1. Palabra.
Ver com. cap. 1: 1.
2. Escríbete en un libro.
Se ordenó
al profeta que escribiera lo que le había sido revelado en cuanto a la
restauración de Israel. Esto se encuentra registrado en los cap. 30 y 31. El
profeta registró estas promesas de futura restauración, inmediatamente después
del intercambio de cartas del cap. 29 (ver EGW, Material Suplementario com. cap.
25; 27-29; 30; 31).
3. Haré volver.
La promesa divina del cap. 29: 10-14 se amplía ahora para incluir no
sólo el renio del sur, a Judá, sino también el reino del norte, Israel. La
simpatía del profeta no sólo acompañaba a los cautivos en Babilonia, sino
también los que se encuentran en Asiria y en las ciudades de los medos (2 Rey.
17: 5-6).
5. Voz de temblor.
La LXX
traduce, "voz de temor". Dios presenta al profeta a los israelitas sumidos en
una situación sumamente angustiosa (Lam. 2: 18-22). Estas palabras se cumplirán
de nuevo en el tiempo de angustia "que habrá de soportar el pueblo de Dios
inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo" (ver PP 199).
No de
paz.
Ver com. cap. 6: 14.
6. El
varón da a luz.
Es imposible describir en forma más gráfica los
terribles sufrimientos de los hombres (cf. cap. 4: 31; 6: 24; 13: 21).
7. ¡Cuán grande es aquel día!
En
primer lugar, el profeta contempla aquí la angustia que pronto traerían sobre
Jerusalén y sobre Judea los babilonios bajo el mando de Nabucodonosor, el gran
conquistador (2 Rey. 25; 2 Crón. 36: 17-21). Cuando se aplica al tiempo del fin,
"aquel día" se refiere al gran día del Señor y al fin de la historia del mundo
actual. La destrucción de Jerusalén, tanto por los babilonios como por los
romanos "no fue más que un pálido reflejo" (CS 40) de lo que será el
acontecimiento del fin del mundo (ver com. Jer. 30: 5; Joel 1: 15).
Tiempo de angustia para Jacob.
La LXX traduce: "tiempo de
angustia es para Jacob". Jeremías ilustra la intensidad de la experiencia por la
cual Israel habría de pasar (ver com. vers. 6), comparándola con el caso de
Jacob cuando luchó con el ángel (ver com. Gén. 32: 24-26). Jacob estaba
amenazado por un hermano airado que estaba dispuesto a matar a fin de vengarse
por agravios pasados. Pero Jacob se preparó para la crisis: se detuvo y paso la
noche en oración, Su gran anhelo era tener todo en orden delante de Dios. Jacob
había procurado reparar, hasta donde le había sido posible, todos los males que
había cometido. Debido a su persistencia y a su fe, antes de que pasara esa
noche Jacob recibió la seguridad de que Dios lo había bendecido. Previendo lo
que experimentarían los hijos de Jacob, Jeremías muestra que durante la invasión
babilónico (ver com. Jer. 34: 7) pasarían por una agonía similar a la de su
antepasado. Pero junto con la predicción de esa terrible "angustia", el profeta
dio a cada alma fiel la seguridad de que "de ella" sería librada.
El
Israel espiritual habrá de experimentar este mismo intenso escudriñamiento del
alma después del fin del tiempo de gracia, precisamente antes de la segunda
venida del Señor. Sólo los que hayan confesado todo pecado conocido podrán salir
victoriosos de ese tiempo de agonía espiritual que se conoce como "tiempo de
angustia para Jacob" (ver CS 673-681).
8. Quebraré su yugo.
Se refiere en primer lugar al yugo de
los babilonios, el cual fue quebrantado cuando, por orden de Ciro, los
desterrados pudieron regresar a su tierra (2 Crón. 36: 22-23; Esd. 1: 1-4).
10. No temas.
Esta segura y
consoladora promesa se repite (cap. 46: 27-28; cf. Isa. 41: 8-16; 43: 5-7).
Jacob.
Aquí se emplea este nombre como sinónimo de Israel (Gén.
32: 27-28) para representar al pueblo de Dios.
Te salvo de lejos.
El contexto indica que esto se refiere en primer lugar, al retorno de
los desterrados por causa del cautiverio babilónico.
Vivirá tranquilo.
Las promesas de prosperidad futura estaban condicionadas por la
obediencia (ver PP. 33-34).
