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CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 49



CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 49

1. Hijos de Amón.

Al igual que los moabitas, los amonitas eran descendientes de Lot (Gén. 19: 38), sobrino de Abrahán, y por lo tanto eran parientes de Israel. Cuando los israelitas entraron en Canaán, los amonitas ocupaban las mesetas de 'Transjordania, al este de la parte norte del reino amorreo de Sehón. La tribu de Gad llegó a ser vecina de los amonitas cuando ocupó los territorios del norte de Sehón. Pareciera que los amonitas manifestaron un peculiar antagonismo contra Israel. David (1 Crón. 19; 20: 1-3), Josafat (2 Crón. 20: 1-25) y Jotam (2 Crón. 27: 5-6), lucharon contra ellos. En tiempos de Jeremías, los amonitas practicaron una política engañosa. Aunque en un primer momento fueron aliados de Babilonia contra Judá (2 Rey. 24: 2), más tarde procuraron que Judá se aliara con ellos contra Babilonia (ver com. Jer. 27: 3). Cuando Jerusalén fue destruida, demostraron gran satisfacción (Eze. 25: 1-7). Más tarde tramaron el asesinato de Gedalías (Jer. 40: 14).

Milcom.

Dios nacional de los amonitas. Algunos han pensado que equivale a Moloc (ver com. 1 Rey. 11: 7). Es también el nombre de una ceremonia en la cual se ofrecían niños en holocausto.

Ha desposeído a Gad.

Es evidente que cuando los gaditas fueron llevados al exilio por Tiglat-pileser III de Asiria (1 Crón. 5: 26), en la segunda mitad del siglo VIII a. C., los amonitas tomaron posesión de su territorio.

2. Rabá.

La capital amonita, Rabat-amón, hoy Ammán, capital de Jordania. La ciudad se encuentra a unos 37 km. al oeste del río Jordán, en línea recta.

3. Hesbón.

Ver com. cap. 48: 2. Se exhorta a la ciudad moabita a endechar por lo que ha ocurrido en Hai, quizá porque predice lo que le tocará también a ella.

Hai.

Esta es la única referencia a Hai en Transjordania. Probablemente este pueblo estaba cerca de Hesbón.

Los vallados.

Heb. gederah , "corral de piedra", palabra que se emplea para los rediles de ovejas (Núm. 32: 16, 36; 1 Sam. 24: 3; Sof. 2: 6), que eran recintos cerrados en medio de los campos. Es evidente que Jeremías dice aquí que los amonitas abandonarían las ciudades que habían conquistado para refugiarse en los corrales en el campo abierto.

4. Los valles.

Los arroyos de Transjordania corren por profundas quebradas, llamadas wadis, que suelen mantenerse verdes cuando todo el resto del país se seca. A Rabá se la llama "ciudad de las aguas" " (2 Sam. 12: 27).

5. Jehová de los ejércitos.

Ver com. cap. 7: 3.

6. Haré volver.

Ver com. cap. 48: 47.

7. Edom.

El país de los edomitas o idumeos, conocido también como "monte de Seir" (Gen. 36: 8), estaba al sur de Moab. Se extendía desde el arroyo de Zered hacia el sur, en dirección al golfo de Akaba. Comprendía el territorio que está a ambos lados del Arabá, la gran falla geológica que sigue a continuación del valle del Jordán, al sur del mar Muerto. El paisaje al este del Arabá se caracteriza por formaciones de piedra caliza de hermosos colores. Aunque es semidesértico y hay poca población hoy, una amplia evidencia arqueológica demuestra que en tiempos bíblicos Edom tenía una población numerosa. Era un país importante por dos motivos: primero, por sus valiosos yacimientos de cobre y de hierro (cf. Deut. 8: 9), que eran explotados por sus reyes; y en segundo lugar, porque controlaba las rutas comerciales desde el desierto a Palestina occidental y al Mediterráneo y también el gran camino real que iba hacia el norte, a Siria.

