1. Acuérdate.
Este poema final del libro de
Lamentaciones es una plegaria en la que se pide una restauración. Las
condiciones que en él se describen evidentemente son las del pueblo de Judá en
el período después de la caída de Jerusalén.
Difiere en varios sentidos
de los poemas de los cap. 1-4: No es acróstico, a pesar de tener 22 versículos,
el mismo número de las letras del alfabeto hebreo, y no está escrito con la
métrica típica de una elegía hebrea (p. 574). Sin embargo, hay en este capítulo
admirables características poéticas. Cada versículo consta de dos partes
paralelas. La repetición es un rasgo muy característico de la poesía hebrea (ver
t. III, PP. 19-30). El poeta ha prestado una desusada atención a la rima, lo que
es notable, porque la rima, en cualquiera de sus formas, por lo general no
caracteriza a la poesía hebrea.
2. Extraños.
Ver com. cap. 1: 10.
3. Viudas.
Ver com. cap. 1: 1. Debe entenderse que aquí se
habla tanto de la viudez simbólica como de la literal, puesto que muchos hombres
murieron en la guerra, y sin duda, muchos otros fueron llevados cautivos, pero
sus esposas e hijos fueron dejados en Palestina.
4. Agua.
Aun lo indispensable para sostener la vida sólo
podía conseguirse con dinero.
5. Sobre
nosotros.
Literalmente, "sobre nuestro cuello". Esto podría indicar que
eran tenazmente perseguidos. Algunos creen que más bien esto se refiere a la
crueldad de la esclavitud que se les impuso. En inscripciones egipcias aparecen
los prisioneros unidos por el cuello con ataduras.
6. Egipcio.
Los judíos habían procurado aliarse con
Egipto, pero también habían estado bajo dominio egipcio durante la primera parte
del reinado de Joacim (ver p. 382).
Asirio.
Ver com. Esd. 6: 22.
Extendimos la mano.
Son dos las interpretaciones de este texto:
(1) los judíos habían buscado ayuda y alimento de Egipto y de Asiria; (2) se
habían sometido a esas naciones (Esd. 10: 19; Jer. 50: 15; Eze. 17: 18).
7. Nuestros padres.
Ver 2 Rey. 21:
11-15; 23: 26-27.
8. Siervos.
Tal
como se usa en el AT, esta palabra, aplicada a los funcionarios del gobierno,
puede referirse a personas que desempeñaban elevados cargos administrativos (ver
com. Neh. 2: 10).
9. Espada del desierto.
Es probable que esta expresión singular se refiera a los merodeadores
del desierto, que acosaban a la gente que procuraba alimento en su país llano y
sin defensas.
10. Se ennegreció.
Mejor, "nuestra piel abrasa" (BJ). Esta figura representa la fiebre
originada por la terrible hambre del asedio final de Jerusalén (cap. 2: 20; 4:
10).
12. Colgaron de las manos.
Método común de tortura en todas las edades.
13. Bajo el peso de la leña.
Se exigía a niños de corta
edad que llevaran cargas muy pesadas de leña. Se consideraba que moler granos y
acarrear leña eran tareas degradantes (Juec. 16: 21; ver com. Jos. 9: 21).
14. La puerta.
Ver com. Gén. 19: 1;
Jos. 8: 29; Lam. 1: 4.
15. Danza.
Los hebreos consideraban que la danza era una expresión singular de gozo
y alabanza (Sal. 30: 11; 149: 3; 150: 4; Jer. 31: 4, 13; ver com. 2 Sam. 6: 14).
16. Corona.
La desaparición de la
soberanía nacional se transforma en símbolo de todo lo que Judá ha perdido junto
con ella.
17. Se entenebrecieron.
Debido al exceso 594 de llanto o a las terribles escenas que se
contemplaban (ver com. cap. 3: 51).
18. Monte de Sión.
Es decir, Jerusalén (ver com. Sal. 48:
1-2). Se pensaba de un modo especial que el monte de Sión era el lugar de la
morada de Jehová (Sal. 74: 2; 76: 2), pero la presencia del Señor se había
apartado de allí.
Zorras.
Heb. shu'al . También se emplea para
chacales (ver com. Juec. 15: 4). La presencia de zorras, y más aún de chacales,
hace resaltar la desolación de lo que una vez había sido el corazón de una gran
ciudad. Sin duda, este poema fue compuesto algún tiempo después de la
destrucción de la ciudad.
19. Permanecerás.
No importa lo que pueda sucederle al hombre, Dios está para siempre por
encima de todo. Por eso sus promesas son seguras.
Para siempre.
Heb. le'olam (ver com. Exo.12: 14; 21: 6; 2 Rey. 5: 27).
20. Completamente.
Heb. lanetsaj
(ver com. 1Sam. 15: 29).
21. Vuélvenos.
Es decir, "restáuranos". Esto es mucho más que una plegaria para que
fueran liberados del cautiverio. Repetidas veces Jeremías emplea el mismo
lenguaje para referirse tanto a la restauración temporal como a la espiritual
(Jer. 3: 1, 12; 31: 16-21 ). Aquí se destaca que sólo Dios puede restaurar al
pecador perdido al favor divino; sólo él puede conceder la gracia que hace
posible que el pecador se arrepienta y "vuelva" a él (Hech. 5: 31; Rom. 2: 4).
22. Nos has desechado.
El hebreo
puede traducirse como una lastimera pregunta: "¿Acaso nos has desechado del
todo?" Jehová no ha rechazado por completo a Judá. Numerosas son las promesas de
restauración presentadas por Jeremías mismo Jer. 16: 13-15; 27: 21-22; 30: 5-24;
33: 7-9; Lam. 3: 22, 31-32).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE
WHITE T4
CBA LIBRO DE LAMENTACIONES CAPÍTULO 5
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