1. Hijo de hombre.
Heb. ben-'adam . Esta es la
frase con la que habitualmente Dios se dirige a Ezequiel. Aparece 93 veces en
este libro. Daniel es el único profeta a quien también se le aplica este nombre,
pero esa expresión aparece sólo una vez en su libro. En hebreo hay varias
palabras que se traducen como "hombre": (1) 'ish , que se refiere al hombre como
varón o esposo; (2) 'enosh , que es un término poético que rara vez se emplea en
singular, es más bien un término colectivo que abarca a todo el género humano.
Parece referirse a la debilidad, la fragilidad y la mortalidad del hombre Jesús,
quien tomó sobre sí mismo no la naturaleza de los ángeles, sino la de la raza
humana después de que cuatro mil años de pecado dejaran sus huellas de
degeneración, recibe el nombre profético de " "Hijo de enash " " (Dan. 7: 13;
'enash es la forma aramea de 'enosh ); (3) 'adam , que describe al hombre en un
sentido genérico. Dios dijo: " "Hagamos al 'adam a nuestra imagen" " (Gén. 1:
26). En muchos casos la frase "ser humano" corresponde adecuadamente a la
palabra 'adam ; (4) géber , que describe al hombre en su vigor juvenil.
El que se lo llame 'hijo de hombre" ( ben'adam ) le recuerda a Ezequiel
que es miembro de la raza humana. Dios se proponía emplear instrumentos humanos
para transmitir su mensaje de salvación a las almas que estaban por perecer.
Podría haber empleado otros medios. Podría haber constituido a sus ángeles en
embajadores. Una voz audible desde el cielo podría haber proclamado el
Evangelio. Pero Dios deseaba que el hombre fuera participante en los goces de un
ministerio abnegado en favor de otros, por lo que le encomendó "la palabra de la
reconciliación" (2 Cor. 5: 19). Ningún "hijo de hombre" puede eludir esta
responsabilidad. Se ganan o se pierden almas de acuerdo con la forma en que el
hombre reaccione ante ella. Por eso la denominación "hijo de hombre" equivale a
un llamamiento al ministerio personal o público con ardiente celo en favor de
sus prójimos.
Ponte sobre tus pies.
La visión de la gloria de
Dios había dejado postrado a Ezequiel. Después de una manifestación similar del
poder de Dios, Daniel declaró: " "No quedó fuerza en mí, antes mi fuerza se
cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno" " (Dan. 10: 8). Al ser
llamados al servicio divino, estos profetas en primer lugar fueron inducidos a
que sintieran su propia debilidad. Después llegó el poder divino que los activó,
611 devolviéndoles la fuerza física y capacitándolos para recibir la
comunicación celestial.
2. Entró el
Espíritu en mí.
La profecía es uno de los dones del Espíritu (1 Cor. 12:
28). El llamamiento a ejercer el cargo de profeta no depende de una elección
personal, sino de una designación divina (Núm. 12: 6; 1 Cor. 12: 28). La
recepción del Espíritu Santo, que imparte el don profético, es la evidencia del
llamamiento genuino. Cualquier pretensión de haber recibido este don sin ese
prerrequisito necesario, será falsa. Cuando Ezequiel fue llamado, el Espíritu
entró en él provocándole un estado que en lenguaje profético se llama estar "en
el Espíritu" (Apoc. 1: 10; 4: 2). Mientras el profeta está "en el Espíritu",
puede parecerle que realiza viajes por lugares distantes a pesar de que no dé
siquiera un paso. Al describir su visión del tercer cielo, Pablo admitió que no
podía distinguir su visión de la realidad. " "Si en el cuerpo, no lo sé; si
fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe" " (2 Cor. 12: 2).
3. Hijos de Israel.
Aquí comienza
la comisión de Ezequiel. Esencialmente su mensaje era para los exiliados de
Judá, pero su alcance más amplio también comprendía las diez tribus que más de
un siglo antes habían sido llevadas al cautiverio por los asirios. Las
cambiantes vicisitudes de las naciones le habían adjudicado a Babilonia y a
Media los territorios de Asiria, de modo que cuando el cautiverio babilónico
absorbió al remanente de Judá, en cierto sentido las 12 tribus fueron reunidas,
todas bajo un yugo extranjero (Jer. 50: 17-18, 33).
Gentes rebeldes.
