Lección 1 | Jueves 30 de diciembre
EN ESTOS POSTREROS DÍAS
Lee Hebreos 1:2; 9:26 al 28; 10:25 y 36 al 38; y 12:25 al 28. ¿Qué aspecto resalta Pablo aquí, especialmente con respecto al tiempo?
Heb 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
Heb 9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
Heb 9:27 Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
Heb 9:28 así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
Heb 10:25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
Heb 10:36 porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Heb 10:37 Porque aún un poquito,
Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.
Heb 10:38 Mas el justo vivirá por fe;
Y si retrocediere, no agradará a mi alma.
Heb 12:25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
Heb 12:26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
Heb 12:27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Heb 12:28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
Hay un elemento muy importante, que el apóstol enfatiza, que le agrega urgencia a su exhortación: los lectores están viviendo en los “postreros días” (Heb. 1:2) y más promesas están a punto de cumplirse (Heb. 10:36–38). Es interesante, como veremos, que a lo largo del documento Pablo compara a su audiencia con aquella generación del desierto que se encontraba ante la frontera de Canaán, lista para entrar en la Tierra Prometida. Les recuerda: “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Heb. 10:37). Y luego los anima: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Heb. 10:39). Con esta última exhortación les recordaba a ellos, y a nosotros, los peligros que históricamente ha experimentado el pueblo de Dios justo antes del cumplimiento de las promesas de Dios.
El libro de Números habla de esto mismo. El registro bíblico dice que dos veces, justo antes de entrar en la Tierra Prometida, Israel sufrió importantes derrotas. La primera vez –registrada en Números 13 y 14– nos habla de las dudas que varios dirigentes dispersaron entre la congregación e hicieron que le faltara fe a Israel. Como resultado, la congregación decidió nombrar un nuevo líder y regresar a Egipto, justo en el momento en que estaban a punto de entrar en Canaán.
La segunda vez, los israelitas se enredaron con la sensualidad y la adoración falsa en Baal Peor (Núm. 24; 25). Si bien Balaam no pudo invocar maldiciones sobre los israelitas, Satanás usó las tentaciones sexuales para llevar a Israel a la adoración falsa y al pecado, y para provocar el disgusto de Dios sobre ellos.
El apóstol advierte a los lectores de Hebreos acerca de ambos peligros. En primer lugar, los exhorta a que se aferren a la confesión de su fe y fijen sus ojos en Jesús (Heb. 4:14; 10:23; 12:1-4). En segundo lugar, los exhorta contra la inmoralidad y la codicia (Heb. 13:4-6). Finalmente, los exhorta a observar y obedecer a sus líderes (Heb. 13:7, 17).
Tomando en cuenta nuestra interpretación del estado de los muertos (que no bien cerramos los ojos al morir, lo siguiente que veremos es la Segunda Venida), ¿en qué sentido podemos decir que todas las personas han vivido en los “últimos días”?
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