1. Hijos de Amón.
Al igual que los moabitas,
los amonitas eran descendientes de Lot (Gén. 19: 38), sobrino de Abrahán, y por
lo tanto eran parientes de Israel. Cuando los israelitas entraron en Canaán, los
amonitas ocupaban las mesetas de 'Transjordania, al este de la parte norte del
reino amorreo de Sehón. La tribu de Gad llegó a ser vecina de los amonitas
cuando ocupó los territorios del norte de Sehón. Pareciera que los amonitas
manifestaron un peculiar antagonismo contra Israel. David (1 Crón. 19; 20: 1-3),
Josafat (2 Crón. 20: 1-25) y Jotam (2 Crón. 27: 5-6), lucharon contra ellos. En
tiempos de Jeremías, los amonitas practicaron una política engañosa. Aunque en
un primer momento fueron aliados de Babilonia contra Judá (2 Rey. 24: 2), más
tarde procuraron que Judá se aliara con ellos contra Babilonia (ver com. Jer.
27: 3). Cuando Jerusalén fue destruida, demostraron gran satisfacción (Eze. 25:
1-7). Más tarde tramaron el asesinato de Gedalías (Jer. 40: 14).
Milcom.
Dios nacional de los amonitas. Algunos han pensado que equivale a Moloc
(ver com. 1 Rey. 11: 7). Es también el nombre de una ceremonia en la cual se
ofrecían niños en holocausto.
Ha desposeído a Gad.
Es evidente
que cuando los gaditas fueron llevados al exilio por Tiglat-pileser III de
Asiria (1 Crón. 5: 26), en la segunda mitad del siglo VIII a. C., los amonitas
tomaron posesión de su territorio.
2. Rabá.
La capital amonita, Rabat-amón, hoy Ammán, capital de Jordania. La
ciudad se encuentra a unos 37 km. al oeste del río Jordán, en línea recta.
3. Hesbón.
Ver com. cap. 48: 2. Se
exhorta a la ciudad moabita a endechar por lo que ha ocurrido en Hai, quizá
porque predice lo que le tocará también a ella.
Hai.
Esta es la
única referencia a Hai en Transjordania. Probablemente este pueblo estaba cerca
de Hesbón.
Los vallados.
Heb. gederah , "corral de piedra",
palabra que se emplea para los rediles de ovejas (Núm. 32: 16, 36; 1 Sam. 24: 3;
Sof. 2: 6), que eran recintos cerrados en medio de los campos. Es evidente que
Jeremías dice aquí que los amonitas abandonarían las ciudades que habían
conquistado para refugiarse en los corrales en el campo abierto.
4. Los valles.
Los arroyos de
Transjordania corren por profundas quebradas, llamadas wadis, que suelen
mantenerse verdes cuando todo el resto del país se seca. A Rabá se la llama
"ciudad de las aguas" " (2 Sam. 12: 27).
5. Jehová de los ejércitos.
Ver com. cap. 7: 3.
6. Haré volver.
Ver com. cap. 48:
47.
7. Edom.
El país de los
edomitas o idumeos, conocido también como "monte de Seir" (Gen. 36: 8), estaba
al sur de Moab. Se extendía desde el arroyo de Zered hacia el sur, en dirección
al golfo de Akaba. Comprendía el territorio que está a ambos lados del Arabá, la
gran falla geológica que sigue a continuación del valle del Jordán, al sur del
mar Muerto. El paisaje al este del Arabá se caracteriza por formaciones de
piedra caliza de hermosos colores. Aunque es semidesértico y hay poca población
hoy, una amplia evidencia arqueológica demuestra que en tiempos bíblicos Edom
tenía una población numerosa. Era un país importante por dos motivos: primero,
por sus valiosos yacimientos de cobre y de hierro (cf. Deut. 8: 9), que eran
explotados por sus reyes; y en segundo lugar, porque controlaba las rutas
comerciales desde el desierto a Palestina occidental y al Mediterráneo y también
el gran camino real que iba hacia el norte, a Siria.
