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CBA LIBRO DE LAMENTACIONES CAPÍTULO 1


CBA LIBRO DE LAMENTACIONES CAPÍTULO 1

1. ¡Cómo!

Heb. 'ekah , exclamación que se emplea con frecuencia al comienzo de una elegía hebrea (Lam. 2: 1; 4: 1-2; Isa. 1: 21). En la Biblia hebrea, la palabra 'ekah aparece como título de este libro (ver p. 573).

Este capítulo, al igual que los cap. 2-4, es un poema acróstico (ver t. III, p. 631). Cada versículo comienza con una letra diferente del alfabeto hebreo, todas en orden alfabético.

Ha quedado sola.

Jerusalén, desierta y en ruinas, presenta un triste contraste con lo que era una vez una ciudad floreciente, famosa por su hermosura arquitectónica y poderío estratégico. La misma figura, de una mujer abandonada y abatida fue empleada por Tito, el victorioso conquistador romano, en una medalla conmemorativa de su victoria de¡ año 70 d. C., cuando tomó la ciudad de, Jerusalén y destruyó el templo. Esa medalla tiene la imagen de una mujer que llora debajo de una palmera, y lleva la inscripción, Judaea capta , es decir, "Judea cautiva".

Se ha vuelto como viuda.

Jerusalén ha sido privada de sus habitantes (ver com. Jer. 4: 25). También es viuda porque el Señor no es más su marido. Los comentadores judíos destacan el sentido de la palabra "como: la ciudad sólo es viuda por un corto lapso, pues el Señor no la ha abandonado sino por "un breve momento" " (Isa. 54: 6-7).

Tributaria.

Heb. mas , "servicio obligatorio", "persona reclutada para un servicio forzado". La palabra parece implicar más esclavitud que tributo. Se la emplea en relación con la esclavitud egipcia (Exo. 1: 11).

2. No tiene quien la consuele.

Esta queja aparece repetidas veces en toda la lamentación (vers. 9, 17, 21). Aunque el contexto indica que esta expresión se aplica en primer lugar a que Judá fue rechazada por sus vecinos, también presenta a la nación rechazada transitoriamente por Dios.

Todos sus amantes.

Es decir, las naciones vecinas con las cuales había concertado alianzas defensivas contra los babilonios (Lam. 119; ver com. Jer. 4:30).

Le faltaron.

Cuando los babilonios llegaron a Judá, sus vecinos, que la habían instado a unirse en su rebelión contra Babilonia (ver com. Jer. 27: 3), la abandonaron, y algunos hasta se unieron con los que la despojaron (2 Rey. 24: 2; Sal. 137: 7; Abd. 10-13). Este versículo hace notar que Judá había cometido adulterio espiritual al procurar aliarse con sus vecinos paganos en vez de obedecer a Dios y depender de él para su seguridad. Cuando se presentó la crisis, sus "amantes" se volvieron contra ella, y se encontró cautiva y despreciada por todos.

3. Habitó entre las naciones.

En el hebreo la palabra que aquí se traduce como "habitó" es la misma que era el vers. 1 se traduce como "ha quedado". El uso del mismo verbo hace resaltar el paralelo entre la desolación de Jerusalén y la soledad de su pueblo en el exilio. En el vers. 1, la ciudad queda "solitaria" ; aquí, sus habitantes quedan entre gentiles.

No halló descanso.

Cumplimiento de Deut. 28: 65. La palabra hebrea manóaj , aquí traducida como "descanso", puede referirse a un lugar de descanso (Gén. 8: 9; Isa. 34: 14), al descanso del alma (Sal. 116: 7), o a la seguridad en el matrimonio (Rut 3: 1). En este último sentido, la palabra corresponde perfectamente. En su búsqueda de seguridad, Judá fue en pos de impíos amantes que la abandonaron. Como castigo, no disfruta de seguridad conyugal (ver com. Lam. 1: 1).

Estrechuras.

"Angosturas" (BJ), o "angustias".

