1. Palabra de Jehová.
Esta frase indica el
comienzo de una nueva revelación, sin duda después de un intervalo de silencio
entre esta revelación y la anterior. Sin embargo, la profecía 625 está
estrechamente relacionada con la explicación del simbolismo del cap. 5. El
intervalo no puede haber sido largo; el cap. 8 está ubicado en el 6.º mes del
6.º año, poco más de un año después del comienzo de las visiones de Ezequiel. En
este libro, la frase "vino a mí palabra de Jehová" parece introducir cada nueva
revelación divina.
2. Pon tu rostro.
Frase característica de Ezequiel (caps. 13: 17; 20: 46; 21: 2, 16; 25:
2; 28: 21; 29: 2; 35: 2, 38: 2).
Hacia los montes.
Figura
poética que representa a los habitantes de esos montes (Eze. 36: 1; Miq. 6: 2).
En contraste con las amplias llanuras donde estaba Ezequiel, Judea era un país
montañoso. Además, los montes eran centros de culto idolátrico (Deut. 12: 2; 2
Rey. 17: 10-11; Jer. 2: 20; 3: 6, 23; Ose. 4: 13).
3. Los arroyos.
Es posible que se haga mención específica
a los arroyos y los valles, porque allí también se realizaban abominables ritos
de idolatría, tales como el sacrificio de los niños por fuego en el valle de
Hinom (Isa. 57: 5; Jer. 7: 31).
Lugares altos.
Heb. bamah .
Estos eran santuarios al aire libre donde la gente ofrecía sacrificios a Jehová
(ver com. 1 Rey. 3: 2). Sin embargo, debido a que los cananeos habían practicado
la más vil idolatría en estos lugares altos, el culto allí tendía a degradar la
religión de Jehová. Después del establecimiento del templo en Jerusalén, ése fue
el único centro legítimo de culto en toda la nación. Al propasarse la idolatría,
esos lugares altos se convirtieron en escenarios de la celebración de los más
degradantes ritos paganos. Algunos reyes piadosos, como Ezequías y Josías,
procuraron destruirlos (2 Crón. 31: 1; 34: 34); pero sus sucesores idólatras los
restablecieron.
4. Vuestras imágenes del
sol.
Heb. jamman , "altarcito de incienso". Esta palabra proviene de la
raíz jamman , "calentarse". La palabra jammah , que se refiere al calor del sol,
y que en Cant. 6: 10 e Isa. 30:26 se aplica poéticamente al sol mismo, se deriva
de la misma raíz. De esta relación algunos han deducido que se trataba de algo
relacionado con la adoración del sol. Pero la palabra en sí significa "altar de
incienso" (ver com. 2 Crón. 14: 5). Estos altares eran parte de los enseres
empleados en el complicado sistema de adoración de ídolos, que aquí es condenado
a una total destrucción. Este versículo es un eco de Lev. 26: 30, donde Moisés
pronuncia los mismos castigos para los judíos por causa de su maldad.
Vuestros ídolos.
Heb. gillulim , "ídolos". Esta palabra siempre
tiene un sentido despectivo. Algunos piensan que es de la raíz galal , "hacer
rodar", y que podría referirse a algo que se puede hacer rodar, tal como un
tronco. Otros sugieren que hay una relación con la palabra gel , "estiércol"
(Job 20: 7; Eze. 4: 12, 15), y que por lo tanto indica algo despreciable. La
palabra gillulim aparece 39 veces en Ezequiel y tan sólo 9 veces en el resto de
los libros del AT. Se dice irónicamente que los ídolos ya no serían más adorados
por los vivos, sino por los cuerpos inertes de sus adoradores muertos.
6. Serán deshechas.
Del verbo
hebreo majah , que en la forma verbal que aparece aquí tiene más vigor que "ser
deshecho". Significa ,"exterminar", "aniquilar". Los israelitas deberían haber
"exterminado" los altares idolátricos de los cananeos para así haber quitado
realmente de su medio un motivo de tentación. Porque no hicieron caso a la orden
divina, sus propias obras habrían de ser raídas.
7. Sabréis.
En vez de reconocer a Dios y hacer caso a sus
revelaciones, los hijos de Israel hacían " "escarnio de los mensajeros de Dios,
y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que subió la
ira de Jehová contra su pueblo, y no hubo ya remedio" " (2 Crón. 36: 16). El
pueblo se negó a reconocer que el mensaje divino era genuino, hasta que fue
rudamente sacudido por el castigo con que lo amenazaban esos despreciados
profetas. El cumplimiento de la profecía fue el sello divino de la legitimidad
del profeta y de su obra.
En su idolatría los israelitas habían
comparado a Jehová con los dioses de los paganos, y lo habían considerado como
uno de los muchos dioses a quienes se podía adorar. Escogieron sus dioses
pensando en cuál les podría proporcionar una mayor prosperidad (2 Crón. 28: 23).
Para combatir esta filosofía desmoralizadora, los profetas habían presentado dos
clases de pruebas para demostrar la superioridad del verdadero Dios sobre los
que eran dioses sólo de nombre. En primer lugar, se refirieron al poder creador
de Jehová. Y en segundo lugar, subrayaron la capacidad divina para predecir
(Isa. 45; Jer. 10). Aquí se presenta esta última prueba como la que finalmente
arrancaría de labios de los 626 obstinados israelitas la confesión de que, al
final de cuentas, Jehová era el verdadero y único Dios. En su misericordia, Dios
había esperado que este reconocimiento se produjera antes de que ya no hubiera
remedio. El Señor no deseaba permitir que sus escogidos cosecharan el fruto de
su propia obstinada incredulidad.