11. Te
castigaré con justicia.
Aquí Dios proporciona a su pueblo la certeza de
que, a pesar de que por su transgresión ha debido castigarlo, lo restaurará
cuando haya aprendido la lección de la obediencia. Dios, por causa de su amor,
no destruirá a los suyos como destruiría a los paganos opresores de su pueblo.
12. Incurable es tu quebrantamiento.
La razón por la cual Dios no se atrevía a dejar a Judá "sin castigo"
(vers. 11), era que para entonces el pueblo estaba demasiado sumido en el
pecado. En los vers. 12-15 se describe la lamentable situación de Judá. Desde el
punto de vista humano, no había más esperanza; sin embargo, Dios prometía sanar
sus heridas (vers. 17).
13. No hay quien
juzgue tu causa.
Judá había sido abandonada por sus amantes (ver com.
vers. 14), y ahora se encontraba sola, pues se había apartado de su Dios.
No hay para ti medicamentos eficaces.
La traducción literal del
hebreo es: "para úlcera curaciones saneamiento no hay para ti". La BJ dice:
"Para una herida hay cura, para ti no hay remedio" . Esta traducción es similar
a la de la LXX. En este pasaje se repite la verdad del vers. 12 (Isa. 1: 5-6;
Ose. 5: 13). De nuevo Dios exhorta a su pueblo pecador a que busque la salvación
de su alma mediante su Señor, quien es el único bálsamo de Galaad para las
heridas del pecado (ver com. Jer. 8: 22).
14. Todos tus enamorados.
Los aliados (ver com. cap. 22:
20) comprenden ahora que la situación de Judá es desesperada frente a la
oposición babilónico.
15. ¿Por qué gritas?
Una gráfica descripción de la situación lamentable de Judá, que está
enferma y herida (cf. Lam. 1).
Incurable.
Ver com. vers. 12-13.
16. Los que te consumen.
A pesar de
que Dios había empleado a los babilonios como instrumento suyo para castigar a
su pueblo debido a la apostasía, los caldeos mismos no escaparían a la
retribución divina por causa de su propia iniquidad (ver com. cap. 25: 12).
17. Yo haré venir sanidad.
Aunque
los antiguos aliados de Judá se burlaran de ella por sus desgracias y la
consideraran como proscrita (ver com. vers. 13-14), Dios no olvidaría a su
nación escogida. Con amor sanaría sus "heridas" (ver Ose. 6: 1).
18. Yo haré volver los cautivos.
En
los vers. 18-21 se describe la prosperidad que podría haber disfrutado Israel si
el pueblo hubiera aceptado su destino divino y hubiera cumplido lealmente la
misión que el cielo le había encomendado (ver PP. 33-34). Para la iglesia de
Dios (ver PP. 37-38), estos versículos predicen que finalmente será liberada de
este mundo impío (ver PR 395).
19. Los
multiplicaré.
El profeta contempla la difusión del conocimiento del
verdadero Dios y la congregación de los conversos de todas partes del mundo (ver
PP. 31-32).
21. Su príncipe.
La voz
hebrea aquí significa "poderoso", "espléndido". En Sal. 8: 1 esta palabra se
traduce "glorioso".
22. Me seréis por
pueblo.
Dios deseaba que en Judá se cumpliera plenamente todo lo
implicado en esta frase, pero su pueblo escogido no vivió a la altura de sus
privilegios. Ahora la promesa pertenece a la iglesia cristiana (Heb. 8: 10).
Esta relación se manifestará plenamente en la tierra nueva (Apoc. 21: 3).
23. Tempestad.
Imagen descriptiva
del castigo de Dios sobre los pecadores impenitentes (cap. 23: 19-20; 25: 32-
33).
24. No se calmará.
La
liberación del pueblo de Dios sería acompañada por la caída del Imperio de
Babilonia, el cual había tenido cautivo a Israel (cap. 25: 12, 26), y finalmente
por el castigo de los impíos de todas las naciones (cap. 25: 31-33). Dios
anuncia su propósito de cumplir esto completamente.
En el fin de los
días.
Es decir, cuando se cumpliera la predicción y después de su
cumplimiento. En ese momento el futuro parecía oscuro, pues delante estaban la
invasión y la deportación. El cumplimiento de las gloriosas promesas parecía
casi increíble, pero el futuro confirmaría los misericordiosos propósitos de
Dios.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 30
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