4. Las calzadas de Sión.

Es decir, los "caminos de Sión". Jerusalén se hallaba en la convergencia de cuatro caminos principales: uno que subía desde Jericó en el valle del Jordán, otro que venía de Jope sobre el Mediterráneo, otro desde Hebrón por el sur, y otro que venía por los cerros desde Samaria, al norte. Estas rutas, así como con los caminos de menor importancia que venían de las aldeas vecinas, se solían colmar de peregrinos en ocasión de las grandes fiestas anuales. Ahora estaban desiertos.

Fiestas solemnes.

Es probable que Jeremías había estado presente en el año 622 a. C., durante la mayor fiesta de la Pascua que se hubiera celebrado en Jerusalén (2 Rey. 23:21-23). Sus recuerdos sin duda hacían que la desolación presente pareciera más amarga.

Sus puertas.

Quizá esta expresión se refiera al espacio abierto -al que daban acceso las puertas- y donde la gente se reunía para atender asuntos comerciales y de gobierno (Deut. 21: 19; Rut 4: 1, 11; 2 Sam. 19: 8; 1 Rey. 22: 10; Amós 5: 12, 15; ver com. Gén. 19: 1; Jos. 8: 29). Todo el comercio diario de la gran ciudad había cesado.

Vírgenes.

Heb. bethulah (ver com. Isa. 7: 14).

5. Príncipes.

"Sus adversarios están a la cabeza" (BJ). Cumplimiento de la profecía de Deut. 28: 44.

Jehová la afligió.

El profeta reconoce que la mano de Dios se manifiesta en la condición que impera en Jerusalén. Esto armoniza completamente con las profecías que Jeremías había dado antes del cautiverio (Jer. 26:4-6; 32:28-35).

Rebeliones.

Heb. pésha' , "rebeldía", "rebelión", "transgresión", es decir, los pecados cometidos voluntariamente (Jer. 2: 8; Lam. 3: 42). Para esos pecados no había ningún sacrificio especificado en el servicio del santuario. Sin embargo, había aún esperanza para la salvación final. En el servicio del santuario había solución para tales iniquidades, puesto que las "rebeliones" ( pésha ) figuran entre los pecados que eran quitados del santuario en el día de la expiación (Lev. 16: 21). Cristo "herido fue por nuestras rebeliones" (Isa. 53: 5).

6. Sin fuerzas.

Quizá una alusión al modo en que Sedequías y su corte fueron tomados por los babilonios (Jer 39: 4-5).

7. Cuando cayó.

La ubicación de la pausa métrica mayor de este verso (ver p. 574) indica que el orden del versículo debería ser el siguiente: "Jerusalén se acordó de los días de su aflicción y de sus rebeliones, y de todas las cosas agradables que tuvo desde los tiempos antiguos; cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien la ayudase, la miraron los enemigos, y se burlaron de su caída" (cf. VM).

Caída.

La palabra hebrea que se traduce de esta manera viene del verbo shabbath , cuyo sentido básico es "cesar". La forma en la cual aparece aquí es única en el AT. Algunos opinaron que los paganos se burlaban del día sábado. La tradición judía también reconoce esta interpretación ( Midrash Rabbah , Lamentaciones , sección 34), pero en vista de que los ,judíos no estaban observando el día sábado (Jer. 17: 19-27), es más lógico pensar que esta palabra alude a la ruina de Judá, cuando "cesó" de ser nación.

8. Ha sido removida.

Mejor "se ha vuelto como impura" (BJ) o "ha venido a ser como cosa asquerosa" (VM). Esta frase implica impureza ceremonial y moral (2 Crón. 29: 5; Esd. 9: 11). Para quienes la deseen, se promete purificación de una impureza tal (Zac. 13: 1).

Vergüenza.

