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PERMANEZCA EL AMOR FRATERNAL - Libro complementario


 Capítulo 13

PERMANEZCA EL AMOR FRATERNAL

Hebreos cierra con sugerencias de cómo las enseñanzas que ha presentado a lo largo de la epístola deben aplicarse en la vida práctica de los lectores. Para el apóstol Pablo, el probable autor, la teología debía tener una expresión práctica, y así debería serlo también para nosotros. Así, el apóstol sugiere, al final de su epístola, que las principales enseñanzas de sus cartas sobre el gobierno y la intercesión de Jesús a la diestra de Dios en el Santuario celestial deben expresarse mediante el amor fraternal entre los creyentes.

El autor no ve a la audiencia como un grupo de personas que trabajan en su salvación en una relación de uno a uno con Jesús, sino como una familia, o un hogar, que se salvan juntos o viajan juntos a la Patria celestial. Los creyentes son hermanos entre sí.1 Pertenecen a la casa del Sumo SacerdoteJesús.2Jesús también es el Primogénito, el Hermano mayor, que da un modelo a los creyentes sobre cómo deben tratarse entre sí y a sus coherederos.3 Sobre esta base, el autor ha advertido repetidamente a los lectores que se exhorten, se animen y cuiden unos a otros.4

El amor fraternal fue un ideal bien atestiguado en el mundo griego, el judaísmo y el Nuevo Testamento.5 Los estudiosos han sugerido que "la relación entre hermanos era la más cercana, fuerte e íntima de las relaciones en el mundo antiguo"6 Por ejemplo, Aristóteles dijo que los hermanos eran, en cierto sentido, "la misma cosa, aunque personas separadas".7 Del mismo modo, Plutarco dijo que los hermanos "se unen en sus emociones y acciones, y comparten entre sí sus estudios, recreaciones y juegos". "[Los hermanos] tienen en común la riqueza, los amigos y los esclavos de los padres [de la misma manera en que] una sola alma haría uso de las manos, los pies y los ojos de dos cuerpos".8

Hebreos presenta a Jesús como el mayor ejemplo de amor fraternal. Jesús no se avergonzó de identificarse con la raza humana. En cambio, compartió su condición,9 le anunció y alabó el nombre de Dios,'0 sufrió con ella y por ella,9 y ahora la lleva a la gloria,10 donde compartirán su herencia.11 Por lo tanto, el autor ahora exhorta a los lectores a seguir el ejemplo de Jesús amándose unos a otros y cuidándose unos a otros como Jesús los cuidó.

Según Hebreos 13, el amor fraternal debe expresarse al menos en seis, o quizá siete, formas: hospitalidad (vers. 2); visitar y apoyar a los prisioneros y a los que han sido maltratados (vers. 3, probablemente el mismo grupo); honrar el matrimonio (vers. 4); evitar la codicia (vers. 5, 6); recordar y obedecer a las autoridades de la congregación (vers. 7-17); y orar por el autor mismo (vers. 18,19). De todos estos elementos, me centraré en la hospitalidad y en recordar y obedecer a los dirigentes de la congregación.

No dejes de mostrar hospitalidad

La primera forma en que los creyentes deben mostrar amor fraternal es por medio de la hospitalidad. El autor les recuerda que, al recibir a extraños, "algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles" (vers. 2).12Abraham y Sara hospedaron al Señor mismo.13 Ten en cuenta que el autor exhorta a los creyentes a mostrar hospitalidad no porque sea lo correcto o porque sea una forma de honrar a Dios o de emular a Jesús. El autor sugiere que brindar hospitalidad es lo mejor para el anfitrión.

Crecí en un hogar con una fuerte tradición de hospitalidad. Vivíamos la mayor parte del tiempo cerca de importantes centros educativos para nuestra comunidad adventista y, como resultado, casi todo el tiempo había jóvenes viviendo en nuestra casa. A veces eran parientes, pero en la mayoría de los casos no lo eran. Cuando lo pienso, me doy cuenta de que hemos sido los mayores beneficiarios; adquirimos grandes amigos de muchos lugares diferentes que nos han enriquecido la vida. Sin embargo, lo más intrigante es que he sido objeto de una asombrosa hospitalidad por parte de otros. Me gradué como pastor cuando tenía veinte años y comencé a trabajar inmediatamente como pastor asociado en Toluca, México. En ese momento, la familia de Alejandro y Libia Rivera me abrió su casa. Tenían en su casa una habitación en el tercer piso, donde viví durante seis meses. Se convirtieron en mi familia. Nira, Ale y Libni, que eran muy jóvenes en ese momento, se convirtieron en mis hermanas pequeñas. Me dijeron que esa sería mi habitación cuando quisiera volver. Y volví de vez en cuando, para presentarles a mi esposa y luego a mis hijos cuando nacieron. Treinta años después, todavía hablamos por teléfono de vez en cuando. Este no es el único caso; muchas otras familias me brindaron una hospitalidad increíble durante mis primeros años de ministerio.16 ¿Cómo pagas eso? Creo que lo mejor que puedes hacer es brindar hospitalidad a los demás. Creo que el sueño de Dios es que la Iglesia Adventista se convierta verdaderamente en una familia extendida en todo el mundo.

