Ir al contenido principal

PREÁMBULO DE DEUTERONOMIO - LIbro complementario


Introducción

PREPARANDO EL ESCENARIO

Deuteronomio es el libro del amor. Esta afirmación puede resultar sorprendente, pero estoy convencido de que es cierta. Echemos un vistazo a los siguientes datos. En su discurso a Israel, Moisés señala que el "Señor los ama" (ver Deut. 7:8). El amor de Dios y la forma en que debemos amarlo se expresan con más fuerza en Deuteronomio que en cualquier libro del Pentateuco, o incluso de todo el Antiguo Testamento. Es en Deuteronomio donde la revelación, por primera vez, utiliza el sustantivo amor para expresar el afecto depios por el ser humano. Ahabah es el término hebreo' para la palabra "amor". Ahabah se utiliza cuarenta veces an el Antiguo Testamento, pero solo en cinco ocasiones hace referencia al amor de Dios (Deut. 7:8; Isa. 63:9; Jer. 3i:3; Ose. 11:4; Sof. 3:17). El verbo hebreo traducido como "amar" (ahab) se emplea veintidós veces en el libro del Deuteronomio, y seis veces designa el amor de Dios hacia su pueblo (Deut. 4:37; 7:13; 10:15,18; 23:5; 33:3). Solo en este libro, en la predicación de Moisés al pueblo, se destaca siete veces que Dios ama al ser humano. Para que el pueblo no lo olvide nunca, Moisés señala que Dios está a su favor y nunca en su contra. El amor es el tema principal del libro de Deuteronomio. De hecho, aparte de las siete menciones al amor en su sermón, Moisés hace referencia dos veces al pacto de amor de Dios con su pueblo (Deut. 7:9,12), esta vez utilizando el término khesed ("constante amor"), que es un sinónimo hebreo para la palabra "amor" (ahabah).

Por otra parte, Moisés exhorta fervientemente a los creyentes a amar a Dios, porque esta es la única respuesta adecuada a su amor por nosotros. "Nosotros lo amamos porque él nos amó primero" (1 Juan 4:19). En diez ocasiones, Moisés exhorta a Israel a amar a Dios (Deut. 6:5; 10:12; 11:1, 13,22; 13:3; 19:9; 30:6,16,20) y subraya que Dios bendice a los que lo aman (Deut. 5:io; 7:9).

Los estudiantes de la Biblia suelen pensar que Deuteronomio trata de la ley, una "segunda ley" o una "repetición de la ley", como indica el término Deuteronomio. Desafortunadamente, este título es muy engañoso, porque el libro no trata principalmente de mandatos y leyes. Se trata más bien de la actitud positiva de Dios hacia su pueblo y su respuesta de amor hacia él. Es este amor el que estaba en el corazón de Moisés al expresar sus palabras de despedida al pueblo de Dios, un pueblo llamado y escogido por el Señor para ser sus seguidores y una luz para el mundo.

Puedes echar un vistazo al final de esta obra y encontrarás un apéndice con la estructura del libro de Deuteronomio. Estudiarla te ayudará a comprender su mensaje y sus temas principales. Este conocimiento te guiará en la comprensión e interpretación de cada sección en su contexto y te ayudará a ver el flujo de pensamientos y el panorama general de la revelación de amor de Dios.

LA IMPORTANCIA DEL LIBRO DEL DEUTERONOMIO

El libro de Deuteronomio es uno de los escritos más significativos del Antiguo Testamento, ya que sienta las bases y proclama sistemáticamente la fe del pueblo de Israel en un Dios vivo. Es una obra maestra de la literatura, una joya y la Carta Magna de la enseñanza de Israel. Es un documento bien organizado que establecerla identidad del Señor y explica cómo deben vivir los creyentes; enseña metódicamente1 cómo responder adecuadamente al llamamiento de Dios. Deuteronomio es un manual de fe y la constitución religiosa del pueblo de Dios, que culmina el Pentateuco y lo corona, explicando el significado más profundo de la Ley de Dios. Estos temas son fundamentales, tanto para el judaísmo como para el cristianismo.

Consideremos por un momento algunos datos que demuestran la importancia de este libro:

1. Jesús venció las tentaciones del enemigo citando pasajes del libro de Deuteronomio (Mat. 4:1-11). Cristo conocía bien este libro y fue su herramienta para asegurar la victoria sobre Satanás.