"Su desnudez" (BJ). La costumbre de los vencedores era humillar a sus cautivos obligándolos a marchar al cautiverio desnudos (Isa. 20: 4; 47:2-3; Jer 13: 22, 26; Eze. 23: 29; Nah. 3: 5). En 1878 se descubrieron en Balawat, en Asiria, varias hojas de puertas, hechas de bronce, donde se reproducen las conquistas de Salmanasar III (859-824 a. C.). En esos grabados se ven filas de cautivos; los hombres aparecen desnudos, y a las mujeres se las obliga a llevar abiertas las faldas mientras marchan. Sin duda Jeremías vio una humillación similar del pueblo de Judá. De ese caso toma la ilustración de la manera en que la iniquidad de la nación ha sido hecha visible para todos.

9. No se acordó.

"No pensó ella" (BJ).

No tiene quien la consuele.

Ver com. vers. 2.

Mira... mi aflicción.

Se presenta a la ciudad misma como si irrumpiera en llanto y se uniera al lamento del profeta.

10. Extendió su mano.

Sin duda, para apoderarse y dominar.

Entrar en su santuario a las naciones.

Los amonitas y los moabitas no debían siquiera entrar en la congregación (Deut. 23: 3-4), pero ellos, juntos con otros gentiles, habían profanado los lugares santos (2 Rey. 24: 2; Sal. 74; 79), de los cuales estaban excluidos aun los, judíos que no fueran sacerdotes.

11. Pan.

Heb. léjem . Esta palabra que designa específicamente al pan, muchas veces se emplea para referirse al alimento en general (1 Rey. 5: 11; Sal. 136: 25).

Comida.

Heb. ókel , 'alimento".

Para entretener la vida.

Literalmente, "para hacer volver la vida".

Mira, oh Jehová.

Nuevamente aquí se describe a Jerusalén como si hablara (ver com. vers. 9). Sigue hablando, salvo en el vers. 17, hasta el final del capítulo.

12. ¿No os conmueve?

El hebreo de esta frase puede traducirse como pregunta o como afirmación: "No os conmueve". El Talmud interpreta que este pasa e es una advertencia: "¡Que no os ocurra a vosotros!"

Dolor.

Heb. mak'ob , "dolor".

13. Desde lo alto.

Es decir, desde el cielo.

Mis huesos.

Esta frase se emplea con frecuencia para designar lo más íntimo del ser (en Gén. 7: 13, el hebreo dice "en el hueso de ese día" , por decir "en el mismísimo día" ). La destrucción fue tan completa que era como si el fuego del cielo hubiera consumido el corazón mismo de Jerusalén (Isa. 31: 9).

Me volvió atrás.

Literalmente, "me hizo volver". El profeta se expresa con un vívido ,juego de palabras; emplea el mismo verbo hebreo del vers. 11 (ver com. allí) para describir la renovación de la vida física que el pueblo buscaba en vano. Aquí, en vez de que se haga volver la vida, se los hace volver a ellos mismos. Dios los hace regresar de los caminos del pecado.

Con dolor.

Literalmente, "enferma". Nótese los tres castigos: fuego, red y enfermedad.

14. El yugo.

El profeta intenta mostrar que Jerusalén comprende que sus transgresiones (ver com. vers. 5) son la causa directa de su castigo. Sus pecados son como un yugo que debe llevar en el cuello. Una vez Dios había quebrantado el yugo de servidumbre de su pueblo (Jer. 2: 20), pero éste, a su vez, había quebrado el yugo del servicio de Dios (Jer. 5: 5; cf. Sal. 2: 3). Aquí se le coloca otro 579 yugo de servidumbre (Jer. 27: 2; 28: 14; 30: 8).

15. En medio de mí.

Los guerreros de Judá no perecieron en el campo de batalla, sino mientras defendían la ciudad o procuraban huir a la campiña.

Mi compañía.

Esta frase presenta un notable contraste con lo que se dice en el vers. 4. En ese pasaje, ninguno acudía a las asambleas religiosas, pero aquí Dios ha traído contra Jerusalén a muchísimos (una "compañía") de sus enemigos.

Lagar.

Símbolo de la ira de Dios (Isa. 63:3; Joel 3:13; Apoc. 14: 1 g; 19:15).

Virgen.