Los idumeos eran
parientes más cercanos de los israelitas que los moabitas o los amonitas. Eran
descendientes de Esaú, "el cual es Edom" " (Gén. 36: 1). Por eso se le ordenó a
Israel que les demostrara una consideración especial (Deut. 23: 7). Aunque las
relaciones entre las dos naciones parecen haber sido relativamente amistosas en
un principio (Deut. 2: 4-6, 29), se deterioraron más tarde hasta llegar a una
gran animosidad. Los edomitas se deleitaron machismo por la destrucción de
Jerusalén a manos de los babilonios (Sal. 137: 7).
La profecía que
Jeremías pronunció contra Edom es muy similar a la de Abdías. Algunos pasajes
son tan parecidos (Jer. 49: 7; cf. Abd. 8; Jer. 49: 9-10; cf. Abd. 5-6; Jer.
49:14-16; cf. Abd. 1-4) que parecería que un autor citó al otro. Sin embargo, es
imposible decidir cuál fue el original y cuál una cita, o si quizá los dos
profetas colaboraron en la 550 preparación de esos pasajes y después cada uno lo
incluyó en su profecía.
Temán.
Uno de los distritos tribales de
Edom (el nombre viene de Temán, nieto de Esaú; Gén. 36: 15), o un sinónimo
poético de Edom.
8. Lugares profundos.
En lugares inaccesibles y ocultos donde pudieran refugiarse. Las
formaciones de piedra, tan características de la zona, proporcionaban cuevas y
hendiduras para ocultarse.
Dedán.
Esta tribu descendía de
Abrahán y Cetura (Gén. 25: 3). Los de Dedán se distinguían como mercaderes (Eze.
27: 15, 20; 38: 13).
Quebrantamiento de Esaú.
Sin duda se
refiere a las calamidades que habrían de sobrevenir a Edom.
9. Dejado rebuscos.
La idea
pareciera ser que los vendimiadores por lo general dejan algunas uvas, y que los
ladrones sólo suelen destruir hasta conseguir lo que desean, pero los castigos
venideros serían completos.
11. Huérfanos.
En medio de esta destrucción total, el profeta invita a quienes
sobrevivan a los terrores de la guerra a que depositen su confianza en Jehová.
Los castigos divinos tienen el propósito positivo de hacer que los hombres se
vuelvan a Dios.
12. Beber el cáliz.
Ver Jer. 25: 15; cf. Jer. 13: 12-14; Apoc. 14: 10.
13. Por mí he jurado.
Compárese con
Heb. 6: 13.
Bosra.
Por lo general se identifica con Butseira, a
unos 38 km. al sureste del mar Muerto. Se trata, evidentemente, de una ciudad
diferente a la mencionada en el cap. 48: 24.
16. Peñas.
Heb. sela' , "peña". Es probable que Jeremías se
refiera a Sela, que más tarde se conoció como Petra, "peña", "roca", a unos 80
km. al sur del mar Muerto. Sela era una fortaleza montañosa casi inexpugnable en
medio de un anfiteatro natural. Sólo había acceso al lugar por medio del Sik, un
angosto desfiladero de alrededor de 2 km., por el cual se entra en la ciudad
entre muros de piedra de 30 a 50 m de altura.
17. Desolación.
Compárese con la profecía contra Jerusalén
(cap. 19: 18). Ver com. vers. 7 acerca de la descripción de Edom.
19. Subirá.
Los vers. 19-21 son
virtualmente idénticos al pasaje del cap. 50: 44-46, donde prácticamente las
mismas palabras se aplican a Babilonia.
Espesura del Jordán.
Heb. ge'on hayyarden , "altura, arrogancia del Jordán" " (traducida como
" "gloria del Jordán" " en Zac. 11: 3; ver com. Jer. 12: 5). Algunos piensan que
la "altura" del Jordán se refiere a las inundaciones primaverales. Pero en vista
de que en la "espesura" del Jordán parece haber un cubil de leones, es más
probable que se refiera a la selva y al matorral, a los sauces, los tamariscos y
los juncos que están en la ribera del río.
¿Quién es semejante a mí?
