1. Palabra de Jehová.
El capítulo 22 puede
dividirse en tres partes: los vers. 1-16, una lista de los pecados de Jerusalén;
vers. 17-22, la parábola del refinamiento del metal; vers. 23-31, la descripción
de la corrupción general que afecta a todas las clases sociales.
2. ¿No juzgarás tú?
Ver com. cap.
20: 1.
Ciudad derramadora de sangre.
Es decir, "ciudad culpable
del derramamiento de sangre". Entre los crímenes que le habían granjeado a
Jerusalén ese infame título, sin duda podían contarse asesinatos hechos al
amparo de la ley y el ofrecimiento de niños en sacrificio a Moloc.
3. Para que venga su hora.
La hora
de su castigo. Debe considerarse esta declaración 684 como un resultado y no
como un propósito, o quizá como una figura por medio de la cual se presentan las
consecuencias de un acto como si fueran el propósito del acto.
4. Escamio.
"Irrisión" (BJ).
Comparar con Sal. 44: 13-14; 79: 4.
5. Las
que están cerca de ti.
Es probable que el antecedente de este pronombre
femenino sea "ciudades", palabra que en hebreo es femenina. En el hebreo las
"naciones" son del género masculino.
6. Según su poder.
Literalmente, "según su brazo",
debiéndose entender "según su fuerza". Los príncipes de Judá habían
menospreciado la justicia y gobernaban caprichosamente.
En derramar
sangre.
Nótese la triple repetición de esta frase (vers. 6, 9, 12). El
profeta clasifica los pecados de Israel en tres categorías: los pecados de
crueldad y profanación (vers. 6-8); los pecados de idolatría, incesto y lascivia
(vers. 9-11), los pecados de avaricia y codicia (vers. 12).
13. Batí mis alas.
Como una muestra
de indignación (cap. 6: 11; 21: 14).
14. ¿Estará firme tu corazón?
La forma de la pregunta
indica que se espera una respuesta negativa.
15. Haré fenecer de ti tu inmundicia.
Aunque no se hace
resaltar aquí este aspecto, los castigos habrían de tener un efecto saludable.
16. Serás degradada.
"Te has
mostrado impía" (BJ). La forma verbal hebrea, con ligera modificación, puede
entenderse como "tomarás heredad" (RVA), pero la mejor traducción es la de la
RVR. La LXX dice: " "Yo tomaré heredad en ti ante los ojos de las naciones" " .
Algunas versiones antiguas dicen: " "Yo seré profanado en vosotros a la vista de
las naciones" " (cf. caps. 20: 9; 36: 20).
17. Palabra de Jehová.
En los vers. 17-22 se presenta una
parábola basada en el proceso del refinamiento de la plata. El horno es
Jerusalén (vers. 19). Es dudoso que se halle en esta parábola la idea de la
purificación. La idea que resalta es más bien la de la ira divina cuyo ardor
derrite la escoria sin valor.
23. Palabra
de Jehová.
Los vers. 23-31 constituyen la tercera sección del capítulo
(ver com. vers. 1). Contienen otra enumeración de los pecados de Israel, en la
cual se indica que todas las clases sociales han pecado.
25. Profetas.
La LXX dice "gobernantes". El cambio de una
sola letra permite esa traducción. Ya en el cap. 13 se ha acusado a los falsos
profetas. Su obra fue un continuo impedimento para la labor de los verdaderos
profetas. No es de admirarse que a la luz de afirmaciones tan contradictorias,
la gente estuviera confundida y que encontrara excusas plausibles para no
obedecer los mandatos divinos.
La misma confusión existe hoy en el mundo
religioso. Debido a que el mundo cristiano está dividido irremediablemente, y
como hay personas piadosas en las diversas comuniones, algunos opinan que, al
fin de cuentas, no importa lo que creen.
El único antídoto seguro contra
la influencia de los falsos profetas en nuestros días es conocer por
investigación personal lo que es verdad. Es peligroso depender de las
investigaciones, y de las opiniones ajenas o de la sabiduría de otro (CW 45; 2JT
296; CS 651-652).
Debido a que los falsos profetas habrían de abundar en
los últimos días, en repetidas ocasiones Jesús advirtió contra sus técnicas
sutiles (Mat. 24: 4-5, 11, 24). Dice que " "engañarán, si fuere posible, aun a
los escogidos" " (Mat. 24: 44). También se hace referencia a que recurrirán a
"grandes señales y prodigios", lo que casi no existió en tiempos de Ezequiel. A
medida que el gran día de Dios se acerca, Satanás intensificará sus esfuerzos
para engañar. Dominará cada vez más el mundo, a medida que los ángeles
celestiales se lo vayan permitiendo. Bajo el disfraz de la religión y por medio
de milagros, tomará posesión de los habitantes de este mundo. Y "todos los
moradores de la tierra cuyos nombres no estaban escritos en el libro de la vida
del Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo" lo adorarán (Apoc.
13: 8). Por lo tanto, necesitamos tener un conocimiento cabal de las Escrituras
a fin de distinguir entre lo verdadero y lo falso (CS 651-652).
26. Violaron mi ley.
Los sacerdotes
tenían la misión especial de instruir al pueblo en cuanto a los requerimientos
divinos, de observar y enseñar la distinción entre lo santo y lo profano (Lev.
10: 10), y de instruir al pueblo cómo debía guardarse el sábado. En todo esto
habían sido infieles.