2. Deuteronomio es el único libro del canon hebreo que contiene una orden de. leer (tikrá) el libro (literalmente et hatorah hazzot, que significa "esta ley" o mejor, "enseñanza", "dirección" o "instrucción"). Los levitas debían leer el libro a toda la congregación de Israel en el momento establecido durante la fiesta;de los Tabernáculos (Deut. 31:10,11). Dios instó a Josué a meditar en el libro de la Ley de día y de noche (Jos. i:8), y este mandato es una gran motivación para que nosotros hagamos lo mismo. De hecho, la bendición de Dios alcanza a los que siguen este consejo (Sal. 1:1-3). Nada en este libro se puede cambiar, añadir o eliminar (Deut. 4:2; 12:32; comparar con Apoc. 22:18,19).

3. El gran mandamiento de la Ley se encuentra en el libro del Deuteronomio: "Amarás a Jehová, tu Dios, de todo tu corazón, de toda tu alma y con todas tus fuerzas" (Deut. 6:5).

4. La declaración de creencia fundamental sobre el monoteísmo y la unicidad de Dios se expresa en Deuteronomio 6:4: "Oye, Israel: Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es".

5. Deuteronomio es el primer libro de teología sistemática que se ha escrito sobre la identidad del Señor y el significado de la verdadera fe en el Dios vivo. Contiene el fundamento de las doctrinas y la ética, y es indispensable para comprender el mensaje del Antiguo Testamento. Entre sus temas principales se encuentran el amor, la obediencia, el temor de Dios, la Ley de Dios, el llamamiento a recodar y no olvidar, la tierra, los tiempos, las fiestas, la retribución, el nombre divino, el Señor como guerrero, los Diez Mandamientos y la Shemá. En este libro, Moisés exhortó enfáticamente a Israel a rechazar otros dioses y a adorar solo a Jehová (Deut. 5:8-10; 6:14; 7:25,26; 12:2-4).

6. Este libro era tan importante que Moisés pidió que se colocara junto al Arca del Pacto (Deut. 31:26).

7. Los reyes de Israel debían leer este libro, transcribirlo, aprender sus enseñanzas y llevarlo consigo (Deut. 17:18-20). De este modo, mostrarían su devoción, obediencia y dependencia del Rey del universo. El rey no debía apartarse de él "a la derecha ni a la izquierda" (vers. 20; ver también el mismo mandato para todo el pueblo en Deut. 5:32), porque debía ser un modelo de devoción y obediencia.

8. Este libro tuvo una profunda influencia en los hijos de Israel, la antigua comunidad de fe, porque las instrucciones que presenta eran normativas para el estilo de vida que debían seguir en la Tierra Prometida (Deut. 4:40).

9. Se había ordenado a los israelitas escribir "todas las palabras de esta ley" (Deut. 27:3) en grandes piedras recubiertas de yeso (NTV) cuando cruzaron el río Jordán y entraron en la Tierra Prometida (vers. 1-8). Esto aseguraba que las instrucciones y enseñanzas de Dios serían recordadas y seguidas por las generaciones futuras.

El libro contiene muchas promesas de vida abundante y bendiciones para los que practiquen sus enseñanzas. Siguiendo sus directrices, los israelitas obtendrían una comprensión más profunda de la voluntad y la sabiduría de Dios. Su devoción les proporcionaría mejor salud y los colocaría por delante de muchas naciones (Deut. 4:6, 36; 5:33; 6:18; 7:15; 11:8). Estas instrucciones sagradas proporcionarían un modelo para tener vidas prósperas y exitosas y, por lo tanto, darían al pueblo una guía precisa sobre cómo debían comportarse (Deut. 4:1,40; 5:33; 6:2,24; 8:1; 11:9; 32:47) para disfrutar de sus vidas a plenitud. Con este fin el pueblo necesitaba "oír" y "obedecer" las instrucciones de Dios, lo cual es un tema frecuente en Deuteronomio (Deut. 4:1; 5:1; 6:4; 9:1; 20:3). Las bendiciones de Dios dependen de una estrecha relación con él y de la obediencia a su Ley. En el idioma hebreo, el verbo shamá significa tanto "oír" como "obedecer", porque cuando una persona "oye", a la vez entiende los asuntos de la vida y hace lo correcto y, por lo tanto, sigue las instrucciones divinas y la voz de Dios (Deut. 4:30; 6:3; 12:28; 27:10; 30:2, 8). El Señor aseguró el bienestar de los hijos de Isfael, en la medida en que conservaran una relación de confianza y obediencia con él.