Los idumeos eran parientes más cercanos de los israelitas que los moabitas o los amonitas. Eran descendientes de Esaú, "el cual es Edom" " (Gén. 36: 1). Por eso se le ordenó a Israel que les demostrara una consideración especial (Deut. 23: 7). Aunque las relaciones entre las dos naciones parecen haber sido relativamente amistosas en un principio (Deut. 2: 4-6, 29), se deterioraron más tarde hasta llegar a una gran animosidad. Los edomitas se deleitaron machismo por la destrucción de Jerusalén a manos de los babilonios (Sal. 137: 7).

La profecía que Jeremías pronunció contra Edom es muy similar a la de Abdías. Algunos pasajes son tan parecidos (Jer. 49: 7; cf. Abd. 8; Jer. 49: 9-10; cf. Abd. 5-6; Jer. 49:14-16; cf. Abd. 1-4) que parecería que un autor citó al otro. Sin embargo, es imposible decidir cuál fue el original y cuál una cita, o si quizá los dos profetas colaboraron en la 550 preparación de esos pasajes y después cada uno lo incluyó en su profecía.

Temán.

Uno de los distritos tribales de Edom (el nombre viene de Temán, nieto de Esaú; Gén. 36: 15), o un sinónimo poético de Edom.

8. Lugares profundos.

En lugares inaccesibles y ocultos donde pudieran refugiarse. Las formaciones de piedra, tan características de la zona, proporcionaban cuevas y hendiduras para ocultarse.

Dedán.

Esta tribu descendía de Abrahán y Cetura (Gén. 25: 3). Los de Dedán se distinguían como mercaderes (Eze. 27: 15, 20; 38: 13).

Quebrantamiento de Esaú.

Sin duda se refiere a las calamidades que habrían de sobrevenir a Edom.

9. Dejado rebuscos.

La idea pareciera ser que los vendimiadores por lo general dejan algunas uvas, y que los ladrones sólo suelen destruir hasta conseguir lo que desean, pero los castigos venideros serían completos.

11. Huérfanos.

En medio de esta destrucción total, el profeta invita a quienes sobrevivan a los terrores de la guerra a que depositen su confianza en Jehová. Los castigos divinos tienen el propósito positivo de hacer que los hombres se vuelvan a Dios.

12. Beber el cáliz.

Ver Jer. 25: 15; cf. Jer. 13: 12-14; Apoc. 14: 10.

13. Por mí he jurado.

Compárese con Heb. 6: 13.

Bosra.

Por lo general se identifica con Butseira, a unos 38 km. al sureste del mar Muerto. Se trata, evidentemente, de una ciudad diferente a la mencionada en el cap. 48: 24.

16. Peñas.

Heb. sela' , "peña". Es probable que Jeremías se refiera a Sela, que más tarde se conoció como Petra, "peña", "roca", a unos 80 km. al sur del mar Muerto. Sela era una fortaleza montañosa casi inexpugnable en medio de un anfiteatro natural. Sólo había acceso al lugar por medio del Sik, un angosto desfiladero de alrededor de 2 km., por el cual se entra en la ciudad entre muros de piedra de 30 a 50 m de altura.

17. Desolación.

Compárese con la profecía contra Jerusalén (cap. 19: 18). Ver com. vers. 7 acerca de la descripción de Edom.

19. Subirá.

Los vers. 19-21 son virtualmente idénticos al pasaje del cap. 50: 44-46, donde prácticamente las mismas palabras se aplican a Babilonia.

Espesura del Jordán.

Heb. ge'on hayyarden , "altura, arrogancia del Jordán" " (traducida como " "gloria del Jordán" " en Zac. 11: 3; ver com. Jer. 12: 5). Algunos piensan que la "altura" del Jordán se refiere a las inundaciones primaverales. Pero en vista de que en la "espesura" del Jordán parece haber un cubil de leones, es más probable que se refiera a la selva y al matorral, a los sauces, los tamariscos y los juncos que están en la ribera del río.

¿Quién es semejante a mí?