Esto es lo que sucedió en la iglesia primitiva. Los primeros cristianos eran, de hecho, una gran familia. Compartían entre sí todo lo que tenían (Hech. 4:32-37). Esta no era una actitud efímera resultante del fervor de una experiencia nueva. La hospitalidad se convirtió en parte del espíritu del cristianismo. Un documento cristiano primitivo de principios del siglo II d.C., llamado Didajé, proporcionaba instrucciones para ayudar a las iglesias a evitar el abuso por parte de Jos charlatanes, al tiempo que incentivaba y animaba a la hospitalidad (capítulos 11 al 13). Asimismo, Luciano, en una sátira del siglo II, se refirió a la hospitalidad de los cristianos: "Su primer legislador los persuadió de que todos son hermanos unos de otros [...]. Por lo tanto, desprecian todas las cosas [es decir, los bienes materiales] indiscriminadamente y las consideran propiedad común".14

Ayudar a los que estaban en prisión era un aspecto importante de la hospitalidad. La mayoría de los presos dependían de familiares o amigos para que les dieran alimentos y atendieran sus necesidades. Aquellos qué recordaron y brindaron apoyo material a los cristianos en la cárcel también brindaron un importante apoyo emocional. Se convirtieron en "socios" con ellos, haciéndose vulnerables al abuso social (Heb. 10:33, 34). Así, Ignacio de Antioquía, que fue llevado prisionero a Roma durante los primeros años del siglo II d.C. y fue recibido y apoyado por miembros de la iglesia en las ciudades a lo largo de la ruta, testificó: "Mi vida es una humilde ofrenda para tí; y también estas cadenas mías, por las que nunca mostraste el menor desprecio o vergüenza. Tampoco Jesucristo, en su perfecta lealtad, se avergonzará de ustedes".18 Luciano, en una sátira del siglo II, atestigua* el cuidado de los cristianos por los presos:

Los cristianos [...] no dejaron nada sin hacer el esfuerzo por rescatar a [Peregrinus], Luego, como esto era imposible, se le mostró cualquier otra forma de atención [..,]. Desde el mismo amanecer se podía ver a viudas ancianas y niños huérfanos esperando cerca de la prisión, mientras sus oficiales incluso dormían dentro con él después de sobornar a los guardias. Luego se trajeron comidas elaboradas y se leyeron en voz alta sus libros sagrados [...].

De hecho, llegó gente incluso de las ciudades de Asia, enviada por los cristianos a sus expensas comunes, para socorrer, defender y animar al héroe. Muestran una velocidad increíble cada vez que se realiza una acción pública de este tipo; porque en poco tiempo se prodigan todo.19

El apoyo que los primeros cristianos dieron a los encarcelados fue una muestra del apoyo que Jesús mismo había prometido: "No te desampararé, ni te dejaré" (Heb. 13:5).

La hospitalidad y 'la ayuda para los encarcelados continuaron entre los cristianos durante mucho tiempo. A principios del siglo IV d.C., Pacomio fue capturado por el ejército romano como un recluta forzoso cuando tenía alrededor de veinte años, y fue mantenido en cautiverio. Esto lo entristeció mucho, pero un grupo de cristianos locales acudió a consolarlo y brindar ayuda a él y a sus compañeros, y los trataron muy bien. Pacomio había nacido en un hogar pagano y, aparentemente, sabía muy poco sobre los aríscanos, pero estaba profundamente conmovido por su ejemplo y prometió dedicar su vida a servir á los demás. Después de su liberación, preguntó sobre el cristianismo y se convirtió. Más tarde se convirtíó en uno de los principales fundadores del monaquismo cenobítico. "Cenobítico" proviene de las palabras griegas koinos (común) y bios (vida), y se refiere a la vida monástica en comunidad. En el momento de su muerte, había fundado nueve monasterios para hombres y dos para mujeres. En estos monasterios, los ejercicios espirituales se combinaban con el trabajo manual en beneficio de los pobres.