EL PROPÓSITO DE DEUTERONOMIO

El libro de Deuteronomio tiene un doble enfoque. En primer lugar, refleja los mensajes bíblicos anteriores y, en el proceso de interpretación de la revelación anterior, comienza una nueva fase ampliando las instrucciones de Dios y proporcionando consejos prácticos sobre cómo vivir en el nuevo territorio que Dios está a punto de dar a Israel.

El libro se orienta hacia este nuevo escenario, es decir, la vida en la Tierra Prometida. Se anticipa a las condiciones de vida cuando el pueblo se asiente y se construyan ciudades fortificadas.

En la introducción se dice por qué se escribió el libro: "Moisés comenzó a explicar esta ley" (Deut. 1:5). La palabra hebrea clave en este versículo es baar, que significa "exponer", "interpretar" o "aclarar" (el mismo término se utiliza en Hab. 2:2). •>

En segundo lugar, el libro de Deuteronomio tiene el propósito de enseñar al pueblo de Dios a temer al Señor. Moisés se dirige a toda la nación para explicarles cómo temer a Dios y mantener una relación de amor y obediencia con él. Esta intención se subraya dos veces en el siguiente texto: "Harás congregar al pueblo, hombres, mujeres y niños, y los extranjeros que estén en tus ciudades, para que oigan y aprendan a temer a Jehová, vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta Ley. También los hijos de ellos, que no la conocen, podrán oírla y aprenderán a temer a Jehová, vuestro Dios, todos los días que viváis sobre la tierra que vais a poseer tras pasar el Jordán" (Deut. 31:12,13). En sus fervorosas palabras de despedida a los hijos de Israel, Moisés afirma: "Pero ¡cuidado! No olviden jamás lo que Dios hace por ustedes. Cuenten a sus hijos y a sus nietos los gloriosos milagros que él ha hecho" (Deut. 4:9, NBV). Dios no necesita demostrar que es un Señor bondadoso, compasivo y amoroso porque lo ha demostrado una y otra vez en la vida cotidiana del pueblo* al sacar a Israel de Egipto. Su presencia ha suplido todas las necesidades de su pueblo. ¡Qué verdad tan asombrosa! Sin embargo, necesitan ver esto con una mente fresca porque es muy fácil acostumbrarse a ello. No deben olvidar su bondad y deben recordar siempre lo generoso que ha sido con ellos. El espíritu, la belleza y los principios de la Ley de Dios están claramente expresados en Deuteronomio.

CONTEXTO HISTÓRICO DE DEUTERONOMIO

El libro de Deuteronomio comienza intencionadamente afirmando: "Estas son las palabras que habló Moisés" (Deut. 1:1). El testimonio del libro de Deuteronomio señala a Moisés como su autor e identifica a su principal orador y escritor más que cualquier otro libro del Antiguo Testamento (el nombre de Moisés se utiliza treinta y ocho veces en el libro). El libro presenta que Moisés tiene la capacidad de hablar y saber escribir. De hecho, el libro destaca su ministerio como escritor en varios pasajes (Deut. 28:58; 29:20, 21, 27; 30:10; 31:9-13,19,22,24-26). Su actividad de escritor también se menciona explícitamente en otros lugares del Pentateuco (Éxo. 17:14; 24:4; 34:27,28; Núm. 33:2). Esto no excluye el trabajo de un editor o narrador que reunió el material y añadió cuidadosamente el relato sobre la muerte de Moisés (Deut. 34:5-12) y actualizó las notas (Deut. 2:10-12,20-23; 3:9, 11,13b, 14; 4:4i-5:i; 10:6-9; 27:1,9,11; 29:1,2; 31:1,2,7,9,10,14-16, 22-25,30; 32:44-46,48; 33:1,2; 34:1,4),2 y probablemente no la introducción (Deut. i:i-5).3 Moisés pudo haber escrito el libro

¿Para estas posibles adiciones editoriales, ver Daniel I. Block, The Gos-pel According to Moses: Thhological and Ethical Reflections on the Book of Deuteronomy [El Evangelio según Moisés: Reflexiones teológicas y éticas sobre el libro de Deuteronomio] (Eugene, OR: Cascade Books, 2012), pp. 30,31. Block sostiene que "escuchamos la voz del narrador solo en sesenta y cuatro versículos" (p. 72). Algunas notas editoriales están sin resolver. Para conocer el punto de vista de Block sobre cómo se elaboró el libro del Deuteronomio, ver Daniel I. Block, "Recovering the Voice of Moses: The Genesis of Deuteronomy" [Recuperando la voz de Moisés: El génesis de Deuteronomio], Journal of the EvangélicaI Theological Society 44, no. 3 (septiembre de 2001): pp. 385-408.

