Capítulo 10 TEMPLANZA EN EL CRISOL "Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros" (1 Ped. 4:14). Quizás el mayor desafío que afrontamos como cristianos sea el de la humildad y la mansedumbre. La voz de Jesús ha seguido sonando a lo largo de los siglos: "Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad" (Mat. 5:5). Sin embargo, siendo sincero, me doy cuenta de que es una de las cualidades de Jesús que más falta en mi vida. Esto me causa temor. Pero, tal temor no carece de fundamento. Un diccionario dice que mansedumbre es "soportar la injuria con paciencia y sin resentimiento". ¿Quién es capaz de eso? Recuerdo una vez en que sentí agudamente la necesidad de mansedumbre. Durante los primeros años de mi ministerio, había pasado por un largo período de enfermedad. Cuando caí enfermo por primera vez, me internaron en una sala aislada del hospita...