Acuérdate de tus líderes

El elemento más largo de amor fraternal en Hebreos 13 (vers. 7-17) se refiere al respeto y la obediencia hacia los líderes de congregación. Comienza con una invitación a "acordarse" de los dirigentes del pasado que les hablaron "la palabra de Dios", y se cierra con un llamado a "obedecer" a los líderes del presente, porque ellos "velan" por ustedes (vers. 17). Es muy probable que esos líderes del pasado hayan sido los que primero les predicaron la palabra y fundaron la congregación. Él llamado a "recordarlos" no se refiere simplemente a un ejercicio mental de recogimiento ni a un tributo externo que los honre. El autor explica que deben "acordarse" de ellos, considerando "el resultado de su conducta" (vers. 7) e imitando su "fe" (vers. 7). De esta manera, el autor ha agregado a los líderes fundadores de la congregación a la lista de héroes fieles de Hebreos 11 que los creyentes deben remedar. Para el autor, el mayor acto de recuerdo y alabanza es la emulación.

Se exhorta a los creyentes a obedecer a los líderes porque ellos "velan por vuestras almas" (vers. 17). Los líderes de la congregación se describen aquí como pastores que están a cargo del bienestar espiritual de su rebaño y que darán "cuenta" a Dios por su estado espiritual.20 El contexto sugiere que estos dirigentes son pastores qua sirven bajo Jesús, "el gran Pastor de las ovejas". El resultado del cuidado y la fidelidad entre los líderes y la obediencia o la confianza entre los miembros de la congregación resultará en gozo. La frase podría leerse en el sentido de que los líderes podrán servir a la congregación con "gozo"21 o que darán cuenta de la congregación bajo su cuidado en el Juicio Final "con alegría, y no quejándose" (vers. 17).15

Una de las funciones importantes de los líderes es proteger a la congregación de falsas doctrinas. El autor se refiere a esto cuando los exhorta: "Así que no se dejen cautivar por ideas nuevas y extrañas. Su fortaleza espiritual proviene de la gracia de Dios y no depende de reglas sobre los alimentos, que de nada sirven a quienes las siguen" (Heb. 13:9). El autor no explica cuáles eran estas enseñanzas ni de qué tipo de alimentos estaba hablando. El autor probablemente no se esté refiriendo a la distinción entre limpio e inmundo. Sabemos por Hechos 10 y 15:7 al 29 que la iglesia cristiana primitiva no consideró que la distinción entre alimentos limpios e inmundos sea contraria al evangelio. Además, es difícil ver cómo la abstención de alimentos inmundos establecería o fortalecería el "corazón" (Heb. 13:9). El contexto sugiere que el autor no está criticando a la audiencia por abstenerse de ciertos alimentos, sino por participaren comerlos con la esperanza de obtener algunos beneficios espirituales.

El autor probablemente se esté refiriendo a participar en sacrificios en el Templo o en comidas rituales o de culto que se consideraba que proporcionaban algún beneficio espiritual. El Antiguo Testamento consideraba que los sacrificios eran "ofrendas de alimento" a Dios (Lev. 21:6, 8,17, NTV), y Malaquías 1:7 y 12 se refirió al Altar como la "mesa de Jehová". Por lo tanto, no es extraño que el autor relacionara las "ofrendas y sacrificios" del Antiguo Pacto con "comidas y bebidas" en Hebreos 9:9 y 10. El apóstol también puede estar refiriéndose a las comidas de culto que los judíos, especialmente los judíos de la diáspora, celebraban como una extensión de los sacrificios en el Templo judío de Jerusalén. Josefo proporciona evidencia de que los judíos de la diáspora observaban comidas de sacrificio especiales en conexión, o imitación, de las comidas de sacrificio de compañerismo en el Templo llamadas syndeipna ("comidas de compañerismo")23 Esto probablemente sea lo que objetó el autor de Hebreos. La gracia no está mediada por los sacrificios en el Templo o por las comidas de compañerismo que imitan y dependen del altar en el Templo, sino a través del sacrificio y la mediación sacerdotal de Jesucristo. Las "doctrinas diversas y extrañas" se refieren, entonces, a medios de bendición que no tienen su origen en Cristo.