3 Llama la atención que el preámbulo del tratado de paz entre el rey egipcio Ramsés II y el rey hitita Hattusili III (1259 a.C.) tenga básicamente la misma estructura que Deuteronomio 1:1. Ver Paul Lawrence, The Books of Moses

él mismo (Deut. 3i:9,22,24) o haber recurrido a un escriba para escribir sus discursos, su cántico y sus bendiciones. En este caso, el mejor candidato potencial para esta tarea habría sido Josué, ya que fue el ayudante de Moisés (Éxo. 24:13; Núm. 11:28; Deut. 1:38; Jos. 1:1) y su sucesor (Núm. 27:18-23; Deut. 31:7,8,23; 34:9). Paul Lawrence completa su destacado estudio de los tratados del segundo y primer milenio a.C. en comparación con la estructura del pacto reflejada en el libro del Deuteronomio con la contundente afirmación de que "no hay ninguna razón de peso para rechazar la opinión tradicional de que Moisés fue el "autor" del Pentateuco o, al menos, de una parte muy sustancial del libro, siendo Deuteronomio 34, el relato de la propia muerte de Moisés, una clara excepción".2

Moisés tiene 120 años (Deut. 31:2) cuando predica sus tres últimos sermones a Israel, encarga a Josué que conduzca a Israel a la Tierra Prometida, compone un último cántico

y pronuncia una bendición para cada una de las tribus de Israel. De la generación de los que vivieron el Éxodo de Egipto solo quedan con vida Moisés, Josué y Caleb (más los que eran niños en el momento del éxodo; ver Núm. 14:28-35). Por lo tanto, el libro de Deuteronomio identifica a' la segunda generación de los que experimentaron el éxodo de Egipto (alrededor del 1450 a.C.) como la audiencia original de los discursos y acciones de Moisés.5 Según esta cronología, Moisés pronunció sus tres discursos cuarenta años después del éxodo, es decir, en 1410 a.C.

Estos temas proporcionan el marco para nuestro estudio del libro de Deuteronomio, de donde obtendremos la sabiduría para vivir para la gloria de Dios y aprender a ser una bendición para los que nos rodean. Que nuestro estudio de la Palabra de Dios llene nuestro corazón de devoción y ponga en nuestra mente el anhelo de servirlo con fidelidad y gozo. Recordemos que Dios es fiel. Nos ama más de lo que podemos imaginar, y quiere que pasemos la eternidad a su lado. El libro de Deuteronomio nos ayudará a amar, temer y servir a Dios más profundamente, lo cual redundará en satisfacción, felicidad y paz.

1  El concepto de enseñanza aparece en Deuteronomio 1:5; 4:1, 5, 9,10, 14; 5:31; 6:1, 7; 8:3; 11:19; 17:11; 20:18; 24:8; 31:19, 22; 33:10, donde se utilizan principalmente las palabras hebreas lamad, yadá y yarah.

2  Lawrence, Books of Moses Revisited, p. 123. Lawrence también decía-"-' ra categóricamente: "Si nuestras conclusiones son ciertas, ha llegado el momento de dejar atrás las limitaciones que la hipótesis JEDP (yahvista, elohista, deuteronómica y autor sacerdotal) Impone a nuestra comprensión del Pentateuco. Las pruebas que hemos considerado apuntan claramente a finales del segundo milenio a.C. como el período en que se escribieron los cinco primeros libros de la Biblia. Por lo tanto, sostengo que también ha llegado el momento de restituir a Moisés como su 'autor'" (p. 128).

Para más detalles sobre la fecha del Éxodo de Israel de Egipto, ver Willlam H. Shea, "Exodus, Date of the" [Fecha del éxodo], The International Standard Bible Encyclopedia, ed. rev., Geoffrey W. Bromiley et al. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1982), t. 2, pp. 230-238.

 

Capítulo 1

EL PREAMBULO DE DEUTERONOMIO

La historia es importante, pero es más que conocer los hechos: es entender su significado. La historia consiste en reconocer las corrientes de pensamiento, discernir los movimientos en el tiempo y comprender nuestras raíces y nuestra herencia. Nos ayuda a comprender los acontecimientos y nos muestra el camino a seguir. La historia sagrada es todavía más relevante que la historia secular, ya que, por medio de ella, reconocemos la intervención de Dios, su amor y dirección. De este modo, se fortalece nuestra confianza en él y crece nuestra fe. Al reconocer los actos poderosos de Dios en nuestra historia pasada, recibimos la seguridad de que él cuidará de nosotros en el futuro. Aunque no conozcamos el futuro, conocemos a Aquel que sostiene el futuro, y podemos confiar plenamente en él. Por eso la famosa declaración de Elena de White es tan reconfortante e instructiva: "No tenerlos nada que temer del futuro, a menos que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido, y lo que nos ha enseñado en nuestra historia pasada".1

Cuando no aprendemos del pasado, en el ámbito personal y social, estamos condenados a repetir los mismos errores.

