1. Palabra de Jehová.
Al profeta se le
ordena pronunciar otra profecía contra Edom (cap. 25: 12-14). Esta acusación,
¿por qué aparece en medio de las promesas de restauración? El profeta toma nota
de los impedimentos para la reocupación de Palestina. Los edomitas habían
penetrado en la parte sur de Palestina después de que Israel fuera llevado
cautivo. Quizá Babilonia permitió esto porque Edom parece haberse aliado con
Nabucodonosor contra Israel en ocasión del sitio de Jerusalén (ver com. vers.
5). El profeta predice la completa eliminación de este impedimento.
2. Seir.
Heb. Ñe'ir , de una raíz
que significa "ser peludo". Este era el nombre del jefe de una familia horea,
emparentado por matrimonio con Esaú, de quien descendían los edomitas (ver com.
Gén. 36). También se emplea 723 este nombre para designar la cadena montañosa
que queda al este del Arabá, que se extiende desde el mar Muerto hacia el sur.
Aquí en forma poética es símbolo de Edom (ver. Gén. 36: 8-9; Deut. 2: 1, 5; 1
Crón. 4: 42).
4. Tú serás asolado.
Algunos han visto el cumplimiento de la presente predicción cuando los
nabateos empujaron a los edomitas hacia el Neguev, sur de Palestina (c. 126 a.
C.). Sin embargo, puesto que esta profecía aparece en medio de la predicción de
la restauración de Israel, puede suponerse que habría hallado su cumplimiento
específico en relación con esa restauración (ver com. cap. 25: 14).
5. Enemistad perpetua.
Esta
enemistad venía del tiempo de Jacob y de Esaú (Gén. 27: 41; cf. Gén. 25: 22-23).
En ocasión del éxodo, Edom había rehusado el paso de los israelitas por su
territorio (Núm. 20: 14- 21). Después que se establecieron los israelitas en
Canaán, los edomitas habían contemplado con manifiesta envidia el creciente
poder de Israel. Edom se había unido a Amón y a Moab en contra de Judá en los
días de Josafat (2 Crón. 20: 10-11; cf. Sal. 83: 1-8; ver la introducción al
Sal. 83). Pareciese que, en ocasión de la toma de Jerusalén, los edomitas habían
ayudado a los babilonios, ocupando las puertas y ubicándose en los caminos que
llevaban a la campiña para impedir que los fugitivos escaparan (Abd. 11-14). En
el día de la calamidad de Jerusalén, los edomitas habían exclamado: "Arrasadla,
arrasadla hasta los cimientos" (Sal. 137: 7).
6. A sangre.
Comparar esto con lo que dijo Jesús: "Todos
los que tomen espada, a espada perecerán" (Mat. 26: 52).
7. Al que vaya.
Comparar con Zac. 7: 14; 9: 8, 10.
8. Todos tus arroyos.
Las
características topográficas de la tierra de Edom son descritas con toda
precisión en este pasaje.
9. Asolamiento
perpetuo.
Edom, que expresaba su regocijo por la destrucción de su rival
y que gozaba fugazmente de una aparente superioridad frente a Israel, a pesar de
las apariencias, estaba realmente en desventaja. Para Israel habría una
restauración, mientras que para Edom no habría sino asolamiento perpetuo.
10. Las dos naciones.
Es decir,
Judá e Israel. El segundo pecado de Edom (cf. vers. 5) fue pretender heredar la
tierra de Judá y de Israel.
Estando allí Jehová.
Dios había
asignado a Israel su territorio como herencia especial de su pueblo. Aunque
Israel estuviera transitoriamente ausente de sus tierras, Dios todavía se
interesaba en el país, y lo estaba conservando para el retorno de los exiliados.
Cuando más tarde el pueblo perdió sus privilegios (ver p. 33), perdió el derecho
a la tierra. Con referencia al hecho de que la tierra pertenecía a Jehová, ver
Lev. 25: 23; Ose. 9: 3; Joel 2: 18.
11. Seré conocido.
Los castigos que sobrevendrían a Edom
servirían para convencer a Israel que su Dios no los había abandonado por
completo.
12. Injurias.
O también,
"insultos" (BJ).
15. Como te alegraste.
Así como Edom se había regocijado por la caída de Israel, así también se
regocijarían otros por la derrota final de Edom.
Yo soy Jehová.
Ver com. cap. 30: 8.
CBA T4
Comentarios
Publicar un comentario