1. He aquí.
El cap. 14 es una descripción de
los acontecimientos relacionados con la segunda venida del Mesías, en cuanto a
cómo habría sido ese suceso espectacular si los israelitas que volvieron del
cautiverio hubieran cumplido con su destino (ver 32). Como se apartaron vez tras
vez de sus elevados privilegios, y finalmente rechazaron al Mesías (Hech. 3:
13-15), Dios se apartó de ellos. Ahora él lleva a cabo sus propósitos mediante
la iglesia cristiana (ver pp). 37-38). Hay que tener cuidado cuando se aplican
las profecías de Zac. 14 a nuestros días. Deben observarse cuidadosamente los
principios bosquejados en las pp. 27-40 cuando se interprete Zac. 14; de lo
contrario puede llegarse a conclusiones indefendibles. Ver com. Eze. 38: 1.
2. Reuniré a todas las naciones.
Ver la p. 32. Este cuadro es similar al que presentó Joel (ver com. Joel
3: 1-2). La prosperidad de Israel habría causado la enemistad de las naciones
que aparecen aquí como reunidas por Dios contra Jerusalén (cf. Eze. 38: 10); sin
embargo, Zacarías llama la atención a tan detalle de esta batalla que no es
mencionado por otros profetas: la invasión de Judá y de Jerusalén tendría un
éxito parcial.
No será cortado.
El residuo que no sería separado
corresponde sin dada con los Justos, los que pasaron por el "fuego" y fueron
refinadas " "como se funde la plata" (cap. 13: 9). El propósito de permitir que
el ataque tuviera sin éxito parcial sería el de cortar a los pecadores de Sión
(cf. cap. 13: 7-9).
3. Después.
Es
decir, después del éxito parcial del enemigo y de la eliminación de los
pecadores. Este cuadro es paralelo con el de Joel 3: 16 y Eze. 38: 18-23.
4. Monte de los Olivos.
Ver com.
Mat. 21: 1.
Se partirá.
Los vers. 4 y 5 describen violentos
cambios físicos en la superficie de la tierra, que acompañarían a la
intervención divina para destruir a las naciones enemigas. El cuadro detallado
corresponde con los sucesos que habrían ocurrido si Jerusalén hubiera
permanecido para siempre (ver PR 31- 32, 412-413; DTG 530; com. vers. 1).
Algunas cosas se cumplirán cuando la nueva Jerusalén descienda al fin de los mil
años. Sin embargo, no se deben aplicar así todos los detalles (ver CS 720-721).
5. Huiréis.
Un cambio en los puntos
vocálicos (ver t. I, pp. 25-30) da la variante "seréis encerrados" . Este cambio
coincide con la LXX y los tárgumes. Ambos significados son lógicos dentro del
contexto.
Montes.
Literalmente, "mis montes" (BJ).
Azal.
Heb. 'atsal . Este lugar no puede identificarse. La LXX traduce Iasol ,
que quizá se identifique con el wadi Yatsul que desemboca en el Cedrón.
Terremoto.
Es casi seguro que sea el terremoto al que se refiere
Amós 1: 1.
Vendrá.
Aquí se predice la venida de Cristo dentro de
las circunstancias mencionadas en el comentario del vers. 1. En cuando a la
aplicación de esta profecía al descenso de la nueva Jerusalén después del
milenio, ver Apoc. 21: 2; cf. CS 720-721.
Santos.
Heb. qadosh ,
palabra que se aplica en el AT tanto a hombres (Deut. 33: 3; etc.) como a
ángeles (ver com. Job 15: 15; cf. Jud. 14).
6. Clara.
Este versículo no es muy claro en hebreo. La LXX
traduce: "En ese día no habrá luz ni frío ni helada" . Un leve cambio en el
hebreo da la variante "frío" (BJ) en vez de "luz". Parece que se pone énfasis en
la ausencia de frío. Aparentemente se predice un cambio en las condiciones
climáticas. Desaparecerían las agostadoras heladas.
7. Un día.
O "un día único", o quizás "continuo". En su
aplicación al futuro, este versículo halla su cumplimiento en la declaración:
"Allí no habrá noche" (Apoc. 21: 25; ver com. Zac. 14: 1). 1139
8. Aguas vivas.
Esta profecía es
paralela con Eze. 47: 1-12 y describe las condiciones que podrían haber existido
(ver com. Eze. 47: 1; Apoc. 22: 1).
Mar oriental . . . mar occidental.
Es decir, el mar Muerto y el mar Mediterráneo respectivamente (ver com.
Núm. 3: 23).
9. Será rey.
El
acontecimiento culminante que anticipaban con anhelo los antiguos profetas y los
justos (cf. Dan. 7: 13-14; Apoc. 11: 15).
10. Como llanura.
Predicción de otros cambios topográficos
que sucederían además de los mencionados en el vers. 4. La región aquí
mencionada había sido antes montañosa.
Geba.
Un lugar a unos 9
km al noreste de Jerusalén, que aquí se usa para representar el extremo norte de
Judá (ver com. 2 Rey. 23: 8).
Rimón.
