First Things First, consultada el 22 de enero de 2020, https://www.firstthingsfirst.org/early-childhood-matters/ brain-development/
3 National Research Council, How People Learn: Brain, Mind, Expe-rlence, and School (Washington, D. C.: The National Academies Press, 2000).
4 Brian D. Ray, "Research Facts on Homeschooling", NHERI, 27 de noviembre de 2019, disponible en: https://www.nherl.org/ research-facts-on-homeschooling/
5 Elena de White, El hogar Cristiano, p. 192.
6 James Weldon Johnson, "Dry Bones", según la versión grabada por los Delta Rhythm Boys en 1946.
7 Elena de White, A ñn de conocerle, p. 41.
8 "George Bernard Shaw", GoodReads, disponible en: https://www. goodreads.com/quotes/41166-life-is-no-brief-candle-to-me-it-is-a
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