1. La mano de Jehová.
El capítulo 37 consta de
dos partes: la visión de los huesos secos y (vers. 15-28) un acto simbólico que
predice la futura unión de Israel con Judá. La visión de los huesos secos tenía
el propósito de ilustrar cómo Israel, esparcido y aparentemente sin esperanza,
reviviría y sería restaurado.
Podría preguntarse hasta qué punto esta
profecía tiene que ver con la resurrección futura. Muchos sostienen que el
profeta no pensaba en absoluto en tal aplicación, y que el símbolo se explica
plenamente mediante la restauración de la vida nacional del pueblo de Israel. La
manera más natural de aplicar la profecía es relacionarla con el plan divino
para el resurgimiento del Estado judío. Esto sería finalmente seguido por una
resurrección literal, en la cual los patriarcas, junto con todos los santos de
Dios, serían resucitados para compartir el nuevo reino. No es necesario excluir
totalmente este acontecimiento del simbolismo. Todo el simbolismo tiene el
propósito de describir cómo habrían sido los acontecimientos, tanto de ese
período como del subsiguiente, si los judíos hubieran cooperado con Dios para la
realización del plan que el Señor tenía para ellos. Pero la incredulidad y la
desobediencia desvirtuaron el propósito divino. Deben examinarse los escritos
del NT para saber cómo esos acontecimientos, que deberían haber hallado su
cumplimiento literal en el período postexílico, se cumplirán en la era
cristiana, en relación con el Israel espiritual (ver PP. 37-38).
Valle.
Heh. biq'ah , "valle", o llanura entre dos cadenas de cerros. En el cap.
3: 22 se traduce "campo" . Quizá se haga referencia al mismo lugar.
2. Secos en gran manera.
Esto
indica que no habían tenido vida desde hacía mucho tiempo. Quizá así se hace
notar la absoluta imposibilidad de que revivieran.
3. ¿Vivirán estos huesos?
La pregunta parece destacar la
idea de que es poco probable imposible que esos huesos volvieran a vivir, a
menos desde un punto de vista humano.
Tú lo sabes.
Comparar con
Apoc. 7: 14.
4. Oíd palabra.
En
forma figurada, se describen los huesos como si fueran capaces de oír.
5. Espíritu.
Heb. rúaj , traducido
como "viento" en el vers. 9 y como "espíritu" aquí y en el vers. 14. Rúaj
representa la energía divina que anima a los seres vivientes. Cuando Dios sopló
en la nariz del hombre aliento de vida (Gén. 2: 7), no sólo proporcionó el
oxígeno que llenó los pulmones de Adán, sino que impartió vida, a fin de que lo
que había sido tejido inanimado se convirtiera en cuerpo viviente.
6. Pondré en vosotros espíritu.
El
proceso de la revivificación corresponde con las dos etapas en que el hombre
originalmente fue creado (Gén. 2: 7).
9. Sobre estos muertos.
Los huesos estaban esparcidos por
el valle como los muertos en una batalla.
11. Casa de Israel.
El Espíritu Santo interpreta aquí la
visión simbólica. Sin duda el principal propósito era describir la restauración
de la nación, o "casa de Israel", cuya condición en ese momento bien podía
representarse con los huesos secos.
12. Yo
abro vuestros sepulcros.
En el vers. 2 los huesos aparecen "sobre la faz
del campo", mientras que aquí parecerían estar en sus sepulcros. Esta nueva
figura podría indicar una promesa mayor, la de despertar a quienes hubieran
descendido al sepulcro esperando el reino de Dios. No hay ninguna razón aparente
por la cual esta gloriosa perspectiva debiera negarse a los piadosos de Israel.
Un acontecimiento tal habría de señalar la consumación de toda la restauración.
Por otra parte, esta profecía no debe ser considerada como si fuera
principalmente una predicción de la resurrección final al fin de la era
cristiana. El plan original de Dios para la restauración, que culmina con la
resurrección, no se cumplió con el Israel literal. Lo que Dios habría realizado
por medio de la nación de Israel se efectuará ahora por medio de la iglesia
cristiana. Por causa de esta modificación de las circunstancias, ciertos rasgos
de la profecía se modifican. Los escritores del NT tienen la tarea de
informarnos en cuanto a la manera en que estas profecías, que deberían haberse
cumplido anteriormente, hallarán su aplicación final (ver PP. 37-40). Esos
escritores describen claramente el tiempo y las circunstancias de la
resurrección final Juan 5: 28-29; 1 Tes. 4: 16-17; Apoc. 20: 1-5; etc.).
16.
Un palo.
La profecía de los
vers. 15-28 no lleva fecha, pero quizá fue dada poco después de la visión de los
vers. 1-14. Las dos están estrechamente relacionadas. Las naciones separadas de
Israel habían de reunirse bajo el benéfico reinado de David.
21.
Los recogeré.
La restauración
de Israel tras el cautiverio entre los paganos fue el primer paso en el
cumplimiento de las promesas divinas. Este remanente debía componerse de quienes
habían aprovechado de la disciplina del exilio y habían llegado a ser
espiritualmente puros. Puesto que el reavivamiento requerido nunca se logró, ni
antes ni después del regreso en el tiempo de Zorobabel, estas promesas no
pudieron cumplirse. Dios hizo en favor de Israel todo lo que permitió la terca
desobediencia de los israelitas, pero el pueblo siguió siendo rebelde. Por eso,
finalmente Dios tuvo que rechazarlos por completo. La presentación de la promesa
divina en este versículo y en los siguientes se aplica a lo que habría sido si
los propósitos de Dios se hubieran cumplido (p. 36).
22. Un rey.
En el vers. 24 se lo nombra como "mi siervo
David" . Sin embargo, puesto que estos planes no pudieron cumplirse como habría
sido la intención original, el NT presenta al Mesías como el que habría de
ocupar el trono de David (Luc. 1: 32).
25. Para siempre.
Se destaca aquí la permanencia del nuevo
Estado. Se dice que la tierra será ocupada para siempre y que el reinado de
David será para siempre. Según los vers. 26-28, el santuario habrá de estar
"entre ellos para siempre" , y el "pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos"
. Compárense con este pasaje las siguientes declaraciones relacionadas con el
propósito de Dios: "Si Israel hubiese permanecido fiel a Dios, aquel edificio
glorioso [el templo de Salomón] habría perdurado para siempre, como señal
perpetua del favor especial de Dios para con su pueblo escogido" (PR 32). "De
haberse mantenido Israel como nación fiel al cielo, Jerusalén habría sido para
siempre la elegida de Dios" (CS 21). Ezequiel describe lo que podría haber
ocurrido (ver Luc. 19: 42).
26. Los
multiplicaré.
Esto habría resultado del aumento natural de la población
y del crecimiento debido a diligentes esfuerzos misioneros.
CBA T4
Comentarios
Publicar un comentario