Sin duda En-rimón, a unos
14 km al norte de Beerseba, hoy Kirbet Umer Ramamin, lugar que corresponde con
el extremo sur de Judá. Cf. 2 Rey. 23: 8, donde se usan a Geba y a Beerseba como
los extremos norte y sur respectivamente.
Puerta de Benjamín.
Puede ser la misma que la puerta de las Ovejas, en la esquina noreste
del muro (ver el mapa en la p. 523).
Puerta primera.
Esta puerta
no se puede identificar con certeza. Con todo, las especificaciones son bastante
claras aunque no se conozca su ubicación.
Puerta del Ángulo.
Mencionada con este mismo nombre en Jer. 31: 38 y como "puerta de la
esquina" (2 Rey. 14: 13). Se cree que era la puerta de la esquina noroeste del
muro. Así indica Zacarías los límites este y oeste de la ciudad.
Torre
de Hananeel.
Torre en la muralla del norte (ver el mapa en la p. 523).
Lagares del rey.
No se los puede ubicar con certeza; pero sin
duda estaban en la parte sur de la ciudad, quizá cerca del huerto del rey (ver
com. Neh. 3: 15). De este modo, la torre de Hananeel y los lagares del rey
indican los límites norte y sur de la ciudad. El cuadro de la última parte de
Zac. 14: 10 muestra una ciudad bien poblada.
11. Nunca más maldición.
Si la nación hubiese continuado
cumpliendo su destino divino, la ciudad habría permanecido para siempre (ver la
p. 32; CS 21; cf. DTG 530).
12. La plaga.
El profeta vuelve a ocuparse de la suerte de las naciones atacantes de
Jerusalén. Los atacantes sufrirían el flagelo de una terrible plaga,
extraordinariamente rápida en su destructividad. La plaga crearía un estado de
frenesí y de pánico que resultaría en un exterminio mutuo (vers. 13).
14. Peleará en Jerusalén.
También
puede traducirse "combatirá contra Jerusalén" (Ausejo). Según el vers. 2,
Jerusalén había caído ante el enemigo. Aunque Yahweh luchaba por Jerusalén
(vers. 12 y 13), el pueblo también tenía una parte que desempeñar.
15. Plaga de los caballos.
La plaga
que cayó sobre los hombres (vers. 12 y 13) también caería sobre las bestias de
carga de los enemigos y sobre su ganado.
16. Subirán.
El propósito de la bendición divina sobre
Israel era dar una demostración de lo que Dios estaba dispuesto a hacer por
todas las naciones. Intimidados por los sucesos recientes y seguros de la buena
disposición de Dios para aceptar el culto de todos los hombres, los
sobrevivientes de las naciones atacantes buscarían al Dios de Israel y subirían
año tras año para rendir culto en Jerusalén (ver p. 32).
Fiesta de los
tabernáculos.
Ver en com. Lev. 23: 34, 40 una descripción de esta
fiesta. Zacarías describe una etapa en la restauración preliminar al fin del
tiempo de gracia y la erradicación final del pecado y de los pecadores, tal como
habrían sucedido las cosas si los Judíos hubieran sido fieles (ver pp. 31-32).
Lo mismo sucede con ciertos pasajes de Isaías (ver com. Isa. 65: 17, 20).
17. Que no subieren.
Este versículo
apoya la observación hecha en el comentario del vers. 16, donde el profeta
describe una etapa preliminar de la restauración completa de la tierra. Todavía
habría peligro de rebelión, y a los que se sintieran inclinados a rebelarse se
les advierte del castigo resultante.
18. Egipto.
Quizá se lo menciona debido a su larga historia
de rebelión contra Dios, o sencillamente como una ilustración de lo que ocurre
con todas las naciones. Sin duda habría estado entre las naciones atacantes de
Jerusalén (vers. 2), y entre sus sobrevivientes habría entonces algunos que
fueran adoradores de Jehová (vers. 16). La tierra de Egipto dependía del Nilo
para su riego. La falta de lluvia en las fuentes del río hubiera significado un
completo desastre económico para la nación.
20. Campanillas de los caballos.
Los caballos 1140 quizá
fueran de los que viajaban a Jerusalén procedentes de todos los países.
Anteriormente los caballos de otras naciones que se aproximaban a Jerusalén eran
con frecuencia una señal de guerra. Ahora los sonidos del repiquetear de los
adornos de los caballos eran una música grata pues significaban que grupos de
adoradores se acercaban a Jerusalén. La inscripción "SANTIDAD A JEHOVÁ" , que
antiguamente estaba en la mitra del sumo sacerdote (Exo. 28: 36- 37), ahora era
el lema de los adoradores.
Las ollas.
La mención de ollas y
tazones en los vers. 20 y 21 parece referirse a la necesidad de consagrar un
gran número de utensilios debido a los muchísimos adoradores que irían a
Jerusalén.
21. Mercader.
En un
orden económico en donde fueran bienvenidos los miembros de
todas las
naciones, nadie seria excluido debido a su nacionalidad. Sin embargo, los
mercaderes de la clase de los que Jesús arrojó del templo (Mat. 21: 12) no
serían tolerados.
COMENTARIOS DE ELENA G. DE WHITE T4
CBA LIBRO DE ZACARÍAS CAPÍTULO 14
Comentarios
Publicar un comentario