Sin una comprensión de la historia humana, vivimos el día a día sin orientación en el tiempo y ni dirección. La Biblia subraya que los que carecen de entendimiento perecerán (Sal. 49:20). El profeta Oseas lo confirma: "El pueblo sin entendimiento caerá" (Ose. 4:14). Cuando el pueblo de Dios carece de memoria, pierde el sentido del tiempo, el rumbo, el sentido de la vida y conocimiento (ver más sobre este punto en el capítulo 10). A medida que aprendemos más del pasado, podemos discernir el glorioso propósito de Dios para nuestra vida: "Dios nunca conduce a sus hijos de otra manera que la que ellos elegirían si pudiesen ver el fin desde el principio, y discernir la gloria del propósito que están cumpliendo como colaboradores suyos".2

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

Las primeras palabras del libro de Deuteronomio presentan los antecedentes históricos de los acontecimientos que siguen. Cabe señalar que el libro de Deuteronomio3 no es una repetición de la ley de Dios previamente mencionada en el Pentateuco, ni es una segunda ley o una ley adicional. Más bien, es una interpretación, expansión y adaptación de las instrucciones de Dios a la nueva situación de su pueblo en su transición de una vida nómada en el desierto a un estilo de vida más urbano y estable en la tierra que el Señor les había prometido (Gén. 12:1-3,7; 13:14-17; I5:18,19; Éxo. 3:8; 6:8; Deut. 1:7,8). La ley de Dios debía aplicarse ahora en la nueva ubicación de Israel.

El escritor bíblico coloca al lector en un contexto histórico y un periodo de tiempo concretos para transmitir con fidelidad el mensaje del libro. Deuteronomio 1:1 afirma: "Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel en el desierto al este del Jordán, es decir, en el Arabá, frente a Suf" (NVI). Cuarenta años después de salir de Egipto y de peregrinar por el desierto, los israelitas se encuentran en las llanuras de Moab, a punto de entrar en la Tierra Prometida. Durante las últimas semanas de su vida terrenal, Moisés presenta importantes mensajes al pueblo de Dios: "A los cuarenta años, el primer día del undécimo mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que Jehová le había mandado" (vers. 3). Corre el año 1410 a. C. Consideremos por; un momento este relato desde una perspectiva histórica más amplia.

EL GRAN CONFLICTO

Como adventistas del séptimo día, nuestra comprensión del mensaje bíblico se basa en el reconocimiento de que existe una feroz batalla entre Cristo y-Satanás, el bien y el mal, la luz y las tinieblas. Esta guerra espiritual que comenzó en el cielo es parte fundamental de nuestra teología.4 Y dado que este conflicto cósmico revela como nunca antes el carácter de Dios, la piedra angular y la verdad que abarca todo nuestro sistema teológico es que Dios es amor (Deut. 7:8; i Juan 4:16). La verdadera batalla consiste en comprender quién es Dios. La pregunta es: ¿En quién vamos a confiar? ¿Aceptaremos con amor las palabras de Dios, o creeremos la propaganda del diablo, sus mentiras y verdades a medias?