No es muy claro el sentido de la última parte del vers. 19. Al parecer,
Dios se presenta como el que dirige todo lo que le acontece a Edom. Esto debería
ser un consuelo, aun para los que son castigados, porque así pueden saber que,
no importa cuán caóticas sean las circunstancias que los rodean, una mano divina
dirige su destino.
20. Temán.
Ver
com. vers. 7.
Los arrastrarán.
En la RVR, son los "pequeños" los
arrastrados. Dice la BJ: "Juro que les han de llevar a rastras las crías de los
rebaños". Esta traducción puede entenderse de dos maneras: (1) las "crías de los
rebaños" -los "pequeños"- serán llevados "a rastras", o (2) esas "crías" "les
han de llevar a rastras". Los rabinos entendían este pasaje de la segunda
manera. Afirmaban que se refería a la conquista del Asia occidental por los
persas, que en tiempo de Jeremías eran un pueblo insignificante (eran los
"pequeños"). Sin embargo, la traducción de la RVR parece ser más lógica. Los
"pequeños" que son "arrastrados" son los cautivos de Edom. Este símbolo del
completo cautiverio de Edom condice mejor dentro del contexto que la otra
interpretación, sobre todo si se tiene en cuenta la última frase que en el
hebreo dice: "El destruirá sobre ellos sus lugares de pastoreo".
21. Mar Rojo.
La construcción
hebrea denota una dramática emoción: "Un grito: en el mar Rojo se oye su
clamor". En el apogeo de su prosperidad, la frontera sur de Edom llegaba hasta
el golfo de Akaba, al extremo noreste del mar Rojo (1 Rey. 9: 26). El grito de
angustia alcanza a los lugares más remotos del país devastado.
22. Bosra.
Ver com. vers. 13.
23. Damasco.
Entre las ciudades
importantes del Cercano Oriente que hayan sido habitadas permanentemente,
Damasco es una de las más antiguas (Gén. 14: 15). La ciudad estaba situada en
una amplia meseta, al 551 este de la cadena del Antilíbano, en un fértil oasis
formado por los ríos Farfar y Abana. Fue tomada por David (2 Sam. 8: 5-6) y otra
vez por Jeroboam 11 (2 Rey. 14: 28). Sin embargo, durante la mayor parte del
período del reino dividido, Damasco fue la capital de uno de los principales
Estados arameos. Finalmente perdió su independencia ante Tiglat-pileser 111 de
Asiria, en el año 733/732 a. C. De allí en adelante, durante mucho tiempo parece
no haber tenido mayor importancia política. Fuera de la mención que se hace de
Damasco en Jer 49: 23-27, no hay ninguna otra mención bíblica de esa ciudad
durante el período del exilio, excepto las referencias puramente incidentales de
Eze. 27: 18; 47: 16-18; 48: 1. A pesar de esto, Damasco siguió siendo un centro
comercial importantísimo. Estaba en la encrucijada de dos importantes rutas
comerciales: (1) el "camino del mar", que iba hacia el norte desde Egipto por la
costa del Mediterráneo, y después cruzaba el norte de Palestina por el camino de
Meguido y el mar de Galilea, y (2) el "camino del rey", por donde se desplazaba
el comercio del desierto desde Arabia y Edom hacia el norte, pasando por
Transjordania. Estos caminos se encontraban en Damasco y de allí cruzaban el
desierto, rumbo a Mesopotamia. De ese modo los arameos se convirtieron en una
gran nación comercial en el interior del Cercano Oriente, así como los fenicios
llegaron a ser los grandes comerciantes marítimos.
Hamat.
Ciudad
situada a orillas del río Orontes, a unos 190 km. al noreste de Damasco. Hoy se
denomina Hama . En las inscripciones asirias aparece como Amattu y lammatu .
Arfad.
Lugar que hoy se denomina Tell Erfad, a unos 150 km. al
norte de Hamat y a unos 30 km. al noroeste de Alepo. En los textos asirios el
nombre se escribe Arpadda . Con frecuencia Hamat y Arfad aparecen juntas (2 Rey.
18: 34; 19: 13; Isa. 10: 9; 36: 19).
27. Ben-adad.
Compárese con Amós 1: 4. Ben-adad significa
literalmente "hijo de Adad" (o "Hadad"). Hadad era un dios arameo. Ben-adad era
un nombre característico de los reyes de Damasco (1 Rey. 15: 18; 20: 12; 2 Rey.