No es muy claro el sentido de la última parte del vers. 19. Al parecer, Dios se presenta como el que dirige todo lo que le acontece a Edom. Esto debería ser un consuelo, aun para los que son castigados, porque así pueden saber que, no importa cuán caóticas sean las circunstancias que los rodean, una mano divina dirige su destino.

20. Temán.

Ver com. vers. 7.

Los arrastrarán.

En la RVR, son los "pequeños" los arrastrados. Dice la BJ: "Juro que les han de llevar a rastras las crías de los rebaños". Esta traducción puede entenderse de dos maneras: (1) las "crías de los rebaños" -los "pequeños"- serán llevados "a rastras", o (2) esas "crías" "les han de llevar a rastras". Los rabinos entendían este pasaje de la segunda manera. Afirmaban que se refería a la conquista del Asia occidental por los persas, que en tiempo de Jeremías eran un pueblo insignificante (eran los "pequeños"). Sin embargo, la traducción de la RVR parece ser más lógica. Los "pequeños" que son "arrastrados" son los cautivos de Edom. Este símbolo del completo cautiverio de Edom condice mejor dentro del contexto que la otra interpretación, sobre todo si se tiene en cuenta la última frase que en el hebreo dice: "El destruirá sobre ellos sus lugares de pastoreo".

21. Mar Rojo.

La construcción hebrea denota una dramática emoción: "Un grito: en el mar Rojo se oye su clamor". En el apogeo de su prosperidad, la frontera sur de Edom llegaba hasta el golfo de Akaba, al extremo noreste del mar Rojo (1 Rey. 9: 26). El grito de angustia alcanza a los lugares más remotos del país devastado.

22. Bosra.

Ver com. vers. 13.

23. Damasco.

Entre las ciudades importantes del Cercano Oriente que hayan sido habitadas permanentemente, Damasco es una de las más antiguas (Gén. 14: 15). La ciudad estaba situada en una amplia meseta, al 551 este de la cadena del Antilíbano, en un fértil oasis formado por los ríos Farfar y Abana. Fue tomada por David (2 Sam. 8: 5-6) y otra vez por Jeroboam 11 (2 Rey. 14: 28). Sin embargo, durante la mayor parte del período del reino dividido, Damasco fue la capital de uno de los principales Estados arameos. Finalmente perdió su independencia ante Tiglat-pileser 111 de Asiria, en el año 733/732 a. C. De allí en adelante, durante mucho tiempo parece no haber tenido mayor importancia política. Fuera de la mención que se hace de Damasco en Jer 49: 23-27, no hay ninguna otra mención bíblica de esa ciudad durante el período del exilio, excepto las referencias puramente incidentales de Eze. 27: 18; 47: 16-18; 48: 1. A pesar de esto, Damasco siguió siendo un centro comercial importantísimo. Estaba en la encrucijada de dos importantes rutas comerciales: (1) el "camino del mar", que iba hacia el norte desde Egipto por la costa del Mediterráneo, y después cruzaba el norte de Palestina por el camino de Meguido y el mar de Galilea, y (2) el "camino del rey", por donde se desplazaba el comercio del desierto desde Arabia y Edom hacia el norte, pasando por Transjordania. Estos caminos se encontraban en Damasco y de allí cruzaban el desierto, rumbo a Mesopotamia. De ese modo los arameos se convirtieron en una gran nación comercial en el interior del Cercano Oriente, así como los fenicios llegaron a ser los grandes comerciantes marítimos.

Hamat.

Ciudad situada a orillas del río Orontes, a unos 190 km. al noreste de Damasco. Hoy se denomina Hama . En las inscripciones asirias aparece como Amattu y lammatu .

Arfad.

Lugar que hoy se denomina Tell Erfad, a unos 150 km. al norte de Hamat y a unos 30 km. al noroeste de Alepo. En los textos asirios el nombre se escribe Arpadda . Con frecuencia Hamat y Arfad aparecen juntas (2 Rey. 18: 34; 19: 13; Isa. 10: 9; 36: 19).