También en otros pasajes se afirma que
la profecía y su cumplimiento constituyen una razón suficiente para creer: " "Y
ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis" " (Juan
14: 29). Es posible que ésta sea la evidencia más poderosa de que las Escrituras
son divinas y que Dios es lo que ha dicho que es. La profecía es el argumento
contra el cual el escéptico no ha encontrado ninguna respuesta lógica. En
nuestros días hay una acumulación de evidencias proféticas. Quienes se niegan a
reconocer su validez, y por lo tanto no aceptan las demandas de Dios, quien las
pronunció, finalmente, así como el Israel de antaño, se verán obligados a
reconocer la soberanía del único Dios verdadero y viviente.
La palabra
"sabréis" o su equivalente aparece 88 veces en Ezequiel, y en cierto modo es la
nota tónica del libro. Israel fue llevado al cautiverio porque no "sabía" (Isa.
1: 3; 5: 13; Ose. 4: 6). El cautiverio fue un proceso educativo. Por medio de la
dura adversidad, el pueblo de Dios había de aprender lo que no había aprendido
en tiempos de prosperidad (DTG 20; ver p. 33).
8. Un resto.
Tal como ocurre con frecuencia en los
mensajes proféticos, hay aquí una vislumbre de esperanza en una profecía de
calamidades. Debido a las difíciles condiciones, algunos serían conmovidos y
admitirían que habían actuado impíamente, y en cierta medida se volverían a su
Dios. Por medio de este "resto" Dios procuraría cumplir sus promesas.
La
idea del remanente (o "resto"), se basa en el hecho de que la salvación es algo
individual. Es decir, depende de la elección personaI. Dios puede salvar de una
iglesia sólo a aquellos cuya experiencia revela que se han puesto enteramente de
parte de Dios. Del gran número de cristianos que habrá en los últimos días, sólo
un remanente guardará "los mandamientos de Dios" y tendrá "el testimonio de
Jesucristo" (Apoc. 12: 17). Dios no desea que tan sólo unos pocos se salven. No
quiere que ninguno perezca (2 Ped. 3: 9). Sin embargo, el hombre usando su libre
albedrío, debe escoger la salvación, y gracias al don de Dios podrá ser
considerado apto para la vida eterna.
9. Yo
me quebranté.
Algunas de las versiones antiguas dicen: "yo quebranté",
es decir, que Dios quebrantó sus corazones en un esfuerzo por llevarlos al
arrepentimiento. La BJ y la VM concuerdan con esas versiones.
Sus ojos.
Es probable que se mencionen los ojos porque son el medio por el cual el
corazón ha sido seducido por mal.
Fornicaron.
Se describe la
apostasía con La figura de la infidelidad en la relación matrimonial (cf. Jer.
3: 20).
Se avergonzarán de sí mismos.
"Tendrán horror de sí
mismos" (BJ). La vergüenza es una señal de una tristeza piadosa, que si se
permite que complete y perfeccione su obra, llevará al arrepentimiento (2 Cor.
7: 10); de otro modo, la vergüenza sólo representa remordimiento por las
consecuencias. La mayoría de los israelitas experimentaban un remordimiento
impío. Sin embargo, algunos sentían una tristeza piadosa. Como Job, exclamaron:
" "Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza" " (Job 42: 6). La
verdadera tristeza se produce de la siguiente manera: Dios detiene al hombre en
su caprichoso proceder y lo invita a examinarse en el espejo de la perfecta ley
divina. A la luz de esa ley, que es la gloria del inmaculado Jesús, el alma
descubre que está minada de pecado. Desaparece el ensalzamiento del yo. Comienza
un intenso horror de uno mismo. Estando en esta condición, el pecador confía su
alma desvalida a Jesús, y depende plenamente de los méritos divinos; su
arrepentimiento es aceptado.
11. Palmotea... golpea.
Se ordena realizar estas dos
acciones para transmitir una mezcla de emociones, estupefacción, asombro,
indignación, desagrado, tristeza, pena y lástima, en primer lugar, por el pecado
que ha contemplado, y en segundo lugar, por el mal que prevé (Eze. 22: 13; cf.
Núm. 24: 10; Job. 27: 23).
12. El que esté
lejos..
Nadie podría escapar de estos castigos. Todos caerían, no
importa donde estuvieran.
13. Todo collado
alto.
Aquí se enumeran todos los lugares donde la gente solía levantar
santuarios para la idolatría (vers. 6). Las cimas de los collados eran lugares
predilectos para levantar santuarios.
14. Diblat.
No es posible ubicar con precisión este lugar.
El nombre no aparece en ningún otro pasaje bíblico. En Núm. 33: 46-47 aparece
Almón-diblataim, que es una forma dual del nombre. En Jer. 48: 22 se encuentra
Bet-diblataim. Estas dos aldeas, que quizá fueran sólo una, estaban en Moab y es
probable que deban identificarse con lo que es hoy Kirbet Deleilat es Serakiyeh
, en la meseta junto a la frontera oriental, cerca ya del gran desierto que se
extiende hacia el este. También es posible que debiera leerse "Riblah" en vez de
"Diblah", pues en el hebreo la letra "r" y la letra "d" son muy similares y con
frecuencia se confunden. Además, las terminaciones de ambas palabras son
idénticas. Ribla se encontraba a unos 80 km. al suroeste de Hamat. Los reyes
egipcios y babilonios usaron esta aldea como base de sus operaciones militares
en Siria (2 Rey. 23: 33; 25: 5-6). También sería posible traducir "desde el
desierto hasta Ribla", lo que equivaldría a la expresión "desde Dan hasta
Beerseba". De este modo, se afirma que toda la región desde el desierto por el
sur hasta Ribla por el norte se transformaría en desierto.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE EZEQUIEL CAPÍTULO 6
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