La palabra que se traduce como "gentes" es la que se emplea
habitualmente para designar a los paganos. Por haberse apartado obstinadamente
de Dios, los israelitas, que debían haber sido un reino de sacerdotes (ver Exo.
19: 6), se habían degradado tanto que ahora son llamados despectivamente
"paganos"; y se le añade el adjetivo "rebelde". Al profeta se le recuerda que la
apostasía de Israel data de mucho tiempo.
4. De duro rostro.
Es decir, "obstinados", "tercos". La
frase "de empedernido corazón" subraya esta idea. El Señor estaba pintando un
horrendo cuadro de la depravación de Israel. No era un cuadro que exageraba la
realidad, como pronto habría de descubrir el profeta.
Así ha dicho
Jehová el Señor.
La tarea que se le encarga a Ezequiel es la comisión
divina que se le encomienda a cada maestro de la Palabra, a cada expositor de la
sagrada verdad. La Palabra de Dios no debe ser mezclada con opiniones humanas.
Las teorías privadas son falibles. En lo que atañe a los asuntos divinos, sólo
pueden saberse con exactitud las cosas que Dios ha revelado. Todo lo demás es
mera opinión humana. Cuando sopla todo viento de doctrina y se disemina todo
tipo de interpretación, los hombres necesitan tener la seguridad de un mensaje
respaldado por un "Así ha dicho Jehová". Tal declaración es la voz de la
autoridad. Ezequiel necesitaba esta garantía, pues la ruina de Judá era
inminente. Su mensaje ostentaba las credenciales de la más excelsa autoridad.
5. Si no escucharen.
No escuchar
equivale a no hacer caso, a desobedecer. Comparar con la misma expresión en el
vers. 7; cap. 3: 11; cf. cap. 3: 27. No debe atribuirse a un acto de
predestinación el que alguien no haga caso. El plan divino para la salvación
comprende a todos: " "La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos
los hombres" " (Tito 2: 11); Dios no quiere "que ninguno perezca" (2 Ped. 3: 9).
A todos se les concede una oportunidad adecuada para la salvación. Jesús es la
luz que "alumbra a todo hombre" (Juan 1: 9). Para inducir a las personas a
aceptar la redención ofrecida, deben usarse todas las influencias posibles, en
consonancia con el libre albedrío y las decisiones referentes al gran conflicto.
Pero al hombre le toca decidir si ha de escuchar o no. Los desobedientes no
tienen excusa. De cada alma que finalmente se pierda Dios podrá decir: " "¿Qué
más se podía hacer. . . que yo no haya hecho?" " (Isa. 5: 4). Los hombres se
destruyen a sí mismos cuando rechazan aceptar la salvación de Cristo (1 JT 160).
Como acontecimiento culminante del gran conflicto, será revelada la historia del
mundo en visión panorámica para mostrar a cada alma su relación con las
decisiones vitales del gran conflicto. Como resultado de esto, todos admitirán
la justicia de Dios y cuán adecuada fue la gracia ofrecida (Rom. 14: 10-11;
Apoc. 15: 3; cf. CS 724-729).
Conocerán.
La evidencia máxima de
que el profeta es portador de las credenciales divinas es el cumplimiento de su
palabra. Además, mientras el profeta pronuncia su mensaje, el Espíritu Santo da
testimonio a los corazones endurecidos de que el enviado de Dios presenta un
mensaje celestial. El Espíritu 612 Santo deseaba convencer a los cautivos
rebeldes de que su conducta de obstinada impiedad era injustificada. A pesar de
que pudieran burlarse abiertamente del mensajero divino, por debajo de esa burla
estaría el arraigado temor de que la voz que estaban despreciando era en verdad
la voz de Dios. Los mensajes de Ezequiel habrían de ser "olor de muerte para
muerte" o "de vida para vida" (2 Cor. 2: 16).
6. No les temas.
Ezequiel sufriría la oposición de
gobernantes, de sacerdotes y de falsos profetas. Se burlarían de él, lo
calumniarían, lo acusarían y lo amenazarían, pero en todo eso no debía ceder
ante los intentos de intimidarlo o ante los temores que lo descorazonaban y
acosaban por todos lados.
Zarzas.
Esta metáfora representa la
oposición que el profeta hallaría entre aquellos a quienes se lo enviaba.
7. Escuchen o dejen de escuchar.
Ver com. vers. 5.
8. No seas
rebelde.