"Salgamos, pues, a él, fuera del campamento"

El mayor respeto y obediencia que los cristianos pueden ofrecer hacia sus líderes es su emulación del ejemplo de Jesucristo. El autor exhorta a los creyentes a seguir el camino que recorrió Jesús, quien "salió del campamento", despreciando la vergüenza de la Cruz.16 Este fue también el camino que siguió Moisés. Eligió llevar "el vituperio de Cristo" en lugar de los tesoros de Egipto (Heb. 11:26). La exhortación del apóstol aquí es la misma que encontramos en los evangelios, de tomar nuestra cruz y seguir a Jesús.17

La exclusión del campamento, tanto para Jesús como para sus seguidores, implica "vergüenza". Según la legislación de Israel en el desierto, los impuros eran expulsados del campamento porque Dios estaba dentro del campamento y no estaba dispuesto a ver ninguna cosa "inmunda" o "indecente" (aschemosyné).26 Por lo tanto, la legislación bíblica presuponía que la presencia de Dios estaba dentro del campamento. En consecuencia, cuando Jesús soportó la Cruz, fue expulsado fuera del campamento como una cosa "vergonzosa", "inmunda" o "indecente" (aischynes).27 La exhortación del apóstol en Hebreos 13:13 sugiere, sin embargo, que la presencia de Dios ahora está fuera del campamento. La acción de ir a Jesús fuera del campamento significa no solo "llevar su vituperio" o vergüenza (vers. 13), sino también ir "hacia él", tal como los israelitas que "buscaban a Jehová" salieron "fuera el campamento" en el desierto cuando Moisés quitó la tienda de Dios del campamento después de la controversia del becerro de oro (Éxo. 33:7).

"Salir del campamento" es una experiencia dolorosa, pero a veces inevitable cuando seguimos a Jesús. Al comienzo de mi ministerio, tuve la triste experiencia de ver a un grupo de creyentes que tuvieron que dejar su congregación para permanecer fieles a Jesús. Esa congregación adventista había sido asumida por un liderazgo que rechazaba la autoridad de la Asociación y retenía parte de los diezmos para uso local. Yo era el director del Departamento de jóvenes en ese momento, pero la Asociación me pidió que hiciera una presentación el sábado por la mañana sobre el uso del diezmo. Cuando llegamos, los líderes nos impidieron hablar con la iglesia, y un grupo de personas exigieron en voz alta que saliéramos del lugar. Fue un momento triste. Tuvimos que pararnos e irnos, pero un grupo de miembros de la congregación nos siguió y nos encontramos en la casa de un miembro de la iglesia que vivía cerca. "Salieron del campamento" para seguir a Jesús. Soportaron durante años el inconveniente de no tener un templo adecuado para reunirse, pero permanecieron fieles, y Jesús no los defraudó. Hoy se ha recuperado el templo y se ha restaurado la comunión, y ahora hay dos congregaciones en lugar de una.

Es posible que las circunstancias nos obliguen a abandonar nuestro trabajo, nuestra comunidad, o incluso nuestra familia, para permanecer fieles a Jesús. Cuando hacemos eso, cuando se nos reprocha la lealtad a nuestro Salvador, imitamos y honramos al que dejó todo para salvarnos. Y, cuando los creyentes hacen eso, Jesús está en el cielo para honrarlos.18

 

 1  Hebreos 3:1,12; 10:19; 13:22.

2  Hebreos 3:6; 10:21.

3  Hebreos 1:2,4,14; 6:17; 9:15.

4  Hebreos 3:12,13; 10:24, 25; 12:12-17.

5 cábeos 13:23, 26; 14:1; Filón, Embajada 87; Josefo, Ant. 2.161; 4.26; 12.189.

6  David A. de Silva, Perseverance ín Gratitude (Grand Rapíds, MI: Eerdmans, 2000), p. 486.

7  Aristóteles, Ética a Nicómaco 1.161630-35.

8  Plutarco, Sobre el amor fraterno [Moralia 478C-D].

9  He6reos 2:9,10,14-18.

10  He6reos 2:10; 3:1; 4:14-16; 6:19, 20; 10:19-25; 12:1-3.

11  Hebreos 1:2, 4,14; 6:17; 9:15.

12 "Génesis 19:1-14; Jueces 6:11-14.

13 "Génesis 18:12-15.

14  Luciano, The Passing of Peregrinas 13, T. E. Page, E. Capps, W. H. D. Rouse, L. A. Posty E. H. Warmington, eds., A. M. Harmon, trad., Loeb Classical Library (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1962), t. 5, p. 15.

"Ignacio, Passing of Peregrinus 12, LCL13-15.

Comparar con 1 Pedro 5:1 ai 4 y 1 Corintios 3:10 al 15.

 Por ejemplo, Romanos 16:19; 2 Corintios 2:3; 7:16.

15  Por ejemplo, Filipenses 2:16; 1 Corintios 3:10-15.

Josefo, Antigüedades de los judíos 14.189,213-215,257,260,261.

16  Hebreos 12:2; 13:12,13.

17  Marcos 8:34; Mateo 10:38; 16:24; Lucas 14:27; cf. Gálatas 2:20.

18  Hechos 7:56; Lucas 12:8.

 

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