Esta guerra espiritual inició en el cielo con Lucifer, un querubín protector, la criatura más bella, sabia y perfecta de todos los seres que Dios había creado (Isa. 14:12; Eze. 28:12-i5).Después de algún tiempo (no sabemos exactamente cuándo), acusó a Dios de no ser amoroso, justo y equitativo, sino un tirano que restringe nuestra libertad con mandamientos estrictos y exigencias de obediencia absoluta (Gén. 3:1-10). De este modo, el querubín que debía salvaguardar la ley de Dios, resguardar su gobierno y mantener el orden (en el santuario, los querubines estaban en el Lugar santísimo sobre el propiciatorio y el arca del pacto con el Decálogo) se convirtió en Satanás, aquel que comenzó a destruir la paz, la armonía y el gozo en el cielo. Su orgullo y egoísmo arruinaron lo que era bueno, significativo y hermoso. Como archienemigo de Dios, trajo el caos y el desorden. Él trasladó el gran conflicto a la Tierra, cuando Adán y Eva rompieron su relación con Dios, al creer las mentiras de Satanás en lugar de confiar en su amoroso Señor (Gén. 3:1-10). Usurpó a Adán como gobernante de la Tierra hasta que Jesús se hizo nuestro representante como Hijo del hombre y segundo Adán (Dan. 7:13,14; Juan 12:31; 16:11; 1 Cor. 15:22, 45). En el centro del gran conflicto se levantan preguntas sobre Dios, la comprensión de sus acciones y la lealtad de los creyentes a él y a su ley. La metanarrativa de la rebelión de Satanás contra Dios ofrece una importante visión de la enseñanza bíblico-teológica en general (Job 1; 2; Isa. 14:12-15; Eze. 28:11-19; Mat. 4:1-11; Luc. 10:18; Juan 8:44; Apoc. 12:4-17).4Estudiosos no adventistas también han reconocido esta guerra espiritual5 que tiene dimensiones cósmicas.6 Por lo tanto, el gran conflicto no solo es cuestión del día correcto de adoración, o la adoración en sí misma, sino del carácter de Dios y quién es él. El Dios vivo es un Dios de amor, verdad y justicia; de hecho, son precisamente estos atributos los que nos llevan a respetarlo, amarlo y rendirle toda nuestra adoración.

LA HISTORIA DEL PENTATEUCO

Los cinco libros de Moisés desarrollan la historia de muchos años. Comenzando con la Creación, cuando todo estaba en perfecta armonía, cuentan la historia de la entrada del pecado y las luchas de la humanidad contra el mal, culminando con la preparación de Israel para entrar en la Tierra Prometida. De este modo, el Pentateuco puede resumirse en siete períodos históricos:

1. La historia primitiva: desde la Creación hasta Abraham (Gén. 1-11).

2. La historia patriarcal: período de Abraham, Ismael, Isaac, Esaú, Jacob y José (Gén. 12-50).

3. El período en Egipto: desde José hasta las diez plagas de Egipto (Éxo. 1:1-12:30).

4. La historia del éxodo: el viaje de Egipto al Sinaí, un período de casi tres meses (Éxo. 12:31-18:27).

5. La historia del Sinaí: describe la estancia de casi un año en el monte de Dios (Éxo. I9:i-Núm. 10:10).

6. Los años en el desierto: treinta y ocho años de peregrinación (Núm. 10:11-21:35).

7. El período sobre las llanuras de Moab: cubre los últimos meses de la vida de Moisés (Núm. 22-Deut. 34).

Es importante reconocer que en el centro de la narrativa del Pentateuco está la historia del éxodo. El éxodo de Egipto es el acontecimiento por excelencia en el Antiguo Testamento (así como de la historia de la humanidad), en el que un pueblo fue liberado milagrosamente del dominio de otra nación. Hasta donde sabemos, esto ocurrió en el año 1450 a. C. y demuestra cómo Dios liberó milagrosamente a Israel de Egipto con su poderosa mano. Abrió el mar Rojo para darles la libertad y así realizó uno de los milagros más destacados de la historia. Esta gran intervención de Dios era un modelo de cómo Dios planeaba conducir a su pueblo a la Tierra Prometida. El pueblo no tendría que luchar en ninguna batalla, porque el Señor lucharía por ellos y les daría un nuevo lugar para vivir (Éxo. 14:13,14).

Es interesante que la historia primitiva narrada en los primeros once capítulos del libro de Génesis describa un largo período que abarca varios milenios: desde la Creación hasta Abraham, que nació en 2170 a. C. según el texto masorético (contado según la cronología larga) o en 1955 a. C. (contado según la cronología corta). El siguiente periodo histórico, la era patriarcal, relata los acontecimientos desde Abraham hasta José, abarcando aproximadamente trescientos años. El período en Egipto describe acontecimientos que van desde la muerte de José, la esclavitud de Israel, el nacimiento y el llamamiento de Moisés, hasta las diez plagas de Egipto (Éxo. 1-12), abarcando la historia de más de doscientos años.

La historia del Éxodo es un periodo de tiempo corto (aproximadamente dos meses de duración; ver Éxodo 12 al 18), pero muy significativo, que toma lugar en el año 1450 a. C.7 La historia del Sinaí describe acontecimientos de casi un año (Éxo. 19:1; Núm. 10:11-13). Sin embargo, este año ocupa la parte más larga del Pentateuco, lo que revela que Moisés se centró en este período (Éxo. 19 a Núm. 10:10). El siguiente período, los años en el desierto, describe la peregrinación de Israel en el desierto durante treinta y ocho años. La última parte histórica del Pentateuco relata la estancia de Israel en las llanuras de Moab y describe el último año de la vida de Moisés como líder de Israel.