Existía el peligro de que frente a una perspectiva tan
terrible, Ezequiel rehuyera su responsabilidad. Si se atemorizaba se
identificaría con la misma rebelión que debía reprender. Existía el peligro de
que sufriera la influencia de un ambiente saturado de apostasía y que perdiera
la noción de la gravedad del pecado. Hay un veneno sutil en la atmósfera de una
sociedad impía. Es difícil que una persona tenga fe cuando está entre quienes no
tienen fe, sobre todo cuando fingen tener las mismas esperanzas y aspiraciones
que él alberga. Por esta razón el mayor peligro de la iglesia emana de adentro y
no de afuera. Si los que son llamados a ser dirigentes son ellos mismos
"rebeldes", así como la "casa rebelde", ¿qué puede esperarse sino un difundido
alejamiento de Dios? La historia de la apostasía de Israel revela el terrible
resultado de lo que ocurre cuando los hombres miran a los hombres y confían en
impíos dirigentes humanos.
Come lo que yo te doy.
Esta es una
profecía simbólica. El profeta comió el rollo en visión; pero no en la realidad
(ver com. vers. 2). Esta figura está llena de significado espiritual. A fin de
impartir a sus prójimos, el maestro debe recibir primero el mensaje de Dios. En
segundo lugar, así como el alimento físico recibido en el cuerpo se convierte en
carne, sangre y huesos, así también el mensaje debe ser asimilado para llegar a
ser parte del mensajero. El maestro no puede hacerse idóneo para el servicio
mediante un conocimiento superficial e incierto de su mensaje. El mensaje debe
entrar en lo más íntimo naturaleza su naturales debe penetrar su ser, debe
participar de todas las funciones de su vida espiritual. Debe llegar a ser una
parte integral de su pensamiento y de su vida.
9. Una mano extendida.
Posiblemente la mano fuera la de
uno de los cuatro seres vivientes. Representaba los instrumentos intermediarios
por los cuales Dios imparte revelaciones a sus siervos los profetas (Apoc. 1:
1). Los mensajes mismos tienen su origen en Dios. Por lo tanto, el profeta puede
afirmar con convicción: "Esta es la palabra de Jehová".
10. Escrito por delante y por detrás.
En la antigüedad, los
libros se escribían en cuero o en hojas de papiro que se unían con una costura,
a fin de formar largas fajas que luego eran enrolladas. Por lo general se
escribían sólo de un lado. El rollo que se le entregó a Ezequiel estaba escrito
por los dos lados, sin duda para indicar que había mucho tema para escribir. El
mensaje no era ningún evangelio de paz tal como el que los ángeles anunciaron a
los pastores de Belén cuando Cristo nuestro Salvador nació (Luc. 2: 13-14). Su
mensaje era "nuevas de gran gozo" " (Luc. 2: 10); pero ésta era una profecía de
"endechas y lamentaciones y ayes". Sin embargo, la revelación de la amenazante
calamidad fue el medio empleado por Dios para despertar a los corazones
endurecidos por el pecado a fin de que él pudiera sanarlos con el bálsamo del
Evangelio. En el transcurso de su obra, Ezequiel muchas veces tuvo el privilegio
de atenuar sus discursos de reproche con exhortaciones de misericordia.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
Lunes 10 de junio | Lección 11 LA CRISIS VENIDERA La profecía de la marca de la bestia en Apocalipsis 13 nos habla de la peor etapa, la más feroz, de la guerra de Satanás contra Dios. Desde que Jesús murió en la Cruz, el enemigo sabe que ha sido derrotado, pero se ha resuelto a hundir junto con él a la mayor cantidad posible de personas. Su primera estrategia en esta campaña es el engaño. Cuando el engaño no funciona, recurre a la fuerza. En última instancia, él está detrás del decreto de que cualquiera que se niegue a adorar a la bestia o a recibir su marca será condenado a muerte. La persecución religiosa, por supuesto, no es nueva. Ha existido desde que Caín mató a Abel por obedecer el mandato de Dios. Jesús dijo que sucedería incluso entre los creyentes. Lee Juan 16:2; Mateo 10:22; 2 Timoteo 3:12; y 1 Pedro 4:12. ¿Qué experimentó la iglesia del Nuevo Testamento y cómo se aplica esto a la iglesia de Cristo del tiempo del fin? Jua 16:2 Los expulsarán de las sinagogas; y hasta vien
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