Jerusalén había sido considerada como inexpugnable e inviolable (Lam. 4: 12; cf. Jer. 18: 13). Jer. 14: 17 es un pasaje paralelo de Lam. 1: 15-16, que da testimonio de que Jeremías fue autor del libro de Lamentaciones.

16. Reposo a mi alma.

Ver com. vers. 11. El hebreo emplea la misma frase que en el vers. 11 se traduce como "entretener la vida". Aunque los habitantes de Jerusalén vanamente habían buscado alimento material durante el asedio final de la ciudad, después comprendieron que tenían necesidad de un alimento espiritual superior.

17. Sion.

En un paréntesis, súbitamente el profeta presenta el lamento de la ciudad para destacar su rechazo mediante el propio testimonio de Jeremías.

Extendió sus manos.

Sin duda en ademán de súplica (Exo. 9: 29; 1 Rey. 8: 38).

Sus enemigos.

Referencia a las naciones vecinas que se volvieron contra el pueblo de Judá cuando éste esperaba de ellos que lo ayudaran a defenderse de los babilonios (ver com. vers. 2).

Objeto de abominación.

La palabra hebrea se refiere básicamente a la menstruación. En su sentido más amplio, designa lo que es rechazado como inmundo, asqueroso o abominable. En esa situación se encuentra Jerusalén por sus pecados (ver com. vers. 8).

18. Jehová es justo.

Se hace resaltar el contraste entre el Señor y la abominable situación de Jerusalén. El poema se eleva por encima del lamento sobre Jerusalén y reconoce injusticia de Dios en todo su trato con la ciudad. El lamento no resulta una expresión de sentimientos de compasión propia, sino que trata de mostrar el amargo remordimiento que sobreviene al que comprende la enormidad de su fracaso a la vista de un Dios justo. No puede haber duda de que Dios es justo. Todo lo que hace es justo y recto. porque él es la norma de justicia (Job cap. 38 al 41; Rom. 9: 20).

Su palabra.

Literalmente, "su boca". Esta expresión hace notar que Dios mismo es la fuente de los mandamientos, las instrucciones, las palabras que Jerusalén ha recibido.

19. Amantes.

Ver com. vers. 2, 17.

En la ciudad.

Los sacerdotes y los ancianos no murieron defendiendo el templo ni cumpliendo con los deberes de sus cargos, sino mientras realizaban el acto más elemental: el de buscar alimento para preservar la vida (ver com. vers. 15).

Entretener su vida.

Ver com. vers. 11.

20. Mis entrañas.

Expresión hebrea característica que indica una gran emoción (ver com. Jer. 4: 19).

Me rebelé en gran manera.

O, "ciertamente me he rebelado". Se describe a la ciudad como completamente quebrantada, y confesando plenamente y sin reservas sus pecados.

Hizo estragos la espada.

Reconocimiento de que se cumple Jer. 15: 7 (ver Deut. 32: 25).

21. Tú hiciste.

Los enemigos de Judá parecen alegrarse de una manera especial de que fuera el mismo Dios de los judíos, quien en tiempos pasados los libró tan maravillosamente de manos de sus enemigos, el que permitiera que les sobreviniera la destrucción.

Harás venir el día.

El hebreo dice literalmente "has traído". El profeta estaba tan seguro de que los castigos de Dios finalmente caerían sobre las naciones impías que en ese momento oprimían a Judá, que presentó esta declaración usando la forma verbal del tiempo perfecto, el cual, en hebreo, expresa la idea de una acción completada. El hecho de que Dios usara a los paganos para castigar a Judá no significa en absoluto que esas naciones fueran inocentes de pecados aún mayores (cap. 5: 11). La seguridad con que los castigos anunciados sobrevinieron a Judá sólo hizo más inevitable el cumplimiento de los castigos profetizados sobre sus vecinos (Jer. 25: 17-26; Hab. 1: 5-17; 2: 1 -8; ver com. Jer. 25: 12).

22. Venga delante de ti.

Para recibir su castigo.

Adolorido.

Literalmente, "enfermo".


COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4

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