LA BIOGRAFÍA DE MOISÉS

El libro de Deuteronomio es la biografía de despedida de Moisés, quien fue el líder y profeta por antonomasia de Israel. Es la culminación de lo descrito anteriormente en los libros de Éxodo, Levítico y Números, y presenta los acontecimientos de los dos últimos meses de la vida de Moisés. Sus últimas palabras son significativas y, mediante sus discursos en Deuteronomio, pretende renovar el pacto entre Dios y su pueblo. De este modo, prepara a Israel para vivir en la Tierra Prometida.

El libro de Deuteronomio es la historia de cómo Dios trabaja pacientemente con su pueblo, utilizando a Moisés para ayudarles a andar por el camino correcto. Esta historia comienza con los israelitas acampando en las llanuras de Moab, listos para entrar en Canaán. Durante cuarenta años Moisés los ha guiado, pero no los conducirá a su nuevo hogar. En su lugar, pronuncia tres apasionados discursos a Israel. En estos discursos, aborda los aspectos más relevantes que el pueblo de Dios necesita conocer y observar cuando entren al nuevo territorio. La narración del libro continúa con la explicación de la legislación necesaria en la Tierra Prometida. Presenta la renovación del pacto, el cambio de liderazgo, el cántico de Moisés y las bendiciones sobre las tribus israelitas. Concluye con la muerte de Moisés. Aunque la historia cubre una parte de la vida de Moisés y la experiencia del pueblo de Dios, la narración trata principalmente de Dios y de cómo él cuida de su pueblo. En sus sermones, Moisés repasa la dirección de Dios en la historia de Israel, exponiendo sus leyes, su amor y su fidelidad. Tras la muerte de Moisés, el libro de Josué retoma la historia y narra la conquista y distribución de la Tierra Prometida.

La gloriosa historia de la conducción de Dios es impresionante. Israel es testigo de su providencia durante las diez plagas, el éxodo de Egipto, la derrota del poderoso Faraón y su ejército, el cruce del mar Rojo y la entrega del Decálogo en el Sinaí. Dios es claramente el Señor que interviene en nuestra historia, mezclando su misericordia con el juicio. Demuestra que es el Dios del amor, de verdad y de justicia, y nos da confianza para afrontar un mañana incierto.

 

1  Elena de White, Notas biográficas de Elena 6. de White (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2013), p. 193.

2  Elena de White, El Deseado de todos las gentes (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008), p. 202.

3  El nombre del libro de Deuteronomio viene de la palabra griega deutero-nomion (una composición de dos palabras: deuteros y nomos), que significa "segunda ley" o "repetición de la ley", tal como aparece en la Septuaginta. Sin embargo, esta es una traducción Inexacta de la frase hebrea mishneh hotoroh, que significa "copla del libro" o "copia de la ley" (Deut. 17:18). Este título engañoso da la Impresión de que el libro trata de la ley y que Moisés es un legislador. Por lo tanto, estas afirmaciones resultan confusas. En el canon hebreo, el libro lleva el título elleh hadevarím, en español: "Estas son las palabras" (Deut. 1:1).

Ver especialmente los cinco volúmenes de la Serie El Gran Conflicto de Elena de White: Patriarcas y profetas (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2015); Profetas y reyes (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008); El Deseado de todas las gentes (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2008); Hechos de los apóstoles (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2009); y El conflicto de los siglos (Florida, Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2015). Ver también John C. Peckham, The Love ofGod:A Canonical Model [El amor de Dios: Un modelo canónico] (Downers Grove, ll+: InterVarsity, 2015).

4  White, Patriarcas y profetas, pp. 11-21; White, introducción de El conflicto de los siglos, pp. 9-15; Jirí Moskala, "Origin of Sin and Salvation According to Genesis 3: A Theology of Sin" [El origen del pecado y la salvación según Génesis 3: una teología del pecado], en Salvation: Contours ofAdventistSo-teriology, Martin F. Hanna,;Darius W. Jankiewicz y John W. Reeve, editores (Berrien Springs, MI: Universidad Andrews, 2018), pp. 119-143; Richard M. Davldson, "Satan's Celestial Slander" [La calumnia celestial de Satanás], Perspective Digestí, n.s 1 (1996):31-34; Jirí Moskala, "The God of Job and Our Adversary" [El Dios de Job y nuestro adversario], Journal of the Adventist Theological Society 15, n.» 2 (otoño de 2004): pp. 104-117.