Apartaron sus ojos.
Esta acusación tiene
un paralelo notable en nuestros días. Las profecías del libro de Apocalipsis
(caps. 12-14) manifiestan que Dios pide una reforma en lo que atañe a volver al
verdadero día de reposo del Señor, el séptimo día de la semana. Esta reforma ha
de preparar al mundo para la segunda venida de Cristo. El mensaje ha sido
proclamado. La reacción ha sido similar a la que hubo en tiempos de Ezequiel.
Los hombres apartan sus ojos para no ver la obligación que tienen de guardar el
verdadero día de reposo. Cierran los ojos ante las claras evidencias bíblicas y
dicen: "No resulta claro".
27. Príncipes.
Heb. sar , miembros de la clase gobernante y caudillos de familias
importantes.
28. Lodo suelto.
Mejor, "revoque de lodo", "revoque de cal" (ver com. cap. 13: 10). En el
mundo religioso hay quienes apoyan casi cualquier tipo de creencia.
Hay
varias reglas importantes que pueden ayudar hoy a los hombres a distinguir entre
lo que es "lodo suelto" y lo que es genuino. Estas reglas deberían emplearse
para probar a cualquiera que pretenda basarse en la Biblia. También sirven como
sistema para dirigir la investigación bíblica, a fin de que no se llegue a
conclusiones erróneas.
1. La Biblia siempre debería estudiarse con
oración. Sólo el Espíritu Santo puede ayudarnos a ver la importancia de aquellas
cosas que son fáciles de entender, y hacer que no torzamos aquellas verdades que
son difíciles de entender (ver CS 657-658). Además, las cosas espirituales se
disciernen espiritualmente (1 Cor. 2: 14). Por lo tanto, una persona que no
tiene el Espíritu de Dios no puede entender las cosas divinas. La práctica
correcta de la oración colocará a una persona en condiciones de recibir la
verdad divina.
2. La persona debe estar lista a seguir la luz revelada
(Juan 7: 17). Las verdades divinas no son dadas en forma confusa, ambigua, para
que los hombres las pisoteen. Dios reserva la comprensión de sus mensajes para
quienes estén dispuestos a caminar en la luz que ilumina sus mentes. El negarse
obstinadamente a andar en esta luz cierra la puerta a una mayor comprensión de
la verdad divina.
3. La Biblia debe interpretarse en concordancia con
ella misma. Cuando se la entiende correctamente, la Biblia no se contradice. Si
una conclusión sacada de un pasaje bíblico contradice a otro pasaje del mismo
libro, debe decirse que esa conclusión es falsa. Muchas veces se le puede dar
varias interpretaciones a un versículo o a un pasaje, cuando se lo considera en
forma aislada. En tal caso, debe aceptarse la conclusión que esté en completa
armonía con toda la Biblia.
4. La Biblia debe interpretarse a la luz de
su contexto. El estudiante debería tornar cuidadosamente en cuenta el contexto
del pasaje que está considerando para saber de qué estaba hablando el autor.
Deberá limitar su aplicación a los límites puestos por el autor. Por ejemplo,
cuando Pablo dice: "Todo me es lícito" (1 Cor. 6: 12), esa declaración, tomada
en forma aislada, podría interpretarse en el sentido de que Pablo afirma aquí
que era un libertino. Pero el contexto señala que está hablando de que era
lícito comer carnes sacrificadas a ídolos. Nadie tiene el derecho de aplicar la
palabra "todo" más allá de lo que Pablo tenía en cuenta cuando hizo esta
afirmación.
5. Debe permitirse que la Biblia sea su propio intérprete.
Con frecuencia, el Espíritu Santo no interpreta inmediatamente el símbolo que
emplean las Escrituras, pero se espera que en otro pasaje el mismo Espíritu
explicara el lenguaje difícil de comprender. Y así ocurre. Podría añadirse que,
cuando no se presenta esta explicación adicional, cualquier intento que hagan
los hombres por interpretar estos símbolos, en el mejor de los casos sólo puede
considerarse como una conjetura.
En resumen, el procedimiento correcto
para descubrir lo que la Biblia enseña sobre cualquier tema es tomar todo lo que
la Biblia dice en cuanto a ese tema antes de llegar a conclusión alguna. La
consideración del tema en todos sus alcances impide que el intérprete salga por
una tangente de interpretación que no sea bíblica.
29. El pueblo de la tierra.
Aquí se acusa a la gente común.
30. Busqué entre ellos hombre.
Comparar con Jer. 5: 1.
Que se pusiese en la brecha.
Dios llama a los hombres hoy a que reparen la brecha en la ley de Dios.
Muchos han respondido, pero otros siguen razonando en forma mundana y no ven
necesidad de hacer una reforma. De aquellos que ponen mano a la obra se dice: "Y
los tuyos edificarán las ruinas antiguas; " los cimientos de generación y
generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de
calzadas para habitar" " (Isa. 58: 12).
31. El ardor de mi ira.
En este lenguaje, que es
evidentemente figurado, los diversos castigos de Dios son comparados con fuego.
El fuego consume, y el efecto de estos castigos fue el de consumir a aquellos
sobre quienes cayeron. Al final de la historia del mundo los que hayan rechazado
la misericordia divina sufrirán el fuego literal (Apoc. 20: 9).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE EZEQUIEL CAPÍTULO 22
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