27. Ben-adad.

Compárese con Amós 1: 4. Ben-adad significa literalmente "hijo de Adad" (o "Hadad"). Hadad era un dios arameo. Ben-adad era un nombre característico de los reyes de Damasco (1 Rey. 15: 18; 20: 12; 2 Rey. 13: 3; ver com. 1 Rey. 15: 18). Parece que aquí se emplea como un término genérico para referirse a los reyes sirios.

28. Cedar.

Este pueblo descendía de Ismael (Gén. 25: 13) y, al igual que los moabitas, los amonitas y los edomitas mencionados en Jer. 48 y 49, eran parientes de Israel. Evidentemente eran conocidos como arqueros (Isa. 21: 16-17). Por Jer. 49:29 se deduce claramente que eran nómadas y pastores. Según Eze. 27: 21, su patria estaba en Arabia. Lo mismo se entiende por su designación aquí como "hijos del oriente", Heb. bene-qédem, término que se aplica con frecuencia a los moradores del desierto de Arabia (ver com. Juec. 6: 3; 1 Rey. 4: 30; cf. Juec. 7: 12; 8: 10; Job 1: 3; Eze. 25: 4, 10).

Hazor.

En el AT aparecen varios lugares llamados así (Jos. 11: 1; 15: 23, 25; Neh. 11: 33). Todos parecen haber estado ubicados al oeste del jordán, mientras que la ciudad de Hazor que se menciona aquí, sin lugar a dudas estaba al este de Palestina. Se ha pensado que el nombre Hazor, en Heb. jatsor , puede derivarse de jatser , "aldea sin murallas". En la frase "las aldeas donde habita Cedar" (Isa. 42: 11), la palabra "aldeas" se traduce de jatser. Es posible que aquí se trate de una referencia general a los árabes que vivían en aldeas, a diferencia de sus vecinos nómadas, representados por el nombre Cedar.

31. Levantaos.

Estas palabras son dirigidas por el Señor a los invasores babilónicos.

Pacífica.

Heb. shelew , "sin cuidado", "sin molestias". Se describe a los habitantes de Arabia como gente que vive su vida nómada en libertad, sin las fortificaciones acostumbradas entre pueblos más sedentarios.

32. Hasta el último rincón.

Ver com. cap. 9: 26.

33. Soledad para siempre.

El hecho de que no se haya hallado ningún rastro de esta Hazor (ver com. vers. 28), confirma la verdad de esta predicción.

34. Elam.

Este país ocupaba las mesetas al este de Babilonia, territorio que ahora está ubicado en la parte occidental de Irán. Elam perdió su independencia ante los asirios en los días de Asurbanipal (669- c. 627 a. C.), y después fue incorporado al Imperio Neobabilónico de Nabucodonosor.

Principio del reinado.

Esta profecía fue dada poco después de la deportación de los judíos a Babilonia en el año 597 a. C., cuando Nabucodonosor tomó a Joaquín, la familia real y muchos soldados y artesanos, y los llevó al exilio. Después el rey babilonio colocó en el trono a Sedequías, tío de Joaquín. El que se diera una profecía relacionada con 552 Elam, tenía especial importancia para los judíos, pues en ese tiempo muchos de ellos estaban exiliados en Babilonia y se hallaban más estrechamente vinculados que nunca con los elamitas.

Esta profecía fue presentada en un tiempo crucial de la misión de Jeremías. Data de la misma época de su mensaje contra los embajadores extranjeros enviados a Sedequías (cap. 27; ver con). cap. 27: 3).

Es demasiado escasa la información de que disponen como para trazar históricamente el cumplimiento de todos los detalles de esta predicción. Como ocurrió en el caso de Edom (ver com. Abd. 15, 17), ciertos detalles podrían haber tenido que ver con la gloria futura de Israel, y en ese sentido eran profecías condicionales.

35. El arco.

Los elamitas eran famosos por su habilidad con el arco (Isa. 22: 6).

38. Pondré mi trono.

Figura de lenguaje que indica que Dios dirigiría los asuntos de Elam (Sal. 103: 19; Jer. 43: 10).

39. Haré volver.

Ver com. cap. 48: 47.


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