5  Gregory A. Boyd, God at War The Bible and Spiritual Conflict [Dios en guerra: La Biblia y el conflicto espiritual] (Downers Grove, IL: InterVarsIty, 1997); Mlchael S. Helser, The Unseen Realm: Recovering the Supernatural Worldview ofthe Bible [El reino invisible: Recuperando la cosmovislón sobrenatural de la Biblia] (Belllngham, WA: Lexham Press, 2015).

6  Ver Jirí Moskala, "TheSignificance, Meanlng, and Role of Christ's Atone-ment" [La importancia, el significado y la función de la expiación de Cristo] en God's Character and the Last Generation, Jirí Moskala y John C. Peckham, editores (Nampa, ID: Pacific Press, 2018), pp. 190-218.

7  Para más detalles, ver la explicación de los capítulos 12 al 18 de Éxodo en el Comentario bíblico adventista del séptimo día, 1.1 (Buenos Aires, Argentina: ACES, 1992); William H. Shea, "Date of the Exodus" [La fecha del Éxodo], The International Standard Bible Encyclopedia, edición revisada, Geoffrey W. Bromlley et al. Geoffrey W. Bromlley et al. (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1982), t. 2, pp. 230-238.

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Lección 11 LA CRISIS VENIDERA | Lunes 10 de junio

 Lunes 10 de junio | Lección 11 LA CRISIS VENIDERA La profecía de la marca de la bestia en Apocalipsis 13 nos habla de la peor etapa, la más feroz, de la guerra de Satanás contra Dios. Desde que Jesús murió en la Cruz, el enemigo sabe que ha sido derrotado, pero se ha resuelto a hundir junto con él a la mayor cantidad posible de personas. Su primera estrategia en esta campaña es el engaño. Cuando el engaño no funciona, recurre a la fuerza. En última instancia, él está detrás del decreto de que cualquiera que se niegue a adorar a la bestia o a recibir su marca será condenado a muerte. La persecución religiosa, por supuesto, no es nueva. Ha existido desde que Caín mató a Abel por obedecer el mandato de Dios. Jesús dijo que sucedería incluso entre los creyentes. Lee Juan 16:2; Mateo 10:22; 2 Timoteo 3:12; y 1 Pedro 4:12. ¿Qué experimentó la iglesia del Nuevo Testamento y cómo se aplica esto a la iglesia de Cristo del tiempo del fin?  Jua 16:2  Los expulsarán de las sinagogas...

Lección 1| PARA ESTUDIAR Y MEDITAR | Viernes 5 de Julio

  Viernes 5 de Julio | Lección 1 PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee el capítulo 10 de El Deseado de todas las gentes, de Elena de White, titulado “La voz en el desierto” (pp. 72-83), y el capítulo 17 de Los hechos de los apóstoles, de la misma autora, titulado “Heraldos del evangelio” (pp. 137-145). ¡Qué fascinante es el hecho de que el mensaje del primer ángel, en Apocalipsis 14:6 y 7, sea paralelo al mensaje evangélico de Jesús en Marcos 1:15! El mensaje del primer ángel trae el evangelio eterno al mundo en los últimos días en preparación para la Segunda Venida. Al igual que el mensaje de Jesús, el evangelio angélico del tiempo del fin contiene los mismos tres elementos, como ilustra la siguiente tabla: El mensaje del primer ángel anuncia el comienzo del juicio previo al regreso de Cristo predicho en la profecía de los 2.300 días de Daniel 8:14; este comenzó en 1844. El Juicio trae el Reino de Dios a su pueblo perseguido (Dan. 7:22). La exhortación del primer ángel a reverenciar, glori...

Lección 2 | “REALMENTE, ESTE ES EL PROFETA” | Lunes 7 de octubre

  Lunes 7 de octubre | Lección 2 “REALMENTE, ESTE ES EL PROFETA” Lee Juan 6:14, 15 y 26 al 36. ¿Cómo respondió la gente a su milagro y cómo lo utilizó Jesús para enseñarles quién era? Jua 6:14  Al ver la señal que Jesús había realizado, la gente comenzó a decir: «En verdad éste es el profeta, el que ha de venir al mundo.»  Jua 6:15  Pero Jesús, dándose cuenta de que querían llevárselo a la fuerza y declararlo rey, se retiró de nuevo a la montaña él solo.  Jua 6:26  —Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales sino porque comieron pan hasta llenarse.  Jua 6:27  Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Sobre éste ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.  Jua 6:28  —¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige? —le preguntaron.  Jua 6:29  —Ésta es la obra de Dios: que crean en aquel a qu...