1. Se apesadumbró.
"Se disgustó" (BJ).
Literalmente, "fue mal para Jonás, gran mal". El cap. 4 muestra un notable
contraste entre la impaciencia del corazón humano y la longanimidad de Dios.
Jonás estaba más que disgustado; estaba muy indignado porque Dios se
arrepintiera " "del mal" (cap. 3: 10). En vez de regocijarse porque la gracia de
Dios había perdonado a los arrepentidos ninivitas, permitió que su orgullo
egoísta y pecaminoso resistiera ese hecho. Creyó que, al no cumplirse lo que
había predicho, sería considerado como un falso profeta. Para él, su reputación
valía más que todos los habitantes de la capital asiria. También pudo haber
pensado que el conocimiento que tiene el Señor del futuro se desacreditaría
entre los paganos al no cumplirse esta profecía.
Se enojó.
La
misericordia de Dios con los ninivitas (cap. 3: 10) enfureció a Jonás. La
misericordia divina le había protegido la vida cuando él fue desobediente, pero
se puso celoso cuando Dios extendió esa misma misericordia a otros.
2. Oró
¡Cuán diferentes eran las
circunstancias de esta oración comparadas con las del cap. 2, y cuán diferente
el espíritu que la movía! Entonces pidió vida en oración; ahora pedía muerte.
Entonces estaba humilde, ahora enojado.
3. Me quites la vida.
Cuán diferente el pedido que le
hacía Jonás a Dios del que le hizo 1031 Moisés. Este, con verdadero espíritu de
abnegación, estuvo dispuesto a que su nombre fuera borrado con tal que su pueblo
pecador pudiera vivir (Exo. 32: 31-32). Jonás se entregó a un completo desánimo.
4. Enojarte.
La ira de Jonás
provenía del egoísmo y no de una noble indignación como la que impulsó a Jesús a
expulsar a los cambistas del templo (Juan 2: 13-17). Por su precipitación, el
profeta se despojó de una gran bendición (cf. Prov. 14: 29; 16: 32).
5. Hasta ver.
Algunos creen que
Jonás interpretó la pregunta: "¿Haces tú bien en enojarte?" " (vers. 4) como que
implicaba que, en su prisa, había juzgado mal la intención divina, y por lo
tanto había todavía la posibilidad de que Nínive fuera destruida. Otros creen
que Jonás pudo haber creído que el arrepentimiento del pueblo no era sincero, y
que Dios lo castigaría después de todo. Más bien podría ser que su reacción
meramente reflejaba su terca actitud e insistencia de que Dios cumpliera lo que
había amenazado.
6. Preparó.
Heb.
manah, "ordenar".
Calabacera.
Heb. qiqayon, una planta
desconocida. Se han sugerido varias identificaciones, tales como la planta de
ricino (BJ), cierto pepino, étc. La planta creció milagrosamente, y es
innecesario identificarla con cualquier planta que crece con rapidez, aunque
puede haber sido una variedad bien conocida en esas regiones, tal vez la no
identificada kukkanitu del idioma acadio.
Malestar.
Heb. ra'ah ,
palabra genérica que representa mal, desgracia, dificultad, aflicción. El
malestar de Jonás no era tanto físico como mental y espiritual, debido a la
molestia, la humillación y el chasco que creía que estaba sufriendo.
7. Preparó.
Ver com. vers. 6.Se
secó.
Con cuánta frecuencia en la experiencia humana, cuando un nuevo
día de gozo y alegría parece estar por despuntar, se presenta el gusano de la
desgracia o del dolor para convertir la esperanza en desesperación.
8. Preparó.
Ver com. vers. 6.
Recio.
Heb. jarishith, palabra que sólo aparece aquí y que quizá
significa "abrasador". "Sofocante" (BJ).
9. Mucho me enojo.
"Me parece bien irritarme" (BJ).
Impaciente y tercamente el profeta justificaba su ira y resolución de morir.
Dios procuraba que se provocara en él una actitud razonable.
10. Tuviste tú lástima.
Jonás, el
airado y despiadado profeta, estaba dispuesto a compadecerse de una baladí
calabacera de poco valor y a preservarle la vida -aunque no le había demandado
trabajo ni esfuerzo-, pero no estaba dispuesto a mostrar la misma consideración
con los habitantes de la gran ciudad de Nínive. La LXX traduce la primera parte
del versículo así: "Y el Señor dijo: Tú tuviste compasión de la calabacera, por
la cual tú no has sufrido, ni la hiciste crecer".
Jonás estaba airado
cuando Dios no destruyó a los ninivitas (vers. 1, 4), y enojado cuando Dios
permitió que se secara la calabacera (vers. 9). ¡Qué distorsionado sentido de
los valores! A Jonás le importaba más la calabacera que los ninivitas.
11. Ciento veinte mil.
En cuanto a
la población de Nínive, ver la Nota Adicional del cap. 1.
Que no saben
discernir.
Algunos han aplicado esta expresión a los niños pequeñitos
que no tenían todavía edad suficiente para determinar qué mano era más fuerte y
más útil. Si se calcula que esos niñitos representaban un quinto de la
población, Nínive habría sido una ciudad de unos 600.000 habitantes. Esta cifra
es demasiado grande y no puede hacérsela corresponder con el tamaño que se
conoce de la antigua ciudad. Pareciera que es mejor considerar la expresión "que
no saben discernir" como metafórico, que se aplica a los que tenían un
conocimiento imperfecto del bien y del mal. Si la expresión se considera como
literal, entonces se trataría de Nínive y sus alrededores (ver la Nota Adicional
del cap. 1).
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE JONÁS CAPÍTULO 4
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