13: 3; ver com. 1 Rey. 15: 18). Parece que aquí se emplea como un término
genérico para referirse a los reyes sirios.
28. Cedar.
Este pueblo descendía de Ismael (Gén. 25: 13) y,
al igual que los moabitas, los amonitas y los edomitas mencionados en Jer. 48 y
49, eran parientes de Israel. Evidentemente eran conocidos como arqueros (Isa.
21: 16-17). Por Jer. 49:29 se deduce claramente que eran nómadas y pastores.
Según Eze. 27: 21, su patria estaba en Arabia. Lo mismo se entiende por su
designación aquí como "hijos del oriente", Heb. bene-qédem, término que se
aplica con frecuencia a los moradores del desierto de Arabia (ver com. Juec. 6:
3; 1 Rey. 4: 30; cf. Juec. 7: 12; 8: 10; Job 1: 3; Eze. 25: 4, 10).
Hazor.
En el AT aparecen varios lugares llamados así (Jos. 11:
1; 15: 23, 25; Neh. 11: 33). Todos parecen haber estado ubicados al oeste del
jordán, mientras que la ciudad de Hazor que se menciona aquí, sin lugar a dudas
estaba al este de Palestina. Se ha pensado que el nombre Hazor, en Heb. jatsor ,
puede derivarse de jatser , "aldea sin murallas". En la frase "las aldeas donde
habita Cedar" (Isa. 42: 11), la palabra "aldeas" se traduce de jatser. Es
posible que aquí se trate de una referencia general a los árabes que vivían en
aldeas, a diferencia de sus vecinos nómadas, representados por el nombre Cedar.
31. Levantaos.
Estas palabras son
dirigidas por el Señor a los invasores babilónicos.
Pacífica.
Heb. shelew , "sin cuidado", "sin molestias". Se describe a los
habitantes de Arabia como gente que vive su vida nómada en libertad, sin las
fortificaciones acostumbradas entre pueblos más sedentarios.
32. Hasta el último rincón.
Ver
com. cap. 9: 26.
33. Soledad para siempre.
El hecho de que no se haya hallado ningún rastro de esta Hazor (ver com.
vers. 28), confirma la verdad de esta predicción.
34. Elam.
Este país ocupaba las mesetas al este de
Babilonia, territorio que ahora está ubicado en la parte occidental de Irán.
Elam perdió su independencia ante los asirios en los días de Asurbanipal (669-
c. 627 a. C.), y después fue incorporado al Imperio Neobabilónico de
Nabucodonosor.
Principio del reinado.
Esta profecía fue dada
poco después de la deportación de los judíos a Babilonia en el año 597 a. C.,
cuando Nabucodonosor tomó a Joaquín, la familia real y muchos soldados y
artesanos, y los llevó al exilio. Después el rey babilonio colocó en el trono a
Sedequías, tío de Joaquín. El que se diera una profecía relacionada con 552
Elam, tenía especial importancia para los judíos, pues en ese tiempo muchos de
ellos estaban exiliados en Babilonia y se hallaban más estrechamente vinculados
que nunca con los elamitas.
Esta profecía fue presentada en un tiempo
crucial de la misión de Jeremías. Data de la misma época de su mensaje contra
los embajadores extranjeros enviados a Sedequías (cap. 27; ver con). cap. 27:
3).
Es demasiado escasa la información de que disponen como para trazar
históricamente el cumplimiento de todos los detalles de esta predicción. Como
ocurrió en el caso de Edom (ver com. Abd. 15, 17), ciertos detalles podrían
haber tenido que ver con la gloria futura de Israel, y en ese sentido eran
profecías condicionales.
35. El arco.
Los elamitas eran famosos por su habilidad con el arco (Isa. 22: 6).
38. Pondré mi trono.
Figura de
lenguaje que indica que Dios dirigiría los asuntos de Elam (Sal. 103: 19; Jer.
43: 10).
39. Haré volver.
Ver com.
cap. 48: 47.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE JEREMÍAS CAPÍTULO 49
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